Antes de leer: Este fic fue una comisión que le hice a la grandiosa Nino.

Adoré escribirlo y de paso aquí les demuestro como lo hago y me publicito las comisiones. Además, este fic va ligado a uno que escribí para el Izuocha week del 2018, pero no es necesario leerlo, solo deben saber que en este fic, Deku es quirkless, nunca obtuvo el OFA. Trabaja se bombero y periodista.


Desvaríos de un compromiso

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Deku estaba más nervioso que nunca.

Estaba sudando.

Sus manos le sudaban, las perlas de sudor corrían por su frente. Estaba seguro que sus axilas sudaban también.

Tal vez debería volver al departamento a cambiarse...

—Ni lo pienses —La voz tranquila de Shōto sonó tras de él, como si presintiera que el chico de cabello verde estaba intentando escapar de la situación—. Has pospuesto esto desde hace meses. Sólo vas a comprar el anillo, aun no le pedirás matrimonio —Izuku apretó sus ojos, podía sentir como su corazón latía a toda velocidad por los nervios.

Sentía que podía morir de los nervios.

—Pero... ¿Y si dice que no? —preguntó Izuku, nervioso. Eso rondaba siempre por su mente.

—Eso lo descubrirás después —comentó Shōto y empujó a su amigo hacia la joyería.

Izuku se estaba arrepintiendo de haberle pedido a Shōto que lo acompañara a escoger el anillo.

El héroe había aceptado enseguida, aprovechando que era su día libre para acompañar a su amigo.

Izuku nunca pensó que conectaría con el héroe mitad fuego mitad hielo, creyó que el héroe lo rechazaría, por su situación de quirkless como otros lo harían normalmente. Shōto venía de una familia sumamente tradicional, con los mejores quirks que podían existir, así que jamás pensó que serían amigos, pero al parecer su normalidad le daba seguridad a héroe.

—Créeme —Le había dicho Ochako cuando se lo fue a presentar, de hecho, cuando le fue a presentar a todos sus amigos héroes. Izuku sintió tan cohibido cuando lo aceptaron—. Shōto es menos frío de lo que parece. Solo... necesita cariño.

Izuku, como el ser amoroso que era, estaba dispuesto a brindarle todo el cariño del mundo a quién lo necesitara.

Eso hacían los héroes.

Aunque él no fuese uno.

Shōto estaba oculto de la gente, todo con la intención de no ser molestado al ser una figura pública. Tampoco, quería que salieran rumores de que estaba comprando anillo de compromiso cuando aún ni había sido pública su relación con Inasa. Así que usaba una chaqueta con capucha y unos lentes ocultando sus ojos.

Izuku creía que de esa forma podría hasta llamar más la atención, pero cuando se lo mencionó, su amigo solo le dijo: Estoy oculto, nadie debería verme.

Izuku lo dejó pasar.

El hombre que atendía, los vio entrar y compuso una sonrisa fingida, Izuku creyó que la apariencia de Shōto no daba buena espina así que decidió darle la sonrisa más confiada al hombre para que se tranquilizara.

Sin embargo, al llegar, no pudo decir palabra alguna.

—Queremos ver anillos de compromiso —dijo Shōto a su lado. El hombre lo miró detalladamente, pero no se movió.

—Todoroki —susurró Izuku. Su amigo lo miró, el hombre se puso nervioso—. Él tal vez crea que tú... —intentó hacerle una señal de que entendiera, pero Shōto era una persona literal, si no le decías lo que querías, no iba a entenderlo.

—Venimos a comprar un anillo —continuó Shōto hacia el vendedor, Izuku le dio una sonrisa nerviosa al hombre. Suspiró.

—Señor, no tiene de qué preocuparse, él es un héroe y no quiere que lo descubran —comentó Izuku. El hombre volvió a mirarlo y bajó su mano, Izuku notó que no estaba buscando el cajón de anillos.

No pasaron ni un minuto cuando la patrulla parqueó frente a la joyería. Izuku suspiró de cansancio y Shōto miró hacia la calle.

—Oh, creyó que yo...

—Sí.

La policía entró e Izuku levantó las manos. Por suerte no estaban en el terreno de patrulla de Uravity, porque Izuku no soportaría que ella se enterara de la situación.

Suspiró. La compra del anillo se extendería para otro día.

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—No pensé que estaría asustado —comentó Shōto para luego sorber su soba.

—Al parecer había sido asaltado más de una vez —Le dijo Izuku revisando su teléfono, encontrando varias noticias en donde la victima había sido la pobre joyería—. Debimos ser menos aterradores.

—Él debió ser menos paranoico —contestó Shōto. Izuku prefirió no decir nada. Siguió observando su teléfono, leyendo las noticias de héroes y reprendiéndose de haberse tomado el día libre en el periódico, puesto que estaba seguro que él hubiera tomado mejores fotos de su novia en acción.

Al mismo tiempo que Izuku estaba siendo registrado por la policía, Ochako había estado casi al otro lado de la ciudad derrotando dos villanos ella sola.

Ah, en verdad Izuku hubiera amado ver eso en primera fila. Le hubiera tomado miles de fotos para solo subir tres y quedarse el resto para él.

—Dejemos el anillo para otro día —dijo Shōto—. ¿Has pensando en dónde proponérselo? —Izuku quedó pensativo. Había pensado mucho eso. Tenía varios lugares fijos: Su casa, la ladera en dónde habían tenido su primera cita, o incluso en la boda de Katsuki y Eijirō que se acercaba en una semana.

Ochako era una chica muy simple, eso lo había aprendido Izuku con el tiempo. Le gustaba la economía a pesar de que ganaba bien como heroína. Así que las cosas eran simples para ella. Cositas y comidas hechas en casa por Izuku cuando ella llegaba agotada del trabajo. Nada costoso, nada extremo.

Izuku iba a pecar con el anillo.

—Aún no escojo lugar —respondió Izuku sonriendo a su teléfono al recibir el mensaje de Ochako.

Chako: Acabo de terminar de trabajar, voy a casa.

Yo: Estoy comiendo con Shōto. Termino y voy también.

Chako: Mmm... Llévame algo.

Yo: Ok, te quiero.

Chako: También te quiero.

—Ochako ya va a casa —informó Izuku. Shōto estaba revisando su teléfono también.

—Inasa también ya regresó —dijo él—. Yo pago esta —era difícil discutir con Shōto cuando de dinero se trataba. Si él decía que iba a pagar, lo haría.

Por eso también temía un poco que Shōto lo acompañara a buscar los anillos. Izuku conocía a su amigo, estaba seguro que si alguno le gustaba y no alcanzaba al presupuesto de Izuku, Shōto lo terminaría de pagar.

E Izuku estaría demasiado avergonzado.

Terminaron de comer, Shōto pagó y al final terminaron yendo cada uno por su lado.

En el camino, Izuku se concentró en la imagen de Ochako que tenía de fondo de pantalla.

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Ya en la puerta del departamento que compartía con Ochako, fue que se dio cuenta que se le había olvidado pedirle la comida para llevar a la chica, Había estado tan distraído, observando sus fotos a través del teléfono que se había idiotizado por completo. De igual forma no importaba mucho, puesto que Izuku amaba preparar comida para su novia.

Cuando abrió el departamento, se encontró con los zapatos de Ochako, sucios de lodo, en la puerta. La chica estaba en el sofá, en la salita, leyendo distraídamente un libro. Cuando Izuku pasó, ella le brindó una sonrisa.

Izuku ya iba a mencionar que iba a la cocina cuando se dio cuenta del golpe en el rostro de Ochako. No tardó en ir corriendo hasta donde su novia y tomar su rostro entre sus manos.

—¿Qué pasó? —Le preguntó. Ochako soltó una risita contenida por la forma en que el chico de cabello verde sostenía su rostro, con sus mejillas sobresaliendo.

—Es solo un golpe, Izuku. Algo normal en el trabajo —respondió ella brindándole una dulce sonrisa. Izuku la soltó, para sentarse a su lado.

—Perdón, es que... —La mano de Ochako se posó en su pierna y ella le brindó una dulce sonrisa.

—Te entiendo, Izuku. Pero estoy bien, he sido entrenada para esto —La confianza en los ojos de Ochako le daba a Izuku un calor en su pecho. Le dio una sonrisa y cerró los ojos cuando vio el rostro de Ochako acercarse.

El cálido beso de Ochako en su boca hizo que el corazón saltara de su pecho. El beso duró solo unos segundos, pero Izuku deseaba, no, anhelaba, sentir esos sirves labios más tiempo en su boca.

—Voy a prepárarte algo de comer —dijo Izuku. Ochako le sonrió y se separó. El chico se levantó del sofá y se dirigió a la cocina mientras la chica se volvía a centrar en su lectura.

Izuku comenzó a sacar algunas cosas del refrigerador mientras su cabeza comenzaba a tener varios pensamientos.

Él sabía que el trabajo de Ochako era peligroso, había estudiado no solo el lado lindo de los héroes, sino también el oscuro desde que se reveló la enfermedad de All Might. Izuku había vivido en una burbuja, creyendo que los héroes eran invencibles. Seres con poderes y entrenamiento, dispuestos a acabar con villanos y salvar a las personas con una sonrisa.

Izuku siempre quiso ser así.

Pero la realidad era otra.

Los héroes daban su vida por la gente.

Y no siempre salían victoriosos.

Sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas y miró hacia la salita, hacia Ochako. No sabía que haría si la perdía.

Se secó las lágrimas, justo en el momento en que ella lo miró. Ella le sonrió, su redonda cara inundada por grandes ojos marrones que Izuku veía hasta en sueños.

Amaba tanto a Ochako, a veces no creía que un quirkless, él, un ser muchas veces considerado inútil, pudiera ser amado por una mujer tan fantástica como ella.

No se lo creía.

A veces, cuando cerraba los ojos para dormir, creía que despertaría del sueño.

Sintió una lágrima correr por su mejilla y Ochako se levantó apresurada.

—¡Izuku! ¿Por qué lloras? —Izuku lloraba sin querer muchas veces. Se secó los ojos con el antebrazo y miró a Ochako.

—Es que te amo tanto —murmuró. Los ojos marrones de Ochako brillaron y sus mejillas enrojecieron. Acarició la mejilla de Izuku, secando la lágrima que corría por sus pecas y le brindó una dulce sonrisa.

—Yo también te amo muchísimo —Izuku solo acercó más su rostro a la palma de la mano de la chica y se sumergió en la caricia.

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Las flores rojas y naranjas daban un hermoso contraste al altar blanco. Izuku debía admitir que había sido una muy buena idea la combinación de colores, pues era algo que identificaba muy bien a los dos héroes protagonistas de esta velada.

Izuku se acomodó y tomó la fotografía. Él había sido el único periodista aprobado para fotografiar una de las bodas más esperadas de todos. Y es que tenía una ventaja sobre todos, desde el ser el novio de una heroína, amiga de ambos héroes, también el ser como un tipo de amigo-conocido-loquesea de Ground Zero.

Izuku miró la foto del altar y luego volteó a ver a los invitados. Acomodó la cámara y tomó la fotografía. Miró hacia las damas de honor, en donde estaban Mina y Ochako que le sonrió. Izuku tomó la foto y le devolvió la sonrisa a su novia, de repente el anillo en su bolsillo pesaba.

Había logrado comprar el anillo, armándose de valor y yendo solo, porque si iba con Shōto podría suceder lo mismo que la vez anterior.

Había planeado minuciosamente la propuesta. Kirishima iba a lanzar el ramo, las chicas se iban a apartar para que Ochako lo atrapara. Ahí, entraría Izuku, se arrodillaría y, esperando no tartamudear, le propondría matrimonio.

Se sentía listo...

Eso creía.

—Oye, nerd —La voz de Katsuki lo sacó de sus pensamientos. Izuku lo miró, no había cambiado mucho, seguía teniendo el mismo cabello rubio alborotado y los mismos ojos rojos intensos, ahora, una cicatriz adornaba su mejilla. Izuku había presenciado esa pelea, había sido impresionante.

—¿Qué pasa, Kacchan? —El apodo de la infancia ya no le molestaba al rubio.

—Espero que tomes las fotos a todos, no solo a cara redonda —Como si lo hubiera descubierto, Izuku se sonrojó—. Que no sea como la pelea de la semana pasada que solo hiciste tomas de ella —Izuku, nervioso se rascó la mejilla.

—Está bien. Está bien —la música comenzó a sonar y se supo que la boda comenzaría. Izuku se alejó del altar, colocándose a un lado del novio y comenzando a fotografiar la entrada.

Eijirō tenía el cabello rojo caído, hasta el cuello; usaba un traje blanco que contrastaba con el negro de su novio y en sus manos, había un ramo de flores rojas y naranjas, como todo en la boda.

Cuando llegó al altar le sonrió a Katsuki e Izuku supo enseguida que esa toma era la que más debía tomar.

Detrás de él, Denki, el padrino de Katsuki, estaba casi llorando.

Izuku le tomó una foto, sabiendo que el rubio estaría agradecido por eso, además, debía mostrar lo que las bodas hacían.

Lo colocaban sentimental.

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Las manos le sudaban cuando el momento llegó. Cuando todas las chicas se colocaron detrás de Eijirō para recibir el ramo.

Mina y Kyoka compartieron una mirada con Izuku y éste asintió. Se quitó la cámara y se la entregó a Tenya a su lado. Shōto le miró y asintió.

Todo estaba listo, nada podría fallar.

Izuku comenzó a temblar cuando Eijirō hizo el conteo para lanzar el ramo.

3...

2...

1...

El ramo fue lanzado, y las chicas comenzaron a apartarse...

Pero el ramo nunca bajó. Un viento lo sopló, llevándolo directamente en dónde estaba él, cayendo justamente en las manos de Shōto.

Hubo un pequeño estallido de las invitadas, y pronto, un hombre grande estaba de rodillas frente a Shōto, mostrando el anillo más brillante que Izuku pudo haber visto.

El corazón de Izuku cayó por un abismo y soltó el anillo en su bolsillo, tomó la cámara de las manos de Tenya y, con las manos temblando la levantó para tomar la fotografía.

Los ojos brillantes de la pareja mirándose, con amor.

Después de todo, era una celebración.

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Izuku aseguró el anillo entre su ropa, debía pensar en otro momento en que podía pedirlo, iba a tener que tomar la alternativa de la ladera.

Sí, al día siguiente en la tarde podría quedar con Ochako para proponérselo.

Izuku revisó su teléfono al sentir que le habían enviado un mensaje, ahora tendría que apagarlo y dejarlo en el camión puesto que estaba rumbo a un incendio.

Todoroki: Inasa pide disculpas por lo sucedido en la boda de Bakugō y Kirishima. Dice que no tenía idea de lo que ibas a hacer.

Yo: ¡No! No te preocupes, no es su culpa. Sólo ambos teníamos ideas parecidas.

Todoroki: Sí. Kaminari también tenía planeado pedírselo a Jirō. Al parecer hubo una fiebre de compromisos.

Izuku soltó una risita.

Yo: Sí, eso veo. Hablamos después, voy rumbo a un incendio.

Todoroki: Vale.

El camión se detuvo e Izuku dejó guardado su teléfono, se colocó el casco y salió dispuesto a comenzar a trabajar.

El incendio se situaba en un edificio así que los bomberos deberían comenzar a entrar para sacar a la gente con ayuda de algunos héroes. El capitán volvió y les indicó que se les acercara.

—Uravity está al mando de la situación, dice que el edificio le queda poco tiempo para caer, y ella es la que lo está sosteniendo. Aun no han encontrado la causa del fuego, así que hay que estar alertas y usar el radio por si ven algún villano —comenzó—. Nos dirigió a las entradas este y oeste. Midoriya, liderarás el grupo del oeste mientras que yo iré al del este —Izuku asintió y le indicó a sus compañeros asignados a su grupo que lo siguieran.

Ya tenía experiencia en este campo, ya tenía años trabajando con el departamento de bomberos, tanto, que lo volvió su trabajo principal, dejando su lado periodista como el de medio tiempo.

Siempre había amado salvar a la gente, y con esto, lograba cumplir sus sueños.

No era un héroe como All Might, pero aun así salvaba a las personas con una sonrisa.

Mientras iba al lugar donde le habían indicado, Izuku sólo miró de reojo a Ochako, escaneando rápidamente para notar que, por suerte, no estaba herida.

Sacudió su cabeza para despejarla, en el trabajo no podía haber distracciones ni dudas, siguió dirigiendo a sus compañeros hasta dentro del edificio.

Dentro, estaba todo hecho un caos. El calor no tardó en comenzar a asfixiarlo y comenzó a trabajar rápido.

Le indicó a sus compañeros subir a buscar a las personas, desde adentro, era más fácil apagar pequeños fuegos que podrían complicarle más la salida.

—¡¿Hay alguien aquí?! —gritó entrando a una habitación, extrañamente, se veía más intacta, como si el fuego no lo tocara.

—¡Aquí, ayuda! —La voz de una chica resonó e Izuku se apresuró a entrar para rescatarla.

Cuando entró, pudo ver a una chica rubia, casi de su edad, con el pie atorado en un trozo de madera caído. Izuku se dirigió enseguida a quitar el madero cuando la chica levantó los ojos y sus ojos amarillos brillaron— ¡Oh, mi héroe! —exclamó la chica, su voz era más chillona de cerca. Izuku le brindó una sonrisa nerviosa. Nadie lo había llamado héroe, nunca.

—¿Puedes levantarte? —Le preguntó. La chica negó con la cabeza e Izuku se dispuso a cargarla. Ella enseguida enredó los brazos en torno a su cuello y le brindó una gran sonrisa.

—¿Puedo saber el nombre de mi héroe? —pidió ella. Izuku soltó una risita mientras comenzaba a buscar la salida.

—Midoriya —respondió. La sonrisa de la chica se abrió más y luego, Izuku sintió un pinchazo en su cuello— ¡AGH! —exclamó. Sus piernas le comenzaron a fallar y, cediendo al peso del cuerpo de la chica, comenzó a caer. Cuando ya estaba de rodillas, la chica se levantó y sonrió a alguien detrás de él. Izuku no pudo girar a ver quién era, porque se sintió más ahogado, el humo lo estaba ahogando más... y más...

Antes de caer en el suelo, unos brazos lo sostuvieron por detrás, por debajo de sus axilas.

No pudo escuchar lo que dijo la chica, no pudo ver más nada que oscuridad.

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Ochako estaba agotada. Sostener un edificio no era fácil, pero ella sabía que debía hacerlo. Por suerte los bomberos estaban saliendo ya con los heridos. Ellos solos habían logrado sacar a casi todos, muchos con la ayuda de sus quirks, otros con más nada que sus brazos.

—¿Están todos? —preguntó Ochako al capitán. El hombre le hizo una señal de que esperara y comenzó a hablar por la radio que tenía pegada a su hombro.

—¡Midoriya! ¿Están todos bien en tu lugar? —preguntó por el radio.

No hubo respuesta.

—¡Midoriya!

Aun sin respuesta y el corazón de Ochako comenzaba a derrumbarse. El capitán también se veía preocupado y ordenó a uno de los bomberos a buscar al ala oeste. Ya iban en rumbo hacia allá cuando vieron a los bomberos del ala oeste salir con algunas personas en sus brazos.

—¿Por qué Midoriya no contesta el radio? —preguntó el capitán. Uno de los bomberos dejó a una mujer que tenía en brazos y miró extrañado al capitán.

—¿No está aquí? Midoriya nos acabó de decir que había salido.

—No, no ha salido.

Se pudo escuchar una parte del edificio cayendo. Ochako no podía mantenerlo más, y de paso, ahora la noticia de que Izuku no había salido, le hacía sentir que todo se estaba derrumbando.

De repente, no supo por qué, tal vez el tiempo que ya llevaba utilizando su quirk, pero se soltó del edificio y éste, ya habiendo aguantado tanto, comenzó a derrumbarse.

—¡No! —gritó Ochako, dispuesta a correr, entrar y salvar a Izuku que, sin duda, seguía ahí dentro. Pero no pudo, sus piernas no dieron para más.

Estaba demasiado agotada. Estaba demasiado cansada.

Frente a sus ojos, sin nada que hacer, con los otros bomberos a medio camino de buscar al bombero que faltaba, el edificio comenzó a derrumbarse.

Como todo en ella.

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—Es una buena carnada para Uravity —Una voz masculina resonó en la habitación en la que lo tenían. Izuku estaba completamente aterrado, nunca se había visto en una situación de rehenes y éste parecía ser más personal. Estaba sentado en una silla, atado de manos y pies, los ojos vendados y la boca amordazada.

—Ah, es tan lindo —dijo la voz femenina, la misma chica que lo había engañado—. Dabi, déjame cortarlo.

—No. Tenemos que tenerlo vivo para que Uravity venga. Es una suerte que sea quirkless, no contamos con la droga que disminuye los quirks —sintió unos pasos acercarse a él.

—Aaaww, es injusto que las heroínas se queden con los bocadillos más bonitos —dijo la chica, cerca de él y pasando su mano por su mejilla como una caricia. Izuku se sobresaltó, apartándose de la caricia. Intentó hablar, pero la mordaza no lo dejaba. Sintió que la quitaban e Izuku sintió que su boca se relajaba.

—¿Qu-qué quieren de mí? —preguntó, temeroso.

—¿De ti? —dijo la voz masculina— Nada. Sin embargo, de tu novia...

—Fuiste tan fácil de atrapar —susurró la chica a su lado—. Sin quirks, sin nada con qué defenderte, un blanco muy fácil —Un nudo se formó en la garganta de Izuku, tantos años trabajando en su autoestima, creyéndose a sí mismo, como le había indicado su terapeuta, de que ser quirkless no era nada malo.

Que ser quirkless no era un impedimento de hacer lo que amaba, salvar personas.

Que ser quirkless no era un impedimento de enamorarse y tener una relación con una heroína.

Pero ahora... estaba secuestrado, y lo utilizarían para llamar la atención de su novia.

Porque había sido un inútil y no había podido defenderse.

Inútil.

Inútil.

Las voces que alguna vez creyó apagadas volvieron a surgir.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar.

Era tan patético, llorando frente a los villanos.

La chica soltó una risita y se acercó a él. Las lágrimas ya habían comenzado a rodar por sus mejillas. Estaba aterrado. Se estremeció cuando sintió una lengua recorrerle la mejilla, bebiendo su lágrima.

—Ah... me encanta el sabor a miedo.

Izuku tembló.

No sabía que podría pasar ahora.

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No había cuerpo, así que todos estaban extrañados.

Izuku estaba desaparecido, Ochako trabajó más que nunca para encontrarlo.

—Buscamos el origen del fuego. Nada conectado, no hubo fuga de gas, nada —comentó el oficial de policía—. Así que lo más probable es que haya sido un villano, lo que nos dice que tal vez...

—Se hayan llevado a Izuku ¿no? —cuestionó ella.

Una parte de ella esperaba eso, pero otra parte estaba aterrada.

Pensar en Izuku, asustado e indefenso, en manos de los villanos, le dolía.

Ochako confiaba en Izuku y en su valentía, en su fortaleza de entrar en un edificio en llamas y traer consigo a dos personas en sus brazos. Pero había cosas con las cuales él no podía pelear, y un villano el cual probablemente su quirk era fuego, era uno de esos.

Estaba asustada, abrirían una investigación y Ochako esperaba poder encontrar a Izuku.

Lo necesitaba sano y salvo de nuevo en sus brazos.

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No sabía cuanto tiempo había pasado, lo habían soltado de la silla y lo habían encerrado en una celda.

Izuku estaba sucio, aún con su uniforme de bombero manchado de hollín y polvo; desorientado; sediento y con mucha hambre.

Habían dos villanos custodiándolo, uno de ellos había sido el que había creado el fuego, sabiendo que ellos eran el departamento de bomberos más cercano, que lo enviarían. Y ahí aprovecharían para llevárselo.

—Solo necesitamos cambiarte por algo de dinero —Le dijo el villano con una sonrisa, sus ojos azules brillando con burla—. No nos sirve mucho un inútil quirkless.

Izuku tragó en seco. Estaba cansado de ser tratado de inútil. Estaba cansado de todo.

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Hubo un día en que lo dejaron solo. E Izuku aprovechó para utilizar su mejor arma: su ingenio.

Comenzó a buscar primero los lados frágiles de la celda, entre las paredes y las mismas rejas para saber cómo escapar.

No tenía que pelear, pero si no le quedaba de otra, lo haría.

El lugar en donde estaba encerrado tenía una pequeña ventana al fondo, si lograba salir de la celda, podría ver a través de ella y descubrir dónde estaban.

Izuku conocía la ciudad entera.

Esperaba estar al menos en la ciudad.

Le habían dado un poco de agua luego de suplicar, pero aún no había comido nada y él esperaba tener al menos un poco de fuerza.

En su confinamiento, Izuku había comenzado a analizar todo:

Uno. Los villanos no estaban afiliados a alguna organización, dependían de lo que ellos obtuvieran. Probablemente fueran ladrones y se aprovecharon de que el novio de una heroína era fácil de capturar para ir con el plan del secuestro.

Dos. Éste parecía ser el primer secuestro que organizaban, aún no sabían cómo comunicarse con Uravity sin ser descubiertos, por lo tanto, si Izuku quería sobrevivir, debía actuar rápido.

Tres. El lugar en dónde lo tenían era un lugar abandonado. Parecía una cárcel abandonada e Izuku ya se estaba haciendo cabeza en dónde se encontraba.

Si se encontraba en la cárcel abandonada de la ciudad, a diez calles quedaba la agencia de Katsuki, así que si contaba con suerte podría caer en el radar de patrulla de alguno de sus amigos.

La cuestión era que también sería ideal entregar enseguida a los villanos, pero Izuku no sabía si estaba con suficientes fuerzas para correr mientras lo perseguían, y estaba seguro que si escapaba, los villanos se irían pronto de este lugar.

—Piensa, Izuku. Piensa —Se dijo. Tenía los nombres y el aspecto de los villanos. Pero nada hacían con ellos si no podían atraparlos enseguida.

Mientras Izuku aún pensaba qué hacer en ese aspecto, aún estaba buscando la forma de salir de la celda. Sonrió cuando lo encontró, la barra suelta y tiró de ella, con toda su fuerza hasta que ésta logró soltarse.

Izuku la tiró a un lado, de repente en su cabeza no estaba la preocupación de que no atraparan a los villanos.

En su mente estaban las ansias de escapar.

Sin la barra puesta, el cuerpo de Izuku pudo pasar, aunque con un poco de dificultad, entre éstas y salir.

Se dirigió a la ventana, que impresionantemente daba hacia la calle.

Cuatro. Los villanos no eran demasiado listos o eran demasiado confianzudos en su poder, y creían que Izuku al ser quirkless, no iba a poder salir.

Izuku levantó la ventana y se impulsó, saliendo enseguida a un patio solo, en dónde muros de concreto se alzaban y alambre de púas adornaban lo alto.

Sin embargo, Izuku sabía que había una pared rota y esa fue la que buscó.

No tardó en salir.

Cuando pudo ver la libertad frente a sus ojos, no le importó el siquiera pensar que los villanos volverían por venganza.

Solo quería volver a casa.

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Al parecer a Toga y Dabi los habían atrapado al otro lado de la ciudad mientras robaban. Si Izuku se hubiera mantenido en la cárcel, hubiera muerto de hambre.

Después de salir de la cárcel, Izuku casi corrió hacia el héroe más cercano y con lágrimas en los ojos, le contó lo que pasó. No tuvo que contarle mucho, al parecer su rostro ya estaba en los archivos de los héroes, como "al parecer desaparecido por villanos".

Izuku fue llevado de inmediato al hospital para que trataran su deshidratación.

Mientras era interrogado por la policía, Ochako interrumpió en la habitación.

Su rostro redondo estaba lleno de lágrimas. Y apenas lo vio no tardó en lanzarse a él.

Izuku sonrió mientras por su nariz volvía a entrar el aroma a flores de Ochako.

Cerró los ojos al sentir el corazón de ella latir firmemente sobre el suyo.

Se sintió tan bien estar con ella.

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Fueron dos días de recuperación e Izuku pudo volver a casa.

Ochako lo había esperado con una pequeña fiesta sorpresa con sus amigos y sus padres e Izuku estaba muy agradecido. Luego, cuando todos se fueron quedaron los dos nada más.

Fue cuando se sumergieron en besos y caricias. Cuando Ochako enredó sus dedos en el cabello verde alborotado y repartió suave besos por todas sus pecas mientras sollozaba.

—Estaba tan preocupada por ti —dijo la heroína y eso hizo que Izuku se detuviera. Su corazón estaba yéndose por un oscuro abismo.

Le dolía todo.

Se separó de Ochako, apenas sosteniendo su mano y evitando la mirada.

—Creo que deberíamos terminar —dijo. Ochako lo miró, sin entender.

—¿Qué? —cuestionó ella. Izuku no podía ni mirarla a los ojos. Temía ver decepción en ellos.

—Tú... tú eres una heroína. Y yo... yo solo son un quirkless. Lo villanos, ellos dijeron algo muy cierto. Soy un blanco muy fácil. Ellos planeaban usarme para sacarte dinero de una recompensa. Si seguimos juntos... solo seré una carga para ti.

—Izuku —La voz de Ochako era más fuerte y firme—. Mírame —Izuku cerró los ojos, evitando mirar a su novia. Ochako tomó su rostro entre sus manos e hizo que él la mirara, Izuku abrió los ojos encontrándose con una mirada marrón muy triste—. Izuku, escapaste tú solo. Por Kami, Izuku, analizaste los puntos débiles de dos villanos y trazaste un plan de escape. Tú solo ¿Sabes lo que se necesita para esto? ¿El valor que se necesita?

» Yo... estaba aterrada de lo que podría pasarte. Estaba asustada porque era un villano y todos, todos me decían que debía esperar. Todos me decían que era posible que te tuvieran asustado, porque eras quirkless. Y odiaba que me dijeran eso. Odiaba incluso que al comienzo me dijera a mí misma que debías estar asustado.

» Pero Izuku... tú eres fantástico. Eres un genio, eres analítico y, sobre todo, muy valiente. Lograste salir de esto tú solo y estoy muy admirada y muy orgullosa de ti.

Izuku estaba llorando. Las lágrimas corrían por sus mejillas por todo lo que su novia estaba diciendo.

Se sentía muy conmovido, en verdad.

—Ocha...

—Eres realmente fantástico, Izuku. Callaste la boca de muchos con esa hazaña que hiciste. Asi que jamás, nunca vuelvas a decir que eres una carga para mí ¿Correcto? —Izuku asintió. Ochako soltó una risita secando sus lágrimas y acercando su rostro para besarlo.

Izuku se sumergió tanto en ese beso que se le olvidó todo.

—Oye —murmuró Ochako pegada a sus labios.

—¿Hmm? —preguntó Izuku.

—¿Ya viste mi mano? —Izuku dejó los labios de la heroína para bajar su mirada hacia la mano de ella. Se sonrojó cuando vio que ella usaba el anillo que le había comprado para proponerle matrimonio—. Lo encontré entre ropa —murmuró ella observándolo, luego volvió a mirar a Izuku que estaba rojo.

Ochako soltó una risita y volvió a juntar sus labios con los de él.

—Sí.

Izuku suspiró de tranquilidad. Envolvió sus brazos en torno a la heroína y la tumbó sobre él en la cama. Ochako soltó una risita y rozó su nariz con la de él.

—Te amo —Le susurró la heroína.

—Te amo —respondió Izuku.

Y ambos se sumergieron en la piel del otro, como siempre lo habían hecho y como siempre lo harían de ahora en adelante.


Nota: Espero que les haya gustado. La verdad es que este AU es de mis favoritos, y en verdad ADORÉ escribirlo y espero que les haya gustado a ustedes :")

Los quiero mucho.

My Hero Academia © Kohei Horikoshi