Married

Autora: Lian_dana

Tipo: Serie

Disclaimer: Harry Potter y Cía. es propiedad exclusiva de J.K. Rowling y otras empresas con fines de lucro U_U... Nada de nada. No intento infringir ninguna ley. Y ni quiero, ni me interesa infringirlas. No tengo ni un céntimo y esto lo hago con fines de diversión. Adriel Benoitte y Kat Amateillo son propiedad mía, pero no me molestaría si alguien quiere usarlas, sólo háganmelo saber (jajaja, quién va a querer?). Aceptó de todo, menos virus y cosas dañinas para mi salud y la de mi computadora. No me caería mal un poco de dinero y sus reviews. Espero les agrade.

Dedicatoria: para todo el que lea esto. Para ti

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Married

Capítulo I               Paisajes

"Yo lo amaba... realmente la amaba..."

- ¡¡¡¿¿Qué te crees Black??!!!- gritaba una chica de pelo negro como el azabache, lo tenía largo hasta la cintura y ligeramente ondulado en las puntas, sus ojos color miel reflejaban ira, furia total contra la persona que estaba enfrente de ella.

- ¡¡¿Yo?!!, te diré... - respondió el chico con una calma que la joven parecía no tener- soy sencillamente genial, maravilloso y perfecto, me creo lo que soy- contestó con arrogancia.

- Eres... eres...- la joven no encontraba palabras- eres repulsivo. Dime algo Black: ¿Acaso has sentido amor alguna vez?.

- No- fue sincera su respuesta y omitiendo el insulto que le había mandado la joven- pero apuesto 10 galleons a que tú tampoco has sentido amor por alguien- una sonrisa burlona se dibujó en su rostro de finas facciones. 

Error, Sirius Black había puesto el dedo en la llaga, y lo pagaría caro.

- ¡Tú no sabes eso!- gritó de nuevo la joven

- ¡Oh, claro que lo sé!, el pobre Terry pensaba que lo amabas con locura y pasión y de pronto le rompes el corazón. ¿Me niegas que lo desechaste como un juguete viejo?- el joven de cabello negro con rayitos azul profundo la miraba desafiante, el cabello lacio le rozaba los hombros, contrastando con la piel blanca del chico-  y no es la primera vez que le haces algo así a un chico, pero esta vez te pasaste. ¡Por Dios!, ¿A quién tratabas de engañar con esa carita de inocente?. Te portaste peor que un Slytherin...

Plaff!!

Sirius había abierto los ojos grandemente, una mezcla de incredulidad y furia se leía en su rostro. La mejilla derecha del joven tenía estampada toda la mano de la chica.

- ¿Quién te has creído?- preguntó con frialdad

- ¡¡¿¿QUÉ SIENTES SIRIUS ORIÓN BLACK'??!!- enojo mucho enojo se leía en los ojos de la joven- Tú no sabes que es amar, no lo sabes... - fue bajando el tono de su voz, y mientras bajaba el tono de su voz el enojo en sus ojos fue disminuyendo, convirtiéndose en tristeza- no lo sabes, nunca lo sabrás...

Adriel Benoitte dio media vuelta, conteniendo las lágrimas que se estaban formando en sus ojos, comenzó a caminar hacia las escaleras que daban a los dormitorios de las chicas. Todos en la Sala Común habían presenciado la escena y ahora todos estaban sorprendidos por lo que acaba de pasar. Unos segundos después de que Adriel desapareció por las escaleras, los murmullos comenzaron.

Sirius había caído en un estado de shock al ver la tristeza en los ojos de la joven Benoitte, nunca había visto una mirada tan triste, y no sabía por qué pero se sentía miserable, sí, por primera vez en su vida. Sirius Orión Black se sentía miserable por aquella mirada...

Regreso a la realidad cuando escucho los murmullos de la Torre de Gryffindor.

- ¡Vuelvan a sus malditos asuntos!- rugió Sirius y casi todos en la Sala Común desviaron la mirada de él y reiniciaron sus actividades como si nada hubiera pasado. Ya tendrían tiempo en la cena de repasar la escena protagonizada por el Merodeador.

Una joven de aproximadamente 16 años, paso a su lado. Se detuvo antes de alcanzar las escaleras de las chicas.

- Esta vez te has pasado, Black- sentenció la pelirroja.

Liliane Evans era la prefecta de Gryffindor, joven, inteligente, bonita, comprensiva, amable, y poseedora de unos ojos color esmeralda que derritían a cualquiera y para cerrar con candado de oro tenía una melena roja, todo esto conjugado, hacían de la joven un encanto. Cuando llamaba a alguien "amigo", lo hacia sinceramente y no le gustaba en lo absoluto ver sufrir a las personas que amaba. Lily era hija de muggles, como solían llamar a la gente que no poseía magia y desde el primer día que pisaron Hogwarts se había hecho amiga de Adriel Benoitte, y por supuesto de Kat Amatiello.

Kat Amatiello era una muchacha de finas facciones, medía aproximadamente 1.70 , tenía unos ojos grandes de color azul y llenos de vida, su cabello lacio y de color castaño estaba recogido en una cola alta de caballo. Era un tanto explosiva si dañaban a lo que ella quería. Hija de una familia muy importante en el mundo mágico.

En ese momento Kat no se encontraba en la Sala Común, había salido quince minutos antes de que iniciará la pelea entre Adriel y Sirius. Su destino: las cocinas de Hogwarts. Si algo la caracterizaba es que era un pozo sin fondo. Para suerte de Black, Kat no había presenciado la pelea, sino Black en ese momento no estaría parado en medio del salón, sino en la enfermería con Madame Pomfrey, atendiendo las diversas maldiciones que Kat le hubiera mandado.

- Genial... - murmuró Sirius cuando Lily, dejo la sala. Se giro hacia donde estaban sus amigos y se encontró con dos pares de ojos que le reprochaban.

James Potter, lo miraba reprochándole la escena. James tenía el pelo negro azabache pero rebelde sin causa, ni con una poción fijadora se podía peinar, sus ojos azul aguamarina estaban enmarcados por unas gafas redondas, veía a su mejor amigo con cierto enojo. James era jugador de Quidditch, específicamente, era el buscador del equipo de Gryffindor, era un poco más bajo que Sirius, delgado, pero con muy buen cuerpo, apuesto, alegre, soberbio, despreocupado, bromista, juguetón, pero con un carácter volátil. Muy parecido a su mejor amigo: Sirius Black

Remus Lupin le miraba de la misma manera que James, este joven era un caso especial, igual que sus amigos, pero si era posible algo lo hacia más especial, poseía unos ojos dorados que cuando te miraban parecían descifrar lo que pensabas, su cabello era de un hermoso castaño claro, casi rubio. Él era lo que cualquier chica pudiera pedir: atento, alegre, con modales, inteligente, maduro, de finas facciones, consciente, divertido, responsable, tranquilo, pero tenía un secreto, que a muchos no les agradaría conocer. Sin duda era digno de pertenecer a los Merodeadores, con o sin secreto.

Los Merodeadores eran los chicos del colegio más atractivos, simpáticos y sin alguna duda, los mejores bromistas que Hogwarts hubieran conocido en mucho tiempo. Sus integrantes: James Potter, Sirius Black y finalmente Remus Lupin. Lo único malo de ellos es que a veces los pies se les despegaban de la tierra, ¿Razón?, ¿Causa?, sencillo: su club de admiradoras- casi toda la población femenina del colegio, pasando por primer curso hasta el séptimo.

- ¡Ah, nooo!, ¡Ustedes no!- exclamo Sirius

- Evans, tiene razón, Sirius- dijo Remus tranquilamente- no debiste decirle eso a Benoitte.

- Exacto, fuiste cruel- añadió James

- Pero, pero, pero...

- Nada de peros, Black, le debes una disculpa y tú lo sabes- James termino con la corta conversación y volvió a su lectura de Quidditch, que había interrumpido cuando Adriel y él habían comenzado a gritar.

Lupin hizo la mismo, volvió su atención a los deberes de Aritmancia que dejo inconclusos cuando noto que la discusión de Black y la chica estaba tomando otro curso. Inclusive había considerado seriamente intervenir y terminar la pelea de esos dos, pero lo reconsidero y se limito a observar, si las cosas se ponían más serias entonces si intervendría. Se lamentó el no haberlo hecho...

- ¡Genial!, ¡Simplemente genial!- murmuró Sirius. Sabía que sus amigos estaban enfadados con él, para que James lo llamará por su apellido es que realmente estaban enojados.

Lo que él no sabía es que sus amigos sabían un pequeño secreto... un gran secreto para los involucrados.

El chico salió hecho un vendaval de la sala, mientras murmuraba cosas como:

- ¿Por qué a mí?, ¿Qué le sucede a todo el mundo?, ¿Qué demonios le pasa a Benoitte?, mis mejores amigos me dan la espalda, ¡Ah!

Cuando llego a su dormitorio, se tiro en su cama que tenía los colores de Gryffindor, se saco los zapatos y los calcetines, se incorporo, sentado en la cama se quito el uniforme de Hogwarts y se puso su pijama en menos de cinco minutos. Se tiró en la cama y viendo el dosel de su cama, suspiró profundamente.

- ¿Qué sucede?, ¿Qué te hace falta, Sirius?, lo tienes todo- se dijo a si mismo.

Nunca iba a aceptar que las palabras de Adriel le habían herido, jamás iba a aceptar que había reaccionado de esa manera porque le había dolido. Aún sus palabras resonaban en sus oídos y esa mirada, esa mirada llena de tristeza, no se la podía sacar de la cabeza.

Sirius Black, era un joven sin preocupaciones, bromista a más no poder y poco serio en cualquier campo de su vida, se caracterizaba por ser el más mujeriego de los Merodeadores, cada semana cambiaba de chica y eso no le era difícil, tenía a cualquier chica a sus pies con sólo guiñarle el ojo o dedicarle una sonrisa coqueta, sin embargo era fiel con quienes él llamaba "amigo". "Se meten con mi amigo, se meten con Sirius". El mejor amigo del joven Potter desde la infancia, que decir desde la infancia, desde que habían nacido. Los padres de ambos eran amigos. Hijo único de una de las familias más respetadas de todo el mundo mágico, heredero de una gran fortuna, exactamente igual que Potter y Lupin, sus ojos eran de un azul intenso con un ligero destello de misterio. Soberbio, alegre, despreocupado, frívolo, desordenado, escéptico; por completo ajeno a todo lo que significará puntualidad, disciplina y rigidez moral, en cualquier forma..

Sí, ese era Sirius Black, quien estudiaba junto a sus amigos en Hogwarts, prestigiado colegio de magia y hechicería. Pertenecía a una de las cuatro casas de Hogwarts, la mejor a su parecer: Gryffindor, aunque no desdeñaba en absoluto a las otras casas, bueno, a una: Slytherin.

- Me falta amar...- susurró melancólicamente y hundió su cara en la almohada, ocultando una posible lágrima que había escapado de sus ojos.

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 Notas desesperadas de la autora:

Táchenme de loca!!!!, Demándeme si así lo prefieren!!! Muajajajajaaja!. Ejem!, ejem!, lo siento me emocione, fic equivocado, jejeje ^^U. Bueno, diré la cantaleta que todos los autores novatos- léase yo- ponemos: no intento disculparme pero este es mi primer fic en cuestiones Potterianas, así que.... CLEMENCIA!!!, por favor!!!!, Ejem!, ejem!. Mi inició en los fics fue más que nada con CCS y de ahí en fuera nada más, soy algo especial para animarme a escribir, y de hecho no lo hubiera hecho sino me hubiera inspirado tanto CCS y ahora Harry Potter. Si ven alguna coincidencia con mis otros fics no me echen la culpa, soy inocente!!, lo juro!!. Me fascinan los Merodeadores *¬* (todos en general, menos Peter, esa rata asquerosa!!)  y un pequeño detalle creo que me voy a concentrar demasiado en Sirius +_+, a menos que la historia se vaya trazando en forma diferente porque no tengo ni idea de lo que sucederá. De hecho esta es mi primera historia potteriana, les explicaré, estaba en camino a la tienda cuando tuve una iluminación y miren, aquí estoy escribiendo, así que por favor ténganme misericordia y un r/r no me caerá nada mal. Lo de costumbre: se aceptan tomatazos, a un profesor de Matemáticas Financieras, ideas sobre mi fic, a niños guapos, muuuchos regalos por ser mi cumpleaños el 27 de Junio, a Sirius Black *¬*, James Potter, Remus Lupin, Daniel Radcliffe, Oliver Wood, Eriol Hiragizawa *¬*, Guru Clef, Tom Cruise, Fox Mulder, Harry Potter, elfos perdidos; domésticos y no domésticos (Légoooolas ^^) y también fanfics muuuuchos fanfics de los Merodeadores y por supuesto de CCS. Por cierto si alguien tiene un mejor título en mente para este fic, háganmelo saber!!!!!!!!!!!!!