Disclaimer: los personajes de Twilight le pertenecen a Stephenie Meyer. La autora de esta historia es LyricalKris, yo solo traduzco con su permiso.


Outtake – Parte 3

Bella se despertó chillando.

En realidad, se despertó con un grito. Los chillidos habían estado en su cabeza. Sus pesadillas.

—Estás bien, cariño. Te tengo.

Bella gruñó, pero se movió ciegamente hacia el abrazo de Edward. El miedo no la había dejado; ella no estaba completamente segura en dónde estaba todavía, pero sabía que estaba segura en sus brazos.

—Mierda —murmuró unos minutos después cuando su corazón había vuelto a la normalidad. Ella suspiró y descansó su cabeza sobre el pecho de él—. ¿Sabías que le dices exactamente lo mismo a Katie cuando tiene una pesadilla?

Edward apartó el cabello de su rostro.

—Bueno, las dos son mis amores. —Acarició su mejilla y le levantó la cabeza—. Y te tengo. —Besó su frente y dejó sus labios allí—. ¿Quieres contarme qué era?

—No sé por qué está pasando esto. Han pasado años desde que he tenido pesadillas así.

Edward frunció los labios.

—¿En serio? ¿No sabes por qué está pasando? —Rozó sus dedos por el brazo de Bella, dejando cosquillas. Posó su mano sobre el vientre abultado—. Creo que tengo una idea. —Besó la punta de su nariz—. ¿Entonces fue James otra vez?

Bella se estremeció y asintió. Ella colocó una mano sobre la de él y cerró los ojos con fuerza mientras una ola de protección la inundaba.

—Él estaba de pie sobre mí otra vez. —Inhaló y exhaló, tranquilizándose—. Y estaba por lastimarme a mí y a mi bebé.

Edward se apartó, y ambos se movieron hasta que ella se encontraba en sus brazos, su espalda contra su pecho. Él metió sus manos por debajo de su camiseta. Bella se echó hacia atrás, más calmada y contenta con el pasar de los minutos. Edward era demasiado adorable con su embarazo. Él tenía razón. Ella sabía por qué estaba teniendo pesadillas sobre James. No eran fantasías retorcidas—eran recuerdos. Su primer embarazo había sido un momento desesperadamente solitario y aterrador.

—No voy a dejar que nada malo te pase —dijo Edward, besando su mejilla—. Ni a ti o a Katie, ni a nuestro pequeño alíen.

Bella recordaba lo sola que se había sentido en la casa de su madre, cómo se había quedado despierta muchas noches, echa una bola con sus brazos alrededor de su vientre. Ella solía hablarle a su bebé, imaginaba que estaba allí con ella, su cuerpo pequeño y su gorgojeo feliz llenando el vacío que había sentido.

Inclinó su cabeza sobre el hombro de Edward. No. Esto era todo lo contrario a lo que había sido su primer embarazo. Mientras que ella sentía dolor por lo que su aislamiento le había costado, no podía afligirse por ello. Ya no estaba sola. Ella tenía una familia increíble, ambas, su pequeña familia y su sistema de apoyo. Todos cuidaban de ella, de Katie, y de su bebé.

~0~

Era imposible no tener dudas, remordimientos, y resentimientos en una situación como la de ellos. Edward se recordaba a sí mismo con frecuencia que había resultados positivos de lo había pasado. Le gustaba creer que hubiera podido darle toda la ayuda que Bella necesitaba, pero eso probablemente no fuera verdad. Si ella le hubiera dicho que estaba embarazada de Katie, puede que jamás hubiera encontrado a su padre, jamás hubiera descubierto lo que era recibir el amor incondicional y el apoyo de un padre. Su madre y su padrastro habían roto su psiquis. Todo eso podría no haber sido tratado, y ella podría no haberse convertido en la gran madre y compañera que era ahora.

Aun así, lo irritaba. Sí, los años en el medio los había convertido en mejores adultos, y mejor para el otro, pero aun así había perdido seis años de la vida de su hija. Nada podía deshacer eso.

Pero este embarazo había ayudado mucho a curar viejas heridas. Podía estar irritado todo lo que quisiera, pensando que hubiera sido el compañero perfecto durante su primer embarazo, pero ahora podía vivir esa realidad.

Últimamente, Bella había estado obsesionada con queso procesado y desagradable—del tipo que venía en paquetes individuales. Él había ido con un compañero de trabajo a almorzar a Costco y había comprado un gran pedazo de la cosa.

—Vas a amarme demasiado ahora mismo —dijo Edward al entrar por la puerta.

Bella arqueó una ceja en su dirección.

—¿Ahora mismo? No creo que sea una buena idea. No queremos traumatizar a nuestra hija con escapadas sexuales en público.

Antes que él pudiera responder, la hija en cuestión finalmente notó que había vuelto a casa.

—¡Papiiiiiiiii! —llamó alegremente mientras corría bajando las escaleras.

Por supuesto. Él acababa de interrumpir la hora de la tarea. Era un héroe.

Abrió los brazos así Katie podía saltar hacia ellos. En vez de soltarlo rápidamente, ella envolvió sus brazos y sus piernas alrededor de él. Ella estaba algo demandante estos días. Nada muy drástico; solo momentos como estos donde solía estar más apegada. Ella había sido la estrella de su mundo toda su vida, primero con Jasper y Emmett, y luego cuando se unió a la familia de Edward y Bella. Ella estaba acostumbrada a ser la única. La única niña. La única nieta, todo era mucho más especial por su situación única.

Era normal, Edward notó, y a él le gustaba los abrazos de más.

—Adivina qué —dijo Katie, soltándolo lo suficiente para poder verlo a los ojos mientras él la llevaba a la sala.

—¿Qué?

—Elegí un nombre para mi hermanito.

Ellos habían descubierto que iban a tener un varón la semana pasada. Katie quería ponerle el nombre. Ellos llegaron a un acuerdo que cada uno—Edward, Bella, y Katie—elegirían un nombre y que decidirían a partir de ahí.

—No me dijiste que habías elegido un nombre —dijo Bella, revolviendo el cabello de su hija mientras Edward la bajaba sobre el sofá.

—Acabo de decidirlo.

—¿Cuál es? —preguntó Edward, sentándose al lado de Bella y envolviéndola con un brazo.

Katie inclinó su cabeza.

—¿Tienen elegidos sus nombres? Creo que quiero escucharlos todos al mismo tiempo.

Edward miró a Bella y arqueó una ceja. También tenía curiosidad sobre eso. Sabía que, si Katie hubiera sido varón, ella había querido nombrarlo Edward, pero él había puesto fin a eso esta vez. Prefería que los bebés tengan sus propios nombres, únicos en la familia.

—Estoy lista si lo están —dijo Bella.

—Tú primero, mami. —Katie rebotó en su lugar.

—Me gusta Xavier.

Edward arqueó una ceja.

—¿Cómo el X-Men?

—Sí. —Sonrió, sonrojada—. Me solía gustar la caricatura. Los veía cuando era joven. El profesor era sabio, pero podía patear traseros cuando lo necesitaba.

Un recuerdo raro y feliz de su infancia, reconoció él, y le dio un apretón a su mano.

—¿Qué tal el segundo nombre?

—Xavier Cameron. Me gusta Cameron. No sé por qué.

—Cameron es raro —dijo Katie, arrugando su nariz—. Conozco a una niña y a un niño Cameron. Es por eso que es raro.

Bella se cruzó de brazos.

—Puf. Creo que es lindo. Está bien si es un nombre de niño y niña.

—Es lindo. Solo que raro. —Katie le dio a su madre una palmadita consoladora.

—Me gusta —dijo Edward, abrazando a Bella. Amaba que Bella y Katie pudieran meterse en fantasías hermosas.

—¿Qué tal tú, papi? ¿Qué elegiste?

—Mmm. —Edward se frotó la barbilla. Era extraño cómo casi se sentía protector por un nombre. Como si el nombre viniera atado al bebé que casi podía sentir en sus brazos, y si perdía el juego de los nombres, podría perder el bebé—. Rowan Charles Cullen.

—¿Charles? —preguntó Bella con ojos brillosos.

—Sé lo que dije que no me gustaba la idea de nombrar a un niño por alguien en nuestras vidas, pero es un segundo nombre. —Acarició la mejilla de Bella—. Estoy muy feliz de que lo hayas encontrado, Bella, y que te ame demasiado.

—Sí —respondió ella—. Me gusta eso. —Tomó aire profundo—. Rowan suena a un héroe de fantasía.

—Eso creo. —Él meneó sus cejas hacia ella, y ella llevó una mano hacia el pecho de él.

—Nuestro pequeño aventurero —murmuró, girando hacia Katie.

Katie llevó sus pies sobre el sofá y se movió así miraba a sus padres.

—Pensé que sería genial si él tuviera un nombre científico. Porque voy a ser una científica, así que quizás él pueda serlo también.

Edward asintió, escondiendo una sonrisa.

—Claro. Todo lo tiene el nombre.

Ella lo miró con desdén.

—Bueno, no, papi. Solo porque tenga un nombre de científico no quiere decir que será un científico. Él es su propia persona.

—Oh, sí. Es verdad. Lo siento.

—Como sea. Realmente no me gustan los nombres de los genetistas, excepto por el de Nino Jasper, y no puedes llamarlo así.

—Claro —dijo Bella, luciendo entretenida.

—Así que me gusta Nikola. Como Nikola Tesla. Nikola Galileo —dijo Katie con orgullo.

Edward levantó sus cejas.

—Galileo. Ese es un gran nombre.

Katie frunció el ceño.

—Galileo es mi favorito. Y es solo un segundo nombre. Creo que es genial.

—Es genial. —Nikola tenía algo de mérito, después de todo, y a Edward y Bella le gustaban los nombres únicos.

—Creo que deberíamos preguntarle a mi hermano —dijo Katie. Ella se bajó del sofá y descansó su cabeza cerca del vientre de Bella. Ella había comenzado a hacer esto después de ver a Edward hacerlo, y frecuentemente le hablaba a su hermanito. Ella le dio un golpecito a Bella—. ¿Hola allí? ¿Nos dirías tu nombre? ¿Te gusta Nikola Galileo?

Después de un momento, Katie le echó un vistazo a Bella.

—¿Se movió?

Bella pasó una mano por el cabello de Katie.

—Creo que está durmiendo ahora mismo.

—Quizás simplemente tienes que escuchar. —Edward se arrodilló sobre el suelo y levantó la camiseta de Bella para apoyar su oído contra su piel—. Hola, amigo. ¿Eres Xavier, Rowan, o Nikola?

Apoyando su oreja contra el otro lado de Bella, Katie rio.

—Mami, tu estómago está hablando.

—¿Acaso has considerado que quizá sea tu hermano? Quizás no es un bebé, sino un monstruo marino.

—Guácala. Eso es asqueroso.

Bella rio, y a Edward le gustó escucharlo a través de su piel. Él sintió los dedos de ella en su cabella y movió su cabeza para verla sonreírle.

El pasado ya no importaba. Su presente y su futuro lucía increíble.

~0~

—¿Están seguros que no puedo ir con ustedes? —Katie hizo un puchero mientras miraba a Jasper—. Puedo ayudar.

Jasper sonrió.

—Sé que podrías, amor, pero creo que deberíamos ser solo Emmett y yo esta vez. —Se acercó y le dio un suave apretón en la rodilla. Había sido una decisión difícil, Katie siempre sería su hija en sus corazones, pero era justo para se establezca una línea clara. Katie sería una persona especial en sus vidas, pero ella ya no era lo mismo. Ella ya no era parte de su familia—. Pero creo que es genial que estés emocionada.

—Bueno, sí. Podría decirle a él o ella que es genial estar en la casa de ustedes. Que van a muchos museos y que el Nino Emmy es muy gracioso. Y que eres muy inteligente.

—Oye —dijo Emmett desde el asiento del conductor—. ¿Eso significa que no soy inteligente?

—No. Eres inteligente, pero no del mismo tipo. Ser un policía no es lo mismo que ser un científico, eso es todo. Pero sigue siendo muy genial.

—Gracias por tu voto de confianza, niña.

Al día siguiente, Jasper estaba tan nervioso que no podía sentarse quieto mientras conducían hacia el parque donde el evento estaba siendo llevado a cabo.

—Parece raro elegir a un niño afuera mientras vas a la laguna.

Emmett se encogió de hombros.

—Es solo el medio para un fin, cariño. Muchos de esos niños han estado en el sistema por mucho tiempo. Si hay una posibilidad, ellos necesitan tomarla. Además, funciona. Es más fácil adoptar a un niño cuando tienes una conexión, ¿sabes?

—Lo sé. Es solo una de esas cosas. Deseo que ninguno de ellos haya llegado hasta este punto, pero si no fuera así, no tendríamos esta oportunidad.

Se detuvieron en un estacionamiento, y Emmett tomó la mano de Jasper. La llevó hacia sus labios, mirando a los ojos de su marido.

—Lo tenemos —dijo.

Jasper se estremeció. Estaba asustado, pero como siempre, estaba más calmado cuando recordaba que Emmett seguía allí a su lado.

—Por supuesto que sí.

Bajaron del coche y su asistente social los registró en el evento. Una vez que ella se aseguró que no tuvieran dudas, los dejó libre para dar vueltas.

Era más desgarrador de lo pensado. Niños de todas las edades estaban dispersos por todo el parque. Algunos de ellos simplemente jugaban, despreocupados como debería estar cualquier niño. Otros estaban observando sus alrededores con cuidado.

Por lo que Jasper entendió de su conversación con la asistente social, estos tipos de eventos podían ser estresantes para los niños. La mayoría de ellos estaban expuestos. Los niños menos cansados hacían un show, intentando ser más atractivos para posibles padres. Algunos niños más grandes, que se habían atrevido a soñar antes solo para ser decepcionados una y otra vez, daban vueltas por allí, intentando lucir como si no les importara tanto como si lo hacían.

Jasper tomó la mano de Emmett y le dio un apretón, necesitando el consuelo. Había demasiados niños aquí necesitando un hogar. Muchos rostros asustados y ansiosos. Niños hermosos y no deseados. Quería ayudarlos a todos.

Mientras caminaban, Jasper comenzó a preguntar cómo se suponía que funcionaba esto. ¿Era como elegir un cachorro de la vidriera? Su madre le había dicho que fuera sin expectativas. El que se acerque a ti, que interactúe contigo, ese es tu perro.

Los niños no eran mascotas, y Jasper no estaba seguro de por dónde comenzar.

Ellos habían dejado de caminar. Jasper apartó su mirada de una niña pequeña que se parecía mucho a Katie, y se giró para ver hacia dónde miraba su marido. Él miraba a un par de niños preadolescentes y huraños sentados en una mesa de picnic, aislados del grupo. Emmett miró a Jasper y arqueó una ceja.

Antes que Jasper pudiera asentir su consentimiento de que podían ir a hablar con los chicos, algo muy pequeño chocó contra sus piernas.

—Uf —dijo una pequeña voz, y Jasper bajó su mirada para ver a una niña morena y de ojos marrones sacudiéndose. Estaba vistiendo un lindo vestido, pero estaba arrugado y con algo de tierra como si hubiera estado rodando sobre la tierra recientemente.

—Oh, cielos. ¿Estás bien? —Emmett preguntó mientras la niña se ponía de pie.

La niña levantó la vista y sus ojos se ensancharon. Ella echó hacia atrás su cabeza para poder verlos.

—Wow. Son altos. —Sus ojos se ensancharon incluso más mientras se concentraba en Emmett—. Y enorme.

Jasper sonrió.

—¿Estás bien? —repitió por su marido—. Estás sangrando. Creo que deberíamos echarle un vistazo.

—¿Eh? —La niña miró hacia abajo y extendió una pierna frente a ella para mirar. Ella se balanceó, y Jasper tuvo que detenerse para no contenerla—. Oh, eso no es nada. Ni siquiera duele.

Antes que alguno de ellos pudiera decir algo más, un niño alrededor de la edad de la niña—quizás mayor—vino corriendo. Lanzó un brazo por encima de los hombros de la niña y sonrió a Jasper y Emmett.

—Hola, soy Félix. Yo y Heidi somos mejores amigos. ¿No, Heidi? —Hizo cosquillas a la niña mientras hablaba.

De repente, la expresión en el rostro de Heidi cambió. Ella gruñó y se lanzó hacia el chico. A pesar del hecho que él era gigante y ella simplemente una pequeña cosa, ella lo derribó. Comenzaron a luchar y gritarse entre ellos.

Jasper se sobresaltó, algo asombrado, y Emmett dio un paso en su dirección. Una de las asistentes sociales gritó sus nombres. Antes que alguno de los adultos pudiera interceder, otro niño—uno mayor—corrió hacia ellos. Tomó a Félix de los brazos y lo puso de pie.

—Oye, ¿por qué hiciste eso? —él demandó—. Sabes que a ella no le gusta eso.

El niño se dio vuelta y tomó a Heidi en sus brazos. Ella automáticamente escondió su rostro en el cuello de él. Este miró a los adultos.

—No fue su intención, lo juro. Ella le dijo a Félix antes que no le hiciera cosquillas. A ella no le gusta, eso es todo. —Miró hacia Jasper y Emmett—. Es una buena niña. En serio.

La asistente social suspiró y se volvió hacia los hombres.

—Demetri, Félix y Heidi están en el mismo hogar de acogida junto con otros tres niños. —Ella inclinó su cabeza, escaneando el parque como si los estuviera buscando, pero se rindió después de un momento—. Heidi y Félix no siempre se llevan bien.

—Solo estaba haciéndole cosquillas, Srta. Ramos —dijo Félix, fulminando a Heidi—. Fue solo una cosquilla. Para hacerle reír.

—¡No me gusta! —Las palabras de Heidi fueron amortiguadas contra el cuello de Demetri.

—Él solo intentaba jugar contigo, Heidi —dijo la asistente social.

Emmett carraspeó. Se dio un paso cuidadosamente cerca de Demetri y Heidi, y acarició el cabello de la pequeña suavemente.

—¿Sabes qué creo?

Ella levantó su cabeza, mirándolo incrédulamente.

—Creo que no importa si él intentaba hacerte reír. Si no te gusta lo que alguien hace, no creo que deberían hacerlo. —Emmett echó un vistazo a la asistente social—. Es su cuerpo. Si ella no se siente cómoda cuando le hacen cosquillas, Félix no debería hacerlo.

—Pero… —comenzó Félix, pero la asistente social levantó una mano.

—Vamos, Félix. Hay una pareja por allí que está buscando niños como tú. —Ella sonrió débilmente hacia Jasper y Emmett antes de alejarse con Félix.

Demetri emitió un sonido contrariado mientras miraba a la asistente social irse. Volvió hacia Emmett y sonrió, entonces miró a Heidi.

—Me gusta lo que él dijo. Le dijiste a Félix antes que se detenga, y debería haberlo hecho. Sabes que Carmen lo hubiera detenido.

—¿Quién es Carmen? —Jasper preguntó gentilmente.

Demetri le sonrió.

—Ella es nuestra madre de acogida. Una buena señora. —Se sentó con Heidi en su regazo.

El ánimo de ella cambió. Se encontraba presionada contra Demetri, observando a Jasper y Emmett.

—¿Creen que soy una niña mala?

Jasper se acuclilló así podía verla.

—Creo que hay otras formas de manejar las cosas en vez golpear a alguien, pero no. No eres una niña maña. Parece que Félix no sabe cómo mantener sus manos quietas.

Heidi asintió, sus ojos abiertos de par en par y tristes.

—Simplemente no me gusta —dijo ella, volviendo a esconder su rostro.

—Eso está bien. Lo entiendo.

—¿Es tu hermana? —Emmett le preguntó a Demetri.

Demetri parecía algo sorprendido por la atención y, otra vez, sonrió.

—Oh, nah. No de… sangre o algo. Ella vive en mi casa ahora. —Sonrió aún más—. Por eso es que sé que es una buena niña. —Acarició la mejilla de Heidi con su nariz, aparentemente ella confiaba en él lo suficiente que comenzó a reírse en vez de alterarse—. Heidi-Idaho, muestrales tu truco.

Ella volvió a agachar su cabeza y la sacudió.

—No, no les va a gustar.

—Estoy seguro que sí —dijo Jasper.

Heidi los observó, pero bajó del regazo de Demetri. Abrió sus manos.

—¿Ven mis manos? —dijo, mostrándolas primero a Jasper y luego a Emmett.

Ambos asintieron y ella dio vuelta sus manos por si acaso. Cuando estuvo satisfecha que su audiencia haya examinado sus manos, las volvió a dar vuelta, develando una pequeña moneda. Jasper y Emmett hicieron un show, jadeando sorprendidos y emocionados. Heidi sonrió con felicidad.

—¿Cuántos años tienes? —preguntó Emmett.

—Cinco —respondió Heidi. Movió una mano hacia atrás y le dio unas palmaditas a la rodilla de Demetri—. Y él es Demi. Tiene trece. Eso es casi ser adulto, pero sigue necesitando una familia para siempre. Porque se supone que los papis y las mamis te aman para siempre, incluso aunque seas grande.

Demetri revolvió su cabello.

—No te preocupes por mí, pequeña. Ellos quieren cositas adorables como tú, no niños grandes como yo. —Se encogió de hombros en dirección a Jasper y Emmett—. No te preocupes. Sé cómo funciona. Heidi es la niña más asombrosa. En serio. He vivido con muchos malcriados, ¿cierto? Ella es genial.

Charlaron por un rato, y Jasper no se sorprendió cuando su marido se volvió hacia él mientras se alejaban.

—Sí —dijo él antes de que Emmett dijera algo.

La sonrisa de Emmett fue cegadora.

~0~

—Demetri es muy protector con Heidi —explicó su asistente social, no la misma mujer que había apartado a Félix. Ella hizo una mueca y les sonrió con tristeza—. Él se enteró que ella había sufrido un trauma parecido a lo que él sufrió, y comenzó a cuidarla. Ella tiene unos problemas de ira en algunas ocasiones, del mismo tipo que vieron cuando alguien la toca de una forma que a ella no le gusta, y él ha sido eficaz en calmarla.

La mujer se animó al mirarlos.

—Pero no es tan malo. Ella ha estado trabajando con una terapeuta que es muy optimista. Con un poco de amor y consistencia, Heidi estará bien sin Demetri. Ella es una buena niña la mayoría del tiempo.

—No nos entendió —dijo Emmett, echando un vistazo a Jasper, y luego a la mujer frente a ellos—. Queremos a los dos.

—Yo… ¡Oh! —Ella les sonrió enormemente—. Oh, por… Lo siento. Eso no era lo que esperaba.

—Asumiendo que es una buena combinación, por supuesto —dijo Jasper—. El… trauma que los dos sufrieron. ¿Cómo les afectaría vivir con dos hombres?

—Bueno, ellos no tienen problemas con su padre de acogida. Demetri ha estado en el sistema por más tiempo. Ha tenido un problema ocasional con un padre de acogida o con un hermano, pero creo que eso tiene que ver con que… bueno…

—Él es gay —dijo Emmett.

La mujer se sonrojó, pero sonrió de nuevo.

—Sí. Y por lo que le pasó, eso genera algo de confusión. —Ella inclinó su cabeza, acariciando su barbilla—. Quizás eso los hace una buena elección. Sería bueno para él tener dos modelos a seguir en su vida.

Emmett y Jasper se miraron de nuevo, la emoción y la esperanza creciendo fuertemente. Emmett intentó calmarse—la esperanza era algo peligrosa—pero no podía seguir esperando.

—¿Cómo hacemos que esto pase? —le preguntó a la asistente social.

~Dos meses después~

~Katie~

—Están aquí, están aquí, están aquí. —Katie dio saltitos en la sala, llena de emoción—. ¿Está listo mi hermanito bebé?

Su madre arqueó una ceja hacia ella y bostezó. Mami siempre estaba cansada. El hermanito bebé lloraba toda la noche.

—Cálmate, Katie —dijo—. Vas a asustar a los pobres niños.

—Ya los he conocido. —Mami también se olvidaba de muchas cosas. Pero la abuela había dicho que Katie necesitaba ser paciente con mami y con papi y el hermanito bebé. Dijo que el bebé solo tenía dos semanas, y era agotador—. ¿Recuerdas que te lo dije? Demetri carga a Heidi a todos lados. Ella es una bebé, pero quizás Tyler pueda jugar con ella.

Bella bufó.

—Cariño, no eres mucho más grande que ella.

Katie se encogió de hombros. Eso era algo ridículo de decir. Ella no estaba ni de cerca de tener cinco.

—Dijiste que te agradaba Heidi —dijo su padre, entrando en la habitación.

Katie se volvió a encoger de hombros.

—Ella es muy hermosa. Me agrada Demetri. —Fue hacia donde estaba su madre cambiando al hermanito bebé en el sofá, y le hizo cosquillas en el estómago de él. A ella le gustaba cuando pateaba así sus piernas—. Creo que es genial que Heidi tenga un hermano mayor. A él le gusta cargarla a todos lados. —Sacudió su cabeza—. Como sea. ¿Están todos listos?

—Sí —dijo Edward, envolviéndola con un brazo—. Pero están en el fondo. No quieren abrumar a los pobres niños.

—Ellos pueden lidiar con eso. Son fuertes —dijo Katie. Eso era lo que Nino Emmy había dicho sobre ellos. Eran niños fuertes. Pero no de mala forma. No eran malos. Él solo quiso decir que habían pasado por muchas cosas malas. Pero ahora estaban aquí, y Katie les había dicho que Emmy y Jasper jamás dejarían que les pasara algo malo. Ellos eran buenos papis—. Voy a saludar.

—Katie… —dijeron su mamá y su papá, pero ella ya estaba saliendo por la puerta. Se dirigió hacia la entrada del coche justo cuando Demetri estaba bajando.

—Hola, Demi —dijo, gustándole el nombre que usaba Heidi con él.

—Hola —dijo él. Parecía más callado que antes. Como si estuviera asustado. Él miró hacia la puerta.

—Todos están aquí —comentó Katie, echando un vistazo alrededor de él, donde Heidi estaba luchando con el cinturón de su silla. Jasper había salido para ayudarla—. Todos vinieron. Incluso el abuelo Charlie y mis tíos y mi tía. Mi tío Tyler es más pequeño que yo. ¿No es raro? Y…

Nino Emmy llevó una mano hacia su boca.

—Cálmate, Katie —dijo él. Sonaba divertido—. Es mucho para Demetri y Heidi.

Heidi, en ese momento, caminó hacia el otro lado del coche. Levantó sus manos y Demetri la cargó, abrazándola. Katie se preguntaba si él era lo suficientemente fuerte como para cargarla a ella. Quizás podría preguntarle luego.

—Ella ha estado muy emocionada por hoy —dijo papi. Él la había seguido afuera. Mami estaba detrás de él y eso hizo feliz a Katie.

—Mira, Heidi, mira. ¿Quieres conocer a mi hermanito bebé? —preguntó Katie, señalando al bebé que mami tenía contra su hombro.

Su madre sonrió a sus Ninos.

—Ella ha estado llamándolo hermanito bebé desde que nació. Uno pensaría que no tiene nombre.

—Sé su nombre —dijo Katie, frunciendo el ceño hacia su madre. Ella levantó su vista hacia Heidi—. Su nombre es Lucas Charles Cullen. Charles porque es el nombre de mi abuelo. Lucas porque es un nombre que nos gustaba a todos. ¿Quieren verlo? Mami, deja que Heidi y Demi lo vean.

—Katie —dijo papi, con un tono de advertencia en su voz.

—Por favor, deja que lo vean —corrigió Katie.

Heidi tenía curiosidad, así que torció su cuello para mirar. Demi bajó su cabeza y sonrió hacia Edward y Bella.

—Es un niño adorable.

—Nos gusta —dijo papi, envolviendo un brazo alrededor de mami. Él estaba sonriendo ampliamente.

Katie le dijo a Demetri y Heidi los nombres de su papi y de su mami. Entonces, les habló sobre todos los que esperaban adentro, y cómo todos eran buenas personas.

—Esta es una buena familia —dijo ella, asintiendo.

Cuando todos entraron, Katie se quedó atrás. Tomó de la mano a Jasper y Emmett, caminando con ellos hacia la casa.

—Oigan, ¿saben qué?

—¿Qué? —preguntó Jasper, bajando su mirada hacia ella. A ella le gustaba que las manos de ambos sean enormes.

—Estoy feliz de que sean papis de nuevo. Creo que es un final feliz para todos.

Ambos sonrieron y se agacharon, abrazándola por un momento largo.

—Creo que tienes mucha razón —dijo Emmett.

Cuando la soltaron, Katie corrió hacia adelante. Tomó la mano de su papi y rodeó la cintura de su mami con el otro brazo.

Era realmente una buena familia.


Lloro :(

Gracias a todas las que le dieron una oportunidad a esta historia. Si alguna quiere enviarle un mensaje a la autora y no sabe qué decir, me avisa y las ayudo :)

Gracias a todas estas personas que me siguieron en cada uno de los capítulos: freedom2604, saraipineda44, piligm, Tecupi, Car Cullen Stewart Pattinson, Tata XOXO, viridianahernandez1656, Adriu, Lizdayanna, alyssag19, cary, Vianey Cullen, Melany, Lady Grigori, Kriss21, NaNY SANZ, Veronica, nnuma76, somas, Nanny Swan, Cin, Pameva, Adriana Molina y los guest. Si me olvido de alguna, hagánmelo saber, simplemente tomé tres capítulos al azar y escribí los nombres (además ff no me deja escribir algunos, los elimina)

En especial, gracias a freedom2604, que me aguantó cuando yo lo leía la historia y me desesperaba jajaja. Ella me alentó a pedir el permiso :) Tengo otra historia de la misma autora con la misma cantidad de drama, pero la comenzaré más adelante, por ahora las quiero hacer reír con Don't Delete the Kisses :)

¡Nos vemos en otra traducción!