Capitulo 2 "Stars"

Norte de Escocia.

10:53 A.M.

"Sin lugar a dudas, Minmei no podría estar mejor"

"Es el mejor momento en la vida de Minmei"

"Este ha sido su mejor año".

La revista "Entreteinement" hizo el comentario numero uno. El canal CNN realizó el comentario numero dos. Y los sabios autores del numero tres, fueron los conductores del programa "SuperStars" del MBS. Ganadora del Nuevo Grammy. Nominada a Mejor actriz y Revelación del Año para los Nuevos Oscares. Dueña de una mansión postmodernista en los acantilados de Escocia. Autos de colección. El afecto y admiración de millones de personas. Poseedora del cuerpo más Sexi según la revista Time. Un rostro catalogado entre los 10 más hermosos del mundo, según el programa "Rank". Y la voz que conquistó a 2 razas de seres inteligentes.

¿Qué más podrías desear? ¿No es acaso "El mejor momento de tu vida"?

Si, si lo es. Quisieras responder. Pero ¿Porqué deseas tanto regresar al SDF-1, a Macross II en el espacio? Antes de ser estrella y embriagarte de la fama. Vivir otra vez en tu pequeño cuarto encima del Dragón Blanco, caminar por las calles de la ciudad tomada de la mano del joven que salvó tu vida. De regresar con Rick, antes de que la milicia lo absorbiera.

Rick, ¿cómo olvidarlo?

15 maravillosos días, antes de que se enlistara. En los cuales trabajó en restaurante. En los cuales pasaron momentos tan tiernos y queridos. En los cuales se profesaron su amor sin palabras, pasando horas en su banca, observando la tranquilidad del espacio. Compartiendo sus temores y anhelos.

¿Adónde se fueron esos días?

La cabeza te duele. Vomitarías si tuvieras algo en la barriga. Hace ya una hora que te despertaste pero no quieres moverte por temor de despertar a tu primo Kyle. ¿Dónde estas? ¿Qué pasó? Quizás la basura que vez en el piso te ayude a recordar: Botellas de licor, ropa de todos los tipos, comida, platos, vasos, agujas, preservativos y otras cosas que aún no identificas. ¿Cómo llegaste a eso? ¿Qué es lo que recuerdas?

La fiesta, si. Celebraste tu nominación, junto con el elenco de la película. Fue una fiesta pequeña, nomás de treinta personas. Y, ahí está. La feliz pareja Lynn en su casa, rebosante de éxito y cordialidad. Dando la bienvenida. Fue divertida, ¿no? La convivencia con amigos queridos y la piscina de agua tibia. Las bebidas exóticas y la comida elegante. Pero sabías lo que Kyle planeaba. Cuando lo viste platicando con ese productor gordo y calvo Lowrance Hill. ¿Notaste sus ojos? Las miradas lascivas que te negaste a entender, a creer. Sin decir una palabra supiste que ya te habían vendido por otro contrato. A ti, la ramera más cara del mercado.

¿Cómo lo dejaste, le permitiste hacerte eso? Te preguntas entre lágrimas de vergüenza, furia y tristeza. Pero, ¿no era esta la vida que deseabas? Casi lo oyes preguntarte. La fiesta terminó en un desenfreno más obsceno de lo que alguna vez te lo imaginaste. La música demasiado provocativa, el alcohol embrutecedor y el sentido, como las olas de tu playa, iba y venía.

Los pocos recuerdos son dolorosamente perturbadores. Gente delante y detrás de ti. Una tibia lengua recorriendo tu espalda. La sensación penosa de estar desnuda en público. Y después...

Ni siquiera quieres recordar lo obvio. El contrato es tuyo, querida.

Te sientes oprimida, y sin importante nada, corres al baño, a vomitar lo que no comiste, a sollozar lágrimas amargas como las que has llorado durante los últimos meses. A morderte los labios hasta casi sangrarlos por la furia que te da el éxito en tu vida.

"El mejor momento de tu vida"

Ahora, ver el cuerpo más codiciado que tienes te repugna y lo cubres con una sudadera vieja que encontraste por ahí. La resaca y las náuseas te obligan a sentarte en un sofá del cuarto, con las piernas pegadas al cuerpo para darte algo de calor y seguridad en tu vida tan vacía y fría. ¿Qué harás ahora? Tus ojos vagan por el cuarto buscando algo que no sabes que. Evitas observar a tu odiado primo quien ni siquiera se enteró de que no estas ahí. Buscas más desesperada algo que te dé esperanza, valor o fe...

¿No te regaló, acaso, la tía Lena un rosario de plata la Navidad anterior? Te levantas vacilante y caminas hacia un pequeño joyero, evitando hacer ruido (sí supieras lo ebrio que esta Kyle, sabrías que le faltan unas cuantas horas para despertar.) Al fin lo encuentras entre pulseras, collares y regalos de empresarios libidinosos, quienes gracias a tu representante tuvieron su oportunidad y la aprovecharon. Ya lo tienes en la mano. ¿Y ahora? Lo único que té queda: Rezar.

Corres lejos de ahí, esquivando muebles y actores ebrios, y porqué no, drogados. Corres rápido, deseando con toda tu alma dejar todo atrás, huir de tus problemas lo más lejos posible. Bajas el acantilado por una rampa de arena compacta poco pronunciada. El aire helado hace que se te enchine la piel. Pero ayuda a calmar el calor de la vergüenza que tienes. Las olas rompen con un estruendo apagado, llenando tus sentidos con imágenes, sonidos y olores que te ayudan a calmarte. No lo resistes, y comienzas a llorar descontroladamente, arrodillándote y presionando la arena con tus manos. Lloras con lagrimas ácidas que te queman por dentro.

Recuerdas algo que te enseñaron hace tiempo. Existe un Dios que perdona.

Poniendo todo el arrepentimiento que tienes, el corazón herido y tu convicción, comienzas a orar con el crucifijo en las manos, pidiendo por una redención, un perdón largamente anhelado y una buena esperanza.

Una esperanza.

Rick.

¿Cómo presentarte ante el con la conciencia tan manchada? Ante él, que la amó incondicionalmente y prefirió romperse el corazón para que ella se realizara. ¿Alguien la había amado de esa forma? Nadie.

Oh, Rick, suplicas con lágrimas humedeciendo tus manos, la cruz y la arena. Rick, por favor, perdóname. Por favor, sálvame. Por favor.

¿Quién más sino él, quien lo ha hecho incontables veces en el pasado?

Oh, Rick, mi Rick...

Una última lágrima cayó.

Prometheus, SDF-1

12:38 P.M.

- Chicos, el desayuno está listo.

Esa noticia fue mejor recibida que un "Ganamos". Los ojos de Rick y de Lisa brillaron y casi se arrodillaban para agradecer al cielo por semejante bendición.

Ellos estaban en la sala de archivos del Prometheus, analizando decenas y hasta centenas de archivos del personal, pilotos principalmente, escogiendo a las víctimas para la misión más extraña que la RDF había tenido jamás: E.X.U.S. Desde que salieron de la junta han estado buscando prospectos. Lisa en la computadora, y Rick y Max analizando los expedientes en papel de los posibles que Lisa. Habían mantenido un buen ritmo, hasta que unos cuantos rugidos discretos de las "tripas" de los tres delataron lo que era obvio: Hambre.

Max partió para la importante misión y debido a eso regresaba con una bolsa grande de papel. No es necesario decir que Rick y Lisa dejaron sus puestos.

- Muy bien, vamos a ver. - decía Max mientras buscaba dentro de la bolsa. Las mandíbulas de sus comandantes les dolía debido a la espera y al glorioso olor de la comida caliente. Si Max se hubiera demorado más, lo habrían mandado al calabozo. - Dos hamburguesas grandes de doble queso con ración triple de papas fritas de McMickey y una Pettite Cola tamaño Jumbo.

Tres cajas de proporciones generosas hicieron su aparición junto con una lata de refresco de 750 ml.

- 2 porciones de Ushio Jiru y dos cervezas. Lisa

Al oír el nombre del platillo, Rick sintió nauseas.

- No se como puedes comer eso.

- Sabe bien, Lang me enseñó a apreciar la comida china - respondió Lisa quitándose unos pequeños lentes con filtro (para la computadora) y sentándose en el escritorio junto a los 2 pilotos

A decir verdad, me enseñó más que eso. Quiso agregar. En Macross, después de la muerte de Karl Riber, Lang le ayudó mucho a manejar la tristeza, manteniéndola ocupada como su ayudante. Aunque todos pensaban que era distante, casi extraterrestre, para Lisa había sido como un hermano mayor. La noticia de su secuestro la había tomado por sorpresa, y estaba decidida a quitarle los ojos a Khyron si se atrevía a hacerle algo a su "hermano".

- Orden Doble de costillas con triple salsa picante y un café de grano tamaño industrial sin descafeinar.

Rick tomó sus viáticos y concentró su atención en el enorme vaso, bebiendo su contenido como si fuera agua.

- ¿No crees que es demasiada cafeína? - Preguntó Lisa, aparentando estar distraída, aunque tenía un par de ideas en mente.

- Bueno, últimamente no he dormido muy bien - trató de justificarse Rick.

Lisa quería saber mas de eso. Había recibido un par de noticias un poco desagradables de parte de una persona en los baños...

- Te entiendo - dijo, falsamente condescendiente - Sé bien que Sammie ronca mucho por las noches

Rick estaba bebiendo un trago largo de su café cuando, por la sorpresa, tuvo que escupirlo.

Max recibió la descarga vengadora de lleno en su cara, sus lentes y su rica hamburguesa grande de doble queso de McMickey. Acusó de recibido con un suspiro.

¿Cómo? ¿Qué? ¿Cuándo? Son preguntas que Rick había hecho de no estar ocupado cerrando sus mandíbulas fuertemente. Su rostro estaba tan rojo como la salsa de tomate de la hamburguesa de Max.

- ¿Te sorprendes? - Añadió con un tono que echaba sal a la herida. Oh si, estaba furiosa - La teniente Mitchell los vio cuando entraba a su casa, justo enfrente de la tuya, a las 12:30 mas o menos.

Max limpiaba sus lentes con una servilleta en silencio. Rick pasaba una de sus manos por su cara para calmar el rojo carmín de su rostro y Lisa bebía un poco de su cerveza.

- Es raro - dijo con tono pensativo - Sammie se veía muy fresca en la mañana que la vi. Quizás te "chupó" la energía.

Trágame tierra, pensó Rick, ¿Por qué hace esto?

"¿Por qué lo hago?" Pensó ella. Hacía un año atrás, ambos, después de una fiesta, compartieron la cama. Hacía 2 meses atrás, declararon lo especial que eran el uno para el otro. Lisa quería pensar que estaban formalizando algo, que faltaría poco para declararse mutuamente su amor. Claro, eso antes de enterarse de algo por terceros. Cada vez que el señor Hunter se embriagaba, y había alguien cerca, despertaba acompañado. Mitchell, Moria Flynn, Andrea Williams, y otras, a lo largo de su gloriosa carrera. Gracias a Dios no era alcohólico. Por eso tenía rencor, furia deprimida que dejaba salir a cuentagotas, con la esperanza de ablandar esa cabeza tan dura, como los motores Reflex del SDF-1.

- Muchachos, ¿podríamos dejas de hablar acerca de la vida sexual de los famosos? Tenemos trabajo que hacer. - Dijo Max, ajustándose sus gafas, ahora limpias.

Por primera vez, Rick agradeció al "incidente Sterling". Lisa dejó el tema para después, con la esperanza de que su enojo disminuyera un poco.

Durante las siguientes horas, comieron y trabajaron en silencio. Rick tratando de no despertar la ira destructiva de su comandante. Y Lisa, no queriendo estrangular a su subalterno más valioso.

Fue Max quien rompió el silencio.

- Este parece interesante. Adolf "Lüge" Patchen. Sargento de la RDFA. Líder del grupo Demon del Daedalous. 154 muertes acreditadas hasta la fecha. Medalla Titanium al Valor por proteger a un avión comercial de un abundante escuadrón Reglut. Famoso por pensar con los puños, pero de forma efectiva. Especialista en pelea mano a mano, con o sin Battaloid.

Lisa había invocado al individuo desde las profundidades de la base de datos. Se revisaba en especial su estatus. Era frustrante ilusionarse con el elemento perfecto y darse cuenta de que estaba Muerto En Acción, o P.E.A.

- Sus referencias son bastante buenas y llena a granel los requisitos, solo que, si nos interesa tenemos que darnos prisa en contactarlo.

Al ver las cejas alzadas de Max y Rick, Lisa continuó.

- Dentro de media hora estará en una corte marcial presidida por el Coronel Brown. Un punto a su favor es que lo juzgan por poner a un bar entero de cabeza en Monumento.

- ¿Y eso qué? Max y yo arrasamos con el Dragón blanco y nunca nos celebraron.

- Si, pero la mitad de los parroquianos eran Zentraedis.

Corte marcial. SDF-1

1:52 P.M.

Adolf "Lüge" Patchen. Todo un alemán.

Si Hitler viera el fruto de su país, Patchen y Lang, habría mandado a Lang al Sachenhaussen (campo de concentración nazi), con Lüge como carcelero. Alto, de 1.95 m de estatura, blanco, rubio, corpulento, con una cara ligeramente atractiva que irradiaba seriedad y tranquila imponencia.

Al menos en apariencia.

Antes de unirse a la RDF, había sido un camorrista sin remedio en New York. Por azares del destino, terminó en el SDF-1, pero a diferencia de sus amigos, encontró en el ejército la autoridad que necesitaba respetar, y el propósito que anhelaba.

Estaba parado tiesamente, enfrente del estrado del "juez". Esperando un rápido juicio. Todo por no dejarse insultar por un Z ebrio que lo llamó "soldadito imbécil". Es obvio que un piloto VT nunca va ha dejar que se burlen de su organización. En otras palabras, defendió el honor de la RDF, ¿Y lo juzgan por eso?

- Por estas razones, el Sgto. Patchen ha sido declarado inocente por los cargos de incitación y escándalo, pero, culpable por los cargos de daños y perjuicios. - dijo el General Brown.

"Sí como no. Blah, blah, blah". Pensó Lüge. Ya había soportado casi media hora de jerigonza legal, testimonios, leyes, etc. Habría sido más fácil declararse culpable y pasar un mes en una celda del SDF-1 o limpiar las muy conocidas cisternas de reciclaje de Macross. Pero no. Su castigo fue un largo sermón de porqué no debe pelear con Zentraedis.

Aunque, si fuera por Brown, lo hubiera condecorado, y lo ascendería a comandante solo por haber.

Brown, de pelo blando, con 20 kilos de mas, ropa holgada y numerosas arrugas profundas; era un Xenófobo de primer nivel. Como Maistroff. Sin embargo, Monumento exigió un castigo para Patchen, como gesto de buena voluntad para la facción Zentraedi. ¡Ja! El castigo sería meramente simbólico. 15 días de suspensión sin paga. Nada nuevo. Sin embargo, Patchen también estaba involucrado en una situación más grave. Una falta de disciplina tan grave, que si no se corregía, amenazaría con extenderse por toda la RDF. Por eso, aprovechando la ocasión...

- Sargento Patchen - dijo Brown, después de dictar sentencia. - Aprovechando que sigue bajo juramento, tengo algunas preguntas que hacerle.

- A sus órdenes, general.

- Bien, hace un par de semanas, se reportó que usted y una oficial de alto rango fueron encontrados en una situación... "comprometedora" por así decirlo.

A decir verdad, los atraparon sin uniforme, sin insignias, sin algo cubriendo sus pieles; encerrados en un cuarto de servicio muy relajados. Obviamente el sargento que los descubrió era demasiado pudoroso y trató de dar parte. Patchen no tuvo éxito en convencerlo a guardar silencio, pero si en apagar sus luces. Por un momento, al menos. Su conquista y él evitaron los problemas, hasta que el herido muchacho se quejó de agresión. Era odiado por todos, así que hubiera quedado todo así, si no fuera por un ínfimo detalle...

- No puedo negarlo señor, ya que es prácticamente de dominio público la acción. Por lo tanto me declaro culpable y espero mi sentencia.

- Ojalá sargento fuera tan fácil. Sin embargo, debido a que una oficial de alto rango esta involucrada, se precisa castigo para ella también.. A menos que se haga algo, la disciplina se perderá, así como la dignidad y respeto a esta organización.

¿Qué? ¿Disciplina? ¿Organización? ¿Respeto? De repente Brown hablo como directora de una escuela privada de señoritas. Pero Patchen era un caballero. Por lo tanto.

- Disculpe general. Pero no sería de caballeros el delatar a una dama que abre su... - hizo un ademán que provocó varias sonrisas - Confianza merece discreción.

Brown trató un poco de entenderlo. Alguien que pelea de forma más loca que un Zentraedi suicida, ¿habla de discreción? Reprimió una sonrisa, producto del ademán de Patchen, pero era hora de ponerse serio.

- Quiere decir que valora más su relación con esa "cualquiera" que su rango y posición en la RDF. Mi intención es liberar de esas actitudes que socavan el respeto y la autoridad del reglamento. Nuevamente: ¿Quién estuvo con usted esa vez?

¡Cielos! ¿Qué hace ese tipo con el reglamento en las noches? ¿Parece que lo ama incondicionalmente? Ese pensamiento provocó una sonrisa más evidente.

- Preferiría correr con el castigo de ambos que traicionar un código de discreción y lealtad, sobre el cual básicamente se rige todo reglamento y patrón de lealtad.

OK. Es hora de mostrar algo de furia. Patchen se está pasando de la raya. Otra estrategia: La amenaza.

- Última advertencia Sargento. Le preguntaré sólo una vez mas. ¿Quién era esa oficial con la que estaba esa vez?

Bueno. Hay momentos en la vida de un hombre, casi podía escuchar la voz de su padre, en la que debe olvidar los valores fundamentales para conseguir un bien mayor. ¡Oh sí! Se va ha armar la grande.

- De acuerdo General - Lüge hizo una pausa mientras Brown tomaba un poco de agua en un vaso de vidrio barato. - Esa oficial era, la Teniente Comandante Rita Brown. Su hija señor.

Como describir el murmullo divertido que se desató, o, los ojos desorbitados que lanzó Brown. Jurado, oficiales, guardas, secretarias, todos reprimían sonrisas. Todos excepto Patchen, quien sonreía ampliamente. Brown apretaba fuertemente el vaso de vidrio para calmarse infructuosamente.

- En una declaración personal, General, Debo aclarar que la comandante parecía tener bastante experiencia de campo. Incluso me enseñó cosas que desconocía...

No pudo seguir, pues las sonrisas reprimidas estallaron en una carcajada general. La cara de Brown tomó todos los colores del espectro visible, terminando con un rojo furia desatada.

Un vaso estalló.

- ¡BASTA! - gritó tan fuerte que intimidaría a Breetai - Sargento, queda usted declarado culpable y degradado a soldado raso. Pasará 2 años en el calabozo y terminará metido hasta el cuello de la suciedad del sistema de cloacas de Macross por toda su...

- Cálmate Brown. - Dijo una voz jovial y tranquila.

Patchen había previsto el resultado del juicio y la sentencia. Incluso preparaba mentalmente la apelación. Pero jamás había previsto que él llegara.

Hunter.

- Este juicio queda suspendido por órdenes del alto mando. La sentencia es revocada y el sargento Patchen queda bajo la custodia del Skull, o sea, mía.

- No puede hacer eso capitán. Es mi juicio y ya he dictado una...

- Quizás quiera ver esto.

En el intercambio de palabras, Rick había atravesado la sala y llegado frente al "Juez". Extendió un sobre Manila tamaño carta.

La hoja tembló ligeramente en la mano de Brown, mas por la ira, que por la impresión. Jamás pensó recibir instrucciones tan breves y claras:

" Ya déjalo Jack"

El resto de la hoja llevaba las firmas de Gloval, Hayes, Maistroff, Motokoff, Aldershot, Longchamps, Hunter, Sterling, Exedore y Zand.

O Patchen era muy popular, o todos tenían cuentas pendientes con él.

- ¡Sargento! - llamó Rick a Lüge, quien se cuadró inmediatamente. - ¡Sígame!

Ambos se dirigieron a la salida. Pera ese entonces, todos habían leído las órdenes de Brown.

- Por cierto, Jack - dijo Rick con su sonrisa más pícara mientras Lüge salía - No te enojes, tu se lo preguntaste.

Rick salió, mientras Brown se preguntaba cuál sería la pena por defender el honor de su familia.

Rick se encontró con Lüge en el corredor. Iba sonriendo cansadamente al momento que reanudaban la marcha.

Lüge estudió a su comandante. Sabía que eran casi de la misma edad, pero Hunter lucía más viejo de los 22 años que debía tener. Incluso, la sonrisa discreta que tenía, parecía la de un viejo veterano que no tiene muchos motivos para reírse. Medía 15 cm menos que él, pero la presencia y la fama que lo precedía era suficiente para que Lüge se pusiera nervioso.

Lo conoció por primera vez en persona, el día de su graduación de "La Escuela del Aire" en el SDF-1. Una vez que terminó su adiestramiento como piloto. Pero fuera de un breve discurso, unas insignias de cabo, un apretón de manos y su asignación (una labor que debería hacer Maistroff, pero estaba enfermo de gripa y Hunter salió al quite), no pasó a mayores.

Su bautizo, fue la batalla contra 30 naves de guerra Zentraedis. Que fue un plan de Breetai para introducir un escuadrón Reglut al SDF-1. Lüge voló lo mejor que pudo, y se mantuvo vivo. Atestiguó los desesperados intentos de algunos escuadrones que atacaban con bombas nucleares, eliminando a 5 cruceros. Presenció la maniobra Daedalous que perforó la proa de la nave capitana Zentraedi. Observó el duelo entre el Skull 01 y un Officer's Pod; Hunter Vs. Khyron. Una lucha de la escala Parino-Sterling que casi paralizó la batalla.

Sobrevivió a Dolza y siguió avanzando. Aunque por su pobre disciplina, promoción obtenida, promoción perdida. Aunque eso no le importaba, al menos no mucho.

Se detuvieron frente a una máquina robo-expendedora. Rick introdujo una moneda.

- Antes de empezar, quiero aclarar que: Aunque desprecio la disciplina rigurosa, no apruebo en nada lo que hiciste con esa comandante.

Patchen tragó duro. Por alguna razón le tenía más miedo a Hunter que a Brown. Lo que Lüge no sabía, es que hacía mucho tiempo, Rick tenía esa fantasía.

El capitán presionó un botón de la máquina. Pettite-cola y esta procesó su orden.

- Sin embargo, ha surgido una situación que requiere de tus servicios y habilidades.

Lüge se quedó perplejo. Era útil para algo.

- Señor, no se me ocurre que cosa podría ser. Como usted sabe, no tengo nada en especial, ni siquiera soy un piloto bueno.

- Sargento, por el momento - Decía mientras presionaba de nuevo el botón. "Pettite-Cola por favor" - No estoy autorizado para especificar, pero se trata de un asunto "Ultra Secreto"

- ¿Son esa clase de misiones en las que se ganan medallas raras, pero usualmente se entregan a la familia sobreviviente? - preguntó dudoso mientras veía a Rick dar un golpe al costado de la máquina, la cual parecía estar dormida o algo así.

- Sí, esa clase de misiones. - ¿Alguna vez, alguien lo hubiera descrito mejor? - Así que quiero saber si aceptas o no.

Otro golpe a la máquina. Ni soda, ni moneda ni nada.

- Aunque para que lo tomes en cuenta - dijo al ver la duda de Patchen. - te salvamos el trasero.

- No tiene por que recordármelo, señor. Acepto la misión, no por que evitaron el juicio, sino por que me gustan esa clase de misiones. El reto, el...

- Entiendo, en ese caso... - Rick se interrumpió cuando la máquina le dijo "Gracias por su compra". Maldijo entre dientes y dirigió una sonrisa forzada al sargento. - Preséntate en la sala de juntas del Skull a las 1730 hrs. Sin falta. Lleva algunos efectos personales y no, recalco, NO lo menciones a nadie. Me pondré en contacto con tus superiores.

- ¡Si señor! Cuente conmigo. - Saludó animosamente a un Hunter que contaba hasta 10.

Patchen giró y se fue hacia su barraca. Dejando a Hunter frente a la máquina. ¿Qué podría necesitar la RDF de alguien como él? Sin duda, tendría que ser algo muy, muy importante. Lo suficiente como para interrumpir un juicio.

Siguió caminando, hasta dar la vuelta en una esquina, tratando de imaginar que podría ser lo que quieren de él. Todo estaría bien, mientras no necesiten un riñón o algo. Cuando escuchó un golpe. Después algo que caía. Algo grande, pesado y frágil.

Corrió al origen de sonido y encontró la razón.

Hunter estaba sentado sobre la máquina volcada, la cual gritaba "Falla, Falla, Falla." El capitán sacudía su mano derecha para mitigar el dolor de un duro puñetazo mientras sostenía una lata de refresco en la otra. Una de las muchas que estaban desparramadas en el suelo. Rick sin duda vio la mirada de incredulidad en la cara de Patchen. Se encogió de hombros.

- ¿Qué? - dijo inocentemente - Detesto estas cosas.

Comedores de oficiales

SDF-1

2:14 P.M.

En una mesa de los comedores se encontraban 3 chicas. Todas ellas jóvenes militares, quienes habían ganado fama y respeto por haber pertenecido a un grupo de elite: Kim Young, Sammie Porter y Vanessa Leeds. Alias "El trío terrible", alias "Las conejitas del puente".

Kim, morena de cabello corto, y Vanessa, con lentes de aviador, hicieron un sonido de repugnancia cuando Sammie, joven compacta de cabello color trigo, les mostró una papa frita, que mas que frita, estaba remojada en grasa.

- La humanidad es capaz de vencer fuerzas extraterrestres, construir naves espaciales inmensas, viajar años luz burlando el tiempo, crear la I.A.; pero no es capaz de freír adecuadamente una papa.

Kim y Vanessa asintieron ante ese pensamiento filosófico tan profundo.

- ¿En serio vas a comerte eso? - Preguntó Vanessa.

- No, por Dios, claro que no. Me conformaré con la hamburguesa.

Las tres habían estado trabajando sin descanso, desde que la RDF declaró las famosas vacaciones. Ellas fueron parte de los desafortunados que debían seguir laborando mientras el resto descansa tranquilamente. Por lo que sus labores de coordinación y control se habían duplicado. A pesar de haber empezado a las 0800 hrs, era su primer comida del día.

Pero eso no estaba en su mente, al menos, no en la de Kim.

- Vamos Sammie, dinos. ¿Qué te pasó ayer que estas tan alegre?

Le había querido preguntar eso desde que inició su curso. Pero habían estado tan ocupadas que apenas habían cruzado 2 o más palabras.

- No se a que te refieres. - Contestó la rubia con un falso tono de inocencia.

- Kim tiene razón. No nos engañas. Normalmente tienes un humor mataperros los lunes por la mañana. Y ahora, ¡hasta tarareabas!

- No hubo nada en especial, solo dormí muy bien anoche. - "Y vaya que si".

- Pero que no estabas con Dan "La locomotora" Jackson

"La locomotora" era un apodo que Sammie la había puesto a un sargento de un grupo Destroid. Era guapo, inteligente, fuerte, toda una estrella de cine. Excepto cuando pasabas la noche con él. Roncaba tan fuerte, como el motor de un VT en sobremarcha. Razón por la que seguía soltero.

- Tu misma lo dijiste, lo boté la semana pasada. Me estaba fastidiando demasiado. - Sammie hizo una pausa. - Además, no creí que fuera a funcionar. Teníamos muy pocas cosas en común.

- Sammie, si solo estuviste con el 15 días. - Recordó Kim.

- ¿En serio? A mi me parecieron meses.

- Entonces si no estuviste con Jackson, ¿Estuviste sola en tu casa? - Preguntó Vanessa mientras atacaba su ensalada China.

- Bueno, no precisamente, estuve en otra parte.

De pronto, Kim y Vanessa se interesaron más en el asunto. Siempre es interesante enterarse de las últimas hazañas de la "enana" favorita de todos.

- ¿Quién es? ¿Es guapo? ¿Lo conocemos? - Preguntaron ambas, casi al mismo tiempo, mientras su amiga se regodeaba de su nueva atención.

- Ayer, después de que terminó mi turno y recibir la promoción, me fui a festejar a un pequeño bar por la zona comercial. Ya saben, para buscar algo de diversión.

Los ojos de las tres brillaron al oír "diversión"

- Entonces, ahí estaba. Solo, cansado, un poquito ebrio y muy vulnerable.

- Y entonces ¿Qué? - Preguntó Kim, al notar la larga pausa que Sammie hizo a su narración.

- Mmmh, no sé. Creo que todo salió bien, porque desperté en su casa.

- Las risas nerviosas de las tres cubrieron los siguientes minutos mientras imaginaban la consecuencia del "Ligue". Pero aún faltaba un detalle.

- ¿QUIÉN ES?

En esos momentos (como suele suceder) entró Rick al comedor acompañado de un hombre de color de elevada estatura y bastante fornido. A pesar de estar a casi 40 metros de la mesa de las chicas, Sammie lo reconoció.

- Hablando del diablo... - Dijo casi susurrando. Lo suficientemente fuerte como para que sus amigas la escucharan.

No era posible que ese negro grandote y algo feo sea el del bar. Ese era más el estilo de Vanessa. Así que si la opción uno no puede ser, el ganador es...

- ¿Hunter? ¿Estas hablando de Rick Hunter? - Preguntó Kim incrédula.

- Tienes que estar bromeando - Sentenció Vanessa.

- Suertuda. - Concluyó Kim.

No era secreto, que, incluso dentro del ejército, existían solteros que eran codiciados por las jóvenes. Hunter, Fokker, Framton por algún tiempo. Pero mientras que unos, desafortunadamente mueren o se casan, el resto estaban confundidos o de plano, eran Gays.

Rick (gracias a Dios) pertenecía a la primera categoría. Enamorado de Lynn Minmei (cosa que no era un secreto). Cortejado por Lisa Hayes (eso si era un secreto), Rick se había convertido en el objeto del deseo de más de una oficial. Sin embargo, después del "Star Saver", cuando las cámaras de seguridad del aeropuerto de Denver captaron en calidad Digital el beso más odiado de la Historia, se reafirmó para muchas el estatus de "inalcanzable" para el líder Skull. El que alguien, a pesar de todo, lo enganchara, era para reconocerse.

- ¿Y ustedes dos se ... ah ... acostaron? - Pregunta obvia.

- Y tu que crees. Y para que lo sepan es como una fiera en...

- ¡Hola chicas! - Saludó una voz cordial.

Tres cabezas giraron para encontrarse con Claudia Grant. La ex - oficial negra del puente. Ahora, asistente personal del Almirante Gloval.

- Hola Claudia. - Respondió Sammie y fugazmente pasó una mirada conspiradora a sus amigas. Estas entendieron: Guardar el secreto.

- Estoy buscando a Lisa. ¿No la han visto?

- No la he visto desde que se fue al Satélite Fábrica con Exedore. ¿Ya regresó? - Dijo Vanessa.

- Si, regresó esta madrugada. Pero no la he visto desde la madrugada y me urge hablar con ella.

- ¿Porqué no le preguntas a Rick? - dijo inocentemente Sammie señalando la dirección por donde se fue. - Estoy segura que él sabe donde está.

Observó la reacción de Claudia. Un gesto casi imperceptible la delató. Ella sabía lo de Rick y ella. Y si Claudia Grant lo sabe, la entera RDF también. Ese era el problema con las chicas sin novio: la lengua les crece. Le habría encantado ver la cara de Lisa cuando le contaron con quién pasó la noche su aviador mientras ella no estaba en casa.

- Supongo que sí. - concordó Claudia un poquito nerviosa. - Bueno, tengo que irme.

- ¡Oye, espera! - le gritó Sammie antes de que se retirara por completo. - Me debes 50 dólares.

- ¿Cómo?

- Los Leones perdieron.

Claudia asintió y de mala gana sacó los 50 dólares de un bolsillo de la chaqueta.

- De acuerdo Sam. Aquí tienes. Pero quiero la revancha. - Sammie asintió, esperando la nueva apuesta. - Viernes. 8:30 P.M. Oakland Vs. Tampa Bay. 200 a Tampa.

Sammie alzó las cejas. "¿En serio? Claudia, no sabes apostar."

- Trato hecho. - Le daba tanta pena quitarle su dinero.

Claudia se alejó rumbo a la puerta de donde Rick se había alejado, dejado a las 3 chicas terminar sus alimentos.

- Oye Sammie. ¿Crees que Rick, siga contigo, al menos hasta el fin de semana?

Sammie pareció reflexionar.

¿Cuántos novios había tenido? ¿Cuántos de ellos duraron menos de una semana? ¿Cuantos otros morían?

La respuesta común era simple: Muchos. Pero ella quería pensar que entre Rick y ella podría haber algo. Recordó que se sintió diferente, cuando tenía su cabeza apoyada en su espalda. Se sintió a gusto, tranquila, protegida. Una sensación diferente a cualquier otra que haya sentido después de desfogarse con sus otros amantes. ¿Eso se cataloga como amor? ¿Se estaba enamorando de Rick Hunter? ¿El sentía lo mismo? Quien sabe. Rico la había hecho sentir igual hacía tiempo. Hasta que le pidió que se tiñera el pelo de negro para que se pareciera más a Minmei. ¡Minmei!

- Francamente no sé. - Les contestó a sus amigas con la voz apagada. Pero, ¿Qué? ¿Se iba a quedar así, viendo como otro pretendiente se le iba por otras faldas? - Pero me aseguraré de que esté conmigo el fin de semana y el siguiente y todos los otros.

Vanessa y Kim se asombraron con sus nuevos bríos.

- Te deseamos lo mejor niña. - dijo Vanessa.

- Salud por ello. - Respaldó Kim.

Las tres levantaron sus bebidas en un brindis.

No solo será una relación de una noche, pensó Sammie con determinación, será de toda la vida.

Guardería 3.

Prometheus

SDF-1 2:37 P.M.

Las necesidades de una guardería surgieron casi un año después del inicio de la guerra. Cuando las bajas entre los pilotos y personal militar se incrementó y estos comenzaron a tener familia. Jóvenes matrimonios quienes no querían desaparecer sin, al menos, perpetuar sus genes. Pero como en toda guerra, así como existen barracas que quedan vacías después de una batalla, existían niños quienes no regresaban a casa. Niños huérfanos quienes nunca conocerían a sus padres. Miembros de la Generación Cero.

- Comandante Sterling, bienvenido.

Era una joven alférez que irradiaba cariño y entusiasmo por su trabajo. Ese espíritu provocó que la sacaran de su puesto como cañonera y terminara como jefa de la guardería. No vestía un uniforme normal, sino una falda amplia y larga de tonos pastel y un largo delantal de trabajo encima de su vestimenta. Las paredes del recinto estaban decorados con motivos infantiles: Looney Toons, Pókemon, Kitty, Cartoon Network. Pero también había fotografías de aviones, VTs, Destroids y otros mechas, puestos ahí por padres orgullosos quienes querían ver a sus hijos volar a su lado.

- Que tal, Paty. ¿Cómo esta Dana?

El aura de cariño y entusiasmo se apagó como una vela.

- Me estuvo dando lata toda la santa mañana. - Hablaba mientras recogía juguetes, cobijas y pañales que arrojaban bebes nudistas. - No quiso comer y lloró el 90% de la mañana.

Max escuchaba con una débil sonrisa. Si Paty seguía quejándose, jamás sería buena madre.

- ¿Quieres que te dé una mano con ella?

- Si muchas gracias. - Dijo con profundo alivio, mientras iba a buscar a la intranquila niña. - Me serviría de mucho, hay un pañal que debí cambiar hace una hora.

Se quedó solo un momento. Al no tener nada mejor que hacer, se puso a observar a los otros niños, que dormidos, estaban tranquilamente en sus cunas. Hubo uno que le llamó la atención. Un niño de raza negra, pequeño y muy tranquilo. Abrazaba un sintetizador de juguete y a su lado estaba un Fozzi de peluche. Leyó extrañado el nombre en la cuna. "Bowie Grant" . El hijo de Vince y Jean, claro. Pasó a otra cuna, en donde encontró al, posiblemente, bebé más feo que había visto en su vida. Cara alargada, quijada pronunciada, pómulos salientes. Si no fuera por que su piel era pálida, juraría que es hijo de un Zentraedi. "Louie Nichols". Pobre, hasta parece retrasado mental. Pobre niño. Estaba apunto de husmear en una cuna cuyo ocupante llevaba el nombre de "Marie Crystal" cuando un berrido lo sacó de sus reflexiones.

Por primera vez en todo el día, sonrió ampliamente.

- Hola Dana. - habló con su patentado tono moderado, que, a pesar del terrible llanto de su niña, ella lo escuchó.

Dana dejó de llorar, y de tratar de arrancar el pelo rojo de su niñera, para hacer ruidos de alegría al ver a su padre. Estiraba los bracitos y emitía chillidos de felicidad.

- Aquí está la niña, y una botella de leche. Debe tener hambre. Puede dársela en el cuarto de descanso. - dijo, dándole a la niña, un biberón y señalando a un cuarto anexo. - Yo regreso a la batalla.

- Como estás, pequeña peste - dijo con cariño a la niña, quien reclamaba su desayuno. Un pequeños caos se desató detrás de ellos, causado por lloridos y gritillos de indignación. El ruido culminó con la pobre Paty gritando "Angelo, deja de pelearte y tú Sean, no molestes a las niñas". - Apuesto que tu empezaste todo, verdad.

Dana lo vio con una mirada inocente, no muy creíble.

El cuarto de descanso tenía como propósito, momentos como este. Padres que iban a visitar a sus niños. A relajarse y demostrar su cariño. Tenía una ventana de plexigass polarizado que mantenía al cuarto en una ligera penumbra. Max se recostó en un acojinado y cómodo sofá de cuero artificial negro. Trató de aislarse del ruido exterior, cosa no muy fácil

- Sabes, me encantaría que pudieras entenderme. - dijo mientras se acomodaba a Dana en su brazo derecho, y usaba el apoyabrazos como almohada. - Que comprendieras lo que tu madre y yo pasamos. Quiero que las cosas funcionen, pero si no, me gustaría que me perdonaras por la parte que he jugado. Que sepas que no tienes la culpa, que eres lo más importante en mi vida y no dejaría que nada te pasara. - La niña lo observaba con sus intensos ojos verdes mientras vaciaba la botella.

- Si, se que me entiendes. - Se reacomodó a si mismo en una posición más cómoda. - Por cierto, hazme un favor, ¿Quieres? La próxima vez que veas a tu madre, háblale bien de mi. Quizás eso podría...

Bajó la vista y descubrió que estaba dormida.

- Supongo que no tengo una charla interesante. - Bromeó para si mismo.

Bostezó.

Últimamente se sentía demasiado cansado. Tenía insomnio, estaba sumamente tenso, la comida le sabía a hule (como la comida de Bron). Desde su problema con Miriya su vida fue cuesta abajo. Por regla, debía estar de vacaciones. Pero las rechazó. ¿Cómo las iba a pasar? ¿Solo y triste, rumiando su culpa en un bar con Rick haciéndole segunda? ¿No era mejor pasarlas de viaje, en un campamento en Monumento con su familia? Pero ese era el problema. No tenía familia. Al menos ahora.

Arreglar las cosas con su esposa, es el punto número uno en su agenda diaria. Pero cada vez que quiere acercamiento, ella lo rechaza. Un día poco faltó para que lo estrangularan. Pero lo peor era el poco tiempo que pasaba con su hija. Vivir todo el tiempo con el pendiente y la preocupación de que a Miriya se le pudiera olvidar que los niños son cositas frágiles y terminara dejando sola a Dana en la bañera; o quizas de diera Chile con carne como desayuno; o quizas intentara encestar a su hija en su cuna; o quizas endulzarle la lache con Whisky; o quizas...

¡Hasta paranoico se estaba haciendo!

Abrazó a la bebé dormida.

- No te preocupes hija, papi estará siempre contigo.

2:51 P.M.

- Bienvenida Teniente Sterling,.

Miriya, vestía ahora su uniforme, con sus nuevas barras de Teniente. Una vez que el comando estuvo seguro de que la Ex-Quadrono no los traicionaría, empezó su ascenso imparable. 2 meses atrás era Tercer Teniente, hace un mes, 2do. Teniente, y ahora Teniente y líder de todo un escuadrón. A ella no le importaba mucho eso, ahora que mantenía a una familia.

Esto, como estaba aprendiendo, era particularmente difícil, ahora que estaba sola. Aunque le habías concedido vacaciones (algo totalmente nuevo para ella) tuvo que rechazarlas. Vacaciones implicarían cuidar todo el día de Dana, y eso la aterraba. Pero si seguía trabajando aún podía hacer uso de la bendita guardería.

Si solo Max estuviera con ella.

Pero no. Max violó un código no escrito de lealtad. Debido a eso no merece el relacionarse más con ella. Aunque no podía entender su enojo, algo le decía que debería ser así. Tal como aprendió a sentir amor, tuvo que aprender a sentir odio por un ser despreciable que la había traicionado. Un "Hajoca". Pero en el fondo estaba consiente de que aún lo amaba. Y sabía que Max sentía lo mismo. Entonces, ¿porqué cada vez que Max trataba de hablar con ella, de zanjar lo ocurrido y reconciliarse, ella se sentía obligada a tratarlo despectivamente? No lo sabía.

- Hola Paty. Vengo a ver a Dana.

- Bueno, ella... - respondió dubitativamente. "El incidente Sterling" cruzó por su cabeza. - Ella esta con el Comandante Sterling.

Paty se preparó para ver una demostración de furia. Quizás un aura roja la rodearía. O gritaría tan fuerte que Breetai la escucharía, o su cabello cambiaría a rubio.

Miriya sonrió.

- Gracias Paty. Vendré más tarde.

¿Porqué sonrió? ¿Porqué lo hizo, en vez de sentir odio y gritar todas las imprecaciones en Zentraedi que conocía? Tampoco lo sabía. Aún necesitaba aprender más acerca de los llamados sentimientos.

No pudo resistir la tentación de espiarlos.

Encontró a padre e hija acostados en el sofá. Ambos tranquilos, pacíficos. Su respiración suave y acompasada. Max sosteniendo a Dana con los brazos y la niña acostada sobre el pecho de su padre. ¿Cómo encontrar odio en una escena tan tierna?

Entonces comprendió porque sonrió. Miriya estaba enfurecida con Max-Esposo, no con el Max-padre que estaba allí. En los últimos días se había dado cuenta de lo difícil es cuidar de un hijo. Claudia tuvo que enseñarle a cambiar pañales. Jean Grant a bañarla y amamantarla. Rick a cocinar (si comprar comida congelada y calentarla en el micro es eso). Lisa la llamaba constantemente desde el satélite para animarla a no rendirse. Al fin comprendió la labor que Max hacía mientras ella descifraba las instrucciones de las píldoras anticonceptivas. En los últimos meses llegó a respetar a Max-padre, a quien solo le hacía falta parir y amamantar para se madre al 100%. Alabó la titánica labor que desempeñaba y se sentía tranquila y confiada de que sin importar los problemas que ellos tuvieran, él estaría para su hija.

Por eso no los interrumpirá con un carraspeo o algo impertinente. Los dejaría dormir, tranquilos, en paz. Cogió una cobija de un estante cercano, un cobertor con un enorme dibujo de "Hamtaro" y los cubrió. Besó a Dana en la frente y después dio un ligero beso a Max-padre en la mejilla. Sabía que nada debía interponerse al bienestar de su hija, ni siquiera sus problemas.

Se prometio a si misma que la próxima vez que Max quisiera hablar con ella, al menos lo escucharía.

Mientras tanto partiría para hacer lo que sabía hacer mejor. Planear estrategias, encontrar formas más eficaces de acabar con el enemigo.

A honrar su naturaleza guerrera.

NOTAS:

Ushio Jiru: El platillo que Minmei preparó con la cabeza de pescado que Rick pescó en el espacio. El cual los mantuvo vivos por mas de una semana.

Sachenhausen: Es un campo de concentración alemán donde confunaton a judios, negros, homosexuales y todos aquellos que no eran, ni de broma, aceptables a los ojos de Hitler.

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