Ciudad de México, 19 de septiembre de 1985, 6:50am

Unas finas y delicadas manos se encontraban sujetando un volante, sus dedos se movían al compás de la música.

Una joven chica se encuentra conduciendo un automóvil, tarareando una canción mientras observa el tráfico frente a ella.

-Oh vamos, voy a llegar tarde- se queja.

Un tránsito le ordena que pare mientras deja pasar al siguiente tumulto de autos.

-Ashh, vamos, dejaste pasar al de adelante y a mi no- se queja en silencio.

Después de un par de minutos, el tránsito da la orden de que puede proseguir.

-Gracias- dice en su mente, mientras le pisa al acelerador.

Después de un rato más conduciendo entre las avenidas del centro de la ciudad, se estaciona, justo enfrente de un muy lujoso y soberbio edificio, con una fachada impresionante y en su techo se encontraba un gran letrero con letras color dorado que decían:

Hotel Regis

María se asoma por la ventana admirando el edificio, para posteriormente fijar su vista en el espejo retrovisor.

Saca un labial de su bolso, color carmesí y se pinta los labios.

Al terminar vuelve a guardarlo y acomoda su cabello suelto, abrocha su saco, pasa unas manos por su pantalón de tela limpiándolo, toma unos papeles y sale de su auto.

Mira para arriba al edifico y decidida se encamina hacia el.

Entra al hotel viendo cada minucioso detalle y admirando el gran candelabro que adornaba el lobby.

Divisa la Recepción y se dirige a ella, sus tacones resuenan a cada pasó que da, llamando la atención de huéspedes y empleados, que discretamente la miran de reojo, admirando su andar así como su movimiento de sus caderas.

El sonido de sus tacones llaman la atención de una empleada que alza la mirada y la ve llegar ante ella.

Una larga barra de madera las separa a ambas.

-Disculpe señorita, ¿El Restaurante?- pregunta María.

-¿Usted es la señorita Hernández?- pregunta la joven empleada.

-Si-

-¡Oh!- exclama- el señor Barra me a pedido informarle que si podría verla personalmente en su habitación-

-¡Oh! Claro, ¿Donde es?- pregunta.

-Es la habitación 719, el botones la guiara hacia allá- dice con una gran sonrisa.

-Muchas gracias- sonríe María y sigue al botones.

María camina por detrás del empleado, viendo a su paso su alrededor.

Llegan a un ascensor y el Botones le pica a un botón.

Casi instantáneamente este abre sus puertas, dejando salir a una joven pareja.

Después de darles el paso,ambos se adentran en el elevador.

El Botones le indica el piso al ascensorista, este selecciona el piso y cierra las puertas.

Conforme iban subiendo, sonaba un pitido que indicaba los cambios de piso.

María miró el tablero.

2

3

4

5

6

-Siete- dijo ella en voz baja.

Al mismo tiempo que ella habló, el ascensor lanzo un último pitido y las puertas se abrieron.

-Por aquí señorita- le indicó el botones con la mano dejando que ella saliera primero.

Al salir, ella siguió nuevamente al empleado.

Caminaron por un largo pasillo con una muy elegante alfombra roja.

Las paredes estaban pintadas de colores sobrios y entre cada puerta de las habitaciones, se encontraban lámparas encendidas.

María no se percató en que momento llegaron, solo volvió en si hasta que el botones habló.

-Esta es señorita, la 719- le indicó.

-Muchas gracias- contestó sacando unas monedas de su bolso y entregándoselas al chico- una ultima cosa, ¿Qué hora es?-

-Son las Siete con diez- responde el muchacho revisando su reloj y sonriéndole con amabilidad.

-Gracias-

El muchacho asiente y se va.

María toca.

Se escuchan pasos profundos al interior y la puerta es abierta.

-Muy buenos días, pase pase- la invita el residente.

-Buenos días- saluda María y entra.

El Señor la invita a tomar asiento en un sofá, el cual ella accede.

Él se sienta enfrente suyo.

-Me disculpó por no haberla podido recibir en el restaurante, es que se me hizo tarde y vi más conveniente recibirla personalmente en mi habitación-

-No se preocupe Sr. Barra, comprendo- dice con amabilidad María- Bueno para no quitarle más tiempo, aquí le traigo las concesiones-

-A ver- extiende la mano recibiendo el folder con los documentos.

-Todo esto es un poco informal, pero debido a su muy ajustada agenda se los traigo así- se disculpa María.

-Si está bien- contesta leyendo los papeles- Lo bueno es que me pudo encontrar, El Mundial se encuentra a la vuelta de la esquina y tanto el Gobierno como nosotros los inversionistas queremos que salgan bien las cosas-

-Lo se-

Después de leer los papeles se levanta y toma su maletín.

-Les tendremos una respuesta en pocos días-dice guardando los papeles en este.

-Bien- contesta María.

-¿Gusta un whisky?- pregunta dejando el maletín de lado y dirigiéndose a una pequeña barra con licores.

-¿No cree que es demasiado temprano?- cuestiona la chica.

-Yo creo que es una buena manera de iniciar un día y un buen negocio- contesta entregándole un vaso.

María sonríe y lo acepta.

-Por un buen negocio- alza su vaso el hombre.

-Por un buen negocio- le sigue María, poniéndose de pie.

Ambos chocan sus bebidas y posteriormente la degustan.

-¿Siente usted eso?- pregunto muy preocupado el señor Barra.

María percibe un ligero mareo, después siente como se mueve involuntariamente.

-¡Es un terremoto!- dice cayendo en cuenta de lo que está sucediendo.

El movimiento rápidamente se vuelve en uno muy violento.

Las botellas del bar caen al suelo, rompiéndose al momento de hacer contacto con el suelo y liberando los líquidos.

Las lámparas se columpian de lado a lado chocando con el techo y desprendiendo de ellas pequeños vidrios.

Las persianas de igual modo se mueven.

Y los cristales de la ventana inician a crujir y a cuartearse.

Todo el lugar se vuelve un caos y se escuchan cosas cayendo y rompiéndose, personas saliendo corriendo de sus habitaciones y gritando.

María primero está en shock y deja caer su vaso haciéndose añicos, pero rápidamente reacciona saliendo de la habitación seguida de la segunda persona.

Todo parece tan efímero, pareciera que el tiempo se detenía y todo iba en cámara lenta.

María como podía trataba de avanzar por los pasillos, pero el movimiento era tan fuerte que casi le impedía moverse.

Veía a gente a su alrededor en igualdad de condiciones.

Muchos huéspedes salían en batas y paños menores, varios salían desconcertados de sus habitaciones, otros llorando y muchos más desesperados por salir de ese lugar.

Vio como señoras mayores se hincaban en el suelo e iniciaban a rezar en voz alta.

Niños y mujeres lloraban inconsolablemente.

Hombres trataban de calmar a las personas.

María siguió caminando.

Se escuchaban las paredes crujir e iniciaban a aparecer grietas enormes y profundas.

Voltio la mirada y vio como una lámpara le caía en la cabeza a un señor.

A lo lejos oía como personas gritaban, después se escuchaba un sórdido golpe para después quedar en silencio.

Las luces se encendían y se apagaban, en otras partes hacían corto circuito y estallaban.

Un pedazo de techo callo enfrente de ella.

Así que se cambio de acera y trato de avanzar hacia las escaleras.

Todo el edificio se escucha rechinar.

Pierde el equilibrio y cae al suelo, después siente como se resbala y choca con la pared contraria, mira a lo lejos una ventana y ve como lentamente la vista hacia el cielo despejado se convierte en una especie de elevador que va cayendo y edificios más pequeños inician a divisarse, a su vez una gruesa capa de polvo gris los envuelve.

La ventana se rompe y el octavo piso cae aplastando esa lateral del pasillo.

María no sabe como responder.

Todo a su alrededor se fractura, se rompe y se cae, personas quedan atrapadas por el concreto.

Un pedazo de techo le cae en la cabeza hiriéndola.

Posteriormente ve como el piso inicia a abrirse.

-¡MARÍAAAA!-escucha por última vez, a su hasta entonces acompañante.

Sin poderlo evitar ella cae por esa oscura abertura.

Gritando y tratándose de agarrar de lo que sea en el proceso.

Sin mucho éxito.

Cae boca arriba y continúa resbalándose por aberturas, escuchando gritos desgarradores a su paso.

Vuelve a caer a otro piso.

Siente como el edificio se le viene encima.

Cae por una última vez, golpeándose la cabeza y quedando totalmente inconsciente.

A lo lejos escucha gritos y llantos que se van atenuando, también un golpe en seco y de ahí ya no sabe de nada más.

El lugar queda en silencio, envuelto en una espesa neblina gris que poco a poco se va disipando.

Dejando ver a un edificio en total ruinas.

Aplastado como si fuera un sándwich.


Hola amigos, yo de nuevo.

Antes que nada, este fanfic lo hago con el gran respeto que se merece.

El terremoto del 19 de septiembre de 1985, fue una desgracia para el país.

Muchas personas perdieron la vida en los derrumbes, algunas cifras dicen que fueron 10 mil los muertos, otras dicen que fueron aún más.

Muchas personas perdieron a sus familiares y su patrimonio.

En cuestión de segundos sus vidas quedaron a la deriva.

Muchos tienen diversas experiencias sobre este fatídico día, que sin duda merecen ser escuchadas sus historias.

Muchos conocemos personas que vivieron de primera mano estos acontecimientos.

Muchos héroes anónimos que arriesgaron sus vidas para rescatar a personas que aún se encontraban con vida bajo los escombros.

El Hotel Regis fue un hotel muy lujoso ubicado en el centro de la capital que se derrumbó en ese fatídico día.

Era un hotel de 8 plantas, tenía 350 habitaciones y se encontraba al 90% de su capacidad.

De este hotel rescataron 74 cuerpos y decenas de personas quedaron desaparecidas.

Así como este hotel, decenas de edificios más cayeron sepultando muchas personas.

Yo soy de veracruz, pero tengo familia que vive en CDMX, ellos viven más para Santa Fe, les toca el movimiento pero por el tipo de suelo en el que viven, no les han tocado desgracias afortunadamente.

Mi abuelo vivió muchos años en la capital, pero para 1985 ya no vivía más ahí, había vuelto a la ciudad de donde soy.

Aún así, dejó muchos amigos y conocidos en la gran ciudad.

De entre ellos recuerdo que mi abuelo me contó el relato de uno de ellos.

Era creo una amiga de él, me cuenta que ella estaba en su casa cuando en eso inició el terremoto, se encontraba en un edificio, dice que todo se movía horriblemente y que en verdad pensaba que no la iba a librar, esa persona miro hacia unos ventanales que estaban en su sala.

Cuenta que vio como un edificio caía frente de ella, en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba, que se oía cuando el edificio iba cayendo la gente gritaba horriblemente, y cuando terminaba de caer se escuchaba completo silencio.

Por suerte su edificio no se cayó, pero si quedó de lado.

Otro cuenta que cuando salió de su casa, vio un edificio caído, y a lo lejos podía ver una mano humana que sobresalía de entre los escombros.

También mi mamá me cuenta de su experiencia, si bien en veracruz no hubo derrumbes como en CDMX, si se sintió el terremoto.

Ella estaba en preparatoria y dice que cuando el terremoto inició su profesor no los dejaba salir (dice que su maestro estaba igual como en estado de shock)

Veía por la ventana como las palmearás se movían de lado a lado, que casi pareciera que se acostaban.

Cuando todo termino salió de los salones y que su director tenía una televisión, ahí se amontonaron todos y vieron como ningún canal agarraba.

Después de un rato consiguieron un canal que estaba transmitiendo y vieron la catástrofe.

El hermano de mi mamá (mi tío) se encontraba estudiando medicina, ya estaba por concluir, el me cuenta que un grupo de estudiantes y él, se fueron de voluntarios a la CDMX.

Estaban allá auxilio a los heridos que lograban rescatar.

También me cuenta que la ciudad olía a muerte, tu caminabas por las calles y veías edificios derrumbados, que no veías a los muertos pero sabias que estaban ahí por los fuertes aromas que se desprendían.

También que iniciaban a aparecer muchas ratas que se comían los cadaveres.

Ese mismo tío ahora trabaja en un hospital en Tabasco, ayudando a la lucha contra el Covid-19.

Ahora una experiencia mía, el 19 de septiembre del 2017, recuerdo que mi primera clase fue Español, mi maestra llego y platico con nosotros, yo me encontraba en 2do de secundaria, ella nos dijo:

Hoy hace 32 años hubo un horrible terremoto que mató a muchas personas, yo en esa época estaba como ustedes, en 1985 también iba en 2do de secundaria, era de su edad, y recuerdo cuando todo inició a moverse.

Recuerdo muy bien como la maestra nos contaba su experiencia, horas después fue el simulacro, hacíamos bromas de:¿que pasaría si si ocurriera un terremoto?

Obviamente, nunca nos imaginamos lo que se vendría, pero eso es ya otra historia.

Y así, hay muchas historias de personas que vivieron a su modo ese día, y que por siempre quedarán en la memoria colectiva.

Con este fanfic no pretendo ofender a nadie, solamente recordar este suceso y recordar a esas personas que ya no están, así como recordar ese hecho trágico que de algún modo nos transformó como sociedad, y nos hizo ver las cosas de diferente modo.

Este suceso está lleno de heroicidad y tragedia, así como mucha solidaridad entre sus habitantes que siempre estuvieron ahí para levantar este país, espero poder reflejar esto en este fic.

Así que, si me lo permiten, mi OC de Hetalia, en este fic vivirá este suceso a carne propia, ya que eso es lo que es ella, la representación de nuestra nación, y así como muchos, le tocará salir adelante ante la adversidad.

Me percaté que casi no hay fanfics que traten este tema, y si los hay, no hablan muy a detalle sobre estos sucesos, así que me anime y ahora se los presento, espero sea de su agrado.

Posdata: el empresario es meramente ficticio.

Atte:

Winter sunflower