Capitulo IV: Las pesadillas de los pecadores
Después de ese, catalogado por Charlie, loco y desorbitado sueño, intento seguir normal con su día a día, aunque se le hacía complicado. A veces estaba cerca del demonio radio e inmediatamente recordaba las sensaciones que ese sueño le había regalado, esto la ponía en aprietos porque se inquietaba nerviosamente, no lograba concentrarse bien y ya le estaba costando mantener la compostura.
Había pensado en el consejo de Angel "¿Realmente seria indicado hacer algo? ¿Coquetearle quizás? ¡No!" Se regañaba a si misma ante tales pensamientos mientras observaba desde lejos a Alastor caminando con su imborrable sonrisa y ese paso tan ligero que da, pareciendo que nada le importa a su alrededor. Él es un demonio complicado, en varias ocasiones dejo más que claro que, el amor no era uno de sus temas favoritos. En algunas ocasiones Angel quiso molestarlo insinuándosele y lo único que gano fue un buen susto. "¡Pobre!" Pensaba Charlie al recordar ese momento.
Una vez escuchó decir del mismo demonio radio que las emociones relacionadas al amor para él, resultaban abominables para su inteligencia fría y equilibrada. Que eran una pérdida de tiempo y aunque exista personas a las que, al parecer, según Husk quien lo conoció en vida, el aprecio mucho, jamás dio señales de interesarse en las relaciones de pareja.
Una vez conversando con Niffty, intento sacar algo de información, necesitaba saber de alguna manera que posibilidades podría tener y por lo que le dijo, Alastor adoraba a su madre y creía que ella estaba en el cielo. La pelirroja dice que es de la única persona a la que alguna vez le oyó hablar con un tono quebradamente afectivo. Al parecer algún trauma carga al respecto, pero nadie sabe nada más.
Algo a lo que si dijeron en común Husk y Niffty es que Alastor era un psicópata, loco y enfermo por completo, pero que era un buen amigo. El gato menciono que; "Si, ese puto me tiene para sus jodidas estupideces, pero el enfermo de mierda siempre intenta tenerme contento, me ha ayudado en mis mierdas, aunque ya no sepa que significan esas putas palabras a estas alturas…" Niffty menciono algo parecido, con otras palabras claro, pero ambos coincidían en que él con sus muy cercanos, y amigos de confianza intentaba ser complaciente aunque si es un lugar difícil de ganar, ellos solo mencionaron a otra chica que también entraba en ese círculo, una tal Rossie. Pero no, nadie más….
Charlie, con este "trato", aprovecho de pasar algo más de tiempo con él, y si bien intento sacarle algo contándole cosas de su propia vida, Alastor siempre escuchaba y lanzaba comentarios sin querer dar pie a contar nada que no fueran sus impresionantes masacres. Ahora, él si se hizo más cercano a la rubia, consiguió algo, pero no notaba nada más allá que su característico comportamiento. Charlie solo quería una luz, algo que le dijera si tenía algo por lo cual poder arriesgarse o no y hasta ahora el resultado tiende a ser constantemente negativo. "Supongo que me tendré que olvidar de este tema." Solía mencionarse constantemente, pero lo veía y algo no la dejaba, realmente sentía cosas por él y sentirse no correspondida la estaba deprimiendo…
Una noche Charlie se levantó, era tarde ya pero no podía dormir, se daba y daba vueltas en su cama, cerro los ojos, conto hasta 100 y no había caso así que derrotada se levantó y se dirigió donde primero se le ocurrió; tanto desvelo le dio hambre y sus pasos automáticamente la llevaron a la cocina. En el camino sintió algo extraño que hizo a la rubia detenerse y mirar a su alrededor, al no ver nada solo se encogió de hombros y siguió.
Mientras hurgueteaba entre la alacena otra vez sintió ese algo extraño, giro levemente la cabeza y vio hacia arriba dos grandes luces rojas iluminándose en un rincón oscuro de la cocina.…
- ¡Mierda! - Charlie enderezo de un golpe de la impresión. - ¿Qué haces parado ahí de esa forma?
Alastor soltó una fuerte carcajada mientras salía del rincón y se acercaba a la rubia. - ¡Esto es tan divertido! Todas las noches alguien se levanta y yo lo asusto. Nunca me cansare de esto.
-Que gracioso. -Respondió sarcásticamente mirándolo irritada. – A todo esto ¿Todas las noches haces esto?
-Casi todas. -Aclaró. -Hay algunas veces que nadie se levanta, y ahí me aburro como no tienes idea, dulzura.
-Es decir… -Lo miro inquisitivamente. - ¿Todas las noches te levantas?
-Estas completamente equivocada, cariño. Yo nunca me duermo.
- ¿Y por qué? -Pregunto curiosa y algo escandalosa. Se le hacía mal que no durmiese. - ¿Cómo es que nunca estas cansado?
-Estoy acostumbrado. -Dijo mientras paseaba mirando la cocina hasta llegar a Charlie. Se apoyo en el borde de uno de los muebles y la miro con su exagerada sonrisa.
-Las pesadillas. -Dijo convencida mirándolo acusante. Alastor abrió sus rojos ojos en modo de sorpresa.
- ¿Cómo llegas a esa conclusión? – Se acerco al rostro de Charlie, indagando las expresiones de ella concentradamente.
-Lo… que pasa…- Dijo algo nerviosa intentando alejarse un poco. – es que todos los pecadores tienen pesadillas. Es parte del castigo. Mi padre siempre dice; -Inflo el pecho e intento sacar una voz más profunda, en son de imitar a su padre. –Este puto lugar no es un destino vacacional, si esos desgraciados están aquí, no importa que poder lleguen a tener, nunca encontraran la paz. - Decía mientras meneaba el dedo índice hacia todos lados. Luego se relajó y siguió con su tono habitual. -Y así es como él decidió hacer que todos tengan pesadillas.
-Ahora lo entiendo…- Alastor atento prestaba atención a la rubia mientras se sobaba el mentón. -Este tema, querida, en todo caso, es algo con lo que tengo que lidiar desde que tengo memoria. -Soltó una risa intentando hacer natural y sin importancia su comentario.
Charlie lo miro algo apenada "¿Eso quiere decir que siempre ha tenido pesadillas? ¿Nunca ha podido dormir tranquilamente?" Pensó un instante y sus ojos se iluminaron mirando al demonio. Se le había prendido el foco.
- ¡Al! -Dijo su nombre con enérgica y positiva voz. -Yo sé cómo calmar eso. -El demonio alzo la ceja, curioso.
- ¿A si? ¿Y cómo, querida?
-Bueno…- Dijo sintiendo como se le entibiaban las mejillas. -Aprendí a hacerlo por Vaggie, ella solía tener muchas pesadillas… -Intento explicarse, mientras se tomaba por el brazo y agachaba la mirada. – con ella lo que hacía era… cantarle mientras le acariciaba la cabeza… ¡Eso hacía que durmiera como un bebe! -Charlie estaba más que nerviosa. "¿Qué carajo estoy haciendo? Estoy prácticamente insinuándole que me deje acariciarlo." Entrelazo sus manos y se movió sobre sus pies esperando alguna reacción del demonio. Alastor solo le clavo la mirada, con una especie de aura espesa, como si se sintiera amenazado, ofendido o algo por el estilo. Solo estaba ahí parado, no decía nada y Charlie ya se le estaba revolviendo el estómago.
-Ah… -Intento agregar la chica esperando deshacer ese incomodo momento. -Mi padre me envió otra de sus encomiendas. - Hizo comillas con los dedos al pronunciar la última palabra. Luego soltó una risa nerviosa que borro rápidamente de su cara al notar que el demonio no respondía nada.
- ¡Espectacular! -Dijo finalmente. La chica sintió como su cuerpo volvió en si al relajarse. -Algo entretenido que hacer esta aburrida noche. Dime donde es e iré de inmediato. – Llevo sus manos a su espalda y se inclinó esperando a la rubia.
- ¿Qué? ¿Iras ahora?
- ¡Por supuesto! No hay que perder tiempo. Sabes que adoro la cara que ponen esas pobres almas desgraciadas cuando me ven y saben lo que les espera. -Movió enérgicamente sus manos mientras hacía aparecer su micrófono y lo apoyaba fuertemente en el piso.
-Bueno… -Soltó un suspiro y sonrió. -Supongo que podríamos ir, al final no podía dormir.
- ¡Perfecto! - Alastor con un chasquido vistió a la rubia, quien se sorprendió. -No pensabas ir en pijama o ¿sí?
- ¡Por supuesto que no! -Reclamo avergonzada. -Tenía pensado ir a cambiarme.
-Ya no tienes que hacerlo, dulzura. Que estamos esperando ¡Vamos! – Abrazo por los hombros a la rubia y una vez Charlie le indico donde debían ir, en un chasquido, ya habían llegado.
Charlie miro desconsolada el lugar. Era una especie de casucha muy desacomodada, había basura por todos lados y el olor que desprendía el lugar era putrefacto, como si hubiese algo pudriéndose en el lugar.
Observo a unos demonios igual de descuidados, no hacía falta estar cerca para entender que su aroma no iba a ser agradable. Las ropas sucias y sus rasgos transmitían a su imaginación el olor.
-Esto será más que fácil. – Alastor miro el lugar con tranquilidad. Con su bastón, movió algunas cosas que estaban tiradas mientras se acercaba a los demonios quienes al notar la presencia del demonio radio, se alarmaron notablemente. -Bien repugnantes pecadores, tienen 10 segundos para ir con la dama e inscribirse en el hotel que ella promociona con tanta alegría, antes de que destroce este asqueroso lugar junto con ustedes. -Amenazante los miro mientras se espesaba el ambiente junto a la estática que producía Alastor.
Los demonios ni pensaron y corrieron hasta la rubia tropezando el uno con el otro, peleando por quien se anotaba con Charlie primero.
Alastor hizo un agujero y unos tentáculos arrasaron con todo lo que había en el terreno, dejándolo totalmente baldío ante la aterrorizada vista de quienes pudieron haber sido arrastrados junto con lo que acababa de desaparecer…
Desde lejos había lo que parecía ser, un demonio, no quitaba su vista de Charlie mientras movía su pie ansioso. -Perfecta elección pequeña… mientras ese tipo te ayude, estarás limpia…
Una sombra alarmo a Alastor de lo que estaba ocurriendo con ese desconocido, y este sin querer parecer alarmado por el asunto, tomo nota mental y siguió pendiente de lo que estaba haciendo.
- ¡Esto es fantástico! - Chillaba feliz, Charlie dando saltitos mientras terminaban de enviar al último demonio al hotel.
Alastor miraba de reojo y se dio cuenta que ese demonio seguía mirando. La voz de Charlie lo desconcentro y poso su mirada, atento en ella.
-Te debo una grande, Al. – La chica desbordaba tanta alegría que llegaba a ser hostigante para el gusto del demonio radio, pero era motivante de alguna forma y se sentía complacido por los halagos de la rubia.
- ¡Amor! -Se escucho de lejos una profunda voz femenina que estaba algo agitada. Alastor y Charlie fijaron su vista en la dueña y se percataron de un demonio, rellenita, algo baja, corriendo con locura hasta el demonio radio. Al alcanzarlos, ella iba directamente a abrazarlo, pero este desapareció y reapareció en su lado contrario, provocando que ella casi cayera.
Charlie sintió en ese momento que algo se congelo en su interior… "¿Ella le había llamado, amor? Y… ¿Al, no hizo nada?"
-Oh, Mimzy, sabes que no debes hacer eso… -Dijo de forma tranquila mientras se acomodaba su chaqueta. -Dulzura, ella es …
-Soy su amante. -Secamente soltó las palabras mientras miraba a Charlie celosa. - ¿Ella de donde salió, Al? - Pregunto apuntándola con gesto despreciativo.
- ¿Qué? … -Charlie estaba algo perturbada, miro a Alastor confundida y este soltó una carcajada.
-Que graciosa eres, Mimzy. -Remarco su nombre con fuerza tensa. -Es una vieja conocida, dulzura. A veces tiene buen sentido del humor. A veces solamente.
Charlie sintió que le había vuelto el alma al cuerpo, ya estaba sintiendo nuevamente ese revoltijo que se le produce en el estómago cuando algo la frustraba.
-Ay, Al. No seas así. -La chica se deslizo hasta atrapar el brazo de Alastor y lo apretaba fuerte contra ella. -Es reservado este hombre. -Miro a Charlie explicándole. -No le gusta el afecto en público.
-Te equivocas, señorita. -Interrumpió el demonio radio. -No me gusta ni en público ni en privado… -Se alejo de la chica e intento acercarse a Charlie. – Te presento a mi compañera de negocios. -Señalo educadamente a la rubia quien alzo su mano, tímidamente.
-Un gusto, soy Charlie. -Dijo estirando su mano para saludarla.
Mimzy le lanzo una fría mirada, sin recibir el saludo de la chica. "¿Quién es esa que acompaña a mi Al?", pensó mientras la analizaba de pies a cabeza. Algo no le gusto de esta situación, había observado desde lejos el momento en el que llegaron y Alastor siempre se le mostraba gentil y cercano, pero no ese cercano donde él suele irrumpir el espacio personal de cualquiera. Mimzy llevaba años obsesionada con el demonio radio y creía conocerlo por completo. En este caso su mirada hacia esa tipa era muy distinta y no podía descifrar que era y eso la hacia sentir amenazada.
- ¡Ah…! - Soltó una carcajada chasqueando los dedos. - ¿Tu eres la perra loca del estúpido hotel?
La rubia bajo la mano en un movimiento brusco, se desanimó mucho con el insulto de la chica. Hace un minuto atrás estaba radiante de alegría y ahora tenia que soportar esta mezcla de frustración, al no entender quién era ella y porque trataba así a Alastor, y esa decepción y desaire que le venia cada vez que se burlaban de sus sueños.
-Tranquila, princesa… -Otra vez la sombra de Alastor capto la voz y la mirada de ese personaje. Intento no prestar atención, ya podrá averiguar y poner a ese tipo en su lugar.
Noto la mirada cabizbaja e incómoda de Charlie y ya se estaba fastidiando de la situación. Siempre Mimzy lo molestaba de esas formas, pero en esta ocasión fue muy dura y él también se enfureció con esa actitud. "De seguro se sintió celosa de Charlie…" soltó una risa al pensar en ello, la verdad le pareció entretenido. Mimzy nunca se ponía celosa, sabia como era él, amable, pero desinteresado totalmente con el afecto femenino. Curiosamente primera vez la ve así y se sentía de alguna macabra forma, satisfecho.
-Oh… Dulzura. - Alastor rodeo a Charlie y la abrazo. -Lamento la actitud de esa pecadora. Realmente no sabe de qué habla y de seguro esta drogada o algo por el estilo. Tiende a ser vulgar, así que no te lo tomes personal.
Charlie sintió hervir su rostro ante el acto del demonio radio. No sabía cómo responder ni menos que pensar, pero le ayudo a calmarse un poco. Alastor miro a Mimzy lanzándole una siniestra sonrisa. La demonio sintió una fuerte punzada en el pecho al ver tal escena y sintió que sus ojos estaban por ceder a las lágrimas así que sin más, solo lanzo una mirada de odio y salió corriendo del lugar. Ante la mirada sorprendida de Charlie.
-Eh…Al…- Dijo la chica aun sonrojada.
-Tranquila, cariño. Mejor que se haya ido, se estaba mal comportando.
-Si, entiendo… pero… ¿Cuándo piensas soltarme?
Al escuchar eso, la distancio con cuidado de él y la miro divertido. "¿Esta sonrojada?" Se pregunto curioso al darse cuenta del color que cubría gran parte del rostro de la chica quien intentaba disimularlo mirando hacia otro lado. Normalmente eso le parecería repugnante, pero en esta ocasión le resulto encantador.
- ¿Volvamos al Hotel? -Propuso Alastor rompiendo con el silencio.
-Si, a ver si alcanzo a dormir algo, aun es tiempo. Y tú tal vez puedas asustar a alguien más. -Dijo con una suave risita que en el fondo escondía algo de pena. Alastor pensó un momento, sabia que ella era sensible, terrible situación estando en el infierno, pero aun así lo era…
-No lo sé, cariño. Esperaba que me demostraras que realmente puedes calmar esas molestas pesadillas. Me vendría bien dormir algo.
Charlie abrió los ojos como platos al escucharlo, al mismo tiempo que sintió algo acelerado su corazón. -eeeeh…- Vacilo un momento. - ¿Estás seguro? -Sus ojos habían recuperado ese brillo alegre que solían tener. Al parecer le entusiasmo la idea. Alastor se dio cuenta y solo asimilo la situación y decidió ceder.
- ¡Claro que sí! -Reafirmo enérgico, abrazando a la chica por los hombros. Y sin hacerse esperar, chasqueo los dedos llegando rápidamente hasta la habitación del demonio.
Charlie al ver, intento no ponerse roja, otra vez, solamente lo iba a hacer dormir y listo. Observo por todos lados y su habitación era extraordinariamente ordenada, le encanto el gusto clásico que tenía, realmente era un lugar muy reconfortante.
Luego de recorrer el lugar con la mirada, se encontró con Alastor observándola pacientemente como esperando a que ella le diera alguna orden o algo. Charlie soltó una risa, parecía un cachorro, solo le faltaba mover la cola.
-Bien… Deberías acostarte. -Indico la chica juntando sus manos por delante de ella algo nerviosa. -Emm… Yo me sentare en esa silla y tu solo debes cerrar los ojos. Cuando vea que te hayas dormido me iré.
Alastor la miro pensativo un momento y con un chasquido apareció en pijama, pero no solo él, Charlie se dio cuenta que a ella también le había puesto el pijama.
-Pero ¡¿Qué?!- Sorprendida se miró y luego miro al demonio.
-Dijiste que querías dormir, si te da sueño supongo que podría dejar pasar por esta vez que te quedes dormida. -Dijo encogiendo los hombros y acomodándose en su cama dejando un espacio para que Charlie se pusiera.
La rubia parpadeo varias veces antes de convencerse y deslizarse hasta la cama. Tímidamente se sentó y acerco sus manos hasta la cabeza del demonio. Dudo un momento, no sabía si acercar las manos o no, temía que este fuese algún descabellado plan o experimento de Alastor.
- ¿Qué sucede, querida? -Pregunto al ver que la chica estaba congelada.
-Eh... No nada. -Dijo enérgicamente moviendo la cabeza. -Bien… Tu solo cierra los ojos. -
Alastor sorprendentemente para la rubia, obedeció y se acomodó. Charlie ya más decidida acerco sus dedos y con la yema empezó a acariciar de apoco la frente del demonio. Vio como este hizo un gesto algo molesto. Charlie se asustó, pero no quiso detenerse, simplemente estaba disfrutando ese momento de acercamiento y la confianza que le estaba entregando Alastor, independiente si es alguna especie de experimento o plan de él.
Después de unos segundos Charlie comenzó a tararear una suave melodía y se dio cuenta que de apoco el demonio se soltaba y dejaba de estar tan tenso. Soltó una pequeña sonrisa mientras continuaba.
Alastor por otro lado, se sentía algo incomodo al principio, no sabía en que estaba pensando cuando acepto que Charlie le hiciera semejante cosa. Odiaba que lo tocaran y de primera lo odio, pero cuando escucho la canción de la rubia sintió como su cuerpo cedía y se relajaba. Hace muchísimos, muchísimos años no tenía un descanso decente, y saber que tal vez una vez aunque sea podría hacerlo, le llamo la atención así que solo cedió además Charlie se veía feliz con la idea.
Se sentía cada vez más reconfortado y con cada minuto que pasaba se acurrucaba más en su cama, como si fuese un niño pequeño siendo arrullado en brazos de su madre después de un largo y desesperante llanto. El tacto de la chica era suave y cálido, sus manos trazaban delicadamente su cabeza mientras su dulce voz sonaba. Seria alguna especie de hechizo que le estaría haciendo tal vez, pero se sentía bien, total si desde los 7 años de su vida en la tierra que no podía pegar un ojo como correspondía.
Después de unos veinte minutos Charlie paro y se percató que Alastor se había quedado profundamente dormido. Lo miro y sintió una especie de ternura al verlo acurrucado. Intento con cuidado levantarse, pero no pudo, Alastor la tenía abrazada de la cintura. "¿En qué momento…?" Pensó mientras lo veía. No sabía que hacer realmente, la tenía fuertemente agarrada, se aferró a ella totalmente. Charlie no sabe si habrá sido inconsciente tal acto, pero decidió acomodarse un poco y quedarse ahí con él…
¡Hola! Aqui les dejo actualización. Espero les guste.
La cancion que tararea Charlie es una melodia llamada river flows in you de Yiruma.
Por favor dejenme sus comentarios para saber que les parece y que opinan al respecto, se los agradecere mucho!
Nos leemos! :D
