Ladies and Gentlemen!

Esta es una historia que tengo guardada desde hace mucho tiempo. Había estado escribiéndola pero por alguna razón que desconozco, la había dejado en el olvido pero como no tenía otras historias por escribir, decidí volver a experimentar con esta historia y al fin pude terminar de escribirla y realmente me encanto el resultado final. Es demasiado hermoso así que puedo decir que es puede dar diabetes en el momento que lleguen al final de la historia. Esta es una historia más de Yusaku pero ahora con FemRyoken. Sé que ya he escrito historias así, espero que les guste.

It's time to read!

It's showtime!


Aclaración: Yu-Gi-Oh! VRAINS no me pertenece. Es propiedad de Kazuki Takahashi. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias.


Cuando Kogami Ryoken, aunque le gusta que le digan mejor Ryoko ante la vergüenza que su nombre es de hombre por la petición de su abuelo de que el primer niño deba tener ese nombre y desgraciadamente le toco a ella, era una pequeña niña de ocho años. Iban a esa tienda de dulces que está en el centro después de clases y después de que sus padres terminaban todo su trabajo después de un día pesado. Sus padres caminaban a su lado con ella mientras la pequeña niña les decía lo divertido que había sido su día como las cosas que había aprendido y las lecciones que les dio a los niños que la molestan. Ambos padres, estaban orgullosos de que su niña fuera de esa manera que no les importaba que de vez en cuando, fueran llamados a la oficina del director por aquel merecido que la menor siempre les daba. En fin. Tomaba las manos de sus padres y estos siempre jugaban columpiando a la menor, veían juntos los aparadores de las tiendas y sonreía ante alguna nueva cosa que veía por aquellos lugares y siempre les preguntaba a sus padres cuando no entendía algunas cosas. Ese día, iba por un pequeño dulce antes de la comida el cual, nunca hacía daño. Siempre era indecisa para escoger su favorito pero cuando ya lo tenía en sus manos, caminaba a la caja para pagar. Miraba a sus alrededores en busca de sus padres. ¿Acaso se había tardado mucho en seleccionar un pequeño dulce?

A sus espaldas, escucho la voz de un niño que hablaba feliz con sus padres, no le prestaba atención en ese momento porque justamente, sus padres habían llegado a con ella. Todo iba bien hasta que escucho algo que la dejo un poco confundida.

-¡Esa muñeca es muy bonita!

-Pero no es una muñeca -Una mujer adulta le regaño un poco.- Es una niña muy linda pero no es una muñeca, Yusaku

-Pero parece una muñeca y es demasiado bonita, yo la quiero

-Pero no puedes tener muñecas hijo -Habló un hombre cansado.- Vámonos Yusaku, mamá y papá queremos descansar en casa después del trabajo

"Ryoko" pensó que hablaban de otra cosa hasta que sintió como era tomada de la manga con fuerza. Volteó un poco confundida. Vio a un niño de cabellos azules y mechones rosas. De sus ojos esmeraldas, salían unas pequeñas lágrimas al igual que sus mejillas se encontraban rojas mientras su cuerpo temblaba un poco. No entendía que era lo que pasaba, incluso miraba confundida a los adultos y como sus padres se acercaron a ver qué sucedía y el porqué ella tardaba tanto.

-¡Pero yo quiero a esta muñeca! ¡Yo la quiero!

-¡Yusaku! -Grito su madre provocando que el menor se asustara.- Es solo una pequeña niña, si sigues haciendo un espectáculo en la tienda, me temo que nos tendremos que ir y no podrás comprar el dulce que querías

Ryoko se sonrojo ante las palabras de ese pequeño niño y sentir como el identificado "Yusaku" abrazaba su brazo de una manera protectora, era como si no quisiera dejarla ir, era como si tuviera miedo de lo que pudieran hacer sus padres para separarlos. ¿Qué podía hacer? Miro a los padres del niño que se quedaron en blanco ante aquellas palabras mientras solo negaban y querían hacer entrar en razón a su pequeño niño, miro a sus padres que no sabían qué hacer mientras los mayores solo se disculpaban por el atrevimiento de su hijo. Volvió a mirar a ese niño que la abrazaba mientras lloraba, mientras rascaba sus pequeños ojos y sus mejillas se encontraban un tanto infladas. Ryoko suspiro y poso su mano en la cabeza del niño, para poder tranquilizar el llanto que en ese momento, pareciera que fuera incontrolable. Una pequeña caricia que provocó que el menor la viera con atención y por primera vez, ambos compartieran miradas y fuera más que necesario que el niño se quedara paralizado ante tal bonita "muñeca" se había encontrado en ese día. El menor soltó una risita antes de abrazarla mejor mientras sentía aquella calidez que ella le ofreció en ese momento, las lagrimas se habían ido, solo eran un recuerdo junto con aquellas mejillas que se encontraban rojas. Ryoko sonrió, para seguir acariciando el cabello del menor.

-Esta bien -La voz de Ryoko era suave y delicada que provoco que los ojos del menor brillaran.- Es un gusto conocerte Yusaku, mi nombre es Ryoken, espero que seamos amigos

-Pero yo no quiero ser tu amigo - Inflo sus mejillas infantilmente, aquel lindo puchero del que ella no pudo evitar reir.- Quiero que seas mi muñeca

-Entonces el día que me alcances -Alzó su mano y midió la estatura del menor y la suya.- Lo aceptaré ser

-¿Lo prometes?

-Lo prometo

Fue fácil para Ryoko hacer aquella promesa. Era un niño unos cuantos años menor que muy pronto olvidaría aquella promesa y que sólo se sentiría avergonzado el día que quisiera recordar. Después de aquel escenario en la tienda y donde al fin el pequeño Yusaku le dejo irse, Ryoko había salido con sus padres hasta que escucha como le llaman. Vio a ese mismo niño pequeño correr detrás de ella, tomar su mano y darle un dulce envuelto en una envoltura de metal. De curioso color blanco con azul. Ryoko sonrió para después darle un beso en una de las mejillas del menor mientras le daba el dulce que ella había escogido ese día, una envoltura de curioso color azul con rosa. Yusaku se sonrojo pero sonrió y se despidió con una pequeña sonrisa para correr a donde sus padres un poco confundidos lo esperaban. La niña de largo cabello blanco sonrió, miro el chocolate de sus manos y lo guardo en la bolsa de su suéter.

Kogami Kiyoshi y Kogami Harumi miraron a su hija feliz, algo realmente curioso.

-Creo que ese niño te hizo feliz ¿Verdad? -Preguntó Kiyoshi con curiosidad.

-Es un niño bueno Ryoko pero no olvides esa valiosa promesa -Harumi acarició con cariño los cabellos de su hija.- Un niño que está realmente emocionado por una niña nunca olvidará esa promesa

-No lo digas de esa manera, cariño -Kiyoshi suspiro un poco triste.- Que alguien me robe a mi niña, no lo voy a permitir

Harumi soltó una risita, Kiyoshi lloraba celoso y Ryoko sólo ignoraba a sus padres el porqué hacían tal espectáculo en la calle, realmente nunca iba a comprender a su padre y sus dramas por eso. Se había quedado pensando en las palabras dichas por su madre. ¿Había sido bueno prometer aquello? Realmente rezaba porque aquel niño olvidará tan vergonzosa promesa.

Pero realmente no fue así.

Cuando caminaba en las calles, después de clases, era normal ver a ese pequeño niño correr hacia ella y abrazarla mientras le decía que la había extrañado. Caminaban juntos mientras ambos menores comentaban lo que habían hecho en sus escuelas y de vez en cuando, tomados de la mano para ayudarse a cruzar las calles con mucho cuidado. Jugaban en un pequeño parque cercano como Ryoko a veces le leía unos cuantos libros, aún cuando el menor le decía que no le gustaba leer pero siempre escuchaba con atención al mismo momento, que esos ojos esmeraldas se llenaban de brillo al momento de escuchar una grandiosa escena donde el caballero era demasiado fuerte como para derrotar a su enemigo. Normalmente lo hacían mientras esperaban a los padres de la niña y dejaban al pequeño niño en su casa, ciertamente, se acostumbraron a que el pequeño niño siempre estuviera con ellos que los padres de ella, le tomaron un gran cariño por lo tierno e inocente que era.

Siempre que se sentía sólo por sus padres se tardaban en ir por él, hacia un adorable puchero, se cruzaba de manos e ignoraba a todo el mundo mientras se sentaba en el piso sintiendo un poco de tristeza pero cuando llegaba Ryoko y sus padres por él, podía sentirse feliz y correr a su lado para poder tomarla de la mano y divertirse un poco más antes de llegar a su casa. Jugar en los charcos, compartir paraguas en los días lluviosos y dormirse tomados de las manos. Había veces en los que los padres de Yusaku no llegaban a casa y le pedían a los padres de Ryoko, cuidarlo hasta por unos cuantos días. Solían bañarse juntos y divertirse a su manera. Fue en ese momento que Ryoken pensó, tal vez no era una mala idea tener al pequeño a su lado.

Realmente hubiera deseado que las cosas hubieran seguido así.

.o.

Ryoko solía avergonzarse por cómo Yusaku se comportaba a su alrededor, sabía que su tiempo había llegado a su fin, de forma sarcástica. Todo iba bien en esa etapa hermosa de la infancia hasta que crecieron y lamentablemente, las cosas no podían seguir así como estaban. Ryoken se convirtió en una hermosa señorita de cuerpo delgado, largo y suave cabello blanco y manos delicadas que se encargaba de pintar sus uñas en adorables colores al igual que sus labios de un rosa tan natural que parecía tan imposible en ella. Sus pechos crecieron cada vez más y sus ojos azules eran demasiado atractivos como para tener a la mayoría de los hombres a sus pies, aquella sonrisa tan hermosa y a la vez, un tanto orgullosa y arrogante, era lo que conquistaba a cualquiera. Yusaku se convirtió en un apuesto muchacho, de mirada sería pero con una sonrisa tranquila y desinteresada que podía enamorar a cualquier chica y mirarlo pasar. Su cabello azul muy bien recortado como su flequillo. Aquellos ojos esmeraldas que eran capaces de notar ese filo en su mirada. Cuerpo delgado y alto, el cual para su desgracia, era más alto que ella. Esos ojos esmeraldas que brillaban cada vez que la veía, esas manos un tanto callosas y grandes que tocaban sus manos con suavidad como el cariño que todo ese tiempo se había encargado de cultivar y sus labios que siempre besaban sus nudillos cuando se veían.

-Esto es vergonzoso Yusaku -Ryoko le regañaba al ver a tantas personas que comentaban sobre ello.- Y estoy bien, no tienes porque preocuparte de que algo me pase

-Mi deber es cuidar de mi muñeca -Yusaku sonrió para besar sus nudillos.- Además, me lo prometiste cuando éramos niños -Tomó su mano para llevarla a su pecho.- Cuando fuera más alto que tu, aceptarías serlo -Con su mano midió la altura de los dos.- Y ahora estoy seguro de ser apto para poder estar a tu lado

-¿Porqué no puedes olvidar esa promesa? -Ryoko suspiro avergonzada. No quitaba su mano de la de Yusaku. Ciertamente, ella estaba más avergonzada de recordar aquellas palabras que él que solo se encargaba de sonreír mientras enlazaba con fuerza sus dedos y empezaban a caminar.- Vamos, tengo hambre y quiero comer antes de morir

Se acostumbró a ir a un pequeño local de comida cada que salía de sus clases en la Universidad o después de su trabajo de medio tiempo donde también, solía reunirse con sus padres para pasar un tiempo familiar ahora que ella vivía sola. Cafe Nagi era su nombre, era dirigido por la prima de Yusaku, Shoichi Kusanagi, una adorable mujer de cabellos oscuros y sonrisa demasiado amable. Ojos sinceros y un cuerpo realmente increíble. Siempre le apartaba su lugar en la barra para que la muchacha hable con su primo cuando trabaja ahí o nada más para poder hablar con ella como dos buenas amigas que realmente eran. Pero ese día, se extraño de no haber recibido un mensaje de Yusaku, incluso, se sintió un tanto extraña al caminar a ese pequeño local sin la presencia del chico a su lado como lo había sido desde hace mucho tiempo. ¿Desde hace cuando fue que se acostumbro a su presencia? ¿Por qué ahora sentía que algo más hacia falta?

-¿Y Yusaku? -Preguntó Ryoko al llegar al local y no ver al de ojos esmeraldas que estuviera atendiendo las mesas, en su lugar, se encontró con su hermana de Shoichi, Jin. Inmediatamente, se sentó en el asiento cerca de la barra para poder escucharla.

-Estudiando para un examen -Shoichi suspiro para llevarle una taza y llenarla de café al mismo que le sonreía con tranquilidad.- Es el final de semestre y quiso estudiar todo el día, sabes cuán importante son sus estudios ahora que ya sabe a qué universidad quiere entrar

-Ya veo, siempre son difíciles, incluso la semana que viene tengo que entregar proyectos finales, lo bueno que serán los últimos y tendré vacaciones -Ryoko suspiro. Tomó su taza, sopló un poco y bebió de ella. De alguna manera, se sentía sola.- Se siente un poco extraño

Shoichi sonrió. También era una mujer y podía comprender a la joven adulta delante de ella. Se había acostumbrado tanto a Yusaku que ahora que no estaba, se sentía vacía. Soltó una risita al hacer ese pequeño descubrimiento, tal vez podía ayudarle a su primo un poco y después se lo tendría que pagar. Empezó a preparar algo para la chica aunque esta no le dijera que era lo que quería.

-Yusaku no es un chico malo -Habló tratando de llamar la atención de Ryoken mientras ella seguía preparando la comida con mucho cuidado.- Puede que haga esas cosas vergonzosas pero es porque no quiere perder lo más importante para él -Alzó la mirada para ver aquella mirada sorprendida de la chica.- Aunque no lo creas, también le causa vergüenza y más cuando las chicas lo ven pero contigo se siente seguro, se nota cuanto te ama

-¿Perder algo más?

-Yusaku tuvo que pasar mucho tiempo sólo porque mis tíos se iban temprano a trabajar y siempre llegaban cuando él ya estaba dormido -Shoichi narró con nostalgia.- Mi hermana Jin se la pasaba todo el tiempo jugando con Yusaku en la escuela pero sabía que siempre estaba triste hasta que apareciste y su actitud cambio -Ryoko se sonrojo.- Nos dijo que había visto a una linda muñeca de cabello blanco y ojos azules -Soltó una risita ante el recuerdo.- Incluso nos dijo que su sueño sería que tu estarías a su lado y que haría todo lo que fuera para que así sea

-Yo no lo sabía -Miro un poco asustada a la mujer delante de ella. Soltó un pequeño suspiro para volver a tomar de su taza.- Aunque fue algo que supuse pero nunca me lo dijo ¿En serio será tan fácil Sho-chan? Aun somos jóvenes, puede que él llegue a encontrar a otra persona mejor que yo

-¿Y realmente quieres eso?

-No lo se

-Tranquila, esto es parte de la casa pero no le digas a Yusaku que te dije -Le guiño el ojo.- Se ven lindos juntos y realmente te agradezco por cuidar a mi primo desde entonces, sería bueno que le dieras una oportunidad, el te ama demasiado como también estoy segura que tu corazón siente algo por él -Ryoko alzó la mirada al momento que le dejo una bolsa de papel, ahí había metido la comida que había preparado.- Soy una mujer y sé lo que se siente estar enamorada

Ryoko observó con cuidado aquella bolsa que Shochi le había dejado frente a ella antes de atender a otro cliente que había llegado. Pensaba, se metía entre el laberinto de su mente. Después sólo alzó la mirada, dejo un poco de dinero y se levantó al mismo tiempo que cargaba la bolsa para empezar a correr a la salida. Shoichi miro a la joven con una sonrisa en su rostro, escucho un suspiro y vio a uno de sus clientes frecuentes que dejaba su taza en la mesa para mirarla. Dojun Kengo buscaba algo en su saco.

-Al parecer la convenciste -Un par de billetes y se los dio a la dueña del local.- Te odio ¿Cómo pudiste adivinar que ella sentía algo por tu primo?

-Soy una mujer y conozco los síntomas de un enamoramiento -Sonrió mientras aceptaba los billetes y los guardaba en su mandil.- Sólo es cuestión de ayudarlos -Le guiño el ojo.- ¿Te parece si me esperas y nos vamos a mi casa?

-Claro -Kengo sonrió antes de besar su mano y dejarla ir.

Sabía que había perdido esa apuesta con ella desde el principio pero poco le importo perder un poco de dinero. Ella siempre ganaba en todo, incluso, su corazón. Solo volvió a tomar su taza y mirarla con atención, cuidarla como siempre de todos aquellos depredadores.

.o.

Ryoko había entrado a esa tienda de dulces donde compro aquel que Yusaku le regaló en esa primera vez y que había guardado la envoltura como un pequeño secreto de ese día. Compro con rapidez y cuando salió, chocó con alguien. Se disculpó pero al alzar la mirada, se encontró con aquellos ojos esmeraldas que la miraban un poco confundido. Desvío la mirada avergonzada, odiaba que en ese momento su mente estuviera en blanco y las palabras que había pensado en decir, ahora sólo se habían borrado. Abrió la boca pero la volvió a cerrar. Sintió la mano de Yusaku en su hombro y se sintió más nerviosa. ¿Por qué se sentía así? Tal vez fueron aquellas palabras que Shoichi-san le había dicho.

-¿Te sucede algo? -Estaba preocupado.- ¿Alguien te hizo daño? -Negó lentamente. Yusaku suspiro.- Vamos, te acompaño a tu casa -Tomó la mano de Ryoko y empezaron a caminar.

Un camino en silencio. Donde Yusaku estaba más pendiente por donde caminaban y Ryoko trataba de ordenar que corazón se calmara. Vio con atención aquella gran mano que sostenía la suya volvió a ver a Yusaku, esos ojos esmeraldas que se notaban tan cansados pero que aún así, se encargaría de llevarla segura a su casa aunque la casa de él, se encontrara un tanto alejada. Aquel esfuerzo extra que él hacia le dio un poco más de ánimo, si él podía ella podía hacerlo de igual manera. Tomó un poco de aire y miro decidida el camino frente a ella. Tenía razón, el había crecido, era momento de que ella también lo hiciera. Llegaron a su casa después de un rato. Las luces se encontraban apagadas, a veces pensaba que se encontraba un tanto solitario así. Yusaku estuvo a punto de soltar su mano cuando fue Ryoken quien la tomó con un poco más de fuerza. Miro a Yusaku con una dulce sonrisa.

-¿Quieres pasar a tomar algo? -Alzo la bolsa de papel.- Sho-chan me dio algo de comida, tal vez pensó que sería buena idea que te diera algo para ti

-¿Puedo entrar? -Pregunto un tanto tímido mientras miraba a su alrededor.

-Sabes que siempre eres bienvenido

Este sólo asintió antes de entrar junto con ella y sentarse en el sillón de la casa mientras Ryoko iba a la cocina a preparar algo de té y acomodar la comida en una charola junto con algunos platos que no dudo en poner en la mesita de centro. Observo al joven, como este miraba su celular, leía algunas cuántas notas que le habían llegado de sus maestros. Bostezaba y tallaba sus ojos.

-¿No has descansado? -Yusaku alzó la mirada. Ryoko llegaba con una bandeja con una tetera y dos tazas. Las dejo en la mesita, dio la vuelta a la cocina y llevo la comida. - Deberías dormir unos cuantos minutos, se por el estrés que pasas pero un descanso no iría mal

-La siguiente semana tengo exámenes finales, decidirá también mi futuro para una buena Universidad -Sonrió. Tomo un poco de la taza que ella le había servido, inmediatamente agradeció y tomaba un poco.- Shoichi siempre es un adivina -Soltó una pequeña risita mientras tomaba un poco de comida.- Me imagino que adivino que no había comido nada por estar estudiando

Observo con atención como Ryoko se mantenía en silencio al mismo tiempo que soplaba un poco a su taza y tomaba su contenido. Escucho a la joven suspirar mientras buscaba algo de su bolso. Era aquel dulce que le había dado cuando eran niños. Iba hablar cuando sintió uno de los dedos de ella en sus labios. La vio sonreír con suavidad. ¿En qué momento había llegado a su lado? Realmente no tomo importancia.

-Puedes encontrar a cualquier chica que quieras Yusaku, chicas muy hermosas que aceptaran estar a tu lado pero el ser humano puede llegar a ser egoísta y no dudo que tu lo seas -Fue lo que ella dijo con total sinceridad. Noto la molestia del joven en su rostro pero al final solo ella fue que soltó una risita.- Debes de pensar muy bien en tu futuro, en lo que quieres ser, en lo que quieres hacer con tu vida y al final, poder poner en mesa, aquellos intereses que siempre has tenido ¿Me prometes que harás esto?

-¿A qué viene esto? -Comento un tanto molesto.

-Porque como te dije, el ser humano es egoísta por naturaleza -Tomo la mano de Yusaku. Se acerco un poco más a él para poder tomar su mejilla.- Y yo soy tan egoísta que nunca aceptare a otras mujeres al lado tuyo que no sea yo -Noto un leve sonrojo en el chico.- Pero que también, me preocupo por tu futuro, si tu aceptas que pensaras primero en lo que quieres hacer, yo te puedo prometer algo más

-¿Y qué es eso?

Un pequeño silencio se formo, sintió como ella se acercaba más al mismo tiempo que una sonrisita apareció en su rostro y acariciaba su rostro con suavidad. No pudo evitar ponerse un poco más nervioso de lo que ya estaba. Era la primera vez que se sentía de esa manera, era la primera vez que ella actuaba así. Que no pudo evitar abrir sus ojos con sorpresa. Sentir incluso, sentir su respiración cerca de él ante la cercanía de su rostro.

-Que a partir de este momento, yo juro ser tu muñeca para siempre

Yusaku no pudo contestar porque en ese momento, fue que ella cubrió sus labios con los suyos mientras cerraba sus ojos y él, se mantenía con los ojos abiertos ante la sorpresa aunque duro poco porque se dejo vencer ante ella y termino por aceptar el beso con pequeños movimientos y con aquellos cálidos golpeteos en su pecho. Era la primera vez que se besaban, era la primera vez que sentía todos aquellos sentimientos que simplemente, solo seguía a sus propios instintos.

Al momento que se separaron. Presto con atención aquellos ojos celestes, no había mentiras en ellos, nunca existirían mentiras en ellos porque solo había verdad, verdad y amor. Podía confiar totalmente en ella, podía creer en aquellas palabras, porque no había otro futuro que quería, si ella no estuviera a su lado como desde que eran niños.

-Acepto

.o.

¿De qué se trataba el amor? De estar siempre al lado de la persona correcta, apoyarlo siempre en sus decisiones, impulsarlo a tener mejores ideas para poder tomar un camino que crea conveniente y detenerlo cuando uno crea que hay algo que no está bien en la vida. Tomar su mano cada momento que sea necesario para hacerle saber que siempre estarás a su lado y sonreír como desde el primer momento que se conocieron, desde el primer momento en que tu corazón latía con fuerza en su pecho para saber que esa persona, era la indicada. Admirar cada día, la belleza sin importar aquellas pequeñas cicatrices o pequeños lunares, solo apreciarlos como otras obras de arte que nunca dejaras de besar.

Admirar aquellos ojos que nunca pararan de buscar los contrarios o admirar simplemente lo que al otro le encanta ver. Nunca dejar de verlo con ese cariño que se fue cultivando y que en un punto especifico, fue que decidió florecer como algo bello. Pequeñas risas compartidas, pequeñas bromas o algunos malentendidos que siempre se tendrán pero una vez que la cabeza se encuentre fría, es cuándo volverán a pensar y solo quedara en el pasado junto a todos aquellos malos momentos que tendrán. Decir que son hermosos aún cuando en las mañanas solo sean un desastre o decir lo elegantes que se ven aún cuando solo portan la ropa de siempre. Recargar su cabeza en el hombro contrario, en las piernas para poder recibir caricias tan placenteras que solo daba ganas de quedarse dormidos. Escuchar con atención el corazón contrario y saber que tú eres uno de los motivos por él cual, ese corazón se acelera o se calma cuando solo estas a su lado.

Besar aquellos labios una y otra vez, sin llegar a cansarse de los mismos. Porque aquella adicción, era demasiado fuerte que era imposible dejarla.

Era de esa manera en la que Ryoko miraba a ese adulto que conoció cuando solo eran unos simples niños y que ahora era tan maravilloso que era muy bien elogiado con todas aquellas personas por sus proyectos. Era de esa manera, en la que Yusaku siempre miro a su muñeca, aún cuando existiera una cantidad absurda de personas metidas en un espacio, era capaz de encontrar aquella mirada para poder calmar todo tipo de nervios que pueda tener, poder sonreír con confianza y dejar de tener miedo aún cuando sus piernas temblaban como gelatina.

Al final, esos niños se convirtieron en unos adultos responsables que se amaban demasiado hasta llegar al punto de mudarse juntos después de consultar con sus padres y darles aquel visto bueno al escuchar todas y cada una de las metas que tendrían para su vida juntos, empezar una nueva vida aún cuando hubiera noches que no se podrían llegar a ver pero que siempre estarían ahí al lado del otro en aquellos pequeños descansos o cuando se abrazaban a la hora de dormir. Pequeñas y simples acciones que solo fueron enamorando al otro como ver aquella sonrisa al momento que uno despierta o ver aquella tranquilidad cuando duermen al momento de que alguno de los dos, llegaba un poco más tarde de lo esperado.

Era de esa manera, en la que Yusaku abría paso entre todas aquellas personas que se acercaban a él para poder escuchar más palabras de él, donde ignoraba a todo tipo de mujeres que se acercaban a él para poder llegar a la persona más importante. Besar su dorso como siempre ha estado acostumbrado y sonreírle de una manera que es capaz de derretirla. Aunque esta vez, había una pequeña diferencia, un lujoso y costoso anillo, era lo que adornaba la mano de aquella joven de largos cabellos blancos y ojos celestes que solo era capaz de mirar al hombre delante de ella y dedicarle aquella sonrisa con lo que siempre le enamora.

-Perdón por tardar mi bella muñeca ¿Disfrutaste del evento?

-Fue realmente alumbrado en su totalidad con tu ingenio -Acariciaba sus mejillas como siempre, acomodaba los rebeldes cabellos de mechón y empezar alejarse de todas esas personas.- Te dije que te convertirías en un gran hombre y ahora lo estás haciendo realidad

-Aunque lo que quiero ahora, es otra cosa -Le sonrió. Ryoko, solo rodo los ojos divertida.- Ahora que esto ha terminado ya ¿Ahora si podrás casarte conmigo?

-Esta vez acepto casarme contigo Fujiki Yusaku, ahora que has visto el futuro que te espera y el esfuerzo que hemos tenido los dos -Se detuvo un poco para poder besar sus labios.- Acepto ser tu esposa y no es como si quisieras negarte -Bajo sus manos a su plano vientre.- Pues hay alguien más que estará entre nosotros muy pronto y compraremos una casa más grande

Yusaku solo soltó una risita antes de besar sonoramente su mejilla. Mientras le susurraba algunas cosas que solo provoco que la mujer soltara risitas mientras miraba a todos lados, tratando de que las personas no escucharan lo que ellos estaban hablando. Le dio un pequeño golpe en el pecho al mismo tiempo que se marchaban lo más rápido de ese lugar e iba un tanto apresurados en llegar a su casa. Donde las caricias no se iban a detener, donde las pequeñas mordidas como algunas palabras, iban a seguir hasta que pudieran calmar todas y cada una de esas emociones que solo provocaban. Y al final, poder llegar hasta su hogar y podían comportarse como aquellos adolescentes que tanto se han amado, aquellos niños que nunca tuvieron deseos de alejarse del otro y al final, como aquellos adultos que aprendieron amarse con todo y obstáculos, como con el tiempo que solo seguía avanzando. Donde las pequeñas risitas se hacían presentes pero que eran cubiertos con los labios contrarios. Y donde el calor del momento, solo les hacia querer más.

Al final. Yusaku siguió amando a esa muñeca de nombre Kogami Ryoken, próximamente Fujiki, desde el primer momento que la vio y se aferro a ella. Donde Ryoko aprendió amarlo y verlo como realmente había sido todo ese tiempo, un joven del que no quería apartarse. Y donde aquellas viejas envolturas de dulces, podían estar juntas como ese bonito recordatorio de que las promesas, siempre se hacen realidad cuando uno realmente lo desea y se esfuerza por hacerlo.

De eso, realmente se trataba el amor.


¡Muchas gracias por leer!

No entiendo cómo es que deje esta historia tanto tiempo abandonada pero realmente, vale la pena el terminar de escribirla. ¡Estoy tan satisfecha con el resultado final! Que realmente valió todo el tiempo y la música que seleccione exclusivamente para esta historia.

No olviden seguirme en mi página de Facebook : Anzuzu Dragneel.

El Link de mi página, como el demás redes sociales, la encuentran en mi perfil de fanfiction.

Por cada comentario el escritor desvelado tendrá una gran sonrisa en su rostro y más energías al seguir escribiendo.

Nota importante: El sitio de Wattpad, es usado como medida de precaución ante el anterior robo de historias que se sufre. Por favor, de apoyar a su escritor favorito, nunca intenten copiar las historias en otros sitios y usarlos como suyos, recibirán grandes sanciones por parte de la comunidad como la falta de respeto que se podrían ganar. Solo obligan a que nosotros como escritores, ya no confiar en ustedes, dejar de escribir y en caso mucho más grave, eliminar nuestras historias.

¡Nos vemos a la próxima!


Atte.: AnZuZu Dragneel

Fecha: Martes 23 de Junio de 2020