Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, yo simplemente los uso con fines de entretenimiento y por amor al amor al Harmony.
Deseos
10 de diciembre de 1997
Era curioso.
Sí, era curioso despertar y estar rodeada de los brazos de su mejor amigo Harry. Se sentía extraño porque Harry no suele ser el chico más afectuoso.
Hermione lo conocía demasiado bien. Sabía que Harry correspondía a los abrazos cuando se trataba de personas cercanas a él. Eran pocas las ocasiones en que Harry daba abrazos, como lo fue con Sirius. Harry siempre inició los abrazos cuando se trataba de él, eran afectuosos y le daban gran felicidad, su sonrisa siempre lo delataba.
Eran contadas las ocasiones en que Harry la abrazó a ella. Fue en tercer año luego de liberar a Sirius y verlo que se alejaba volando en Buckbeak cuando la abrazó con fuerza y dio varias vueltas junto a ella antes de que el gran reloj empezará a sonar y ellos tuvieron que regresar corriendo a la enfermería; en cuarto año en la sala común después del funeral de Cedric cuando Harry le contó lo que vio cuando su varita se conectó con la del señor Oscuro; quinto año luego de que ella saliera de la enfermería tras recibir aquella maldición en el Ministerio de Magia. Al contrario que ella, Hermione fue la que siempre iniciaba un abrazo con Harry. Él siempre correspondió a cada uno de ellos.
¿Por qué Harry la abrazaba cada noche y se aferraba a ella? ¿Se sentía tan perdido como ella?
Habían sido duros los últimos meses desde que dejaron Grimmuld Place y comenzaron esa búsqueda, el abandono de Ron empeoro el humor de los dos, ese jodido relicario que únicamente sacaba los peores pensamientos de cada uno.
Dormir en los brazos de Harry la llenaba de tranquilidad, las pesadillas incluso dejaron de molestarla y poco a poco dejo de llorar en las noches, ansiando el momento en que Harry apagó la fogata y se metiera en la cama con ella.
¿Era una traición a su amistad con Ginny? No había pensado mucho en ella, ni en sus sentimientos. Harry terminó su relación con ella para protegerla, quizás cuando todo terminará, él volverá a sus brazos para descansar finalmente y vivir su vida como debió hacerlo desde el principio. Pensar en eso fue como una puñalada a su corazón.
—¿Un galeón por tus pensamientos? —Hermione se sobresaltó al escuchar la voz de Harry. Sonrió y él se sentó a su lado. Miró la hora de su reloj, se percató de que su guardia terminó hace más de cinco minutos.
—Das mucho para tan poco —respondió.
—¿Interrumpí?
—No —murmuró—. Acababa de comenzar a mis padres. En un par de semanas iniciarán las fiestas navideñas y me preguntaba en qué es lo que hacen en estos momentos.
—Hermione…
—No te preocupes, Harry —dijo rápidamente al escuchar en su voz la culpa, tomó su mano y le dio un apretón—. Fue mi decisión.
—Me siento horrible por nunca preguntarte más por ellos —susurró—. He pensado en que nunca te pedí que nos viéramos durante los veranos, ir a comer, cenar o dar una vuelta por algún parque, siempre pude usar el transporte.
Si tan sólo él supiera que en más de una ocasión lo consideré para que fuera de vacaciones con nosotros a otras partes del mundo, pensó ella.
—Estabas más cómodo con los Weasley —Hermione evitó decir el nombre de su otro mejor amigo—. Seguramente ibas a encontrar aburrido reunirte conmigo y mis padres. Además, sé que te gusta mucho la Madriguera y que te perdieras el tiempo con nosotros en el mundo muggle sin magia…
—Estoy seguro en que nos habríamos divertido mucho —Harry sonrió con melancolía—. ¿Sabes? Desearía tener un giratiempo y volver el tiempo atrás…
—¿Para qué?
—Para tomar las decisiones correctas.
Hermione se despertó al sentir su boca seca, necesitaba un vaso de agua para refrescarse un poco. Intentó estirarse, pero los brazos de Harry la mantuvieron prisionera. Durante la noche debió darse demasiadas vueltas, ya que ella también se encontraba abrazando a Harry, la mayoría de las veces ella dormía con su espalda pegada a su pecho, hoy fue diferente.
Su cabeza estaba recargada sobre su brazo y él debió tener en algún momento de la noche su barbilla sobre su cabeza. Flexionando los hombros, Hermione poco a poco fue soltándose de él y quedó libre.
Se levantó de la cama, tratando de hacer el menor ruido posible. Camino en dirección a la cocina y tomó un vaso que pronto relleno con agua. Se sentó en la mesa y llevó las manos a su rostro, pensando en los sentimientos que parecían crecer cada vez un poco más con respecto a Harry.
¿Eran sentimientos de amor? Ella lo amaba.
Tenía que analizar todas las probabilidades antes de siquiera decirlo, no quería que su amistad quedará arruinada por sentimientos no correspondidos. Todavía quedaba en duda lo que pasaría al final de la guerra.
¿Sobrevivirán? ¿Lograran encontrar y destruir todos los horrocruxes? Con tan pocas pistas y con el tiempo corriendo, podrían pasar muchas cosas significantes. Se mordió el labio, ¿sería buena idea sugerir a Harry que se pongan en contacto con alguien de la orden? Recordó la gran biblioteca en Grimmuld Place, ¿era factible poder regresar? No, seguramente los mortífagos ya habrían tomado el lugar ancestral de la Casa de los Black.
—¿Hermione? —Harry medio se levantó de la cama, sonrió al verlo fruncir el ceño, seguramente no la visualizaba al no tener sus gafas—. ¿No puedes dormir?
—Tenía sed —respondió, se levantó de la silla y regreso a la cama. Se sentía tan natural abrazar a Harry, cambio de posición y su cabeza quedó sobre su pecho, él puso una mano sobre su espalda—. ¿Es esto correcto, Harry? ¿Tú y yo durmiendo juntos?
—No me importa si es correcto o no, siento una paz que no puedo describir cuando te tengo a mi lado.
—Que romántico.
—Eso no fue nada romántico —sonrió—. Pero si te sientes incómoda…
—No, claro que no —le interrumpió, se levantó lo suficiente para mirarlo a los ojos y le devolvió la sonrisa—. Me gusta.
—A mí también —susurró Harry—. Creo que deberíamos casarnos, Hermione.