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CAPITULO 16 : Despair!

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Se escucharon unos pasos firmes en las habitaciones del Patriarca. Unos cabellos celestes ondeaban su caminar y su mirada trataba de distinguir entre las cortinas el gran trono de su señor.

"Afrodita, tengo una misión para ti...esta vez!"

El Caballero de Piscis se arrodilló y escuchó al Patriarca.

"En qué puedo ayudarlo mi Señor?"

"Quiero que vigiles a Saga de Géminis"

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Hace un tiempo...atrás
me percaté del silencio
hace un tiempo...atrás
dí por renunciar
dí todo por dejarte atrás
pero fue inútil
Tu regresarás y así será

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"Milo!".

Mi amor estaba con la mirada perdida en la pared desde hacía ya un tiempo. Lo tapé porque ya era muy tarde y le di un beso en la mejilla, pero él seguía con esa mirada perdida y la preocupación en su hermoso rostro.

"Milo...estoy comenzando a pensar en derrumbar esa pared...me estoy poniendo celoso"

Milo parpadeó y giro su cabeza hacia mi.

"Lo siento cariño...lo siento mucho. No quise!...es que...estoy preocupado...no tengo sueño". Acaricié una de sus mejillas y le di un beso en la frente.

"Deseas contarme cielo?"

"Son tonterias Cami!"

"Si lo son, por qué tanta preocupación?"

"Jeje!...es verdad amor...pero aún así no puedo conciliar el sueño"

"Deseas leer?". Le alcancé el libro que no había termindo y lo dejó en el suelo.

"No...no quiero leer ahora amor".

Le dí algo de tomar y también lo puso en el suelo, sobre el libro.

"No quieres el té?...te sientes mal?"

"No cielo...me siento bien...solo que quiero un fuerte y dulce abrazo de mi Cami...puedo?"

Le sonreí. Me quité la camiseta que tenía puesta, apagué la luz y lo coloqué entre mis brazos.

"No era necesario quitarte la ropa amor". Milo estaba riendo sobre mi pecho.

"Se que te gusta estar en contacto con mi piel y que te relajas mejor asi...o me equivoco?". Milo me dio un beso en los labios y se acurrucó para poder descansar. Sus cabellos estaban sobre mi hombros y sus labios reposaban sobre mi cuello.

"Mañana estaré con el Patriarca viendo algunas cosas de los caballeros de plata".

"A que hora?". Acaricie sus cabellos mientras pensaba en como ayudarlo.

"A las 9 de la mañana, antes que el Patriarca llegue al coliseo".

"Entiendo". Lo tape con una de las sabanas y lo deje descansar sobre mi.

"Siento que estas molesto amor". Levante la cabeza y lo vi a los ojos.

"No lo estoy Milo".

"Lo estas". Lo mire nuevamente y comence a reir.

"Si lo estoy pero no es contigo". Lo abrace y le di un beso en la mejilla. "No pienses que estoy molesto contigo, jamas lo pienses amor".

"Pues que bueno, suficiente tengo con las cosas del santuario para tener a mi amor molesto". Me acaricio el pecho haciendo dibujos con uno de sus dedos.

Senti como se estaba tranquilizando. Desde que lo conozco siempre ha tenido responsabilidades enormes sobre sus hombros. Siempre hablando, acordando, cuidando, pero nunca de él, siempre de los demas.

Cuando pude verlo tranquilo la primera vez que lo vi, fue como si el aire se hubiera ido de mis pulmones. Lo vi en la plenitud de su belleza, en el lago cerca a mi casa, a mi templo. Lo vi bañarse bajo la luz de la luna, lleno de belleza y de tranquilidad. El mundo era una porqueria frente a su hermosura.

Su mirada calo hondo en mi corazon y fue en ese instante que no habia nadie mas en mi que no fuese el. Mi corazon le pertencia y sus labios eran mi perdicion, mi martirio. Comenzamos a conocernos, pero siempre era un hola y un adios, todo tan rapido. Pero esa vez, verlo asi, era nuestro primer paso para saber que nunca, jamas, nos ibamos a separar.

En mis brazos, como lo veo ahora, en mi templo, es sentir que por fin lo tengo asi, por fin entre mis brazos, teniendo su amor, su cariño. Siento que soy su fortaleza y su gran tesoro. Él tambien lo es para mi.

Es por eso que al verlo tan preocupado, tan indefenso ante las obligaciones me provoca ganas enormes de matar a alguien, de dejar que le aumenten tanto trabajo...tanto!

"Cami?". Se acomodo un poco mas sobre mi pecho, perdiendo su piernas entre las mias.

"Si mi vida?".

"Duerme amor...mañana tendras guardia". Me dio un beso en la barbilla y volvio a recostarse en mi pecho. "Asi no podras descansar si piensas tanto".

Cerre los ojos y con un ligero movimiento de mis manos hice que un viento fresco entrara a mi templo, a nuestra habitacion, apagando las velas que daban luz y asi poder descansar un poco mas.

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Pasaron unos dias desde que finalmente recupere a mi hermoso Mu. Mis obligaciones seguian aumentando desde que aparecieron unos caballeros llamados "Caballeros de plata". En realidad jamas habia escuchado de ellos pero bueno...tengo que hacerlo sino quiero tener problemas.

Antes de salir de mi templo, recogi unas flores de uno de mis jardines. Unas rosas rosadas y otras blancas. A Mu le encantan las rosas y mas si son de estos colores. Las puse sobre uno de mis brazos y me fui teletransportandome a su templo, directamente a su habitacion.

Lo vi profundamente dormido. Ayer tuvo mucho trabajo y ahora duerme tan tranquilo y en paz que me encantaria dormir junto a él. Pero borre ese dulce pensamiento de mi cabeza y di un ligero beso sobre sus labios.

Abrio los ojos tan suavemente que me dio la impresion de tener la galaxia completa en el brillo de sus ojos, para luego yo reflejarme en los suyos, tan violetas, tan divinos.

"Saga...mmmh!...buenos dias". Segui dandole besos suaves mientras se despertaba.

"Buenos dias Mu". Le di una caricia a sus mejillas y luego le di las flores.

"Gracias mi vida!...son tan hermosas". Las tenia en sus manos, acariciando los petalos mientras me daba una sonrisa tan preciosa. "Lindas, tan lindas".

"Que bueno que te gusten". Me sente a su lado y le coloque una bata sobre sus hombros. Él se recosto sobre mi y abrazo el ramo de flores, oliendo el perfume que despedian sus petalos. "Son flores que crecen en mi jardin...estoy tan feliz que te agraden".

"Me encantan...no sabes cuanto y mas cuando son tuyas". Toque sus cabellos sedosos y me perdi en su suavidad. "Saga...no es tarde?".

Me levante y le di un beso en la frente. "Es verdad!...tengo que irme". Recogi un pergamino de su mesa de noche y le di otro beso en la frente.

"Tendras un dia largo?". Mu dejo las flores para poder levantarse y despedirse de mi.

"Me temo que si amor...largo y aburrido". Se rio un poco. Camino hacia mi con la bata aun puesta sobre sus hombros mientras su cuerpo asombrosamente desnudo lo dejaba al descubierto para mi.

"Siento mucho que asi sea cariño...pero durante la noche, eso se puede...remediar". Levanto sus manos colocandolas sobre mis hombros, tocando la armadura fria y dura que cubria mi cuerpo.

"Sugerencias?". Con un brazo lo tome de la cintura y lo amolde a mi cuerpo.

"Prefiero tu cuerpo tibio que una armadura tan fria". Inclino su cabeza hacia un lado y sus cabellos cayeron hacia un costado de su rostro, mostrando los seductores que eran sus labios rojos. No pense mucho, ni tampoco quise hacerlo. Le di un beso en esos embriagadores labios. Deguste cada movimiento de ellos, cada aliento emitido de su boca, cada sabor a cerezas que me proporcionaba.

Toque sus cabellos, apretando sus labios aun mas contra los mios, haciendo que nuestros cuerpos se unieran mas, mucho mas. Sabiendo que la armadura era demasiado helada para Mu, me la quite tan solo con hacer un ruido con dos dedos dejandola en el suelo, esperando por mi.

"Mmmmh!...tibio". Mu ahora sentia mi cuerpo, todo mi cuerpo, totalmente desnudo, solo para él.

"Quieres mas?". Lo levante entre mis brazos y lo puse en la cama.

"Sabes que si amor, pero...debes de mmmh!". Cubri su boca con la mia. No iba a permitir que una tonta revision me hiciera alejarme de él tan facilmente.

"Despues...eso sera despues". Y con un pensamiento, cerre la cortina de su cama para amarnos sin interrupciones.

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"Puedo conversar contigo Shaka?". Cuando me di la vuelta vi a Aioros, hermano de Aioria. Lo vi venir desde su casa, lo senti algo molesto y a la vez algo confundido. Le permiti entrar a mi templo y luego lo deje hablar.

"Dime, en que puedo ayudarte, Aioros". Él me miró fijamente antes de sentarse en uno de mis pequeños y suaves cojines.

"Es verdad, que le borraste nuevamente la memoria a mi hermano?". Me sente frente a él, pero no dije nada, solo le sonrei. "Por qué no dices nada?"

No quise mirar sus ojos ni escuchar su voz nuevamente. Es como estar frente a un pedazo de Aioria, pero adulto, aun mas maduro. Quise pensar en otra cosa, mentir, si fuera posible, pero no podia, menos a él, que sabia tanto como yo del dolor de Aioria.

"Que quieres que te diga?". Deje que una pluma de los cielos de mi templo cayera sobre mi mano derecha y comenzara a danzar sobre ella. "Que respuestas buscas, hermano?".

"Entonces, es verdad...es verdad!". Se cubrio el rostro con sus manos y comenzo a llorar, tan delicadamente, tan suavemente.

"No llores...ademas siempre quisiste que lo hiciera".

"NUNCA!". Se puso de pie. Sus lagrimas mojaban el suelo de mi templo, pero no senti pena por él. Ya no quiero sentir mas penas en este mundo tan cruel. Las penas me arrebataron a quien yo amaba sobre todas las cosas, ahora ya no quiero ver su pena...ya no!.

"Si piensas que fue facil, estas equivocado querido hermano". Me puse de pie y lo mire. Abri mis ojos para viera en ellos que yo estaba destrozado. "Estas equivocado". Arregle mis cabellos que caian como cortinas de oro en polvo. Deje caer la pluma mientras le daba la espalda a mi querido hermano Aioros.

"Nunca quise que pasara...siempre les desee bien...a ambos". Respire tranquilamente, pero no podia escuchar mas. Di un paso cuando senti una mano sobre mi hombro. "Gracias, por dejarlo libre".

Quite la mano de mi cuerpo y me aleje de él. "No tienes que agradecer nada hermano, es lo minimo que pude hacer por él". Con eso deje que la conversacion finalizara de mi parte y me aleje lo mas rapido que pude de su presencia.

"No deseas verlo, aunque sea de lejos?". Que?...esta loco?

"No es saludable lo que me propones Aioros". Segui caminando, moviendo una mano en son de despedida.

"Lo se, pero veo tristeza en su mirada y creo que aun te ama...nononono!...él no te recuerda, solo siente...como decirlo?...siente algo extraño, que lo hace sufrir".

Me detuve. Soy un masoquista?...es que acaso no tengo dignidad o soy un perfecto imbecil?. El amor me a vuelto asi, ver sus ojos nuevamente y haber compartido su cama por ultima vez, me a hecho que pierda la cordura, la sanidad mental.

"Que es lo que quieres lograr?". Me acerque a Aioros, con mis ojos aun abiertos pero mostrando un brillo dorado, que a cualquier humano, hasta a un caballero, podria intimidar.

"Quiero que ya no penes y que el sienta tu energia".

"Para qué quieres que me sienta?". Aioros saco un papel de su pantalon, de uno de sus pequeños bolsillos y me lo dio.

"Esto me lo dio antes de refugiarse nuevamente en tus brazos. Él sabia que ibas a borrar su memoria tarde o temprano, pero quiso que supieras algo mas, de él".

Recibi el pequeño papel. Me sente antes de caerme sobre el suelo duro y negro de mi templo. Coji el primer cojin y lo puse bajo mis pies, bajo todo mi cuerpo. Me recoste y abri delicadamente el papel. Olia a Aioria, tenia ese olor tan seductor, tan divino. Era él, solo que en papel.

Cuando lo abri, no quise leer nada, solo vi el arte de su escritura, palabras de amor y ruegos, sulpicas y una resolucion. Podia sentir eso y muchas cosas mas.

Su carta la podia sentir y comence a leer :

"Sabes que no cambiara en nada lo que siento por ti y menos si alguna vez intentas, nuevamente borrarme la memoria. Se, que si lees esta carta, es porque lo hiciste nuevamente. No estoy molesto, olvidate de eso amor. Te agradezco por lo que hiciste. Se que te hacia sufrir, que te hacia llorar por las noches. Lo siento aun mas, no sabes cuanto.

Cuando leas esta carta, quiero que ya no sufras mas y quiero que seas feliz por el resto de tu inmortalidad. Por que se, aunque nunca quisiste decirmelo, que tu cuerpo y alma permaneceran en este mundo, intactos, bellos. Siempre pense que eras y seras fuera de este mundo.

Si alguna vez me ves pasar cerca a tu templo y te veo a los ojos. Mira en ellos por segunda vez, seguramente mi amor dormido clama por ti. Pero aun asi, esos segundos maravillosos van a desaparecer y seguro sufriras nuevamente, pero quiero que recuerdes un poco de mi. Se que soy un malvado al pedirte esto pero se que sentire, que te sentire de alguna forma. Tengo esperanzas que alguna vez nos podramos reencontrar y asi seremos felices.

Pero...por Atena!...siempre tiene que ver algun pero. Si, alguna vez encuentras alguna persona que te ame aun mas que yo, que te adore, que te proteja y que seas tu lo mas importante para él. Tenme como un mal sueño y entregate al cariño que el nuevo amor te puede dar. No importa si miro, si alguna vez paso frente a ti. No sere yo, solo una cascara que amaste pero que no corresponde a tu cariño, porque ya no te recuerdo.

Nunca te lo dije amor pero en la "Soledad del Silencio", cuando estuve en esa prision, jamas, en mi vida, ni por un segundo, ni minuto, me habia olvidado de ti. Jamas te olvide aunque el dolor fuera grande, aunque el calor me matara y me calcinara la piel y el frio matara mis ojos y mis labios. Nunca pense tanto en ti como en mis ruegos, como en mis suplicas. Jamas desee estar tanto contigo como en esos momentos.

Solo quiero, que con esta carta sepas que te amare por toda mi vida. Que si reencarno sere parte de tu amor por mi y si me olvidas, si Buda pide que lo hagas y me borra de tu mente. Solo te quiero decir que mi corazon latera por ti y nunca te olvidara, porque somos de ambos, como antes.

Se feliz y ama para siempre. No sufras por mi, ya no vale la pena cariño.

Solo quiero que encuentres la felicidad aunque sea...en otros brazos.

Aioria."

Abrace la carta que tenia entre las manos. La tome contra mi pecho y deje que mis cabellos cubrieran el horror y la pena de tener a Aioria tan lucido en esta carta y aun Aioria desmemoriado tan cerca de mi.

Vi a Aioros tenderme una mano. Se la di sin reparos. Me puse de pie y deje que mis manos secaran mis lagrimas.

"Vamos a verlo?".

"Si Atena, alguna vez me da la gracia de volver estar con él. Juro por lo mas sagrado que jamas lo dejare ir".

Con eso di un paso hacia adelante. Hombro con hombro fui a la entrada de mi templo, a ver a Aioria, a ver a quien esta tan dentro de mi corazon.

Había demasiada luz de sol para poder salir. Aioros salió junto a mi y caminamos hasta bajar unas cuantas gradas, volteamos a la derecha y entramos a mis jardines.

"Como tiene acceso a este lugar?". Aioros no me contesto, solo me invito a pasar a mi propio territorio y en ese instante vi al amor de mi vida, sentado, viendo las flores crecer a su alrededor.

"Jamás estara lejos de ti, aunque ya no te recuerde". Di unos pasos hasta donde él estaba y vi como sus manos jugaban con las flores que estaban a su alrededor. La brisa ondeaba sus cabellos y sus ojos estaban abiertos al sol, como si quisiera tener toda la luz en sus ojos.

/Quiero hundirme en la belleza de tus ojos, fundirme en tu piel pero no me dejes sin esa luz!/

Recuerdo sus palabras, fueron unas de las tantas que me dio la ultima vez que estuvimos juntos en su templo.

"Se ve...tan...hermoso Aioros". Su hermano estaba junto a mi, viéndolo sonreir al cielo y a las flores.

"Se ve en paz Shaka". Asenti con la cabeza.

"Es lo mejor que pude hacer por él". Tome una flor y la deje caer sobre las demas.

"No te sientas mal, seguro, muy pronto pasara algo bueno". Mire a Aioros y pense que ahora ya no estaba solo.

"Se que puedo contar contigo, ahora que haz decidido entendernos". Segui mirando a Aioria, perderse en la inmensidad de mi jardin, escuchando a las aves cantar, al cielo fundirse con su mirada.

"Siempre los entendi, solo que, nunca tuve el valor para luchar por ustedes...es dificil pero se que habra otra oportunidad para demosotrar que puedo ayudar". Le di la mano y le sonrei.

"Lo se y él, creo...que tambien lo sabe Aioros".

No se porque pero vi los ojos de Aioros mas abiertos que nunca. Senti una sombra sobre mi y cuando gire mi cuerpo, estaba cara a cara con Aioria. Tenia esa mirada tan hermosa, sus labios tan rosados. Creo que me voy a desmayar.

"Aioria, que bueno que estes aqui, querido hermanito". No veia a Aioros, solo lo escuchaba, pero hasta creo que mis oidos perdieron el sentido y me fije solo en Aioria.

"Siento mucho haber entrado a sus jardines...hermano Shaka". No movi ni un musculo. Solo lo estaba mirando. No podia moverme, era todo, todo este amor mas fuerte que yo. Solo lo observaba, tratando de ver que mas habia alli.

"Ya podemos irnos Aioria...es mejor dejar tranquilo a Shaka, no te parece?". Aioros hacia esfuerzos sobrehuamnos para alejarnos, pero era algo imposible, hasta para mi.

"Puedes volver cuando quieras". Arregle mis cabellos y me aleje dos pasos de él. Pero, para mala suerte mia, pise en falso y estaba a punto de caer sobre las flores cuando senti unos fuertes brazos bajo mi cuerpo que me llevaron a su pecho.

No queria verlo, verlo directamente a sus ojos pero me ganaba el sentimiento. Levante la cabeza y lo vi, directamente a su alma. A sus preciosos ojos azules. Él bajo la mirada y sin pensar dos veces nuestros labios se unieron.

Habrá recordado?...pero que estoy haciendo?

"SUELTAME!". Me dejo de pie sobre el campo de flores. "Jamas!...me oyes bien!, jamas te atrevas hacer eso Aioria". No quise hacerlo pero le di una bofetada que le provoque algo de sangrado en sus perfectos labios. Él solo me observaba, solo me analizaba, queriendo decirme algo tal vez?.

"Shaka?...espera por favor". Aioros corria detras de mi, pero una pared de flores y hierbas se levanto bloqueando el paso. Con mi mente transmiti palabras a la cabeza del tonto de Aioros.

"Si deseas que no sufra, haz por todos los medios que no me vea y que yo no lo vea...sera mejor asi, sino, me volvere loco".

Se que Aioros esta cuidando de su hermano, pero...quien cuidara de mi?

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Al despertar moví mis piernas y las entrelace con las de Mu. Él aún estaba dormido y parcticamente, como yo, estaba exhausto. NO era para menos, habíamos estado haciendo el amor por alrededor de dos horas sin parar y verlo con una sonrisa en sus labios y un leve color rosado en sus mejillas eso hace que me sienta feliz, muy feliz.

En el momento que iba a darle un beso escuche un sonido que provenía de mi armadura. Géminis siempre me ayuda a recordar que es lo que siempre olvido y lo que se me ha olvidado esta vez era la inspección en el campo de arena y tenía que ver a los caballeros de plata, enviados por Atena.

Me puse de pie y salí de la cama. La armadura de géminis cubrió mi cuerpo y di un suspiro.
"Esta vida es una mierda". Tomé el caso y antes de colocármelo abrí las cortinas de la cama. Mu aún dormía placidamente. Sus manos cogiendo el lado de la almohada donde mi cabeza había estado recostada. Coloqué sobre sus hombros las sábanas y le di por fin un beso en una de sus mejillas.

"Que tengas una buena tarde amor...en la noche espero verte". Me coloqué el casco finalmente y me aleje de sus cama, de su habitación y salí de su templo.

Pero, durante mis memorias, recordando cosas pasadas...no me había percatado que alguien, un hermano mío, me había esatdo observando de lejos.

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"Maldición!". Ví como Camus perdía toda la paciencia y tiró el casco de su armadura sobre el suelo de mi templo. "Es un estúpido, como diablos cree que los protegeremos si hace lo que le da la gana".

No quise decir nada y me sente en el suelo cerca a una columna. Me cruce de brazos y vi hacia un lado.

"No es suficiente tener que pensar en esos caballeros de plata enviados por Atena...NO!...Saga tenía que estar en brazos de Mu, olvidándose que el Patriarca iba a estar en la arena con ellos!". Camus con un brazo rompió un jarron, y era el que mas me gustaba. Conté hasta tres y respiré hondo.

"No quiero pensar en lo que pasará si ese imbécil es atrapado. Es que acaso no sabe lo que le ocurrió a Airoia y a Shaka?, es que acaso es un demente?".

"No es un demente Camus". Me puse de pie y levante el jarron que estaba hecho pedazos. "Y creo que este jarron no se merecía tu ira". Lo miré y vi que estaba lleno de rabia. No quise pelear con él y menos si está fuera de sus casillas. Me aleje un poco cuando senti que tomaba una de mis manos.

"Tu no eres fuente de mi ira Cielo. Jamás lo serás, solo tengo miedo de lo que nos pueda pasar amor". Me di la vuelta y lo mire.

"A que te refieres?". Camus me abrazo, me dio un beso en la frente y acomodó mi cabeza en su hombro.

"Me refiero a las nuevas disposiciones que hará el Patriarca acerca de ellos y eso nos afectará de algún modo. Redoblarán la seguridad y tu sabes muy bien que hay uno de los doce que es su espía y no quiero que nos descubran, no ahora que te tengo...no quiero perderte".

Tomé su rostro entre mis manos y le di un beso. Acarició mi mejilla con una de sus manos y siguió hablando. "Si alguna vez voy a la Soledad del Silencio, no quiero que vayas por ningún motivo...me oyes?". Tapé mi boca con una mano y sentí como una lágrima corría por mi rostro. "No quiero que me veas allí, no quiero que se den cuenta de ti. Quiero que sigas del lado del Patriarca. Por tu seguridad".

No pude contener mis lágrimas y lloré sobre su hombro.

"Se que te pido demasiado amor, pero es lo único que puedo hacer si esas situaciones se siguen dando. No tengo mas remedio que cuidar lo que es mio. Escucha con atención lo que te digo. Si entro a esa prisión, no habrá esperanza de salir. Aioria tuvo suerte porque Shaka es el mas cercano a Dios pero yo, no tengo tanta suerte como él. Tengo poder pero no tanto para poder salir con vida de alli, es por eso que...", sus brazos dejaraon de rodear mi cuerpo y sus manos dejaron de tomar las mias. Su mirada cayó sobre el piso y senti que mi respiración estaba congelada en mis pulmones, "...es mejor que dejemos de vernos Milo".

Abrí mis ojos y mis lágrimas cayeron estrepitosamente sobre mis mejillas. Tome mis manos y las aprete sobre mi pecho. Vi como Camus arreglaba sus cabellos, tratando de pensar algo, algo que decirme para que yo no sufriera.

"Milo, es lo único que podemos hacer por nosotros ahora que nadie piensa en nuestra seguridad". Di un paso hacia atrás y quise que la tierra se abriera. "Por favor Milo, hablame, no quiero que sigas llorando".

No le hice caso y me di la vuelta y caminé hasta llegar a mi jardín. Me dejé caer sobre las flores y mis gemidos, esos gemidos de dolor que estaba guardando en mi garganta los hice salir para que me dejaran respirar. Senti como Camus me levantaba de esa hermosa alfombra de flores y me apretaba contra su pecho.

"Te amaré hasta que Atena me quite el ultimo suspiro. Serás para mi lo único seguro y bello en esta tierra. Eres lo mejor de mi vida. Es por eso que tengo que alejarme de ti. No te puedo arriesgar. No quiero que terminemos como Shaka y Aioria. No quiero terminar olvidándote amor".

Lo abrace. Seguía llorando. Olvidé todo lo que tenía que hacer ese día. Abrí los ojos y me perdí en los suyos. "No quiero que me dejes Cami". Él me acomodó los cabellos y con un suspiro se negó a mi pedido.

"No es justo amor, para ti, seguir escondiéndote...tengo que asegurar tu futuro, ahora que tantas cosas pasan en el santuario".

"Que...que nos pasará Camus...no es justo". Mis lágrimas hacían que no hablara correctamente.

"No podré estar aqui durante las noches. No podré hablar contigo más que de trabajo. No podrás estar en mi templo...por todos los dioses!, no podremos estar juntos". Vi una lágrima caer sobre su rostro y le di un beso. "Te amo, te amaré Milo, siempre, siempre lo haré".

"Oh Dios Cami!". Me recosté en su pecho y sentí como mi corazón se estaba rompiendo en pequeños pedazos.

"Tenemos que ser espectadores de la destrucción que pronto pasará amor mio...ya no podremos intervenir, es por eso que hago esto con nosotros. Sé que sufriremos pero estaremos seguros.". Asentí con la cabeza.

Quiero que Camus este siempre conmigo pero tenía que pensar tambien en su seguridad y estando conmigo todas las noches eso era tentar al destino. No quiero verlo como vi a Aioria en la Soledad del Silencio y menos quiero verme llorar y morir de pena como lo hacía Shaka. Tengo que ser fuerte aunque me muera de pena.

"Cuando te iras Cami?". No quise ni mirarlo, me romperia el corazón verlo pensar y mirar hacia un lado.

"Ahora, si es preciso". Suspiré y luego levanté la mirada. Me acomodé en sus brazos hasta quedar mis labios cerca a los suyos.

"Aún no amor...déjame con un recuerdo, el mas vivo de ellos". Nuestras armaduras yacían en los corredores de mi templo, mientras nosotros explorábamos nuestros cuerpos en mi habitación.

Por última vez.

CONTINUARA...

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