A Giyuu Tomioka se le quedó hundidas en su ser, las palabras de Shinobu Kochou. En las que afirmaban que todos los odiaban. Con suma curiosidad e inocencia se lo preguntó un día.
-Kochou-llamó, obteniendo la atención de la mujer que dirigió sus ojos violetas a los azules de él.
-¿Si, Tomioka_san?
-¿Es cierto que todos me odian?
La pregunta que salio calma de la boca del pilar de agua. Descolocó a Shinobu, parpadeó, aleteando sus pestañas como alas de mariposa.
-Por supuesto-alegó con esa falsa sonrisa danzando sobre sus labios-No preguntes lo obvio-dijo, provocando que el pilar de agua se hunda en depresión en su interior.
-¿Por que todos me odian?-Entonces preguntó con inocencia. Porque no sabia y no se había enterado de como pudo pasar eso.
-¿Podrías repetirmelo?-No creyendo que eso era lo siguiente que iba a decir Giyuu. En fin, el aseguraba que eran falaces, ya que nadie lo odiaba. Y en ese momento, había estado esperando eso.
Así que, ¿Por que le preguntaba?
-¿Por que todos me odian? -cuestionó con su voz calma y su mirada seria.
Se lo preguntaba, ¿De verdad?
Se forzó a sonreír, a pesar de que la situación ameritaba poseer una expresión inexpresiva o extraña.
-¿Quieres saber? -preguntó lentamente. Y en cambio se gano una mirada brillosa y atenta, que indicaba el interés que poseía ser el conocedor de esa respuesta.
Hasta se había aproximado mas cerca a la pilar de insecto, haciendo que la fémina obtenga un poco de incomodidad. Tanta que al final, le dio su preciada respuesta.
-Eres antipático-le salió de su boca-Inexpresivo, poco hablador, nadie sabe lo que estas pensando-espetó, teniendo su sonrisa cordial imborrable.
Mientras tanto, el pilar de agua escuchaba con suma atención.
Además de no indicar para nada que se ha ofendido con sus duras pero ciertas palabras que decía de algún modo dulcemente.
-¿Como puedo hacer para que no me odien?
Shinobu no podía mas con la pureza que desparramaba por sus poros. Por lo tanto no podía burlarse, es mas hasta le hizo que le diera sugerencias para resolver su problema.
-Para empezar, siempre parece que cada unas de tus sentimientos y emociones están guardadas dentro-Observando su cara inexpresiva- Te incito a que hagas lo que sientes, Tomioka_san- dijo sonriendo suavemente-Dejaran de odiarte-aseguró sin dejar de sonreír.
-¿Lo que siento?-su voz es tranquila, aunque su interior era turbulento, al no saber con exactitud lo que sentía-¿Estas segura que no obtendré mas odio?
-Completamente-aseveró-Dime Tomioka_san, ¿Que quieres hacer ahora? Deja de pensar y hazlo -alentó sonriendo de forma amigable-Vamos, no tengo todo el día-alegó un poco molesta en su interior, pero sin dejar de sonreir. Luego de estar minutos mirándose la cara como si fuera lo mas interesante del mundo-Tomio...-No pudo terminar de llamarlo, que de pronto Giyuu tomó de la cintura a Shinobu atrayéndola hacia él y sus labios cubrieron los de ella. En un sorpresivo beso que definitivamente no espero, fue como nadar y se golpeado por olas. Hasta que Shinobu volvió a la orilla cuando por reflejó, su mano se movió y su palma chocó con la mejilla del pilar de agua.
Al instante, la mujer se marchaba insultando entre dientes. Algo sobre de que por eso todos lo odiaban. Mientras Giyuu se llevaba su mano a su cachete golpeado, observándola irse. No entendiendo que había hecho mal.
-Pero hice lo que sentía-murmuró aun sin comprender en que fue lo que se equivoco.