Muchos se quejan de sus poderes, muchos están felices por sus poderes, bueno, yo no tengo un poder, tengo una maldición, y no importa que alguien me diga lo contrario, ellos no saben lo que se siente, ellos no tienen ni idea. Ellos pueden amar y pueden estar con la persona que aman, ellos pueden acariciar a la persona que aman, besarla, tocarla, yo... yo tengo que tener muchísimo cuidado, porque si toco a una persona, esa persona resulta herida.

No es justo, no es justo despertar cada día y tener que ponerme guantes, no es justo cuando es verano y yo no puedo estar en la piscina con los otros, no es justo cuando tengo que verlo muriéndose por Jean y ni siquiera verme. No es justo.

Cada día despierto, escucho un par de voces en mi cabeza, voces de personas que absorbí, me pongo los guantes, voy al colegio y ni pensar en coquetear con un chico, pues no puedo tocar a nadie, no puedo besar a nadie.

Nadie jamás podrá entender que es no tocar, por eso es que sigo viviendo cada día igual, sin decir nada, por que mi vida es así, y todo gracias a este "hermoso" poder, que aunque muchos me contradigan, en realidad es una maldición.