Este fic participa en el Reto #106: La suerte de los drabbles del foro Alas Negras, Palabras Negras, con la lista 38 (Aerys, Joanna y Tywin). Los personajes son de George Martin.
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Aerys la tuvo primero y en varias ocasiones.
La primera vez fue dulce pero nada tímida. Joanna no era esa clase de doncella insípida que se acuesta en la cama y deja al hombre utilizar su cuerpo. Ella se sentó sobre su regazo y Aerys la sostuvo de la cintura, sintiendo cada roce de sus cuerpos encender el fuego que dentro de él existe.
La última vez fue la noche anterior a su boda, dejándolo clamar como suyo el cuerpo que Tywin pensaría de él al día siguiente.
— Si quisieras, serías Reina —le dijo Aerys con la respiración entrecortada—. Dejaría a Rhaella en un santiamén y te haría mi esposa.
Joanna dejó salir una risita antes de apoyarse sobre los codos para levantarse de la cama. Debía regresar a su habitación pronto, pero Aerys no estaba listo para dejarla ir y le tomó la muñeca.
— No te rías. Hablo en serio.
Joanna, con sus ojos de gato, le dedicó una sonrisa de medio lado.
— Ya soy una reina — Joanna le contestó, coqueta.
Aerys sintió un ardor en la garganta y reprimió las ganas de arrojarla nuevamente a la cama. ¿Y qué si los llegaran a encontrar? A él no le interesaba la opinión de Rhaella y Tywin no renunciaría a Joanna voluntariamente. Incluso si el romance se descubriera, Aerys estaba seguro de que su amigo insistiría en continuar con la boda más por amor que por orgullo.
Ambos amaban a Joanna, y ella los amaba a ambos. Los Targaryen habían aceptado que el amor así llegaba en ocasiones, y si Tywin no sabía compartir, podía irse mucho a los siete infiernos, que ahí lo encontraría Aerys un día.