Not in love
Disclaimer:
Todos los personajes que se mencionan/mencionaron en ésta lectura, pertenecen al mundo original de Marvel cómics.
Pareja: Loki/Tony Stark
Imagen de portada: Todos los créditos a ladyilena por su hermoso arte. 💙
Temática: Academy Universe.
Los jueves eran el peor día de la semana, tenía todas sus clases juntas y ni un sólo momento de paz que podía tomar para ir a la biblioteca a leer. Además, la cafetería de su escuela solía abastecerse los jueves por la tarde, lo que significaba que para el almuerzo Loki tendría que conformarse con una manzana oxidada, un yogurt natural y si bien le iba, tendría la suerte de alcanzar avena pre-cocida del martes, que en realidad, era igual de horrible.
También, los jueves parecían ser los días indicados para que el club deportivo de nado tuviera su clase semanal. Lo que significaría que el piso de los baños estarían llenos del agua que el equipo de natación escurría cuando terminaba su clase, las blancas losetas del suelo estarían manchadas de mugre cuando los estudiantes entraran después de que el equipo de nado se hubiera cambiado y ni hablar de los retretes, que quedaban completamente empapados.
Además y sobre todas las cosas, los jueves también era el día en que los chicos del club de robótica mecánica solían salir a la misma hora que Loki salía de su última clase. Entonces, no se podía caminar tranquilamente por los pasillos sin que uno o varios despistados terminaran chocando con él, o que los pequeños robots con ruedas lo hicieran tropezar cuando sus creadores los ponían a andar en los pasillos. Lo que nos llevaba a la cereza del pastel del por qué Loki detestaba los jueves.
La respuesta era sencilla, porque había sido un jueves después de un horrible día ocupado y ajetreado, con un horrible almuerzo y con los chicos de natación salpicando agua por todas partes, que Loki conoció a Anthony Stark, cuando una de sus creaciones casi lo hace tropezar en medio del pasillo.
Había sido lo suficientemente precavido como para quedarse en su aula y esperar que todo el barullo de los chicos de rebotica y sus propios compañeros de clase atravesaran el pasillo entre empujones, gritos excitados por haber concluido otro día y claro, entre golpes aquí y tropiezos por allá por la cantidad de pequeños robots con ruedas que circulaban a esa hora en el pasillo de la Academia. Se había asegurado de que no quedara ni una sola alma para poder andar con tranquilidad lo que restaba del día pero...
Él no anticipó a Anthony.
Apenas había dado unos cuantos pasos, e iba demasiado absorto en un nuevo libro que tal vez, no le permitió percatarse de lo que estaba ocurriendo en el mundo real, escuchó un grito lejano que parecía querer advertirle sobre algo y luego, esa cosa espantosa había chocado contra él, haciendo que el libro que sujetaba cayera de sus manos y que casi tropezara con sus propios pies. De verdad, no había otra manera en la que Anthony Stark pudiera hacerse notar o llegar a la vida de las personas. Tenía que ser explosiva y dejar secuelas a su paso.
Al parecer, chocar contra Loki había permitido que el singular robot de una sola garra pudiera frenar antes de causar más destrozos por toda la Academia y dejar varias ventanas rotas. En realidad, él ni siquiera pudo parpadear o digerir lo que acababa de suceder porque entonces, una mata desordenada de cabellos castaños ya estaba frente a él y luego, recogiendo el libro que salió volando en todo éste desastre. El chico llevaba enormes gafas protectoras sobre sus ojos, una bata café con manchas de aceite y con todo el cabello alborotado, realmente parecía un total lunático.
—Tienes cinco segundos para evitar que destruya esa monstruosidad tuya.— Dijo Loki, antes de que el otro chico pudiera siquiera disculparse.
El moreno de inmediato se colocó entre él y el robot que parecía tener vida propia, a juzgar por el gorgoteo metálico y angustiado que escapó de la criatura ante la amenaza de destrucción total. Loki en realidad comenzaba a divertirse con la idea de molestar un poco más al chico, la idea maliciosa de hacer rogar a éste pobre y desventurado tonto para que su estúpido robot no terminara siendo chatarra, era demasiado tentadora como para que la dejara pasar. Si lo pensaba con más calma, había pasado un tiempo desde que había aterrorizado a alguien y éste parecía ser el momento adecuado. Entonces, las gafas fueron retiradas del rostro moreno y Loki se vio forzado a recuperar el aliento. Un chico guapo le devolvió la mirada con atormentados y preocupados ojos color miel, enmarcados por gruesas y largas pestañas negras.
La preocupación que vio en sus ojos no fue tan placentera para Loki como se supone que debió haber sido.
—¡Realmente lo siento!— Balbuceó el chico, haciendo que de alguna manera, el corazón de Loki latiera más rápido.— Probaba a Dum-e y tal vez tenga una especie de falla en los circuitos, porque no obedeció mis comandos para detenerse, en realidad pensé que a esta hora no habría nadie más en los pasillos de la Academia y luego apareciste tú de la nada y yo no...
Para este punto, Loki ya estaba un poco mareado con todo el parloteo, cruzó los brazos sobre su pecho y cuestionó con brusquedad:
—¿Siempre hablas demasiado?
Eso hizo el efecto, el otro chico calló de inmediato su incesante parloteo, reflexionó un poco su respuesta antes de encoger los hombros luciendo demasiado causal.
—Bueno sí— Admitió sin una sola pizca de vergüenza, luego sus ojos un tanto recelosos volvieron a hacer contacto con la mirada de Loki y dijo:— Éste es mi trato, yo me llevo a Dum-e de aquí, tú nunca más vuelves a lidiar con nosotros y a cambio, tú no me apuñalas en el ojo con un lápiz.
Loki parpadeó.
—¿Qué te hace pensar que quiero apuñalarte?— Ahora, el corazón de Loki estaba atrapado en su garganta y él quería quitarse ese malestar.— Tal vez sólo quiera estrangularte.
El castaño en realidad dio un paso hacia atrás con cierta incertidumbre en su mirada y Loki rodó los ojos con fastidio, cogió su libro de donde el otro chico lo sujetaba entre sus manos y luego, los rodeó a él y a su estúpido robot que seguía haciendo chirridos molestos cada vez que abría y cerraba su garra de tres.
—Con que no vuelva a ver esa monstruosidad tuya otra vez en lo que resta de mi vida, estaremos bien. Creo.
Loki exclamó con impaciencia, pero aún así, detuvo su andar para ver una vez más al otro joven. Él tenía las cejas arqueadas hacia arriba, lo que creaba surcos un tanto preocupados en su frente y la vista de esos odiosos y enormes ojos marrones fue simplemente... inquietante, hizo que el estómago de Loki se revolviera y las manos le sudaran. No dijo nada más, en cambio, se enfocó en huir de ese lugar tan pronto como pudiera, tampoco permitió que nada más saliera de esa exasperante boca.
Y si el corazón de Loki latió muy fuerte y muy rápido dentro de su caja torácica durante todo el camino a casa, él lo estaba atribuyendo a una taquicardia producto de su ansiedad. El chico de los ojos marrones nada tenía que ver en esto.
Los viernes siempre parecían ser los mejores días de la semana, el almuerzo de la cafetería solía ser más variado y aceptable que otros días en particular. Ningún club estaba abierto y las clases de Loki terminaban temprano, lo que definitivamente le dejaba tiempo para estar en la tranquilidad de su habitación, ya sea escuchando música, viendo su serie de tv preferida o leyendo un buen libro. Realmente no importaba mucho, en tanto lo dejaran en paz hasta la hora de la cena.
Ese viernes en particular, esa ansiada y merecida paz se esfumó tan rápido que ni le dio tiempo de saborearla. El timbre sonó con estrépito por toda la casa, no una, ni dos, sino tres veces seguidas, como si la persona que estaba llamando al timbre fuera sumamente desesperada. A Loki le irritó semejante grosería. Frigga no estaba en casa y Thor estaba bañándose, así que eso lo dejaba a él como el responsable de ir a atender la puerta.
Arrojó el libro de cómics que recién comenzaría a leer a su cama de mala gana y con la misma energía enojada, bajó las escaleras y se dirigió hacia la puerta de entrada. Pero al abrir la puerta con una exasperada mirada, cualquier pregunta grosera que tuviera en la punta de su lengua se disolvió como sal en agua. Casi se tragó su propia lengua demasiada afilada cuando un par de enormes y sorprendidos ojos marrones lo recibieron. Él conocía esos ojos y casi sintió que un dolor agudo de cabeza iba a atacarlo en cualquier momento.
—Tú.— Siseó apenas pudo recuperarse de la sorpresa y conmoción.
El otro chico dio un paso hacia atrás, el gesto pareciendo tan involuntario. Levantó ligeramente las manos en señal de paz o tregua, pero todavía no dijo nada, lo cual, bueno, era ciertamente sorprendente.
—Ah, Tony— Exclamó una tercera voz y sólo entonces Loki se dio cuenta de que había alguien más aparte de ellos dos.— Veo que ya conoces al hermano menor y malhumorado de Thor.
Clint Barton palmeó amigablemente la espalda de Tony y dio un paso hacia adelante. Desde luego, Loki conocía a los amigos de Thor, o bueno, al menos a la gran mayoría. Conocía a su grupo de los tres idiotas y Sif, a Rogers, Natasha, Banner y por supuesto que también a Barton, pero él no había oído nunca de Tony. Así que entonces debía de ser un amigo reciente de su hermano, lo cual tampoco era raro, el idiota de Thor tenía un imán para que la gente se pegara a él como lapas. Loki enarcó una ceja y Tony pareció reaccionar.
—No lo diría así— Balbuceó el castaño, parecía tener toda la intención de contar toda una historia pero al ver la mirada severa de Loki, simplemente se limitó a decir:— Ayer Dum-e chocó contra él.
Barton tarareó algo casi burlón mientras asentía con la cabeza, para luego preguntar en tono juguetón:
—¿Cómo rayos sobreviviste a ser brutalmente apuñalado con unas tijeras?
—Mh— Toda la tensión abandonó el cuerpo de Tony y de inmediato se encontró sonríendole al otro chico.— ¿Tal vez fue mi encanto infalible? Tienes que admitir que soy una belleza andante.
Loki y Clint rodaron los ojos casi al mismo tiempo.
—Como sea— Exclamó Loki, antes de que Barton y Tony pudieran seguir coqueteando frente a él.— Thor se está bañando, así que puede que tarde.
Se hizo a un lado, permitiendo que ambos chicos entraran a la casa y se pusieran cómodos en la sala. Barton estaba un poco más familiarizado con su casa, ya que él y Natasha solían venir con frecuencia a jugar Mario kart con su hermano. Pero Tony todavía parecía un tanto incomodo, Loki pensó que se debía más a su propia presencia en la sala que a que ésta casa fuera ajena para él. Hubo un inquietante e incomodo silencio, con Barton mirando distraídamente su celular, Tony inspeccionando toda la casa, su mirada inquieta de aquí para allá tratando de sobrellevar la situación en la que se encontraba, y con Loki de pie en una esquina y con los brazos cruzados, pasando su aburrida mirada de Barton a Tony y viceversa.
—¿Lograste componer la falla que tenía tu robot?— Cuestionó de pronto, dirigiéndose a Tony e ignorando olímpicamente la mirada sorprendida de Barton.
Y es que Loki nunca hablaba por iniciativa propia con los amigos de Thor, se limitaba a darles miradas molestas y quedarse callado. Así que sí, era demasiado raro que hablara con Tony por su propia voluntad, ni Loki mismo podía explicarse por qué, el impulso había sido ese y cuando menos cuenta se dio, ya estaba preguntando. Los ojos de Tony finalmente encontraron a los suyos, él no parecía sorprendido a diferencia de Barton. Más bien... había un brillo emocionado que no podía ser disimulado.
Loki debió saber entonces que no había cosa que enorgulleciera más a Anthony que sus creaciones.
—¡Oye, no preguntes!
Escuchó que protestaba Barton en voz baja, pero Tony ya estaba prácticamente vibrando de emoción contenida cuando comenzó a hablar.
—¡Sí!— Soltó de pronto entonces, parecía radiante a pesar de las evidentes ojeras que Loki acababa de notar.— Pasé toda la noche desarmando varias de sus partes y volviendo a ensamblar todo de nuevo, hice varias pruebas y al final logré que Dum-e siguiera indicaciones sencillas. Todavía no es mucho, pero estoy casi cerca de que...
—¿Toda la noche?— Tuvo que interrumpir y cuando Tony asintió, Loki se vio en la necesidad de hacer una nueva pregunta, porque de repente, el tema le pareció de lo más interesante.— ¿Cómo lograste hacer algo tan complejo en tan poco tiempo?
Escuchó que Barton volvía a emitir una queja de algún tipo, pero Loki no le tomó importancia, toda su atención continuó enfocada en el chico que parecía pensar en una respuesta, si su frente fruncida y su mirada concentrada era un indicativo de ello.
—Bueno— Finalmente respondió, los ojos castaños regresaron al rostro estoico de Loki a pesar de su curiosidad.— Es lo que hago, soy un genio. Bajo al taller de Howard y construyo... cosas.
—Genio— Bufó Barton con cierta burla, luego se dirigió a Loki al mismo tiempo que señalaba a Tony con su pulgar.— No te dejes impresionar, Odinson. Éste tipo ni siquiera es capaz de aprenderse su propia matricula de la Academia, Pepper o Steve se la tienen que recordar a menudo.
—Oye, eso fue grosero porque sí la recuerdo— Gimió Tony, pareciendo legítimamente indignado.— Tú necesitas una siesta.
—¿Eso es así?— Cuestionó el otro castaño, una ceja arqueada mientras hacía una nueva pregunta.— ¿Cuál es tu matricula?
Tony parpadeó y Loki se dio cuenta con diversión que en efecto, el chico no se sabía su matricula y mucho menos había esperado que Barton le preguntara por ella. Sin embargo, no se quedó callado, oh no señor, eso nunca sería digno de Anthony Stark, de todos modos.
—Cinco.
Entonces, se volvió a hacer un silencio expectante, tanto Loki como Clint esperando a que Tony dijera algo más, pero no lo hizo. Lo más hilarante del asunto, es que el castaño estaba demasiado orgulloso de sí mismo; resultó que Loki no pudo más, hubo un rizo de sonrisa en su boca cuando enarcó una ceja inquisitiva y exclamó:
—Claro que sí, cinco. Creo que olvidaste los otros números.
—¿Hablas de los otros siete?— Tony cuestionó alegremente y cuando Loki asintió en acuerdo, él sólo encogió los hombros y dijo:— Para esos tengo a Pepper y Steve.
Loki quiso decir algo particularmente astuto, cualquier cosa que no permitiera que la platica elocuente llegara a su fin. Él no encontró las palabras lo suficientemente rápido, porque los toscos y pesados pasos de Thor bajando las escaleras se hicieron escuchar, Barton exclamó algo que sonó como un emocionado: "¡Al fin!". Loki volvió a su usual mueca de indiferencia cuando Thor asomó su rubia cabeza y saludó alegremente a sus amigos.
—Ya era hora— Dijo Barton, dirigiéndose hasta donde estaba Thor.— Si seguimos haciendo esperar a Natasha y los demás, seguro que rodaran cabezas y no quiero escuchar otro discurso sobre la puntualidad del cap.
—¡Entonces será mejor que nos demos prisa! ¡Vamos, amigo Tony!— Exclamó con urgencia Thor, ante la perspectiva de una regaño.
El castaño asintió, después hubo una sonrisa dirigida a Loki por breves segundos, luego dio media vuelta y se alejó diciendo:
—Nos veremos, Lokes.
Los ojos verdes de Loki siguieron su figura hasta que atravesó la puerta y aún así, todavía se quedaron en ese lugar por varios segundos más. Estaba tan ensimismado pensando sobre la sonrisa, el maldito apodo y el aparente gesto de simpatía que había detrás de ambas cosas, que no notó que Thor se había acercado a él hasta que sintió su cálida y pesada mano sobre su hombro, cuando sus miradas se encontraron, Thor comenzó a hablar.
—Parece que el amigo Tony también te agrada.
Loki bufó.
—Él no me agrada, o algo por el estilo. Así que no lo olvides.
Sin embargo, a pesar de la creencia popular, Thor no era ningún tonto como aparentaba. Era muy astuto y observador, además y para variar, conocía perfectamente bien a su hermano menor como para saber cuando estaba mintiendo y cuál de todas sus mentiras era la más descarada de todas. Así que palmeó el hombro de Loki una vez más.
—Siempre puedes unirte a nosotros, Loki— Ofreció, con aquella mirada de cachorro que siempre ponía cuando quería conseguir algo.— Eres más que bienvenido.
—Adiós, Thor.
Pero Loki, tan acostumbrado a esos ojos azules que sabían bien como chantajear, fue todo lo que dijo, terminó por quitar la mano de Thor de su hombro y subió hacia su habitación, tratando de ignorar aquella sonrisa traviesa de Tony que lo estaba tentando a aceptar la oferta de su hermano de unirse a ellos, aún cuando todo lo que quería era paz.
En una mesa al otro lado de la cafetería, Tony estaba sentado junto con los demás amigos de Thor. Él reía y parecía bromear con Barton, de vez en cuando robaba alguna papa frita del plato de Banner y estaban estos toques casuales a los brazos de Rogers o las sonrisas coquetas hacia Natasha. Loki llevaba un par de meses conociéndolo, solía ir a su casa a hacer tareas con Thor y sus otros amigos, o simplemente a reunirse para jugar cartas, videojuegos o cualquier otra estupidez que se les ocurriera.
Algunas de esas veces, solían tener conversaciones cortas, si es que Loki corría con la suerte de atraparlo solo en la cocina. En realidad, ellos se veían a diario en los pasillos cuando había cambio de clases. Pero Tony casi nunca iba solo, siempre lo acompañaba otro chico de piel oscura o la bonita y alta pelirroja que parecía ser demasiado elegante para el propio Tony, así que sólo compartían un saludo rápido y cada quien seguía con su camino.
Muchas veces estuvo más que tentado en usar a su hermano como excusa para acercarse a Anthony y hablar un poco. Pero nunca lo hacía, porque era tonto y sin sentido que quisiera hacerse amigo del amigo de su hermano, además, no era como si tuviera un tema de conversación del que pudiera hablarle, de todos modos. Así que era verdad que todo lo que hacía era sentarse aquí y observarlo.
—Deberías tomarle una fotografía— Escuchó que murmuraba Strange.— Duran más.
—¿Qué?— Parpadeó y apartó la mirada de Tony en favor de posarla en el rostro demasiado serio y concentrado de Strange.
—A Stark— Apartó la mirada del libro que estaba leyendo y sus ojos azules se encontraron con el ceño fruncido de Loki.— Dije que deberías tomarle una fotografía, suelen durar más. O puedes dejar de mirarlo de forma espeluznante e ir y decirle lo que significa para ti, es obvio que te gusta.
—No estaba mirando a Anthony y aunque lo hiciera, no es como si significara mucho o algo para mí.
Su mirada cayó en la bandeja con su almuerzo sin tocar, era miércoles de sándwich de pollo con queso y una insípida gelatina de piña como postre. No era algo muy apetitoso, pero de cualquier forma, últimamente la comida horrible de la Academia ya no era un tema relevante para él. Su tren de pensamientos se enfocó más bien en esa extraña sensación tan ligera que se asentaba en su estómago cada vez que veía a Anthony. Los nervios y la vergüenza que lo invadían sin razón aparente cuando él estaba cerca. El por qué sus ojos se empeñaban obstinadamente en regresar al rostro sonriente de Anthony.
Vaya, su mirada de nuevo había regresado a buscar al castaño, él no se daba cuenta de que Loki lo estaba mirando desde el otro lado de la cafetería ¿Por qué lo haría? Anthony Stark era un ser disperso cuando se trataba de la vida real y no de sus creaciones; a veces Loki pensaba que él podría estar a su lado y aún así, Anthony todavía no lo notaría. Un suspiro tan lleno de cosas que no podía explicar escapó de sus labios, pero a Loki ya no le importó porque últimamente hacia cosas así, tú sabes, suspirar y meditar sobre el marrón imposible en los ojos de Stark.
Su celular vibró en el bolsillo de sus vaqueros y eso lo hizo salir de su trance en el que no podía apartar la mirada de Anthony. Sacó su celular para revisar el mensaje que le había llegado, grande fue su sorpresa cuando al abrir dicho mensaje, había llegado adjunta una fotografía de Anthony, sonriendo y totalmente ajeno a que estaba siendo fotografiado. Loki sabía que la fotografía era de apenas unos minutos atrás y en realidad ni siquiera se sorprendió cuando se dio cuenta de que el remitente había sido Strange.
—De nada.— Susurró el otro chico, sonando demasiado orgulloso de sí mismo.
Loki frunció mucho el ceño ante eso, queriendo parecer realmente molesto cuando quiso preguntar el significado de esto —aunque él lo sabía, definitivamente lo hacía—, pero Stephen Strange, quien pareció anticipar la reacción de negación de Loki, ya se había puesto de pie con una sonrisa presumida para alejarse lo más pronto que podía de ahí.
Quiso borrar el mensaje junto con la foto, él de verdad quiso hacer eso. Sin embargo, la sonrisa relajada y los ojos entornados por la felicidad que Anthony tenía, lo hizo detenerse y optar por guardar la imagen con una pequeña sonrisa que no sabía que estaba allí. Él sí borró el mensaje porque Strange sólo era un bastardo demasiado presumido y no quería darle razones para que creyera que después de todo, había tenido razón. Al menos en lo referente a la fotografía, eso es.
Conservó la fotografía en su celular por todos los meses que siguieron. La miraba cada noche antes de dormir y se preguntaba qué tenía de especial éste tipo, porque no podía superar esta fase tonta que tenía de mirar su foto, o por qué siquiera le gustaba mirarlo. Porque él casi podía admitir que le gustaba mirar a Anthony cuando estaba distraído, no que significara mucho para Loki como Strange había insinuado una vez, pero aún así, le gustaba verlo.
Después y de forma inesperada, Anthony demandó que intercambiaran números de celular. Había sido un sábado por la tarde, él y Valquiria habían llegado a su casa junto con Thor, después de haber asistido a uno de sus partidos de americano. Luego Thor propuso que jugaran Monopoly y de alguna forma inesperada, el juego se enfocó en ellos dos, ya que ninguno quería ceder y mucho menos perder ante el otro.
Para la vergüenza de ambos y a pesar de la aplastante ventaja que tenían sobre Thor y Valquiria, fue ella quien terminó ganando el juego. Entonces, Anthony se había reído de su propia derrota e incluso de la derrota de Loki, sorprendentemente, Loki también hizo un par de bromas sobre su derrota frente a Valquiria. Después de eso se hicieron bastante cercanos, como si aquella tarde hubiera sido el catalizador de lo que más adelante sería una singular amistad llena de palabras afiladas, bromas pesadas y un excepcional gusto por el caos que dejaban detrás de ellos.
Loki entonces y bajo mucha insistencia, dejó de llamarlo Anthony y comenzó a decirle sólo Tony. Y Tony nunca dudó en llamarlo de diferentes maneras, pero a Loki nunca le molestó porque era la forma en que el otro chico parecía demostrar su confianza y cercanía con otra persona. Una peculiar forma de demostrar cariño a la gente que lo rodeaba. A veces los apodos solían ser molestos, pero bueno, eso sólo demostraba lo cerca que estaban.
La fotografía en su celular pronto fue impresa en papel y escondida celosamente debajo de su almohada. Y cada noche, después de un día particularmente difícil en la Academia o soportando los regaños de Odín, o un día en el que por alguna razón no había podido ver la irritante cara de Tony, él sacaba la foto de donde la escondía y la miraba mientras que obstinadamente pensaba: «No me malentiendas, mantengo tu foto porque me gusta verte, así que no hagas un alboroto de esto. Sé que sabes que no significa nada para mí.»
Pero debajo de toda esa negación, él sabía que si la fotografía de Tony pudiera hablar, lo llamaría mentiroso. Había pasado demasiadas noches maldiciendo el nombre de Tony y preguntándose porque le dolía el pecho cada vez que él estaba alrededor de Loki. Cada noche preguntándole a la fotografía cuándo dejaría de sentirse tan tonto. Él era amigo de Tony, pero sabía que así no es como los amigos usualmente se sentían el uno por el otro. Nunca lo había sentido por Wanda, mucho menos por Strange, sin embargo, Tony fue la maldita excepción, porque por él lo había sentido casi al instante.
Pero seguía insistiendo que definitivamente no estaba enamorado, que sólo era otra tonta fase por la que estaba pasando.
Había tomado casi un año para que pudiera besar a Tony, aunque si se ponía técnico, Tony lo había besado a él. Fue en una calurosa tarde de verano, después de que ambos salieran de ver una película de terror; tal vez fue sólo que Tony notó la manera en la que Loki fingía rozar su mano accidentalmente contra la de él cada vez que quería agarrar más palomitas del tazón. Y no, no es que Loki quisiera estrechar sus manos, sólo... tenía curiosidad de tocar la piel bronceada de su amigo. Saber cómo se sentía bajo sus dedos.
O quizá fue que Tony se había dado cuenta de como la mirada verde de Loki seguía su puño con palomitas hacia su boca. Como sus labios se separarían para recibir el puñado de palomitas de maíz y luego, la forma en que su boca se movería al masticarlas, el sonido que éstas harían al tronar dentro de ella. La manera en como hacia el final, la punta de su rosada lengua saldría para lamer la grasa y sal que había quedado en sus labios. De nuevo, no es que Loki haya estado preguntándose cómo sería besar a Tony, él sólo se sentía maravillado por el movimiento de su boca, eso era.
Tal vez se debió a la forma en la que Loki se pegó a su costado una vez que la función finalizó y salieron de la oscura sala, sabiendo que todos los amantes saldrían abrazados de la sala para darse consuelo. Y al menos... ésta vez admitiría que en realidad una parte de él sí quería abrazar a Tony, tener un poco de ese consuelo o tal vez, una simple broma que aliviara la tensión.
Loki no tenía idea de por qué Tony lo había besado aquella vez. Él solamente se dejó arrastrar hacia un callejón desierto y ni siquiera puso resistencia cuando el cuerpo de Tony encerró al suyo contra una fría pared. De hecho, su mirada había ido y venido varias veces, alternándose entre la oscura mirada traviesa de Tony y sus labios entreabiertos. Como si estuviera esperando que el otro hombre tuviera el valor de iniciar algo que el orgullo de Loki no comenzaría.
Para su desgracia, Tony ya había hecho el primer movimiento y ahora esperaba que Loki llegara al acto principal. Él luchó mucho consigo mismo, entre la total negación y un deseo brillante que había ardido casi desde el primer día que vio los ojos de Tony; al final, aquel deseo terminó consumiendo todo, cada gramo de negación, cada gota de miedo y cada pedazo de orgullo. Todo se incineró y Loki estuvo totalmente bien con ello.
Acunó el caliente rostro de Tony entre sus frías manos, se inclinó sólo un poco...
—¿Puedo...?— Comenzó, la pregunta atascándose en su garganta para luego dar paso a una firme afirmación.— Te voy a besar ahora mismo, Anthony.
—¡Por Dios, Loki!— Tony chilló con exasperación.— Sólo hazlo de...
Cualquier protesta que quisiera hacer fue sofocada por los labios hambrientos de Loki. Tony entonces levantó las manos, enterrándolas en ese cabello negro y pegándose un poco más al otro chico, él simplemente no pudo evitarlo. Soltó un suave gemido cuando Loki profundizo el beso y se estremeció cuando la punta de una lengua ajena rozó a la suya, y Tony totalmente permitió eso. Se besaron lenta y profundamente por largos segundos que para decepción de Loki, fueron demasiado cortos, demasiado rápidos.
Cuando finalmente se separaron, un suspiro involuntario salió de los labios magullados de Loki. Su cabeza se sentía tan ligera que todavía no parecía regresar a la realidad. Éste había sido el primer beso real de Loki, bueno, excepto si contabas aquel beso que una encolerizada Sif le había dado cuando eran más jóvenes, debido a un estúpido reto impuesto por Frandal.
Entonces, la realidad lo volvió a golpear cuando sintió a Tony moviéndose para zafarse de su agarre. Había una sonrisa torcida en su boca roja y un brillo desconcertante en aquellos ojos marrones que no hacían otra cosa que provocar reacciones extrañas en Loki, desde el primer instante en que los vio.
—¿Te gusta besar, verdad?— Tony cuestionó con una sonrisa divertida en su boca y un ligero sonrojo en sus mejillas.
Loki no supo por qué pero se paralizó, acababa de besar a Tony y él tenía aquella mirada brillante y emocionada. Y Loki sentía ganas de vomitar por toda la adrenalina y emoción que se estaban conteniendo, porque sus labios picaban, pidiendo que besara de nuevo a Tony. Las manos le temblaban y sentía tanta vergüenza que disimulaba detrás de su ceño fruncido. Él no quería sentir esto, él no quería ver la estúpida cara de Tony y desear volver a besarlo.
Todo fue involuntario, de verdad. Porque Loki nunca había sido bueno lidiando con los sentimientos y Tony debió saberlo.
—No— Respondió simplemente a la anterior pregunta de Tony y luego:— Y tampoco estoy enamorado, así que no lo olvides.
La sonrisa boba de Tony cayó y un silencio incómodo se formó entre ellos, aún así, seguían demasiado juntos para que toda la situación fuera todavía más incomoda. Loki estuvo a medio segundo de retractarse, de decirle a Tony que le gustaba mirar su fotografía en los días difíciles y que quería seguir besándolo, pero el castaño fue más rápido en reaccionar.
Tony volvió a sonreír, algo completamente mecánico y artificial, nada como la brillante sonrisa de hace un rato. Él puso su mejor actitud relajada y despreocupada, aquella que Loki sabía que se reservaba para Howard Stark y eso hizo que su estómago se revolviera y que las ganas de vomitar no se debieran a un sentimiento bueno, precisamente.
—Woah, no— Dijo, antes de que Loki pudiera arreglar lo que sea que había arruinado.— Nadie estaba hablando de amor. Tranquilo, Lokes.
Se alejó del espacio personal de Loki a una distancia aceptable y encogió los hombros con sencillez, pero sus ojos ahora estaban evitando por todos los medios a la mirada preocupada de Loki.
—Tampoco le diré nada de esto a Thor— Escuchó a Tony decir y Loki tragó saliva, su estómago se retorció al oír la voz del otro.— Creo que ninguno de los dos quiere eso, así que tampoco te preocupes.
—Tony...
Sin embargo, él no prestó atención al llamado, dio media vuelta y se alejó aún más de Loki. Tony comenzó a balbucear cosas que nada tenían que ver con lo que había sucedido, como si de alguna forma quisiera borrarlo, cambiar desesperadamente de tema. Loki también lo permitió.
De todas maneras, sólo había sido un estúpido beso y nada más.
La biblioteca definitivamente era el lugar más tranquilo de toda la Academia, generalmente casi nadie venía para acá y era el lugar perfecto para que Loki se escondiera y evadiera a Tony. Para el caso, él también parecía estar evadiendo a Loki, así que bueno, Tony no iba a venir a buscar aquí de todos modos. Strange se había unido a él en algún momento, una compañía silenciosa que no parecía querer saber por qué Loki no estaba buscando frenéticamente a Tony con la mirada.
Qué equivocado estaba.
Después de un buen rato de silencio en el que ambos se sumergieron en sus respectivos libros, fue que finalmente Stephen Strange habló en voz baja, pero todavía logró que su voz se escuchara completamente cizañosa.
—¿Escuchaste los rumores?— Le cuestionó, luciendo demasiado casual mientras le daba vuelta a la página de su libro.— Sobre Tony, desde luego.
Loki pestañeó y ese fue el único indicio que dio de que había escuchado, mientras estaba demasiado ocupado fingiendo que el nombre de Tony no lo afectaba demasiado últimamente.
—¿Mh?
Fue toda su contestación, pero desde luego que eso no detuvo a Strange de seguir hablando. A Loki le gustaba más cuando se sumergía en sus libros e ignoraba a la gente, o cuando no mencionaba en absoluto a Tony sólo para molestarlo.
—Dicen que va a invitar a una cita a Pepper Potts— Strange hizo una pequeña pausa y fingió pensar en algo por rápidos segundos, luego agregó:— Creo que hacen bonita pareja, ¿no crees?
Esta vez, Strange logró su cometido de irritar a Loki, porque éste de pronto cerró su libro con demasiada fuerza y preguntó con exasperación:
—¿Por qué me dices todo esto?
—Te gusta— Dijo con simpleza, luego Strange negó con la cabeza y se corrigió a sí mismo diciendo:— En realidad, me atrevería a decir que estás enamorado de Stark.
—Yo no...
Pero antes de que Loki pudiera seguir negando lo obvio, Stephen cogió sus cosas y se colocó de pie, más que listo para irse, no sin antes decir con un rostro de completa seriedad:
—Ya sabes lo que dicen por ahí... uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Pero Loki solamente se limitó a regresar la mirada a su libro cerrado entre sus manos, luciendo tan indiferente como siempre, a pesar de que sólo era una fachada. Stephen Strange simplemente y por todo lo que valía, suspiró con hastío y se fue.
Esa noche no pudo dormir, se movía inquieto en su cama y se revolvía en las sábanas frescas con un sólo pensamiento persistente. No podía ser otro que el de Tony besándolo, sus brillantes ojos marrones después de que se separaron, la forma en que sus labios lucieron después de haber sido besados por Loki. Y luego... su rostro cayendo de decepción cuando le dijo que no estaba enamorado. La manera en que él se había sentido después de haber arruinado un bello momento.
«Ya sabes lo que dicen por ahí... uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde».
Entonces las palabras de Strange regresaron con fuerza a su cabeza y algo pesado y desagradable se instaló en su pecho cuando la idea de perder a Tony revoloteó en su cabeza. Se imaginó a Tony dejándose besar por Pepper Potts, permitiendo que sus dedos rozaron el dorso de su mano cuando estuviera distraído. Dejando que ella se apoyara contra su costado en los días difíciles y Tony dándole ese consuelo que Loki había ansiado por algún tiempo.
Y aquel peso en su pecho descendió hasta su estómago y se quedó estancado allí. La verdad sobre la que Loki no quería hablar es que le asustaba la idea de enamorarse y salir lastimado, él podía lidiar con la constante desaprobación de Odín, o el rechazo de las personas que habían escogido a Thor por encima de él. Pero Loki casi no se sentía capaz de ver esa desaprobación, ese rechazo en los cálidos ojos de Tony. Quizá por eso había estado negado durante tanto tiempo lo que sentía cada vez que estaba cerca de él.
Pero aquí había otra verdad sobre la que Loki ya no quería seguir hablando a medias, o tergiversándola. La verdad sobre la que ya no quería seguir mintiendo: que había aprendido a querer a Tony, aún cuando parecían ser demasiado similares, demasiado afilados en sus bordes como para lastimarse mutuamente. Demasiado explosivos como para dejar un caos detrás de ellos.
Sin embargo, Loki iba a hablar sobre la verdad innegable de que estaba enamorado y estaba bien, él sabía de alguna que manera que a pesar de todo, iban a estar bien.
Los jueves eran el peor día de la semana, tenía un par de clases rápidas y demasiado tiempo libre que gastar. Además, la cafetería de su escuela solía abastecerse los jueves por la tarde, lo que significaba que para el almuerzo Loki tendría que conformarse con una manzana oxidada, un yogurt natural y si bien le iba, tendría la suerte de alcanzar avena pre-cocida del martes, que en realidad, era igual de horrible.
También, los jueves parecían ser los días indicados para que el club deportivo de nado tuviera su clase semanal. Lo que significaría que el piso de los baños estarían llenos del agua que el equipo de natación escurría cuando terminaba su clase, las blancas losetas del suelo estarían manchadas de mugre, dejando el piso demasiado resbaloso cuando los estudiantes entraran después de que el equipo de nado se hubiera cambiado y ni hablar de los retretes, que quedaban completamente empapados.
Además y sobre todas las cosas, hoy era jueves y hoy le iba a decir toda la verdad a Tony. Lo cual, bueno, era bastante irónico. Había sido un jueves cuando Loki había conocido a Anthony Stark; supuso que era normal sentir ese cosquilleo en el estómago, aquella sensación de vértigo que le recorría la columna y alborotaba todos sus nervios.
Sus clases hace mucho que habían terminado, pero él se quedó de pie en el pasillo, esperando hasta que Tony saliera del club de rebotica. Como ya es de suponerse, él fue uno de los últimos en salir y Loki realmente no pensó mucho sobre eso, de hecho, estaba tan ensimismado en su monologo interno, en las palabras bien ensayadas que le diría a Tony una vez que lo viera, que de nuevo, no notó que Dum-e se acercaba a él con la fuerza de un tren de carga.
—¡Loki, cuidado!
Pero la advertencia había llegado demasiado tarde porque Dum-e ya se estaba estrellando con fuerza contra él y fue suficiente para que todo el monologo bien ensayado de Loki se fuera al caño. El robot no lo había derribado, pero estuvo cerca de hacerlo. Lo único que provocó fue que Loki rompiera su concentración y diera un traspié vergonzoso hacia atrás.
Tony ya se acercaba a ellos, con la cara pálida ante lo que él imaginaba que le esperaría de una inminente furia destructiva, que terminara con la integridad de su robot. Pero Loki no hizo nada de eso, poca importancia prestó a Dum-e cuando vio el rostro y los ridículamente bonitos ojos de Tony Stark acercándose a él, en ese momento él también se sintió repentina y particularmente cobarde.
—¿Estás bien, Lokes?— Escuchó que Tony cuestionaba casi rayando en el pánico, pero desde luego, no lo dejó dar una respuesta porque nuevamente ya estaba hablando.— ¡Lo lamento! Pero de repente apareciste a la vista y Dum-e salió disparado a ti como bólido, no sé qué pasó. El chico no tiene remedio, tal vez deba cumplir mis amenazas y donarlo a la Acade...
—¿Cómo puedes hablar tan rápido en medio de una situación como esta?
Preguntó con exasperación cariñosa y cuando el otro chico calló y lo miró con desconcierto, Loki recordó que Tony no tenía idea de la situación actual entre ellos. Tragó saliva, obligando al nudo de su garganta a desaparecer, o al menos a dejarlo hablar adecuadamente y se preparó par decir todo lo que había ensayado la noche anterior, pero su mente ahora estaba en blanco. No podía ser algo normal en él, Loki siempre tenía algo en la punta de la lengua para decir, una excusa o una mentira piadosa que dar.
Pero hoy no quería dar excusas, y estaba cansado de mentir, entonces...
Él hizo lo opuesto a hablar, a decir cualquier discurso vacío que sabía que al final terminaría mal, y simplemente tiró de Tony, acercándolo mucho más a él hasta que casi no quedó ningún espacio entre ellos y se inclinó para besarlo. En ese beso vertió cada gramo de verdad, cada porción de pasión y honestidad, cada onza de amor. Al principio, Tony había estado demasiado sorprendido como para corresponder, pero una vez que la sorpresa quedó a un lado, él se encontró fundiéndose en el beso, profundizando y jadeando.
No se pareció en nada al primer beso, pero eso estaba bien porque esta sería la primera vez que Loki no mentiría respecto a como se sentía.
—¿Loki qué..?— Tony comenzó a cuestionar una vez que rompieron el beso.
Pero Loki no dejó que terminara de preguntar, en su lugar él salpicó la comisura de los labios y mejillas de Tony con pequeños y castos besos. Al final apoyó su frente contra la del castaño y un suspiro tembloroso escapó de su boca.
—Estoy enamorado de ti— Confesó y en realidad, no fue tan difícil de hacerlo, entonces todo el peso que había estado en su pecho fue quitado, volvía a sentirse liviano. Entonces, en un murmuró agregó casi con urgencia:— Así que no lo olvides.
Hubo un horrible momento en el que Tony guardó silencio y Loki casi se sintió morir, pero luego...
—Te tomó algún tiempo— Declaró y había una sonrisa presumida en su rostro, sin embargo, no tardó mucho en ponerse de puntillas hacia Loki para robar otro beso.— Creo que haré un escándalo de esto, porque yo también estoy enamorado de ti.
Loki sonrió y pensó con gracia que después de todo, los jueves podrían ser sus días favoritos de la semana.
Nota. Éste sencillo one shot fue inspirado en la canción: I'm not in love, de la banda 10cc.
¡Hola! Antes que nada, me gustaría mucho decir que si llegaste hasta aquí, quiero agradecerte por tomarte el tiempo de leer ésta pequeña historia. Es la primera vez que escribo para ésta pareja en particular, y la verdad es que ya llevaba tiempo queriendo poner mi granito de arena en el fandom y espero poder seguir contribuyendo con más fanfics en un futuro, así que espero que también haya sido de tu agrado este one shot que esta inspirado también en el universo de los videojuegos de Academy (Dios, me gusta la relación que Loki y Tony tienen en ese universo). En fin, es todo lo que me queda por decir. Una vez más, gracias por leer.
Love you 3000, Dragón. 🐉🌹