El lunes por la mañana, la noticia corrió como pólvora.

En cada lugar había afiches y carteles con el mismo maldito título que todos apreciaban ahora.

"Grojband. Los reyes de la preparatoria".

Nadie sabía quien los colocó ni por que, pero lo que si sabían era que ya era tarde para quitarlos cuando por la puerta entraron los integrantes de Grojband riendo como todas la mañanas.

Sus risas cesaron cuando sus ojos se posaron en los afiches.

Ahí en cada afiche estaba escrita cada una de las reglas que se debían respetar en el instituto, estaban relatadas perfectamente con algunos casos e imágenes, era imposible ignorar algo como eso.

Corey al leer el afiche salió corriendo por los pasillos buscando a alguien o mejor dicho a dos persona en específico.

— ¿¡Qué miran!? — Laney al aún no digerir la noticia, arrojó los afiches al suelo y miró a todos con enojo — ¿¡Cuándo demonios nos iban a contar de esto!? —.

La pregunta que lanzó al aire, nadie la contestó, no era necesario.

Luego la bajista se volteó a los gemelos aún enojada.

— Tenemos muchas cosas de que hablar respecto a la regla " Dos" — Se fue enojada dando zancadas.

Kon miró un poco decaído el afiche que sostenía entre sus manos y luego observó a su gemelo que miraba pensativo el pasillo.

— Hermano, ¿Qué haremos? — Preguntó el más robusto.

— Busquemos a Corey —.

Los dos salieron del pasillo para buscar a Corey.

Eliot miraba escondido desde detrás de los casilleros y este sonreía, estaban cayendo.

.

.

.

.

.

.

— Entonces... Ustedes hicieron las reglas — Concluyó Corey mirando a sus dos fans que tenían la mirada baja.

Laney gruñó recargada en el librero de un lado, odiaba ser el centro de atención cuando se trataba de locura adolescente pero también odiaba que sus amigos le ocultaran cosas.

Los cuatro estaban en la biblioteca en donde nadie los molestaría interrogando a Katie y Allie.

— ¡No queríamos hacerlo! — Se defendió la rubia con culpa.

— ¡Era la única forma para que los dejaran en paz y pudieran ser tan geniales como son! — Completó la de cabello obscuro abrazándose a su amiga.

— Se los agradecemos chicas, pero no tenían que hacerlo — Intentó sonar tranquilo el líder.

— ¿Nos perdonan? — Las dos miraron a la banda que suspiró al mismo tiempo y asintió — ¡Si! —.

— Ahora pueden irse — Despidió Laney apurada para hablar con sus amigos.

— Claro —.

Al segundo que las dos salieron, Corey se dejó caer una silla de la biblioteca, era una mañana dura.

— ¿Quién lo iba a pensar? — Intentó aligerar el ambiente Kon con una sonrisa.

— ¿Cuándo me iban a decir sobre esa estúpida regla? — Cuestionó la pelirroja ignorando al baterista.

— En primer lugar, no sabíamos de esa regla, nosotros sólo amenazábamos y segundo... No hay segundo — El de lentes se rascó la nuca.

— Si, nadie sabía de esas reglas — Argumentó Corey mirando a su amiga.

— Aún así, no pueden simplemente ir y amenazar a cada persona que se me acerca — Los miró con enojo.

— Técnicamente si podemos — Habló Kon con cautela pero se puso nervioso por la mirada de Laney — Aunque no debemos —.

— Mira, nosotros sólo queríamos protegerte — Se levantó Corey para enfrentarla.

— ¡Sé cuidarme sola! —.

— ¡Si pero ya no eres una niña! ¡Eres una mujer! —.

— ¡Eso no me quita que puedo sola! —.

— ¡No! ¡Es sólo que nos preocupas! —.

Laney se quedó callada al escuchar eso viniendo de Corey, él fue, es y será siempre su primer amor, es por eso que le tenía un gran cariño y el hecho que le haya dicho eso, la emocionaba.

Luego miró a los gemelos que tenían la mirada en el suelo como animales castigados, le hizo su corazón pequeño, ellos también se preocupaban por ella para que no tuviera acosadores o malas personas a su alrededor.

Ellos eran unos verdaderos idiotas.

Pero eran su familia de idiotas.

— Ustedes en verdad se preocupan, trío de imbéciles — La pelirroja comenzó a lagrimear junto a los otros tres.

— ¿Nos abrazamos y volvemos a ser amigos? — Comentó Kon al borde del llanto.

Los cuatro se reunieron en un abrazo grupal en donde lloraban por que se preocupaban entre ellos.

Al separarse, los cuatro se limpiaron las lágrimas y Laney corregía su maquillaje negro en el reflejo del celular, en esos momentos se arrepentía no ser más femenina y no llevar maquillaje a la escuela.

— Entonces... ¿Alguien sabe que hacer ahora que sabemos de las reglas? — Preguntó Laney guardando su celular en su pantalón.

— Es obvio que no podemos regresar a como era antes ni fingir que no sabemos de las reglas — Comentó Kin limpiando sus gafas empañadas.

— ¿Nos cambiaremos de escuela? — Preguntó con tristeza el baterista al pensar en la única opción que tenían.

Los tres se miraron y Corey comenzó a sonreír teniendo un idea.

— Amigos, tengo un plan loco que tal vez funcione — Habló el chico frotando sus dos manos con malicia mirando a sus amigos.

Los cuatro se acercaron en un círculo para escuchar el plan.

.

.

.

.

.

.

.

Los estudiantes de la preparatoria salieron corriendo al escuchar la alarma de incendios por todo el instituto.

Eliot fue unos de los últimos que salió y toda esa situación le extrañó, por que al salir no había ningún olor a humo, no se sentía calor y tampoco podía ser un simulacro por que los profesores y el director también salieron corriendo sin importarles el orden.

Al girar la vista, observó a Grojband, el grupo plática como si nada y reía.

¿Qué hacían como amigos aún?.

Se supone que a esta hora ellos ya debían estar peleados y sin hablarse, no podía ser posible que arreglaran sus diferencias tan rápido, ellos no podía ser tan estúpidos.

Entonces notó algo, el científico del grupo sostenía algo en forma de control en dirección de la escuela, sus amigos se ponían a su lado y sonreían.

Ellos iban a...

¡BAM!.

Una onda de aire se esparció cuando algo explotó dentro del instituto.

Ahora después de ese viento y la onda de expansión, toda la escuela se hundía en el fuego, había ceniza y papeles volando por todos lados con fuego.

Eliot se giró horrorizado hacía Grojband, ellos se encontraban sonriendo mientras se abrazaban ignorando que estaban cubiertos de cenizas.

No podía creer que ellos fueran capaces de algo así. Explotar y quemar su propia escuela sólo para no separarse, era ridículo y hasta cierto punto estúpido.

Nunca había conocido a personas como ellos, eran una explosión de cosas (literalmente).

Grojband era único y nadie los haría caer.

.

.

.

.


Bien, así finaliza esta bella mini historia de Grojband sobre la amistad, locuras, comedia y un leve toque de corney.

Espero que les haya gustado por que está basado en un loquisimo sueño que tuve.

•-•