Buenas, buenaaaas!
Traigo otra historia, esta es solo de dos capítulos, sencilla y dulce.
Espero la disfruten mucho!
Capitulo 1
Me recargué en el sillón de mi oficina y me pasé las manos por el rostro y el pelo. Suspiré cansado. Necesitaba ya una secretaria. Me puse de pie asegurándome de tener mi billetera conmigo y baje por el ascensor rumbo al Starbucks que estaba en frente. Compré un café cargado y un pastel de fresa para llevar y volví a la empresa fastidiado.
Era Edward Anthony Cullen! Porque razón había ido yo mismo a comprar mi café? Suspiré. Ninguna de las secretarias que había tenido los últimos 5 años había aguantado más de 4 meses conmigo. Tengo 27 años, presidente y dueño de una de las multinacionales más importantes del país y no podía encontrar una secretaria que pudiera con mis exigencias. No importa cuánto ofrezca como salario, nadie que valiera la pena había venido aun.
Me senté en mi sillón de nuevo y gruñí dándole un sorbo a mi café, si había algo que amaba era el café caliente. Casi gemí al probar la tarta de fresas, jamás la comía con alguien, mancharía mi figura demandante frente a los demás pero cuando debía ir yo mismo a comprar me importaba una mierda.
Tocaron la puerta.
-adelante-respondí limpiándome con una servilleta
-permiso señor Cullen-murmuró una suave voz. Miré rápidamente y vi a una jovencita de no más de 22 años, cabello caoba, ojos chocolates asustados y una boca rosa.
-quién eres?-pregunté
-soy… soy Isabella swan, recursos humanos… me mandó aquí- explico- para el puesto de secretaria-
-qué edad tienes?-pregunté
-21, señor- respondió. Gruñí.
-eres demasiado joven, gracias por haber venido- dije volviendo a los documentos que tenía delante mío
-no creo que mi edad sea motivo suficiente para negarme el empleo- respondió. La miré- para eso está el currículum(1) y mis referencias- aseguró. Suspiré recargándome en mi sillón, si con 21 años me contradecía al menos tenía carácter.
-dámelo, sino me gusta te das media vuelta y adiós- le advertí.
-por supuesto- me sonrió con una sonrisa brillante. Rápidamente me lo pasó. Debía admitir que para su edad tenía unos estudios impresionantes.-4to año?-pregunté viéndola- que clase de broma de mal gusto es esta? Soy un hombre ocupado!-exclamé enojado poniéndome de pie
-t-termi-e el instituto a los 16- murmuró pasándome su título- e-entre a la universidad a los-s 17 con una beca completa- explicó. Volví a sentarme y miré minuciosamente sus diplomas y certificados, incluso venía con notas de referencias de sus profesores.
El teléfono volvió a sonar, atendí presionando mi tabique con mi pulgar e índice
-quién es?-pregunté
-señor Cullen acabo de enviar hacia su oficina el balance que me pidió ayer, soy del departamento de finanzas-
-de acuerdo.- respondí y colgué.-sigues siendo muy joven- dije a la chica que estaba frente a mí- tienes experiencia?-pregunté
-no, pero jamás voy a tenerla si nadie me acepta- respondió
-ese carácter no me agrada- respondí cruzándome de brazos
-aun no es mi jefe, cuando lo sea podrá pedirme que lo cambie- respondió. El teléfono volvió a sonar.
-si?-pregunté
-señor cullen necesito el contrato del staff de la empresa, envía a alguien o voy por el?-preguntó valla uno a saber quién. Gruñí.
-Mando a alguien-respondí y colgué-viste el escritorio que esta fuera?-le pregunté a la chica mirando su currículum de nuevo.
-si señor- respondió
-Isabella Marie swan, 21 años. Originaria de forks- leí- es correcto?-pregunté
-si señor- respondió con una sonrisa
-no estoy contratándote, pero como veras no tengo secretaria y no estoy de humor para responder a cada pedido que esta empresa tiene hacia mi persona. Si conseguís allá fuera alguien que te explique donde esta cada cosa en su lugar dentro de mi edificio y como usar el teléfono sobre el escritorio podes quedarte hasta que encuentre a alguien mejor- dije tendiéndole la carpeta con los miembros del staff- esto va al piso legar- dije cuando lo tomó- si queres que te contrate asegúrate de que nadie pueda superarte-
-por supuesto señor Cullen, muchísimas gracias- me sonrió girándose hacia la puerta
-Isabella- la llamé
-si señor?-preguntó viéndome
-asegúrate de preguntarles también como trabajo, no quiero quejas ni incompetentes cerca mío- le advertí.
-por supuesto, con permiso- dijo retirándose. Suspiré volviendo a ver sus referencias, eran bastante buenas teniendo solo 21, pero estaba seguro que pronto iba a ser parte de la lista de las que no pudieron conmigo.
Grande fue mi sorpresa cuando Isabella swan continuó viniendo a trabajar y a pesar de notar sus ojos y sus mejillas rosas de pura furia en algunos de mis advertencias, completamente innecesarias frente a su eficacia siempre, obedecía. Dos años completos hacía ya que Isabella Swan trabajaba para mí, y no había tenido siquiera una falla en la que yo me hubiera visto afectado.
-no puede ser que hayan tenido un mes para esto y les falten la mitad de los balances!-exclamé poniéndome de pie en la sala de juntas. El cuerpo me dolía horrores y estos incompetentes solo empeoraban mi humor- mi empresa exige un alto nivel de cumplimiento y hoy ni uno de ustedes lo a alcanzando!- les gruñí-debería despedirlos ahora mismo a los 5!- continué- tienen 2 horas para completar cada uno de los informes como corresponde y dejárselos a Isabella, sino están despedidos- dije antes de cruzar las puertas de vidrio rumbo a mi oficina.
Una vez allí me dejé caer sobre mi cómodo sillón y tosí. Estaba de peor humor que lo habitual y me mataba el dolor de cabeza, sabía porque, miré la foto que descansaba sobre mi escritorio de mis padres y yo hace ya trece años. Cerré los ojos masajeándome las cienes. No tenía tiempo para cursilerías, debía concentrarme. Tomé uno de los documentos sobre mis informes y me dispuse a trabajar.
Un tiempo después tocaron la puerta.
-pase-casi gruñí.
-permiso señor, ya dejaron todos los informes- dijo Isabella dejándolos delante mío
-que hubieras hecho tú en mi situación?-solté antes de poder darme cuenta de lo que hacía.
-en la junta? No lo sé señor- respondió
-cuál es el nuevo apodo que me pusieron? Del último que me enteré fue de iceberg- reí
-es bueno que se lo tome con humor- respondió
-puedo tomármelo de otro modo acaso? No me importa lo que piensen de mí en tanto cumplan con su trabajo-respondí.-tengo frio, tu no?-
-se encuentra bien señor Cullen?-me preguntó acercándose a mi
- si-murmuré cohibido
-no se ve bien-respondió poniendo su mano sobre mi frente. Me estremecí, no supe si por lo fría que ella parecía estar o por la corriente que sentí al sentirla-dios mío! Está volando de fiebre!- exclamó
-claro que no-murmuré.
-sí, claro que si- respondió- vamos, le voy a pedir al chofer que nos alcance hasta su casa, me voy a asegurar de que tenga alguna pastilla para la fiebre y se quede en la cama antes de irme-
-me se cuidar solo-respondí
-no me importa eso, tiene en lo que llamo al chofer para prepararse-respondió
-Isabella, tengo cosas que hacer- dije
-cuidarse, usted decide, o se va hoy a casa o no viene más hasta el lunes-
-no es quien para hacer algo así-gruñí.
-lo sé, pero por lo visto nadie en esta empresa tiene el carácter suficiente para enfrentarlo, ni siquiera cuando es por su salud. Tiene 5 minutos señor Cullen- dijo saliendo de mi oficina. Gruñí y comencé a recoger mis cosas para irme a casa. Me dolía demasiado la cabeza y no tenía ganas de aguantar a Isabella así toda la tarde. Me sonrió cuando me vió salir.
-vamos, el chofer ya espera- me avisó. Sin dirigirle la palabra caminé al ascensor con ella pisándome los talones. En la puerta de la empresa nos esperaba el coche que usaba muy pocas veces.
-a donde señor Cullen?-me preguntó
-a su casa-respondió Bella por mí. El chofer me miró y asentí recargándome en el cómodo asiento. Una vez en mi edificio Isabella me acompañó hasta arriba-valla a acostarse, enseguida le llevo una pastilla y algo caliente-
No me molesté en protestar, ya estaba aquí y estaba agotado. Lo mejor era hacerle caso para que se fuera cuanto antes e irme a dormir hasta el día siguiente.
Entré a mi cuarto sin molestarme en encender la luz y me apresuré a cambiarme el traje por un pantalón y una remera cómoda antes de meterme en la cama. Minutos después entró Isabella dejando una bandeja sobre mi mesa de noche.
-Apaga eso-le gruñí cuando prendió el velador.
-no se comporte como un niño señor cullen, mídase la fiebre- pidió pasándome el termómetro. Alcé una ceja en su dirección.-sé que quiere que lo deje en paz, asique cuanto antes me deje satisfecha antes me voy-sonrió. Tomé el termómetro ignorando las cosquillas que me habían causado su sonrisa. Gruñí colocándome el termómetro -use la cabeza, usted es más inteligente que esto-aseguró. Cerré los ojos ignorándola. Minutos después le pasé el termometro-38 grados- suspiró-tome- dijo pasándome una pastilla y un vaso de agua.
-qué es?-pregunté
- un ibuprofeno-respondió rodando los ojos. Lo tomé aun desconfiado bebiendo el agua.
-sabes que puedo despedirte por esto verdad?-pregunté
-lo sé- se encogió de hombros-pero estaba fuera de mis principios dejarlo volar de fiebre y continuar trabajando, aun cuando a usted eso no le hubiera molestado-
-no eres quien para hacer esto-volví a decirle
-lo sé, pero antes de ser mi jefe es una persona, y como toda persona necesita de alguien en momentos así. Se lo dije, si nadie tiene el carácter suficiente para decírselo lo hago yo, necesita parar un poco señor. Trabaja demasiado- dijo viéndome con los ojos completamente sinceros y desinteresados. Desvié mis ojos de ella.
-ya estoy en la cama, me tomé tu pastilla y voy a descansar, puedes irte- aseguré acomodándome en la cama.
-probablemente me valla a quedar una hora más, voy a dejarle en la heladera una sopa por si le da hambre, solo debe calentarla. Tiene todo lo necesario para no tener que salir hoy-aseguró. Asentí con un gracias golpeando mis labios.-llámeme si necesita algo-dijo con otra sonrisa antes de apagar la luz. Salió del cuarto y respiré hondo lo que había dejado de su perfume aquí antes de dejarme llevar por el sueño.
Cuando desperté nuevamente eran las 5 de la tarde, estaba todo sudado, probablemente producto de la pastilla. Suspiré poniéndome de pie. Gemí al sentir todos mis músculos agarrotados del dolor. Había olvidado lo que era una gripe fuerte. Caminé hasta la cocina buscando algo de beber, tomé de la heladera un gatorade azul, me lo tomé hasta casi la mitad antes de ir hacia la ducha. El agua caliente relajó un poco mis músculos. Una vez fuera me vestí rápidamente evitando enfriarme y volví a la cocina en busca de otra pastilla.
Mi estómago reclamó algo de comida y recordé que Isabella había dicho algo de una sopa. Abrí la heladera encontrando un tuper que no estaba allí esta mañana. Lo agarré y lo abrí, obviamente estaba frio, pero se veía muy bien. Puse a calentarlo en el microondas mientras ponía el canal de finanzas.
Comí tranquilamente viendo la televisión, mi estómago agradeció la deliciosa, liviana y caliente sopa de pollo. Ni siquiera recordaba tener pollo en mi frezar. Me levanté dejando el plato sucio en la pileta y guardado lo que sobró de la sopa antes de volver a mi cama. Programé mi despertador a las 8 para volver a comer de esa rica sopa y ver un poco más de televisión.
Cuando la alarma me despertó me sentía muchísimo mejor, mi cabeza ya no dolía tanto y mi cuerpo parecía estar operando a su normal temperatura a pesar de volver a estar todo sudado. Volví a ducharme solo para hacer tiempo antes de que empezara el programa de resumen deportivo. Me senté delante del televisor con otro plato de sopa, incluso volví a servirme un segundo plato acabándola por completo. Hacía tiempo no comía algo tan rico, mucho más tiempo hacia que alguien no cuidaba así de mí, preferí no hondar en ello.
Luego de que mi programa terminara dejé nuevamente mi plato sucio en la pileta y fui por mi portátil y mi móvil. Mientras esperaba que ambos se prendieran me hice un té de esas hierbas raras que Alice me había traído de su luna de miel con Jasper y volví a sentarme.
Rodé los ojos al ver los 33 wp del grupo en el que estábamos Emmett, Rose, Alice, Jasper y yo.
Había ido al instituto con Jasper y Rosalie Withlook Halle, gemelos, y luego se nos había unido al grupo Alice Brandon y Emmett McCarthy en la universidad cuando yo aún salía con gente y tenía amigos. Ellos cuatro habían sido los únicos que se habían hecho un espacio a la fuerza en mi nueva vida luego del accidente de mis padres. Los únicos amigos reales que tenía y los únicos que se habían puesto frente a mí y mi carácter. Pensé en Bella un instante pero sacudí la cabeza. Gemí de dolor concentrándome de nuevo en mi celular.
[Fuimos a la empresa y no estabas, ocurrió algo?] Alice
[Ed, está todo bien?] Rose
[Eeedyyyyyyy] Emmett
[Hermano, todo bien?]Jasper. Varios mensajes iguales se repetían uno tras otro
[Hablamos con Bella, nos dijo que estabas en cama, increíble que hayas querido irte] Rose
[Debes sentirte realmente mal, llámanos cualquier cosa, queres que pasemos a la tarde?] Rose
[Tienes para comer?] Alice
[Eeeeedyyyyy] Emmett. Reí.
[Hola chicos, estoy bien, tengo para comer y me siento mucho mejor. Quien es Bella?] Yo
[ISABELLA! Tu secretaria bobo] Alice
[Increíble que sea tan eficiente y no sepas su nombre…] jasper
[Si lo sé, pero no sabía que le decían Bella] respondí
[Ella nos lo pidió, se lo pide a todos por lo que sabemos] jasper
[Debes darle miedo, pobre chica] Alice
[Si necesidad algo no dudes en hablarnos Edward] Rose
[EEEEDYYYYYYY] Emmett. Volví a reír
[Que Emmett?] Pregunté
[Recupérate J ]
[Jajajajaja gracias Emm J] respondí. Ellos 4 era con los únicos que seguía siendo agradable o sincero, sabía que jamás me traicionarían ni buscaría mi dinero. Dejé mi móvil de lado y me concentré en mi correo, afortunadamente no había nada urgente del día de hoy. Media hora después apagué todo y me fui a acostar. Juguetee un rato con la tele de mi cuarto antes de dormirme.
Al otro día me sentía muchísimo mejor, claro que aún tenía la gripe pero todo parecía encaminarse, ya no me despertaba sudado. Odiaba admitirlo pero quizá Isabella, Bella, había tenido razón en traerme aquí. Un estremecimiento me recorrió de pies a cabeza erizando cada pelo de mi cuerpo recordando sus cuidados y sonrisas. Si buscaba un aumento estaba muy equivocada. Desayuné algo ligero luego de vestirme y fui hacia la empresa.
-buenos días señor Cullen-me sonrió cuando llegué y la encontré ya en su escritorio, jamás había llegado tarde.
-buenos días Bella-respondí antes de huir a mi despacho al escuchar como la había llamado. Quise golpearme la frente contra la puerta en cuanto la cerré.
Una hora más tarde la llamé para devolverle los informes de ayer y que los redistribuyera de nuevo a su departamento correspondiente.
-cómo se siente hoy, señor?-me preguntó.
-mucho mejor-asentí dándole una fugas mirada. Esa sonrisa me ponía los pelos de punta.
-puedo… hacerle una pregunta?-preguntó
-que sea rápido-respondí.
-porque me llamó Bella?-preguntó. Clavé mis ojos en los suyos. Sacudí la cabeza.
-anoche hablé con Alice y ellos, me dijeron que les pediste que te dijeran Bella a todos menos a mí, supongo que habrá sido sin querer-me encogí de hombros volviendo a mis documentos.
-sino le molesta preferiría Bella-murmuró.
-De acuerdo Bella-asentí viéndola-algo más?-pregunté
-nop-sonrió saliendo. Sonreí levemente, era increíble cuando se veía esa faceta de niña que tan pocas veces mostraba en mi presencia. Cuanto contrarrestaba contra la mujer que era en las juntas o incluso ayer mandándome a descansar. Suspiré, jamás creí que tenerla en mi empresa fuera tan problemático personalmente. Ahora que parecía encontrar una secretaria lo suficientemente eficiente y decente me surgían predicamentos personales, algo debía estar haciendo mal en mi vida, hice una mueca. Quizá fuera cierto.
Varias horas pasaron y con dos ibuprofenos más conseguí alcanzar el ritmo de trabajo que ayer no había podido hacer. Minutos después tocaron la puerta.
-permiso señor- dijo Bella entrando. Dejó delante de mí un café y una tarda de fresas de Starbucks.
-yo no lo pedí-respondí.
-lo sé, pero suele tomar uno durante la tarde y me pareció que lo necesitaba, además hoy no comió y con lo de ayer es mejor que lo haga- me sonrió
-y porque trajiste esa tarta específicamente?-insistí
-el día de mi entrevista la comió. Soy detallista-sonrió. Gruñí internamente bastante irritado.
-no necesito una niñera señorita Swan, salga de mi despacho ahora mismo-le gruñí. Su sonrisa se borró remplazándola con miedo en sus ojos. Asintió y salió.
Miré la tarta y el café gruñéndoles también volviendo a concentrarme en mis documentos, aun así mi estómago reclamó la tarta y el café unos pocos minutos después. Cerré las carpetas con brusquedad apartándolas antes de tomar la bandeja y ponerla delante de mí.
Gemí complacido con la tarta al darle el primer bocado, probé el café. Justo como me gustaba. Un extraño deje de culpa me asaltó al recordar cómo había tratado a Bella luego de todos los cuidados y atenciones que había tenido conmigo, incluso antes del día de ayer. Siempre tan eficiente, atenta y complaciente. Siempre tenía una sonrisa en mi dirección a pesar de que ni siquiera se había animado a pedirme que le dijera Bella.
El resto de la semana me saludó como siempre pero sin su típica sonrisa, igual de amable que siempre pero ya no se preocupaba por traerme el café a la hora exacta que siempre lo tomaba, esperaba que se lo pidiera, me sentí frustrado cuando lo vi sonriéndole a al patético de Mike Newton, jefe de contabilidad, y no a mí.
Corrí casi una hora en la cinta, esa misma noche, antes de bajarme de un salto frustrado. Me hacía falta su sonrisa a pesar de que odiara admitirlo. Ayer se había cumplido un año más de la muerte de mis padres y había estado más sombrío que de costumbre, había llegado a la empresa buscando su sonrisa y su café y no había tenido nada. Ni siquiera el café le había pedido de puro enojo conmigo mismo, y para peor luego la había visto con Newton.
Me di una ducha y me senté delante de la portátil mirando mis correos, casi de forma inconsciente me vi ideando un plan para que volviera a sonreírme. Suspiré frustrado cerrando la portátil y les envié un msj a los chicos.
[Hacemos algo mañana?] Pregunté
[Si!] Alice
[AL FIN! Me anoto!] Emmett
[Que ocurre que la propuesta salió por voluntad propia?] Jasper.
[Nada, se me ocurrió] respondí.
Me llegó un nuevo wp del chat de jasper [todo bien Ed? Necesitas hablar de algo?] Preguntó
[Nada Jazz, de verdad] respondí
[Y ayer…?] Preguntó
[Te juro que no jazz, es otra cosa. Tranquilo. Si lo necesito sé que cuento contigo]
[Y con todos hermano] respondió
[Gracias J]
Al otro día comimos todo en la casa de Rose y Emmett, aprovechamos su parque e hicimos una parrillada. Estuvieron un poco densos con la razón de mi propuesta pero cuando vieron que no soltaba nada se dejaron de molestar y yo conseguí mi objetivo. Dejar de pensar en Bella al menos unas cuantas horas. Además estar con mis amigos siempre era bueno, eran los únicos que entendían y aceptaban mi forma de ser.
El lunes cuando pisé la empresa mi mal humor volvió. Bella seguía siendo igual de cordial y fría como la semana pasada. Me vi a mi mismo al mediodía llamando a una florería buscando su sonrisa de nuevo. Envié solo un solitario "lo siento Bella. E" con una sola rosa. Estuve nervioso todo el día hasta que recibí por mail la recepción de mi envió.
Media hora más tarde golpearon la puerta.
-adelante-respondí sin levantar mi vista de la pantalla.
-permiso-escuché la suave voz de Bella. Noté una sonrisa en sus rojizos labios al mirarla.
-hola Bella-sonreí para ella. Soltó una risita.
-está bien si le traigo un café?-preguntó
-claro- asentí escondiendo mi nueva sonrisa.
-tarta?-preguntó. Asentí y me regaló otra sonrisa antes de irse. Suspiré dejando salir mi risa, me sentía bien de nuevo.
Al día siguiente no lo pensé dos veces antes de enviar de nuevo una rosa para ella. "buen día Bella" puse esta vez sin firmarla. Esta vez estuvo un sándwich de pavo delante mío a la hora del almuerzo y una de sus lindas sonrisas. Cada día me dediqué a enviarle una rosa y una frase sencilla pero significativa, y los viernes optaba por enviarle un "que tengas un bonito fin de semana". Un mes más pasó y yo continuaba enviándole cada día una rosa y era recompensado con cada una de sus sonrisas.
-parece que Bella tiene un pretendiente-dijo Alice sentándose en las piernas de Jazz delante de mi escritorio, habían venido a visitarme un rato.
-porque lo decís?-pregunté
-por la rosa que llegó para ella cuando salíamos del ascensor-me sonrió Alice
-valla, no sabía nada de las rosas-mentí.
-se veía muy feliz recibiéndola-aseguró Alice.
-supongo que mientras no interfiera con su trabajo no hay problema-me encogí de hombros
-que poco romántico eres Edward, te van a robar a tu secretaria-rió
-su vida personal es eso Alice, personal- volví a mentir descaradamente.
-es bueno que haya hombres románticos aun Edward-protestó Alice-Bella parece muy feliz por el gesto-aseguró. Me encogí de hombros restándole importancia pero no me molestaría perder toda mi fortuna en rosas si eso la hacía tan feliz como Alice aseguraba. Sacudí la cabeza, que ocurría conmigo?
Luego de que jasper y Alice se fueran, Bella entró con mi acostumbrado café y tarta. El vaso decía como siempre "sr cullen"
-Bella-la llamé antes de que se fuera. Me miró-cuando estemos solos, puedes decirme Edward si gustas-
-solo si… puedo preguntar el porqué del cambio-pidió
-valoro la lealtad y la eficiencia, y tú me has demostrado ambos-sonreí levemente mintiendo patéticamente. Mis razones, aunque no las tuviera claras aun, distaban mucho de ser las que había dicho.
-viniendo de usted, perdón, de ti, vale mucho-me sonrió.
-supongo que tenías razón, tu edad no era razón para no darte el empleo-le concedí. Me sonrió ampliamente antes de salir. Que Bella me pusiera los pelos de punta no era suficiente para saber que realmente esta chica era responsable y eficiente. Jamás valoraría a una persona solo por si causaba en mi alguna reacción o no, la eficiencia y lealtad era algo indispensable en mi vida.
Habíamos entrado a la sala de juntas hacia tan solo unos minutos cuando el móvil de Bella sonó, se ruborizó y frunció el ceño al ver la pantalla antes de silenciarlo.
-muy bien señores, estamos de nuevo aquí, alguna mala noticia que deban darme dénmela ahora-dije. Fruncí el señor al notar a Bella perdiendo el color de su cara.
-se-señor cullen-murmuró
-qué ocurre?-pregunté
-debo irme-dijo recogiendo sus cosas a toda velocidad. Me quedé unos segundos allí parado antes de correr tras ella. La alcancé cuando estaba por entrar al ascensor.
-Bella, que ocurre?-pregunté deteniéndola del brazo impidiéndole entrar
-mi padre-murmuró con los ojos enrojecidos.
-espérame aquí, voy contigo-dije
-pero Edward-la corté poniendo un dedo en sus labios.
-vas a llegar más rápido si te llevo, dame dos minutos y nos vamos-rogué. Asintió.
-voy bajando-murmuró.
-todo va a estar bien-prometí dejando una suave caricia en su mandíbula antes de correr a mi oficina. Agarré mi maletín asegurándome de que todo estuviera allí antes de salir y llamar a Emmett.
-hola Edward-atendió
-Emmett escúchame, me surgió una emergencia, podes encargarte de la empresa? Tú, Jazz, las chicas, quien sea-dije pulsando el ascensor.
-sí, si, por supuesto. Me desocupo y voy, que ocurre?-preguntó
-es Bella, algo ocurre con su padre. Creo que vive en Forks, dejo la empresa en tus manos-dije entrando
-despreocúpate, nos encargamos. Cuida a bella cualquier cosa no dudes en llamar. Suerte amigo-se despidió. Por cuestiones prácticas como estas Emm y Rose que eran abogados podían actuar en mi nombre todas aquellas cuestiones que fueran de mero mantenimiento de la empresa, no eran demasiadas las veces que ocurría este tipo de cosas que me imposibilitaran por tiempo indeterminado, pero me aliviaba siempre saber que dejaba mi empresa en manos de mi entera confianza.
Vi a Bella apoyada en mi volvo al llegar al estacionamiento, quité la alarma y pegó un salto asustada.
-perdón-me disculpé -sube- dije. Salí rápidamente del estacionamiento-Forks verdad?-pregunté
-si-murmuró con un sollozo ahogado.
-tranquila Bella-pedí entrelazando una de mis manos en la suyas sobre su regazo luego de conducir el auto fuera de la empresa -dime que ocurrió-pedí. Respiró hondo con los ojos cerrados secando sus mejillas.
-mi papá es jefe de policía, recibió un disparo en un asalto-
-tranquila Bella, va a estar todo bien-aseguré acariciando el dorso de su mano con mi pulgar.
-me llamó el hijo de su mejor amigo-explicó
-tranquila, no está solo, vamos a estar allí enseguida- prometí. Asintió acurrucándose más en el asiento apretando mi mano entre las suyas.
-gracias por estar aquí-murmuró minutos después más calmada.
-no hay nada que agradecer-murmuré apretando sus manos.
-dejaste tu trabajo voluntariamente-la vi sonreír leventemente. Le di una sonrisa.
-a veces puedo hacerlo-me encogí de hombros.
-gracias-susurró. Volví a sonreírle antes de concentrarme en la carretera nuevamente. Bella se enderezó en el asiento unos kilómetros antes de la entrada de Forks manipulando el GPS. -no tengo paciencia para explicarte donde está el hospital-dijo acomodando de nuevo el GPS en su lugar.
-de acuerdo, tranquila. Ya no falta nada-prometí. Su móvil sonó.
-hola? Jake?-atendió- y-y como esta?-preguntó. Apreté más su mano en la mía-de acuerdo, gracias-murmuró con nuevas lagrimas cayendo por sus mejillas. Me moría por secárselas y abrazarla.-estoy a menos de 20 minutos. Gracias Jake, no lo dejen solo-pidió antes de colgar.-están interviniéndolo-murmuró recargándose en el asiento con los ojos cerrados.
-tranquila, vas a ser lo primero que vea en cuanto despierte, se va a poner muy feliz-prometí viendo ya el cartel del desvió de Forks.
-ojala sea así-susurró apretando mi mano. No volvimos a hablar hasta que entramos al estacionamiento del hospital. Paré el auto en el primer hueco que encontré y bajamos corriendo hacia el establecimiento.
-habitación del jefe Swan por favor-pidió Bella rápidamente en recepción.
-Bella!-gritaron
-Jake!-respondió ella corriendo hacia él. La seguí pisándole los talones-como esta? Dime que está bien-pidió con nuevas lagrimas cayendo por sus mejillas.
-aun no acaba la operación, va a estar bien, Charlie es un chico fuerte-dijo secándole las mejillas con dulzura-ven, vamos-dijo llevándola por los pasillos. Los seguí.
-Billy-murmuró Bella abrazando a un hombre en sillas de ruedas
-tranquila cariño, tu padre va a estar bien-le sonrió cariñosamente-tiene la bala en el brazo y está dando pelea pero tu padre puede con eso-le aseguró.
-espero que si-asintió Bella sentándose a su lado sobre una de las sillas de espera.
-voy por algo caliente, así nos entretenemos y nos calentamos-dijo el tal Jake. Bella asintió- que tomas?-me preguntó.
-café, gracias-respondí. Asintió antes de girarse sobre sus talones e irse.
-ven-susurró Bella hacia mi extendiendo una mano. La tomé y me senté a su lado manteniéndola entre las mías -Billy, él es Edward, es un compañero de trabajo-
-lamento conocerlo en estas circunstancias-lo saludé
-también yo muchacho, gracias por venir con ella-agradeció. Asentí, acaricié la mano de Bella mientras ella hablaba con Billy. Jake volvió a los minutos con cafés para todos y se sentó a mi lado.
-Jake, él es Edward, es compañero de trabajo. Me acompañó para que no viniera sola-dijo Bella dedicándome una bonita sonrisa, aun con los ojos hinchados y la nariz roja de llorar se veía preciosa.
-gracias, ya tenemos suficiente con Charlie-me agradeció. Asentí cohibido, Bella apretó mis manos y la miré.
-nadie te va a comer aquí-rio suavemente. Me encogí de hombros. Bella se acurrucó sobre mi hombro y me animé a rodearle los hombros, frotándoselos suavemente, acomodándola mejor.
-familiares de Charlie swan?-preguntó una enfermera acercándose a nosotros media hora después.
-nosotros, soy su hija- dijo Bella poniéndose de pie rápidamente. Todos la imitamos y Billy se acercó con su silla
-me alegra decirles que su padre está bien, se está recuperando y resistió a la operación muy bien-sonrió
-gracias!-exclamó Bella a la enfermera-como se encuentra? Puedo pasar a verlo?-preguntó.
-en unos minutos va a venir el médico que lo atendió a hablar con usted y a decirle en que habitación se encuentra, aun así va a dormir por unas horas aun-respondió
-de acuerdo, muchas gracias-asintió Bella. La enfermera le sonrió. Bella abrazó a Billy y a Jake antes de abrazarme a mí. -gracias por estar aquí-murmuró contra mi cuello.
-de nada preciosa-murmuré enterrando el rostro en su cabello y apretándola contra mí por la cintura-de nada-repetí. Me sonrió al alejarse y volvió a entrelazar su mano con la mía llevándome a los asientos más animada. Cruzamos unas palabras de alivio con los demás antes de que el médico que había atendido a Charlie Swan nos viniera a buscar.
-muy bien, su padre necesita reposo pero está fuera de peligro, logramos quitar la bala antes de que dañe alguna artera principal y detuvimos la pequeña hemorragia que tenía, va a dormir unas dos horas más, en una hora y media voy a pasar a ver cómo sigue. Pueden entrar pero no hacer ruido-dijo
-de acuerdo doctor, muchas gracias-le agradeció Bella antes de que el medico asintiera y se fuera.
Entramos al cuarto sin hacer ruido, Bella, Billy y Jake se acercaron a Charlie mientras yo me sentaba en los sillones de allí. En cuanto Bella dejara de necesitarme allí iba a volver a Seattle. No me sentía del todo cómodo aquí. Luego de unos minutos vino a sentarse a mi lado y se giró viéndome a los ojos.
-qué?-pregunté cohibido
-no sé cómo agradecértelo Edward, hubiera tardado mucho más su hubiera venido sola-aseguró
-tú me ayudaste la otra vez, ahora me tocó a mí-me encogí de hombros
-yo solo te hice una sopa y te mandé a dormir-rodó los ojos
-hiciste mucho más Bella-susurré- aguantas mi mal humor cada día sin importar que haga-respondí. Sonrió levemente.
-porque no es así como eres en realidad-aseguró
-como soy?-pregunté
-eres agradable, amable y dulce-sonrió ruborizada-las rosas y el estar aquí lo prueban- aseguró. Bajé mi mirada a sus majos y juguetee con ellas.
-respecto a las rosas… solo quería que volvieras a sonreírme-confesé, rio acercándose a mi obligándome a verla a los ojos
-siento haberle extralimitado, me tomé atribuciones que no me correspondían. Eres mi jefe-señaló. Negué suavemente-no es momento Edward, luego… podemos hablar y disculparnos de todo lo que creamos necesario, ahora agradezco tenerte aquí como mi apoyo-
-yo…-dudé-no sé si debo quedarme o irme, me siento un poco fuera de lugar- admití dirigiendo una mirada a la cama donde descansaba Charlie con Billy y Jake hablando suavemente a su lado.
-si quieres volver no me voy a enfadar, pero no me molestaría ni a mí ni a ellos que te quedaras-prometió.
-tu qué quieres?-pregunté.
-si pudiera elegir, estando ya aquí me gustaría que te quedaras-murmuró bajando la vista-pero entiendo que tengas la empresa y-la corté tamaño su rostro del mentón para verla a los ojos.
-dime que me quede y lo hago Bella-murmuré
-quédate-susurró. Sonreí besándole la frente. Rio suavemente acurrucándose en mi pecho.
-no suelo hacer esto con todos mis empleados-murmuré contra su oído. La sentí estremecerse.
-tampoco yo con todos mis jefes-aseguró
-creí que era el primero-me burlé suavemente.
-gracioso-suspiró contra mi cuello. Fue mi turno de estremecerme. Poco más de una hora después Bella seguía envuelta en mi abrazo viendo hacia su padre y cruzando algunas palabras con Jake y Billy.
-buenas tardes-saludó el medico entrando. Bella se puso rápidamente de pie acercándose a la cama y la imité poniéndome suavemente a unos pasos suyos.
-buenas tardes-saludó.
-veamos cómo andan las cosas-dijo el médico revisando a Charlie-sus reflejos empiezan a aparecer. Ya no tarda en despertar-nos advirtió. Bella me dirigió una rápida mirada y me acerqué a ella poniendo mi mano suavemente en su espalda.-tranquilo Charlie, está todo bien, no se altere-habló el medico a Charlie cuando escuchamos su corazón comenzar a correr más rápido. Sus ojos parpadearon-se encuentra en el hospital, recuerda que ocurrió?-preguntó
-Eso creo-murmuró con la voz ronca- habían asaltado el supermercado de forks y me hirieron verdad?-preguntó parpadeando repetidamente.
-así es Charlie, como se encuentra?-preguntó
-no es la primera vez que me hieren, debe ser la edad que me sienta mal-rió suavemente. Noté a Jake y Bella reír suavemente. –hasta a ti te llamaron?-preguntó Charlie viendo a Bella con una sonrisa. Frunció el ceño viéndome
-no lo mires así papá- pidió Bella alejándose de mí y acercándose a su padre para besar su frente
-todo parece estar en orden-dijo el médico anotando en su planilla
-cuando puedo irme?-preguntó Charlie.
-por esta noche se va a quedar aquí jefe-respondió el médico.
-la comida del hospital no sabe nada bien-murmuró asqueado. Todos reímos.
-es bueno verte de tan buen humor amigo- rio Billy
-tiene razón jefe pero si todo marcha bien mañana puede estar almorzando en su casa- prometió el médico.
-ya lo oíste papá, pórtate bien y prometo cocinarte algo rico- dijo Bella besando la frente de su padre nuevamente.
-veo que se las pueden arreglar bien sin mí-rió el doctor-cualquier cosa no duden en buscarme- dijo antes de irse.
-nos has dado un susto de muerte papá- murmuró Bella abrazándose a su padre teniendo cuidado con su brazo lastimado
-lo siento tanto cariño, no suelen ocurrir estas cosas en Forks- se disculpó
-lo sé, parece peor cuando ocurre- dijo mientras Charlie le secaba las lágrimas.
-la próxima vez no le avisen tan rápido- les pidió a Billy y Jake
-no podemos hacer eso Charlie- negó Billy
-alguien me va a explicar quién eres?-preguntó viéndome
-es amigo mío papá. Estaba conmigo cuando recibí la llamada de Jake, me trajo hasta aquí. Está en la empresa donde trabajo- le explico.
-y no han tenido problemas en salir así? Cariño tú me habías dicho que tu jefe era muy exigente, seguro que está bien que estés aquí?-preguntó. Me aclaré la garganta escondiendo una risa mientras Bella se ruborizaba.
-hablé con nuestro… jefe ya. No hay ningún problema- aseguré
-cómo te llamas?-preguntó
-Edward-respondí
-bien, Edward. Gracias por no dejarla venir sola, ya puedes irte- dijo
-papá!-exclamó Bella-se va a quedar aquí conmigo, basta- pidió
-al final resultó bastante permisivo ese jefe tuyo-murmuró Charlie. Sonreí divertido.
-al menos estas de buen humor Charlie, eso es bueno- dijo Jake divertido
-y estoy en perfecto estado-aseguró- asique vamos, cada uno vuelva a sus asuntos- dijo
-papá-murmuró Bella
-nada de papá, tú tienes tu vida, tu trabajo, no necesitas estar aquí. Estoy bien, vuelve a Seattle- pidió.
-me voy a quedar unos días aquí- negó.
-tu trabajo, Bella- dijo negando
-estoy bastante seguro de que Emmett va a entender que no vuelvas Bella- dije apoyándola y usando el nombre de mi amigo en mi lugar, después de todo mientras yo estuviera aquí era Emmett el jefe.
-lo sé, luego voy a llamarlo- asintió. Charlie suspiró.
-aun así deben estar todos cansados, era temprano cuando estaba en ese asalto. Jake vamos, ve a casa con tu padre, descansen. Bella ve a casa, duerme, date una ducha, Edward puede quedarse también allí si quiere quedarse aquí-dijo no muy convencido. Escondí una sonrisa en una tos. Charlie parecía ser igual de perspicaz y detallista como su hija.
-Jake, vallan a casa. Me voy a quedar un rato más con él y voy también- dijo Bella.
-no me hace gracia que me traten como a un niño-murmuró Billy. Jake rio.
-pero ellos tienen razón, hay que ir a casa y descansar. Mañana venimos, de acuerdo papá?-le preguntó
-de acuerdo-respondió.- pero en cuanto te recuperes Charlie te las vas a ver conmigo-
-cuando quieras- sonrió Charlie. Se despidieron de nosotros antes de irse.-asique compañeros de trabajo-murmuró viéndonos.
-si papá, ya no moleste.-pidió- como te sentís?-preguntó sentándose a su lado en la silla. Yo me dejé caer en el sillón que estaba a unos cuantos pasos dándoles algo de privacidad. Estaba cansado. Mi móvil sonó. Una llamada de Emmett. Salí fuera para contestarla.
-hola Emm- saludé acomodándome en una de las incomodas sillas del hospital
-hola Edward, como está el papá de Bella? y ella?-preguntó
-bien por suerte, recibió un disparo pero está todo bien. Bella más tranquila-expliqué.-como es que tu estas tan preocupado por Bella, Emm?-pregunté
-Bella es buena y simpática, Alice la adora, a todos nos cae muy bien, esta hace ya bastante contigo. Hemos conversado con ella varias veces, incluso almorzamos con ella alguna vez que estuvimos en la empresa- me contó
-y donde estaba yo mientras ustedes y mi secretaria se hacían amigos?-pregunté en un suspiro cansado
-no lo sé, quizás hundiéndote en tu mierda o buscando la forma de hacerte aún más hermético-respondió. No supe que responder.
-no quiero seguir así Emm-murmuré luego de unos minutos- la sonrisa de Bella… me da ganas de ser menos hermético, ella es… siempre tan feliz-murmuré.
-te gusta?-preguntó
-no lo sé-murmuré cerrando los ojos y dejando mi cabeza apoyada en la pared a mis espaldas- la extraño cuando no la veo, me gustan más mis días cuando me sonríe. Hace tanto, tanto que no siento algo por una mujer que no sea solo físico Emm-confesé
-si fuera tu Edward, intentaría saber qué es lo que sientes-respondió
-desde cuando das tan buenos concejos?-pregunté riendo
-no lo sé, supongo que en algún punto de mi sexy cuerpo hay amor. Amo a Rose con todo lo que soy Edward, debo de poder entender entonces lo que sientes por Bella, no?- preguntó- pero no te acostumbres, el de la cursilería es Jasper. Mi rose es más física- rió
-ya, no quiero saber- reí también- que tal la empresa?-pregunté
-bien, todo bien. Hablé con Jasper y las chicas. Rose va a estar allí por la mañana y yo la voy a alcanzar por la tarde. Sabes cuándo volves?-preguntó
-no, mañana sacan a Charlie de acá. No quiero irme Emm, me siento bien apoyando a Bella. Aunque me siento un poco fuera de lugar con su familia- confesé.
-y ella? Que parece querer?-preguntó
-me pidió que me quede-dije con una sonrisa
-entonces déjanos todo a nosotros bobo, quédate con ella. Aquí todo está bien, palabra de voy scout –rió
-de acuerdo, no me destruyan nada- reí cuando Bella salía del cuarto-tengo mi portátil, no dudes en mandarme lo que necesiten- dije estirando una mano para Bella. La tomó sentándose a mi lado.
-despreocúpate Eeedyyy y cuida de nuestra Bella, nos vemos a la vuelta- rió
-hasta la vuelta Em-sonreí antes de colgar.
-tienes que volver verdad?-preguntó en un murmullo bajando la mirada. La tomé del mentón para verla a los ojos
-no, arreglé todo para quedarme aquí-prometí.
-Edward… estoy siendo muy egoísta y me estoy aprovechando de ti, vuelve, no te preocupes por mí-pidió
-no voy a volver Bella, me necesitan más aquí-sonreí suavemente acariciando su mentón con mi pulgar. Tomó mi mano dejándola en su mejilla y se recargó allí.
-porque escondes lo que eres?-preguntó en un suave susurro- intentas esconder lo buena persona, lo dulce que eres. Porque?-preguntó. Hice una mueca mirando el techo.
-a veces… es mejor así-me encogí de hombros.
-no vas a decírmelo jamás…?-preguntó.
-alguna vez…-murmuré
(1) Curriculum Vitae es un documento que se utiliza para presentar de forma clara y expresa de todos los datos, habilidades y experiencias de una persona para ser tenida en cuenta en un empleo