Mi ginecólogo.
Es un simple estudio de rutina – me dijeron. El problema es que el médico que me hará esa prueba es el hombre de quien estoy enamorada…
…
Capítulo 1 (amigos)
Cuanto se arrepentía de haber aceptado el chequeo médico que Naruto le ofreció. Desde que llegó a su clínica se dio cuenta que aquello había sido una muy mala idea…
- Señorita Hyuga, en un momento le atiende el Dr. Uzumaki.
- Gra-gracias…
De inmediato fue a tomar el asiento que gentilmente le ofreció la recepcionista. Había estado en muchas ocasiones en aquel lugar, generalmente cuando iba a visitarlo o le quería dar una sorpresa. El hecho de estar en ese lugar como paciente le empezaba a causar pánico, ¿en qué estaba pensando cuando acepto una consulta con Naruto? Se arrepentía de haber confesado que nunca se había hecho un Papanicolau y dejarse convencer de que tenía que ser responsable de su salud.
Ahora estaba ahí, esperando a ser atendida por el hombre del que llevaba ya varios meses enamorada, esperando por ser atendida en una consulta ginecológica del hombre con el que soñaba por las noches, bien pudo ir con otro médico y ahorrarse la vergüenza.
En cuanto la puerta del consultorio se abrió sintió su corazón palpitar con fuerza, quizá debería salir corriendo de aquel lugar, sí, eso sería una buena idea. Lamentablemente cuando vio a Naruto usando una bata que cubría parcialmente su camisa y pantalones sintió su corazón palpitar de manera diferente, cuanto lo amaba y cuanto le gustaba vestido de esa forma, era su fetiche y no trataría de negárselo a ella misma…
- Hinata – se acercó tan amigable que ella le imitó, la saludo dándole un beso en su mejilla – ¿cómo estás?
- Oh bien, un poco nerviosa – le confeso, provocando que el riera alegremente.
- No tienes que estarlo, estas en las mejores manos – sus palabras denotaban claramente que no estaba mintiendo, él en verdad se tenía la confianza de ser un médico excepcional.
Naruto la condujo al interior del consultorio, y ella sencillamente no pudo explicarle que no estaba nerviosa porque dudara de sus capacidades, sino de ella que estaba yendo a hacerse un chequeo ginecológico con el hombre de sus sueños, y que temía que aquella consulta se convirtiera en uno de los episodios más vergonzosos de su vida.
Le pidió que tomara asiento frente al escritorio y luego él hizo lo propio al sentarse frente a ella.
- Por un momento creí que serías una cobarde.
- ¿Cómo?
- Que pensé que no vendrías, me sorprende que seas tan valiente – de saber que él no esperaba que ella fuera, y que tal vez si le hubiese dejado plantado él no se lo hubiese tomado tan mal, seguro que se hubiera retractado, ojalá lo hubiera pensado mejor, pero ya estaba ahí y pensaba comportarse como la adulta que era…
- Me has dicho antes que esto se trata de ser responsable.
- Y me alegra que lo seas.
Era tan guapo que por un momento tuvo que tratar de apartar la mirada, sentía que sus expresiones faciales podrían delatarla mostrando lo mucho que estaba enamorada de él. Pero cómo no estarlo si Naruto era el hombre más guapo que había conocido en su vida, rubio, de ojos azules, de facciones varoniles, alto y fornido, sencillamente era un deleite para sus ojos, eso sin contar que era la persona más divertida y galante con la que había tenido la oportunidad de tratar. Le conocía desde hace seis meses, aunque solo dos meses atrás se habían vuelto amigos cercanos, y él había demostrado en más de una ocasión que era un excelente amigo. Sencillamente lo adoraba.
- ¿Te parece si terminando la consulta vamos a cenar? – ¿cómo podía preguntarle por ir a comer después de que le hiciera el estudio que tanto le avergonzaba?, no estaba segura ni siquiera de tener hambre después del garantizado bochorno que sentiría con esa consulta. La observaba divertido y ella de pronto no quiso mostrarse tan vulnerable y aquello lo lograría si demostraba que no le afectaba en absoluto.
- Me parece una buena idea – le dijo tratando de mostrar una seguridad que no tenía.
Naruto tuvo la gentileza de preguntarle por su familia que vivía en otra ciudad, por su trabajo como arquitecta e incluso por sus mascotas, dos pequeños perritos que hace tiempo había rescatado, hablar de cosas cotidianas la relajó bastante, incluso llegando a olvidarse del motivo por el que estaba ahí. Aunque claro, su suerte no duraría mucho tiempo, porque en el momento que hablaron de él y su profesión, el recordó el motivo por el que ella estaba ahí y se metió enserio en su papel de médico.
- Bien, a partir de ahora no seré Naruto, seré tu Doctor, ¿de acuerdo?
- De acuerdo…
Él se veía tan cómodo, tan seguro al demostrar que dominaba todo en ese lugar, por supuesto esa era su profesión y era lógico que demostrará tal confianza. De pronto el dejo de verla para observar la pantalla de su computadora y empezar a teclear.
- Llenaré tu historia clínica – le informó, y ella solo pudo asentir y maravillarse por lo atractivo que le parecía Naruto, era la primera vez que lo veía ejercer como médico, y sin duda lucía demasiado encantador de ese modo.
- ¿Qué edad tienes, Hinata?
- Veinticuatro
- ¿Cuál es tu estado civil?
- Soltera
- Tipo de sangre
- O+
- ¿Padeces alguna enfermedad?
- No que yo sepa – le dijo tratando de recordar algo que fuera de importancia.
- ¿Tienes alergias?
- Ninguna.
- ¿Te han hospitalizado alguna vez?
- Cuando tenía quince años me quitaron el apéndice.
- ¿Es la única cirugía que te han realizado?
- Si...
- ¿Te han transfundido sangre?
- No.
- ¿A qué edad tuviste tu primera menstruación?
- A los doce años.
- ¿A qué edad iniciaste tu vida sexual?
Oh no, esta era la parte que temía, Naruto estaba tan concentrado en su interrogatorio, se veía tan profesional que de inmediato sintió que tendría que darle toda la información y no tendría que apenarse por ello.
- A los veintiún años.
- ¿Cuántas parejas sexuales has tenido? – trago grueso.
- Una.
- ¿Cuándo fue la última vez que tuviste relaciones sexuales?
- Hace tres años – Fue consciente cuando Naruto se removió en su asiento.
- ¿Cuántas veces tuviste relaciones sexuales? – aquel escrutinio era muy específico y se supuso que Naruto sabía lo que hacía.
- Una vez – pudo notar un leve rubor en las mejillas de Naruto, y se preguntó si lo que le había dicho era tan vergonzoso que hasta él sintió su propia humillación.
- ¿Desde entonces no has tenido otra pareja?
- Bueno tuve un par de novios – al instante se dio cuenta que eso no era a lo que él se refería – pero no llegamos a eso.
- ¿Por qué no?
- Porque no me apetecía hacerlo con ellos.
Naruto asintió, pero eso ya no lo estaba escribiendo.
- ¿Tienes algún malestar?
- No, únicamente he venido porque me has dicho que es importante hacer un chequeo cada año como prevención.
- Y me alegra que seas responsable – le esbozo una amplia sonrisa y luego se puso de pie y le incito a que hiciera lo mismo – sígueme Hinata.
Le siguió a una habitación contigua donde pudo visualizar una cama que tenía a su alrededor múltiples artefactos y equipos. De la pared colgaban muchos reconocimientos, títulos y diplomas, todos por supuesto de Naruto.
No se percató de que Naruto se movía por la habitación hasta que le dio una bata y luego le señalo otra puerta a la que no le había prestado atención.
- Retira toda tu ropa y colócate esta bata con la abertura hacia atrás.
- ¿Me debo quitar todo? – se sintió tonta al cuestionarlo, pero quizá se refería únicamente a su ropa exterior y no a la interior, tal vez podría dejarse el sujetador.
- Sí, toda – no mostró emociones y ella solo pudo asentir.
Se desvistió en el baño tratando de tardarse el mayor tiempo posible, colgando incluso con lentitud su ropa sobre un perchero. Se sentía tan expuesta con aquella bata que apenas cerraba a su espalda que, tuvo que respirar hondo para darse ánimos. Esta era una consulta médica, Naruto era profesional y ella estaba siendo ridícula al temer de un simple chequeo de rutina para él, aunque para ella sería el primero.
Tratando de mostrarse segura salió del baño, lo encontró tecleando en un equipo y al percatarse de su presencia le sonrió ampliamente, por lo que ella no pudo evitar devolverle la sonrisa. Siempre lograba ese efecto en ella, lo llamaba efecto Naruto, ponerla contenta en el instante que lo veía.
- Ahora te vas a acostar aquí – señalo la mesa de exploración – para poder hacer los estudios – "los", ella creyó que solo iba por un estudio y ahora resultaba que le haría varios.
- Pensé que solo me harías el Papanicolau.
- Para hacer un buen chequeo médico hay que hacer otros estudios Hinata, pero no tienes nada de qué preocuparte ya que todo lo que haremos son cosas rutinarias y muy sencillas, venga – le ofreció su mano y ella rogó que él no se diera cuenta de su nerviosísimo. La condujo hacia la cama y luego le ayudo a sentarse – ahora acuéstate.
Se acomodó bien la bata para no dejar nada abierto, ni bien pasó un minuto cuando Naruto se acercó con una pequeña sabana que acomodo sobre su regazo.
-Ahora Hinata, sube tu bata – al instante entendió el uso de la sabana, avergonzada la subió dejando su abdomen descubierto y Naruto acomodó la sabana para su gusto dejando mucha piel al descubierto.
Naruto tomo un aparatito al que le colocó un líquido y luego se giró hacia ella – esto es un transductor y nos ayudará a observarte por dentro, está frío – le advirtió – lo colocó sobre su vientre y entonces empezó a moverlo, con su otra mano movió el monitor y le mostró a Hinata una imagen que por supuesto ella no entendía.
- Esta es tu matriz – le dijo y ella asintió sin saber que parte de la pantalla tenía que observar. Naruto que seguramente se daba cuenta que no tenía idea empezó a mover botones y ella entonces pudo ver que estaba tomando medidas – tienes una matriz muy bonita, tiene las medidas adecuadas – ella sonrió al sentirse halagada por aquel comentario.
Luego nuevamente movió el transductor por su vientre – este es tu ovario izquierdo – le vio nuevamente tomar medidas y luego dirigirse en sentido contrario – y este tu ovario derecho – al no hacerle un comentario más, tuvo que exteriorizar su duda.
- ¿Mis ovarios están normales? – no supo si su pregunta era tonta, pero si se lo había dicho de su matriz, tendría que irle diciendo de lo demás ¿no?
Naruto le sonrió – están perfectamente bien, son muy bonitos.
Después de mostrarle incluso sus trompas de Falopio y por supuesto halagarla diciéndole que todo estaba bien y lo bonita que era, termino retirando el aparatito de su piel, para luego empezar a limpiar los restos de gel con papel, aquel acto parecía más bien una suave caricia y ella se regañó mentalmente pensando que solo era su imaginación y sus ganas de que Naruto le tocara de manera diferente…
- Ya puedes bajar tu bata – y entonces se dio la vuelta seguramente para darle privacidad, lo cual demostraba que él era así de profesional.
- Listo – le aviso y él se giró regalándole una sonrisa – ahora tomaré una muestra para hacer el Papanicolau, este estudio tendrás que hacértelo conmigo una vez al año.
- ¿Contigo?
- Si Hinata, conmigo, ahora soy tu ginecólogo de cabecera – sus palabras denotaban que no estaba dispuesto a negociar y ante esa respuesta solo pudo asentir.
- Moveré la cama para que puedas quedar sentada – le aviso y luego le vio mover unos botoncitos a su lado. Tal como le había dicho termino sentada, aunque reclinada hacia atrás.
Se puso frente a ella y le señalo que pusiera sus pies sobre unas cosas que parecían pedales de bicicleta. Si ya se sentía expuesta, aquel sentimiento se intensificó cuando Naruto le pidió que echara sus nalgas hasta el borde del asiento – un poco más – y ella se movió cuidadosa – un poco más – se volvió a mover tratando de que no se alzara su bata – eso es.
La vergüenza comenzó cuando jalo una silla y se sentó frente a ella, luego sencillamente abrió más aquellas cosas parecidas a los pedales dejándola completamente abierta de piernas – no trates de cerrar tus piernas Hinata, necesito que te relajes para no hacerte daño.
Cómo iba a relajarse si ella estaba frente a él mostrándole todo, absolutamente todo. Cubrió su cara avergonzada y luego sintió una caricia en uno de sus muslos – necesito que te relajes Hina, estas muy tensa, abre más tus piernas.
No entendía como era que le pedía aquello, si ya se sentía más que abierta de piernas, aun así, trato de hacer lo que le pedía, más por fuerza que de ganas, entonces se dio cuenta de la tensión que estaba haciendo, respiró un par de veces y entonces se concentró en dejar de apretar sus músculos.
- Tranquila, no pasa nada – le escucho y después sintió unos dedos que la acariciaban directamente sobre su sexo. Apretó los dientes y luego trato nuevamente de relajarse – relájate, eso es – no estaba segura que dentro del examen incluyera que Naruto acariciara el exterior de su sexo, tuvo que morder su labio inferior cuando sintió algo muy placentero, eso no estaba para nada bien. Antes de protestar fue él quien le hablo – este es tu clítoris, Hinata, el centro de tu placer – lo sabía, porque ella misma se encargaba de auto complacerse – si me permites, lo voy a estimular para que te relajes.
- P-pero…
- ¿Confías en mí? – su voz era suave al igual que sus manos, y si era sincera consigo misma, lo deseaba, siempre lo había hecho. Con seguridad sabía que si le pedía que no lo hiciera él se comportaría como el médico profesional que era, pero eso no era lo que ella quería.
- Confío en ti – con aquellas palabras selló el permiso que él necesitaba y ella sabía que no podría arrepentirse.
- Me alegro – pudo imaginar su enorme sonrisa y antes de poder asimilar lo que estaba pasando sintió nuevamente sus dedos haciendo presión en su centro, haciendo círculos y otros movimientos únicamente en ese punto. Eso que él estaba haciendo no estaba bien, eso no era lo que él tenía que hacer en una consulta y sin embargo no fue capaz de detenerlo, llevo su mano a su boca para evitar que de su boca salieran gemidos, pero más bien pronto termino sintiendo un placer que la recorrió entera. Jamás había alcanzado un orgasmo tan pronto, siempre necesitaba acariciarse por un buen rato para lograr un orgasmo, aquello había sido bastante sorpresivo.
- Ahora voy a introducir este aparatito – seguramente se lo había mostrado, pero ella seguía sumida en las sensaciones por el orgasmo, además que no había necesidad de que le dijera más, sabía perfectamente a que se refería, lo había visto en películas de comedia, aunque lo suyo no se parecía en nada a una de esas películas.
No hubo dolor cuando metió aquel aparatito, aunque si una sensación extraña – tu cuello uterino es muy bonito – le escucho decir y ella entonces se dio cuenta de lo que estaba pasando, acababa de tener un orgasmo por las manos de Naruto y ahora le estaba explorando allá abajo, trato de incorporarse, pero al instante una mano en su muslo se lo impidió – no te muevas Hina, ya casi hemos acabado.
Esta vez poniendo atención a su entorno le vio levantar la cabeza hasta que sus ojos se encontraron – sentirás una pequeña molestia, te haré un frotis para tomar una muestra de tus células – entonces se dio cuenta que en una de sus manos sujetaba un hisopo. Luego sencillamente volvió a desaparecer, y casi tan pronto como dejó de verlo sintió el pequeño malestar del que le hablo.
- Listo, preciosa – en cuanto dijo aquello se incorporó y ella cerró sus piernas. Le observó quitarse los guantes y luego nuevamente se acercó a ella para tomar ambos tobillos y ayudarla a bajar sus pies para quedar en una posición más cómoda.
- Ahora te realizaré una exploración mamaria. Saca las manos de la bata y recarga tu espalda completamente.
Nuevamente se dio la vuelta, y ella se preguntó si era necesario tener aquel gesto si luego terminaría haciendo algo inapropiado.
- ¿Es necesario hacer este último estudio? – preguntó con la esperanza de salir de una vez por todas de ese lugar y dejar de lado su vergüenza por haberse corrido con los dedos de Naruto, en su consultorio…
- Sí, Hinata, seguramente te exploras mes con mes como debe ser – en realidad nunca lo había hecho y no pensaba contradecirlo – sin embargo, por protocolo una persona capacitada debe revisarte cada año para asegurar que todo esté bien, y eso incluye inspección y exploración.
Se recordó que estaba ahí por un chequeo y que, si ya había pasado lo más difícil, esto sería pan comido. Saco ambos brazos y luego anclo la bata bajo las axilas – listo.
Naruto se aproximó colocándose frente a ella, con ese aire de profesionalismo que irradiaba.
- Destapa tus pechos y mantén tus brazos a los lados – a regañadientes dejo caer la bata y luego coloco sus brazos como le pidió cerrando los ojos.
Después de un largo momento le escucho de nuevo – ahora coloca tus manos en la nuca – hizo al instante lo que le pedía, pero sin abrir los ojos, por un momento le pareció que así era más cómodo – ahora inclínate un poco hacia delante, un poco más, eso es…
- Bien, ahora voy a pasar a explorarte – le aviso y ella asintió.
Lo primero fue sentir las manos en sus axilas, tocaba toda esa zona como buscando algo, y entonces se animó y abrió los ojos. Lo que vio le provoco un pulso acelerado, Naruto no la estaba observando con los ojos, su cara únicamente reflejaba concentración en buscar con sus manos, y aquello la dejo maravillada, le gustaba verlo mientras trabajaba.
Luego llevó sus dedos a la altura de sus clavículas y sintió que sus dedos la exploraban por un breve momento. Finalmente sintió sus dedos sobre su pecho izquierdo en la parte superior y luego trazó líneas verticales en ambos sentidos hasta llegar a su pezón donde hizo diferentes movimientos hasta finalmente hacer una ligera presión. Después pasó a su pecho derecho e hizo el mismo procedimiento.
- Tus pechos están saludables – se mordió el labio esperando un cumplido y se sintió molesta cuando se dio cuenta que no llegarían tales palabras – puedes vestirte, Hinata.
- ¿Y cómo te parecen mis pechos? – al instante se arrepintió, por qué era tan tonta para hacer aquella pregunta que solo la avergonzaría.
- ¿Qué cómo me parecen? – le pregunto confuso y ella quiso que la tierra la tragara en ese instante. Aún tenía los pechos descubiertos por lo que tratando de recuperar algo de dignidad busco taparse, al menos lo intentó antes de que Naruto se lo impidiera al tomar la bata haciendo que no pudiera subirla.
- ¿Naruto?
- Me parece Hinata, que tus glándulas mamarias están sanas, son simétricas, y tus aureolas y pezones están bien definidos, estoy seguro que no tendrás ningún problema cuando tengas hijos e intentes amamantarlos – se dio cuenta que en esa ocasión si la estaba observando, esta vez diferente, esta vez con una mirada que la hizo sentir deseada – ¿es eso a lo que te referías con tu pregunta? – ella asintió, pero él no pareció percatarse de su gesto al tener los ojos clavados en sus pechos –. Ahora, si lo que me preguntas es, ¿cómo me parecen a mi como hombre tus pechos?, y no como médico. Bien, me parece que tus tetas son tan hermosas que me dan ganas de meter mi cara entre ellas, que tus pezones son tan apetecibles que quiero pegarme a ellos y succionarte como un lactante, y eso quizás es lo más decente que te puedo decir.
Sintió que su cara ardía después de escucharlo, era lo que menos esperaba que le dijeran en una consulta, aunque por supuesto que el halago fuera de Naruto lo convertía en algo especial y que le llenaba el pecho de regocijo. Sin embargo, sentirse tan expuesta con un hombre que no le hablaba de amor, pero si de deseo le causaba a su vez algo de incertidumbre, así que con un poco más de fuerza estiró la bata para poder cubrirse y en esa ocasión Naruto no se lo impidió.
- ¿Haces esto con todas tus pacientes? – no había necesidad de ser especifica en que se refería al momento en que la masturbo o la observó con deseo. Al hacer aquella pregunta sintió su corazón latir expectante ante la respuesta, la cual llegó después de que Naruto le sonriera.
- Claro que no, tu eres la primera mujer que recibe un trato especial.
- ¿Cómo sé que no mientes?
- Hinata te conozco desde hace seis meses cuando Sakura nos presentó, desde entonces me gustas – su corazón palpitó con fuerza – pero tú estabas saliendo con el tipo ese de cabello blanco y de complexión femenina.
- Se llama Toneri.
- No me interesa su nombre – le dijo haciendo una mueca que ella interpreto como celos, algo que curiosamente le hizo sentir mariposas en su estómago – esperé a que terminaras con él, lo cual sucedió hace dos meses – se acercó a ella y tomando uno de sus mechones de cabello le siguió hablando –. Si no te he pedido que seas mi novia es sencillamente porque te estaba dando tiempo de superar aquella relación, ahora que sé que no fue tan profunda me creo que he estado perdiendo el tiempo en esperar.
No se equivocaba, lo que sintió por Toneri había sido algo pasajero, ahora mismo ni siquiera podía recordar las razones por las que decidió ser su novia, pero sin duda nunca llegó a amarlo. Algo que con solo dos meses ya era capaz de sentir por Naruto que ni siquiera era su novio, todavía…
- Yo no toco a mis pacientes como lo hice contigo – volvió a escucharlo – si lo hice fue porque tú y yo hemos estado coqueteando este par de meses, y no puedes negar que sabías que esta cita médica no era exclusivamente eso, si no otra de nuestras citas poco comunes. Y no Hinata, yo no masturbo a mis pacientes, pensarlo me da nauseas – hizo un gesto de repulsión y eso le hizo creerle, además de su increíble sinceridad – incluso no cite a nadie después de ti, pensando que quizá querrías ir a cenar conmigo después.
- No puedes pedirme que cene contigo después de todo lo que me has hecho – ni siquiera podía cubrir su cara con sus manos para ocultar su vergüenza porque entonces la bata caería dejándola expuesta.
- Vamos Hina, no es mi culpa que veas todo esto con morbo, esto solo es un chequeo médico de rutina, tú lo conviertes en algo pervertido en tu mente – el muy sinvergüenza claramente estaba disfrutando de aquella conversación, lo conocía lo suficiente para darse cuenta de ello.
- Me diste un orgasmo – le recordó.
- Lo hice para que te relajaras, estabas demasiado tensa – su mano que jugaba con uno de sus mechones de cabello se deslizo a una de sus piernas donde le dio caricias suaves que acepto de muy buena gana, le gustaban sus grandes manos y lo que le hacían sentir.
- ¿Qué haces con una mujer que esta igual de tensa que yo? – estaba segura que no sería la primera mujer en ponerse nerviosa y supo que no estaba equivocada cuando le vio esbozar una enorme sonrisa.
- Lo habitual es usar un lubricante, pero en tu caso decidí que era mejor usar tu propia lubricación – se veía completamente divertido – tengo que decirte como médico que tienes una vulva perfecta, tus labios vaginales son preciosos y tu clítoris está bien ubicado, algo escondido, pero siendo honesto eso me ha parecido lindo en ti.
Aquel hombre la haría explotar de vergüenza, pero su sonrisa, eso compensaba todo lo que Naruto hacia o decía de manera imprudente –. Gracias por el cumplido – le dijo sincera, porque la realidad es que sus palabras le hacían sentir bonita, en esa consulta no solo había corroborado que era correspondida por Naruto, también había ganado una buena dosis de autoestima – yo también creo que eres un hombre muy guapo.
Naruto se veía complacido por sus palabras, y antes de que pudiera decir o hacer algo que le agitará más su corazón trato de ubicarse y ubicarlo a él del lugar en el que estaban – tal vez debería vestirme para poder ir a cenar – decidida trato de levantarse y Naruto al instante le brindó apoyo al ofrecerle su mano.
Naruto la ponía nerviosa y agradeció que no la detuviera, al parecer sabía la importancia de darle su tiempo y espacio. En cuanto estuvo dentro se vistió con lentitud, tardando el tiempo justo para controlar su acelerado corazón. Una vez fuera se dio cuenta que ya no estaba en esa habitación y entonces camino a la primera sala donde lo vio frente a su computadora escribiendo.
- Estoy lista – al instante le sonrió y le pidió con la mano que tomará asiento.
- Bien Hinata, eres una mujer sana. En una semana tendremos los informes de tu Papanicolau, por protocolo tendrás que sacar otra cita para venir a recoger tus resultados y yo poder explicártelos.
- Esta bien.
- ¿Tienes alguna duda?
Las tenía, pero no precisamente en el ámbito médico, y seguramente hablar de sus inquietudes sería mejor en otro momento – no, no tengo dudas.
- Bien, entonces dame oportunidad de quitarme la bata e ir un momento al baño – le observó apagar su computadora y luego sencillamente la dejó esperando.
Se dedicó a observar los títulos pegados por las paredes, Naruto era un hombre con muchos estudios, sin duda era muy inteligente y había dedicado gran parte de su vida para ser el profesional que ahora era. Él le había dicho que ella le gustaba y le había dejado claro que incluso espero a que terminara su relación con Toneri. Además, tenía que reconocer que sus palabras habían logrado que se sintiera más segura y femenina, algo que le había robado su primera y única pareja sexual.
Su primera experiencia sexual había sido horrible, tanto que le había frustrado varias relaciones por no ser capaz de dar ese paso, varios hombres como Toneri se cansaron de ella y se dieron por vencidos en lograr que ella los aceptara en ese ámbito, siempre terminaban diciéndole que el sexo era importante.
¿Qué pasaría cuando Naruto se diera cuenta que tenía ese problema?, mentalmente se planteó que tal vez debería ser sincera, Naruto le gustaba mucho, como ningún otro hombre lo había hecho, la ventaja aquí, era que él era un experto en su cuerpo, pudo comprobarlo cuando le toco con esas hábiles manos, además que por él tenía un deseo que nunca antes había sentido y que ya no podía reprimir.
Segura de lo que tenía que hacer volvió a encender la computadora de Naruto y nuevamente espero a que volviera para finalmente terminar esa consulta. Cuando apareció lucía más guapo que antes, su sonrisa era brillante y sus dientes tan perfectos que supo que seguramente había recibido un tratamiento dental en su época adolescente.
- ¿Lista? – le preguntó sonriente.
- En realidad no, he omitido información que quizá no me haga una mujer tan saludable.
Naruto al instante tomo asiento – ya veo, si has encendido mi computadora es porque has decidido contármelo. ¿De qué se trata Hinata?
Respiro hondo y hablo antes de arrepentirse – me da terror tener relaciones sexuales.
- ¿Por qué?
- Tuve una mala experiencia.
- ¿Qué fue lo que sucedió? – el mostraba un verdadero interés y supo al instante que la ayudaría.
- Él fue muy brusco y me lastimo mucho en el proceso, en verdad fue horrible porque durante una semana seguía sintiendo dolor, luego que yo no quise volver a tener relaciones con él, me dijo que era una frígida y una anticuada incapaz de satisfacer a un hombre. Después tuve un par de novios, el primero me dijo que no entendía porque no era capaz de recibir caricias subidas de tono y me llamo también frígida. El último fue Toneri, el sencillamente termino conmigo por no ser capaz de tener sexo con él, no me insulto, pero igual sé que lo piensa.
- ¿Y tú piensas que tienes un problema? – Percibió molestia en la cara de Naruto, lo cual le hizo sentir nerviosa.
- Pues sí, si todos han coincidido en ello – estaba segura que su respuesta le había causado malestar.
- Reitero lo que te he dicho en consulta, eres una mujer saludable y nada malo pasa contigo, hace un momento acabas de tener un orgasmo con solo tocarte con dos dedos – le mostró su mano y ella fue capaz de recrear aquel momento nuevamente en su cabeza – tus sonrojos y tu expresión corporal me muestra que eres una mujer que siente.
- Pero si ellos han dicho… – al instante se vio interrumpida
- No hay mujeres frígidas Hinata, eso es un insulto de hombres frustrados, los dos idiotas que te dijeron eso fue porque no obtuvieron de ti lo que querían, y el ultimo solo es un tarado por no saber esperar y darle valor a una mujer por lo sexual. Una mujer es más que eso.
No pudo discutir ese punto con él, reconocía que sus dos primeros novios se habían comportado groseros y Toneri aunque no le había insultado directamente, se había portado malhumorado los últimos meses por no tener una sola respuesta de Hinata en ese sentido, hasta que finalmente termino por cansarlo.
- Temo que pueda cansarte a ti también – le confeso. Si iba iniciar una relación con Naruto, tal vez sería conveniente que el supiera todo desde un principio, estaba harta de relaciones que siempre la terminaban lastimando en ese aspecto.
- Pero si yo me divierto un montón contigo – le dijo sonriente – me acabas de regalar todo un espectáculo allá dentro.
- Eso ha sido espontaneo.
- Y así será nuestra primera vez – le guiño un ojo.
- ¿Cómo sabes que contigo si podre?
- Porque no tienes ningún problema, y sé que te gusto, me gustas, y porque mi deseo por ti no solo es sexual, me importas de muchas maneras, llegado el momento te enseñare que el sexo es algo bonito cuando se hace con la persona adecuada, es decir, yo.
- ¿Y si nunca llegamos a eso?
- Pues entonces disfrutaremos de otras maneras – se mostraba seguro y nada alterado – Hinata, tu estas perfectamente bien, si no te sientes preparada no tienes que darle explicaciones a nadie, cualquier persona cuerda debe saber entenderlo.
Él era perfecto, le había confesado sus temores y le había hecho sentir una mujer completa y valiosa. Estaba segura que con él tendría una relación totalmente diferente a las anteriores, y ella esperaba de todo corazón que la suya fuera para siempre.
- Gracias Naruto – se levantó y fue hasta el para abrazarle, Naruto no tardó nada en estrecharla en sus brazos y luego besarla como había esperado que hiciera desde que se conocieron.
- Nada de gracias, usted me debe una cena, señorita – dicho aquello volvieron a besarse y entonces supo que era afortunada de tener el interés de un hombre como Naruto, no solo era atractivo, era gentil y amable. Y estaba dispuesta a intentar tener una relación completa con él.
…
...
Debo decir que no sé porque me inspiré para escribir esto jaja, pero de pronto me imagine cómo sería tener un novio ginecólogo, y bueno… Hinata tenía que estar en medio de esa situación.
Espero que les guste aunque sea un poquito.