Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Historia nueva, tres capítulos (pueden ser cuatro pero está pensado para tres), se actualiza todos los lunes. Why, Lunita? Porque puedo y porque quiero. Un Ereri sí, pero con un olor muy fuerte a Riren.
Tengo varias cosas para decir de esta historia: 1) tendrá sorpresas que no voy a decir, de manera que si hay cosas inesperadas que no han sido advertidas lo siento, si no les gustan las sorpresas a medio camino NO LEAN, 2) esto es para leer relajados, sin emitir juicios al respecto, hay gente rara con gustos muy extravagantes, de eso va el cuento, si en algún punto sienten que es demasiado o les da asco... PUES NO LEAN, MIJOS. No me enojaré si abandonan la historia a medio camino, pero si me va a molestar si hay comentarios ofensivos. Aquí nadie tiene la culpa de nada, solo son fantasías y deseos que cierta persona ni sabe que tenía y que otra cierta persona ni sabe que puede cumplir y disfrutar de cumplirlas.
Este primer capítulo lo publicaré aquí en Wattpad, los siguientes ya no, pero pondré un link en algún comentario para que puedan leer sin problemas en las otras pltaformas: AO3 y Fanfiction, no quiero que me pateen el culo aquí de nuevo, porque esto estará super explícito.
Primer capítulo tranqui, luego se pondrá muy, muy intenso, muy subido de tono, muy todo, si no leyeron esta explicación: jódanse. La historia va como se me da la gana. A los que se animen y lo disfruten: bravo por ustedes, mis amores! Eso es todo, hasta el próximo lunes.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen son de Isayama Hajime, la historia si es de mi invención.
Advertencias: lenguaje vulgar, palabras altisonantes, situaciones explícitas, situaciones R18, aún no hay lemon pero eventualmente habrá muco de todo. Ya saben.
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"A cierta edad, un poco por amor propio, otro poco por picardía,
las cosas que más deseamos son las que fingimos no desear".
Marcel Proust
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Mikasa es mi mejor amiga, y además es una mujer extremadamente hermosa. Somos amigos de la infancia, crecimos juntos prácticamente, fuimos compañeros de colegio y bla, bla, bla. Actualmente somos estudiantes universitarios pero no vamos a la misma institución, yo estoy tratando de llevar de la manera más decente posible mis estudios para convertirme algún día en un profesional, un licenciado en Análisis de Sistemas en la universidad estatal, las computadoras son lo mío, mientras que ella está estudiando para ser veterinaria en la universidad paga de Sina.
Últimamente nuestra relación está un poco rara. Cuando éramos adolescentes yo estaba consciente de que ella me miraba con ojos de enamorada, no solo yo, creo que era bastante evidente, pero mi cabeza estaba puesta en otras cosas. Cuando algo me apasiona mucho suelo perder el interés por otros aspectos de la vida. Para ser más claros, invertía muchas horas en programación de softwares más o menos básicos, estaba dando mis primeros pasos, y otras más en mis actividades de gamer. Pero desde que entré a la universidad dejé la Play, la X-Box y la Nintendo Switch guardadas en mi armario. No tengo tiempo para dedicarles como antes.
Lo cierto es que se me confesó un par de veces, como seis o siete. Fui muy claro, sin ser hiriente porque la quiero muchísimo y me importa demasiado como para verla sufrir, pero en ese momento no estaba preparado para algo serio, o algo poco serio, simplemente estaba en otra. Afortunadamente ella fue madura y aceptó que amistad era lo máximo que podía ofrecerle. Claro que tuvimos que distanciarnos un tiempo hasta que ella pudo aclarar sus sentimientos. Con el tiempo volvimos a ser los de antes o eso creí.
Ahora las cosas han cambiado, sigo sin poder tener tiempo suficiente como para dedicarle a una relación, no soy una persona detallista o romántica de manera que mis relaciones han sido todas esporádicas y más basadas en el ánimo de descargar la lívido, digámonos en términos más simples: sexo casual. O no tan casual porque no es que me tire a cualquiera que se me cruce, mínimo tiene que haber una interacción de palabras, sentir esa química y estar seguro que la chica entenderá que no busco ponerme de novio. Las mentiras no van conmigo, prefiero que algo no se dé a prometer cosas que no voy a poder cumplir.
El dilema es el siguiente, me gusta Mikasa, tal vez ya empecé -por fin- a madurar y tengo ganas de sentar cabeza, que va, quiero abrazar a alguien, tener intimidad de una manera que conecte más lo emocional, quiero probar eso, además que ella tiene un cuerpazo y no es un dato menor. Estoy empezando a sentir mucha atracción física y al parecer ella no ha olvidado del todo el pasado. Coqueteamos, es evidente, aunque por lo general soy yo el que corta el rollo cuando siento que está a un paso de salirse de la raya, ¿por qué? Realmente no estoy seguro, ese es el gran problema. Nos gustamos, es obvio, pero no sé si esté al nivel de poder mantener una relación estable, carajo la conozco desde hace más de quince años y no me apetece tirar por la borda todo lo que hemos construido, somos casi familia hablando de una manera espiritual. No quiero perderle, es una parte importante de mi vida, es a quién acudo cuando estoy perdido, a la que puedo escribirle a las cuatro de la mañana para preguntarle como deshacerme de las hormigas de mi cocina, con quien debatimos sobre política, a quien a veces le presto mi tarjeta de crédito y quien saldría de garante si lo necesito. Entonces, no es como si fuera a arriesgar todo eso por probar un par de revolcones para darme cuenta que no es lo que quiero, o al revés, tal vez ella se dé cuenta que no soy lo que había idealizado tanto, porque eso derivará en que se termine todo.
Y no, no quiero. Pero es inevitable, me he masturbado pensando en su perfume, en como viste a veces, en sus pechos abundantes o en esas coquetas tangas cuyos bordes se le ven si se agacha a recoger algo y el pantalón es holgado. Ella está acostumbrada a tirarse encima mío cuando estamos en su sofá mirando alguna película, porque hay confianza y a mí nunca me perturbó, hasta ahora. Estoy seguro que si se lo digo ella querrá que probemos y tengo miedo, miedo de perderla. Así que me he venido aguantando todo esto más o menos bien hasta el viernes pasado, que salimos con algunos amigos en común a un antro y ella bebió demás. Como caballero que soy la acompañé a su departamento y allí las cosas casi pasan de claro a oscuro cuando se desnudó delante mío. Hubo besos y algunos roces calientes y aún me pregunto cómo fue que tuve la voluntad para dejarla en su cama y volverme a mi casa sin cogérmela como desquiciado. Es un misterio, pero a la vez me enorgullece haber tenido el temple de evitarlo, porque después no sé cómo hubieran quedado las cosas.
Hemos hablado al respecto, por celular, hemos echado al culpa al alcohol y lo hemos dejado al tema por el bien de ambos. Ya no sé qué hacer, pensé en pedirle consejo a Armin que nos conoce de hace mucho a los dos, pero luego decidí que no, esto lo tenemos que solucionar entre nosotros de alguna manera. A todo esto mis padres adoran a Mikasa y viceversa, empezar algo con ella sería un compromiso muy grande. Sería imposible que nuestras familias no quisieran inmiscuirse también, me da dolor de cabeza siquiera imaginarlo. Como ven, no la tengo fácil y hasta tanto no pueda darle lo que una mujer tan especial merece, lo mejor será mantener a mi chico entre los pantalones y controlar mis impulsos animales. Más o menos lo que venía haciendo, digamos. Agradezco que ella no me presione o me tiente aún más, como ven ella es perfecta, el problema aquí soy yo.
Me pregunté si no sería mejor buscar otra relación casual y de paso descargar mi lívido, al menos con eso podría descomprimir un poco la tensión que vengo acumulando. Así que decidí ponerme en la faena. Hasta que sucedió algo completamente inesperado.
Mikasa tiene un primo, me lo ha nombrado una que otra vez en el pasado pero lo cierto es que nunca le presté mucha atención. Su familia es pequeña, sus padres no tienen otros parientes vivos, excepto por su madre pero esos parientes están en Japón y se han visitado una o dos veces cuando ella era niña, nada relevante. Fuera de eso tiene esta tía que vive en el sur, como a tres mil kilómetros de nuestra ciudad. Ellos nunca vinieron así que nunca llegué a conocerlos, pero sé de un par de veces que ellos se fueron a pasar sus vacaciones para allá. ¿A qué viene tanto parloteo? Bueno, resulta que esta tía tiene un hijo que le lleva un par de años, se llama Levi -estos últimos días me repitió el nombre hasta el cansancio-, que acaba de recibirse y no encontraba trabajo allá, al parecer viven en una especie de pueblo rural.
Resumiendo, Mikasa vive sola, en un departamento que le rentan sus padres porque la casa les ha quedado chica -Mikasa tiene dos hermanos, son gemelos de siete años de edad-. Para que pudiera estudiar tranquila y que la uni no le quedara tan lejos, le rentan este lugar donde nos juntamos a menudo. Me gusta visitarla porque allí también puedo estudiar a gusto, vivo aún con mis padres y mi hermano Zeke acaba de separarse por lo que ha vuelto a vivir a casa, a veces lleva a mi sobrino con él los días que le toca cuidarlo y me ponen de niñera. Amo a mi sobrino, pero en esta época necesito realmente paz y tranquilidad para programar, hacer mis trabajos universitarios y estudiar.
Mi buena amiga me presta su departamento para ello, a veces nos pasamos noches enteras, ella estudiando lo suyo y yo haciendo lo mío en la misma mesa. Volviendo a este primo, Levi, resulta que él vendrá a probar suerte buscando trabajo y los padres de Mikasa le pidieron que le diera asilo, después de todo el departamento tiene dos habitaciones, la madre de Levi va a ayudar con la mitad de la renta lo cual es ventajoso según me ha explicado, así que pronto vendrá a instalarse.
—No será algo fijo —Me ha dicho ella como si me debiera explicaciones mientras comemos chop-suey que hemos pedido de nuestro negocio chino favorito—. Es una situación temporal. Levi es un buen chico, al menos lo que recuerdo de él.
—¿Cuántos años dices que tiene?
—Veintiocho.
—¿Y cuándo fue la última vez que lo viste?
—Hace como cinco o seis años. Como te digo, es una persona ordenada, tranquila, no sale, ni bebe, ni tiene vicios, es mi familia y quiero colaborar.
—En cinco o seis años las personas pueden cambiar mucho.
—¿Estás preocupado? —dice ella con su bonita expresión tranquila y lo cierto es que sí.
—No.
Nunca estuve más preocupado por ella como ahora. ¿Me siento celoso? Tal vez, Mikasa no es una persona que deje entrar a cualquiera en su vida y no voy a negarlo, me molesta ligeramente que hable tan bien de alguien que se ha cruzado dos o tres veces en su vida por un par de días de vacaciones. Mi instinto protector se activa de inmediato, será mejor que siga esta situación de cerca, no vaya a ser un pervertido o un loco, o una persona con problemas mentales, o tal vez no tan extremo como eso, tal vez se drogue o sea un delincuente, quien sabe.
—Espero que se lleven bien. Levi es reservado y un poco introvertido, me gustaría que pusieras de tu parte para integrarlo, quien sabe y puedan ser amigos, a pesar que somos familia creo que se llevaría mejor con otro hombre, ¿cuento contigo?
¿Por qué se preocupa tanto por él? No lo he visto ni siquiera en foto y ya lo estoy aborreciendo.
—Claro, si todo sale bien podría llevarlo a conocer un poco la ciudad y eso.
Ella me sonríe con calidez, confiando ciegamente en mí, me siento un poco culpable porque le estoy mintiendo descaradamente, o no tanto, voy a poner de mi parte, pero apenas vea alguna actitud extraña o fuera de lo normal lo sacaré a patadas.
Me dijo que vendría en unos dos meses, dos meses que pasaron más rápido de lo esperado para mi infortunio. Estaba que caminaba por las paredes, tenía un examen importante muy cerca y no podía ni siquiera concentrarme. La acompañé a la terminal de ómnibus, mi padre nos prestó el auto ya que él venía con cierto equipaje pesado para instalarse, ¡qué bien! Iba a tener que acarrear trastos ajenos, pero disimulaba mi creciente mal humor con una charla banal sobre las últimas series en Netflix. Finalmente llegó el primo de mi amiga y casi me caigo en mis cuartos traseros porque, joder, era bastante diferente de la imagen mental que me había hecho. No me había preocupado de buscar su perfil en Facebook o Instagram, porque debido a mis conocimientos en informática probablemente lo hubiera stalkeado y le hubiera tumbado todo, Mikasa se habría enterado y habría tenido un gran problema, mejor mantenerme al margen.
Era increíblemente bajo, más que Mikasa -aunque ella tiene la altura perfecta-, delgado, pálido, con un rostro increíblemente juvenil -visto de espaldas pasaría por un adolescente sin dudas-, bastante inexpresivo, con ese aura de tranquilidad que emanan las personas asiáticas -definitivamente tenía sangre japonesa o algo como eso porque sus cejas eran finas y sus ojos algo rasgados-, nos saludó con mucha formalidad, mi amiga hizo el amague de abrazarlo pero terminó con un sutil beso en la mejilla, a mí me dio un fuerte apretón de manos. Los tres cargamos con las maletas que no eran tantas y nos dirigimos al auto. De camino pasamos por un supermercado y se encargó de llenar un carrito con diligencia.
—Levi, no hace falta comprar tantos víveres, hay suficiente en casa —dijo mi amiga.
—Entiendo, pero a partir de ahora seremos dos, prefiero colaborar como corresponde.
Su tono de voz era parco pero tranquilo, se notaba que tenía una carácter seco, pero era gentil y considerado. Mis preocupaciones comenzaron a disiparse, no era una amenaza como había creído en un principio, al contrario, parecía bastante colaborador y centrado. Aunque uno no tiene que confiarse en las primeras impresiones, ya veríamos como se desempeñaba luego en el departamento.
Una vez que los dejé me fui a estudiar siempre pidiéndole a Mikasa que me informara si todo marchaba bien o necesitaba algo. Quedamos en almorzar al día siguiente, sin embargo a la noche ella me escribió para pedirme ayuda con la computadora de su primo, ninguno de los dos es amigo de la tecnología y la madre de Levi le había comprado una portátil para que utilizara pero era la primera vez del hombre teniendo uno de esos aparatos. Mikasa tampoco es paciente en general para explicar las cosas y yo ya tenía experiencia porque había dado un par de asesorías con gente de la tercera edad y de paso me ganaba unos dólares, también de vez en cuando aceptaba trabajos para reparación o mantenimiento de redes, después de todo es mi ámbito, así que e dije que contara con mi ayuda.
Al otro día me aparecí un poco más temprano para ver la computadora del primo pero ella estaba sola en la casa. Me indicó que Levi había salido a correr, al parecer era una persona de buenas costumbres y luego de pedir las indicaciones adecuadas se había ido al parque que queda a poca distancia del edificio para realizar su rutina. Me sorprendió lo rápido que se había instalado y lo pulcro de su habitación -la observé desde afuera-. Su portátil había quedado sobre la mesa y decidí echar un vistazo. No tenía el paquete Microsoft Office instalado y evidentemente nunca la había usado para nada, el historial de búsquedas estaba vacío y no había ni archivos, ni programas de ningún tipo, estaba virgen, como diríamos en la jerga de mi profesión. Yo había llevado mi notebook y un par de pendrives con los drivers que normalmente me piden instalar, pero preferí esperarlo y explicarle la función de cada uno.
Mientras tanto ayudé a mi amiga a preparar el almuerzo, y nos pusimos a charlar en el interín, cuando quise acordar había pasado como hora y media y escuchamos el timbre del portero, era Levi que había regresado. Me dio fastidio, quiero decir, estaba acostumbrado a estar con mi amiga a mis anchas y a solas y ahora teníamos a este intruso interfiriendo todo el rato. Supongo que por un lado era mejor, ya que al no estar completamente a solas esto iba a evitar que cualquiera de nosotros metiera la pata y me refiero a, ya saben, cruzar la línea de la amistad y lo que sea que pudiera pasar, esto si lo analizo con un poco de coherencia pero a nivel emocional la presencia del tipo me ponía de los nervios, aunque lo había prometido, portarme bien y colaborar.
Nos saludó de manera seca, sin dudas es su manera de ser, calzaba una pantalón deportivo negro algo ajustado a sus caderas estrechas y lindo culo; si, puedo apreciar la anatomía masculina ajena y elogiarla, no tengo problemas con eso, una sudadera de igual color y una remera de algodón blanco debajo. Aunque se notaba que tenía el cabello algo húmedo -verán, tiene una especie de corte muy extraño, como un rapado debajo de unos mechones largos y lacios arriba, ¿acaso viene del ejército?-, sin embargo ni siquiera estaba rojo o agitado. Tal vez solo había caminado un poco y ya, fue lo que pensé, sin embargo se dirigió al lavadero que está pegado a la cocina para quitarse la sudadera y ponerla en la lavadora.
Aquí es donde comienza mi nuevo dilema. Cuando se quitó la prenda reveló que no era una remera lo que tenía debajo, sino una musculosa, ya saben, no tenía mangas y era blanca, ajustada, de algodón, se notaba un poco húmeda por lo que entonces sí había transpirado. ¿Por qué carajos estaba tan intrigado en si el primo de mi amiga transpiraba? No lo sé, tampoco sé porque me gusta el helado de frambuesa, cosas que pasan. Lo cierto es que al levantar los brazos para quitarse la prenda pude apreciar que este tipo no tenía ni un puto vello en sus axilas.
...
Volví los ojos a mi amiga mientras ella me hacía probar la salsa de champignones y zanahorias que acababa de preparar para el almuerzo, pero algo había hecho clic en mi cabeza, porque no podía dejar de pensar en su maldita axila pelada. ¿Se depilaría? Bueno, muchos hombres lo hacen, no era algo taaaan raro.
—¿Qué cuando rindes?
—Oh, pasado mañana.
—¿Cómo la llevas?
—Bien, mas o menos en realidad, solo tendré que echarle ganas hoy a la última parte, no me llevo muy bien con las integrales. Ponle un poco más de salsa de soja.
—Voy a bañarme —Anunció Levi antes de desaparecer de la cocina.
Quedé intrigado, por una puta axila depilada de un tipo que ni conozco, ¿qué tan raro suena eso?
Cuando Levi salió de bañarse ya estaba listo el almuerzo, de manera que comimos y luego me encargué de su máquina. Mikasa tenía clases en la facultad por lo que se fue y yo me quedé con él enseñándole porqué era importante instalarle tal o cual programa, se notaba que estaba bastante perdido. Yo tampoco podía tomarme todo el tiempo del mundo porque tenía que rendir pronto y estudiar era mi prioridad. Traté de enseñarle lo básico, como usar Chrome eficientemente, incluso le anoté algunas páginas de bolsas de trabajo que era lo que más le importaba a él. Se supone que era un profesional, o al menos tenía un título como profesor de Historia, pero se lleva de la mierda con la tecnología, curioso.
Igual no me importa su vida o cómo carajos entregó trabajos o lo que sea para recibirse, traté de hacer las cosas rápido. Le expliqué medio a las apuradas como entrar aquí o allá o buscar cosas, otro día le explicaría mejor, por lo pronto me urge ir a estudiar. Lo que si me llama la atención es una fragancia que exuda su cuerpo, no es perfume, parece más bien como... olor a jabón o algo así, seguramente porque se bañó antes de almorzar y todavía tiene el cabello un poco húmedo. Por un segundo, fue solo un microsegundo, me pregunté como olería el sudor de Levi.
Creo que me hace falta coger, es a la conclusión que arribé ya una vez en mi cuarto y después de habérmela jalado una vez. No quiero ni pensar en la clase de imágenes que usé para esto. NO. Me niego a creer que puedo ser un pervertido, porque claramente no lo soy, tuve relaciones antes y nunca quise hacer cosas raras, ni soy fetichista, de hecho hasta miré un par de fotos de tetas y culos de mujeres hermosas y claramente eso hace que me ponga duro. Falsa alarma, esto es solo una coincidencia.
—Eren, ¿mañana puedes cuidar a Mateo? —Me pregunta mi hermano con cara de súplica metiendo su cabeza por la puerta.
—No, estoy estudiando, pasado mañana rindo Zi, no puedo.
—Pero es que tengo turno doble.
—Pídele a papá.
—No seas así.
—Pídeselo a la madre de Mat.
—No, ayer discutimos, y además son mis días para cuidarlo.
—Lo siento.
—¿En qué andas tú? —Me dice con cara de pícaro.
—¿En que más? Estudiando.
—¿Cómo estás con Mikasa? ¿Ya formalizaron?
—No y no lo vamos a hacer, somos amigos, corta con ese tema.
—No seas imbécil, es perfecta para ti, sigue demorando y verás como se la lleva otro.
Le levanté el dedo del medio y me puse los auriculares, necesitaba máxima concentración. Pero a los pocos minutos mi madre me pidió que fuera a la farmacia porque ella estaba con los preparativos de la cena. Nadie respeta mi privacidad en este lugar, mientras esperaba mi turno en la farmacia le escribí a Mikasa para asegurarme de que había llegado bien de sus clases, me lo confirmó y me mandó una foto de una ensalada o algo como eso que hizo el primo. Me invitó a cenar con ellos, la verdad no me vendría mal poder ir a estudiar a su departamento, el problema es que ahora ya no está sola como antes.
—Puedes dormir en el sofá —Me escribió, qué linda es, siempre le encuentra una solución a todo.
Decidí aceptar, realmente necesitaba paz para concentrarme en el examen.
Cené con mi familia e ignoré los comentarios estúpidos de mi hermano sobre el hecho de que pasaría la noche en lo de mi amiga. Preparé mi mochila y salí. Cuando llegué estaban tomando una infusión de té verde o alguna cosa milenaria que huele a orín de gato hervido, un asco. Me preparé un termo de café, iba a ser una larga noche de estudio, dejé las partes más difíciles para el final, no por vago, es que si las estudio al inicio después me las olvido, mi memoria no es muy confiable, prefiero presionarla a último momento, así rindo mejor.
Mikasa se quedó conmigo hasta las dos y luego se levantó para irse a su habitación, me quedé en el sofá del living, bebiendo mi tercera taza de café, con los auriculares puestos y la música muy baja, siempre que estudio necesito algo de ruido o me distraigo con cualquier cosa. Me sorprendió la luz en la cocina luego de otra hora más, oh, era Levi. Mis ojos lo siguieron, los pantalones le quedaban algo largos, supongo por su estatura y los arrastraba un poco, es un tanto tierno, creo. Sacó una botella de agua de la heladera y luego pasó delante mío -ignorándome por completo- y se fue al balcón donde lo ví encender un cigarro. Con el fuego del encendedor y la luz de refilón de la calle me quedé divagando en sus facciones. Labios finos, cara de eterna seriedad y esa pequeña protuberancia respingada y delicada, sí, su nariz. Tiene una diminuta nariz hermosa, demasiado hermosa para un hombre y creo que ya tomé mucho café porque mis conclusiones son un jodido desastre.
Me estiré en el sillón y noté que mi movimiento llamaba su atención, breves segundos. ¿Debería salir a charlar un poco? Después de todo necesitaba una pausa. Me levanté y me dirijo donde está él con mi taza entre las manos. Si conociera una mujer con una nariz así, definitivamente saldría con ella.
—¿Todo bien? —dije para romper el hielo y asintió, había olvidado que lo social no es su fuerte—. ¿Qué tal la ciudad?
—Bien, supongo.
—¿Quieres café?
—No, odio esa bebida.
—¿No puedes dormir?
—Tengo los horarios cambiados, ya me adaptaré.
Tenía una remera holgada que le deja las clavículas expuestas, y las mangas le colgaban un poco. Tendrá cara de matón, pero esa ropa que le queda un poco grande lo hace ver... no sé, lindo, creo.
Me terminé durmiendo como a las siete de la mañana, Mikasa me despertó para dejarme la llave y se fue a la facultad, ese día tenía prácticas hasta la tarde. De inmediato volví al sillón donde estaba cómodo y caliente, necesitaba un par de horas más para poder iniciar de nuevo. Escuché a Levi andando en la cocina y luego salió, supongo que a correr, que disciplina. Volví a dormir, me desperté al rato cuando estaba sonando el timbre, era el primo que había regresado de su rutina. No sé ni las palabras que cruzamos porque estaba demasiado dormido aún. Se metió a bañarse, escuché más ruidos y luego se despidió diciendo que se iría a hacer trámites o algo como eso. Puse la alarma para las doce o iba a pasar de largo. No me lo puedo permitir, rendía al otro día y tenía mucho que revisar aún.
Me dí una ducha para despabilarme después de la alarma y decidí preparar el almuerzo, por las dudas cociné para dos, Mikasa no iba a volver, seguro comería en el campus, pero no sabía los planes de Levi.
Mientras el arroz se estaba cociendo, noté que la lavadora ya había terminado su ciclo, ¿debería colgar la ropa? Bueno, no quería estar de vago y no me cuesta nada tampoco. Saqué la ropa y la colgué en el tendedero, había unas prendas de Mikasa y la ropa con la que salía a correr Levi. Miré la etiqueta de la remera, talle "M", debería usar "S" pienso. Lo que me llamó la atención fueron dos cosas, había una tanga celeste, es de Mikasa, la conozco y había una especie de ropa interior negra muy... calada, demasiado delgada para ser un slip, ¿qué carajos era eso? Debía ser de Mikasa, no creo que Levi usara cosas así, entonces ¿no se había cambiado la ropa interior cuando volvió de correr? Nah, seguro la lavó a mano o algo así. Miré dentro del canasto de ropa sucia que está al lado pero estaba vacío. ¿Capaz y le daba vergüenza colgar su ropa interior y que la viera Mikasa?
...
Debería ir a estudiar mejor.
Noté que había una sola media blanca, putas medias, a mí siempre se me pierden cuando lavo la ropa. Tengo la teoría que hay un agujero negro que se chupa exclusivamente las medias de la gente, solo se lleva una para dejarte con la incógnita universal de dónde carajos van a parar esas prendas. Cuando regresé noté que la media blanca estaba tirada a un costado, probablemente Levi metió rápido la ropa y se le cayó. La tomé entre mi índice y el pulgar y la miré con atención. Jodidamente pequeña, creo que mi sobrino usa medias más grandes que eso. Me reí de mi propia idiotez, abrí la puerta de la lavadora para tirarla adentro pero... por algún extraño motivo la volví a mirar. Parecía seca. ¿No le sudan los pies a este fulano? Estaba solo, con una puta media en mi mano, una media de este primo de mi mejor amiga que tiene cara de oler basura todo el día. ¿Y me pueden decir por qué mierda estoy oliendo la media de un tipo?
Puta madre. No huele mal. Hay una muy imperceptible esencia, a sucio claramente, aunque la media no está manchada ni nada, pero bueno la usó para ir a correr, ¿no transpira? Y si lo hace lo hace muy poco. ¿Estoy pensando nuevamente en el sudor de Levi? Suda poco, ¿porque tiene las axilas depiladas?
Tiré la media a la lavadora y salí a paso rápido, las medias no me asustan, claramente, pero hay otra cosa que si. Se me acaba de poner un poco dura al entrepierna. Es por la falta de sueño, si. Revisé el arroz, aún le falta. Saqué una caja de hamburguesas del freezer y lo puse a descongelar.
Ahora, Levi no puede entrar si no le abro desde el portero y la puerta estaba con llave. Caminé a su habitación, no estaba husmeando, solo tenía un poco de curiosidad. Olí su almohada, lavanda, el suavizante que usan en el departamento, mierda. Me sentí como un ladrón, aunque no iba a robar nada. Miré los cajones de su ropa, solo echaría una mirada rápida. Me detuve antes de tirar de ellos, ¿qué putas estaba haciendo? No sé, pero el corazón me latía como loco. Tiré del primero, más medias, todas pulcras, limpias y ordenadas de una manera casi obsesiva, algunos pañuelos blancos al costado, nada más. Abrí el segundo, definitivamente esta era su ropa interior, una ropa interior demasiado rara para un hombre de veintiocho. Al menos para uno normal.
Entonces esas especie de vedetinas sí eran de él. No pude evitar imaginármelo usando una de esas prendas, solo con eso puesto y todo sudado, sin vellos en su cuerpo. Entonces mi erección se hizo completamente notable, carajo. Metí mi mano dentro de los pantalones y me acaricié un poco, ¿qué estaba haciendo? ¡¿Qué estaba haciendo?! ¡Maldita sea!
Necesitaba desfogarme, tomé una de esas prendas, una blanca, fijándome muy bien la posición en la que estaba antes, no podía creer que estuviera por hacer esto, cerré los ojos y la presioné contra mi rostro, aspiré con fuerza. Joder, aquí si se sentía su olor, no era tan perceptible como me hubiera gustado, pero aún así se podía sentir, saqué mi pene y mi mano comenzó a balancearse con fuerza de arriba a abajo, me estremecí entero. Esto era por lejos la cosa más inmunda que hice en mi vida pero no podía detenerme, sentía que me consumía en llamas. Estaba demasiado caliente, tanto que sentí que iba a acabar en cualquier momento. Aspiré, me la jalé, me la jalé, aspiré, no daba más, en pocos minutos terminé entre mis dedos de una manera bestial.
Sucio.
Así me sentí. Así estaba.
Levi llegó cerca de la una de la tarde, me saludó y trajo una gaseosa light. Puso la mesa y el arroz se me había quemado un poco. Traté de no mostrarme nervioso, además era completamente imposible que él se enterara de lo que había hecho en su cuarto, todo estaba tal cual antes, sin embargo me sentía tan malditamente incómodo estando cerca de él. La culpa me cayó como si fuera dos toneladas de arena sobre los hombros.
Levi comió de a bocados pequeños, casi no hizo ruido al comer, me enfrentó con su mirada porque debo haberme quedado tildado en algún momento, mierda.
—¿Pudiste hacer tus trámites?
—Sí. Por cierto, quisiera preguntarte cuánto me cobrarías por ayudarme a armar un curriculum laboral, aún no manejo muy bien Word.
—Oh, bueno justo ahora estoy un poco ocupado.
—Sí, tu examen, puede ser después.
—No hay problema, te ayudaré.
—¿Cuánto?
—No hay problema, no es algo tan difícil.
—Pero es tu tiempo y tu trabajo.
—Sí, pero eres el primo de mi mejor amiga, muchas veces vengo aquí a estudiar, uso el departamento, favor por favor, ¿entiendes?
—Ajá, como digas entonces.
Era tan incómodo que apenas podía pasar la comida, más aún cuando a mi puto cerebro de hormiga se le ocurrió que sería una buena idea preguntarse qué tipo de ropa interior estaría usando ahora. Para colmo de males hacía calor y noté que había una muy pequeña humedad en las axilas de su camisa blanca. Carajo, me gustaría oler su camisa justo ahora.
Bravo Eren, creo que me estaba convirtiendo en algún tipo de pervertido. Uno nunca termina de conocerse supongo.
—¿Pasa algo?
—No, lo siento, suelo colgarme a veces, estoy pensando en mi examen.
Esto era demasiado para mí. Levi lavó los platos, porque yo habría cocinado supongo, de manera que pasé la escoba rápido y volví a mis estudios, Levi no salió de su habitación el resto del tiempo, mejor así.
Volví a mi casa antes de las siete y esa noche puse el seguro a mi puerta cuando todos se fueron a dormir. Me senté frente a mi computadora, con lubricante y pañuelos descartables a mano, busqué en algunos sitios conocidos. Necesitaba mujeres, porno hetero, lo normal. Luego de buscar bastante -esa noche estaba demasiado selectivo-, decidí ir por un vídeo donde una hermosa mujer asiática se sacaba la ropa con lentitud. Era linda, pero no logré ponerme en ambiente, en cualquier otra ocasión ya estaría jalándomela con gusto, pero extrañamente solo sentí aburrimiento.
Cerré la ventana emergente, me permití abrir otra y buscar hombres, ya lo había hecho en alguna ocasión pero sentí el mismo rechazo de esas veces, me dió asco, por lo que cerré de nuevo. ¿Qué rayos me estaba pasando? Entonces mi pene se estremeció en un espasmo cuando recordé las manchas del sudor de Levi, pequeñas simples manchas de su axila suave, cerré los ojos, y ,e imaginé su media entre mis dedos, su ropa interior extraña, esa que seguramente se le metería entre las nalgas al caminar.
No soy gay, estoy seguro, no saldría con otro hombre, se me han confesado chicos antes, lindos chicos, muchísimo más llamativos y sexies que Levi, nunca he sentido ni siquiera curiosidad y tampoco saldría con él, me da aprehensión de pensar en Levi queriendo besarme por ejemplo, pero curiosamente puedo imaginármelo dándome la espalda, en cuatro sobre la cama y meneando su lindo trasero para mi con esa ropa ridícula para cualquier hombre normal y entonces me puse caliente al instante. Ni modo, con esa imagen sería.
Miré mi mano manchada de semen por segunda vez en el día por un buen rato, reflexioné en lo fácil que fue terminar pensando en este enano de mierda que me vino a joder la perfecta y feliz vida que tenía. Todo era su maldita culpa y ahora necesitaba conseguir la ropa interior de Levi... corrección, la ropa interior usada y sudada de él, la conseguiría, a como diera lugar.
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By Luna de Acero.