Hola a todos! He aquí traigo el siguiente capítulo de esta historia. Estoy tan feliz por el recibimiento que tiene, y ahora pasamos a lo bueno. Estamos esperando con gusto los especiales que se vienen con todo. ¡Al fin algo de Miraculous! Y ante los spoiler estoy hype. Puesto a lo siguiente agradezcamos a Thomas Astruc y compañía por tan genial serie y sin más qué decir… COMENZAMOS!

….

Capítulo 10.

La novia del príncipe.

Anarka se había preparado un té en las cocinas reales, le gustaba mucho moverse a sus anchas por el palacio pero entendía que también debía de tener cuidado. Desde la muerte de su Louis las medidas de seguridad se habían endurecido en gran medida. Los pocos kwamis del palacio estaban encargados de proteger el lugar y ante el más mínimo indicio estos se pondrían al ataque.

Regresó a su habitación con taza en mano cuando casi se topó con uno de los sirvientes.

-Mi señora, qué bueno que la encuentro.

-¿Ha pasado, algo?

-Ha llegado un mensaje importante del reino de fuego.- dijo dándole un sobre rojo con elegantes relieves dorados.

Anarka tomó la carta y sacando una navaja la cortó y sacó el blanco papel decorado que estaba en el interior. Al leer su contenido sus ojos se abrieron como platos.

-Esto tiene que ser una broma.

-¿Desea que le anuncie la noticia al príncipe?

-Yo lo haré temprano en la mañana. Ya estará recuperado y sabrá cómo proceder.- el sirviente asintió y se fue. Anarka suspiró a lo bajo y miró por la ventana el cielo nocturno.- Ojala esto no nos traiga problemas Louis…

Suaves gemidos se concentraban en la habitación real. La temperatura del cuarto había aumentado y los sudorosos cuerpos abrazados entre sí no paraban de besándose y acariciándose apasionadamente. Marinette estaba debajo del Luka, sus brazos rodeaban su cuello con su cuerpo expuesto a él para que hiciera y deshiciera a placer.

Dejó que durante ese tiempo él preparó todo para el momento culminante. Su cuerpo fue adorado, besado y provocado en cada pequeño recoveco hasta sentir una hoguera en su interior que necesitaba urgentemente ser apagada, pero a pesar de sus súplicas él no la tomó. Cada vez que se sentía nerviosa él la tranquilizaba, sabía qué decirle, su voz y sus palabras eran música para ella a pesar que lo provocaba con pequeños besos y caricias sintiendo su urgencia tan fuerte como la suya. Tuvo que admirar su fuerza de voluntad hasta esperar el momento correcto. Llegado el momento de la unión no pudo evitar quejarse, y tenía miedo, miedo que él se encargó de disipar con sus labios y caricias. Su gemido ante la unión fue dulce para él, fue lento, tierno, y la preparación previa le había ayudado. Todo su ser se estremeció y ese suave vaivén que creaba la estaba llevando cada vez más lejos de la incomodidad y el dolor.

-Estas demasiado apretada…- gruñó a lo bajo.

-Luka… m-más.- gimió ella aferrándose a él.

Sus gemidos se unían en una melodía dulce y armoniosa que cambiaba de ritmo en una perfecta coordinación y compás que los volvía locos. Su ritmo aumentó, sus cuerpos se sintieron arder.

Luka llevó la muñeca de Marinette hacia él, besándola en el pulso justo donde momentos después el tatuaje apareció, y ella hizo lo mismo tomando su mano y besando donde estaba su tatuaje. La alzó con él, la poca luz creaba sombras en toda la habitación. Ella gritó sintiendo la liberación cerca, aferrando sus piernas alrededor de su cintura. Sus cuerpos se movieron con más ferocidad, en un baile enloquecido y salvaje. Ella sentía que reptaba hasta lo más profundo de su ser hasta marcar con fuego su interior hasta topar. Lágrimas comenzaron a caer ante el mar de sensaciones que la ahogaban y porque sentía que podría romperla. Los ruidos húmedos los excitaban más, aferrados unos al otro, sintiéndose a punto de explotar fue casi a la vez, compartiendo su semilla al otro.

Marinette fue depositada en la cama con cuidado, sus piernas apenas y reaccionaban ante los espasmos de su cuerpo. Se sentía feliz y llena de la esencia de este hombre, un hombre serpiente, que había abierto las puertas de la felicidad ante ella. Este la besó y ella correspondió el beso. No fue tras unos minutos que se sintió un poco recuperada que lo sintió moverse de nuevo.

-L-L-Luka...

-Marinette… Yo...

-S-Sigue por favor…

Los dos se besaron sintiendo casi un orgasmo ante ese beso. Ahogando los gemidos de ambos al sentir que volvían a iniciar su camino hacia el placer. Toda la noche una y otra vez en distintos caminos.

El sol comenzaba a asomarse en el horizonte. Marinette despertó primero, sintiendo su cuerpo entumecido y cansado ante la falta de sueño y la constante actividad física. Al voltear vio a Luka tapado casi hasta la cabeza y abrazando la frazada dejando ver sólo su rostro, casi quiso reírse pero estiró su mano para tomar su celular y tomarle una foto para el recuerdo. Vio un reloj en la esquina, apenas iban a dar las siete y tenía que alistarse a la escuela. Se daría primero una ducha y se despediría de Luka, pero apenas y apoyó sus pies en el suelo sintió como su cadera tronó.

-¡Aaauuuuu!

-Mmm… ¿Marinette?- Luka se despertó y se asomó a la orilla de la cama.- ¿Necesitas ayuda?

-Cre-Creo que me desvié la cadera.- Luka rio entre dientes y su cola se enredó en ella perezosa para ayudarla a levantarla.

-Te ayudaré a tomar un baño.- se estiró sintiéndose renovado.- Y yo también me daré uno.

Para Marinette fue un vergonzoso compartir baño con un chico, pero después de lo de anoche se sentía ridícula. La tina se llenó de agua caliente y sales, los dos entraron en ella sintiendo sus músculos relajarse casi al instante e incluso suspiraron al mismo tiempo de alivio. Marinette estaba sentada sobre Luka pero se sentía tan bien que no le importó, después de todo, él tampoco estaba del todo excitado y por eso no mostraba sus…

-Lo siento, sólo ignora la erección doble.- ella cubrió su rostro sonrojado con sus manos.

-¡Lo dices tan fácil!

Al salir, Luka volvió a su forma humana, tanto de humano como serpiente era una visión impresionante, y al voltear él a verla, ella desvió la mirada sintiéndose una pervertida. Salieron del baño con suaves batas de seda verde, y Marinette notó que las sábanas de la cama habían sido cambiadas, el desayuno estaba esperándoles, y que su ropa no estaba por ningún lado.

-¿Dónde está mi ropa?

-Ha de ser cosa de mi madre. La deben de estar lavando y te traerán un conjunto nuevo.

-Pero no quiero abusar. Puedo esperar hasta que terminen de lavarla.

-Se te hará tarde para la escuela.- se secó el cabello con una toalla y fue a los cajones para sacar un conjunto de pijama nuevo.- Yo necesito descansar un poco y estaré como nuevo esta tarde.

Marinette se sonrojó al verlo cambiarse de ropa frente a ella. Desviando su mirada hacia el techo topándose con la pequeña kwami roja que le sonreía feliz.

-¡Buenos días!- exclamó Tikki volando sobre su portadora.

-¡Tikki! Buenos días.

-¿Cómo amanesscieron?- preguntó Sass que voló junto a Tikki.

-Amanecimos que es el milagro.- soltó Luka.

-¡Luka!- Marinette se sonrojó hasta las orejas y Luka rio a los bajo. Tikki se apoyó en el hombro de su portadora.

-Tranquila, Marinette. Será mejor que desayunen, el desayuno es siempre la comida más importante del día.- dijo Tikki feliz.

Marinette se sentó frente a Luka, había huevos cocotte*, tostadas, té negro y fruta picada.

-Oh, cielos, es delicioso. Adoro los huevos cocotte.

-Seguro que a ti te quedan genial.

-A veces no tengo tiempo de hacerlos en la mañana, así que normalmente son para la cena.

-Qué envidia me das que sepas cocinar.

-¿No sabes cocinar?

-Sé calentar agua, al menos es algo.- Marinette pensó en algo.

-¿No te gustaría aprender? Con gusto te ayudaría.

-Oh, Marinete. Me halagas pero tu cocina podría estar en peligro.

-No importa. Mi cocina aguanta todo.

-Entonces es una cita.- ella se sonrojó mientras enterraba el pan tostado en la suave yema de huevo. Tocaron a la puerta y una de las sirvientas entró.

-Mi señor, la señora Anarka envía esta ropa para la señorita.

-Gracias. Déjala en la cama.- la mujer así lo hizo y se retiró con una reverencia.- Te acompañaré hasta un portal, allí podrás ir a casa para tomar tus cosas y llegar a tiempo a la escuela.

-Gracias, Luka.- esperó un momento, quería decirle algo pero no sabía cómo se lo tomaría.- Ayer…- intentó hablar captando su atención.- Ayer casi le digo todo a Adrien sobre mis sentimientos pasados. Pero, me llamaron y no pude decirle, lo siento.- este se sorprendió, sentimientos pasados, eso quería decir mucho para él y sonrió enternecido.

-No importa. Me alegra más que quisieras estar conmigo.- ella sonrió y siguieron desayunando.

Marinette llegó al parque muy cerca de su casa, esta caminó notando las miradas de los transeúntes mañaneros que estaban sorprendidos al verla, incluso escuchó el cuchicheó de dos chicas que se preguntaron si era una modelo. Al llegar a la panadería sus padres estaban al frente del negocio.

-Mamá, papá, ya vine.- su madre que fue la primera en verla se quedó sin habla y su padre aún no la veía mientras acomodaba hogazas de pan.

-Buen día mi pequeña florecita, ¿cómo…? ¡Vaya! Te ves hermosa mi niña.

Marinette sonrió ante su halago. Su cabello estaba recogido con unos pequeños broches a un lado. Llevaba puesta una blusa color oliva de rombos, de mangas abombadas con un cuello chino decorado en dorado, una falda short con un pliegue al frente color mostaza y unos botines de tacón cafés. Parecía de verdad una modelo y Marinette se sonrojó.

-Gracias, me prestaron este conjunto pero apenas y lo lave se los regresaré.

-Debes agradecerles apropiadamente por prestarte ropa.- le instó su madre.

-Eso haré. Por cierto, la señora Couffaine les manda esta carta como disculpa.

-Muy bien, sube y toma tus cosas para que vayas a la escuela o se te hará tarde.- sugirió su padre.

-Ya voy.- subió rápido y sus padres abrieron la carta.

Buenos días, Monsieur y Madame Dupain-Cheng:

Gracias por dejar que su hija se quedara, mi hijo ahora está mejor gracias a sus cuidados y sus maravillosos remedios. Pongo en esta carta mi número telefónico para que podamos hablar más de frente.

Y por cierto. El conjunto que le hemos dado a su hija es un regalo. No aceptamos devoluciones.

Con sincera amistad.

Anarka Couffaine.

La pareja sonrió contenta.

-Creo que me va a caer nuestra futura familia política.

-Deberíamos invitarlos a tomar té.

-Buena idea, Sabine. Y yo prepararé los croissants.

Marinette se miró en el espejo de su habitación. Le encantaba ese conjunto pero no quería abusar, lo regresaría apenas lo lavara.

-Te ves muy bien, Marinette.

-Gracias, Tikki. Espero no ensuciarlo con algo, o que alguien más lo ensucie.- dijo pensando en la probabilidad de que Chloe, Lila o cualquiera del salón descartando a sus compañeros de banda fueran a hacer algo.- Bien, hora de ir a clases.- dijo tomando su mochila cuando se da cuenta de algo.- Oh, cielos, el disco de Luka. Debo devolvérselo.

-Puedes devolvérselo después, se te hará tarde.

-Tienes razón. Lo haré después de clases.- puso el disco en la mochila y se encaminó a la escuela.

Decir que los estudiantes la miraron todo el tiempo fue poco. Algunas chicas estaban embelesadas con su atuendo, otros chicos parecían nerviosos entre ir a hablarle o no, y otros se notaba la clara envidia.

-¡Válgame! ¿Eres tú, Marinette?- preguntó Aurore que llegaba con Mireille.- Oh, cielos, te ves increíble. No es que no haya notado tu estilo pero esta vez te luciste.

-Deberías usar más de tus diseños en público que dejarlos para tu página.- sugirió Mireille con Aurore asintiendo.

-Muchas gracias. Son muy amables.

-Déjame tomarte una foto para mi sección de moda. Esto causará furor.- se tomaron las tres una foto y Lila vio aquello al pasar. Se puso furiosa. Esas dos en ningún momento le habían felicitado por algún atuendo que hubiese llevado a pesar de que era una modela de Gabriel. Ya se la pagarían, esa ofensa no la perdonaría.

Adrien bajó de su auto y Marinette al verlo fue a donde él.

-¡Adrien!

-Marinette, hola.- dijo este con una sonrisa.- ¿Cómo estás? ¿Algo ha pasado con Luka?

-Luka está bien. Ya está mejor.

-Fiuu, me alegro mucho. Me gustaría visitarlo pero tengo muchos compromisos estos días y…

-Le daré tus mejores deseos.

-Gracias. ¿Te ves diferente hoy?

-Bueno, es este nuevo conjunto.- señaló tras notar que Adrien no lo había notado.

-Ah, vaya. Lo siento, estoy distraído, pero como te ves muy linda con cualquier cosa que usas es normal que te vea siempre igual de bonita.- sintió un leve sonrojo en sus mejillas pero esas palabras habían perdido cierto significado desde que estaba con Luka.

-Gracias, Adrien. ¿Vamos a clases?

-Claro.

Fueron al salón ignorando las malas miradas y lenguas. Entre las que estaban Alya cuya envidia le carcomía.

-Miren anda más, estrena conjunto y ya se cree la reina de todo. Lila es más bonita.

-¿De qué hablas, Al?-preguntó Nino que dejó de comer su croissant.- Yo no la veo presumir.

-Sólo mírala, Nino. Caminando junto a Adrien como si estuviera en una pasarela con él.

-Lo único que veo es que camina con Adrien que es su amigo.

-¡Eso es lo que quiere que creamos! Que dejó a un lado la obsesión que tenía con Adrien para ahora tener novio.

-¿No crees que tú y las chicas se están montando una película?

-No y voy a probarlo. Investigando muy bien a ese chico Luka. Seguro que Marinette le paga por fingir ser su novio. Lila también está preocupada, no quiere que Marinette use eso para perjudicar a Juleka. O quién sabe, tal vez hasta esté implicada…

-Vale. Entonces suerte, súper reportera. Seguro que encuentras algo.

-Ya lo verás. Y Marinette vendrá rogando para que la perdonemos pero eso no va a pasar. Que se quede sola que es lo que merece.

-Eso ya suena muy hardcore. Déjalo con que nadie salga herido.- pero lo que lo que no pensaron es que muchos caerían. Después de todo, en una guerra siempre había heridos.

Luka miraba su reino por el balcón de su habitación con aire pensativo y taciturno. Todos sus nervios le decían que algo iba a pasar pero no entendía qué.

-Será mejor que regreses a cama, jovencito.- dijo Anarka que llegaba con una taza de té.

-Todavía no estás en tu 100%, necesitas descanso si quieres estar listo para la gala.- Luka arqueó la ceja confundido, tomó el sobre que su madre le dio y lo leyó su contenido tomando también de buena gana la taza de té que su madre le ofreció, reconociendo el aroma como el té que Marinette le había traído.

-Esto no me lo esperaba.

-¡Grrr! ¿Quiénes se creen esos para exigir semejante cosa? Y una fiesta, ¡una fiesta! ¿Te lo puedes imaginar?

-Lo bueno es que también está invitado el reino de Luz. ¿Ya están haciendo los preparativos?

-Desde temprano. Pero bien podría darles como bienvenida una bala de cañón.- su hijo dejó a un lado la carta con aire pensativo.

-Algo está pasando, madre. Hay cosas que se mueven y no estoy enterado de nada.

-Tu padre decía que las escamas le decían lo que iba a pasar, eso lo heredaste de él.- en un momento la sonrisa de Anarka desapareció.- Y por eso debes ser más cuidadoso.

-Lo seré.- Anarka acarició su mejilla.

-Te pareces tanto a él. Si estuviera aquí estaría orgulloso de ti.

-Si estuviera aquí sería un mejor rey.

-No digas eso. Lo haces tan bien como él. Y la edad y la vida te dará las lecciones que necesitas para ser mejor rey.- él sonrió pero su expresión se tornó seria y dolorosa.

-Te prometo saber quién fue quien nos lo arrebato.

-Y hazlo sufrir, hijo. Hazlo clamar por su vida.- este asintió con un brillo ambarino en sus ojos. Dispuesto a cumplir esa promesa aunque le costara la vida.

Las clases avanzaron durante el día. Juleka y Rose ensayaban en el club de arte, al menos así hasta que Marinette les hizo una señal de acercarse y al hacerlo vieron los trajes y máscaras para la banda. Marc quiso acercarse pero Nathaniel captó su atención con una frase que lo descolocó.

-Deberíamos cambiar el diseño de Ladybug.

-¿Quieres cambiarla? Pero sus fans la adoran.

-Ya, pero ya no me convence ese diseño.- Marc tenía sus sospechas, pero se atrevió a preguntar ya que también era su trabajo.

-¿Es porque Ladybug se parece a Marinette?- Nathaniel abrió grande los ojos, no esperando que él preguntara, pero luego frunció el ceño y asintió en silencio.- Nath, no tengo nada en que hagas unos ligeros cambios. Incluso apuesto que una Ladybug con el cabello suelto se vería estéticamente hermoso o con el cabello largo. Pero me niego a que cambies el personaje sólo por rencillas que no puedes controlar.

-¿Rencillas? Ella se burló de mi trabajo, Marc. Hizo una crítica cruel en la página de un concurso.

-Cualquiera pudo haberla escrito. Que el usuario se llamase Marinette no significa que ella lo hizo.

-No la conoces porque no está en tu clase. Marinette es una doble cara. Se hace la buena pero cuando puede es capaz de atacarte donde más te duele. Quiero poner a una nueva Ladybug, no quiero que siquiera se parezca en algo a alguien como ella. Tengo los bocetos, quería ver qué te parecen.- Marc rodó los ojos, esperaba que Nathaniel notara que sería estúpido escribir su nombre en una crítica pero lo dejó pasar por ahora, él tampoco se había portado bien con la chica ignorándola por Nathaniel. Tomó los dibujos, los vio y no le gustaron.

-Nuestra Ladybug está bien como está. Lo que pasa es que no te duele la crítica, te duele lo demás que decía el mensaje.- Nathaniel se tensó.- Te duele que se burlara de tus sentimientos hacia ella.

-¡Ya! ¿Y todavía dices que no fue ella?- todos voltearon a verles y Marc habló en voz baja.

-Pudo haber sido Chloe. No es la primera vez que hace algo así para desacreditar a alguien, además, es una estupidez que alguien escriba algo así y ponga su nombre, ¿no crees?- dijo poniendo incómodo a Nathaniel.- Y esta Ladybug no tiene nada que ver con la que con mucho cariño y esfuerzo hicimos cobrar vida.- dejó los dibujos y se levantó con libreta en mano.

-¿Pero por qué no te gustan?

-¿No crees que se parece mucho a Volpina? ¿O es que ahora tienes a una nueva musa a la cual comparar?- Nathaniel se sonrojó por ello, era la única respuesta que necesitaba a pesar de los balbuceos del pelirrojo; no lo aguantó y se marchó, casi chocando con Alix que ingresaba al salón y notando a un deprimido Nathaniel que recogía sus dibujos y salía del salón sin mediar palabra.

Los alumnos de Monsieur D´Argentcourt estaban practicando su riposte, el movimiento aunque luciera simple era todo lo contrario cuando estaban frente a un adversario hábil. Adrien y Kagami eran, como siempre, los mejores y sus movimientos fluidos los volvía una pareja de la cual temer. Cuando se quitaron los cascos se sonrieron y Adrien estaba a punto de besar a su princesa oriental cuando dos brazos lo asieron con fuerza y un cuerpo femenino se pegó a él.

-Estuviste espectacular como siempre, Adrien.

-Lila, ¿qué haces aquí?- se soltó de su agarre revisando su traje por si había quedado algo de ella en él.

-¿No lo recuerdas? Tu padre quiere vernos por lo de la última sesión que hicimos junto.

-Ah, cierto. ¿Y me has estado esperando? Pudiste haberte ido hace una hora.

-Es que quería que nos fuésemos juntos. No tiene nada de malo.- dijo apoyándose en él pero la espada de Kagami le hizo separarse.

-¿Qué no conoces el espacio personal?

-Oh, Kagami. No te pongas así.- dijo apartando la punta de la espada con su dedo.- No hago malo. Además, Adrien es mi compañero en las sesiones.

-No por mucho tiempo.- declaró Kagami.- No sé qué ve el señor Agreste en ti pero muchos están de acuerdo que tus fotografías son fáciles de pasar.- eso movió una fibra sensible en Lila.

-Dices eso porque Adrien modela conmigo y dicen que somos una gran pareja.

-Sueñas.

-Basta ya. Las dos.- las separó Adrien.- Lila, te llevaré a con mi padre, ya que no puedes llegar tarde pero será la última vez, la próxima te dejaré que vayas sola y te las arregles con mi padre. Y Kagami, te veo luego, mi amor.- le dio un beso en la mejilla y avanzó hacia los casilleros. Lila entonces mostró su verdadera cara.

-Aww, tan dulce. Disfruta mientras puedas, porque las cosas entre Adrien y tú no pasaran de dulces besitos.

Kagami sonrió arrogante.

-Piensa eso si te hace sentir bien porque Adrien sabe muy bien hacer otras cosas que simple besitos. Y te mientes a ti misma si crees que Adrien se va a fijar en alguien como tú. Tan falsa y rastrera. Por eso odias tanto a Marinette, porque ella sí es auténtica y de haber podido, ella hubiese tenido más oportunidad con Adrien que tú y esa rubia tonta.- diciendo eso se fue cuando Adrien salió de los casilleros vestido. No se veía feliz de llevarla pero Lila tampoco estaba bien. Marinette, siempre Marinette. No iba a dejar que la sombra de esta la opacara. Había llegado hasta allí y todavía Marinette seguía opacándola. Pero ella siempre saldría por encima de todos, y aplastaría a cualquiera que se interpusiera.

Nathaniel estaba furioso. ¿Cómo Marc pudo haberle preguntado eso? Vale, es verdad que había hecho el diseño con referente a Marinette, porque a pesar de todo ella le había gustado mucho. Fue la única en recordar cuando era su cumpleaños, la chica con la que hablaba de colores y formas, y de los cuadros de artistas famosos. Cuando supo que le gustaba Adrien su corazón se rompió, pero Marinette se mostró cándida y amable con todos, incluyéndolo, que fue demasiado cobarde de admitir sus sentimientos. Pero ahora, esa imagen de Marinette se había roto. No era la chica amable que creía, sino que era envidiosa, celosa y tóxica. Lila reveló la clase de persona que era y se sintió avergonzado de haberla querido alguna vez. Y ahora, que quería pasar el manto de Ladybug a una persona que sí lo merecía Marc se negaba. ¿Es que no podía entender su dilema? No podía seguir dibujando a Ladybug como Marinette, necesitaba un cambio. Sino que quería dibujar a Lila. Alguien como ella si era merecedora de ser una heroína, además de hacerlo sentir que su corazón latía como loco por ella.

-Hey.- le llamó Alix al encontrarlo en la biblioteca.- ¿Qué pasó allá?

-No quiero hablar de ello.

-Vale, entonces puedes despotricar y yo escucharé.- Nathaniel frunció el ceño y tras unos momentos azotó los puños en la mesa.

-Quiero cambiar el dibujo de Ladybug pero Marc no quiere.

-¿Y eso es un problema?

-Por supuesto que lo es. Porque Ladybug es Marinette.

-Oh, ahora capto. Pero Marc no tiene que ver a esa mentirosa todos los días como tú.

-Ya lo sé. Pero lo peor de todo es que Marc no entiende lo dolido que estoy. No sólo por la crítica sino por ser estafado por una chica que es tan mala como Chloe.- Alix frunció el ceño.

-¿Qué crítica?

-¿Recuerdas el concurso que hubo hace casi un año?

-Sí.

-Bueno, una de los tantos comentarios fue de Marinette, decía que mi obra era simple y vana pero también decía que ese tipo de cosas provenía de alguien cuyo amor era igual de simple y barato.

-¿Qué?

-Supongo que mi enamoramiento la hizo sentir nauseas.- espetó moviendo los hombros.- Es por eso que no puedo ni verla.

Alix se levantó furiosa.

-¿Y hasta ahora me lo dices? Voy a hacerla pagar por eso.- dicho aquello salió de la biblioteca, Nathaniel entonces sintió un poco de pena por Marinette. Sólo un poco porque fuera lo fuese a hacer Alix no quería intervenir.

Al salir de la clase de arte Marinette no pudo evitar ver a Marc que se veía muy triste bajo las escaleras. Pero Rose y Juleka llamaron su atención.

-¿Qué crees que haya pasado?- preguntó Rose.

-Ni idea. Tal vez discutieron por el comic.

-¿Comic?- preguntó Juleka y Rose contestó con emoción.

-Sí, el comic de Las aventuras de Ladybug y Chat Noir.- dijo mostrando su celular.- Es súper famoso, se trata de dos héroes que salvan la ciudad de un malvado villano de nombre Hawk Moth que desea apoderarse de las joyas que tienen para cumplir su deseo y para eso crea akumas, mariposas negras que van hacia una persona que tiene sentimientos negativos y las convierten en súper villanos. Me encanta el villano porque hace todas esas cosas malas para poder pedir el deseo de curar a su esposa. ¡Es TAN romántico!

-Yo hice algunas camisetas cuando el comic se volvió famoso y el dinero lo usaron para lanzar aún más su proyecto.- agregó Marinette con orgullo.- Creo que tengo una camiseta de Hawk Moth, te la daré ya que creo se vería bien en ti.

-Me encantaría. Creo que lo buscaré en la librería camino a casa.- dijo Juleka ya estando fuera de la escuela.

-Oh, cierto, Juleka…- Marinette buscó en su bolso y sacó el disco.- Dile a Luka que lo disfrute mucho. Fue mágico, sentí que mi alma era transportada a distintos lugares mágicos o de ensueño, y fue una gran fuente de inspiración para mí.

-Me alegro escucharlo.- iba a tomarlo pero otros dedos lo tomaron primero.

-¿Alix?

-Mira qué tenemos aquí.

-Alix, dámelo. No es mío.

-¿Ah, no? Cuidas muy bien las cosas pero no de cuidar los sentimientos de otros.

-¿Pero de qué vas?

-Digo que me das asco, Marinette. Y que no merece más que te haga puré.- empujó a Marinette con fuerza, siendo atrapada por Juleka en un movimiento rápido y preciso antes de que cayera por las escaleras. Luego, lanzó el disco a la calle, Marinette al verlo corrió lo que le queda de las escaleras para tomar el disco antes de que un auto pasara. Miró con cuidado que no pasar un auto, por suerte el semáforo estaba de su parte al ponerse en rojo. Tomó el disco y examinó la caja que se había roto pero era reemplazable. Pero al volverse se encontró con Alix que le dio una fuerte bofetada.

-Esto es por burlarte de Nathaniel, y esto por ser una perra sin corazón, Fauxnette.- la empujó haciendo que cayera a la calle.

-¿Pero qué haces?- preguntó una voz cercana justo cuando Juleka apartaba a Alix tirándola al suelo sobre su trasero, y lista para darle una lección.- ¡Cuidado, Marinette!- era la voz de Marc que había tirado su libreta y la tomaba en brazos, ya que un auto no había respetado el semáforo. Marc la tomó pero el auto estaba tan cerca que cuando este freno para desviar sería un golpe seguro.

Algo los sujetó y empujó con fuerza. Juleka actuó a tiempo moviéndose rápida y evitando que el auto les causara grave daño, escuchándose el auto derrapar por la calle. Los Dupain-Cheng salieron de la panadería ante la conmoción y todo el mundo se acercaba para no dejar que el conductor se escapara y ver a los chicos.

-¿Están bien?- preguntó Juleka. Marinette estaba bien pero escuchó a Marc quejarse.

-Mi mano… me duele mucho.- Marinette vio con horror como sangre caía de su mano. Al sacarlos del camino, Marc no estaba en buena posición, y no sólo el auto golpeó su mano sino que al rodar por el suelo esta se lastimó y dobló en un ángulo opuesto.

-Tranquilo, déjame ver.- intentó quitar la manga pero Marc gritó.- ¡Llamen a una ambulancia! Marc, escúchame, mira a Juleka, yo voy a cortar tu manga y a ponerte un vendaje improvisado.

-No…

-Va a sangrar más si no lo hago. No mires.

Los padres de Marinette se unieron a ella, muertos de la preocupación se acercaron y se toparon con la escena de su hija usar sus tijeras de costura, del estuche que siempre llevaba con ella, en romper la manga de la chaqueta de Marc que estaba mojada por la sangre. Su madre ayudó a Marc a serenarse, ya que Juleka apenas y sabía qué decir. Tom le dijo a su hija no apretar tanto el vendaje, no lo haría pero Marinette hizo un gran esfuerzo de no llorar al ver la herida.

La única persona que se quedó estática en su sitio ante la situación fue Alix. Se había puesto pálida y sintió que su cuerpo no le respondía. Pero al sentir la presencia de alguien a su lado tuvo que reaccionar.

-Nath…

-¿Q-Qué pasó? ¿Por qué hay tanta gente?- Alix tuvo que esperar un momento antes de poder hablar.

-Un auto casi atropella a alguien pero…

-¿A quién?- Alix no podía responder.- Alix, ¿a quién?

-A Marinette, ¿ya?- estalló.- Lancé un tonto disco que tenía esperando que se rompiera y le dije algunas cosas pero Marc estaba allí y…

-¿Marc? ¿Cómo que Marc estaba allí?- escuchó un grito y Nathaniel sintió su sangre huir de su rostro. Fue corriendo hasta el lugar donde la ambulancia ya estaba llegando.- ¡Marc! ¿Qué fue lo que…? Oh, cielos.

-No te muevas, Marc, ya vienen los paramédicos.- insistió Marinette. Este asintió, y Nathaniel se inclinó a él. El olor a sangre era tan penetrante que sintió una arcada pero aguantó. Cuando los paramédicos llegaron, Marc sollozó al mover su brazo. El dolor era intenso y este le recorría el brazo entero.

-¡Esperen! Yo voy con él. Soy su amigo.

-Ma… Marinette.- dijo Marc.- Quiero que vaya Marinette también.

-Sólo podemos llevar a uno.- dijo el paramédico.

-Ve tú.- le instó Marinette a Nathaniel.- Yo les alcanzo luego.- Nathaniel lo agradeció con el alma y unos de los paramédicos le dijo el hospital al que lo llevarían. Nathaniel subió y desde adentro escuchó los gritos de Marc al retirar el vendaje. Cuando la ambulancia se fue, Marinette vio sus manos manchadas de sangre, sintió la imperiosa necesidad de lavarse, pero quería ir a donde Marc que había rogado por su asistencia. Las manos de su madre la calmaron.

-Ven, hija, vamos a lavarte y te llevaremos al hospital a ver a tu amigo.

-Sí, mamá…- de repente recordó el disco y al buscarlo con la mirada se encontró con pedazos de este en el suelo. Su corazón se rompió y vio a Juleka que notó el disco.

-Juleka, lo siento mucho… yo… yo no pude…

-Tranquila. Tu amigo te necesita.

Marinette asintió con pesar y sus padres la llevaron a casa, pero Juleka tenía otro objetivo. Fue a donde Alix, la muy pequeña perra se había escabullido de ella al empujar a Rose a un lado con el único objetivo de ir donde Marinette. Rose igualmente se pudo hacer daño pero eso no justificaba que falló en proteger a Marinette. Luka estaría furioso, no con ella pero eso no redimía su culpa. Fue a donde Alix y le dio una bofetada que casi la tira al suelo.

-Tú, pequeña rata. ¿Ves lo que has provocado?

-Juleka, para.- le suplicó Rose pero Juleka no le hizo caso.

-¿Por qué? Ella no paró cuando te empujó para ir donde Marinette, sé que ibas a seguir pegándole estando en el suelo. ¿Tan cobardes eres que golpeas a un caído?

-No tenía que suceder…- susurró Alix.

-Ya sé lo que esperabas. Pero el humillarla no estaba en tus planes solamente, querías lastimarla, querías que un auto pasara tal vez para asustarla o no. Igual hubieses pensado, "Ah, el auto la atropelló, qué bien, se lo merece". Ese hubiese sido tu pensamiento, ¿no?

-¡No! ¡Eso no es lo que quería!

-¿No? ¿Entonces por qué te ensañaste con ella en la calle y tú estabas cómoda en la banqueta?- Alix no pudo contestar, bajó la cabeza con lágrimas a punto de caer de sus ojos.- Eso creí. Vamos, Rose.- la pequeña rubia miró a Alix con clara tristeza y decepción. Siguiendo a Juleka sin mirar atrás ni un solo momento, sin saber que el castigo que ella tendría no se comparaba a esa bofetada.

Marinette detestaba los hospitales. Eran fríos y cargaban un aire lleno de tristeza. Miró a Nathaniel de reojo que no había alzado la vista de sus manos. Sintió tanta pena por su compañero de clases. Sabía lo que era Marc para él, un amigo, un compañero, quizás algo más. Marinette se levantó un momento para ir a la máquina expendedora que estaba a unos metros y compró una lata de zumo.

-Toma.- se la ofreció.- Creo que la necesitas.

-… Gracias.- tardó un poco en tomarla y la abrió, bebiendo el líquido frío que se deslizó por su garganta.

-Marc se pondrá bien. Estoy segura que usará una férula unas semanas pero estará bien.

-Era su mano de escritor, Marinette. ¿Cómo piensas que estará bien?- sonó tan agresivo que ella bajó la mirada.- Lo siento. Esto no es tu culpa.

-No es culpa de nadie. Fue un accidente.

-No… fue mi culpa.- Nathaniel intentó no llorar pero el esfuerzo era inútil.- Seguía enojado contigo por lo de la crítica y terminé por contarle a Alix. Ella siempre es muy protectora con sus amigos y conmigo más, así que sabía que iría a decir o hacerte algo… no la detuve y no pensé que terminaría así.- sollozó un poco más.- Lo siento mucho, Marinette. No quería que llegase a tanto.

Ella suspiró a lo bajo. Sería inútil e inapropiado decirle que ella no hizo nada de lo que él creía, nada más le quedaba quedarse allí hasta que los médicos salieran. Los padres de Marc todavía no llegaban y ellos eran los únicos contactos. Además, tenía la duda de si Nathaniel se disculpaba más por la carga de culpa que sentía por Marc que por lo que hubiese pasado a ella. No sabría si él estaría del mismo modo si hubiese sido ella la que hubiese salido lastimada.

-Marc estará bien. Te tiene consigo. Eres su mejor amigo, Nathaniel.

Para su sorpresa, este tomó su mano mientras seguía intentando no gimotear. Decía algo entre lágrimas pero no le entendía y no quiso preguntar. Dejó que apretara su mano buscando el apoyo que tanto necesitaba. Se quedaron así pocos minutos que les parecieron eternos hasta que una figura captó su atención por el rabillo del ojo. Luka se acercaba a ella en largas zancadas.

-Luka.- él la abrazó posesivo, casi con fuerza como si se asegurara que ella de verdad estaba intacta.

-Pensé que te había pasado algo…

-Luka, aguarda. ¿No deberías estar en cama? Seguro que todavía tienes fiebre.

-Ya estoy mejor. Y después de enterarme de lo ocurrido nada, ni siquiera los guardias o mi madre, pueden evitar que venga a por ti, ma muse.- ella sonrió conmovida. Sintiendo que otro pedazo de su corazón era depositado en las manos de él. Un doctor salió y al verlos se acercó a ellos.

-¿Ustedes son familiares del joven Anciel?

-Sus padres llegarán en unos minutos, pero ¿cómo está?- preguntó Nathaniel.

-Su muñeca sufrió una fractura y los ligamentos fueron dañados. Necesitamos someterlo a cirugía lo más pronto posible.

-¿Se recuperara?- preguntó Nathaniel.

-Puede que su movilidad quede perjudicada. Pero si se somete a rehabilitación podría recuperar un 80% de sus funciones o más. Todo depende de cómo tome la rehabilitación y su compromiso.- Nathaniel se veía destrozado. ¿Cómo iba a decirle a Marc todo eso? Sintió que la culpa de lo tragaba como uno de los monstruos de sus comics. Pero sintió una mano en su hombro y Marinette lo miraba con decisión.

-Va a estar bien. Sólo necesita el apoyo de sus amigos y familia. Que un número dicte lo que va a recuperar no significa nada.

El pelirrojo asintió, viendo en ella una luz que hacía mucho tiempo no veía y que no había visto en ningún otro. Ella estaba allí con él, la persona que le dio una terrible crítica, la que se burló de sus sentimientos, la persona hipócrita… ella NO podía ser la persona que escribió eso, ¿verdad? Sintió que volvía a respirar plenamente sin una carga sobre sus hombros pero con un claro pesar en su corazón. Pero dejando de lado la revelación o la duda recién sembrada, se juró a sí mismo que estaría con Marc en su recuperación. Y también, que dejaría de lado ese absurdo odio por la franco-china de una vez por todas.

-Gracias Marinette… y lo siento. Por todo.

Marinette y Luka salieron del hospital cuando los padres de Marc llegaron, los padres de Marinette tuvieron que irse antes pero Luka se alegró de ello al ser él quien fuese a acompañarla. El médico les explicó a los padres lo que tenían que hacer y de inmediato llevaron al joven a cirugía. El sol se estaba ocultando ya, y los colores azul, rojo y morado daban un toque triste y melancólico.

-¿Te llevo a casa?- preguntó señalando la motocicleta que ella no había notado. Asintió y tomó el casco que él le daba pero no subió al vehículo.

-Esto ha ido demasiado lejos.- dijo mirando su reflejo en el casco rojo.- Esta vez las mentiras de Lila no se reducen a simples malentendidos. Lastima a la gente y no le importa. Primero fue Rose, luego Mylene, ahora es Marc y Nathaniel. Y ese odio que todos me tienen por su culpa ha provocado esto… no sé cómo alguien puede siquiera dormir con todo lo que hace.- Luka la abrazó, acariciando su espalda para relajarla.

-Esto no es tu culpa, y no es la completa culpa de esa chica.- ella le miró con lágrimas a punto de caer.- Esto también es por la gente que le ha creído. Tus compañeros, ciegos ante sus palabras, se dejaron convencer y dejaron de lado a una persona que conocían de mucho tiempo, una persona que está aquí, con uno de los que le ignoraron, y que daría su corazón por evitar su tristeza.- sus dedos limpiaron con delicadeza sus ojos.- Eres una persona increíble. Y eres la persona que me alegra que la vida haya hecho conocer, pero debes tomarte un descanso, no salvarás al mundo hoy.- sus ojos azules brillaron para él.- Vamos a tu casa.

-Luka… sobre tu disco…

-Está bien. Juleka me dijo lo que pasó. No te preocupes. No es el único disco que existe así que no te agobies.

-Luka… ¿podrías quedarte esta noche conmigo?- este se sorprendió por su petición.- E-E que siento que no me gustaría estar sola y… ¡pero tienes fiebre! Y no quiero imponértelo, no quiero que vuelvas a enfermarte por mi culpa o que empeores. No podría vivir con eso…- balbuceó nerviosa y sintió un beso de Luka en su cabeza.

-Me quedaré. Espero que te guste tener a una pequeña serpiente en tu cama.- ella sonrió con un leve sonrojo en sus mejillas. Subieron a la motocicleta y se alejaron del lugar. Luka hablaría con ella acerca de la gala, por ahora necesitaba calmar su corazón y su alma. Y la ternura de ambos les ayudaría a pasar la noche tranquila.

Lila lo lanzó su teléfono desinteresadamente sobre su cama. Estaba cansada de leer los mensajes de lo ocurrido y cómo Alix se estaba flagelando por la culpa mientras las otras le insistían que todo fue un accidente.

Claro. Un accidente que pudo de una vez por todas haberle quitado a Marinette encima. Fue una lástima no haber estado allí y que ese auto no la hubiese golpeado. Sin embargo, podía bien usar la culpa de Alix para su beneficio. Tomó su teléfono y escribió.

No te culpes, Alix. El verdadero culpable de todo, aunque me duela decirlo, es Marinette. Sino hubiese sido tan mala antes nada de esto hubiese pasado. Cosechas lo que siembras, creo que así la frase, y Marinette ha terminado por lastimar a alguien inocente que nada más se vio envuelto sin querer en la situación. Sé que querías hacer lo correcto y lo hiciste, así que no te sientas mal. Incluso creo que deberíamos tomarte como ejemplo. ¿Qué les parece reunirnos mañana? Deberíamos ir al hospital para darle nuestro apoyo a Marc.

Los mensajes no se hicieron esperar. Alya de inmediato la apoyó y hasta apoyó la forma de actuar de Alix alegando que ella misma también hubiese hecho lo mismo pero con el puño cerrado. Nino la tranquilizó y apoyó sólo su idea de ir al hospital. Los demás apoyaron la idea y lanzaron comentarios despectivos contra Marinette. Con eso Lila sentía que dormiría a gusto toda la noche, sin notar que las únicas personas que ya no participaban en el chat eran Rose, Mylene, Iván y Nathaniel.

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer! Y el próximo castigado será sorpresa. Dejen review, nada de tomatazos, acepto bebidas de temporada o imágenes de nuestros personajes favoritos, y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!