Harry Potter y Fairy tail No me pertenecen.

Magic

Lucy es una maga mestiza que no sabe que es maga, hasta los once años cuando una carta aparece dentro de la mansión. Toda su infancia Lucy la recuerda realmente borrosa, desde la muerte de su madre su padre cambio por completo, por lo cual la soledad y ser criada en casa, no es algo que le permita conocer del mundo exterior. Aun así mira de forma nerviosa cuando el mago conocido como Gildarts Clive, esta frente a la puerta de su casa y su padre claramente quiere matarlo. Los escucha gritar y ella realmente no le importa, porque su padre siempre grita y en ocasiones le grita a ella con odio sobre todas sus desgracias que son culpa de ella.

No es hasta que el nombre de su madre aparece en la conversación, que Lucy toma nota y parece interesada.

Su madre, según cuenta el hombre, es una maga importante, una de sangre pura, la descendiente de la familia Heartfilia y por lo tanto linaje de la sangre más pura del mundo mágico.

No es hasta que Gildarts amenaza con traer a un tal Makarov, que este parece gruñir que si quieren llevarse a su hija, que se la lleven.

Esas palabras duelen a Lucy más de lo que quiere admitir.

Gildarts es amable, divertido y muy poderoso, quien la lleva por todo el callejón Diagon, explicándole que ella proviene de una familia grande de magos. Mientras lo escucha hablar y comprar todo lo que necesita, ella se pregunta porque su madre dejaría a una familia de magos para casarse con su padre, que claramente parece odiar todo lo respectivo con la magia.

Gildarts se despide de ella, diciendo que vendrá por ella el 1 de setiembre, sobre decir que se parece a su madre.

No entiende.

No importa.

La bofetada que le da su padre esa noche, ebrio por primera vez en mucho tiempo, diciéndole que era un monstruo como su madre, la hacen permanecer despierta toda la noche.

Pensando si era buena idea ser mago.

O no.

Con un suspiro cae dormida.

.

El viaje en tren no pasa con penas o glorias, bueno, en realidad con algunas penas. Estar en el mismo compartimiento que un niño de su edad, con cabellera negra tupida y ojos que parecen asesinarte, además de una niña de pelo azulado que no deja de tener un muñeco blanco en sus manos que parece deprimente, hace algo complicado las cosas.

Lucy no era buena socializando, su padre se encargó de aislarla.

Incluso aunque esos niños logran hablar entre ellos, ella no hace ninguna mención. La tal Juvia pregunta su nombre, pero aparte de un débil "Lucy" nada escapa de sus labios. Escucha a los niños hablar tímidamente sobre las casas de Hogwarts, que ella sabe ya que ha leído el libro de Hogwarts y su historia, como dos veces para no perder nada importante.

Ella está segura que ira a Ravencraw, la casa de eruditos, creativos y estudiosos. No parece tener otra casa a la cual pertenecer, no es tan amable como los Huflepuff o tan astuta como los Slytherin, ni que hablar de Gryffindor, ella no siente que tiene una pisca de valentía en su interior.

Por eso cuando pocas horas después se sorprende del paso de los acontecimientos, un hombre de pequeña estatura grita su apellido en medio del salón.

Algo se congela.

Heartfilia.

Traga saliva cuando los niños mayores parecen verla de reojo y susurrar, algo que la hace querer vomitar, odia el ojo público. Camina lentamente preguntándose, porque no la presentaron con el apellido de su padre, toma asiento en la silla y cierra los ojos fuertemente cuando el sombrero ya no le permite ver nada.

—Vaya vaya, hace años que no veo un Heartfilia sentado en esta silla, algunos van a otros colegios, pero eres la última con la línea sanguínea—habla el sombrero a su mente.

Siente que es estúpido pegar un pequeño salto, cuando hace cuatro horas, no, desde que conoció a Gildarts, todo parece magia a su alrededor. Pero aun así no se siente preparada para un sombrero parlante en su cabeza.

—Tu madre fue una gran Ravencraw, premio anual, prefecta y una maga como pocas desde su antepasado Anna—sigue explicando el sombrero.

Un anhelo se instala en su corazón.

Su madre fue una Ravencraw.

Su madre fue a este colegio.

Su madre que había muerto hace tanto tiempo que ella apenas si la recordaba, estuvo sentado en este mismo lugar y ella sería enviada a Ravencraw como ella. Casi logro crear una historia sobre eso, ella siguiendo los pasos de su madre, siendo una gran maga, ejemplo de otros, siendo conocida por ser igual que su madre. Casi se imaginó enamorándose de alguien tan inteligente como ella seria, alguien completamente diferente a su padre.

Solo ocupaba que el sombrero dijera la casa de su madre y ella podría comenzar una nueva vida.

—¡GRYFFINDOR!—grita el sombrero y ella queda congelada cuando vuelve a ver el salón.

No parece que muchos estuvieran al tanto de su lucha mental, la casa de los leones rojos aplaude y grita al tenerla en su casa, como han hecho con los otros nuevos estudiantes. Ella mira a Porlyusica quien parece envenenarla con los ojos para que se mueva a su nueva casa.

Camina de forma algo desanimada tomando asiento en su casa, lanzando una mirada anhelante a la casa de las águilas azules.

Esto está mal.

Ella no es una Gryffindor.

Una niña que parece un año mayor de cabellera roja escarlata, le da la bienvenida que ella responde tímida pero cortésmente.

No es lo que quiere.

Quiere ser recibida por el niño de larga cabellera verde, que parece ayudar a los otros nuevos Ravencraw, aun así, piensa con ironía.

¿Cuándo tuvo ella lo que quería?

,

Su vida en Gryffindor no es de muchos altos y bajos, pero si tiene una pequeña piedra en su zapato que se llama Natsu Dragneel. El extraño niño de cabello rosado (sabe que existe la magia, pero no entiende como puede ser su color de cabello natural) quien tiene un gato mascota de color azul (mascota mágica supone) y una bufanda blanca que nunca deja su cuello, parece pegarse a ella como pegamento, aunque claramente ella no lo quiere cerca.

Había comenzado cuando en su primera clase de historia de la magia, el niño parecía muerto de aburrimiento y prefirió molestarla a tomar atención. Aunque admitía que era aburrida, por otro lado Lucy estaba entusiasta de tener clases normales por primera vez en su vida. Intento ignorar al niño sentado a su lado (por haber llegado tarde y no tener otro asiento disponible) que la había llamado 27 veces Luigi.

Miro con envidia a la mayoría de Ravencraw con quien compartían esa clase, tomar notas con tranquilidad.

Cuanto hubiera dado ella por estar sentada con alguno de ellos.

Pero el niño seguía molestando y ella tenía un temperamento rápido por su padre.

Cuando el Luigi número 29 se hizo presente y no queriendo escuchar uno 30, tomo su varita, hizo un hechizo rápido que había practicado en el aburrimiento de su habitación y el cabello del niño ahora era color verde chillante.

Este salto indignado queriendo su color natural de regreso.

Ella grito que era imposible tener un color rosado.

Este grito que era salmón.

El profesor los envió a detención.

Al día siguiente cuando el niño tuvo el color de regreso, ambos estuvieron detenidos toda la noche limpiando trofeos, este la señalo diciendo que iban a ser mejores amigos. Ella quiso chillar que se supone que serían enemigos después de esa clase, pero el niño la ignoro y comenzó a arrastrarla todo el día ante sus protestas.

Ella quería una vida de estudiante normal.

Que claramente no tendría con Natsu Dragneel.

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Natsu Dragneel era todo lo que ella no era, si ella pudiera elegir una cara para Gryffindor, sin duda seria la cara de Natsu. Bromista natural, actitud temeraria, aventurera y que le gusta causar problemas. Lo había visto saltar frente a sus amigos cuando eran provocados y su valentía parecía ignorar los sentidos de la lógica. Pero en un mundo mágico, la lógica no parece ser aplicada igual.

Incluso cuando ella se negó los primeros dos meses a ser su amiga, al tercero parecía resignada y al cuarto ya estaba acostumbrada. Junto con Natsu conoció a otros Gryffindor que la hicieron conocer lo que era tener amigos. Un segundo año llamada Erza Scarlet y Gray Fullbuster formaron parte de su grupo rápidamente. No parecía importar que Erza fuera mayor, siempre tomaba tiempo para estar con ellos. Aunque Erza claramente detenía a los chicos ante cualquier inicio de pelea.

Para su deleite también se hizo buena amiga de Levy, una niña de Ravencraw que compartía su afición por los libros. Que siempre estaba revoloteando entre dos Hufflepuff llamados Droy y Jet.

Ignorando los prejuicios de algunos de Slytherin y Gryffindor, Cana una niña de su edad de la casa de las serpientes se hizo buena amiga de ella.

Sabía mucho sobre todos.

La gran habilidad de magia de fuego de Natsu solo rivalizaba con el control de magia de hielo de Gray, la forma en que Erza lograba convocar armas mágicas y cualquier cosa, como una gran duelista. El gran conocimiento de Levy sobre casi todas las áreas, que Cana con once años ya había tomado bebidas para mayores. Le gustaba conocer a sus amigos.

Pero no le gustaba que la conocieran.

No quería que tuvieran lastima de la niña que no tuvo amigos desde los once años.

No quería que conocieran a su padre.

Su vida antes de Hogwarts.

.

—No sabemos casi nada de Lucy—había dicho una tarde Gray, congelándola con la puerta en la manija del baño.

Estaba caminando a la siguiente clase con Gray y Natsu, cuando le dieron ganas de ir al baño. Los niños se burlaron de ella, pero igualmente se quedaron a esperarla para que no llegara sola.

El miedo palpitante de sus palabras, casi la congelo en su lugar.

—¿De qué hablas?—cuestiono Natsu con su usual tono aburrido cuando no hace alguna travesura.

—Bueno no nos conocemos hace mucho, pero tú siempre hablas de tu padre que era un animago que se convertía en dragón, también que la madre de Erza la dejo y que yo vivo con mi maestra…ya sabes, nuestra vida fuera de Hogwarts…Lucy nunca habla sobre ella—hablo el niño que no parecía tener ninguna maldad, solo curiosidad.

¿Debería decirles?

La mano tembló en la manija pensando sobre qué hacer.

El sonido de un golpe la hizo saltar, el sonido de las quejas de Gray le pudo dar a entender quien golpeo y quien fue el receptor.

—Lucy no quiere hablar de eso, así que no le digas nada…Lucy es Lucy de todas formas—gruño Natsu con tono severo.

Eso era nuevo, ignorando que tenían una amistad que ella no aprobó desde la primera semana, era la primera vez que Natsu no la llamaba con algún sobrenombre.

¿Lo haría comúnmente cuando no escuchaba?

Ignorando las quejas de Gray y la sonrisa leve en su rostro, salió como si no supiera que pasaba, ignorando a los niños nerviosos. Camino con ellos hasta su siguiente clase, riendo divertida por lo que dijeran, sintiendo algo cálido en su interior.

No le grito a Natsu cuando exploto su caldero de pociones.

Solo sonrió divertida y aceptando que en realidad, apreciaba tenerlo como amigo.

.

Volver a casa era una tortura, mientras sus amigos decían sobre las grandes aventuras que pensaban tener con sus familias e invitarla para que ella fuera a sus casas, ella los rechazo amablemente. Comento vagamente que tenía que volver con su padre y no podría verlos, que tenía muchas cosas que hacer con este. Sonrió agriamente cuando se despidieron de ella en la estación. Caminando de forma silenciosa hasta Capricornio, un hombre que era como su guardaespaldas en su hogar.

—Su padre la espera en la mansión—había dicho tranquilamente el hombre alto de cabellera albina.

Asintió caminando detrás de él con mirada triste.

Al llegar a su casa, el silencio de su hogar, la falta de su padre, la hicieron tirarse sobre su cama. Quiso correr y escribirles a sus amigos. Todos ellos se habían quedado esas primeras vacaciones de navidad y había sido su primera buena navidad desde la muerte de su madre.

Pero no lo hizo.

Cuando todos habían querido tener vacaciones antes de su segundo año.

Ella solo había querido escapar.

Quedarse en Hogwarts.

Suspiro abrazando la almohada.

La soledad era asfixiante.

.

El segundo año fue mejor que el primero, no viajo sola en el tren, Natsu prácticamente la había arrastrado apenas la vio en la estación. Pregunto curioso si sus padres no venían con ella, sin saber siquiera que su madre estaba muerta. Ella dijo que era solo ella y este no tomo mucha más importancia. Escucho divertida las desventuras de Gray como de Natsu, las aventuras de Erza intentando establecer una relación con su madre, una risueña Levy sobre bibliotecas. Sus amigos sonrientes y felices.

—¿Qué tal tus vacaciones Lucy?—dijo Cana viéndola emocionada.

Su sonrisa se congelo, pero practicando mucho estas vacaciones pudo mantener una sonrisa serena capaz de engañar a otros.

—Buenas, conseguí dominar algunos hechizos y adelantar mi tarea—hablo rápidamente, ganando gemidos de sus amigos que no habían hecho sus tareas.

La mirada seria de Natsu, bastante inusual, la vio unos segundos antes de decir alguna tontería y cambiar el tema por completo.

Ella suspiro aliviada.

El tema de la familia, no era algo que le gustaba.

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—No es justo—gruñía Natsu cuando la veía dominar un encantamiento con demasiada facilidad.

Ella rodo los ojos ante su forma infantil de ser.

Ella quiso decir que no era justo que él tuviera un núcleo mágico tan grande, para dominar hechizos de fuego como si parpadeara o su talento nato para los duelos. Pero prefirió dejar al niño gimotear sobre que él también quería hacer eso fácilmente y ella lo ignoro cuando este se negó a estudiar para lograrlo.

Después de estudiar fueron al campo de Quidditch donde iniciaría la temporada.

Natsu había estado decepcionado que su enfermedad del movimiento le hubiera impedido jugar el juego, aun así era un gran fanático como ella. Erza quien era la bateadora y Gray que era el nuevo cazador, parecían emocionados.

—Es un milagro que no vomites en el tren para venir—dijo divertida causando que este rodara los ojos.

Su madrastra Grandine, era una gran sanadora que usaba hechizos para que el viaje a la escuela no le fuera tan mal. Lamentablemente usarlo para las prácticas y los juegos, solamente reduciría su efecto y por lo tanto, no podría jugar para siempre.

El recuerdo de la pequeña Wendy que le faltaba dos años para entrar a Hogwarts, calentó el corazón de Lucy.

La hermanastra de Natsu era un amor, que había conocido en la estación.

—No me lo recuerdes—hablo colocándose un poco verde.

Ella soltó una carcajada, antes que este se pusiera algo serio. Pensando que lo había ofendido se detuvo a unos metros de la entrada, donde otros chicos ya estaban llegando con trajes que apoyaban a los leones rojos o la casa de las serpientes. Un leve recuerdo de la cazadora de la casa, una chica llamada Juvia que parecía obsesionada por Gray, le hizo pensar que tan atenta estaría en el partido con el chico.

—Lucy—comenzó el chico ganando su confusión por el uso de su nombre—sabes…Gryffindor y los otros chicos que no son tan geniales para estar en Gryffindor—rodo los ojos ante su forma de amar su casa—todos nosotros somos tu familia…lo sabes ¿verdad?—dijo lo ultima con determinación en su rostro.

Se congelo.

Su boca se abrió levemente.

No pregunto en voz alta que pasaba por su mente, pero casi podía sentir que él no era tan despistado como usualmente se burlaban. Desvió un poco la mirada incomoda, de que hubiera notado claramente que algo no estaba bien con su familia. Incluso lucho por apartar el recuerdo de su padre el día antes de venirse, igual de borracho como usualmente parecía estar, estampándola contra la pared y gritándole que todo era culpa suya que su madre muriera.

Esa era la familia que ella recordaba tener.

Pero aquí y ahora Natsu…

Lo vio de reojo, antes de suspirar.

—No quiero tener una familia—gruño con enojo y furia, ante la idea de que ellos fueran como su familia, de que ellos la lastimarían si se acercaba mucho.

No, la palabra familia estaba manchada para ella.

Solo quería amigos.

Solo eso.

Vio al niño suspirar, antes de tomarla por la muñeca y caminar al campo ignorando su mal humor.

—Bueno pues la tienes ahora, yo soy tu familia y no pienso hacerte daño—dijo este encogiéndose de hombros, ignorando que era la primera vez que la veía a ella sin mascaras.

Una niña sola y resentida.

Quiso gimotear que no era verdad.

Pero recordando como este prácticamente la había obligado a ser su amigo, se resignó dejándose llevar por Natsu.

Familia.

Odiaba esa palabra.

Pero si colocabas a Natsu y familia juntos, en realidad no era tan malo.

.

Cuando llego a su tercer año, la idea de porque estaba en Gryffindor solía rondar ocasionalmente por su mente. Ignorando monstruos como Erza, ella lograba ganar varios puntos en sus clases, amaba pasar en la biblioteca y tenía amistades en todos los cursos. No sentía que ella irradiara la valentía de alguien de su cosa o su temeraria forma de vida. Odiaba las escobas, prefería estar sentada en la sala común y amaba estudiar. La idea de escribir libros también pasaba por su mente.

Ella era toda la imagen que un Gryffindor no suele dar.

Incluso su jefe de casa Gildarts, solía decirle que se parecía mucho a su madre, quien había sido una compañera de generación de él. En ocasiones ella amaba pasar a la sala de profesores y charlar con este sobre su madre, este contaba tantas historias de ella, que su padre nunca le conto.

Como ayudaba a estudiantes de grados inferiores.

Su gran inteligencia.

Su magia estelar.

Como todo a su lado parecía brillar.

Entre susurros divertidos, comento que el padre de Natsu, había estado enamorado de Laila en sus años de Gryffindor. Era algo divertido imaginar al padre de Natsu, quien había visto de reojo en algunos momentos en la estación, pero nunca hablado, enamorado de su madre. Intento imaginar al hombre pelirrojo, más joven, risueño, siguiendo a su madre.

Fue curioso.

Casi se pudo imaginar a ella y Natsu en la misma situación, pero era ridículo, Natsu jamás se enamoraría de ella.

Caminando de regreso a la torre, se detuvo cuando a lo lejos vio a Natsu, estaba por gritarle para llamar su atención, pero se congelo cuando vio como hablaba animadamente con una chica de Hufflepuff. Lisanna si no se equivocaba, la hermana menor de la rival de Erza, Mirajane, que estaba en Slytherin.

Detuvo su intención de llamarlo y sus ojos se entrecerraron al verlo reír tan feliz con la chica.

Algo dentro de ella se agito.

Dio media vuelta caminando de forma algo taciturna.

—¿Todo bien Lucy?—pregunto Erza confundida cuando la vio entrar.

Ella asintió vagamente antes de tirarse sobre su cama.

No durmió toda la noche.

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No se alejó de Natsu por supuesto, eso traería muchas preguntas que ella no respondería, no era tan valiente. En su lugar vio al niño que pasaba tres años pegado a ella, comenzar a pasar más tiempo con otros. Sobre todo con esa niña Lisanna, Lucy quiso odiarla, por algún motivo, pero no pudo, era tan Hufflepuff y amable, que en realidad le caía bien, solo no le caía bien cuando pasaba tanto tiempo con Natsu. Era suficientemente inteligente para saber que ella estaba celosa, pero no quería entrar a más motivos por el cual podría estarlo.

Natsu también pasaba bastante tiempo con Gajeel, que si bien era un gilipollas, era un reto para el chico en nivel de duelo. Luchaba todo el día con Gray, le gustaba retar a Erza, también pasaba tiempo con Gildarts.

Ya no estaba rondándola como siempre.

Y eso estaba bien.

Ella siempre quiso eso.

Solo que ahora, no lo quería.

Una parte de ella quería regresar a ese tiempo, donde el niño corría siempre a su alrededor llevándola para hacer alguna aventura estúpida. Pero ella no podía imponerlo, no podía retenerlo, ella no era su padre y no haría que otros se sintieran infelices a su alrededor.

Ella no era un Gryffindor.

No tenía la valentía para preguntar qué pasaba y porque se alejaba.

Por eso cuando llego su primera salida a Hogsmeade, ella en realidad no se sintió mal por decir que ella no podría ir. Su padre no había firmado su permiso, por el simple hecho que ellos no hablaban y ella no era valiente como para pedirlo. Había visto la mirada decepcionada de Natsu, pero ella le burlo un poco diciendo que saliera a solas con Lisanna.

—Solo somos amigos—gruño este de brazos cruzados pero con un ligero sonrojo en sus mejillas.

Duele.

Había pensado Lucy cuando lo vio correr por el pasillo para decirle a Lisanna que quería ir con todos sus amigos.

Duele verlo con otra chica.

¿Por qué?

Ella sabía, ella era inteligente, pero igual ignoro la pesadez en su mente.

.

Volver a su hogar no fue malo, en realidad no quería estar en Hogwarts viendo a Natsu tontear con Lisanna, en una extraña danza que todos sabían que tenían. Era como que ambos sentían algo, pero en realidad no eran nada, ya que todos le molestaban por eso. Ellos eran amigos de la infancia, mucho antes que Lucy conociera a Natsu, pero Lisanna no había ido los primeros dos años por estar en otro colegio, pero había vuelto y ahora ellos eran los amigos que se suponía que fueron.

Lucy se sentía como un remplazo cuya función había pasado.

No era verdad.

Natsu aun seguía con ella en ocasiones y siempre estaban juntos, pero cuando Lisanna hablaba con Natsu y este era eclipsado por su amiga de infancia, ella solo se iba, porque no era masoquista.

Estar con el borracho abusador de su padre, no era tan malo.

Lo malo era ver como el negocio que su padre había formado, cada vez era más difícil de mantener con este borracho en su estudio. Había hablado con Virgo y Capricorino sobre el asunto, pero ambos solo suspiraban diciendo que no podrían interferir con su padre. Sus dos criados más cercanos, eran magos, quienes habían lamentado guardar silencio, pero en una vaga promesa a su madre de protegerla, también la protegían del mundo mágico.

Ella no entendió porque.

Ella se había enojado un tiempo con ellos, pero él no verlos tan a menudo por sus clases, hicieron que el enojo no fuera largo.

Pero en sus vacaciones de tercer año, poco antes de su cuarto año.

Entendió el porqué.

Cuando una noche se durmió en su cama y al abrir los ojos estaba en otro lugar. Había gritado cuando noto que sus manos estaban atadas en su espalda y chillado cuando la habitación sin ventanas la hizo sentir un miedo horrible. Aunque no tanto cuando un hombre de cabellera negra y nariz respingada que se presentó como José, le indico que estaban aquí porque alguien la buscaba.

—La sangre de la familia Heartfilia, es poderosa niña, un hombre la está buscando…eres la llave para resucitar a nuestro maestro—había dicho con diversión.

Ella chillo para que la dejaran ir e incluso intento escapar.

La carcajada del hombre y un hechizo que nunca olvidaría, fueron todo lo que escucho antes de sentir el dolor en su cuerpo.

—¡Crucio!—había dicho el hombre divertido.

Una maldición imperdonable.

Que la hizo sentir todos sus huesos romperse y su interior estallar.

Ella había gritado con lágrimas en sus ojos, sintiendo horas, días, semanas y años en lo que probablemente era un segundo. El segundo más largo de su vida, que la hacían revolcarse en el suelo con gritos y deseando una muerte rápida antes de recibir ese hechizo nuevamente sobre ella.

Incluso cuando la magia oscura termino.

El dolor insoportable de su rostro la dejo en el suelo con lágrimas.

Las manos del hombre la arrojaron de regreso a la habitación.

—Entenderá señorita Heartfilia, que no podemos dejarla ir y tampoco matarla…pero hay cosas peores que la muerte—fue lo que dijo José antes de irse y dejarla en el suelo.

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Lucy conto los segundos, su cuenta no era exacta, había llegado a 435241, pero habían momentos en que había quedado inconsciente y otros momentos donde algunos de los secuaces de José llegaban dentro para torturarla. La habían lanzado algunas maldiciones o simplemente la patearon, habían usado el crucio 5 veces más, cada vez peor que la anterior. No había sido tan malo, pudieron decir algunos, pero nadie que hubiera sufrido dos crucio seguidos.

Entre la histeria del aislamiento, la falta de comida y el dolor.

Se rio por haber pensado que estar con su padre era doloroso, hubiera cambiado esos días por pasar con su padre una última vez.

Pero entonces llego la luz.

La puerta se había abierto de forma diferente, más violenta, más extrema, más familiar. Cuando giro el rostro, mechones rojos y ojos verdes la recibieron, antes que fuera levantada y la inconciencia la absorbiera. Era cálido y suave, había pensado antes de quedar dormida.

Ojala eso fuera la muerte.

.

No lo fue.

.

La próxima vez que despertó en medio de un hospital, el dolor fue horrible pero soportable. Tuvo un leve ataque de pánico, antes de ver la cabeza rubia de su padre a su lado, de una forma tan desecha como el alcohol nunca lo hizo. Cuando la vio despierta, los brazos del hombre la rodearon tan desesperadamente, que lagrimas salieron de su rostro al comprender que no soñaba y que estaba despierta. Lo abrazo con fuerza llorando por el miedo que tenía, que tuvo y que tendría. El recuerdo viviente del dolor en todo su cuerpo.

Luego de eso.

Las explicaciones por alguien que no pensó conocer.

Igneel Dragneel.

Uno de los aurores que la rescataron. Explicaron que si bien no era conocido por el mundo mágico, se había alertado de su desaparición por Capricorino y Virgo casi de inmediato. Sobre Phantom Lord, la organización que la había rescatado y que parecía que estaban detrás de algo más oscuro, pero que ella era su objetivo.

—Tu magia al igual que la de tu madre, es mucho más importante de lo que piensas—había dicho de forma dolorosa.

Noto que entre el señor Igneel y su padre parecía haber algún resentimiento, pero lo habían dejado de lado por ella.

—Oto-san—había dicho viendo a su padre, quien solo suspiro antes de acariciar su mejilla.

—Lo siento tanto mi niña, no soportaría que me dejaras como tu madre…solo…lo siento por todo—había dicho con tanto dolor.

Que casi fue fácil ignorar que los últimos años de su vida habían sido una miseria, pero comparado a los últimos 9 días, en realidad no sonaban tan mal.

Sabía que no estaba resuelto.

Que había mucho con que trabajar.

Pero solo sonrió antes de tomar la mano de su padre, antes de sentir el sueño invadirla.

.

Ignorando que habían empezado sus clases, estuvo dos semanas más en el hospital, con muchas pociones para recuperarse. Si bien su padre no parecía del todo conocedor del mundo mágico, si lo suficiente para saber muchas de las maldiciones que pusieron sobre ella. Igneel y su padre habían compartido su odio por sus atacantes, mientras Igneel decía que ella le recordaba mucho a su madre. Historias que nunca había escuchado, fueron lo único que la hizo no volverse loca en el hospital ante los recuerdos.

Historias de Igneel, Laila, Gildarts y un tal Zirconis. Muchos nombres que no reconoció, pero historias de su madre viva, mientras que su padre comentaba de forma altanera que su madre lo había elegido a él, un hábil músico sobre su mundo mágico.

Fue divertido ver a su padre, por primera vez en años discutir con otro adulto como si fuera un adolecente.

Cuando tuvo que regresar a clases, aunque fuera un mes atrasada, estaba temerosa, hasta que le ofrecieron la solución. Un auror recién ingresado llamado Leo, se había ofrecido voluntario para vigilarla. Un comentario que el padre de este había ayudado a Laila en tiempos similares, fue suficiente para hacerla confiar.

Con una poción que lo hizo ver algunos años más joven, conocimiento de Makarov sobre su privado secuestro.

Leo…bueno Loki, sería su nuevo compañero Gryffindor. Ignorando lo coqueta que parecía ser la persona, era algo refrescante conocer a alguien que supiera su historia. Porque sabe que jamás podría decirle a sus amigos, no quería preocuparlos.

—Te vez bien princesa—había dicho mientras caminaban por los pasillos.

Makarov los había recibido por la red flu, pero sus ojos de tremendo pesar por lo que le paso, la hicieron gemir antes de salir frustrada. Odiaba esas miradas de lastima, odiaba que la gente la viera por otra cosa que no fuera alguien normal, ignorando que ella muchas veces no era alguien normal.

Solo quería regresar a su cama.

—Sabes que voy a cumplir 15 años y tú tienes…¿27?—comento algo aburrida y tocando nerviosamente su cuello.

No tenía cicatrices, habían borrado la mayoría en el hospital. Pero en su espalda aún quedaban algunas por magia negra, esas no podrían ser eliminadas.

Adiós bikinis.

—22 pero la edad es un numero—hablo continuando con su guiño coqueto.

Bufo antes de entrar a su habitación, donde todos estaban dormidos a las 3 de la mañana. Loki dormiría esa noche con otros chicos con los cuales había sido presentado esa mañana, pero nadie sabía de su regreso. Hizo un encantamiento de silencio en su cama, cerró los ojos esperando las pesadillas.

.

—¡LUCY!—habían gritado todos al verla en la mañana siguiente y abrazándola con fuerza, para todos había sido una sorpresa verla reintegrándose un mes después de clases.

Pero nadie sabía que paso.

Nadie debía saberlo.

Nadie lo iba a saber.

Su mente quiso pensar que eran solo amigos, que eran sus mejores amigos, pero su cuerpo se tensó y leves recuerdos de esas dos semanas se llenaron en su mente. El contacto físico nunca había sido un problema, ella había estado tan desesperada por contacto físico, que había abrazado la naturalidad de todos para darlo. Sobre todo Natsu que siempre solía abrazarla con cariño, tanto por amistad como para molestarla.

Pero ahora.

Odio que esas dos semanas cambiaran algo más de su vida.

Otra cosa arruinada.

Para su suerte, su rescatador apareció ahuyentando a todos, cuando una mano paso sobre sus hombros y aparto a todos sutilmente.

—Vaya pero veo una princesa que ocupa ser rescatada por su brillante caballero en armadura—dijo Loki de forma risueña a su lado.

Lo vio confundida, antes de asentir.

Su contacto tampoco era agradable, pero lo prefería a todos sus amigos sobre ella.

—¿Conoces a Loki?—cuestión Gray de forma aturdida como todos.

El chico había llegado hace poco y ella de la nada había llegado.

Sospechoso.

Demasiado.

Giro ver al chico alterada quien solo sonrió coquetamente.

—¿Si?—musito ella mitad pregunta y mitad verdad.

¿Cuál es la respuesta correcta para eso?

—No ocultes la verdad mi querida princesa, somos almas gemelas que…—se detuvo cuando ella le dio un codazo que le saco el aire de su estómago.

Lo vio de mala forma, auror o no, no quería estar involucrada con él…de esa manera. Alzo su varita de forma amenazante, feliz de que un auror le tuviera miedo, algo triste que nadie viera su logro como ella.

—Más importante…¿Dónde rayos habías estado?—hablo la voz enojada de Natsu.

Se sorprendió cuando al verlo, parecía de brazos cruzados, fulminando entre Loki y ella varias veces. Vagamente recordaba a su padre comentar el montón de cartas con su nombre, pero realmente ella apenas había estado estable como para pensar en eso.

¿Dónde había estado?

Y se lo preguntaba enojado.

Quiso gritarle que había estado secuestrada y siendo torturada por dos semanas, pero no era la mejor idea. Ella no era valiente como para gritarlo a los cuatro vientos, ella se ocultaba, ella no dejaba que nadie viera la verdad detrás de ella.

Volteo en otra dirección.

—Por ahí—fue su respuesta antes de caminar al comedor, rápidamente seguida de Loki.

Verlo de reojo, fue algo relajante, al menos no le tenía miedo a cada esquina.

Loki tampoco dijo nada cuando se detuvo al baño a vomitar y temblar levemente ante los recuerdos, al menos no entro en ataques de pánico como en el hospital.

.

Lucy sabía que todos sabían que había algo malo con ella, hablaba con sus amigos, pero aunque ella no quisiera la barrera entre ella y el mundo estaba más alta que nunca. Si antes siempre la habían culpado levemente de alejarse, ahora era algo claramente visible. Su única unión con otros ahora era Loki, que era un coqueto y se preguntó cómo rayos era un auror si coqueteaba con chicas menores.

—Con 17 años aun es legal—había dicho juguetonamente cuando ella menciono que iba a ser despedido.

El chico parecía vivo, regresar al colegio y conociendo todos los temas, no por nada había logrado ser auror. Aunque él había estudiado en otro colegio lejos de aquí, América había comentado. Pero a pesar de ser un coqueto de primera, realmente la cuidaba, no la dejaba sola y la ayudaba en sus ataques de pánico.

Sobre todo en su clase de defensa contra artes oscuras, cuando a Gildarts, ignorante de su secuestro, había hablado de las maldiciones imperdonables.

Cruciatus, solamente el haber dicho esa palabra, la hicieron volverse pálida y que Loki rápidamente pidiera que la llevaran a la enfermería.

Había vomitado tanto ese día.

Su cuerpo parecía esquelético debajo de las túnicas y el glamour que solía usar.

Pero lo peor de todo.

Era su amistad con Natsu, más muerta que su estado mental. Desde su regreso la mayoría de sus compañeros intentaron regresarla a su vida normal, pero no podían, porque ella no era la chica del año pasado. Pero Natsu no lo hizo, este solía gritarle los primeros días, diciendo que no decía nada, que no contaba que le pasaba, que ella estaba mal y lo ocultaba.

Terminando con ambos en una discusión masiva en medio del comedor, con ella diciéndole que no lo ocupaba en su vida y el termino de su amistad.

Lo cual para todos fue tan…bizarro.

Siempre fueron Natsu y Lucy.

Y ahora.

Casi sintió pena por Wendy, la hermana menor de Natsu quien parecía luchar entre ambos al verlos pelear. Pero sus amigos eran de ambos, que hacían malabares para estar tiempo con ambos, intentando solucionar todo y con ella gruñendo que no ocupaba a nadie, alejando a todos excepto a Loki.

Pero a este le pagaban para estar con ella.

Era como regresar a su infancia.

Al menos ahora su padre le mandaba cartas e Igneel, con quien había pedido mantener su situación fuera de su familia.

Eran adultos.

Pero peor era nada.

—Tal vez si hablas con Natsu—comento casualmente Loki, antes de ganar dos orejas de gato el resto de la clase.

No ocupaba a nadie, así nadie se preocuparía por ella y más importante, nadie podría dañarla.

.

—Me gustaría tener una cita contigo—había dicho Hibiki, un chico apuesto un año mayor que ella de Ravenclaw.

Congelándola tanto a Loki como ella en mitad de una charla en el comedor.

Lo vio como si le creciera una segunda cabeza, pensando que su mal humor y alejamiento era conocimiento de todo Hogwarts.

—¿Disculpa?—pregunto cuando Loki claramente le dio un codazo para que reaccionara.

Pero el chico rubio, encantadoramente rubio, sonrió amablemente.

—Quisiera saber si me acompañarías a Hogsmeade la próxima semana—repitió sin sentirse perturbado.

Ella siguió con la boca abierta.

No es que ella no hubiera fantaseado con Hibiki, desde su primer año, todas las chicas hablaban de Hibiki, guapo, amable, inteligente. Era algo coqueto y todos sabían de su atracción por Jenny Realight la chica de Slytherin. El único problema es que era tan mujeriego como lo era Loki, pero Loki era como un hermano para ella…Hibiki era…Hibiki.

Ella solo era una chica de cuarto año con traumas mentales.

Parecía tan…bizarro.

—Ella estará encantada—hablo Loki por él, ganando una sonrisa de Hibiki que dijo que la esperaría el sábado en la mañana.

No estaba mal, su padre quien intentaba solucionar todo con ella, le había enviado el permiso para ir a la ciudad mágica. Probablemente Igneel debió comentarle que era, pero no es que ella se quejara, había planeado salir con Loki para respirar.

Pero ahora.

Golpeo al chico con fuerza, quien gimoteo ante eso.

—Estás loco, quien te dio permiso de decidir por mí—

—Alguien debía hacerlo, estabas congelada—

—Tal vez no quería ir—

—No te vi negándote—

—Ese no es el punto—

—El punto es que tienes tu primera cita—

Se sonrojo como un tomate, antes de gruñir y levantarse para irse, siendo fielmente seguida por Loki. Ignoro que una parte de ella, había pensado en una cita diferente, con un chico diferente y un cabello rosa que no estaría presente.

Pero nuevamente.

¿Qué sale como ella quería?

.

El día de la cita no pudo evitar soltar una risa, la primera risa verdadera desde su secuestro cuando Loki mostro su camuflaje. Un gato callejero naranja, que la hizo reír casi por media hora. Se puso la ropa bonita pero caliente que encontró en su armario, ignoro a sus compañeras de habitación, sobre todo a Erza que parecía querer decir algo, pero que se guardó la idea en su mente.

Tampoco había hablado con ella desde que los alejo a todos.

Era una perra.

Debería haber quedado en Slytherin.

Pidió disculpas a sus amigos en esa casa. La única persona fuera de Loki con quien hablaba eran Cana comúnmente, ya que ella nunca quiso saber nada de que paso con ella y solamente la trataba normalmente. Haber visto a Cana meterle la lengua a Loki la había traumado, pero bueno ese no era su problema.

Gildarts el padre de Cana casi lo había matado.

Así que fue divertido.

—Te ves hermosa—había dicho Hibiki de forma radiante, haciéndola sonrojar.

Nunca había tenido una cita, nunca nadie le había dicho esas palabras (ignora a Loki caminando cercano a ellos) y se siente.

Bien.

Como si nada malo hubiera pasado.

Como si ella fuera alguien normal.

Sonríe cuando Hibiki la alaba, cuando caminan por la ciudad, ignora las preguntas personales y se entablan en conversaciones de libros. No es la cita que había imaginado toda su vida, pero es bastante bonita y casi olvida el dolor de su interior.

Al menos hasta que ella ve sombras, a lo lejos y se tensa cuando ve a Loki dejar los árboles y correr a su alrededor como gato.

—¿Lucy?—pregunta Hibiki claramente confundido.

Entonces ella reacciona por instinto por primera vez en su vida, lo empuja con fuerza a la tienda de bromas y sale corriendo en otra dirección. Ve aturdida como Loki deja su forma de gato, deja su forma adolecente y se ve como un adulto corriendo a su lado. Este deja atrás sus expresiones divertidas y coquetas, para dejar dos ojos felinos que lanzan un escudo cuando la primera maldición vuela sobre ellos, haciéndolos caer cerca del bosque.

Ella tiene miedo.

Esta horrorizada.

Recuerda la celda.

Recuerda el dolor.

Pero igualmente corre en dirección del bosque, porque no quiere involucrar al resto de la ciudad, no quiere involucrar a sus amigos que habían salido también y no quiere que nadie salga herido. Dentro de ella, ignorando el terror, prefiere ser herida antes que lastimen a alguien que quiere.

Pierde de vista a Loki.

Pierde de vista a sus perseguidores.

Pero los siente.

Están detrás de ella.

Los siente.

Salta por puro instinto a su derecha, cuando la maldición cae donde ella había estado. Saca su varita y en una habilidad desconocida, lanza un rayo de luz que tira a su atacante atrás de ella.

—Heartfilia—susurra una voz a su espalda.

Ella gira aterrorizada para ver los ojos rojos de un chico de larga cabellera rubia, que parece reír divertido.

Ella se encoge casi esperando la maldición sobre ella nuevamente.

—Aléjate de ella—dice una voz profunda, antes de que todo a su alrededor estalle en llamas.

Abre los ojos asustada al ver como a su alrededor hay llamas por todos lados, uno de los que la habían perseguido, el tipo rubio mira en todas direcciones confundido. Ella en cambio mira incrédula como Natsu está de la nada a su lado, sin la varita y solamente viendo al chico con un profundo odio, mientras todo a su alrededor parece arder en llamas, pero ella no siente tanto calor.

Magia sin varita.

Esa magia es demasiado avanzada, incluso los mejores magos pueden que nunca lo logren.

Ve incrédula como el chico rubio chasquea la lengua, antes de desaparecer a quien sabe dónde.

Su rostro gira a ver a Natsu, quien viendo a todos lados, suspira antes que la magia se extinga. Quiere decir algo, quiere hablar, pero sus pies temblorosos no se mueven. Entonces un punzón de dolor aparece, baja su mirada viendo sangre salir de su pierna.

Tal vez no había esquivado tan bien los ataques como pensó.

Entonces a su alrededor todo se cubre por oscuridad.

.

Despertar en la enfermería es menos aterrador que despertar en un hospital. Toma asiento y sujeta su cabeza con fuerza, había querido pensar que tendría una vida normal, pero se da cuenta que nunca la tendrá, no ahora y no nunca. Abraza sus rodillas, sintiendo el vendaje en su pierna derecha por la herida de la magia negra.

¿Cuantas más heridas le dejarían cicatrices?

Probablemente nunca lo sabría.

—Nada mal para una primera cita—dice la voz de Loki en la camilla a su lado.

Se ríe sin humor, viéndolo alegre de que este bien.

Vuelve a tener la apariencia de un chico de su edad, sus lentes están rotos y las vendas de su brazo izquierdo demuestran su batalla.

—Eres un pésimo guardián—

—Está viva—

—No por mucho—

—Suficiente para mí—

Se ríe sin humor nuevamente antes de que su padre llegue a la enfermería. Es algo confuso verle en el mundo mágico, pero no le importa. Tampoco importa cuando ella es enviada de regreso a su casa, con promesa de volver para hacer los exámenes de fin de año en pocas semanas, sus profesores se compadecen de ella y deciden ir a su casa con un permiso especial para hacerlos en casa.

Todos saben sobre el ataque de Hogsmeade.

Tanto para una vida normal.

.

—Es tu decisión si decides volver—habla su padre cuando ella gruñe al periódico mágico que anuncia sobre cómo habían intentado secuestrarla.

Sutileza su trasero.

Nadie sabe sobre su primer secuestro y está bien.

Pero ahora.

—No es como si la gente no sepa ahora que me van a secuestrar…estaría colocando a todos en peligro, tal vez debería seguir siendo educada en casa—gruñe furiosa.

Al menos ahora que su padre sabe de todo, no estuvo mal cuando el ministerio de magia asigno aurores a su casa, Loki aun protegiéndola como siempre, solamente ocuparía tutores en casa como cuando era niña. Su vida no era la mejor y claramente había sido secuestrada en su casa, pero no quería afectar a otros.

—No creo que eso te haga feliz—había murmurado su padre amablemente.

Ella lo ignoro caminando a su habitación.

Se arrojó sobre su cama, viendo aun la carta de Natsu.

Ocupamos hablar.

Era tan simple y estúpida como él.

Gruño enterrando su cabeza sobre su almohada, tal vez sin magia, su vida no sería tan complicada.

.

Como su padre, Loki, Capricornio y Virgo la convencieron de regresar para su quinto año, era un misterio para ella. Por suerte había estudiado suficiente en casa y no estaba atrasada, ese año serían sus Owls, por lo cual no tendría tiempo para distraerse. No saldría del castillo para no poner a nadie en peligro, seria vigilada constantemente y ella sobreviviría con suerte este año. Aunque estar cerca de la muerte ya era como una costumbre en su vida.

—Tal vez si me cambio de apellido, apariencia y me voy a vivir a un pueblo no mágico—comento de forma aburrida caminando a la torre.

La gente la veía en los pasillos y susurraba, la mayoría se alejaba de ella y otros solo la veían como un muerto que camina.

Loki a su lado soltó una risa.

—Firma mágica—

—Te odio—

Ignoro a sus viejas amistades en la torre y camino a su habitación y se arrojó sobre su cama con un hechizo silencioso. Sus compañeras de habitación no eran malas pero…ver a Erza dolía. Estudiando lo mejor que pudo los libros, rodo los ojos cuando un gato naranja se metió entre la cama.

Vio mal a Loki.

Este solo sonrió en sus ojos felinos.

Ambos durmieron juntos.

.

—Se ven bien juntos—comento Lucy un día que estaban por un pasillo donde pudo ver fuera de la ventana.

Vio a Lisanna caminar con Natsu, ambos sonriendo amablemente por algo.

Ella ignoraba a Natsu.

Su carta.

Su existencia.

Pero este la veía de reojo, parecía esperar a que ella se acercara, pero debería esperar sentado.

—Creo que se vería mejor contigo—dijo Loki de forma indiferente.

Le encanto los pies para que cayera de cara mientras ella caminaba a su clase de encantamientos.

.

Su quinto año no era tan malo, ignorando la ausencia de sus amigos, que era perseguido por un grupo de locos psicópatas que buscaban su magia. Había querido unirse al club de duelo, hasta que recordó que Erza y Natsu prácticamente dominaban ese club. El de criaturas mágicas también, porque Natsu era bueno en eso. Había un club de lectura, que le dolió rechazar en su mente por no estar mucho con Levi.

Pero ocupaba mantener su mente distraída en algo.

Vio a Loki con duda, sentado a su lado cuando estuvieron en el campo de Quidditch.

Gray y Erza habían dejado ese club.

Por lo cual era perfecto para ella.

Gray estaba en un club de arte y escultura, mientras Erza hacía todo lo posible para ser la mejor duelista en el tornero que se daría el año siguiente.

—No creo que sea buena idea—musito para ella recordando lo mal que se le daba volar.

Loki se encogió de hombros.

El llegar y ver a Elfman gritando sobre que era de hombros ser parte del equipo, la hizo casi salir corriendo de no ser por Loki. Kagura, una chica un año menor de ella en su cuarto año y una potente cazadora, parecía decepcionada cuando Erza no se unió este año. Romeo en su segundo año estaba nervioso también. Alzack y Bisca los mejores bateadores solamente rieron divertidos ante el desastre que había ese año por la falta de Gray y Erza.

—Este equipo es un asco—susurro por bajo, Loki soltó una risa.

A pesar de que esperaba una completa negativa de dejarla participar por, ser una perra, ser perseguida y un blanco de gente peligrosa, el equipo le abrió las manos de forma tan sincera que casi lloro.

Estar en la escoba era aterrador, pero una vez en el aire, hizo las pruebas para entrar, no era buena jugando en equipo.

Así que cuando capturo la pequeña bolita dorada rápidamente, el equipo sonrió teniendo a su nuevo buscador.

Y por un momento.

Volvió a sentirse viva.

.

Excepto cuando su primer partido era contra Slytherin. Ser parte del quidditch, le hizo ver las cosas diferentes para Lucy. Aunque ella insistía en dejar a todos fuera, el equipo rápidamente se pegó a ella, como Natsu lo hizo en su primer año. Los sentaban (tanto a Loki como a ella) en el comedor para las tácticas, Kagura sonreía a su lado levemente sin parecer el monstruo que era en el campo, Romeo sonreía a su lado, Elfman gritaba que era un verdadero hombre.

La hizo extrañar aún más a sus amigos.

Pero después de todo lo que paso.

Lo mejor era así.

En su primer partido fue difícil, había practicado y entrenado mucho, pero no por nada Laxus era el capitán de Slytherin y tenía un gran equipo. No por nada habían estado cerca de perder, pero con una jugarreta de ella en el aire, que la dejo tendida en el suelo, con un brazo roto, tierra en su boca y la snitch en su mano. Ganaron solo por diez puntos. Vio la mirada de odio de Brandish, la buscadora del equipo rival, antes que se desmayara ante los aplausos de su casa.

Su primera celebración.

Fue en la enfermería.

Loki y ella pasaron riendo dentro.

.

—¿Tres años son suficientes?—había dicho una voz a su espalda, que la congelo en medio del lugar.

Giro su rostro incrédulo con la boca abierta, mientras buscaba una escapatoria.

Ese año no había sido tan malo, había jugado quidditch como nunca, había retomado nuevas amistades y nadie parecía querer matarla los últimos meses. Aun no se juntaba mucho con el resto de su casa, pero al menos saludaba nerviosamente a viejos amigos. Gray y Erza de lejos, saludaron en su dirección cariñosamente, sin resentimientos por alejarlos, Levi se había sentado con Loki y ella en la biblioteca y no la había insultado, habían hablado como antes. Cana seguía tocándole las tetas cuando estaba borracha y ella salía corriendo.

Lo normal para ella.

Miro incrédula a Natsu frente a ella de brazos cruzados.

¡Huye!

Grita su mente.

Entonces hizo lo mejor que pudo en esa situación. Insultando mentalmente a Loki por haberla dejado sola cinco segundos.

Pésimo guardián.

Lanzo un hechizo a los pies del chico, que lo tiro de espaldas y salió corriendo como si su vida dependiera de ello.

Se escondió en su dormitorio rápidamente.

Estaba a salvo.

.

—¿Estas escapando de alguien?—cuestiono Loki la mañana siguiente cuando ella se mantuvo detrás de su espalda viendo en todas direcciones.

Parecía divertido.

Muy contrario de ella.

—El trato silencioso que tenía con Natsu parece terminar…quiere hablar conmigo—

—Él quiere hablar contigo desde hace mucho tiempo—

—Ese no es el punto—

Loki rueda los ojos, pero se deja usar como escudo humano el resto del día. De reojo ambos notaron que Natsu miraba enojado en dirección de ambos, pero parecía que mientras estuviera con alguien, no lanzaría algún comentario en su dirección.

—Solo falta un mes para que termine este año y estaré a salvo—farfullo la chica con una sonrisa cuando termino el día.

Loki rodo los ojos.

—Adolecentes—

El moco murciélago en su cara, era totalmente merecido según el pensamiento de Lucy.

.

Faltaba solo un día y había logrado esquivar a Natsu perfectamente bien, lo cual la hacía sentir algún estúpido orgullo sobre escape que ahora tenía. Loki quien parecía algo ocupado con asuntos del ministerio, la dejo ese día para coordinar todo para su regreso. No importaba, ella estaba en su habitación y no saldría en todo el día. Para su mala fortuna ese año la copa de Quidditch fue ganada por Ravenclaw, pero la copa de casas era para Gryffindor, no es que Erza pidiera menos.

—Tengo hambre—musito ella frustrada.

Estaba tan cerca de escapar.

Salió de la puerta asomando la cabeza, todos parecían disfrutar de sus días libres, por lo cual ella camino rápidamente fuera de la torre, caminando por los lugares más alejados para no encontrarse con Natsu. Aunque se detuvo en un pasillo, los sonidos de una pareja la hicieron ponerse algo azulada, caminando rápidamente lo más alejada que podía.

Sonaban como Erza y Jerall, un prefecto Slytherin.

Mucha información.

Llego al comedor, feliz de no ver a nadie y se escapó dentro de las cocinas donde amablemente los elfos domésticos le dieron comida. Después de comer y con tranquilidad de que estaba sola, comenzó a caminar con las manos detrás de ella con una leve sonrisa.

Tal vez iría a la biblioteca.

Entonces un escalofrió la hizo detenerse, antes de sacar su varita y apuntar al pasillo solitario.

Pero no estaba sola.

Alguien estaba ahí.

Su rostro se llenó de miedo, pero también de enojo. No estaban en su hogar para secuestrarla, no estaba sola, estaba en un castillo lleno de gente inocente. Podrían hacerle lo que quisieran a ella, pero no dejaría que esas personas atacaran a personas como Romeo o Wendy, gente inocente.

No.

Puede que para ella, no fuera la mejor Gryffindor de todos.

Pero defendería a sus amigos.

Una risita en su espalda, la hicieron lanzar una explosión que hizo que la pared se destruyera. Su ritmo cardiaco aumento, cuando frente a ella apareció un mago enorme y le lanzo una maldición que la hizo gritar y caer sobre su espalda.

Cruciatus.

Odiaba esa maldición.

Odiaba el dolor de su cabeza.

Odiaba ser débil.

Con fuerza y sintiendo cada parte de su cuerpo romperse, lanzo un hechizo que hizo que la varita del hombre volara. Este parecía incrédulo de que hechizo fuera tan débil para que ella se moviera. No era débil. Dolia horrores. Pero ocupaba defenderse. El tipo que parecía tener cara de ballena, gruño antes de apretar con fuerza el puño, que se impactó en su vientre enviándola a volar.

Ella lo petrifico antes de caer al suelo inconsciente.

.

Porlyusica no parecía feliz de verla tan seguido en su enfermería, ella tampoco quería estar ahí, sobre todo cuando todos habían sido enviados a su casa de emergencia. La escuela había sido invadida por magos oscuros, nadie excepto ella fue lastimado, pero no querían correr riesgos. El director le explico que tanto Tartaro como Grimonheart eran grupos de magos oscuros que estaban detrás de ella. Gracias a que invadieron Hogwarts varios estaban tras las rejas, cuando Loki con un grupo de aurores habían sido alertados a tiempo.

—Quieren revivir a Zeref…un mago oscuro…tanto o más viejo que Voldemort—había dicho su director mientras ella escuchaba todo de forma lejana.

—¿Por qué yo?—

—Por qué Anna y Zeref habían compartido un vínculo mágico, solo la sangre de Anna Heartfilia puede revivirlo—

Odiaba su vida.

Odiaba el cruciatus.

Odiaba el dolor.

—Estarán detenidos un tiempo, pero me temo que esto no acabe para ti querida—

Bufo por bajo.

Su vida apestaba.

.

Sexto años, nuevos traumas en su vida, había pensado cuando entro al tren ese 1 de setiembre con más marcas en su cuerpo que en su primer año. Tomo asiento en el primer compartimiento vacío que encontró, ignoro que ahora Loki no vendría con ella, Leo ahora tenía trabajo en el ministerio y dado que toda la escuela tendría aurores para vigilar, él no sería designado a ella en específico.

Paz y tranquilidad.

Cerró los ojos dispuesta a meditar unos momentos, no a dormir, no sin pesadillas.

—Te vez como un asco Luigi—dijo una voz que la hizo saltar en su lugar.

Sus ojos se abrieron incrédulos al ver a Natsu sentado frente a ella ocupando todo el asiento, con Happy, su gato celeste en sus brazos. Su boca se abrió incrédula, antes de gimotear audiblemente, sin Loki ahora, claramente no tenía una tapadera.

Con el ataque que recibió el año pasado.

No tenía mucha escapatoria.

—Esto es lo que queda de un ser humano después de ser maldecido más veces de las que le gustaría admitir—

No tiene ninguna explicación para su extraña muestra de sinceridad, hablar con psicólogos no había funcionado antes y probablemente sea el cansancio de vivir el que le hace ser sincera con Natsu. De reojo nota como los ojos del chico se crispan y su cuerpo se tensa, pero no dice nada, solamente asiente y ella lo deja ser.

Espera que se largue.

Espera que la deje sola.

Espera que alguien grite.

Pero no pasa.

Pasan varios minutos donde nadie entra al compartimiento, donde el tren avanza y ella se pierde meditando en el paisaje en la ventana. Ve con celos a los animales a lo lejos viviendo una vida mucho más pacifica que ella. Una parte de ella sería feliz con convertirse en un árbol y vivir toda su vida en el bosque.

—¿Te cansaste de alejarnos?—fue la pregunta de Natsu que ella no responde.

Porque no tiene una respuesta.

Recuerda vagamente alejarse de Natsu cuando este se acerca a Lisanna, pero eso parece tan trivial ahora como cuando fue secuestrada y torturada. Como cada año después de eso, su cascara se niega a ser sincera con otros, porque no quiere la lastima de ellos. Pero una parte de ella, pequeña y asustadiza, se pregunta si a su lado, hubiera sido todo más fácil.

Lamiendo sus heridas como animal herido con sus amigos.

Tal vez no hubiera terminado tan mal.

O tal vez ellos estarían muertos.

Porque desde que José le dijo que ella no tenía que morir, le hizo ver, que otros a su alrededor sí podrían morir.

—No, no estoy cansada, prefiero estar sola—gruño indiferente viendo al techo del vagón—te lo dije, no quiero una familia—añadió encogiéndose de hombros.

No porque tuviera miedo que la lastimaran como antes.

Tenía miedo que ellos fueran heridos.

Natsu la vio de forma seria unos momentos, antes de encogerse de hombros.

—Bueno dijiste eso de ser mi amiga—

—No somos amigos—

—Eso dices tú—

Lo vio con mirada mortal de enojo y este solo sonrió divertido.

.

Si alguna vez se preguntó desde su tercer año, si Natsu volvería a correr detrás de ella como un cachorro en busca de atención, se hubiera reído en la cara de cualquiera. Su amistad había terminado, ella había visto como alejarse fue en ambos lados, pero ahora, casi como si los últimos años no hubieran sucedido, el chico volvió a ella. Sentándose frente a ella, riendo junto a ella, molestándola. Casi a veces pensaba que era un sueño, cuando el chico la arrastraba para alguna de sus jugarretas. Gray y Erza parecían complacidos de verlos juntos, ella en cambio, estaba completamente perdida.

¿Por qué hacía eso?

Esperarla para comer juntos, gruñendo a su lado en la biblioteca, acompañándola a los campos para entrenar.

Ella gruñía, lo alejaba, decía que lo odiaba.

Pero este seguía ahí.

—¡DEJAME SOLA!—gritaba en medio de la torre, pero este se rascaba la oreja.

—Claro Luigi—

Quería matarlo a él y sus ojos de pez muerto. Con un gruñido al aire se fue a su habitación deseando poder dormir sola. Curiosamente aunque este la molestaba, sus pesadillas parecían eliminarse poco a poco.

.

Una vena se hincho en su frente cuando este le quito parte de su desayuno, ignorando que era Hogwarts y él podría tener todo lo que quería pidiéndolo al aire. Su vena se hincho más cuando este le copio parte de su tarea de pociones y casi explota su vena cuando descaradamente el chico abrió sus libros por que olvido los suyos. Lo miro con ira intentando hechizarlo, pero este la esquivo con gran facilidad.

—Me tomo cuatro meses hacerte mi amiga, no es difícil, acostúmbrate a tu sentencia—hablo este burlonamente en encantamientos.

Le lleno la cara de murciélagos antes de irse.

.

Escapar de Natsu era complicado, sobre todo cuando este se pega como una cotorra a tu hombro. Pero ella ocupaba paz, tranquilidad, calma. Por lo que fue al lago ese domingo por la tarde solamente para estar sola. Que no duro ni cuatro segundos cuando Natsu salto casi sobre ella, dejándola en el piso con los brazos extendidos y casi completamente derrotada.

Dos meses y ya quería tirarse al lago con el calamar gigante.

—¿Por qué me sigues?—gruño cansada de esto, con ambas manos en su cara.

Quería dormir sola.

—Eres un imán para los problemas, si te dejo sola, seguramente te secuestraran nuevamente—señalo Natsu sentándose aburrido a su lado.

Gruño antes de detenerse.

Saco las manos de su rostro, antes de sentarse y verlo con ojos incrédula, el chico a su lado estaba viendo calmadamente al lago, ignorando su cara de incredulidad. Fue cuando noto que por primera vez, no era el niño que se hizo su primer amigo, había crecido, con facciones más adultas y mirada más profunda que antes.

Pero eso no era importante.

Nadie sabía que fue secuestrada, de intentos, sí, pero de secuestros exitosos.

—¿Cómo…?—dejo la frase al aire, cuando este la vio de reojo, se sintió mal al ver tanto entendimiento en su rostro.

Lo sabía.

Maldijo a Igneel en su mente.

—Siempre ignorabas a tu familia…siempre ignorabas ese tema, tuve curiosidad, así que cuando me escape de tu casa para ver que rayos pasaba. Tu padre estaba histérico, tu padre gritaba que habías desaparecido, sentía magia en todos lados….llame a papá—explico vagamente viendo al lago.

—¡Oh!—susurro viendo al suelo.

Eso, eso ella no lo sabía.

—Habías estado actuando extraño, por eso estaba preocupado. Pero luego te vi, cuando papá te trajo de ese lugar…no me dejaron volver al hospital, me dijeron que no querías ver a nadie, papá me dijo que estabas muy mal…te veías como si estuvieras muerta—

Ella vio sus manos con culpa.

Nunca pensó en el punto de vista de alguien más, su padre siempre parecía tan preocupado.

—Luego volviste con Loki, ese idiota era uno de los estudiantes de papá, supe que había algo malo…pero no dijiste nada, preferiste terminar la amistad antes de decir algo y luego…—

Pareció cerrar la boca y no decir nada.

Lo vio fijamente.

Este parecía tenso.

Pero logro verla a ella, con esa valentía Gryffindor que ella no tenía.

—Preferiste tener citas con chicos y pasar tiempo con Loki que con nosotros, lo preferiste antes que a mí, pensé que éramos mejores amigos—su boca soltaba palabras llenas de traición y ella se encogió—no te entendía, alejabas a todos, pero te uniste a el quidditch por qué quieres estar con alguien, pero nosotros…no entendí porque no querías estar a mi lado, busque hablar contigo, papá dijo que te diera espacio, pero dos años casi tres son demasiado, eres mi mejor amiga—gruño en voz baja viendo al lado nuevamente enojado.

¿Friendzone?

No pudo evitar pensar con algo de ironía.

Vio al suelo pensando en porque nunca fue con Natsu, si realmente lo estaba protegiendo o solamente ella era una cobarde más. Incluso ahora estaba sentado a su lado, a menos de diez centímetros y ella lo sentía una milla de distancia.

Quiso decirle todo, que se alejó primero por Lisanna y luego por todo que fue de mal en peor, que si era culpa de ella.

—Intente cuidarte ya sabes, te vigilaba cuando Loki estaba distraído con cualquier cosa con enagua…incluso cuando saliste con Hibiki—balbuceo con melancolía.

Sí.

Ese día él había estado ahí.

Su pecho se apretó al pensar en todo, antes de sentarse un poco más recta en su lugar y suspirar. Volvió a ver al cielo y tomo una decisión, era hora de ser un Gryffindor.

—Estaba celosa de Lisanna, cuando ella vino, ustedes eran como los mejores amigos y me sentí como un remplazo que ya cometió su función—soltó rápidamente sintiendo casi un alivio caer de sus hombros, Natsu giro a verla con incredulidad, pero si lo veía mucho su resolución fallaría—tenía una pésima relación con mi padre, así que, era muy insegura, bueno aun sigo siéndolo, no sabía cómo actuar con amigos y aun no lo sé, no quería molestarte cuando buscabas tiempo con Lisanna…además tenía un pequeño enamoramiento de tu persona en ese entonces—

Ignoro el rostro cada vez más incrédulo de Natsu y también que ese enamoramiento aún era enamoramiento.

No ocupaba decirlo todo, TODO.

—¿Estabas enamorada de mí?—

Lo ignoro por su salud mental.

—Luego ese verano me secuestraron, nunca tuve tanto miedo de algo en mi vida, recibí un poco de tortura y aun tengo pesadillas—musito bajando la vista con una sonrisa triste—no quería que me vieran con pena, pero ustedes buscaban tanto saber que me paso, que me asuste, los aleje para no sacar todo de nuevo y cada vez fue más fácil mentirme que era por ustedes pero…no soy un Gryffindor, le tengo miedo a todo y decirles esto…bueno me tomo casi tres años—gruño viendo al lago con tristeza.

Casi tres años de su vida.

—¿Yo te gustaba?—pregunto Natsu incrédulo.

Giro a verle con una vena hinchada.

—¿Eso es todo lo que escuchaste?—gruño casi furiosa cuando este soltó una leve risa divertida.

—Lo siento tienes razón, estaba algo, impresionado supongo, nunca pensé que te fijaras en mí—admitió este encogiendo los hombros, lo vio de mala manera—pero sabes, siento que eso fue una mierda y todo, pero lo más mierda que pienso es que si eres una Gryffindor—indico este ignorando la parte de ser secuestrada y torturada.

Tal vez era lo mejor.

No le gustaba pensar mucho en eso.

—No lo soy—

—Te enojas como una—

Gruño antes de ponerse de pie, quería estar un rato a solas, pero se detuvo cuando Natsu se puso de pie para estar a su lado en un salto rápido.

Lo vio de mala manera.

Este sonrió como siempre.

—Lucy eres mi familia, ¿recuerdas eso?—cuestiono con ojos cariñosos.

Ella hizo una mueca, pero realmente no es como si pudiera olvidarlo. Con las manos cruzadas suspiro antes de verlo fijamente.

—Si—

—Sé que no he hecho un buen trabajo, pero pienso protegerte, además si me veías hablando en tercer año mucho con Lisanna, generalmente hablaba de ti—hablo rápidamente, que le hizo imposible casi captar ambas palabras de su boca.

Pestañe confundida.

—¿Perdón?—cuestiono incrédula cuando este comenzó a caminar.

Por primera vez en mucho tiempo, ella fue quien lo siguió voluntariamente.

—Sobre que eres mi familia—

—Lo otro idiota—

—Bueno Lisanna tenía curiosidad sobre nuestra amistad, además suelo hablar de ti con todo el mundo—

—¿Por qué?—

Este detuvo sus pies viéndole con diversión, ella solo pareció confundida.

—Bueno no eres el único que tuvo un enamoramiento por el otro—fue lo único que dijo encogiéndose de hombros, antes de tomarla por la mano y arrastrarla.

Ella se quejó, diciendo que nada tenía sentido, gritando por más información, sin comprenderlo todo. Pero Natsu solamente siguió tomando su mano, riendo y diciéndole que era una ruidosa. Casi como si ambos volvieran a estar en su primer año, gruñendo y gritando, sin torturas, sin problemas.

.

Natsu se preguntó vagamente con la mano de Lucy entre la suya, si el también tendría el valor para decirle parte de la historia. Parte de su verdad. Como explicarle que su parte de él era Natsu Dragneel, pero parte de él también tenía parte del hermano muerto de Zeref, con quien querían usar a Lucy para revivirlo. Que desde el primer momento que la vio, supo que era la niña que su padre le dijo que estuviera alejado, para que ambos estuvieran bien.

Como decirle que estaba enamorado de ella.

Cuando no debería estarlo.

Era casi tan fácil olvidarlo con ella a su lado, tomando su mano aunque se quejara, gruñendo y viéndose tan bonita como la niña de once años que conoció.

Sabía que el camino juntos sería más complicado que el de ellos separado.

Pero no quería.

No quería dejarla.

No cuando le había costado tanto recuperarla.

Definitivamente hubiera sido un mejor Slytherin que Gryffindor.

—Además eres pesada Luce—hablo encogiéndose de hombros, haciendo que ella chillara e intentara hechizarlo.

Por ahora no importaba, solo importaba cuando la abrazo para que no lo hechizara y las mejillas de la chica se volvieron rojas.

Solo importaba eso.

Ella en sus brazos.

En este mundo mágico, donde ambos estaban vivos por magia, era el destino encontrarse.

Fin

Espero les gustara.

Esta idea es claramente para una historia más larga, pero como tengo muchas historias largas sin continuar, lo intente centrar en una historia de un capitulo. Tengo la idea de que si les gusta, haga una historia más romántica de este universo. Pero por el momento, me gusta esta idea.

Nota:

Por si no lo saben en mi perfil tengo un link de mi página en Facebook donde publico mis actualizaciones y donde chateo con los chicos sobre temas de anime, manga, juegos, libros, series…etc por si alguno quiere comunicarse conmigo o visitar un rato para conocerme mejor.

Sayonara sexys lectores.