Helga estaba maravillada viendo como en su celular estaba el numero de Arnold, quien se encontraba conectado.

"En linea"

Entretanto se preguntaba que estaba haciendo. Su voz interna y cantarina repetía ese nombre con dulzura y desconsuelo, al sentirse tan cerca, pero a la vez tan lejos. Sin percatarse, sus ágiles dedos escribían en prosa todos los sentimientos que tenia por el amable muchacho.

Estaba tan ensimismada, desbordando su sentir, que envió el mensaje al momento de terminar de escribir.

Helga: Oh, Arnold, Arnold... Te amo no sabes cuanto, mi amor por ti es tan alto como el mismo cielo y tan profundo como el infierno. No sé por qué, pero mis palabras de amor para ti se convierten en insultos cuando tocan el aire, aquí puedo decirte lo que mi corazón siente con tan solo pensarte, día y noche estas en mi mente, di que sientes lo mismo y seré tuya. Mucho mas de lo que ya soy.

"Cabeza de balón escribiendo"

Helga no tuvo tiempo de pensar en lo que hizo que la chica se apresuro a escribir en consecuencia, como si eso evitaría el fatal desenlace de dejar al descubierto sus ardientes sentimientos.

Helga: Hola*

Colocando el asterisco luego de la palabra en un intento de decir que eso era lo verdaderamente quiso decir anteriormente. Si, claro...

Arnold: ¿Hola?

Helga: Adiós.

En ese momento, la chica quiso desconectarse para siempre, pero antes de que pudiera. Un nuevo mensaje de Arnold llegó.

Arnold: ¿Que fue el mensaje anterior, Helga?

Preguntó y la chica, se descontrolo, pero tratando de actuar tranquila, escribió.

Helga: Nada, fue un error ese primer texto. Solo ignoralo, cabeza de balon.

Helga: La culpa es del autocorrector.

Arnold: ¿El autocorrector? Sabes, por lo general modifica algunas palabras.

Su Arnold tan perpiscaz.

Helga: Me enojé y comencé a presionar botones al azar. ¿Okay?

Arnold: ¿Y luego se envió?

Helga: Así es.

Arnold: Esta escrito mi nombre.

No se le escapaba nada.

Helga: Lo veo. Una mera coincidencia.

Arnold: ¿Me estas diciendo que fue al azar las palabras escritas?

Helga: Si.

Helga: ¿A que quieres llegar, Arnoldo?

Arnold: ¡A que escribiste todo, Helga!

Eso escrito, le hizo escribir sin miramientos, sin ponerse a pensar hasta que presiono el boton de enviar.

Helga: No lo hice. ¿Crees que tengo problemas para expresarte mis sentimientos? Tal vez por lo mucho que estoy incontrolablemente enamorada de ti.

Helga: Fue de nuevo el autocorrector.

Agregó rápidamente.

Arnold: Helga.

Helga: No trates de contradecirme. Si te digo que fue el autocorrector, Cabeza de balón. Lo fue.

Arnold: Ah... Lo que tu digas, Helga.

Arnold: No, lo que tu escribas, Helga.

Helga: ¡Exacto lo que YO escribo y NO lo que escribe el autocorrector!

Arnold: Buenas noches, Helga.

Helga: Dulces sueños, mi querido Arnold.

No paso ni tres segundos que Helga ya se encontraba tecleando.

"Cabeza de balón"

"Bloquear"