Disclaimer: Los personajes y el mundo de Twilight son de Stephenie Meyer, sólo la idea de esta historia es mía.


Roslyn

Don't let it fool you.

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Pasaron tres días, Carlisle anotaba todo lo que ocurría, en los días que estuve descansando, Renesmee creció como una niña de dos meses, ahora su crecimiento fue menos notorio, no había explicación para eso, estábamos aprendiendo junto a ella. Se seguía comunicando con su don, no lloraba, demasiado inteligente, le gustaba estar con Rose pero prefería estar conmigo, era algo que me hacía sentir bien siendo sincera.

—¿Quieres un baño? —le pregunté cuando me mostró la tina y el agua, me sonrió—. Podemos hacerlo antes de dormir.

Me mostró a Rose bañándola y Esme cambiando su pijama, también me enseñó a una Esme triste mirando hacia la habitación de Alice y Jasper, Renesmee no entendía, no conocía a sus tíos aún. Quizás sería buena idea llevarla a conocer el cuarto de Alice y mostrarles las fotos.

La llevé en mis brazos mirando hacia el frente, caminé hacia la habitación al final del pasillo y abrí la puerta, no alcancé a hacer nada más porque Carlisle estaba a mi lado impidiéndome el paso, Rose, Esme y Emmett también vinieron. Se veían asustados.

—¿Qué pasa? —pregunté sin entender—. Sólo quería que conociera a Alice y Jasper.

—No creo que sea buena idea, Bella —dijo Carlisle tan educado como siempre.

—No te creo —repliqué mirándole y después a los demás—. ¿Qué puede haber de malo ahí adentro? Conozco la habitación de Alice.

—Ella dejó otras cosas ahí, querida —respondió Esme conciliadora.

No quería escuchar ese tono, ellos jamás se habían comportado de esa manera. Los miré de nuevo, dispuesta a discutir para que me dijeran la verdad, pero Renesmee comenzó a quejarse, tomé su manita y su rostro se movió hacia arriba para mirarme, ella quería ir a nuestra habitación. Me di la vuelta sin más, encerrándome en el cuarto con llave y sin ganas de visitas o explicaciones. Me había molestado, su comportamiento no tenía sentido.

Le di de comer a Renesmee, no respondí a los llamados de la puerta, dormimos toda la tarde, escuchamos música, nos sentamos cerca de la ventana y observamos la lluvia caer fuertemente en el vidrio, a ella le gustaba porque la sentí relajarse en mis brazos, de repente rió, la miré sonriendo, se veía hermosa así de feliz, me di cuenta que observaba algo, seguí su mirada y vi a un lobo, reconocí a Seth por su color, él se levantó en sus patas traseras y movió las delanteras, quise creer que era un saludo, Renesmee rió más fuerte, tocando con sus palmas la ventana. Saludé a Seth, mirando alrededor por Jacob, no había tenido noticias de él esta semana.

Vi al lobo levantar sus orejas en alerta, miró hacia mí y aulló, un lobo de pelaje claro llegó a él, Leah también estaba alerta a lo que sea que ellos oyeran. Escuché la puerta del cuarto abrirse, Carlisle entró con Jacob detrás.

—¿Qué ocurre? —inquirí viéndolos a ambos.

—Tenemos compañía —respondió Carlisle seriamente—. Nuestros amigos de Denali vienen hacia acá.

—De acuerdo.

—Jacob se quedará con ustedes —lo miró y él asintió, luego se fue cerrando la puerta.

—¿Estamos en peligro? —abracé a Renesmee un poquito más fuerte.

—No lo creo, mi olor y el latido de mi honrado corazón harán que no se den cuenta de Nessie.

—¿Nessie? ¿Apodaste a mi hija como el monstruo del Lago Ness? —lo vi sonreír, yo no lo hacía.

—Renesmee es muy largo, Bella, Nessie es perfecto —se acercó y sorprendentemente ella estiró sus brazos hacia él—. ¿Puedo?

Esto era extraño.

—Claro.

La tomó en sus grandes manos y la acercó a su pecho, ella sonreía como si hubiera visto al mismísimo Dios. No comprendía por qué Jacob la quería cerca, él tampoco estuvo de acuerdo con mi embarazo.

La miraba como si fuera la criatura más hermosa y perfecta del mundo.

—No puede ser —murmuré dándome cuenta, él me miró preocupado—. Dime que estás bromeando, Jacob, y que no te imprimaste de mi hija.

—Bella, sabes que es algo que no buscamos —explicó apresuradamente, no podía creerlo—. Sólo pasa, ¿de acuerdo? Y mira, le agrado.

Renesmee ahora estaba acurrucada contra él, me molestaba verlos así porque esto significaba que Jacob estaría siempre aquí con ella cuidándola y esa responsabilidad era sólo mía y de… Edward. Por favor, besé al hombre que dejó a sus genes licántropos imprimarse de mi propia hija.

Cuán bizarro era eso.

—Lindo, enamorarse de la mamá y además besarla —dije sarcásticamente—, para luego dejar su impronta en su hija. En serio, muy lindo.

—Lo siento, Bella —murmuró él.

—¿Sabes cuánto dolor podríamos habernos ahorrado? ¿A Edward?

—Lo sé, pero no creas que no te amé, de verdad lo hice. Lo hago.

Ni siquiera me molestaba eso, yo siempre amé a Edward y supe que debíamos estar juntos, siempre fue él, Jacob sólo fue mi mejor amigo y sabía que podría vivir si él no estuviera, algo completamente diferente a lo que siento por Edward. Le hice daño amando a otro, le hice daño besando a otro, le hice daño llorando por otro.

¿De verdad me sorprende que me haya dejado eligiendo a alguien más por sobre él?

—Llegaron —anunció él yendo a sentarse al sofá con Renesmee dormida en sus brazos—. No pasará nada, Bella, no dejaremos que ocurra.

Sinceramente, esta visita no era algo que me preocupara.

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Jacob me avisó cuando las Denali se marcharon, estuvieron hasta el anochecer y tenía un poco de hambre. Esme vino hasta la habitación, se veía un poco afligida pero no pregunté nada, bajamos con Renesmee en mis brazos, en la cocina habían dos platos servidos.

—¿Puedo sostenerla? —preguntó Rose con cierto nerviosismo que nunca había visto. Quizás pensaba que aún estaba molesta por lo de la tarde.

Lo hacía.

—Claro —mi hija se fue muy contenta a los brazos de su tía.

—Ahora que Nessie nació y sigues siendo humana —comenzó a decir Jacob echándose un buen pedazo de carne a la boca—, ¿crees que puedas visitar a Charlie?

Dejé el tenedor en el plato. Lo de papá era una decisión que ya había tomado, me alejaría completamente de él para protegerlo.

—Se supone que sigo enferma fuera del país —respondí—. ¿No crees que será más doloroso después? Ya llevo bastante tiempo alejada de él, no quiero hacerle más daño.

—Te extraña —murmuró él mirándome—. Habla con papá todos los días, está muy preocupado.

—Quizás es hora de la mentira más grande —murmuré de vuelta.

—¿Decirle que estás muerta? —rodó los ojos—. ¿Quién te asegura que te vas a convertir? ¿Lo harás? Porque yo te veo muy humana, capaz de visitar a tu papá mágicamente recuperada.

—No es gracioso —repliqué.

—No, no lo es, Bella, sigues siendo humana y antes de que todo esto pasara habías decidido ir a la universidad como humana.

—Algunas cosas cambiaron, Jacob, ya no tengo esposo.

—Volverá —dijo muy seguro—. Ese vampiro te ama demasiado, ahora debe estar pensando en cómo matarme porque estoy aquí con ustedes.

—¿Por qué él…?

—Es obvio —interrumpió sonriendo y volviendo a comer—. Dónde más estaría, eres mi mejor amiga, aún si llegaras a ser un vampiro maloliente.

No terminé toda mi comida, la posibilidad de volver a ver a Charlie me daba vueltas en la cabeza, Jacob tenía razón, antes del embarazo nuestros planes eran ir a la universidad y seguir siendo humana por unos años más. Eso significaba que iba a estar en contacto con mis padres, ahora tenía un bebé y seguía siendo humana, mi esposo no estaba y vivía con vampiros. Sin Edward no me convertiría, no hasta que él regresara, no hasta que fuera necesario por Renesmee.

Creo que lo haría. Creo que mañana llamaría a Charlie, no tenía por qué saber de Renesmee, era imposible hacerla pasar por mi hija, sólo ha pasado un mes y algunos días desde la boda.

Sí, lo haría.

—¿Quieres que te acompañe?

Le había comentado a Carlisle mi decisión de ir a ver a Charlie, él me dijo que tenía su apoyo, había estado hablando con papá todos los días, él lo llamaba para saber cómo estaba y si había mejorado. Mejoré, en realidad, según el doctor Cullen me faltaba recuperar un poco de peso, pero me veía más normal, Charlie entendería.

—¿No quieres quedarte aquí? —le pregunté a Jacob.

—Puedo volver a ver a Nessie cuando tú vuelvas, sigue siendo incómodo, ¿sabes?

—De acuerdo, pensé que irías donde Billy.

—Sólo iré a dejarte, debo ir a casa a hablar con los chicos.

Bajé con Renesmee, ya le había dicho que debía salir, ella se preguntaba dónde iría, también quería ir afuera, pero ella era muy inteligente, no hizo más preguntas cuando la dejé con Esme pero sentí que nos miraba todo el camino a la puerta. Se sentía extraño dejarla.

—La adoran —comentó Jacob subiéndose de copiloto—. Y adoro este auto, no se van con pequeñeces estos chupasangres, ¿eh?

No contesté, salí a la única carretera camino a casa, era bueno el aire fresco y el paisaje tan familiar. No me tomó mucho llegar y estacionar cerca de la patrulla, mis manos sudaban, ¿me creería? Era muy mala mintiendo.

—Vamos, puedo oler que Seth y Leah están aquí.

Bajé y miré la casa en el mismo momento en que la puerta se abría y Charlie salía con el ceño fruncido, cambiando totalmente su expresión cuando me vio. Bajó las escaleras apresuradamente y estaba tan contenta de volver a verlo que no pude moverme. Sentí su abrazo y su olor tan familiar, me hacía sentir en casa.

—¿Estás bien? —preguntó alejándose un poco y observándome—. ¿Ya estás mejor? ¿Cuándo volvieron?

Lo abracé de nuevo.

—Te extrañé, papá.

—Yo también, Bella. Mucho.

Nos quedamos un momento más así, no tenía idea que un abrazo cálido de Charlie me haría sentir tan bien. Me llevó adentro unos segundos después cuando comenzó a llover, al entrar me di cuenta que estaba todo igual a como estaba el día de mi boda, seguramente mi habitación no había sido tocada tampoco.

—Hola, Bella —saludó Sue con una sonrisa y dándome un pequeño abrazo—. Bienvenida otra vez.

—Hola, Sue —contesté de igual manera, Seth y Leah se levantaron del sofá.

—Hey, tanto tiempo —Seth sonreía como siempre.

—Mucho, estás más grande —seguí la broma.

—Lo sé, mamá me alimenta bien —miró a Jacob detrás de mí—. ¿Nos vamos?

—¿Por qué? —inquirió Charlie confundido—. Acaban de llegar.

—Cosas de la reserva, Charlie, nada personal —bromeó Jacob palmeando su hombro—. ¿Quieres que vuelva por ti? —me preguntó.

—Yo iré a dejarla —respondió papá rápidamente—. En la noche.

De acuerdo.

—Entonces nos vemos después —me guiñó un ojo—. Vamos, chicos, el último es un frío apestoso.

Y de esa manera los tres corrieron por la puerta trasera y desaparecieron.

—Sólo espero el día en que maduren —murmuró Sue.

—Puedes sentarte mientras esperas —ella rió mirándome.

—Mientras no se metan en problemas —sí, por supuesto ella sabía todo—. Iré a preparar el almuerzo, iba a hacer lasaña, ¿te gusta, Bella?

—Sí, Sue, lo que sea está bien, no quise interrumpir.

—No lo haces, esta es tu casa —respondió ella.

—Siempre será tu casa.

Él me abrazó por los hombros y me llevó al sofá.

—Me gusta Sue —le comenté cuando ambos estuvimos sentados.

—Ha sido muy buena —murmuró mirándome—. ¿Dónde estuviste?

Preguntas directas, puedo con esto.

—En Suiza —respondí apegándome a lo que le había dicho por teléfono—. Carlisle conoce a mucha gente, ellos me ayudaron a recuperarme, volvimos hace unos días.

—¿Por qué Edward no vino contigo? ¿Siguen teniendo problemas? —miró mis manos, mis anillos seguían ahí—. ¿Se van a separar?

Me dio una mirada de incredulidad.

—No, espero que no —susurré mirándome las manos, sintiéndome otra vez miserable por todo—. No vine a hablar de eso, quería verte.

—Te ves mal sobre eso, Bella —dijo él—. Sabes que puedes volver aquí, ¿cierto?

—Gracias, papá, pero no creo que sea necesario.

—Entonces… ¿ya no estás enferma?

—No, he mejorado bastante, y rápido.

—No más Brasil, espero.

Amaría volver.

—No lo creo, me acostumbré al frío de todos modos.

—Bueno, eso significa que te tendré más seguido por aquí —dijo más alegre, levantándose de sofá—. Tengo algo para ti.

Lo vi desaparecer en su habitación unos segundos, volvió con un regalo.

—¿Por qué es eso?

—Feliz cumpleaños atrasado —dijo entregándomelo, se sentó a mi lado—. Tu madre dijo que era perfecto para ti.

Rasgué el papel y abrí la caja, dentro había un guardapelo dorado, era redondo, con una esbelta guirnalda de pámpanos grabados alrededor del borde exterior del círculo, cuando abrí el pestillo y miré dentro mi corazón dolió un poquito, en la parte izquierda decía «Plus que ma propre vie» mientras que en la parte derecha había una foto de Edward y yo el día de nuestra boda, nos estábamos mirando como si nadie más existiera a nuestro alrededor.

—Es hermoso —murmuré pasando mi dedo por la foto—. Gracias.

—El vendedor dijo que esa frase significaba "más que mi propia vida", Renée pensó que era algo perfecto para ustedes porque le quedaba muy bien a Edward.

Sí, lo hacía. Lo saqué y me lo puse, quedaba colgando sobre mi corazón, definitivamente era el mejor regalo de cumpleaños.

—Es perfecto, papá.

—Me alegra que te guste, supongo que los Cullen te dieron algo más, ¿no?

Desperté con un bebé de regalo el día de mi cumpleaños.

—Saben que odio celebrarlo, y no querían molestarme.

—Bueno, supongo que en navidad te llegará el doble.

Esperaba que Edward decidiera regresar antes de navidad.

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—¿No va a salir a buscarte? —preguntó papá afuera de la casa de los Cullen.

—¿Soy una damisela en apuros? Puedo subir esas escaleras muy bien sola —me acerqué a darle un abrazo—. Nos vemos pronto, y gracias por pasar el día conmigo.

—Te estaré esperando —me besó en la cabeza—. Salúdame a tu nueva familia, y que Alice se pase por la casa.

—Te dije que andaba de viaje.

—Pues cuando regrese, Bella.

Sí, claro. Se subió a su patrulla y dio la vuelta. Me escoltó hasta acá aunque le dije que no era necesario, pero quizás él sólo quería cerciorarse de algo, no lo sé.

—¿Todo bien? —oí a Carlisle preguntar cuando el auto desapareció en el camino—. Creo que Charlie no está muy contento con nosotros.

—Estaba acostumbrado a que Edward apareciera a mi lado, supongo que sospecha que no esté aquí.

—Pronto lo estará —dijo muy seguro, abrió más la puerta para que entrara a la casa—. Alice llamó.

Me detuve a medio camino de la sala para mirarlo.

—¿Qué dijo? —pregunté preocupada.

—Estará de vuelta mañana, nos trae noticias.

—¿Noticias buenas o malas?

—No lo dijo, vuelven con algunos visitantes, mañana sabremos de qué se trata —informó él, no se veía preocupado, quería pensar que era algo bueno—. Renesmee está esperándote, por cierto, no ha dejado de pensar en ti desde que saliste.

La oí cuando se acercó, venía en brazos de Rose, sus bracitos se estiraban hacia mí y sus manos fueron a mi rostro cuando al fin la sostuve. Me mostró su día y sobre todo cuánto me había extrañado, después de enseñarme todo eso, se acomodó contra mi cuello y sentí cómo se relajaba. Acaricié su espalda, cansada del día lleno de emociones que tuve.

—Ya está bañada, no quería quedarse dormida sin verte —comentó Rose viéndola con una sonrisa.

—Subiré —les dije—. Gracias por cuidarla.

—Lo hacemos encantadas.

La dejé durmiendo en su cuna, la habría sostenido un poco más si no estuviera cansada y deseando una ducha. Cuando estuve lista para acostarme, sentí un ruido proveniente de la cuna, fui a revisarla y estaba despierta, su ceño se fruncía y sus ojos estaban llorosos, Renesmee no era una niña que llorara.

—¿Qué ocurre? —murmuré levantándola.

Toqué su mano para que me dijera, me mostró unas imágenes que eran muy distintas a cuando me mostraba sus recuerdos, supuse que eran sueños, y vi el rostro de Edward en ellos. Me preguntaba quién era, Esme caminó con ella al despacho de Carlisle y era primera vez que estaba ahí, vio una foto de los Cullen y el único miembro de la familia sin estar abrazando a alguien era él.

—¿Quieres saber quién es? —la llevé a la cama para estar más cómodas—. Es tu papi, cariño, su nombre es Edward… —me mostró su cabeza—. Ajá, tienes el mismo cabello que él, es muy hermoso y cobrizo, y seguro tendrás unas ondas muy largas cuando crezcas más —me mostró a todos los miembros de la familia incluido Jacob y frunció el ceño—. No está aquí, preciosa, estamos esperando a que regrese.

No quiso saber nada más, su manita fue a mi pecho así que nos recostamos y la alimenté, demoró en dormirse de nuevo, para el momento en que dormía yo ya no tenía la fuerza para levantarme así que la dejé a mi lado. Me dormí tocando su mano y viendo cómo soñaba con todos nosotros, lo último que recuerdo es una imagen de Edward y ella abrazados.

Una voz comenzó a despertarme, era Esme sentada en la cama. Miré hacia mi lado para ver a Renesmee mirándome, eso era…

—No puede ser —murmuré sentándome.

—Es lo que nosotros vimos esos tres primeros días —comentó Esme observándola—. La llevaré con Carlisle si te parece bien.

Tomé a Renesmee en mis manos para pararla sobre mis piernas, ella ya no era una niña que parecía de dos meses de edad, mi hija parecía de un año. Me sonrió, su cabello era más largo y se ondulaba en las puntas que llegaban a su cuello, la acerqué para besar su mejilla.

—Ve con el abuelo, me voy a cambiar y bajo —se la entregué a Esme—. Me asusta un poco.

—Todo irá bien, querida, muy pronto podríamos tener noticias.

Me vestí rápidamente, quería hablar con Carlisle sobre el crecimiento de Renesmee, sé que no era una niña común, quizás era la única niña nacida entre una humana y un vampiro, pero necesitaba asegurarme que mi hija no sería una anciana de aquí a diciembre, eso me mataría.

Los encontré en la biblioteca, Carlisle tenía una gran cinta de medir pegada al extremo de una pared y Renesmee estaba de pie contra ella, muy quieta mientras su abuelo marcaba setenta y cinco centímetros y anotaba en su libreta.

—Muy bien, cariño, lo hiciste perfectamente —le dijo Carlisle levantándola—. Ve con mamá.

La sostuve fuertemente contra mi pecho, era incluso más pesada que ayer.

—¿Cuándo llegarán? —preguntó Emmett desde la puerta.

—Escucharemos el auto —Esme dijo, luego me miró—. ¿Vamos a la cocina? Mientras desayunas podríamos probar darle un poco de comida.

—Sí —estuve de acuerdo—. No es como si Carlisle tenga las respuestas a mis preguntas.

Él sonrió.

—Lamentablemente, sin embargo esto quedará en los registros de nuestra especie.

Estábamos dándole pequeños trocitos de comida a Renesmee cuando todos pusieron su atención a la puerta de entrada. Emmett se quedó a mi lado en una actitud protectora mientras Carlisle recibía a los invitados. Vi aparecer frente a mí a Alice, tan pequeña como recordaba y con una sonrisa en la cara.

—Al fin estás aquí —comentó Emmett dándole un abrazo.

—Habríamos vuelto antes si hubiésemos estado más cerca —respondió ella.

Se separó de su hermano y me miró, luego bajó la vista a Renesmee, mi hija tocó mi rostro preguntándome si ella era su tía Alice.

—Lo es, es tía Alice —Renesmee la miró de vuelta y estiró sus brazos.

—Hola, pequeña —la cargó contra ella—. Eres muy hermosa, ¿eh? Mira ese cabello, y esos ojos tan bellos —su sobrina rió—. Oh, esos dientes se ven muy bien también —se acercó para darme un abrazo, se lo devolví con fuerza—. Todo estará bien, Bella, hemos traído a casa todas las respuestas.

No dije nada, no me dio tiempo, me devolvió a Renesmee y se fue a la sala, Rose vino por nosotros a la cocina, en cuanto observé quiénes eran los visitantes me detuve, no eran conocidos, no es que conociera a muchos vampiros tampoco, y me miraban sorprendidos. Había un hombre y una mujer con ropa extraña, eran de piel y usaban accesorios que me recordaron a las leyendas de los quileutes. Las otras dos mujeres se veían más a nuestra época, eran rubias y hermosas como todos, se veían preocupadas.

—Ellos son Nahuel y Huilen, los encontramos en América del Sur con ayuda de Kachiri —los presentó Jasper—. Nahuel es un híbrido, su madre era humana cuando lo tuvo.

Lo miré sorprendida, Esme a mi lado me abrazó por los hombros, aliviada igual que yo.

—Mi padre era un vampiro, sedujo a mi madre y ella murió al darme a luz —informó Nahuel con voz seria y grave—. Jamás he visto a una mujer humana sobrevivir… y seguir siendo humana.

—¿Cuántos años tienes? —le pregunté sin salir de la sorpresa.

—Ciento cincuenta —respondió.

Mi respiro de alivio fue oído por todos.

—¿A qué edad te hiciste adulto, Nahuel? —indagó Carlisle.

—Siete años después de nacer —él miró a Renesmee en mis brazos—. No he cambiado más.

—Se alimenta de sangre y comida humana —aportó Jasper—. ¿La niña también lo hace?

—Sí, ella lo hace —contesté sosteniéndola más fuerte.

—Ellos querían conocerlas —informó Alice mirándome—. Existen tres híbridas más de las que podemos tener conocimientos, todas son hermanas de Nahuel, su padre cree estar creando una nueva especie.

—Muchas gracias por la información tan valiosa que nos han entregado —agradeció Carlisle a los dos visitantes—. Cada día hemos estado aprendiendo algo nuevo sobre nuestra especie.

Nahuel asintió.

—Convertí a mi tía Huilen en inmortal —dijo él mirando a Renesmee—. ¿Ella es venenosa?

—No lo es —respondió Rose—. No tiene veneno en su cuerpo.

¿No lo tenía?

—Esa es una diferencia importante —comentó Carlisle.

—Mis hermanas no son venenosas, no sé si será azar o por género.

Luego de un silencio, Alice tomó la palabra.

—¿Puedes sostener a Renesmee, Rose? —le pidió confundiéndome—. Necesito hablar con Bella.

De acuerdo. En cuanto Rose sostuvo a Renesmee, se la llevó hacia las ventanas para alejarla un poco de nosotros. Los demás sabían de lo que Alice hablaría, podía verlo en sus rostros de expectación.

—Ellas son Samantha y Grace —dijo Alice presentándolas—. Tienen información sobre Edward.

Las miré esperando, sólo quería saber si estaba bien, si regresaría a casa. Miré a Alice cuando después de unos segundos nadie habló.

—¿Qué ocurre? —inquirí mirándolos—. ¿Por qué creo que me han estado ocultando información?

—Porque lo hicimos —contestó Carlisle observándome—. Decidimos no preocuparte hasta que Alice volviera con respuestas —miró a las dos vampiresas—. Una de ellas nos ayudará.

—¿Ayudar a qué? ¿A encontrarlo? —indagué sintiéndome más preocupada que antes.

—No, Bella —dijo Esme a mi lado, acarició mis brazos suavemente—. No hay que encontrarlo, querida —no entendía.

—¿A qué te refieres con eso? ¿Ya saben dónde está?

—Edward está aquí, Bella —respondió Carlisle con una mirada de disculpa—. Él siempre ha estado aquí.


Roslyn es por en nombre de la canción del soundtrack de New Moon, representa un poco lo que ha sentido Bella, esa canción te deja con una sensación muy extraña y además es hermosa.

Saludos, nos vemos pronto y espero que se encuentren muy bien.