Resumen: En la universidad, Marinette conoce al famoso hijo de Gabriel Agreste y fue odio a primera vista. Su vida ya era lo suficientemente complicada en una ciudad destruída por el crimen y las súbitas apariciones de monstruos cuando un anciano le ofreció un par de aretes.

Notas:

1) Los Personajes no me pertenecen, son propiedad de ZAG Heroes, y los créditos son de Thomas Astruc y su equipo.

2) Este fic está realizado sin fines de lucro, solo por diversión.

3) Puede contener Spoilers de lo que ha aparecido en la tercera temporada

APARIENCIA Y REALIDAD

CAPÍTULO 1

Place des Vosges

Esa noche

Marinette tomó nerviosamente la correa de su mochila mientras esperaba bajo los arcos de la place des Vosges junto al café Hugo. Suspiró al tiempo que ponderaba sus opciones, si debía cruzar el parque por el centro, el camino más corto, o dirigirse por la acera para llegar a su casa.

La joven tenía buenas razones para estar nerviosa. A esa hora de la noche, ninguna de las dos vías era segura. Ninguna calle en todo París era segura después de que el sol se ponía, y los parisinos ya se habían acostumbrado a esa realidad.

Finalmente Marinette se decidió. Se mordió el labio inferior y abrazó su bolso contra su pecho mientras empezaba a correr, cruzando la calle y saltando la pequeña reja de la entrada de la place des Vosges.

La chica se esforzó por no cerrar los ojos mientras que corría tan rápido como sus piernas le daban para cruzar el parque. La ponía tan nerviosa estar al descubierto, pero la sobra de los arcos tampoco le garantizaban seguridad, no sabía si alguien estaba escondido entre dos columnas. Mientras avanzaba, podía escuchar gritos e incluso algunos disparos en la distancia.

Marinette apretó el paso a pesar de que sus piernas comenzaron a reclamar. La puerta de la boulangerie de sus padres estaba ya a la vista cuando un rugido la sobresaltó y la hizo cambiar dirección súbitamente, ocultarse asustada tras uno de los árboles.

Algunos pasos la sobresaltaron, pasos que no parecían pertenecer a un ser humano. Parecían más bien los pasos de un gigante, moviendo el suelo como si fuera un terremoto. Oculta en las sombras de los arbustos del parque, Marinette se puso en cuclillas con sus manso sobre su cabeza y apretó los ojos.

-Ugh… por favor, que esto se termine…- susurró más para sí misma que para que alguien la escuchara.

Los pasos agigantados poco a poco se alejaron de la place des Vosges, seguramente con la idea de causar estragos en otra parte de la ciudad, pero eso fue lo que le dio a Marinette su oportunidad. Se incorporó de un salto para salir de su escondite entre los arbustos y corrió tan rápido como pudo hacia la boulangerie. Igual que con la reja de la entrada, ni siquiera necesitó abrir la reja divisoria del parque, la chica la saltó y cruzó la calle sin detenerse.

La campanilla de la boulangerie sonó tan pronto como Marinette abrió la puerta. Ni siquiera saludó a sus padres, solamente entró y cerró la puerta de golpe, poniendo el pasador. Al verla entrar sus padres dejaron lo que estaban haciendo y se apresuraron hacia ella.

-¡Ya estás aquí, ma chérie!- exclamó Tom con una clara sensación de alivio mientras que Sabine se encargaba de activar el sistema de seguridad del pequeño local. Las cortinas metálicas cerraron las ventanas y la puerta de la boulangerie en un par de segundos, y los tres tuvieron una súbita sensación de alivio y seguridad- nos tenías tan preocupados. ¿Alguien te siguió?¿Te encuentras bien?-

-Lo siento, papa. Sí, sí estoy bien- dijo la chica recuperando el aliento con una mano en su pecho pero con una leve sonrisa aliviada a estar de regreso en casa- me encontré con Alya cuando estaba comprando la tela, y pues perdí la noción del tiempo-

-Le hubieras dicho a Nino, a Luka o a alguno de tus otros amigos que te acompañara de regreso a casa- Tom sacudió la cabeza mientras que Sabine la tomaba de la mano para que los tres subieran al apartamento de la familia. Marinette ni siquiera miró atrás para ver qué había sido lo que la había asustado en la place des Vosges en su camino de regreso.

Siempre habían existido mafias en París, pero la mayor parte del tiempo trabajaban en secreto y no causaban muchos problemas a la sociedad en general. Desde hacía un par de años dos grupos rivales de la mafia comenzaron a pelear entre sí en las calles de París sin que la policía pudiera hacer algo, cuyos nombres eran Notre Vie por un lado y L'hirondelle por el otro.

Hacía aproximadamente un año, Notre Vie había comenzado súbitamente a tener extraños aliados, gente que antes era común y corriente, que se había convertido en monstruos que trabajaban para los mafiosos de Notre Vie y, cuando completaban su misión, volvían a la normalidad sin recordar nada, o al menos eso era lo que alegaban.

Nadie sabía que era lo que sucedía para que esas personas se convirtieran en monstruos, solo sabían que parecían hablar con alguien llamado Papillon, pero una vez que volvían a la normalidad no podían decir quien era o cómo habían obtenido sus poderes. Y la policía los llevaba presos porque la evidencia contra ellos era abrumadora, cooperando abiertamente con los criminales mientras estaban transformados.

-No importa, ma chérie- dijo Sabine besando su mejilla interrumpiendo sus pensamientos- lo importante es que no te sucedió nada malo y que ya estás a salvo aquí con nosotros-

-Oui, maman- dijo la joven con una sonrisa.

-Vete a dormir, mañana va a ser un gran día para ti- sonrió su madre- vas a necesitar tus energías.

Marinette entró a su habitación y se dejó caer sobre la chaise longue, respirando aliviada de haber llegado a casa. Tomó su teléfono para enviarle un mensaje a Alya. Sabía que si no le avisaba que había llegado a casa sana y salva, su mejor amiga no la iba a dejar vivir. Era su rutina de todas las noches, llegar a casa, avisar a Alya que había llegado viva y prepararse para dormir.

Apenas podía recordar los días en los que, como adolescente, podía recorrer las calles de la ciudad a cualquier hora sin miedo a que algo malo le sucediera. París era la ciudad de las luces, ahora parecía ser la ciudad de las pesadillas.

x-x-x

Boulangerie Dupain-Cheng

La mañana siguiente

Marinette bajó corriendo hacia la panadería terminando de atarse el cabello y con el asa de su bolso sostenido entre sus dientes. Sus padres la miraron con una leve sonrisa pensando que su hija jamás cambiaría.

-¡Voy tarde, voy tarde!- dijo la chica.

-Ni siquiera porque es tu primer día de clases en la universidad estás lista a tiempo, chica- dijo Alya, quien la estaba esperando en la entrada de la panadería con una sonrisa traviesa.

-Lo sé, lo siento- dijo Marinette metiéndose un croissant a la boca y tomando la bolsa de papel que sus padres le habían preparado para su día.

-Vamos- dijo la pelirroja ajustándose las gafas- me imaginaba que esto pasaría, así que le pedí a Nino que nos llevara en su auto. Me debes una, chica-

-Te debo como mil- dijo la otra joven, pero sonrió aliviada.

Alya y Nino estaban juntos desde el colegio, y como el chico había conseguido un apartamento a las afueras de París, había tenido que comprar un auto de segunda mano para poder ir a la universidad todos los días.

-Nos vemos en la tarde, chérie- dijo Sabine, su rostro cambiando su sonrisa por una expresión preocupada a pesar de que le tranquilizaba un poco saber que Nino estaba acompañando a las dos chicas- vuelve antes de que anochezca-

-Lo sé, maman, no te preocupes- dijo Marinette besando su mejilla antes de correr hacia el auto de Nino.

El auto viejito y ruidoso las estaba esperando en la entrada de la boulangerie. Nino les sonrió ampliamente mientras que ambas abordaron el vehículo.

-Salut, chicas. ¿Están emocionadas por el primer día de la uni?- preguntó Nino ajustándose la gorra roja que siempre llevaba consigo.

-Por supuesto- dijo Alya con una sonrisa.

Marinette apoyó la espalda en el respaldo del asiento trasero con una sonrisa. Había conocido a Alya desde el primer día del colegio, en el que la recién llegaba había puesto a la infame Chloé Bourgeois en su sitio cuando la estaba molestando. La chica pelinegra, quien desde la sixième no se había atrevido a ponerle un alto a Chloé, encontró en Alya un ejemplo a seguir, comenzó a ser más valiente y defenderse de la rubia.

Después de tantos años de ser víctima del bullying de Chloé y más tarde de Lila Rossi, Marinette aún era un poco temerosa para defenderse a sí misma, pero no le daba miedo defender a sus amigos.

Nino había sido su compañero desde la sixième, y recordaba que siempre había sido un chico solitario, demasiado concentrado en la música para querer hacer amigos incluso dentro de su grupo. La llegada de Alya también había cambiado eso, haciendo que Nino se abriera un poco más.

-Solo espero que no tengamos que compartir clases con Chloé Bourgeois- dijo Nino arrugando la nariz.

-O con Lila- añadió Marinette reprimiendo un escalofrío.

Alya sonrió levemente. Lila Rossi era una chica que había llegado al colegio a la mitad de troisième que parecía haber tenido una vida extraordinaria, y todos los chicos de su grupo, incluidos ellos tres, habían creído todas sus declaraciones. Marinette fue la primera en darse cuenta de que estaba mintiendo por accidente, cuando la vio decir que tenía la muñeca lastimada y después maquillarse con ella en los baños del colegio. Al principio Alya no le había creído, pero sabía bien que Marinette no mentía jamas y que además no tenía ninguna razón para mentir contra Lila, la pelirroja la había apoyado inmediatamente. A pesar de eso, ambas chicas decidieron llevar la fiesta en paz con Lila en vez de confrontarla, solamente evitándola si podían, suponiendo que solo quería atención.

-¡Listo! Hemos llegado- la voz de Nino interrumpió sus pensamientos.

El chico moreno estacionó su auto en el sitio de la universidad y los tres chicos salieron para dirigirse al interior del campus cuando una voz chillante detrás de ellos los hizo tensarse.

-Ugh, ¿puedes creer que esa cafetera aún funcione, Sabrina?- dijo la voz femenina detrás de ellos- debería decirle a mi papa que prohiba esas cosas en la ciudad-

-Y yo que creí que eso eran solo pedazos de chatarra apilada- dijo la aludida con una risita- no tan diferente a la ropa que siempre trae puesta la panadera-

Marinette se ruborizó levemente y bajó la mirada, mientras que Alya se arremangaba y Nino tuvo que físicamente detenerla para que su novia no se lanzara a la yugular de la hija del alcalde Bourgeois.

-Tranquila, sabes bien que no vale la pena, chérie- dijo Nino en voz baja.

-Uy, esta universidad está llena de salvajes- dijo Chloé haciendo una mueca de disgusto y caminando hacia ellos, poniendo su dedo índice en el pecho de Marinette, mirando con desprecio su ropa hecha a mano- no puedo creer lo que va a pensar Adrien de su primer día de clases en su vida. Ugh, seguramente estará horrorizado-

Marinette alzó las cejas.

-¿Quién es Adrien?- dijo la pelinegra.

Chloé y Sabrina se echaron a reír nuevamente con esa risita irritable que enfurecía tanto a Alya.

-Realmente vives debajo de una piedra, Dupain-Cheng- dijo la rubia dándole un golpecito en la nariz con su dedo índice. Marinette gruñó y dio un paso atrás alejándose de la rubia- ¿cómo no sabes quién es Adrien? ¿No eres la perdedora que se cree una diseñadora?-

Antes de que Marinette dijera algo, Sabrina continuó

-Es un modelo super conocido. El hijo del famoso diseñador Gabriel Agreste- dijo Sabrina.

Marinette y Alya se miraron entre sí. No era ningún secreto que Marinette quería ser una diseñadora y que admiraba a monsieur Agreste. Y sí, habían visto ya varias fotografías publicitarias del chico en algunos espectaculares de la ciudad, pero no había hecho la conexión de que era el mismo Adrien.

-Y yo soy su novia- dijo Chloé con una expresión impertinente- así que, si quieres tener alguna oportunidad de que monsieur Agreste te acepte, tendrás que hacer todo lo que yo te diga-

-En tus sueños- siseó Marinette. Sí era verdad que admiraba mucho al hombre, pero si tenía que adular a Chloé para tener una oportunidad de ser su aprendiz, mejor encontraría una mejor manera para obtener lo que necesitaba.

Chloé se acomodó el cabello con un gesto desinteresado, pero sonrió al ver un lujoso auto detenerse frente a ella y Sabrina. Marinette notó que el auto estaba siendo conducido como un enorme hombre que parecía más un guardaespaldas que un chofer, y un chico rubio con lentes oscuros bajó del auto.

Adrichou!- exclamó Chloé lanzándose al cuello del chico recién llegado.

-Ugh, será mejor que nos vayamos de aquí- dijo Alya rodando los ojos- tenemos que llegar a clase antes de meternos en problemas en nuestro primer día-

-Notado- dijo Nino- vamos, chicas-

Marinette asintió y siguió a sus dos amigos tras una rápida mirada hacia atrás. Ahora tenía una nueva persona con la que no quería estar en clase, y esa era el novio de Chloé.

x-x-x

Mansión Agreste

Poco antes

Adrien sonrió levemente mientras que tomaba su mochila y se ponía un par de gafas oscuras. A pesar de que se sentía emocionado por lo que sucedería ese día, su sonrisa era a medias. Sí, siempre había soñado con dejar de tomar clases en su casa y salir a la escuela, conocer otras personas que no fueran Chloé Bourgeois o Kagami Tsurugi, pero el permiso de que su padre le había dado tenía un enorme pero.

Unos meses antes, cuando Adrien cumplió dieciocho años, su padre lo sorprendió con un regalo extraordinario: lo dejaría continuar su educación en la universidad a partir de ahora. Adrien había estado fuera de sí de alegría, pero no sabía que su padre tenía una intención oculta detrás de ello: le daría una misión para la universidad.

"No puedo hacer esto", pensó el chico mientras que miraba a su guardaespaldas abrir la portezuela trasera de su auto para que lo abordara y aferrándose a la correa de su mochila, "es mi primera vez en un aula, y voy a arruinarlo todo por lo que père me ordenó hacer"

FLASHBACK

Mansión Agreste

La noche anterior

Adrien entró nerviosamente a la oficina de su padre cuando Nathalie abrió la puerta. Nunca eran buenas noticias cuando su padre lo llamaba a ese sitio, y tenía una colección de malas experiencias para estar incómodo. La última vez que lo había hecho era para decirle que de ahora en delante tenía que conquistar y comenzar a salir con Chloé Bourgeois para obtener información sobre el alcalde.

El chico nunca tenía opción, tenía que obedecer a su padre. No sabía qué pasaría si llegaba a desobedecerlo porque jamás se había atrevido a intentarlo. Pero eso era normal, ¿no? Todos los hijos tenían que obedecer a sus padres y hacer todo lo que les ordenaban.

La verdad no podía saber, nunca había interactuado con nadie que no fuera Chloé Bourgeois o Kagami Tsurugi.

Nathalie, la asistente de su padre, lo animó a entrar a la oficina con una leve sonrisa. Adrien entró tembloroso, sintiendo miedo de que su padre fuera a retractarse de su permiso para ir a la universidad. Tragó saliva y se dirigió al hombre que estaba mirando atentamente la pantalla de su computadora.

-¿Querías verme, père?- dijo Adrien dudoso.

-Ah, sí- dijo el hombre sin levantar la mirada de la pantalla- pasa-

Adrien se acercó a su padre, pero no demasiado. Lo miró con una expresión preocupada.

-¿Père?¿Hay algo que…?-

-Sí, tendrás que hacer dos cosas a partir de ahora- dijo Gabriel en tono autoritario, levantando la mirada y fijando sus fríos ojos azules sobre él- primero, terminarás inmediatamente tu relación con Chloé Bourgeois, tengo una mejor novia para ti en su lugar-

Adrien separó los labios para reclamar. No que estuviera enamorado de Chloé, pero no quería lastimar a su única amiga. Pero también sabía que, si reclamaba, su padre cambiaría de opinión sobre permitirle ir a la universidad, así que volvió a cerrar la boca.

-Oui, père- dijo el chico resignado.

-Lo siguiente es que me vas a ayudar a crear las emociones negativas que necesito en la universidad- dijo Gabriel volviendo la vista a la pantalla- últimamente no he logrado encontrar buenas víctimas para mis akumas-

Adrien parpadeó sin entender lo que su padre estaba diciendo. Sabía muy bien que su padre tenía negocios bastante turbios y que desde hacía un año había comenzado a convertir a los habitantes inocentes de París en esos monstruos con una joya mágica que había encontrado en sus viajes. Los usaba para robar dinero y castigar a los enemigos de la familia y de su asociación.

-No comprendo…-

-Quiero que hagas enojar a una persona distinta todos los días para poderla akumatizar- dijo Gabriel- Calvin me dijo que L'hirondelle está comenzando a recuperar fuerza. Tenemos que aplastarlos-

-Père…- dijo Adrien horrorizado. Sabía que la akumatización no les haría daño a las víctimas, pero a él sí le haría daño: arruinaría su oportunidad de tener lo que toda su vida había soñado: tener amigos reales, no como Chloé u otra persona que su padre hubiera elegido para él.

-Debes asegurarte de que tengan potencial para ser más poderosos que los akumas que he creado hasta ahora- continuó su padre sin escucharlo.

-Père, ¿porqué quieres que haga eso?- dijo Adrien finalmente- si hago eso…-

-Si haces eso, estaré orgulloso de ti- lo interrumpió Gabriel- ¿o prefieres que contrate un tutor personal de nuevo?-

Adrien tembló, pero ya sabía la respuesta. Prefería ir a la universidad y tener una oportunidad de tener amigos que quedarse en casa y estar seguro de que jamás conocería a nadie más. No era algo que tuviera que decidir.

-Sí, père, eso haré- dijo el chico en un tono resignado.

-Bien, prepárate para mañana- dijo Gabriel seriamente- espero que no me avergüences ni me decepciones en la universidad-

-Haré lo mejor pueda, père- dijo el chico resignado antes de irse a casa.

FIN DEL FLASHBACK

Adrien fue sacado de sus pensamientos al escuchar a su guardaespaldas aclararse la garganta.

-Lo siento, G- dijo Adrien abordando el auto.

El Gorila gruñó y rodeó el auto de nuevo para subir al asiento del conductor para llevar a su protegido a la universidad. Lo miró por el espejo retrovisor. Sabía que su padre lo había llamado la noche anterior, pero no sabía que había hecho que todo su entusiasmo pasado desapareciera.

En una luz roja, el Gorila captó la mirada de Adrien y le sonrió amablemente con un gruñido.

-Estoy bien, G. En serio- dijo Adrien con una sonrisa amable- ir a la escuela es algo que siempre soñé, y no importa las condiciones, estoy feliz de que père me haya permitido asistir-

El Gorila sonrió levemente y asintió mientras que se estaba estacionando junto al auto de la familia Bourgeois, donde Chloé y su amiga Sabrina lo estaban esperando mientras que parecían charlar con un grupo de dos chicas y un chico.

-Muchas gracias, G- dijo Adrien cuando el auto se detuvo, ajustándose las gafas- te veré en la tarde-

Adrien bajó del auto y se encontró con Chloé.

Adrichou!-

El chico disimuló un escalofrío cuando Chloé se le lanzó al cuello, pero no le importó. Estaba en la universidad y eso era todo lo que quería saber. Mientras la rubia casi lo estrangulaba, Adrien levantó los ojos hacia los chicos que se alejaban hacia la aulas, y captó la mirada de una chica pelinegra que miró hacia atrás e hizo una expresión de disgusto dirigida a Chloé.

Adrien respiró hondo.

x-x-x

Cafetería del Campus

Más tarde

Marinette se dejó caer en su silla dramáticamente mientras que sus amigas la saludaron con una sonrisa. Estaban felices de volver a verla después de la graduación del lycée, pero no podían entender su reacción.

-Mátenme… los odio a todos- gruñó la pelinegra.

-¿Qué fue lo que sucedió, Marinette?- preguntó Rose.

-Lo peor- dijo la chica incorporándose sobre su asiento y cruzando los brazos- comparto la clase de economía con Chloé y su novio modelo cara de bebé. ¿Y lo peor? Tengo que estar sentada junto a él-

-Estás sentada junto al chico dorado de París, no creo que sea tan difícil- dijo Alix con una expresión traviesa, alzando las cejas repetidamente.

-Ugh, ni siquiera lo sugieras, Alix- dijo Marinette haciendo una expresión de molestia- o ese chico tiene el estómago lo bastante fuerte como para salir con Chloé, o es que debe ser tan desagradable como ella-

-En eso tienes razón- dijo Mylène concediendo que Marinette tenía razón- tienes mis condolencias, chica…-

-No te preocupes por la clase de economía- dijo Alya encogiendo los hombros- recuerda que tienes la mitad de las clases conmigo, y la otra mitad con Juleka y Rose. No creo que sea tan malo este semestre-

-Eso espero- dijo Marinette con una sonrisa.

-¿Y escuchaste la noticia?- dijo Alya ajustándose las gafas- por primera vez, habrá un concurso de diseño de la compañía Gabriel en la universidad. Acaban de anunciarlo-

Sacó una hoja de papel de su mochila, poniéndola sobre la mesa y deslizándola hacia Marinette. La joven la tomó y leyó la convocatoria.

-¿Un vestido en una semana?- dijo Marinette haciendo una mueca- es demasiado poco tiempo, y apenas nos estaremos acostumbrando a la universidad y…-

-Deja de hacer excusas, chica- la interrumpió la pelirroja alzando un poco la voz- todas aquí sabemos que tú puedes hacerlo en la mitad del tiempo, y con la suficiente calidad para ganar. ¿Verdad, chicas?-

Las demás comenzaron a repetir su apoyo en voz baja. Marinette sonrió levemente mientras que se pasaba un mechón de cabello detrás de su oreja, apenada por las palabras de su mejor amiga. Se hizo a la idea de que sí, entraría a ese concurso y ganaría. Por experiencia sabía que seguramente Juleka y Rose seguramente también entrarían, y seguramente también Chloé Bourgeois.

Y hablando de Chloé Bourgeois…

-¿QUÉ?-

Un grito que sonaba más como un chillido hizo que todas las chicas dieran un respingo de sorpresa y se volvieran hacia su origen. Chloé Bourgeois había tirado una silla al suelo y gritado frente a Adrien Agreste con una expresión furiosa. El joven seguía sentado en su sitio.

-Chloé…- comenzó a decir el chico con calma- por favor, no es necesario que hagas eso. Lo que sucede es que…-

-¡NO!- gritó Chloé furiosa, su rostro enrojecido de enojo- ¡tú no me vas a hacer esto! ¡Tú no vas a terminar conmigo!¡Yo soy la que termino contigo!-

Las chicas vieron a Adrien parpadear confundido, como sino pudiera entender lo que Chloé acababa de decir, pero suspiró y asintió.

-Bien, si eso te hace feliz- dijo el rubio con paciencia- si así lo quieres está bien-

-¡Aaargggg….!- gritó Chloé furiosa- ¡me las vas a pagar! Sabrina, nos vamos-

Marinette entrecerró los ojos molesta mientras que todos los presentes en la cafetería veían a la hija del alcalde salir furiosa de ese sitio seguida por Sabrina, pero ella estaba mirando a alguien más. Vio que Adrien Agreste se hundió en el asiento donde estaba, y no estaba segura si el chico se veía satisfecho o preocupado. Quizá una mezcla de ambas.

Y a pesar de que Marinette jamás había sentido mucha simpatía por Chloé Bourgeois, la chica decidió que ese Adrien Agreste no le agradaba ni un poco.

x-x-x

CONTINUARÁ…

¡Hola a todos! Por fin estoy de regreso. Muchas gracias a todos por haber regresado a leer mis locuras. Como pueden ver, es un AU donde París es una ciudad de pesadilla. Desde ahorita están advertidos, va a haber muchas menciones de violencia, ya me dirán si deciden que debería cambiar la clasificación a M.

Ah, y antes de que se me olvide, vayan a leer el fic de Misao-CG llamado "Miraculous Creed". Es un crossover con Assassin's Creed, aunque no necesitan haber jugado o visto la película para seguir el hilo. Yo solo conocía la saga de oídas. ¡Tienen que leerlo! (Y no me odien, ya verán porqué lo digo).

Muchas gracias a todos por seguir leyendo y por sus reviews. Abrazos.

Abby L.