James Howlett un importante gerente de una gran compañía, era el más hábil en su campo, nadie le ganaba y ningún negocio se le escapaba. Pero eso no era todo, además de todos sus atributos intelectuales, estaba dotado de grandes atractivos físicos, un cuerpo realmente trabajado y un rostro masculino, realmente apetecible.

Era admirado tanto por hombres como mujeres, ambos sexos baboseaban con él. Pero solo algunos tenían privilegio de compartir la cama con un inmortal como él, además, el rumor decía que no dejaba nada que criticar, pues el sexo con él era una experiencia divina y sublime, un "paraíso terrenal".

Sin embargo, estos días el hombre que ya en sus cuarenta, no se encontraba bien y lo peor es que no sabía a quién contarle de sus males, pues pese a todo tenía algo de vergüenza, ¿Acaso era normal que a un hombre de su edad le doliera el "miembro y otras molestias en la zona? Decidió esperar un par de días, de seguro ya se le pasaría.

Ese día se disponía a almorzar con dos de sus grandes amigos, Wade, quien además era su asistente personal y Charles, otro empresario con quien se asociaba constantemente.

El almuerzo transcurrió de lo más normal, hablaron alegremente de distintos asuntos, dejando de lado por un tiempo, todo lo relacionado con dinero y negocios.

— Me caso — pronunció torpemente y algo sonrojado Charles.

— ¡Que! — exclamaron al unísono los otros dos, no sabían qué diablos estaba ocurriendo, ambos creían haber escuchado mal, no podía ser verdad lo que estaban escuchando, Charles siempre dijo que el matrimonio y él no combinaban.

— Bueno, es lo que escucharon. Con Erik hemos decidido hacerlo legal, ya llevábamos bastantes años y bueno, es el paso a seguir. Sera algo muy pequeño, ambos están invitados, y, Logan ¿Podrías ser mi padrino? — preguntó Charles, ya más tranquilo, habiendo superado la etapa de nervios, y al fin dejando escapar su alegría, aunque jamás aceptaría en público que llevaba tiempo soñando con el matrimonio.

Logan estaba por aceptar la propuesta de su amigo cuando sus molestias lo aproblemaron, sentía como si agujas se le clavaran en la vejiga y la uretra, junto a unas ganas incontrolables de orinar. Salió rápidamente al baño, mientras le gritaba un "claro" a su amigo. Charles y Wade se quedaron confundidos, no sabían qué diablos había pasado, seguro eran cólicos.

Luego de unos minutos, Howlett volvió ya relajado y algo apenado por la emergencia recién vivida, no sabía cómo expresar lo recién ocurrido.

— Charly claro que me encantaría ser tu padrino, después de todo, he visto cada etapa de su relación y se cómo ambos se quieren con locura, se como amas a ese imbécil — terminó de expresar el hombre mientras sonreía.

— Genial — agradeció el de ojos azules, las lágrimas amenazaban por caer.

— Vamos a lo importante — interrumpió Wade — nos explicas que fue lo de recién, ¿Viste a alguna amiguita o amiguito de esas que te llevas a la cama? ¿O acaso te dolió lo del matrimonio? — preguntó el asistente riendo, mientras molestaba a su amigo.

— Chicos, esto, como lo digo... Tengo problemas con mi "amigo" de ahí abajo, me duele un montón y me la paso orinando ¿No saben que rayos puede ser? — pregunto un avergonzado Logan, él podía hablar de sexo y mujeres (y un par de veces hombres) sin tapujo, pero le molestaba hablar de sus propios genitales, todo un macho. Se avergonzó de sí mismo.

— Quizá donde lo estuviste metiendo — comentó Wade sonriendo, aguantando las ganas de reírse en la cara de su amigo.

— No creo que sea algo grave, pero deberías ir a un especialista. Le diré a Erik que te recomiende uno, ya que él no te puede atender pues su área son los niños — explicó su amigo muy serio, mientras sacaba su móvil para contactar a su pareja.

Luego del incidente siguieron conversando de cosas banales, no atosigaron más a Charles con el tema del matrimonio, pues sabían lo cerrado que era él con esos temas, pese a agradecían la confianza por ser los primeros en enterarse. Y bueno, Logan estaba aún más feliz por poder ser testigo de su amigo, si bien en un pasado había estado detrás de él, hoy en día sólo era una gran amistad. Erik se había demostrado hosco con él, sabia toda la historia del amor no correspondido, pero en la actualidad mantenían una relación cordial.

De pronto llegó Erik, con su sonrisa especial para su novio, y aun reluciendo su blanco delantal del hospital. Inmediatamente llegó, se acercó a su chico, dándole un profundo beso, ellos acostumbraban a mostrar su amor sin vergüenza alguna. Tanto Wade como Logan se encargaron de felicitarlo, aunque este último aprovechó de hacer un par de amenazas de último momento.

— Puedes ir con mi hijo — explicó Erik luego de que Charles le susurrara el problema de Logan — es un excelente médico, hace muy poco terminó su postítulo en urología.

— Jamás Lehnsherr, imbécil— respondió Logan abochornado mientras se retiraba rápido del lugar escuchando las risas de sus amigos, ya le pediría a Ororo, su secretaria, que consiguiera hora con algún médico.

El día de la consulta llegó, se le hacía raro eso de tener que exponerse ante un hombre que no conocía, pues debía reconocer que ya había tenido encuentros sexuales con otros, si bien no eran muchos y prefería a las mujeres, tampoco los descartaba. Esperaba que ese tal Peter Maximoff fuera un viejo, o al menos alguien que no lo abochornara, ya mucho hacía con estar ahí.

Cuando finalmente fue llamado, ante él se presentó un muchacho claramente menor que él, de cabellos claros y unos lindos ojos café, se veía tímido, fue muy profesional al presentarse.

Estuvieron hablando de sus males, todo apuntaba a una infección urinaria y finalmente solicitó ir a la camilla, pidiendo que se quitara los pantalones y ropa interior para poder revisar su virilidad.

Logan se sonrojó, pero hizo lo solicitado. El doctor se acercó profesionalmente a revisar, poniéndose guantes y procediendo a tocar el miembro. Howlett no sabe que le paso, pero se estaba excitando ante los actos del doctor, y lo aterraba la vergüenza de esta situación. Peter lo miro riéndose, y diciendo que no tenia de que avergonzarse, no era al primero que le sucedía, aunque, pese a lo dicho él también se encontraba sonrojado.

Howlett cada vez se sentía más acalorado, los labios y el cuerpo del joven doctor se veían tan apetitosos, definitivamente el mocoso era su tipo, de habérselo encontrado en algún bar, lo hubiera invitado una copa para luego terminar en algún hotel.

Se subió la ropa rápidamente y avanzó, tomando a Peter por sorpresa, mientras lo giraba y tomaba sus labios, el chico no puso resistencia alguna, y se entregó al placer, él lo deseaba desde que lo vio entrar a su consulta. Fue un beso de aquellos, mucha pasión, lenguas y mordidas.

Cuando terminaron, Peter se alejó rápidamente mientras su cara estaba completamente roja, no sabía que decir o hacer, era primera vez que sentía y hacia este tipo de cosas, claramente acababa de romper todos los juramentos y ética profesional que pudiera tener, tenía ganas de azotar su cabeza contra el muro, su carrera profesional había acabado, había abusado de un paciente, era le peor médico, una mierda de persona.

— Mierda, mierda, mierda. Perdón, realmente lo siento, no sé qué me pasó — el chiquillo no dejaba de hablar mientras caminaba de un lado a otro, pensando en que más hacer.

— Tranquilo niño, yo fui quien lo empezó — el mayor se acercó y le acarició la mejilla, Peter cerró los ojos, para Logan fue como acariciar un gatito — ahora doctor, me explica que tengo y que debo hacer para este puto dolor.

— Señor Howlett, tiene una infección urinaria, debe tomar antibióticos por una semana. Y, evite tener relaciones sexuales, pues está muy inflamado — explicó aún tartamudeando y claramente avergonzado, mientras le extendía la receta.

— Dime que te volveré a ver, al menos dame tu número móvil — pidió Logan con una sonrisa seductora, el nunca pedía números, pero necesitaba ver a Peter una vez más, ansiaba llegar hasta el final con él. Sacó su móvil, pero se dio cuenta que su Iphone se encontraba sin batería, grandioso día para algo así. Peter con una sonrisita le extendió un post-it con su número personal

Logan se despidió formalmente, mientras le dedicaba una sonrisa torcida al doctor, el cual solo correspondió sonrojándose aún más.

— Cualquier duda señor Howlett, no dude en llamarme — Peter se mordió el labio, en un mal intento por coquetear.

— Te llamo en la noche — terminó diciendo Howlett en un susurro, mientras salía de la consulta médica con una gran sonrisa, después de todo no había sido tan malo ir al médico.