Skip Beat no me pertenece.
Esa marca
Todo iba viento en popa, Kyoko seguía frecuentándose con su sempai como siempre, pero, aunque todo parecía normal entre ellos, la verdad es que era todo lo contrario. Una vez aclarado los sentimientos de ambos, la relación entre ellos ya no se sentía igual. Y no de mala manera, era de una forma positiva. Ahora comprendía muchas cosas y era muy bueno que él le dejara en claro otras cosas. Aunque a veces, eso la volvía loca.
Es decir, ahora aceptaba que él se sentía igual que ella, pero, así como nunca creyó que eso llegara a ser posible, tampoco creyó que los sentimientos de Tsuruga Ren hacía ella fueran tan grandes. Y ni siquiera cabía lugar a dudas, él dejaba claro absolutamente todo. Aunque eso la ponía demasiado nerviosa, mentiría si dejara que no le agradaba aquello.
Pero, él en verdad le provocaba mil y un sonrojos cada vez que podía. Una de las cosas peores hasta ese día había sido. Hablar de esa noche, en el hotel…así es, esa noche.
¡¿Cómo podía hablar sobre lo ocurrido allí?! ¡Eran Setsu y Cain no Ren ni Kyoko! Aunque ella misma sabía, que la persona que estaba con ella en esa cam… en ese lugar, no era ni Tsuruga Ren ni Cain Heel… ¡Esa noche no debía mencionarse jamás! ¡Ni lo que dijeron, ni lo que hicieron! ¡Nunca!
Sin embargo, ahí estaba él, la persona dueña de su corazón, hablando plenamente de ello.
¿No podía tragársela la tierra?
—Sabes una cosa Mogami-san, me da mucha ternura, pero no me sorprende en nada que aún te avergüences totalmente cuando estás a solas conmigo, especialmente porque ya hemos incluso dormido en la misma habitación y vaya que no fue lo único que hicimos.
Tsuruga Ren se echó a reír al ver como su rostro pasaba por varias tonalidades de rojo en segundos.
—Me he dado cuenta que nunca hemos hablado de ello, supongo que te avergüenza mucho. Estoy seguro de que era la primera vez que hacías algo así.
—¡Por supuesto! ¡No voy por allí haciendo esas cosas con cualquiera! —dijo totalmente indignada.
—Lo sé y me alegra haber sido yo el elegido para ello.
Kyoko se quedó callada unos momentos, mirándolo aún sonrojada.
—Por supuesto…—aceptó totalmente roja.
Ren sonrió. Aún le costaba mucho expresar sus sentimientos, pero no importaba. Él esperaría el tiempo necesario hasta que ella estuviera lista para decir todo en voz alta.
—Sin embargo, aun no comprendo cómo se te ocurrió hacer algo así.
—¡Yo tampoco lo sé! —gritó desesperada. Sus emociones estaban al límite, no podía calmarse y terminaba hablando más fuerte de lo que debería—es solo que, esa persona que estaba conmigo no era ni Tsuruga Ren ni Cain Heel, así que, para traerlo de vuelta, solo se me vino a la mente, una escena de una película que vi de niña junto con Sho…—Kyoko se detuvo abruptamente. Había mencionado el nombre prohibido.
Lo miró con culpa, pero Ren le devolvió la mirada lo más tranquilo que pudo y suspiró.
—No te preocupes, no te pongas tensa por mencionarlo, confío en ti y en tus sentimientos por mí, así que haré todo lo posible por evitar ponerme celoso de Fuwa. Aunque claro que jamás olvidaré esos besos que te ha robado.
—¡Ya he dicho que esos no fueron besos! —gritó aún más desesperada.
Ren le sonrió. Igualmente, aún se sorprendía de cuanto había logrado ver a través de él, y también se había dicho a sí mismo que toleraría más el nombre de Sho en todo el asunto.
—Tranquila, lo sé, ya me lo has aclarado, pero aun así me es difícil olvidarlo.
—Tsuruga-san—comenzó a decir lo más serio que la situación se lo permitía—prométeme que desde hoy no sentirás celos de Sho, jamás volveré a sentir nada por él, ya que, pues ya sabes… te tengo a ti—confesó con un hilillo de voz.
—Está bien Mogami-san, si eso hace que estés más tranquila, te lo prometo. Y como te dije, confío en ti.
Ren amaba cuando ella le decía esas cosas con total sinceridad. Decidió darle un pequeño giro a la plática para que se sintiera más tranquila.
—Pero dime una cosa Mogami-san, ¿qué clase de películas veías con Fuwa cuando eran unos niños?
—Eso fue culpa de él, no mía. Él fue quien seleccionó el canal, pero su madre nos descubrió, recuerdo que le pusieron una buena regañiza por eso.
—¿Y a ti no te regañaron?
—No, porque sus padres sabían que el niño terrible era él y que yo me portaba bien. Después de todo eran las personas que me cuidaban, tenía que portarme bien.
Ren pudo notar claramente un dejo de tristeza en su mirada. Se notaba que recordó a su madre, era cierto que ya había aclarado las cosas con ella, pero algo como eso tarda en sanar e incluso deja una gran cicatriz. Pero, él debía encargarse de que esa tristeza desapareciera de su mirada.
—Sabes—empezó a decir, llevando su mano al punto exacto donde esa marca había estado—, esperaré ansioso por el día en que nuevamente puedas marcarme y también me dejes marcarte, esa vez huiste muy bien de la situación.
Y ahí estaba. El rubor de su rostro de por sí no había desaparecido, pero tuvo que aguantar las ganas de reír, al ver como el rojo subía más y más de tonalidad.
—Y ya sabes que no estoy bromeando.
¡Puff!
Tsuruga Ren podía jurar que la cabeza de Mogami Kyoko hizo explosión.