Notas de la Autora:

Sentimientos Ocultos fue un fanfic que escribí en mayo del 2003 y por lo tanto fue el primero. Después de un año y algunos meses he decido publicar nuevamente este fic con el objetivo de agregar escenas y diálogos que en su momento quise poner pero como era el primer fic no tenia nada de experiencia.

Quiero aclarar que NO voy a cambiar en ningún momento la historia ni el final. Solo voy a agregar escenas y dialogos entre los protagonistas, no hay personajes nuevos ni se cambiará nada del curso de la historia.

Esto es un compromiso moral que ya tenia planeado desde el año pasado. "Sentimientos Ocultos" tiene un valor especial para mi así que decidí escribir las escenas que siempre quise poner.

Para las personas que no leyeron la primera versión de Sentimientos Ocultos no es necesario que lo hubieran tenido que leer porque viene siendo lo mismo solo que con escenas que no puse en el anterior.

Es la versión Plus del fic. Jejejeje. me recuerda a lo de la Guerra de las Galaxias cuando sacaron la trilogía con escenas no vistas en el cine y efectos especiales nuevos. Digamos que algo así va a pasar con este fic. Jejeje.

Bien entonces ya explicado el asunto damos inicio al primer capitulo de SENTIMIENTOS OCULTOS.... Versión Renovado.

Muchas gracias y no olviden dejar sus comentarios.

Atte

Jaina


Los personajes e historia del fic le pertenecen a J.K. Rowling. Visita su página web.


CAPITULO 1

SENTIMIENTOS

La veía venir, envuelta en una luz resplandeciente en tonos azules, parecía que a su alrededor había alguna especie de bruma que hacia sentir cálido el ambiente. Sus cabellos marrones revoloteaban como si tuvieran vida propia, su boca esbozaba una sonrisa mientras sus ojos color miel no dejaban de mirarlo. Era algo sensacional, no podía moverse simplemente, aquel personaje parecía flotar en medio de una grata sensación. No sabia que hacer: si correr hacia ella o quedarse parado hasta que se acercara lo suficiente. Ella lo miraba con ternura, mientras iba avanzando hasta quedar frente a frente. Los ojos color miel de la chica se mezclaban con los ojos azules de él, era una mirada que no requería palabras, era como saber lo que uno pensaba del otro. Ella le tomó cariñosamente de la mano y fue acercando sus labios a los de él y....

- ¿Ron?.. ¿Ron?.

Ron Weasley sintió una corriente de aire frío por debajo de las sabanas y que unas manos le empujaban de un lado a otro. El pelirrojo intentó de nueva cuenta cubrirse con la cálida prenda y dio unos cuantos manotazos distraídos.

- Si no te levantas ahora llegaremos tarde a clases.- Seguía insistiendo la persona que lo intentaba despertar.

- ¿P-pero que...?.- Titubeó el Gryffindor.

El muchacho se incorporó de la cama con los cabellos rojizos alborotados mientras buscaba al inoportuno despertador ambulante. A su derecha unos ojos verde esmeralda, un tanto somnolientos, lo miraban fijamente.

- Ya son casi las siete de la mañana y apenas tenemos tiempo suficiente para arreglarnos e ir al comedor antes de clases.- dijo el dueño de aquellos ojos verdes.

Ron miró con desagrado a su amigo y como un niño malcriado retorció la boca como símbolo de rabieta.

- ¿Qué es lo que crees que estás haciendo?.- dijo Ron enfadado.

Harry Potter lo miró confundido sin saber a que se refería exactamente.

- ¿De que hablas?.- Preguntó el joven Gryffindor.

- Estaba en la mejor parte de mi sueño y lo haz echado a perder.- Reclamó Ron mientras retiraba las sabanas y se ponía de pie.

- Lo siento...- dijo Harry con una amplia sonrisa.- Otro día tendrá que continuar.

El pelirrojo no estaba muy conforme con la disculpa pero viendo las manecillas del reloj señalando la hora de despertarse no agregó más nada. Tomó sus cosas personales y se dirigió a los baños de los chicos de Gryffindor.

Sentir el agua caliente recorriendo su cuerpo hizo que poco a poco su mal humor fuera apagándose. El chico se sumergió unos segundos para mojarse el cabello rojizo y poder pasar una suave esponja con el jabón que solía usar: una mezcla a maderas y cítricos, un olor que lo caracterizaba como uno de los inquietos Weasley.

Se sentía extraño, mucho más de lo usual y era debido a un gran problema que comenzó a avecinarse desde inicios de curso. La muchacha del sueño no era mas que su mejor amiga Hermione Granger.

No tenía una explicación lógica pero en los últimos días que había estado conviviendo con la prefecta de Gryffindor sentía una ola de cosquilleos en el estomago y se enrojecía de las mejillas más de la cuenta. ¿Cómo había pasado?. ¿Qué lo había ocasionado?.

No había ninguna respuesta pero la sola idea de recordar el sueño donde estuvo casi a punto de besar a Hermione estaba haciendo que el corazón le latiera rápidamente.

- "Tranquilo Ron".- Se repetía el Gryffindor mentalmente.- Hermione es tu mejor amiga, es como una hermana para ti. No te preocupes por un estúpido sueño que no significa nada.

- "Pero lucía preciosa..."- dijo una vocecilla en su cabeza.

- "Ella es linda... siempre es así. Además es mi amiga."

- "¿Besarías a tu mejor amiga?".- Volvió a hablar la vocecita irónicamente.

- "¡Por supuesto que no!. Deja de decir estupideces".- Contestó mentalmente Ron a la vocecilla.

- "Talvez ha llegado el momento de enamorarse..."

- ¡BAH! – Bufó el chico.

Ron terminó de bañarse con el animo nuevamente exaltado aunque esta vez el motivo era el miedo a que la vocecilla realmente tuviera la razón. ¿Y si realmente estaba llegando a sentir algo más?.

Era imposible, Hermione era su amiga desde primer curso y hasta la fecha él la había visto como una hermana más pero... la joven había cambiado mucho durante el verano o al menos eso era lo que él creía.

Desde que se encontraron en el Callejón Diagon para comprar los nuevos libros supo que la ingenua adolescente estaba dándole paso a una grácil mujer. La muchacha había suavizado su carácter y ahora solía ser muy cariñosa y atenta con sus amigos. La Señora Weasley, madre de Ron, se había percatado del cambio mucho ante de que los muchachos se dieran cuenta y su hija, Ginny, estaba a un paso de seguir a Hermione.

Ron quedó frente a un espejo de cuerpo completo. Se miró con curiosidad algunas zonas del cuerpo y parte de su rostro... él también había cambiado.

Ahora estaba más alto pero con el mismo cabello rojizo y pecas en la nariz que lo hacían verse un tanto infantil. Sin embargo, comenzaba a atraer a algunas estudiantes con su tímida sonrisa y su mirada serena. Tener 16 años estaba dándole mucho provecho al más pequeño de los varones de la familia Weasley.

Todavía dio un ultimo vistazo a su uniforme antes de salir. Por mas que lo intentara jamás le salía muy bien el nudo de la corbata.

Con aire melancólico se dirigió de nueva cuenta a la habitación para buscar sus libros y demás herramientas escolares. Harry al verlo entrar lo miro severamente.

- Creí que te habías quedado dormido en la bañera.- Reprochó Harry.- Apenas tenemos tiempo para desayunar y llegar sin demora a la clase de Snape.

- Estaba luchando a muerte con la corbata.- dijo Ron mientras cogía unos libros.

- Yo tampoco soy muy bueno con ellas.- dijo Harry con una mueca.- Pero al menos no tardo más de dos horas intentándolo.

Ron sonrió ante el comentario de su mejor amigo.

Ambos chicos bajaron las escaleras con tanta rapidez que parecían que rebotaban por ella. Harry también se había transformado aunque seguía conservando el cabello alborotado y ese aire triste que parecía no abandonarle nunca. No era más alto que Ron pero si más que las chicas de su grupo y eso al menos lo hacia sentirse aliviado, no hubiera podido soportar las burlas de los Slytherins.

Sintieron un gran regocijo al llegar a sus narices el exquisito desayuno del Gran Comedor, Ron sobretodo. Llegaron a la mesa de Gryffindor con los ojos brillantes de deseo por los panques con mantequilla derritiéndose y mermelada de durazno.

- ¡Hola!.- Saludó una voz con suma alegría que Ron no tardó en identificar.

El Gryffindor levantó la mirada y encontró a Hermione con una sonrisa que casi logró que le temblaran las piernas. La chica estaba sentada entre Longbottom y Ginny. Apenas pudo sentarse tranquilamente sin llamar mucho la atención por la intensa sonrojes.

- Hola a todos.. Buenos días.- Saludó Harry mientras se sentaba.

- Creímos que se perderían el desayuno.- dijo Ginny mordisqueando una tostada.

- Ni soñarlo...- Contestó Harry mirando con ansias la infinidad de cosas que había en la mesa.- ¡Ah! Esos panques se ven deliciosos...

Ron comenzó, en silencio, a colocar un poco de todo en su plato. Hermione y Ginny se miraron confundidas, era muy raro que el chico pelirrojo se mantuviera en silencio.

- ¿Sucede algo Ron?.- Preguntó Hermione preocupada.

El chico la miró a los ojos y un vértigo removió su ser.

- N-nada... es solo que... tengo frío...- Contestó con una sonrisa nerviosa.

La Prefecta de Gryffindor levantó una ceja.

- No hace tanto frío.- dijo Neville con aire distraído.

Ron volteo a mirarlo amenazante pero el chico ni siquiera se percató.

- ¿Estás preocupado por las clases?.- Continuó insistiendo Hermione.

- En realidad no tengo nada.

- Creo que si está preocupado por las clases.- dijo Ginny.

- ¿No conoces a tu hermano?. Él jamás se preocupa por las clases.- dijo Hermione untando mermelada a su tostada.

Hermione espero que el muchacho rezongara por lo dicho pero al parecer ni siquiera se dio cuenta de lo que acababa de decir su amiga.

"¿Frío?. ¿Es todo lo que se te ocurrió idiota?. Decirle que tienes frío fue la excusa más estúpida que se te pudo haber ocurrido Ron Weasley."- Se dijo mentalmente Ron mientras tomaba su taza de chocolate caliente.

"El día de hoy luce muy bonita con ese moño azul... y pensar que estuve casi a punto de besarla en mis sueños... hubiera sido... hubiera... sido... ¡HORRIBLE!. ¿Cómo podrías besar a tu mejor amiga?. Deberían colgarte en medio del comedor por pensar en esas cosas. Aunque claro cuando la vi en verano con esa tez bronceada en el callejón Diagon no pude evitar darme cuenta de lo bonita que se veía. ¿Por qué no me había dado cuenta de eso antes?... ¿Y si...?"

- ¡Ron!... ¡Ron Weasley! - Se dejo escuchar una voz molesta interrumpiéndole sus pensamientos.

- ¿E-eh? - dijo distraídamente.

- ¿Qué pasa contigo esta mañana?. Te he hecho la misma pregunta dos veces y no me has prestado un poco de atención.- dijo enfadada Hermione.

- Lo siento Hermione, estaba pensando en otra cosa no te escuché. – Dijo avergonzado.

- ¿En que cosa pensabas?- Pregunto extrañado Harry.

- Eh.. en el partido de quidditch del domingo -Mintió.

- Entonces un tonto partido de quidditch es más interesante que lo que estoy hablando. - Hermione estaba colorada por el enfado. Era una gran desfachatez por parte de Ron el no escuchar su interesante platica sobre la Historia de Hogwarts.

- ¿Podrías repetir lo que me preguntaste?- dijo Ron con un lado de la boca llena de pan.

La muchacha suspiró.

- Ya no importa. Mejor olvídalo.- Contestó intentando ocultar su enfado.

El resto de los chicos se miraron unos a otros resignados. No era extraño que esa mañana los dos Gryffindor comenzaran una disputa.

Hermione le dio un sorbo a su bebida mientras Seamus y Neville comenzaban una platica sobre los diferentes castillos embrujados de Escocia. Ginny y Harry comentaban sobre los próximos partidos de quidditch. Ron, por su parte, estaba demasiado avergonzado por la actitud que estaba tomando ante su amiga. Era un enorme alivio que nadie se diera cuenta de lo que realmente le pasaba.

Tenía tantas ganas de mirar a su amiga que no podía controlar el temblor de su pierna izquierda; sin embargo, no pudo seguir aguantando y volteo a mirarla. La chica ya se había unido a la platica de Neville y Seamus por lo que pudo observarla sin que se percatara. Tuvo la repentina sensación de que solo escuchaba la voz de ella y que sus movimientos eran lentos.

La risa de Ginny le sacó violentamente de su estado y Ron volteó a mirar a su hermana casi asustado, por un momento creyó que la joven se había dado cuenta de cómo miraba a Hermione pero la pequeña Weasley solo se reía de un comentario de Harry que le pareció gracioso.

Ron pensó que lo mejor era seguir desayunando en silencio. Harry de vez en cuando le miraba pero creía que probablemente si estaba preocupado por las clases.

A una mesa de ellos, un joven observaba todo sigilosamente, grabando en su mente cada detalle de lo que sucedía en la mesa de Gryffindor y que no apartaba sus ojos grises del rostro de Hermione. Alguien tan astuto como una serpiente...

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Esta historia continua... asi que por favor dejen reviews!!! Gracias