En la escuela preparatoria tenían varias reglas que los jóvenes debían cumplir, claro que no eran las reglas que imponía el instituto mismo, no. Las reglas venían de los mismos estudiantes, estas las seguían por dos razones, respeto y miedo.

Las reglas fueron creadas hace poco más de dos años y todos estuvieron de acuerdo, sino estarían muertos (Casi en forma literal). ¿Por qué?, fácil, casi todas las reglas fueron creadas a causa de un grupo de personas. Grojband.

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1.- Lo que sea que Grojband esté haciendo, dejenlos hacerlo.

Esta regla no solamente la respetaban los estudiantes, sino el personal del instituto e inclusive el director.

— ¡A un lado! — La voz de un chico se escuchó desde el otro lado del pasillo y todos sabían quien era hací que sólo se hicieron a un lado sin rechistar.

En frente de todos salió disparada una moto a máxima velocidad, con fuego por detrás y montándola dos jóvenes chicos de 17 años, mejor conocidos como los gemelos Kujira, Kin y Kon.

— ¡Kin! — Un minuto después pasaron corriendo dos personas más, un chico de cabello azul y una chica de cabello rojo, Laney y Corey.

— No creo que los alcancemos algún día, Lanes — Corey se detuvo a medio pasillo tomando sus rodillas y respirando profundo.

— Esos idiotas si que me la van a pagar — La pelirroja pateó molesta un casillero asustando a los que estaban cerca.

¡CRASH!.

—Eso se escuchó como el... — Comenzó el vocalista señalando a lo lejos.

— ¡El laboratorio! — Los dos abrieron los ojos de manera exagerada y volvieron a tomar su camino corriendo hacía el lugar en donde se había escuchado el gran estruendo.

Las personas que estaban en ese momento en el pasillo miraron un momento el desastre que dejaron los chicos y luego volvieron a su vida normal.

— ¿¡Quién hizo este desastre!? — El grito del director dejó helados a algunos y a otros simplemente lo tomaron como algo natural.

— Grojband — Habló una chica intentando acomodar su casillero ya que fue golpeado por una pelirroja furiosa.

Es entonces que la expresión del director cambió a una relajada y con un toque de temor.

— Bueno, no importa, vayan a sus clases, arreglaremos esto — Con eso último el director dejó el lugar y poco después los estudiantes.

Era así, el director se hacía de la vista gorda cuando se trataba de Grojband, por que temía que si los expulsaba, traería grandes problemas en su instituto y en su reputación. Al fin de cuentas los jóvenes eran sobresalientes en muchas cosas como lo eran la música, artes, atletismo, puntería, matemáticas, física, etc. Y no sólo eso, sino que también han ganado muchos premios y medallas para el instituto.

Igualmente, nadie decía nada.

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2.- Respeta su espacio, son personas agradables pero no conviene ser parte de ellos.

Esta regla no incluye el que tengas que ignorarlo, por supuesto que no, sólo no desees ser parte de su círculo social. Puede que sea divertido estar en medio de todo eso pero al final te darás cuenta que no soportarás estar con ellos la primer semana.

— ¡92! — Toda la cafetería animaba al baterista a seguir comiendo perros calientes.

— ¡Vamos hermano! ¡Haz entrenado toda tu vida para este momento! — Exclamó Kin junto a su gemelo que estaba dándose por vencido.

— ¡Te he visto comer más rápido a media noche! — Animó Laney golpeando la mesa con desesperación.

—¡Kon! ¡Kon! — Se levantó Corey alentando a que todos comenzaran a corear con él.

— ¡KON! ¡KON! — Toda la cafetería estaba al pendiente del desenlace de ese reto.

— 98... 99 — Susurró Kon con la boca llena de comida y masticando lo más rápido que podía.

— ¡100! — Todo el mundo festejó cuando llegó al número prometido.

— ¡SI! — Se levantó Kon de la mesa saltando de alegría con los demás.

— ¡No, espera...! — Las palabras de los otros tres integrantes de Grojband se quedaron en el aire cuando un líquido verdoso con pedazos de comida fue expulsado por el más grande, haciendo que todos los que estaban en la cafetería quedaran manchados y salieran corriendo gritando con pánico.

— Eso fue asqueroso, hermano — Limpió sus gafas el gemelo de Kon sin moverse de su lado — Pero increíble —.

— Si, nunca pensé que tu vómito cubriría a media escuela, ¡Genial! — Corey se inclinó sobre la mesa aún cubierto de vómito y chocó los puños con los gemelos.

— Se me quitó el hambre — Laney alejó lo que alguna vez fue un sándwich de atún y miró a los otros — Increíble y todo pero deberíamos cambiarnos y tal vez limpiar la cafetería —.

Los cuatro miraron el lugar lleno del líquido verdoso y una que otra comida. Los chicos suspiraron limpiándose un poco el vómito sin hacer alguna mueca junto a la chica.

Si, por que nadie más que ellos podrían soportar esas cosas, después de tantos años (e idas al hospital) ellos eran inmunes a casi cualquier cosa.

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3.- Nunca de los nuncas te metas con Laney Penn.

La escuela completa tenía conocimiento de que los integrantes de Grojband de conocían desde pequeños, y claro que como se conocían desde pequeños, era inevitable la forma en que siempre se protegían y estaban juntos.

A pesar de que cada uno sabían como defenderse a su forma, no podían evitar meterse en conflictos por defender a alguno de ellos. Y toda esa sobre protección estaba dirigida más hacía una sola persona, Laney Penn.

Por que con el paso del tiempo, los tres chicos entendían que su amiga a la que una vez la vieron como un chico, no sólo se había transformado en un chica casi completa, sino que era una de las chicas más hermosas de la preparatoria y eso todos podían notarlo.

Laney no tenía el mejor cuerpo de todos, pero si era atlético y delgado, algunas pequeñas curvas y esos rasgos que la hacían ver hermosamente fuerte. Al entrar a la preparatoria comenzó a vestir un poco más femenino, obvio que no usaba vestidos, aunque si algunos jeans que la hacían resaltar.

Sus amigos eran conscientes de ello, por lo que era inevitable algunos chicos ajenos a ellos comenzaran a fijarse en ella, para desagrado de los tres.

— Oh si, debieron de verla, escuché que había perdido sus pantalones deportivos hoy y una chica le presto unos más cortos y entallados, oh amigo, cuando se agachó a batear la pelota me dieron ganas de acercarme a ella y ya sabes hacerla mía — Habló con descaro Jack, segundo al mando del equipo de béisbol, mientras guardaba algunas cosas en su casillero de los vestidores junto a un amigo suyo.

— No lo sé, amigo, no deberías hablar de ella hací, recuerda lo que puede pasar — Mencionó su amigo Michael cerrando su casillero.

— Lo sé, pero ellos no están aquí así que puedo hablar lo que se me de la gana de ella, es decir, esa chica es ruda y todo pero estoy seguro de que en la cama en una gatita inofensiva, ya la puedo ver rogando frente a mi — Rió Jack cerrando también su casillero, luego giró sobre sus talones dispuesto a irse con el otro pero en la puerta notaron a tres chicos parados.

— ¿ Qué decías sobre mi hermana? — La voz de Kon salió más gruesa de la que era haciendo que los chicos temblaran.

— Creo que dijo algo sobre querer acostarse con ella — Kin se acomodó los lentes que cubrían sus ojos dándole un toque más de científico loco.

— ¡No! ¡Y-yo no dije nada! — Jack intentó mentir moviendo sus manos y retrocediendo hasta topar con los casilleros ya que los tres chicos frente a él estaban caminando.

— Michael — El de cabello azul llamó a otro chico que no se había movido para nada — Deberías irte, ahora —.

Al chico llamado Michael le corrió un escalofrío al ver la escena e imaginar las cosas que podían pasar pero meterse en medio de eso no iba a acabar bien, no se podía enfrentar a un científico loco, al capitán de americano y al capitán de natación. Por que eran agradables todo el tiempo pero Jack había insultado a la chica que consideraban familia. Así que Michael asintió, tomó sus cosas y salió.

Lo último que escuchó fue la puerta cerrarse. Y al día siguiente la baja de Jack, se conoció.

Por que nadie, le habla, toca, o murmura sobre Laney Penn, a parte de que ella te mete la paliza de tu vida, sus amigos te hacen querer no haber nacido. Claro, que ella no sabía nada de eso.

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— Entonces, en teoría, ellos son los dueños de este lugar — Comentó un chico caminando a lado de dos chicas más.

— Si, pero ellos no saben y es mejor que no lo sepan — Dijo Katie inclinándose hacía él.

— ¿Por qué? —.

— Por que eso desataría un caos entre ellos, y causaría problemas a la escuela, es mejor dejar que terminen la escuela, además sólo falta un año para eso — Le restó importancia Allie sacando unos Waffles de su bolso.

— ¿De dónde sacaste eso? — Se atrevió a preguntar el chico señalando como acomodaba la comida en un plato con los cubiertos, mientras que Katie sacaba 4 cafés.

— Son los favoritos de Corey — Sonrió la rubia extendiendo su brazo con el plato hacía el pasillo en donde estaban.

— Si, pero ya no tiene somníferos, ahora sólo son Waffles y unos cafés normales — Guiñó el ojo Katie riendo junto a su amiga extendiendo dos cafés también hacía el pasillo.

Entonces dos ráfagas entraron corriendo a la escuela tomando dos cafés de las manos de Katie.

— Kin y Kon, café sin café — Habló sonriendo la chica, tomando los otros dos cafés.

— Ya te lo dije Core, es una buena oportunidad, deberíamos ir — Entró hablando una pelirroja seguida de un chico de cabello azul.

— Lanes, está muy lejos, y me da flojera levantarme tan temprano — Bostezo Corey estirándose.

— Podemos usar el auto volador de Kin, sólo será un día — Laney pasó a lado de Katie, tomando un café y agradeciéndole con la cabeza.

— De acuerdo, pero dormire en el trayecto — Se rindió Corey Tomando su café y los Waffles de las manos de las chicas, sonriendo en el proceso.

Los dos siguieron caminando ignorando al chico ahí y agradeciendo una vez más a sus fans.

— ¡AHHHH!, nos sonrieron — Las dos se abrazaron comenzando a saltar de alegría.

El chico movió la cabeza confundido mirando hacía la banda que se dirigía hacía sus casilleros.

— Dueños de la preparatoria sin saberlo, ¿Eh? — El chico cerró su casillero y murmuró recargándose en él. El día que llegó, recibió un tour por la escuela por parte de las más grandes admiradoras de Grojband, alias "Los reyes del instituto".

El chico era alto, con cuerpo delgado y levemente marcado, vestía con ropa sin combinar pero que lo hacía ver bien, tenía cabello rizado castaño claro y ojos color miel, alguien atractivo sin duda.

Él era Eliot, el chico de intercambio, un misterio y el que iba a destruir a Grojband.

Nadie podía tener tanto poder sin usarlo como se debe, así que comenzaría por esas tontas reglas que le dijeron al estar ahí.

Grojband iba a caer uno por uno.


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