Peter siguió trabajando el resto del día, tan profesional como siempre. Sin embargo, aquel paciente de vez en cuando venía a su mente, es más, se encontraba realmente ansioso ante la promesa de un llamado, pues nunca había recibido ese tipo de propuestas, ya que mientras estudiaba estuvo cien por ciento enfocado en su carrera ignorando todo lo que se movía a su alrededor, gracias a eso logro terminar la carrera antes de tiempo, ingresar inmediatamente a la especialidad y hoy a sus casi 25 años ya se encontraba con un trabajo estable y muy bien remunerado, además de participar esporádicamente en una que otra investigación en el área.

En otro lado de la ciudad un ilusionado Logan, ante una experiencia nunca antes vivida llegaba a su oficina, cuando su asistente y amigo lo paro de inmediato, pues tenían un grave problema con un socio norteamericano, estaban a punto de perder el gran negocio del año.

Así que rápidamente Howlett se volvió en el lobo del negocio, como era llamado, e inicio una videoconferencia con los dueños de la empresa involucrada, había miles de dólares que salvar.

Al final de la agitada jornada para ambos, cada uno entre las penumbras de su casa y escuchando la suave lluvia que comenzaba a caer, pensaban en el otro. Uno más ansioso que el otro.

Logan, cuando al fin se calmó luego de la situación vivida, aunque aún quedaban una que otra cosa que zanjar con los socios, él creía firmemente que ningún millón se le escaparía. Pero ya dejando el trabajo para su próxima jornada, recordó la promesa de la llamada, sacando su IPhone, aun sin batería. Recordando rápidamente aquel papel entregado por su "urólogo favorito", fue por su chaqueta, pero no encontró nada, reviso sus pantalones, pero el bendito papel con los datos más importantes no aparecía por ningún lugar. Inclusive fue a buscarlo a su auto, pero para mala suerte de él tampoco logro dar con lo buscado.

Se calmó pensando en que se había caído en algún lugar de la oficina y todo mejoraría, además, siempre podía ir a verlo al hospital. Pese a todo esa noche durmió realmente mal, apenas pegó el ojo, ya que estaba sumamente preocupado, pues en primera instancia había roto una promesa. Había quedado como un mentiroso, quizá qué diablos iba a pensar el doctor de él. Pero a la vez se sentía como cualquier idiota adolescente, nunca antes le había importado lo que otro pensara de él, menos preocuparse por algo como un coqueteo, se sentía como un estúpido adolescente.

Maximoff por su parte se sentía frustrado, había sido tan imbécil de creerle al ardiente paciente que lo había visitado y él como cualquier chico de quince le había creído todo. Realmente todo esto era consecuencia de no haber vivido una adolescencia normal, ahora estaba sintiendo y pensando cosas adolescentes con retraso, lo que era algo realmente patético.

Se despejó con una taza de café, y se dispuso a revisar nuevamente su próxima conferencia, pues se acercaba un importante congreso, para el cual tendría que viajar, estaba ansioso por presentar sus nuevos resultados.

Al día siguiente pese a que a que Logan buscó su oficina no hayo nada, así que la única solución era dar la cara como todo el hombre que era, pedir disculpas y volver a tener una forma de contacto con Maximoff, sin embargo, el problema de día anterior se incrementó y no tuvo tiempo ni siquiera para probar un mísero bocado. Cuando al fin se libró de todo y al fin había obtenido éxito, pues a él nada se le escapaba, se dio cuenta que ya era muy tarde y el hospital estaría cerrado, y para su mala suerte, se venía el fin de semana, donde no había consultas médicas. Decidió calmarse, después de todo no había hecho nada grave, solo era un malentendido que ya solucionaría pues él era experto en ese tipo de cosas.

El sábado por la tarde se encontró con su amigo, ya que ambos debían comprar la ropa formal para el matrimonio que sería en una semana. Erik y Charles habían decidido comprar por separado para darse una sorpresa en cuanto al vestuario.

¡Logan! ¿Te parece bien este? — le repetía la pregunta Charles a su mejor amigo, el cual parecía estar en cualquier parte, menos, siendo una buena compañía para elegir la mejor ropa para el día que se venía.

Perdón, estoy algo distraído. Me gusta más la combinación de color negro con azul, combinan con tus ojos y esos colores que te quedan bien. Además,pienso que Erik ira de colores más claros, así que combinaran bien — terminó de explicar Logan, mientras le dedicaba una sonrisa a su mejor amigo. Este es el momento de disfrutar junto a él, y sinceramente, él estaba tan feliz de ver a dos personas consolidar su amor, el sabía lo mucho que se amaban y cuantos les había costado decidirse a estar juntos.

Luego de eso, él también se decidió por algo nuevo, ya que después de todo era el padrino de la boda, no podía fallar o estaba seguro de que Charles lo recriminaría el resto de su vida.

— Charles, no deberías comprar algo de ropa interior para tu noche de bodas — Logan comenzó a reír al ver como Charles se ponía cada vez más rojo, él simplemente soltó una de sus roncas risas, no podía creer que su amigo estuviera actuando de esa forma, y con él, que conocía sus facetas más descaradas. Pero aún así, Charles asistió algo avergonzado mientras Logan se quería golpear, ahora por su estúpida broma tendría que acompañarlo.

Charles se decidió por un modelito que haría suspirar a su futuro esposo, era de finos encajes y en un color tan azul como sus ojos. A Logan le parecía divertida la situación, encontraba adorable a Charly, pero también le daba algo de risa, pero no se reiría pues temía herir sus sentimientos, solo estaba seguro de que el idiota de Lehnsherr iba a sufrir un paro cardiaco.

La tarde pasó rápido, compartieron y se dedicaron a conversar, Logan no pudo evitar estar algo sobreprotector, se sentía algo idiota, pero sentía como si estuviera perdiendo a su amigo, a su más grande amor, después de todo, solo por Charles había tenido sentimientos profundos.

— Logan, perdón por hacerte sufrir durante años— el mencionado casi escupe el café, no se esperaba ese tipo de palabras, ni siquiera entendía a que iban — siempre supe de tus sentimientos, y aún así no me importó tener sexo contigo — ahora si que Logan quería huir, realmente algo estaba mal en la cabeza de Charles, eso ya había sido hace bastantes años, ya todo estaba solucionado — fue un idiota, siempre te di esperanzas, porque tenía miedo de que me abandonaras — antes de que Charles siguiera prefirió intervenir.

— Charly todo esta en orden, solo fue un tonto que confundió nuestra amistad — tomó sus manos con cariño — sinceramente, solo albergo cariño hacia ti, y estoy muy feliz de que hayas encontrado a alguien, aunque ese sea el imbécil de Erik Lehnsherr.

Luego de esa sincera conversación, ambos se dieron un abrazo, sabían que todo seguiría igual, su amistad no tendría por qué cambiar.

Ya para el lunes, lo primero que hizo Logan fue pasar por el hospital, necesitaba ver a Peter, porque no se lo podía sacar de la cabeza, ni siquiera una noche en su bar favorito lo hizo interesarse por alguien, sólo lo quería a él.

Estuvo afuera de su consulta, pero quien terminó saliendo era una ya vieja mujer, de su médico favorito ni rastros, así que de mala gana y sintiéndose algo ridículo fue a hablar con la secretaria.

Ya era lunes y lo primero que hizo Logan fue ir al hospital pues tenía planeado conseguir ver a Peter como fuera. Primero se paró un rato frente a la sala donde atendía, pero al cabo de unos minutos vio salir a una doctora, la cual no perdió tiempo en guiñarle un ojo, ante lo cual él se hizo el desentendido.

Ella le informó que el joven doctor, estaría toda la semana fuera, pues se encontraba en un importante congreso, hablando sobre su investigación más reciente. Logan no sabía que hacer, no estaba dispuesto a esperar una semana más, quería tener alguna forma de contactarlo rápido, tendría que recurrir a sus habilidades en los negocios.

Finalmente, después de uno que otro coqueteo, logró que una de las muchachas le diera el mail personal de Peter, ante lo cual le agradeció con un sutil pero acalorado beso en la mejilla, quedando la pobre chica suspirando y sonrojada.

Estimado Peter:

Primero que todo, perdón por no haberte contacto esa noche. Puedes creer lo ridícula que es la vida, se me perdió el papel con tu número. Lo busqué por todas partes, traté de ir antes al hospital a buscarte, pero por problemas en mi empresa no pude ir hasta el día de hoy, donde me encuentro con la noticia que te has ido. Así que espero puedas disculparme y me aceptes una cerveza o un café, para que nos conozcamos más, espero tú número.

Créeme, yo no estoy jugando.

Espero pronto noticias tuyas.

James "Logan" Howlett

La semana trascurrió sin mayores novedades, Howlett ya estaba histérico, revisaba su mail cada cinco minutos y ante cualquier notificación sacaba su móvil independiente de donde estuviera, pero nadie le respondía el mail enviado. Pero no se rendiría, esperaría a que Peter volviera al hospital y lo buscaría, al menos para darle una explicación.

Peter tuvo una semana agitada, se lo pasaba de exposición en exposición, apenas llegaba al hotel se dormía, estaba realmente agotado, había olvidado lo ajetreado que eran los congresos. Ni siquiera reviso sus mails, hasta el día miércoles, cuando se encontró con uno que le llamó la atención, pero prefirió no responder, quería pensar bien las cosas, ver si esta realmente interesado, además, no quería sufrir, y sabía que se convertiría en alguien vulnerable si llegaba a intentar estar con alguien, una vez libre de ese maldito congreso y del matrimonio de su padre, evaluaría el quehacer.

Logan luego de días sin respuesta, se decidió a dejar el aire lastimoso que lo estaba persiguiendo y a conseguir lo que quería, pues él lo alcanzaba todo en la vida, el mocoso no se le escaparía. Se sintió nuevamente lleno de energía.

Era sábado y el matrimonio de su mejor amigo, los novios se veían reluciente, aunque había uno bastante más nervioso que el otro, y claramente, era Erik quien estaba al borde de una crisis de pánico y Charles solo rodaba los ojos, no podía creer que estuviera así, el en cambio, estaba feliz.

El juez encargado de casarlos ya estaba empezando a dar las órdenes para proceder con el matrimonio, cuando las puertas de la recepción se abrieron, un muchacho venía apurado, casi corriendo mientras maldecía, Erik negó con la cabeza, Charles soltó una risa y Logan lo quedó sin mirando sin poder creerlo.

— ¡Tú! — gritaron ambos al unísono, mientras el resto no entendía que estaba pasando.