Un beso. Sólo un beso basto y nada más.

Su cuerpo tenía mucha energía. Pero, ¿por que se sentía así?

Recordó las palabras del mentalista entrometido:

"todo es dulzura hasta que tienes el primer sueño húmedo con ella".

Cuanta razón tenían esas palabras.

En ese momento sentía como su cuerpo reaccionaba a los besos que ella le proporcionaba. Se sentía tan bien.

De repente comenzó a sentir calor, mucho calor.

Sus brazos la sostenían y Kohaku suspiraba.

No supo como, pero cuando se dió cuenta la tenía acorralada entre la pared y su cuerpo.

Esto se sentía tan bien. La cercanía de sus cuerpos y esos roces que lo incitaban a continuar le producían una sensación que recorría su cuerpo entero.

Le gustaba, ella le gustaba.

Recordaba el sueño de la noche anterior, el cómo había despertado agitado y sudoroso.

Recordaba sus manos que se paseaban por su espalda mientras Kohaku le sonreía sonrojada y con una mirada que lo invitaba a continuar.

Luego la Kohaku de su sueño llevo las manos de él a una parte de su anatomía que nadie antes había tocado, su parte delantera se sentía realmente suave y es que era su primera vez tocando algo así, a Senku le fascinaba esa suavidad y esos sonidos que su garganta emitía cuando acariciaba su cuerpo.

Claro todo eso había pasado en su sueño. Esta era la realidad.

Sus cuerpos se pagaron más y ella soltó un pequeño jadeo. Kohaku también estaba disfrutandolo.

Se separaron por un segundo, se miraron a los ojos, ambos estaban agitados Y tenían la ropa completamente arrugada.

Senku bajo la mirada a sus labios, se veían tan deliciosos, bajo aún más la mirada hasta su cuello "¿a que sabra?" Se preguntó.

Luego miró su ropa, era muy estorbosa le impedía continuar, quería quitarla o, en todo caso, arrancarla, sólo quería seguir.

Cuando se disponía a besarla de nuevo, alguien toco la puerta.

-¿Si?- pregunto irritado y se sorprendió de escuchar su voz algo ronca -les dije que estaría ocupado-.

-Lo siento Senku, solo queríamos tu ayuda para algunos cálculos, aun no logro comprender lo de la velocidad de escape- Chrome sonaba convincente pero podía jurar que había escuchado murmullos, seguramente se dieron cuenta de la ausencia de la leona y querían saber que podrían estar haciendo juntos.

Senku miro a Kohaku de nuevo, sus labios hinchados y su carita estaba roja por la probabilidad de que sus amigos hubiesen escuchado lo que estaban haciendo.

Gruño porque no tenía ganas de separarse de la chica.

-Dame cinco minutos eh iré al laboratorio- escucho la afirmación de Chrome seguido de sus pisadas y los murmullos cesaron.

Sonrió de lado y acarició la mejilla de Kohaku.

-Discúlpame leona el deber me llama, puedes irte si gustas o también puedes esperarme, claro solo si quieres… continuar- lo ultimo lo dijo en un susurro sobre sus labios empujando su cuerpo al de ella haciendo que la chica jadeara.

Kohaku asintió y Senku salió del cuarto.

Hace ya unos meses que terminaron su viaje por el mundo y comenzaban con el principio de la nave que los llevaría a la luna para acabar con su enemigo.

Aunque Senku decía que no tenía tiempo para las chicas, se permitió una oportunidad con ella, claro, después de algunos acontecimientos en el viaje por el mundo.

Kohaku sonrió al recordarlo y se sentó en la cama de Senku.

No era la primera vez que estaba ahí, pero si la primera vez que hacían ese tipo de cosas, se sonrojo al recordar la forma en cómo se habían besado antes de que los molestaran.

Sonrió tontamente para dejarse caer en la cama.

Senku la hacía feliz y esperaba que, cuando todo la amenaza de ser convertidos de nuevo en piedra acabara, tuviesen la suerte de tener una vida tranquila y feliz.


Quinto fic, gracias por su apoyo.

Espero que les guste, este es un escrito que hice hace mucho así que espero que les guste.

Ignoren mis faltas de ortografía ;).