:: R o j i t a s ::



I




- ¡Ron, detente, ven para acá!

La señora Weasley pescó a su hijo y lo arrastró al interior de la habitación, donde un ejército de hombres pelirrojos, junto con un castaño, un rubio platino y otro de pelo oscuro, sacaron las manos y lo engulleron a través de la puerta mientras gritaba.

- ¡Que quiero estar solo...AAAH!!

Y ahí estaba, el varón más joven de los Weasley, sentado en una silla, con todo un mundo de emociones desbordándosele por los poros. Y a su alrededor una multitud de hombres, todos ellos seres muy queridos (casi, de no ser por cierta serpiente) ocupados en arreglarlo, aconsejarlo, animarlo, en el momento más importante de su vida. Pero hacía un rato que había dejado de escuchar las palabras de ánimo, los consejos y las bromas que sus hermanos y amigos le prodigaban a raudales.

Sólo Harry parecía con el suficiente sentido común para simplemente apretar su hombro o acomodarle la corbata, sin una sola palabra de por medio.

Eso era un amigo.

Él ya empezaba a sentirse mareado y enfermo; el reflejo del espejo a un lado de él, lo mostraba como una imitación de rábano insolado y un Gryffindor poco digno, a juzgar su cara de espanto, como si lo fuesen a condenar a las mil penas del infierno.

"Yo creo que así es" - musitó su imagen con la voz estrangulada.

Era increíble que él, y no Percy, se fuera a casar después de Bill.

Quién lo diría; por una vez se le había adelantado, aunque Percy ya había anunciado por fin su compromiso con Penélope.

Pobre mujer.

Dios, ahora se estaba riendo con eso, pensó, mientras Draco alzaba una ceja y torcía la boca en una mueca de incredulidad.

Debía creer que el miedo ya lo había vuelto loco.

- Bien, Ron, ya sabes, respira y aspira, ¿entendido?, imagínate que es una final de Quidditch , hay nervios, sí, pero tranquilo, lo único que tienes que hacer es sacar tu valor Gryffindor y poner tu corazón en ello hasta el final - la voz de su hermano sonaba bastante nerviosa - Recuerda que esta vez irás por algo más importante que un trofeo.

Su hermano Charlie, siempre con sus analogías de Quidditch, si no se hubiese ido a cuidar dragones, habría sido un buen jugador, o ¡entrenador!. Era de él de quien aceptaba los consejos de buen grado, tenía manera de decirlo y era su hermano predilecto.

Siempre había querido ser tan bueno como él.

Y lo había sido.

- Sí, sí, entiendo Charlie - contestó con una voz ahogada, mientras su hermano apretaba sus hombros en señal de apoyo. - Gracias.

- Para eso están los hermanos. Me siento orgulloso de ti.

Una sonrisa, llena de gratitud.

Eres genial Charles.

- ¡Mira, hijo, una cámara muggle!! - exclamó el señor Weasley con una enorme sonrisa de oreja a oreja, entrando a la habitación.

Draco giró los ojos, Neville sonrió y Harry había reído junto a los gemelos, mientras los mayores se acercaban a mirar el curioso aparato.

Oh, por Merlín papá. ¿No cambiarás?.

Sintió relajarse levemente, su padre siempre había sido y sería así, le hacía pensar, que cuando llegara a la edad de Dumbledore, haría las mismas rarezas del viejo Director.

Profesor Dumbledore...

Le habría encantado que oficiara su boda; sabía bien que jamás se hubiese negado, podía imaginar su sonrisa, sus ojos brillantes llenos de ilusión por unir su vida con la mujer amada.

Hermione...

Pero se había ido, junto a muchos valerosos magos. El rostro se le ensombreció levemente, mientras Bill cambiaba los colores de su flamante túnica. Su padre tomando fotos e iluminando la habitación a cada instante con la luz del flash, divertido como niño con juguete nuevo. Era un gran hombre, siempre con su sonrisa eterna y llena de apoyo para él y para todos. Valiente como un verdadero Gryffindor.

¿Sería él un esposo tan confiable y leal como su progenitor?

¿Sería lo suficientemente fuerte, para sostener a su futura esposa en los tiempos difíciles?

Esperaba que sí, rogaba a Merlín y a Dios, que sí.

La imagen de su espejo alzaba los pulgares.

"Lo harás bien, amigo"

Sí, lo haré bien.

Aspirando y respirando como Charlie había dicho, se alzó, para acomodarse frente al espejo, seguido de Percy que continuaba con su largo sermón sobre su papel de cabeza de familia y proveedor: que si debía ser fuerte como una roca, que si tenía que ser caballeroso. Que si debía actuar con madurez y ser razonable. En algún momento de su vida le habría sacado a patadas, sin embargo muchas cosas habían cambiado desde entonces y en cambio le dedicó una sonrisa resignada.

Es bueno tenerte en casa Percy, grandísimo idiota... no sabes qué falta nos hiciste.

A su lado, Neville sostenía los anillos fuertemente, como asegurándose de que esta vez no iba a perder nada. Asintiendo distraídamente a los consejos del hermano mayor de Ron, consciente de lo mucho que le molestaba que no le hicieran caso y lanzando miraditas furtivas a su antiguo compañero de colegio, que daban a entender una cosa, sin lugar a dudas.

"¿Será posible que se calle algún día?"

En Percy, mejor imposible.

Hasta él llegaban las carcajadas de Fred y George, quienes reían a mandíbula batiente, junto a Harry; mientras le trataban de contar algún chiste o alguna anécdota de colegio, por encima del sermón de Percy; o de un nuevo invento ya probado; con sus hermanos todo era posible. Agradecía el detalle, conocía que era su manera de quitarle la tensión al ambiente, una sonrisa se agrandó en su cara, al entender algunos de los chistes.

- ¡Wou!, ¡estamos hechos unos galanes, hermanito!

Bill acababa de pasarle el brazo por sus hombros, haciendo que el espejo le devolviera la imagen de dos pelirrojos bastante altos que sonreían lado a lado en un gesto fraternal. El mayor de los Weasley aun seguía con su cabello tan largo como siempre, y más brillante y hermoso que nunca; a Fleur le fascinaba y se esmeraba mucho en cuidar el mayor atractivo de su adorado esposo. Había logrado maravillas.

- ¿Tú crees?

- Sin duda - dijo Bill poniéndose frente a él. - todo estará bien, ya verás.

Espero

Otra explosión de carcajadas. Un regaño de Percy. Las risitas de su padre. Un suspiro de Neville. Un gruñido exasperado de Draco, tratando de disfrazar su risa. El comentario sarcástico de Harry.

Bendito Charlie, se haría guerra si no estuviese aquí.



Estoy listo. Aliso mi túnica azul oscuro, la capa cae elegantemente, perfecto; me reacomodo las mangas por enésima vez y por enésima vez miro mis pantalones... bien... sí me los puse; enderezo mi postura.

- Weasley, elegancia, eso las mata. - murmura Malfoy mientras hace un ademán elegante, tan natural en él.

Su voz arrastrada me taladra la cabeza.

- Gracias. - farfullo.

Lo peor es que resulta confiable en esta materia. ¡ARGH!

Mientras mis hermanos y amigos hacen una fila para desearme lo mejor antes de la ceremonia, mis pensamientos salen de ahí y se van a la habitación, donde sé que ella se encuentra. Quizá tan nerviosa y asustada como yo.

Quizá con las mismas dudas que yo.

Tan sólo quizá, porque Hermione siempre ha tenido la respuesta, la solución, la palabra correcta para todo. Siempre ha sido mi lógica y mi voz de la razón. La quiero tanto, siempre la quise. La amé desde el día en que me hizo notar su presencia a pesar de mí mismo. Cuando decidió que sería el ángel que nos cuidara a Harry y a mí. Aun con todos mis defectos, aun con que no fuera el niño que vivió o un famoso Seeker*; me hizo ver, que yo tenía mi valía y mi derecho propio de ser amado y admirado por los demás.

No sé qué pasará de ahora en adelante, no niego que estoy muerto de miedo y temo no hacerte lo feliz que tú te mereces, Hermione.

Sin embargo...

... Aún antes de sellar nuestro pacto, me he jurado, que daré hasta lo último de mí, por conseguirlo, y por protegerte hasta el último día de mi vida, e incluso más allá.

No te puedo garantizar, armonía eterna y felicidad constante. Porque eso sólo pasa en los cuentos de hadas.

Al contrario, tendremos momentos difíciles, el futuro es misterioso; y quizá habrá días en que tú me quieras ahorcar y yo ganas de aplicarte un encantamiento silenciador. Pero eso es parte de caminar juntos. Lo único que es seguro, y que creo que en ningún momento flaqueará, es el amor que te tengo.

Es la única cosa que siempre será tuya, y que te podré dar a manos llenas.

- Vamos, Ron.

Harry palmea mi hombro, lo miro y entiendo lo que me dice, al igual que con Hermione, nosotros no necesitamos de palabras para comprendernos.

Salgo, seguido de mi comitiva. Mis ojos miran fugazmente la puerta que está justo antes de bajar las escaleras.

Sonrío, mientras salgo al jardín. Es un día tan hermoso. Y todos nuestros amigos están aquí.


Tengo soledad, luz, alegría, tristeza,
rebeldías, amor, sonrisas y lágrimas...
Y también te tengo a ti, preciosa,
caminando por las venas con mi sangre








Finalizado: Miércoles 13 Agosto del 2003

Un One shot, muy WAFF sobre mi pareja favorita de HP, centrado en Ron. Lo que resulta cuando estoy en cursi mode ^^ . Dedicado a mi Betita Raquel. ¡Besitos! :*****

* Seeker: Buscador

Raquel Comments: ¡Está muy bonito! Además que yo ADORO a Ron. Me parece un chico simplemente encantador… y me gusta la pareja que hace con Hermione, aunque ciertamente me preguntó si a la final ella no terminará con Harry, pero bueno, eso es otro cuento. [....] Me pareció curioso que incluyeras a Malfoy en la historia… me preguntó por qué lo has hecho y quizás sería bueno agregar en algún lugar de la historia cómo llegó a compartir un momento tan importante con Ron y sus más allegados, aunque tampoco es algo obligatorio, es sólo que a mí me gustaría saber ^^.