Hola chicos!!!! Como estan?! Este es humildemente mi ff, trata sobre la historia de mis dioses los Merodeadores (James, Sirius, Remus y Peter) y sus aventuras en Hogwarts, amores, amistades y otras cosas, mi historia comienza cuando resiven las cartas y eso :P espero les guste, ya había puesto en otras ocaciones pero he tenido problemas técnicos (sin comentarios¬¬) espero que esto sea de su agrado, y recuerden enviarme Reviews no sean malos!!

"Sirius no importa que pase de ahora en adelante siempre estarás en mi mente y en mi corazón, serás mi luz, mi ángel, mi guía, nunca te voy a olvidar, eres el Merodeador de mi Corazón"

sin mas que decir aquí les va el ff...

Los Merodeadores de Hogwarts

Capitulo 1

El Comienzo

No era la primera vez que en la casa de los Evans estallaba una discusión a mitad de la tarde.

- ¡Mamá fue ella! – decía una chica de cabello negro.

- ¡Mamá yo no le hice nada! - insistía una hermosa chica de cabello rojo y brillantes ojos verdes.

- ¡Claro que si, fuiste tú! – seguía insistiendo – si no ¿cómo rayos se incendio mi casa de muñecas?

- No lo sé, solo sé que yo no hice nada – decía la pelirroja, apunto de llorar.

- ¡No le creas! – insistía la otra.

- Petunia, hija – intento explicar la madre por enésima vez - si Lily dice que no ha hecho nada entonces…

- ¡Eso no es justo!, siempre te pones de su lado – se quejo la de cabello negro.

- Eso no es cierto, Petu – dijo la pelirroja.

- Déjame en paz y aléjate de mis cosas – dijo ella y subió como una ráfaga a su habitación.

- Pero… – Lily se dio la vuelta para ver a su madre – mamá en serio yo no le hice nada…te lo juro…

- Te creo Lily – dijo su madre – pero para evitar estas cosas, será mejor que te mantengas distanciada de las cosas de tu hermana, ya sabes como es.

- Si, mamá – dijo ella y subió cabizbaja a su cuarto.

Al llegar a su habitación entro y cerro la puerta, se dio cuenta de que su hermana la espiaba desde el cuarto de al lado, debía de estar muy molesta con ella por incendiar su casa de muñecas, pero ella no había hecho nada, o no que ella supiera…, las dos habían estado jugando tranquilamente hasta que Lily se enfado por que Petunia insulto a una de sus mejores amigas y si había algo que Lily Evans no podía soportar era que alguien insultara a sus amigos. Petunia siempre fue una chica celosa tanto de la popularidad como de las amistades de Lily puesto que era amiga de todos, eso por no decir de su belleza, porque Lily siempre fue una chica preciosa y en mas de una ocasión la habían coronado reina de la clase, mientras que a Petunia no había ganado algo así ni una sola vez, también era la primera de su clase lo que hacia que las notas de Petunia quedaran algo opacadas ante los grandes logros de Lily.

Lily se acostó en su cama, cerro sus ojos y continuo sus pensamientos, Lily nunca pretendió presumir sus virtudes a su hermana ni a nadie, pero la verdad no hacia falta ya que eran demasiado notorias, todos creerían que la vida de Lily era perfecta y normal, pero no, ella sufría mucho por no lograr entender lo que pasaba dentro de ella, porque cosas incomprensibles e inimaginables ocurrían a su alrededor. Prueba de ello, era lo que había tenido lugar minutos atrás, ella no quería hacerlo ni siquiera sabia que había hecho… pero esto no era lo único que pasaba, la noche anterior había tenido un sueño muy extraño, estaba ella en medio de un extenso terreno, rodeada de neblina espesa, una risa fría se escuchaba a lo lejos pero iba acercándose lentamente hacia donde ella estaba, hasta que al fin se colocaba junto a su oído y susurraba unas palabras con voz aguda y que helaba la sangre, la Voz decía: "Ven Lily, Ven conmigo…", Lily sintió como que era hipnotizada y era llevada por un personaje encapuchado, lo ultimo que vio antes de despertar fue un muchacho de cabello negro azabache…

Lily se levanto sobre saltada, se había hundido de tal forma en sus pensamientos que había vivido el sueño de nuevo, y tal como había pasado la noche anterior, estaba bañada en sudor, y con un palpitar tan fuerte en su corazón que hubiera jurado que saldría de su pecho, ese sueño realmente había logrado consternar a Lily… no tenia idea de que fuera ese lugar, ese encapuchado, la voz… y el muchacho, no había logrado verlo bien pero estaba segura de que pronto sabría quien era…

Mientras tanto, un guapo chico de cabello negro azabache alborotado y ojos de un azul tan intenso como el océano, que usaba lentes se encontraba acostado en su habitación, pensando en la forma en que la llegada de una Misteriosa Carta había consternado a sus padres, y aunque no le habían dicho nada, el era un chico curioso e inteligente y suponía de donde procedía tal carta que tanto había emocionado a sus padres…una encantadora sonrisa se dibujo en sus labios al recordar aquel verano en donde había acompañado a su padre a un Gran Castillo con amplias praderas y un gran lago, ese castillo era un Colegio de Magia y Hechicería llamado: Hogwarts, el sabia que tanto sus padres como sus abuelos conformaban una larga línea de magos antiguos, y todos habían asistido a Hogwarts, desde que estuvo allí, el también deseaba ser aceptado en tal colegio, y por las enormes sonrisas que tenían sus padres al ver el coreo esa mañana, podría jurar que había sido aceptado.

James Potter, era un chico sumamente guapo, agradable e inteligente, y a contrario de lo que decía su apariencia era un bromista de primera, un chico travieso, malicioso, y junto con su gran amigo Sirius Black al que conocía desde lo que para el era siempre, eran realmente temidos en el Valle de Godric, y por lo tanto todos estaban muy aliviados de que ya partirían a estudiar y dejarían de causar caos en el lugar. Pero James y Sirius no se encontraban tristes por abandonar a sus victimas, al contrario estaban deseosos de ir al colegio, de tener nuevos amigos… y nuevas victimas, en estos momentos lo único que les preocupaba era quedar en el mismo colegio, porque dudaban que separados pudieran vivir mas de dos días…

De repente una voz saco a James de sus pensamientos.

- James, ya baja, no me voy a quedar aquí toda la vida – decía un chico guapo de cabello negro, y hermosos ojos negros y profundos.

- Ya voy – dijo James saliendo de sus pensamientos y bajando a ver a su amigo.

- Me van a salir raíces, James – se quejaba el.

- Hay no exageres Sirius – dijo el bajando las escaleras.

- ¿quién exagera? – dijo el falsamente enfadado.

- Oye, ¿no recibiste una carta extraña el día de hoy? – pregunto James, una vez abajo.

- Pues si, mis padres la tomaron y no me dejaron verla – dijo el de mala gana – pero supongo que a de ser…

- Del colegio – interrumpió James.

- Eso creo – dijo Sirius.

- ¿qué colegio crees que nos haya aceptado? – pregunto James, deseando que fuera Hogwarts.

- Pues no lo se, pero lo importante es que nos haya aceptado a ambos – dijo Sirius dándole una palmada en el hombro.

- Claro, aunque no pierdo la esperanza de que sea Hogwarts – dijo James.

- Desde que lo visitaste no dejas de pensar en eso, ¿qué es lo que tanto te emociona de el? – pregunto Sirius.

- Pues es un castillo enorme…

- ¿y…?

- ¿te imaginas cuantos pasadizos a de tener, y las bromas que eso nos podría facilitar? – dijo James con una sonrisa maliciosa.

- Amigo – dijo Sirius con una sonrisa idéntica a la de James – me estabas asustando, creí que me saldrías con algo como los índices de estudio o que se yo… creí que perdía a mi amigo.

- Jajaja… que exagerado eres – dijo James – cuando veas el castillo me entenderás.

- Primero deben aceptarnos – le recordó Sirius.

- No te preocupes por eso – dijo James confiado.

En la noche, tanto James como Sirius, se fueron a dormir decepcionados debido a que sus padres aun no les decían nada, mientras que en un lejano lugar Lily se dormía, aun preocupada por su sueño y esperando que este no se repitiera… pero todos ellos al siguiente día al despertar se llevarían una gran sorpresa. A la mañana siguiente Lily se levanto relajada pues había tenido una noche muy normal y su hermana comenzó a hablarle de nuevo, fue entonces cuento en el correo llego una extraña carta que emociono y sorprendió mucho a sus padres, y aunque iba dirigida a ella al ver al sello ellos la abrieron y no se la dejaron ver, luego las mandaron a su habitación, tanto a Petunia como a ella, Lily subió de mala gana, después de todo era su carta ¿por qué no dejaban que ella la viera?, subió las escaleras con esta pregunta en su cabeza.

Muy lejos de allí James se encontraba levantándose, y después de dar unas cuantas vueltas en su cama como si decidiera si pararse o no, se levanto y se arreglo, luego bajo a desayunar con rostro soñoliento, pero este se le quito casi de golpe al ver a sus padres sentados en el comedor esperándolo y con la carta de ayer en las manos.

- James, siéntate – dijo su padre.

- Yo… si ya voy – dijo el y se sentó en su usual silla, su madre se levanto y con una sonrisa sirvió a su hijo Panquecas y jugo de naranja – gracias – dijo James, la verdad estaba hambriento, pero pensó que seria mejor esperar a que sus pares hablaran.

- Adelante come – dijo su padre, viendo que al parecer no dirían nada hasta después que comiera y que el se moría de hambre, así lo hizo.

Mientras James comía, Lily daba vueltas por toda su habitación preguntándose que podría ser aquella carta y porque no le habían permitido verla, Petunia parecía satisfecha de que le negaran algo a Lily pero Lily no era la clase de chica que aceptara un no por respuesta, y averiguaría que decía tal carta así tuviera que quitársela a sus padres. En se preciso instante James termino de comer y no espero un segundo para saber que era lo que ocurría, aunque ya lo suponía quería escucharlo de parte de ellos.

- Ya termine – dijo James alto, para asegurarse de que se dieran cuenta que había terminado.

- Bien… James, has recibido dos cartas donde te aceptan como estudiante de dos colegios de magia – dijo su padre con una sonrisa.

- ¿dos? – dijo James incrédulo – pero si ayer solo llego una.

- Por eso es que no te lo dijimos ayer, hoy llego otra, la carta que llego ayer es de un colegio llamado: Instituto Salen – dijo su padre.

- ¿Salen? – dijo James preocupado – pero… pero ¿y Hogwarts?

- Esa es la carta que te llego hoy, has sido aceptado en ambas James y por la sonrisa que se te formo desde que escuchaste Hogwarts, creo que ya se a donde iras, y estoy orgulloso de tu decisión hijo – dijo su padre.

- ¡Claro que iré a Hogwarts! – dijo James, emocionado.

- Me alegra, mañana iremos comprar tus rutiles al Callejón Diagon – dijo su madre.

- James – llamo su padre al ver que se dirigía como una bala a la puerta - ¿a dónde piensas ir?

- A casa de Sirius papá – dijo James cerrando la puerta tras el.

- Hay que niño, espero que madure mas en el colegio – dijo su madre con una sonrisa.

Mientras James corría con todas sus fuerzas havia la casa de Sirius, Lily agotaba su paciencia y se dirigía a la sala en donde hablaban sus padres, llego y sigilosamente se acerco a la puerta para poder escuchar su conversación, desgraciadamente no llevaba allí 10 min cuando se callo una figurilla de la mesa y esto alerto a sus padres sobre su presencia, Lily estaba lista para un regaño y para que la enviaran a su habitación pero, para su sorpresa, sus padres la hicieron entrar a la sala para explicarle lo que pasaba..

- Pasa Lily, no era necesario que bajaras aquí, íbamos a subir a decírtelo de todos modos – dijo su madre.

- Siéntate hija, ya que estas aquí, te diremos de una vez que pasa. – dijo su padre.

- Bien… primero has de saber que hemos recibido esto, bueno tu has recibido esto – dio su padre entregándole la carta que había llegado esa mañana.

Lily la tomo en sus manos y se quedo fría al ver que en la carta decía:

Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería

Director: Albus Dumbledore

(Orden de Merlín, Primera clase,

Gran Hechicero, Jefe de Magos,

Jefe supremo, confederación

Internacional de Magos).

Querida Señorita. Evans:

Tenemos el placer de informarle que dispone de un puesto en el Colegio de Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor observe la lista del equipo y libros necesarios que se encuentran adjuntos. Las clases comienzan el 1ero de Septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de Julio.

Muy Cordialmente

Minerva McGonagall

Directora Adjunta

- ¿Colegio de Hogwarts de Magia y Hechicería? – dijo Lily incrédula.

- Si, cariño tú… eres una Bruja – dijo su madre.

- ¿qué soy que? – dijo ella levantándose de la silla y comenzando a sobresaltarse.

- Una bruja – dijo su padre.

- Pero no hay porque alterarse linda – dijo su madre tranquila.

- ¿no hay de que alterarse? ¿me dicen que soy una bruja y no hay de que alterarse? – dijo ella perdiendo el control.

- Lily tranquila, te explicaremos todo – dijo su padre.

Su padre se encargo de decirle a Lily todo sobre Hogwarts, lo cual el ya había averiguando, dado que debido a las extrañas cosas que pasaban alrededor de Lily y después de mucho buscar llegaron a la conclusión de que lo mas seguro era que Lily poseyera poderes Mágicos, y de allí surgió el deseo de investigar todo sobre el tema, hasta que se encontraron con Hogwarts, y desde comienzos del verano ya se imaginaban que Lily recibiría tal carta y estaban muy emocionados de tener una bruja en la familia.

En el Valle de Godric, James tubo que esperar afuera mientras Sirius terminaba de hablar con sus padres, suponía que le decían lo mismo que a el, James estaba algo impaciente mas que todo por ver a cual Colegio desidia ir Sirius, al rato Sirius salió, Obviamente decidió irse, junto con su amigo a Hogwarts, James estaba emocionado, en menos de un mes iría a estudiar en Hogwarts en compañía de su mejor amigo, no podía esperar. Contó a Sirius que al día siguiente iría a comprar los útiles y Sirius estuvo de acuerdo en ir también. Pasaron el día planeando las bromas de bienvenida, pero solo eran dos, no se daban abasto para hacer cosas tan grandes, por ello esperaban encontrar algo de ayuda al llegar a Hogwarts. Mientras Lily pasó el día tratando de asimilar el hecho de que ella era una bruja, que iría a un colegio de magia y que al día siguiente iría con sus padres a un lugar llamado: Callejón Diagon, rodeados de brujas y magos a comprar libros de hechizos para su nuevo colegio de Magia. Lily se tapo la cabeza con la sabana, le estaba costando mucho entender que pasaba pero esperaba que pronto sus dudas se fueran, ya que en su cabeza comenzaba a aparecer la idea de rechazar la oportunidad de ir a Hogwarts y ser una bruja por la de ir a una secundaria normal y ser Doctora, Reportera o algo así.

Cuando Lily finalmente se durmió su cabeza era un desastre lleno de preguntas sin respuesta, las cuales esperaba se disiparan de su mente para la mañana siguiente…

A la mañana siguiente, por un lado iban los Evans con una muy confusa Lily que iba a un lugar que para ella era desconocido y extraño, con unos padres que parecían muy felices de lo que llamaban "El Don de Lily" mientras que Petunia se encontraba mas furiosa que nunca con lo que ella llamaba "La Anormalidad de Lily" . Por otro lado desde el Valle de Godric, partían tanto los Potter, como los Black simultáneamente, con el mismo destino que los Evans. En poco tiempo los Black y los Potter llegaron a su destino (ya que su medio de transporte los Polvos Flu, eran mucho mas rápido) e inmediatamente Sirius y James fueron a la tienda de Quidditch mientras que sus padres fueron por los útiles. Al poco tiempo los Evans llegaron también, no sin antes dejar a Petunia en casa de una amiga, Lily casi se muere al ver como se abría la puerta hacia el Callejón Diagon, y su estado no mejoro al ver las cosas dentro de las tientas, las cuales aunque eran fascinantes e interesantes para alguien que las veía por primera vez podían dar bastante miedo. Sus padres iban a entrar a una tienda extraña a comprar los libros, Lily no quiso entrar con ellos y decidió ir a curiosear lo que de ahora en adelante seria su mundo. Camino unos cuantos pasos hasta llegar a una tienda en donde estaban reunidos muchos chicos.

La tienda tenia por nombre: Tienda de Artículos de Quidditch, y muchos chicos de aproximadamente su edad se reunían frente a la vitrina, Lily pensó que nada podía ser tan interesante como para entretener a tantos chicos, así que decidió averiguar con dos preguntas dentro de su cabeza, la primera era obviamente que era tan interesante y la segunda: ¿qué diablos era el Quidditch?. No pudo acercarse mucho debido a que los chicos parecían frenéticos por ver lo que sea que fuera lo que había dentro de aquella tienda.

Pero Lily no se rendiría tan fácilmente, se alzo lo mas que pudo solo para llevarse una tremenda decepción, lo que los chicos veían era una simple escoba, trato de salir de allí sumamente desilusionada pero, luego como si súbitamente recordara que estaba en un mundo de Magos, pensó que la escoba podía tener poderes como por ejemplo volar, si, eso tenia que ser, si no como se explicaba que hubiera una multitud contemplando una escoba. Al fin logro salir de esa muchedumbre vio que junto a ella salían dos chicos mas, uno de cabello negro y ojos profundamente negros y uno con el cabello negro azabache y ojos tan azules como el océano y lentes.

- James, es la última vez que te hago caso – se quejo de broma el primer chico.

- ¡como si tú no querías verla Sirius! – se defendió bromeando el segundo.

- Si pero… - se detuvo al ver que Lily los observaba, Lily se puso roja y bajo la mirada - ¿podemos ayudarte en algo?

- Bueno… - Lily lo pensó, y no tenia de malo hacer tal pregunta - ¿qué están viendo todos esos chicos?

- Una escoba – dijo el primero.

- No es solo una escoba Sirius – lo contradijo indignado el segundo – es la nueva Bengala 500, la mas nueva versión de las Bengalas, la de mayor potencia y la más rápida creada hasta ahora, tiene una velocidad de vuelo impresionante, la selección de Inglaterra la usara en los mundiales de este año y…

- No, debiste preguntarle de Quidditch o lo tendrás aquí todo el día – dijo el primero.

- No es cierto – dijo el otro rojo.

- Soy Sirius Black – dijo el primero cambiando de tema.

- Yo James Potter – saludo el segundo con una gran sonrisa..

- Lily Evans, un placer – dijo ella.

- Igualmente – dijeron los dos a coro.

- Oigan… - dijo ella algo pensativa – disculpen que los moleste de nuevo pero…

- No es molestia – dijo James sonriendo.

- ¿Me podrían decir que es el Quidditch? – dijo ella cohibida.

- Bueno… - dijo Sirius – eso se lo dejo al Sr. Quidditch adicto.

- Muy gracioso – dijo James y en unos cuantos minutos le explico a Lily que era el Quidditch - ¿entendiste?

- Si, muchas gracias – dijo Lili sonriéndole.

- ¿Eres de Padres Muggles no? – pregunto Sirius.

- ¿Muggles? – repitió ella confusa,

- Creo que eso respondió mi pregunta – dijo Sirius.

- ¿Ah?

- Muggles significa personas sin magia – explico James.

- Oh… ya veo, creo que tengo demasiado que aprender antes de partir a Hogwarts – dijo ella apenada.

- ¿Vas a Hogwarts? – preguntaron ellos al mismo tiempo.

- Sí…¿por qué?

- Fantástico, estudiaremos juntos – dijo James.

- ¿En serio? – pregunto Lily incrédula – ¡qué bueno! – dijo ella emocionada.

- Si, genial – aseguro Sirius.

Después no tuvieron mucho tiempo de hablar pues llegaron sus padres y los tres partieron a sus respectivas casas, a Lily le habían caído muy bien tanto Sirius como James y a ellos ella, parecía que tenían una próxima prometedora amistad que esperaban duraría mucho tiempo, y por primera vez Lily sintió grandes deseos de asistir a Hogwarts para estar con ellos.

Esa noche durmió con una sonrisa emocionada por asistir a Hogwarts y ninguna pesadilla o preocupación perturbo su sueño, sabía que este era el comienzo de algo grande que estaba fuera de su imaginación y tenia un fuerte presentimiento de que le iba a encantar Hogwarts. Mismo presentimiento que tenia James mientras entraba en su cama, se quitaba los lentes y se acostaba a dormir…