Por Ti

por: Haima Yagami

Reeditado el 07/05/2020

Dios, me miro al espejo y me siento mal, creo que solo tengo buen cuerpo, pero eso no basta, para colmo no soy muy brillante … ¿cómo atraerle?, sí, ¿cómo hacerlo? No, mejor no voy, es una tonta fiesta, para qué ir, ella nunca se fijará en mí, más si está él, no, no iré...me saco la ropa, y solo con unos pantalones cortos, me recuesto en mi cama y me duermo, bueno eso intento...

- Estuvo hermosa

- ¡Y viste, estaba Rukawa!

- Sí, pero no bailó con nadie

Es día de clases, el fin de semana ya pasó y con él aquel festival, que esperé por tanto tiempo solo para bailar con ella, pero no importa, soy poco para ella, ya lo sé, ya me lo dijo.

Y sonrió triste, amargamente, le abrió su corazón al finalizar el primer año de preparatoria, le dijo que la quería, que soñaba con que fueran novios, pero no supo por qué se guardó el te amo, tal vez porque sabía de su respuesta, su rechazo y no quería que fueran esas palabras tan bellas parte de aquello.

- Lo siento, no te quiero ni siquiera me atraes y yo amo a otra persona

¿Amor? ¿Eso es amor?, Sintió que, con tan solo verle jugar, admirarlo, no se podía amar, cómo amar a alguien que no conoces realmente, pero tonto, se reprendió, "yo la quise desde que la vi", y he ahí su respuesta, del por qué no decir te amo: "pero no la amé" ...

Pero ¿y qué importa? Nada importa...

Caminó desolado, clases , charlas con amigos, fingiendo estar bien, risas vacías, miradas sin nada a la nada...entrenamiento, no, ya no, tuvo que dejarlo, su cuerpo le traicionó, no soportó la lesión de primer año de preparatoria, aunque aun va al doctor, tal vez... así que entra, no importa, entra al gimnasio a animar al equipo a darle de balones a los que se quedan atrás, mientras corren, a mirar como juegan , mintiendo con una vacía sonrisa: " ¡Aprovechen, que dentro de un tiempo tendrán que seguir mi gran ritmo!

- Ya quiero verlo jugar - dice un entusiasta nuevo alumno- Al rey del rebote

- Jajaja mirarás y envidiaras... "tonto, solo deja de torturarte" le dice su conciencia

- ¡Bueno, montón de inútiles, me voy!

Escuchó al doctor y solo quiso llorar...

- No se puede hacer nada, de verdad lo siento mucho

- No se preocupe, muchas gracias

Salió de la oficina del doctor, nunca le dieron sinceras esperanzas, y caminó por la calle, inconscientemente a las canchas de básquetbol, y lo vio a él, jugar y dolió, lo que nunca podría tener ese hombre lo tendría, sería suyo:

1.- El amor de Haruko, tal vez superficial, pero por lo menos ella gustaba de él

2.- El básquetbol

3.- El triunfo

4.- La fama

5.- Sus propios sueños, los alcanzaría él

6.- Y una familia,

Él los vio ir a un partido del equipo, vio el calor de su hogar, unos padres, dos pequeños gemelos que eran sus hermanos, vio la calidez que él nunca tendría...

En cambio, él, Sakuragi Hanamichi, ¿qué tenía?: una madre que serlo era su mayor fracaso, y lo que más le dolía era no poder hacer algo al respecto, sonrió: "pero siempre fui terco y sobreviví a los intentos de ella, para que no naciera", rió amargo, se apoyó en la reja frente y manos sobre ella... mirándolo... pensando...

- Lo quiero... quiero tener lo que él tiene, quiero tener su cuerpo, que no le falla, su espalda que no le traiciona, que le ayuda a alcanzar sus sueños

- Quiero tener su familia

- Quiero tener su carácter, ese que es tan distante, que nadie le afecta, ese que le hace desligarse de los demás para así, no dejar que nadie le haga daño

- Lo quiero, él tiene lo que yo quiero y yo lo quiero, quiero que sea mío

Fuego, él siempre ha sido fuego...

y se fue, lentamente

Rukawa le vio, sintió que cuando esa mirada se posó en él, algo tembló, y dolió, porque le quemó, le vio alejarse...

Todo era tan extraño, tan raro, sus sonrisas, sus ánimos, le animó durante el encuentro, le sonrió, le pasó una toalla, le felicitó y más aún, almorzó con él, era tan extraño.

Con una sonrisa, algo bastante peculiar en él, nunca sonreía ni siquiera cuando su par de hermanos se bañaban en lodo y corrían por la casa poniendo en peligro la cordura de su madre, sonrió y se arrojó a la cama.

Y le miraba, él hablaba y hablaba de todas las desventajas y ventajas de cada universidad de los EE. UU. que poseía un equipo de básquetbol destacable

- Hanamichi

- Y bueno yo creo que esa es más céntrica, a demás tiene el aeropuerto cerca y el año pasado salieron

- Oye

- Y bueno yo creo que y hablaba y hablaba

- ¡Idiota!

- ¿U? ¡Zorro apestoso, desconsiderado, si hasta sé inglés para ayudarte y tú solo me insultas!

- No, no quiero

- ¿Que?

- Estudiaré acá

- ¡Que!

- ¡Que pasa tío Hana! Chillaban los dos gemelos al escuchar gritar en pleno living

- ¡Que su zorruno hermano no quiere jugar en los . quiere tirar su futuro a la basura!

- ¡Guaaaaa! Gritaban el par de gemelos de 8 años corriendo de un lado a otro

"Ay no" - pensaba Ru -, "cualquier excusa para hacer desastres".

- Bajen del sillón, no se golpeen con los cojines, no, ¡basta!

Hana intentaba calmarlos

Hasta que llegaba su madre los cogía de la oreja y los tranquilizaba, pero luego un sermón de Sakuragi, otro de su madre, cojinazos de sus hermanos, y en la noche un sermón de su padre, al parecer todos querían deshacerse de él

- Hazlo por mí,

Aun le daban vueltas en su cabeza aquellas palabras, cómo lo miró a los ojos, cómo lo tomó de lo hombros, cómo le sonrió triste, Dios, cómo decirle que..., "pero si es por ti que no quiero irme..."

Y todo pasa tan rápido, llega el día, llega el tiempo y duele, pero esa sonrisa y el abrazo que le dio a modo de despedida en el aeropuerto fue su recompensa: "aun siento su calidez, sus fuertes brazos envolviéndome..."

Y siempre le llama, sabe que se fue de su casa, pero sus padres, los señores Rukawa le admitieron en la de ellos, dijeron que les ayudaba mucho, sobre todo a no echarlo tanto de menos, dormía en el sillón, pero Ru molesto le dijo que si no usaba su habitación, le dejaría dos meses a solas con los gemelos, Hana aceptó: no Rukawa, cualquier cosa menos dos meses con ese par de monstruos solo – ¡Guaaaaa!, los gemelos chillaban:

- ¡Somos buena compañía, solo mi hermano gemelo me quiere! - dijeron al unísono,

Hana le contaba por el teléfono lo que hacían ese par. Sabía que trabajaba y estudiaría para chef de noche, que tenía todos los recortes de diarios y revistas donde él aparecía, que vendría junto con sus padres para las vacaciones de invierno.

Y ahí estaba, lo vio, y como siempre hizo lo que él le pidió, jugó para él, siempre quería verle jugar, le corregía sus errores, investigaba ejercicios físicos, jugadas, para él, para que fuera el mejor, iba en bicicleta a su lado, mientras él corría entrenando, lo alentaba en el juego, pero a veces sentía Ru que le hacía daño, porque él tenía lo que a su amigo, se le había negado.

Y que se puede hacer cuando la persona que amas te habla con sus ojos brillantes de alegría, ilusión en la voz, cuando te toma de las manos, y te pide algo, ¿Decir que no?, no, nunca podría. Por eso jugaba con el alma, a pesar de saberle lejos, por eso era el mejor, para dedicarle su juego, sus triunfos, y sin darse cuenta dejó que llevara su vida, dejó que decidiera por él, hasta le dejaba escoger la ropa que él usaba...

Él escogió el departamento que usaría, los muebles, y cuando el dinero alcanzó, la casa donde vivirían, su familia, padre, madre, y diabólicos hermanos de ahora trece años, pero no menos problemáticos. Aunque a él ahora lo tenía cerca, para verle, animarle, aunque no vivía con él, si no con su propia familia, pero no le importaba, si, todo lo que le pidiese Hanamichi sería para él.

Rukawa ya era un joven de 24 años, una estrella de básquetbol, con un excelente sueldo, un bello departamento, una familia que le apoyaba, y lo que le era mas importante un pelirrojo "amigo",que siendo sinceros dirigía su vida, lo que era, era por él, para él, y si bien fue su sueño de niño, al crecer, al conocerle , al amarle , se volvió en lo que él, aquel joven de sonrisa fácil, de sueños frustrados, quería, y él se propuso dárselo, todo para él... todo por ti... le amaba así, incondicionalmente, y ya cansado por guardar por tanto tiempo aquel sentimiento que le quemaba la vida, se lo diría , hoy era el día, le invitó a cenar , pero a su casa, y aquello era tan normal en ellos dos que como siempre Hanamichi aceptó. Pero para Rukawa era tan difícil, no se atrevía a hablar.

Terminaron de cenar, se sentaron en el living a ver el último partido de Ru para mejorar algún error, salto, o idear una nueva jugada.

Y a Ru, la garganta le dolía, Sakuragi, hablaba y hablaba, dándole concejos que más bien eran órdenes, pero que Ru no escuchaba, hasta que su semblante cambió, apagó la T.V. y el video, y lo miró.

- ¿Y qué opinas?

Diablos de qué, Rukawa estaba tan nervioso que no escuchó que le dijo, y el de que se escapó de sus labios

- ¿De qué?

- Oh, Rukawa, andas en la luna

Suspiró, tantos años juntos y aun no lograba que le llamara Kaede, cuando a sus hermanos les llamaba, diablo uno y diablo dos de acuerdo con el orden al nacer, o par de duendes

- Mmm

- De ella, es linda, inteligente, tiene tu edad, estudia leyes, está soltera ¡es un gran partido!

¿Qué?

- Vamos Rukawa no seas tímido, de Sara

- No, no me gusta cuantas veces tengo que

- Vamos no te enojes, no has pensado qué vas a hacer en un futuro

- Bueno

- Ru, una familia es hermosa, ser padre, dejar tu sangre, así cuando mueras algo tuyo quedará aquí- y sus ojos brillaron, y tomó sus manos mirándole a los ojos, ambos sentados en el mismo sillón: me haría tan feliz verte casado, ser el padrino de tu boda, jugar con tus hijos

- Hana,

Solo dijo Ru y suspiró

- Ru dime que lo seré

- Yo

- Vamos, es lo único que te pido

¿Y Rukawa que podía decir?, cuando le llamó Ru, apretó sus manos, le miró a los ojos, dios le sonrió suave: yo

Y Hana lo soltó

- Bueno si no quieres que yo sea, entiendo jaja, no tengo mucho dinero tal vez

- No, no dije eso

- Entonces

- No he pensado en casarme aun

- Oh Rukawa, con tu madre hemos planeado miles de veces tu boda, no me digas eso

Ru se molestó

- ¿Por qué? ¡¿Por qué no planeas la tuya mejor?!

- Pero, bueno,

Se alejó de él, fue hacia la ventana, movió las cortinas, miró hacia el cielo:

- Me encantaría hacerlo, pero qué puedo ofrecer, a qué mujer le interesaría

- Sakuragi no

- Sabes mi suerte con las mujeres, en cambio tú, con tu imagen, tu fama, puedes tener a la que gustes

- No, claro que no

Pensó Rukawa: "no puedo tener a quien quiero, y tú, estas diferente, ya eres un hombre, no un niño tonto, a veces prefiero que gastes tu tiempo en mí para que no hechices como lo hiciste conmigo a otra u otro, tu fuerte cuerpo que aun cuidas con ejercicios, tu cabello que a pedido de mi madre dejaste crecer ya que yo nunca quise hacerlo, ahora luces una bella melena pelirroja que te hace destacar del resto, tu sonrisa, tu capacidad de hacer sentir bien a los que te rodean, no Hana tu no sabes lo que puedes ofrecer, lo que puedes despertar en otros... pero solo respondió:

- Sakuragi, es mi vida

- Lo sé, lo sé, pero no crees que es hora de tener a alguien, ¿no te sientes solo?

- Te tengo a ti, lo dijo casi como una pregunta

- Jajaja, pero que soy yo, que valgo en comparación a una esposa, tu esposa, tus hijos, tu familia

- Mis padres, mis hermanos, y tu son mi familia

- No Ru, como algo tuyo, alguien, a quien ames, por quien darías tu vida

- Por ti dar

- Vamos hombre, sabes de que hablo

- Por que te valoras tan poco

- Jaja no, eso no es cierto

- Si, lo es

- No cambies el tema

- No huyas de mis preguntas

- Si te molesta que viva con tus padres

- No, no he dicho eso

- Bueno te informo que lo que gano en el restaurante, ya es bastante, puedo irme, pero tus padres no me dejan.

- Te iras a Japón

- No, a un departamento

- Sakuragi metete en mi carrera, pero en mi vida personal no

- No te enojes lo hago como amigo

- No lo hagas, tu no entiendes

Y cuando se fue, Rukawa se arrojó a la cama, apretó su almohada, no pudo y tal vez nunca podría decírselo.

- Hay Hana-kun ¿y si mi hijo es gay?

- ¡Qué! No diga eso, solo es tímido

- Creemos que mamá tiene razón

Dijeron al mismo tiempo los gemelos

- ¡Esperen que los atrape, par de demonios!

Y la señora Rukawa solo suspiraba, al parecer no tendría nietos pronto

- Y qué si lo es

Decía desde un sillón leyendo el diario su esposo

- ¿Cómo puede decir eso?, Hana estrangulaba al par de chicos, pero al oír a quien llamaba Rukawa-sama, se detuvo

Y el hombre de ojos azules, tal vez la viva imagen de Rukawa a los 44 años, alto, blanco, pelo negro, siguió:

- Si es así solo debemos apoyarlo

Hana replicó:

- Claro que no es así, es solo un demente por el básquetbol, pero no es gay, como dice eso Rukawa-sama

- jajaja y que importa

- Pero un hombre feliz se casa tiene una familia

- Sakuragi - dijo Rukawa padre- un hombre feliz - le miró serio a los ojos: ama.

- Mmm de seguro estos duendes, le convencieron

- ¡Gua jajajaja! reían los pobres gemelos, ante el ataque de cosquillas de Hana.

Ru maldecía, cómo diablos se dejó convencer por él, pero ¿cómo decirle que no?

Y la chica frente a él, en ese lujoso restaurante hablaba, alta, un metro con 75 para ser mujer bastante, ojos verdes, bella figura, muy inteligente, Ru solo la miraba y asentía, completamente aburrido... miró hacia el lado sobre el hombre de su acompañante, y dos puestos más allá, su madre y él dándole ánimos, ¡hay Dios!, fue una horrible velada.

Se paró y fue al baño, ahí estaba él.

- ¿Dijiste permiso voy al baño?

- Sí

- ¿La invitaste de nuevo a salir?

- No

- Pero

- Ya lo haré

- ¡Bien! y Ru hacía sus necesidades al lado de Hana quien le imitaba como en un típico baño de hombres, Rukawa lo miraba descaradamente, como diciéndole: no lo notas, pero si es tan obvio. Y Hana hablaba

- Usa protección si algo pasa

y Ru se puso rojo:

- Baboso

- Jajaja, cuídate y pásalo bien

Los vieron irse, ambos señores Rukawa y Hana charlaban, planeando la próxima cita, y pagando la cuenta.

Y Ru la dejó en su casa

- ¿Quieres subir?

Dijo la chica, estudiante de leyes, que vivía en un departamento ubicado en un segundo piso con unas amigas, que esa noche se lo dejaron para ella sola.

- No, gracias, adiós

Se fue, sin mirar atrás, sin decirle nada más, subió a su auto, aquel que ese torpe pelirrojo escogió y condujo a su departamento, sonriendo: se enojará, pero no me importa.

- Hay Rukawa que lento eres

- Está bien Hanamichi, así, piensa, ella verá que mi hijo es todo un caballero

- Mmm, bueno sí

Y Ru encestaba un balón pequeño en la canasta que tenía en la pared del living

- ¿Cuándo es la próxima cita?

Dijeron los dos, su madre y Hana al mismo tiempo

- No habrá

- ¡¿Qué?!

- ¡Ya salí con ella, que más quieren, déjenme en paz!

Y molesto se fue a su habitación, ambos suspiraban resignados...

Y soñó que lo besaba, lo acariciaba, que ¡Dios!

Un pelirrojo despertó asustado, el sol le daba en la cara, fue tan brusco su despertar que quedó sentado, respirando con dificultad y muy incómodo

Y alguien abrió la puerta: baja a almorzar, le dijo y Hana se tiñó de rojo, hace unos segundos lo tuvo a esa misma persona en sus brazos, besándolo, Dios como no...se dejó caer en la cama… Ru ya había bajado un tanto desconcertado por la cara de susto de Hana y su sonrojo. Hana se cubrió con la ropa de cama hasta la cabeza, le hacía mal dormir tanto. Agua, se destapo, el par de gemelos vertió un jarro de agua sobre él, no salió tras ellos, como era costumbre, más aún se los agradeció interiormente.

Y Ru le miró bajar, tal vez se sonrojó porque pensaba algo personal o quizás como buscarle otra chica, pensó molesto.

Y comieron, la madre de Ru hablaba de lo buen partido que era Sara, Hana apoyándola y Ru al no poder soportar más, se paró dejando medio plato

- Permiso, su padre hizo lo mismo:

- Basta, es su vida déjenlo en paz

Y Hana y la madre de Ru bajaron la cabeza, avergonzados, los gemelos comían

Rukawa abrió la puerta y salió de la casa, su padre le siguió.

Los gemelos murmuraron:

- oh oh metieron la

Mamá: cállense

Gemelos: ok

- Hijo espera

- Qué

- Te invito a almorzar

- No tengo apetito

- Vamos

Y lo llevó a un solitario café, pidiendo solo un par de emparedados y cafés

Rukawa padre hablo: cuando conocí a tu mamá ella hizo que cambiara mis lentes por unos de marco blanco, Ru le miró confundido, su padre prosiguió: y me hizo entrar al equipo de básquetbol, decía que tenía el porte. Rukawa padre era un poco mas bajo que su hijo, que ya alcanzaba los dos metros - también me cambió el estilo que tenía para vestirme, me puso mas ordenado, jajaja y ¿sabes? Aun no éramos novios, ¿pero como decirle que no a la persona que amas?

A Ru se le cayó el emparedado que tenía en las manos, por suerte cayó sobre la mesa, su padre le dio un mordisco al de él, y siguió comiendo tranquilamente esperando, estaban en un lugar apartado, aunque su padre era más sociable que él, también rehuía de los lugares de mucha gente, a demás su hijo era famoso, siguió comiendo, esperando que Kaede hablara.

- Pa- padre como

- Soy tu padre, él te hace reír, ni siquiera lo lograban el par de gemelos, y sabes ellos también se dieron cuenta

- Pe-pero

- Tranquilo, te apoyan igual que yo, Kaede tu tío, mi hermano, es gay, me costó, pero lo acepté y cuando conversé de esto con él, hace un par de años, el me aconsejó, pensé que bueno me dirías algún día que eran pareja, pero ya sé lo que pasa.

Ru estaba descolocado, uno: su padre nunca hablaba tanto y dos: ¡más aun lo que decía!

- Pero él no

- Si, aunque debes decírselo o vas a terminar casándote y con Sara

- Tengo miedo

- Debes ser fuerte y pase lo que pase me tienes a mí y a tu par de hermanos

- Gracias, gracias por estar aquí, por apoyarme

- Soy tu padre

Ru suspiró más aliviado, su padre se arriesgó por él a ir a aquel país que solo visitó por negocios, por suerte era un hombre muy profesional, y fácilmente encontró trabajo en su campo, la computación, y sus hermanos siempre estudiaron ingles, por lo que no les costó adaptarse, además, siempre estaban juntos en todo si uno faltaba al colegio el otro no iba, aunque eso era por flojera, sonrió, su familia, pero su madre, ella no pensaba como papá.

A pesar de todo no pudo contenerse, su madre siguió insistiendo, Hana la apoyaba hasta que, al no poder más, Rukawa explotó:

- ¡A caso no tienen vida ! no creen que es patético vivir de lo ajeno!, - y miró furioso a Hanamichi, quien solo bajó la vista - es mi vida DEJENME EN PAZ!

Sakuragi quedó mudo, tenía razón, vivía de él, su vida era los restos de Rukawa, sus sobras, su felicidad sus logros, y ¿él? ¿Qué hacía él? Cocinar en un restaurante, jugar con hermanos ajenos, charlar con un padre que no era el suyo, amar a una familia que no le pertenecía.

Hanamichi entró dolido a su habitación, pero se lo merecía pensó. Aquel día era domingo, nadie le despertó, cuando bajó vio como la señora Kenia recogía los platos del almuerzo, ella una mujer de ojos castaño, delgada, un tanto pequeña, con aun un poco de encanto, la madre que siempre quiso, sí, ellos eran la familia que el deseaba, su familia, no, no eran suyos, se devolvió por la escalera y así fue como entró dolido a su cuarto., pero nadie fue por él, nadie le buscó y claro si no era su familia.

A la hora de la once todos comían en silencio, Rukawa no estaba, el señor Rukawa, estaba muy serio, molesto aun con Hana, y su esposa a quienes después de la ultima discusión con Ru, reprendió, a Hana eso le dolió mucho, aquel hombre nunca le había levantado la voz, los gemelos solo comían divertidos por ver a todos tan serios.

Hana se ofreció a lavar la loza, pero la señora Kenia se negó, siempre le dejaba lavarla, subió a su cuarto sintiéndose estúpido, como un ladrón, un mendigo que vive de los restos de los otros, al día siguiente bajó con sus cosas, no había nadie, los gemelos, estudiando, Rukawa padre trabajando y la señora Kenia, de compras.

Dejó una nota: muchas gracias...y el dinero del arriendo, para disgusto de los señores Rukawa, que pagaba por la habitación, dinero que al final iba a dar a los bolsillos de los gemelos. Se marchó, no de . aun no podía desligarse de él: su "amigo"

- ¡Es tu culpa! Increpaba la señora Kenia con lágrimas en sus ojos, los gemelos repartían el dinero y su esposo, sostenía la nota pensando solo en su hijo.

Hana caminaba en dirección a su pequeño departamento, sentía que le seguían, volteó, nada, lo hizo nuevamente pero solo vio dos diablillos ocultándose, se metió en una tienda de dulces, compró dos chocolates y los dejó en el suelo, al salir, caminó un poco y al voltear, cogió del cuello de la chaqueta escolar a dos gemelos.

- Los pillé jajajaja

- Guaammauam decían mientras comían

- Jajaja

Los llevó a comer a su departamento

- Mamá está muy triste

- Ve a vernos Hanamichi - decía diablo dos

- ¡Lo haré y no está bien que vengan a verme y oigan sus clases!

- Jejeje

- Flojos

- Jajaja

Hana reía, era ver a Rukawa, pero en miniatura, al parecer el par repartió el porte, a penas llegaban al metro 45, demasiado pequeño en comparación a los dos metros de su padre, Ru, y él.

- Bueno zorritos los llevaré a su casa

- Recuerda fuiste a buscarnos al colegio

- Realmente no sé si mentiré por ustedes

- por favorrrrr

- Bueno, pero que no se vuelva a repetir, vámonos

Aquella noche durmió feliz, al parecer hasta el mismo Rukawa padre no estaba enfadado, cenó con ellos, charló con la señora Kenia, y salvó a los gemelos, durmió feliz

Rukawa después de recibir la noticia de su padre, de que habían dado con Hana y al contrario de lo que pensaban no se había ido del país, también durmió feliz, fueron tres semanas sintiéndose culpable y con miedo de no volver a verle.

Todo, pensó, volvía a ser como antes, pero a la semana cuando llegó, a la casa de los señores Rukawa, no encontró a nadie, se fueron de vacaciones, y no le llevaron, bueno es que siempre le llevaban, pero decidió llamar a Ru quien por trabajo lo supuso en la ciudad.

En una tienda a un par de horas del lugar de Hanamichi, la familia Rukawa, compraba

- Cariño, ¿qué pusiste en la nota que le dejaste a Hana?

- Que nos fuimos de vacaciones – respondió uno de los gemelos

- ¿Qué?!

- Para que no sospeche

- Pero

- Si -, lo apoyaba su hermano, el diablo dos

Ru contestó el teléfono

- Aló

- Hola, ¿qué haces?

- Nada

- ¿Puedo ir a verte?

- No, estoy con un amigo

- Bueno, debo conocerle

- No, no lo conoces

- Ru

- Adiós

Y le cortó

Hana colgó triste al sentir como le cortó, era obvio ya no le quería en su vida, apretó el papel que encontró en el patio dirigido a el: fuimos de vacaciones - era la letra de diablo uno- cuídate, Hana.

Ru miraba a su amigo: un balón de básquetbol sonrió pensativo... no, no quería verle, aun no.

Hana caminó a su departamento, se sentía tan solo en él, y no era que fuese un sentimental, pero faltaba una semana para su cumpleaños, 25 años, pero al fin y al cabo antes de meterse en la vida de Rukawa, lo pasaba solo o con su antiguo ejercito, pero ellos estaban lejos, ellos: lo único que tengo.

No se apareció en toda la semana, trabajaba y se iba a su departamento, no les llamó, ni siquiera vio los partidos de Rukawa, aunque no pudo evitar no dejar de mirar los resultados en el noticiero.

Era sábado, se compró un pastel y lo comía solo, mirando una película de terror - ¡que hermoso cumpleaños! - suspiró.

Rukawa en su departamento, echó un regalo en una cajita, luego en otra y en otra, hasta hacerlo del porte de una televisión de 12 pulgadas, reía, pero de nervios, sabía que su regalo podría costarle perderle, caminó a la casa de sus padres, muerto de nervios.

Estaba en la parte más emocionante, donde la chica corre y corre, y justo tropieza, jeje, sintió el timbre y la puerta ser golpeada, se asustó, encendió las luces, y fue a abrirla, la abrió, pero no vio nada, miró hacia abajo, y vio a los gemelos

- Ooooooooo es horrible, mamá está enferma, te necesita snif snif, lloraban los dos

- Pero chicos, yo si ya, ya voy

Dios no podía ser cierto, ella, ella no, - vamos tranquilos -, voló con cada uno tomado por la cintura, con cada uno de sus brazos, a cada costado, y los duendes gemelos se miraron y sonrieron misteriosamente.

Luego del viaje en donde no soltó a ninguno de los gemelos, abrió rápidamente la puerta, bueno uno de los chicos lo hizo, y entró, pero estaba todo oscuro

Las luces se encendieron:

- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Soltó a los gemelos, que hicieron ¡tun!

- ¡¿Señora Kenia, está bien?!

- Si cariño, y lo besó en la mejilla dándole un abrazo.

- ¡Demonios vengan acá!

- Vamos Hana después los golpeas

- ¡Mito, tú tú como! ¡Chicos yo! Y su antiguo ejército lo miraban divertido.

- Rukawa nos trajo, somos tu regalo de cumpleaños, tanto tiempo,

abrazos, bromas...

Hasta el padre de Rukawa le saludó, fue todo muy lino, Hana casi lloraba, solo Rukawa faltaba.

Ru entró, estuvo casi 20 minutos parado afuera sintiendo la risa de Hana, los gritos de sus hermanos, pero armado de valor y dispuesto a lo que fuera entró.

- Feliz cumpleaños - dijo

- Gracias, se fueron a abrazar pero el regalo que Ru traía molestaba, Mito lo tomo y Hana se echó a sus brazos , apretándolo fuerte, Rukawa hizo lo mismo.

- Pensé que estabas molesto Rukawa

- Ya te dije que no – intervino Kenia.

Ru tembló al soltarlo, se sentía tan bien en sus brazos.

Hana siguió hablando, Rukawa sabía que no soportaría mas, y uno de sus hermanos, como leyéndole los pensamientos habló:

- ¡Vamos Hana abre los regalos!

Y Ru tembló, su padre se puso junto a él, y Sakuragi comenzó:

- Abriré primero el de Rukawa.

Tomó la caja, Ru temblaba, su padre al notarlo posó una mano sobre el hombro de Kaede, y este pensó en el regalo: un hermoso anillo de plata con tres tiras en un ángulo de 60 grados de oro, muy lindo que adentro junto a los quilates llevaba escrito un: te amo...pequeño pero visible, la señorita que se lo vendió dio un montón de suspiros al escuchar que debía grabar en el interior del anillo.

Hana encontraba solo cajas:

- Grrr Rukawa es una broma

- No, sigue

Dijo Rukawa, su padre le miraba divertido y más relajado, le dio unas palmaditas en la espalda y lo soltó

Hana llegó a una cajita chica la abrió y encontró un porta anillo de color rojo, lo abrió y adentro el hermoso anillo, se sonrojó era realmente bello.

Todos guardaron silencio, incluso el par de gemelos que se comían ruidosamente las papitas fritas.

- Pe-pero ¿es una broma? dijo mirando desconcertado a Rukawa

- No, bueno me tratas como si fueras mi esposa

- jaja está hermoso, Rukawa

Hana lo sacó de la cajita, Ru tembló, pero su madre se lo arrebató: - si el modelo sirve para un hombre jajaja mmm al parecer dice algo a ver- su risa se apagó

- -...

- ¿Qué dice? preguntó Hanamichi

- Nada solo los kilates y eso no se ve mal educado

Ru la miró molesto

La señora Kenia lo guardó en la cajita he hizo que abriera los demás regalos.

- ¿Hijo, me acompañas a la cocina?, vamos por la torta

- Bueno

Su padre los siguió

- ¡¿Qué significa esto?!

- ¿Qué cosa?

- ¿Lo que decía el anillo? Su madre cerró la puerta de la cocina dejando a su esposo afuera

- Lo que siento

- Dios Kaede como pudiste

Y cubrió su cara con ambas manos su esposo logró entrar.

- Bueno, pero aun hay tiempo les diré a los gemelos que lo oculten

- No te metas Kenia

- Pero como puedes apoyarlo

- Es mi hijo

- Pero

- ¡Basta!

Golpearon la puerta, era Hana:

- ¿Se puede?

Todos guardaron silencio Sakuragi entró, sintió unos ruidos y quiso ir a averiguar, pensó que tal vez la broma del anillo, así lo tomó, a la señora Kenia, le molestó

Al entrar miró a Rukawa: mira Ru, se ve bien - le dijo mostrándole el anillo en su dedo - ¿cómo supiste que me quedaría?

- No, me equivoqué, lo pensé para el dedo angular no el medio

- A con razón me aprieta jejeje

Ru se lo sacó, su madre miraba sonrojada, y se lo puso en el otro dedo

Hana reía... salieron con la torta, Hanamichi apagó las velas, pidiendo como deseo una bella esposa para su amigo y siempre tenerlos a todos ellos cerca, el tercero, bueno, era que la velada fuera tranquila... y por lo menos el último se cumplió, la velada pasó tranquila.

Los amigos de Hana se quedaron en el departamento de Rukawa, Ru y Hana se fueron al living donde pasaron la noche, pero Ru no pudo dormir.

Al día siguiente despidieron en el aeropuerto a Mito y los demás, abrazos, amistad...

kkkk

Los días pasaban y aun nada ocurría

La señora Kenia estaba hecha un mar de nervios, su esposo estaba tranquilo, los gemelos jugaban a las luchas.

Ru miraba un partido de básquetbol en su departamento, cuando sintió el timbre, era Hana con unos paquetes.

- Traje comida, yo cocino

Ru le miró, Dios si lo iba a perder que fuera de una vez por todas.

- Sakuragi

- ¿Si?

- ¿Aún usas el anillo?

- Sí, mira

Y se lo mostró

- Sácatelo

- ¿Que?

- Y lee lo que dice

Rukawa apretó los puños

Hana leyó: te amo

Hubo silencio

- No bromees

- No, lo que dice es de todo corazón

- Basta tonto - sonrió

- Es la verdad

- No digas eso Rukawa no

- Hana, ante el tono de voz de Sakuragi uno con reproche, Ru hablo despacio: por favor no me odies… parados en el living, con los paquetes de Hana sobre la mesita de centro, uno frente al otro, Ru le miró con miedo.

- ¡Cállate!, te devolveré el anillo, nadie, nadie lo sabrá jamás

- Hana

- Nadie, ¡Oh Dios! tu madre lo leyó, pero, pero

- Hana por favor

- Calla, voy por la comida, si eso,

Tomó los paquetes y se fue a la cocina

Ru se arrojó al sillón llorando, como nunca lo había hecho, Hanamichi en la cocina hacía todo maquinalmente no quería pensar no...

- Está listo, dijo mientras servía la mesa, fue por Rukawa y repitió: está listo

ignoró su llanto, se acercó a él, lo levantó brusco de un brazo, dejando caer el anillo que llevaba en la mano, lo arrastró a la mesa, lo sentó: come! Y se sentó frente a él, comiendo, tenía rabia, pero no con Rukawa, sino con él mismo.

Ru secó sus lágrimas y comió, ¿cómo decirle que no? ... Hana dejó el plato a más de la mitad, se tocó la cabeza, dolía, algo apretaba, Ru comía en silencio, ojos húmedos, aun...

El anillo quedó olvidado en el sillón, entre los cojines.

Hanamichi se fue sin decir adiós...

- Hijo

- Ya lo decidí

- Pero Kaede

- Él lo quiere se lo daré

- Hijo tienes que ser fuerte, no puedes echar a perder tu vida por despecho

- Solo quiero verle feliz, a demás mi madre no me lo perdonaría nunca

- Kaede

- Déjame

Hanamichi irradiaba felicidad, sería el padrino de bodas de su mejor amigo, quien se casaría, sería feliz, formarían una bella familia, con la bella Sara.

Hana y Rukawa ya tenían 26 años, estuvieron mucho tiempo, meses alejados, después de aquel percance que Hana echó al olvido, Pero Rukawa le buscó, le pidió perdón, y volvieron a estar juntos, volvió a manejar la vida de Rukawa aquel pelirrojo ciego, ciego por miedo...

Hana vivía solo, Ru era su vida, él sería todo lo que, a él, se le negó, y así él, Hanamichi Sakuragi sería feliz.

Era una noche oscura, Rukawa no paraba de beber, tanto le amaba, tanto que dolía...

pero todo por él, para él, por ti...pero y él qué le daría, cuando se marchó a jugar a los . le dio un abrazo, una sonrisa, cuando compró el departamento que él quiso, ganó horas a solas allí con él, cuando le rechazó, le dio por pedirle perdón una sonrisa, sonrió triste: una sonrisa por pedir perdón, por amarte...pero ahora , echaría su felicidad a la basura y él, él ¿qué le daría?, marcó el teléfono...

Hana alistaba su traje para el gran día...sonó el teléfono fue a contestar.

- Hana ven te necesito, por favor

- Rukawa

Pero este colgó de inmediato

Hanamichi asustado fue a su departamento.

Al llegar lo encontró borracho, lo reprendió y Ru ya sin poder soportar más explotó, explotó como nunca

- ¡Lo he hecho todo por ti, para ti y tu que me das a cambio!

- Que

- ¡Me caso por ti, no crees que MEREZCO ALGO!

- Rukawa tu

- ¡LO HAGO POR TI!

- Estás borracho

- ¡!¡DIOS, TE AMO HANA!

- ¡!¡CÁLLATE, CÁLLATE!

- ¡¿Y QUÉ ME DARÁS?!

- De que hablas, Hana intentaba tranquilizarse, Ru estaba borracho, a demás cuando le buscó un par de semanas atrás, le dijo que fue un malentendido, nunca le amo, pero, pero

- ¿Qué me darás?,

Su tono bajó

- ¿De qué hablas Ru? tranquilo

- Te amo, lo hago por ti, ¡DAME ALGO!

Se le acercó, Hana lo empujó

- Dame, dame algo dijo Ru desde el sillón donde cayó sentado, cabeza gacha, botella en la mano.

- Duérmete Ru que mañana tienes que casart...

- SI NO ME DAS ALGO ESTA NOCHE, YO, ¡YO NO ME CASARÉ!

- QUE

- ¡DAME ALGO!

- ¿Qué quieres?, estas borracho

- Un beso, le miró a los ojos, los suyos mojados, un beso prosiguió: una caricia, entrar en tu cuerp...

Pero una bofetada de Hana lo calló

Rukawa, soltó la botella, toco su rostro que por el golpe se volteó, completamente lúcido le gritó: ¡LARGATE! lo empujó, lo echó.

Hana se fue llorando, le quemaba la mano, dolía tanto, Dios cómo, cómo pudo golpearle, hace años que no tocaba de esa forma su rostro, y, y lo hizo con rabia, como pudo hacerlo, pero… "Ru yo no soy nadie, nada, ¿cómo puedes decir eso, que me amas? Conmigo solo estropearías tu vida"

Al día siguiente, sonó el teléfono en el departamento de un triste pelirrojo que aun no se perdonaba por el golpe que le dio a su amigo, y tenía tantas dudas... Hanamichi no había dormido nada en la noche, al contestar escuchó una voz familiar, quizás más de lo debido, porque ellos no les pertenecían, era la señora Kenia:

- dónde estás cariño, tenemos todo listo solo falta el padrino

La boda sería a las 6 de la tarde y ya eran las 4. Se vistió veloz, solo faltaba él, eso quería decir que habría boda... esta sería en un local destinado a ese tipo de ceremonias, hermoso lugar, acogedor, elegante, y que aseguraba privacidad.

Rukawa caminaba hacia el juez que lo casaría, su mirada baja, no, estaba cansado ya no quería pensar en nada.

Hana sintió que se ahogaba cuando Rukawa lo miró feroz, odio en su mirada, solo pudo bajar la suya.

La bella novia entró, se veía muy hermosa, vestido elegante, blanco, con una bella sonrisa en el rostro, el padre de Ru, solo abrazaba a sus gemelos, que tenían los ojos llorosos por su hermano, su madre dudaba...

Kaede Rukawa, dijo el juez, pero no pudo proseguir

- ¡Basta! - lo interrumpió Rukawa - ¡se acabó ya no aguanto esta falsa!

Todos enmudecieron, Ru se zafó de la mano de Sara, quien le miró atónita, pero algo en ella respiró tranquilo, él no la amaba, a su lado ¿qué vida le esperaba?

Ru salió del lugar para meterse a la habitación donde horas antes se arregló, Hana, le siguió, solo se escucharon sus pasos, la madre de la novia corrió a consolarla, pero más lloraba ella que su hija, quien solo miraba el suelo.

Ru cerró la puerta en la cara de un pelirrojo que lo siguió dudoso, Kaede confundido no quería verle si lo hacía no no...pero no alcanzó a poner el seguro, Hanamichi entró y Rukawa al no soportarlo más se arrojó sobre él golpeándolo, Hana se dejó hacer, hasta que sintió una boca sobre la suya, unas manos que acariciaban suave su rostro, y lágrimas que salían de sus propios ojos, algo se quebró en él, y de aquel lugar un sentimiento oculto con recelo escapó, Rukawa lo besó con furia, lo recorrió hambriento, fue todo tan rápido, Hana no respondía el beso y se asustó al sentir las manos de Ru sobre su pantalón, como le sacaba el cinturón, y adolorido por los golpes, confundido, intento alejarlo pero Ru furioso sin control, intentaba desnudarlo con torpes manos, abrió sus pantalones, sin dejar de devorarle la boca, los jaló fuerte se posó sobre él, estaba descontrolado, la ira, el deseo lo cegaba junto con sus lágrimas, tanto odio, tanto amor, tanto tiempo reprimiéndolos.

- Kaede, la voz de su padre al otro lado de la puerta

Ru se congeló, miro a Hana que yacía bajo él, soltó sus manos que sujetaba fuerte sobre la cabeza del pelirrojo, para detenerle, lo vio, lloraba, un ojo herido, la boca sangrando

- ¡oh, Dios!, se separó de él corrió al otro lado de la habitación, se dejó caer al suelo, quedando sentado abrazando sus rodillas, llorando...

Hana se vistió rápido, su camisa sin algunos botones, porque Ru los arrancó, sus pantalones, a medio bajar...

Rukawa padre entró, vio a Hana arreglándose, golpeado, este avergonzado salió del lugar corriendo.

Se acercó a su hijo: ¿Kaede hijo, que pasó?

- No lo sé, yo yo tenía tanta rabia, tanto deseo, padre yo...

- Tranquilo - y se sentó a su lado abrazándolo- tranquilo

- Me odia ahora, me odia...

Su madre entró, vio a su esposo abrazando a Ru, fue por Hana, pero la madre de Sara la detuvo, escuchó callada sus insultos, ya todos se habían ido, los gemelos se comían la torta, y una vez de decir solo: perdón, fue por Hanamichi.

Hana lloró en los brazos de Kenia: ¿qué puedo ofrecerle?, no soy nadie, era lo único que decía.

Kenia lo decidió, no volvería a entrometerse así en la vida de alguno de sus hijos, nunca más.

Hablaron durante toda la noche, hasta los gemelos ya de 15 años, opinaron, juntos la familia de Ru, decidieron que debían hacer, también de que necesitarían tiempo, ambos, Hana y Ru, necesitarían tiempo.

Fueron días, semanas, interminables, donde ambos jóvenes se sintieron morir, ambos temieron, porque ambos ahora sabían fuertemente lo que sentían, uno lo confirmaba, otro lo aceptaba...

Hana entró a la casa de la familia Rukawa, tenía llaves, la señora Kenia lo citó, era urgente. Al encender las luces del living, vio a Ru bajando las escaleras, Ru le miró sorprendido hace un mes que no se veían, su padre le pidió que fuera ese día a casa, y al llegar encontró todo oscuro, subió a la habitación de los gemelos, y los encontró durmiendo abrazados en una cama, los despertó a cosquillas, y bajaba arrancando de ellos, pero al ver a Hana se detuvo, y el par de chicos de ahora un metro con 60, chocaron con él, pero Ru no se movió, solo miraba.

- Yo- dijo Hana- tu madre me citó

Ru lo sabía, su padre habló con él y le convenció para enfrentarle, pero ...

- Sí

La señora Kenia saliendo de la cocina junto a su esposo

- Bueno Kaede -habló su madre - me imagino que deben hablar,

Rukawa miró el anillo que llevaba en su dedo angular de la mano derecha, recordó las palabras grabadas en él, y decidió hacerlo, sí, ahora estaba seguro de que iba a hacer.

Los gemelos bajaron para unirse a sus padres y salir.

Kenia les habló antes de salir:

- Estaremos cerca por si nos necesitan Hanamichi

Ru la miró dolido

- No Kaede, lo digo por sí ambos nos necesitan, hijo yo confío en ti.

- Y yo en ti, dijo Rukawa padre mirando a Hana.

Los gemelos empujaron hasta el sillón a Hana quien quedó sentado, la familia de Ru salió para caminar fuera de la casa, y sentarse en la acera.

Christopher, diablo dos, se sentó sobre las piernas de su hermano, y le abrazó:

- No entiendo que malo hay en amar a un hombre, yo amo a Johan

Johan (diablo uno):

- Yo también te amo

Su padre los miró tierno: pero ustedes son hermanos

Y Johan besó suave los labios de Christopher

Sus padres casi se ahogan

Recibieron un golpe de parte de su madre, mientras su papá ya cansado de tanta tensión estalló en risa.

- ¡Par de niños pervertidos! Recriminaba su madre, los dos solo siguieron abrazados y riendo. La señora Kenia solo meneaba la cabeza: ¡hay Dios!

En la casa, Rukawa aun estaba en las escaleras, Hanamichi muy nervios jugaba con sus manos

Ru bajó y se sentó en otro sillón

- Ru lo siento, dijo Hana al sentirlo cerca, levantando su vista para encontrarlo frente a él, fui egoísta – prosiguió - quise que tu hicieras todo lo que se me negó, y no pensé que era lo que tu realmente querías, yo, yo lo siento mucho

- No, yo dejé que manejaras mi vida

- Lo siento, solo pensaba en mí, debo admitir que por años te tuve mucha envidia, y a veces estúpidamente deseé que lo perdieras todo, pero las cosas cambiaron y verte feliz, bueno ver en ti lo que pensaba te haría feliz, era mi vida, Dios lo siento tanto

Ru le miró, se sentó a su lado, y tomó sus manos, Hana le miró asustado:

- Hana, dime que no me amas mirándome a los ojos

- Yo

- Todo lo hice por ti, dime que no me amas y me resignaré

- Ru, yo que puedo ofrecerte, dime qué soy, soy un fracasado, que vive de la felicidad ajena, de los restos de otra vida

- No Hana

- ¿Ru que soy?, un cocinero, un idiota, que dirían, tu eres alguien importante, tienes un futuro, eres una estrella de básquetbol, tienes una vida, no Ru

- Tu eres mi vida

- Pero

- Dímelo

Hana se paró, Ru también lo hizo, lo tomó de la cintura, lo atrajo hacia si, Hana volteó la cara, Ru besó suave su cuello, haciéndolo estremecer: no te haré daño, lo siento tanto, no quise lastimarte, pero te amo tanto que si me dices que a mi lado no serás feliz lo entenderé.

- Ru yo

- Dímelo y tomó su cara haciendo que lo mirase usando una mano, ya que, con la otra lo sujetaba de la cintura.

- Ru mi Ru... y se perdió en el azul de sus ojos, lo abrazó fuerte: eres tan hermoso yo no, no, ¿qué puedo darte?

- Un beso, una caricia, una sonrisa, solo tú.

- Ru... Hana lloraba aferrado a Rukawa

- Prométeme que si te aburres de mi, que si te enamoras de alguien más me dejarás y serás feliz- Le dijo Hana aun abrazándolo fuerte

- Pídeme lo que quieras, pero no que deje de amarte

- Ru

- Te amo… y buscó su mirada, Hana tembló, pero armado de valor y con ese sentimiento que escondió por años, liberado y mas fuerte por el tiempo, le besó, delicadamente, tímidamente, Ru volvió el beso más fuerte, más fiero, se besaron apasionadamente sin dejar de abrazarse.

Dos cabezas miraban desde la ventana y se largaron a reír.

Corrieron hacia sus padres

- ¿Y? dijo su madre ansiosa

- jajaja, mejor vámonos tienen una laaaaaarga noche

- ¿Qué pasó? dijo Kenia

Johan besó a su hermano, suave: eso, y corrieron porque su padre los perseguía para golpearlos: ¡PAR DE PERVERTIDOS!, los dos huían tomados de la mano

Rukawa padre corría tras ellos y su madre ya mas relajada rió, al parecer tendría que resignarse, ese para de gemelos locos eran inseparables no esperaba que alguno se casara, más aun rezaba para que no se enamoraran de la misma persona, y a Kaede, bueno siempre quiso verlo casado, pero su esposo tenía razón, lo que más importaba era verlo feliz, y a Hana, bueno el era como un hijo, suspiró, recordó la vez que se dio cuenta que amaba a su esposo, tenía 17 años, lloró mucho sintiéndose, fea, poca cosa, para el galán desinteresado de su preparatoria, su amigo, pero la vida le sonrió, tomo su cabello, un mechón rojo asomaba, tendría que teñirlo, es que las canas se apoderaban más rápido de él, sonrió: siempre supo que Kaede se quedaría con alguien de cabellos rojos, tal vez Hana era lo que él necesitaban, no, no tal vez, él era lo que necesitaba. Y se fue en ayuda de sus hijos que eran estrangulados por su padre.

Christopher exclamaba teatralmente: ¡oh amado Johan, nuestro amor es imposible!,

Johan reía, sus padres cansados optaron por imitarlo

Ru se sacó el anillo y lo colocó en el dedo de Hana:

- ¿Quieres ser mi pareja?

Hana secó sus lágrimas, movió la cabeza afirmativamente, y armado de valor dijo tímido: te amo, pero no te sientas amarrado por ello...

- Tu amor son mis ammmm, Hana calló sus palabras con un beso

Ru al poder respirar replicó: mm estropeaste mis palabras

- saben mejor en mi boca

- tonto

Y entre besos y caricias, disculpas, promesas se durmieron abrazados, Ru sobre Hana, ambos en el sillón.

- No ralles la cara de tu hermano Christopher

- soy Johan

- Grr dejen de jugar se quien es quien, reprendía su padre

Ru abrió los ojos, al sentir algo helado sobre su cara, su hermano Christopher se ocultaba, con un plumón en la mano le dibujó bigotes de zorro.

Cuatro pares de ojos le miraban atento

Se sonrojó

- Yo, yo lo siento

- Johan: que lento eres con Christopher somos más rápidos

- ¡Ven acá, y tú también, par de pervertidos!

Los gemelos huían a su cuarto, Ru y Hana ya despiertos miraban sonrojados, su madre reía: vayan arriba a bañarse y bajan a almorzar

El almuerzo fue tranquilo, Rukawa les informó de su relación

- Johan : y por qué el sí y nosotros n

- Kenia: basta o los llevaré a un psicólogo

- Cris: yo me creo gato: miau miau miau y se le echó encima a Kenia

- Johan: yo soy Napoleón, es que tengo poca imaginación jejeje, y se levantó a lo militar

Hana y Ru reían

Rukawa padre meneaba su cabeza: ¡hay dios!

Kenia, ya levantando los platos, con un gato (léase: Christopher) en los pies, les decía apoyarles: mmm aunque siendo sincera me hubiese gustado mucho tener nietos, porque creo que el napoleón y el gato no me los vana a dar

Napoleón: madre robaré a todos los niños del país para ti

- gracias, hijo (ya ni le rebatía) pero creo que son demasiado buenos para alguna chica

Hana rojo reía

- Cris: miau miau miau

- Johan: lo que mi querido gato dice es: usen protección y sean felices

- Cris: miau

- ¡PAR DE PERVERTIDOS! Chillaba su padre y Cris se arrojaba a los brazos de Johan para huir a su habitación, Hana reía, Ru miraba desconcertado, al parecer también dividieron cerebro.

Dos meses pasaron, difíciles meses, donde Hana vio con miedo como se enamoraba cada vez más y se llenaba de inseguridades, que Rukawa a besos trataba de hacer desaparecer... cumplirían dos meses exactos, este era el día, cenaron con sus padres, rieron del par de gemelos locos, y volvían a su departamento, una semana como pareja y decidieron vivir juntos, en el departamento de Ru, Hana chilló, que no sería la dueña de casa, pero ya cocinaba...

Se sentaron en el sillón, Ru sobre las piernas de Hana, besándose, y Hanamichi sacó del bolsillo de su chaqueta, una cajita, rompiendo suave el beso y a centímetros de la boca de Ru dijo: mm Kaede, toma, la abrió y sacó un anillo: lee

- Te amo - leyó Ru- jeje cursi

- Mira quien habla

Hana se lo colocó a Ru, le dio un apasionado beso y al separarse prosiguió:

- Quieres estar a mi lado, ser mi pareja

- Ya lo soy

- ¿Quieres?

- Sí

- Te amo

- Te amo

Repitió Ru y Hana sintió que su relación se consolidaba y Ru después del beso que siguió a aquellas palabras se atrevió a pedirle lo que tanto deseaba: déjame hacer el amor contigo Hana

Hana lo apretó fuerte entre sus brazos y asintió.

Entraron de la mano a la habitación que compartían, se recostaron suave sobre la cama, besándose suave, para de apoco subir la intensidad de besos y caricias.

La ropa quedó fuera, y Hana al tomar conciencia se cubrió con las sábanas, Ru le imitó, se posó sobré él, besándolo, Hana estiró una mano fuera de las sábanas y apagó la luz, Ru sacó su cabeza aun sobre Hana y la encendió, Hana rojo la apagó, Ru la encendió: déjame verte

- Me da pena

- Vamos

- No soy tan bello como tu mi zorrito

- Para mí sí, y como has seguido haciendo ejercicio mmm bastante apetecible

- Ru

- Si

- Quiero volver a tomar un balón de básquetbol

Y Ru lo besó fuerte Sabía que significaba aquello, Hana podía hacerlo tal vez no profesionalmente, pero si jugar, por miedo se negó a tomar un balón, a volver a jugar, ahora, ahora tenía el valor, eso quería decir que volvía a tener confianza en si mismo

- Yo te ayudaré

- Gracias

La luz se quedó encendida, y a besos Ru bajó por el cuerpo de Hana llegando a su sexo y lo tomó, placer, dulce placer...

Lo saboreó íntimamente, queriendo con aquel gesto demostrarle cuanto le amaba, cuanto le deseaba, recordó el regalo de los gemelos demonios, sonrió, como diablos sabían esas cosas ese par de bobos, lo extrajo del velador, al subir en busca de aquella boca y sin dejar de besarlo y acariciarlo íntimamente, comenzó a prepararlo, a Hana, ahora su Hana.

Con la ayuda del lubricante, regalo de esos dos, lo preparó con mucho cuidado, pero no pudo evitar aquel dolor que para Hana fue poco comparado con el placer de saberse suyo, deseado, amado por él.

Entró despacio y se movió lento, con suavidad, intentando hacer ese momento eterno, Hana se aferró a sus brazos y cuando el ritmo aumentó gimió su amor, al sentirse tan lleno de él, inundado de placer, uno asfixiante, que le quemaba, que lo llenaba. Ru no pudo controlarse y con fuerza se movió dentro de él, apasionado, con todo el corazón, enamorado, un grito ahogado de parte de ambos los liberó, pero demasiado deseo, demasiado amor, demasiado tiempo ocultándolo ... los papeles se cambiaron, ahora era Hana quien lo besaba por todas partes, lo preparaba con amor con admiración, tocando hechizado cada parte del cuerpo de su amante, amado, buscando aquellos puntos que lo hicieran gemir, estallar. Besos, caricias, y Hanamichi entró al cuerpo de Ru, dolor pero este desapareció al verle sonreír, al verlo sonrojado, al escuchar el te amo, al entrelazar sus dedos y moverse juntos, uniéndose, él, en su cuerpo, al mirara sus manos unidas, y ver los anillos, manos juntas, cuerpos unidos, besos, caricias, siendo ellos dos uno solo, un te amo, en cada caricia, en cada mirada, y un por ti para ti, de parte de los dos...

Besos, amor, se fundieron hasta que sus cuerpos no lograron seguir haciéndolo, se durmieron abrazados, y despertaron juntos, así, de la misma forma que dormiría y despertarían por el resto de sus vidas, una vida juntos.

FIN

Nota de autora: con todo mi cariño dedicado a mi querida amiga María, gracias por tu apoyo y tu amistad, besos Haima

Y cualquier comentario, reto, se aceptan, y no piensen mal de los gemelos, jeje aunque si han leído fics de saint seiya jajaja entiendo, bueno gracias por leer, con cariños, Haima.