¡Qué onda!, ¿Me abres? - Dijo una voz que reconocía, me dio un poco de miedo; después de unos minutos se dejó de escuchar. Más tarde regresaron, pero ahora eran como murmullos: - sé que estás ahí, ¿me abres?Después de escuchar eso, me decidí a caminar a la puerta y al abrir no había nadie, todo parece que era esa persona que mandé al otro lado.