Lo que tus alma ve

Capítulo 1: Colores

Las paredes son blancas.

O al menos lo eran hace un segundo.

Ahora son cafes.

No, son rojas.

O ¿Ambas?

Yashiro no está segura.

El techo, por petición de Tsuchigomori, es estrellado.

Pero a veces, solo a veces, lo ve de un color mas monocromo, para cuando parpadea ya es normal.

Amane sabe el motivo de esto.

Lo sabe porque lo ha leído en libros.

Lo suyo es la ciencia exacta, pero ahí se aburre mucho, así que solo lee todo aquello que encuentra.

En un libro, explicaba que los sentidos estaban relacionados en la manera en que uno ve el mundo.

Así que Amane sabe, que el hecho de ver todo muy opaco, es porque simplemente no encuentra color en su vida.

El piensa que es así.

Tiene 13 años, ¿Cómo va a saberlo?

Al contrario del niño de al lado, que ve todo muy brillante, Hanako ve todo muy oscuro, a veces, incluso la luz lo lastima.

Dicen que tiene sentido por su depresión.

El no esta tan seguro.

Pero de nuevo, no es que importe.

"Hanako" La enfermera, Yako, viene a su habitación a obligarlo a interactuar con los demás pacientes de vez en cuando (Según el reloj y el calendario, parece ser que lo hace todos los dias, pero bueno, Amane a veces está tan drogado en antidepresivos que no siente el paso del tiempo, a veces lento, a veces rápido)

"Entendido" A veces se pregunta si su diagnóstico es correcto, pero Tsuchigomori no parece ser una persona que se equivoque.

Pero siempre que interactúa con Kou, este se queja de su sonrisa ¿Una persona con depresión es capaz de sonreír? ¿De hacer bromas?

Si el diagnóstico es correcto, Amane cree que sí.

Esos son buenos momentos.

Yashiro ve colores en todas partes, pensó que al llegar a este lugar, en palabras de sus padres, debía mejorar.

Nene no sabe bien qué es lo que debe mejorar.

No sabe porque otros niños la tratan de mentirosa, no sabe porque nadie más ve lo mismo que ella.

Es decir, Hanako está ahí, Kou también lo ve, así que tiene que ser verdad.

Nene no miente.

Hanako está ahí, y es translúcido, y flota.

Así que Yashiro no sabe porqué le dicen que deje de mentir, porque, eso es algo que es normal ¿No? Las voces que le hablan en las noches, contandole los secretos de este lugar son reales, tal vez la tienen ahí para que no se lo diga a nadie más.

Tal vez sensei, no quiere que los demás sepan que es una araña, o que Misaki es en realidad un zorro.

Mitsuba está de acuerdo en esto mayormente.

Kou sabe porqué está allí, Terū se lo dijo, se lo dijo con bastante calma, aunque Kou sabe que miente.

Porque, si es verdad, significa que todo lo que dijeron en la escuela era cierto.

Que está loco.

Que enloqueció al presenciar como Mitsuba se mataba.

Y que se había ido para siempre.

Pero eso es mentira.

Porque Mitsuba sigue ahí rondando, Terū debería saberlo, después de todo es un exorcista, mucho mejor de lo que Kou alguna vez será.

Después de todo, a pesar de pertenecer al gran clan Minamoto, Kou no ha logrado ver a Mitsuba de nuevo.

Pero eso está bien, porque aunque no lo pueda ver, sabe que los espíritus existen, solo debe entrenar más para conseguir verlo otra vez.

Así que no entiende porque su hermano le miente, no entiende porque dice que no hay nadie ahí.

No sabe porque su hermano se ha vuelto un mentiroso.

Pero sabe que es por ello que lo ha traído a este lugar.

Es un lugar nuevo, lo vio en las noticias hace algún tiempo, era un lugar creado para niños con problemas, intentando por todos los medios que su crecimiento fuera lo más normal posible, sin tener que usar pastillas (O al menos la menor cantidad posible), simplemente dejándolos seguir siendo niños, y con la ayuda adecuada reinsertarse en la sociedad.

Patrañas, Kou sabe que en el fondo este es un recinto para entrenar a exorcistas, pero entiende que eso debe permanecer en secreto.

Aquí conoció a muchos otros niños, algunos de relevancia, otros no, pero su favorita es Yashiro.

Aquí muchos comparten habitación, algunos no, algunos apenas los ven.

Yashiro comparte habitación con una chica llamada Aoi Akane.

Curiosamente Kou comparte habitación con un chico llamado Akane Aoi.

Aquellos que tienen habitación propia, es porque han o tendrán que estar mucho tiempo allí, según lo que opine el profesor cara de araña.

O porque están demasiado inestables por el momento.

Kou lo entiende, es difícil mantener el poder espiritual bajo control.

Como decía, su favorita es Nene, porque de todos aquí, apenas le contó la historia de Mitsuba, ella dijo que estaba parado detrás de él.

Kou no lo vio, pero asumió que entonces Nene tenia mas poder espiritual que el.

Era su senpai, a pesar de el pertenecer a un clan tan distinguido, había gente con aún más poder que él. Era asombroso.

Le gustaba este lugar.

Amane no sabe aun como es que termino siendo apodado Hanako.

Fue hace mucho tiempo piensa, cuando aún tendrí años de edad, cuando recién ingresó a este recinto y se pensaba que saldría pronto, compartió habitación con su hermano y un chico más.

No recuerda quién era, ese chico efectivamente se fue pronto, pero recuerda que siempre lo llamo Hanako-san y siempre le pedía cosas, fue su primer amigo ahi, y como tal, Amane le dio todo lo suyo a cambio, claro, de su amistad o algo que deseara o necesitara.

Sus libros.

Sus lápices.

Su llavero con un cohete.

Todo.

Incluyendo su sangre. Recuerda que Tsukasa no estuvo muy feliz de eso, alegando que Amane era suyo.

El punto era que ese apodo se quedó, le gustaba porque era una forma de recordar que estaba vivo, y que alguien fue su amigo.

Y parecia agradarle mas como Hanako, aquel que cumplia sus deseos que como Amane, recuerda que una vez le dijo que no era Hanako y el chico le enterró un lápiz en la mano.

Era mejor ser Hanako, Amane era muy malo al parecer.

Cuando el chico se fue, se disculpó, era tímido, e insistió mucho en que pronto Amane saldria de ahí también.

Amane Yugi no está seguro de porqué querría salir de ahí.

Ahora, de los chicos nuevos, le agrada Yashiro, espera que se quede mucho tiempo allí.

Pues incluso antes de presentarse como Hanako.

La chica ya estaba saltando sobre él preguntándole si era un fantasma.

No está seguro de porque ella cree eso, pero Hanako solo contesto con eso, que su nombre era Hanako y cumplia deseos por un precio razonable.

Tsuchigomori insistió que su precio era demasiado barato, que debería valorarse más.

Pero la chica solo sonrió contestando que ya lo sabia.

Su rival era Kou, apenas la chica insistió en que el era un fantasma (Y Amane aprendió que estaba mal contradecir a la gente incluso antes de llegar allí) se lanzó a atacarlo.

Amane se rió, eran muy divertidos, hicieron muchas travesuras juntos, y sus expresiones al molestarlos eran hilarantes.

Hanako estaba feliz.

Cuando estaba con ellos olvidaba porque estaba ahí.

Todos los días, ellos debían ir solos a hablar con Tsuchigomori, el psiquiatra a cargo de esta sección del psiquiátrico, para los pacientes controlados.

Solo en esos momentos Amane se daba cuenta de las heridas que tenía en su cuerpo.

A veces despertaba con un sabor a hierro en la boca, producto de morder su lengua durante alguna pesadilla.

Algunas veces presionaba demasiado fuerte sus uñas en su rostro, intentando arrancar alguna suciedad (o una sensación) que no estaba ahí.

Otras veces solo quería sentir algo y luego olvidaba atender esa herida.

"¿Las pesadillas están bajo control?"

"Todo despejado"

Su cabeza está despejada, o está nublada, o está girando muy rápido, o está simplemente vacía.

Últimamente ha estado en su mayoría despejada.

"Y cuéntame, ¿Cómo te sientes?"

"Se a donde va esto, y ya se lo he dicho, no tengo intención de ir a ninguna parte"

No es que tenga donde más ir.

Amane logró entender, después de todo este tiempo allí, que no tenía nada.

Una vez se lo dijo al jefe del hospital Kakō, y éste le afirmó que era mentira, que tenía a su hermano.

Amane supo en ese instante que el abuelo, nunca leyó ninguno de los informes que sensei hacía.

O tal vez lo hizo, y por eso no mencionó a sus padres.

De ser así, Amane solo podría reír.

No recuerda ninguno de los rostros de sus padres.

Sabe que peleaban mucho entre ellos, sabe que les gustaba la bebida, y sabe que los maltrataban tanto a él como a Tsukasa.

Y aprendieron a cuidarse mutuamente. Seria lindo si fuera cierto.

Amane aprendió a cuidar a Tsukasa.

Tsukasa aprendió de sus padres.

Su padre decía que todo lo hacía por amor, todos esos golpes eran porque los amaba, todas esas veces que escucho a su madre gritar, parecía que a su padre le gustaba eso, y Tsukasa pensando porque, comprendió que era porque él lo provocaba.

Tsukasa aprendió a cómo sentirse querido y dar amor a una edad muy temprana.

Aprendió que para amar tenía que dar todo de si, su atención por supuesto, su motivación, todo debía ser para y por la persona que amas.

Así es como Tsukasa aprendió que se puede abrazar con las manos. Imitando a su padre, colocó sus manos en el cuello de Amane, le gustaba sentir el pulso de su gemelo, como a duras penas podía decir su nombre. El provocaba una reacción así de Amane, Tsukasa se sentía querido.

Amane un día se quejó del color feo que quedaría en su mejilla por el golpe de su madre.

Tsukasa no quería que su hermano sufriera, y escucho por ahí que la piel se renovaba con una herida.

Entonces, para que la piel de su hermano estuviera tan lisa y blanca como siempre, solo tenía que provocar una costra, obviamente.

Tsukasa a veces piensa que todos son estupidos.

Por lo tanto, tomó una hoja de rasuradora, y arrancó el trozo de piel de la mejilla de Amane.

Tsukasa se pregunta a veces porque Amane sigue lastimando esa mejilla aún hoy en día.

El vio como su padre le pidió jugar a su mamá en su cuarto, Tsukasa se ocultó en el armario por curiosidad.

No olvido nunca esa escena.

Y pensó, que era normal, por algo aún seguían casados. Y siempre había sido así, no recuerda algún momento en que el mundo a su alrededor no funcionara así.

Descubrió que era un mundo muy entretenido.

Le gustaba vivir así.

Un día, su padre no encontró a su madre por ningún lado, así que se desquitó con los gemelos.

Cada golpe ardía, y a Tsukasa empezó a gustarle. (En algún punto, su hermano se veía como muerto, pero en ese momento no importaba)

Así que río, como recompensa recibió una patada.

Y río de nuevo, y una y otra y otra vez.

Recuerda que la semana siguiente fue al dentista, al parecer perdió misteriosamente unos cuantos dientes.

Antes de irse, le robó una jeringa al dentista y curioso de cómo funcionaba el procedimiento, se la enterró en la mano.

Curiosamente esta no hizo lo mismo que en su boca, no entendió porque, Amane desinfecto su herida esa tarde.

El mundo era muy brillante, y muy vasto, habían tantas cosas por conocer, y bueno, aunque ni siquiera le gustaba tanto la ciencia como a su hermano, sí era curioso. Abría absolutamente todo lo que encontrara, animales incluidos.

Una vez lo intentó con el brazo de su hermano, logró ver algo blanco, no sabe porque, se supone que debería haber visto solo rojo.

Curioso.

Una vez, escuchó a su maestra que hay cosas que solo se pueden hacer con la persona que más amas.

La persona que más amaba su padre era su madre, y su madre a su padre.

¡Tsukasa amaba a Amane!

Esa noche de la habitación de los gemelos se escucharon gritos.

Pero en el closet esta vez ni había nadie que espiara.

Fue un buen juego.

Y continuaron así por un tiempo.

Tsukasa amaba su vida.

Y un día, su padre lo invitó a jugar a su habitación.

Su madre no estaba, y su hermano al escucharlo se sobresaltó.

Tsukasa no entendió porqué.

Solo cuando su padre lo tocó de manera incómoda pensó que tal vez no era un buen juego.

Y las cosas subieron de nivel.

Tsukasa gritó.

Y su hermano entró a la habitación con un cuchillo.

Tsukasa amo más a Amane cuando lo enterró en el cuello de su padre.

Tsukasa no entendía porque no resultó divertido.

Luego recordó, tonto de él, que eso solo funcionaba con la persona que mas amas.

Tsukasa no amaba a ese cerdo.

Así que Tsukasa lamió las lágrimas de su hermano, siempre le han gustado las cosas saladas.

Cuando llegó su madre, se suicidó al ver la escena.

Tsukasa no entiende porque su hermano la intentó detener.

Tsukasa estuvo feliz.

Amane sería solo para el.

Y llegaron los policías.

Aunque Tsukasa les presumió una y otra vez sobre su hermano. Ellos se miraron sin comprender lo que decía.

Tsukasa piensa que eran estúpidos.

De alguna manera terminaron en ese lugar blanco.

Amane le explicó que consideraron que luego de ver cómo su madre mató a su padre y luego se suicidó, ellos necesitarían un chequeo mental.

Tsukasa no lo entendió, fue Amane quien asesinó a su padre, pero estaba con Amane así que todo estaba bien.

En ese lugar Yoko era molesta. Siempre lo recriminaba cuando intentaba jugar con Amane.

Siempre estuvo cerca, ella tenía que desaparecer.

Tsuchigomori siempre lo observo con sospecha.

No le agrado la gente de ahí.

Por fortuna, con el tiempo, lo cambiaron de sección.

Pensó que Amane estaría allí, se decepcionó al ver que no.

Cuando intento volver, una sirena lo detuvo.

Sí, sirena, porque olía a pescado y se veía como uno.

Desde entonces no lo ve.

Dijeron que era solo en lo que lograban que el pudiera convivir con más gente.

Pero a Tsukasa no le importaba.

El solo quería a Amane.

Porque él ama a Amane y el lo ama de vuelta.

Tsukasa nunca ha matado a nadie, pero Amane si.

Es algo que Tsukasa admira, aún no ha logrado alcanzarlo.

Sin duda su gemelo mayor, era más fuerte que el.

Tsukasa lo admira.

Tsukasa lo ama.

Ignorara que su hermano le enterrara un cuchillo cuando le mordió la oreja.

Después de todo, es la forma de mostrar amor de Amane.

Terū a veces pensaba que tomó una mala decisión.

Era un lugar de prestigio sin duda, pero su sistema, más libre y con menos pastillas, podría no ser lo que su hermano necesita.

Va regularmente se visita. Y ha averiguado todo lo que puede de sus nuevos amigos.

La chica esquizofrénica, solo alimenta las fantasías de Kou.

Y el otro chico, oh por dios, Terū solo quería que se alejara de su hermano. Era un asesino por amor de dios. Tardaron 3 años en darse cuenta, puesto que su gemelo estaba igual de loco.

Terū no entiende cómo los pueden dejar libres por ahí.

Era un lugar estatal, así que los mocosos tuvieron suerte en ese ámbito, porque de otro modo no podrían costear el estar allí.

Terū piensa que los mocosos simplemente deberían estar aislados de todo.

No le importa que los estudios digan que es necesario y más productivo que los pacientes socialicen.

No le importa, eso es solo para la gente que puede mejorar.

Esos mocosos no lo harán, y agradecería que no arrastrarán a su hermano con ellos.

El es solo una víctima de las circunstancias, él puede y va a mejorar, a diferencia de los locos que están ahí, incluso los psicólogos y enfermeros que están allí no son buenos, deberían saber cuándo rendirse con un paciente, son muy poco profesionales.

Terū se pregunta si tomó la decisión correcta al dejar a su hermano allí.

Aunque al final, jamás fue en realidad una decisión.

Fue más bien algo que solo paso.

Pero joder, no puede estar tranquilo, no sabe qué más hacer, pero quiere hacerlo, quiere ayudar, aunque es tan inútil que ni siquiera puede atenderse a sí mismo, no tiene conocimiento de cocina, como para llevarle algún dulce cuando está de visita, ni sabe bien que juegos puede llevarle.

Dijeron que no podía llevar objetos pequeños.

Al principio quiso preguntar porque, pero la pregunta murió incluso antes de decirla.

Por supuesto, tiene sentido.

Intento llevar cartas, para que jugara con sus nuevos amigos (Personalmente prefiere llamarlos conocidos, pero Kou insiste en que son sus amigos)

Pero se las rechazaron.

Tardó un poco en darse cuenta que alguno de los pacientes podía tragarlas.

Pensó en libros, pero sabe que Kou no los leería.

Es frustrante no saber cómo ayudar.

Tsuchigomori sabe eso mejor que nadie.

Por supuesto, ha logrado que muchos salgan de ahí, el cual se supone es el objetivo final, que puedan vivir su vida con la mayor normalidad posible.

Pero no, algunos simplemente no pueden.

Hay muchos casos en ese lugar, muchos los cuales debe medicar.

Pero siempre hay psicólogos que se oponen en este lugar.

Pues, se vende asi, como un lugar para mejorar sin usar medicamentos.

Patrañas.

Es un lugar estatal, pero a final de cuentas, no recuerda haber visto a un solo político preocupado de la salud mental.

Es norma que no se usen medicamentos a menos que sea totalmente necesario.

Es decir, una crisis.

Algo que se podría evitar.

Sinceramente, Tsuchigomori odia este lugar, en que pareciera que está escrito quién puede salir y quien no.

Lo odia.

Y odia más que se ha acostumbrado tanto, que cree que todo está escrito.

Pasado, presente y futuro.

El quiere que Amane salga pronto por ejemplo.

Quiere que conozca la playa, que estudie astronomia (O que sea un sensei como alguna vez le mencionó)

Le gustaba esa idea, aunque fueran distintos tipos de sensei, le gustaba la idea de que alguno de sus niños pudiera ser su colega en el futuro.

Sobretodo porque recientemente se habló de poder permitirles a los niños dar una prueba cuando gustaran para poder aprobar su año académico.

Muchos allí eran grandes lectores, y confiaban que saldrían.

Tsuchigomori no quería que se atrasaran, sobretodo con todo el conocimiento que tenían.

Quería que vivieran su vida.

Siempre recuerda a la niña Shijima.

La terapia de dibujo funciono con su doble personalidad.

De alguna manera fue un punto medio entre las dos personalidades. Algo con lo que lograban convivir, algo que tenian en comun.

Y lograron llegar a un trato al respecto.

Los días pertenecían a la niña enfermiza.

Y las noches, los sueños, para aquella que nació queriendo protegerla. Creando un mundo desconocido.

Le dieron de alta, con sesiones de terapia para control.

Por desgracia, su cuerpo enfermizo no dio para mas el ultimo dia que estuvo interna.

La familia de la chica lloro.

Para velarla, pudieron ir algunos de los que la conocieron.

Yako quiso arrancarle la sonrisa de la cara a Tsukasa.

Tsuchigomori nunca los vio hablar, pero durante algunas sesiones, los nombres salieron aquí y por allá.

Estaba un poco preocupado al respecto.

Akane Aoi y Aoi Akane, eran un caso de codependencia extrema, al punto en que no podían vivir una vida normal.

El chico siendo el mas preocupante en este caso.

Yako no tenía dudas de que el seria capaz de matar por ella.

En realidad, los padres de ambos chicos no estaban seguros de si era necesario internarlos, o si solo era necesario a uno de ellos, o a ninguno.

Estaban algo perdidos al respecto.

Pero un amigo de ellos insistió en que no habría mal, si todo estaba en orden, saldrán pronto.

Y la verdad es que era cierto.

Tsuchigomori tenía que reconocer que era una obsesión la chica para el chico, y que sin duda necesitaba ayuda.

Pero no, ambos eran inteligentes y quieren mejorar.

Logro descubrir que eran amigos de la infancia, y que siempre estuvieron acosando a Aoi (Tal vez es por eso que el chico sintió la necesidad de protegerla y ella de estar siempre con el)

Ella era linda, y tuvo mala suerte con su entorno, parecía no estar consciente de que a pesar de todas las veces que rechazara a Akane, siempre lo estuvo observando, siempre estuvo lo más cerca posible de él, no parecía entender que no era normal rechazar al chico, pero a pesar de ello, siempre ir con él, y pedir favores imposibles o extraños.

"Vamos a convertirnos en estrellas" Dijo ella una vez

"Por supuesto" Akane incendio la casa intentando reducirlos a ambos a polvo.

Polvo eres y al polvo volverás.

Amane estaría de acuerdo, siguiendo la teoría de que los seres humanos tenían compuestos de polvo estelar.

Fue en ese momento que decidieron internarlos.

Y han mejorado bastante, sobretodo Aoi, a Akane aun le cuesta mantener la idea de dejar a Aoi sola por más de un instante, pero al menos ahora se cuestiona un poco si es algo que ella realmente necesita.

Aoi necesitaba dejar de vivir protegida de todo (O no sabría defenderse) necesitaba vivir (O seguiría intentando acabar consigo, y llevarse a Akane con ella) Necesitaba dejar de ser tratada solo como una cara bonita y sufrir un poco.

Al igual que las mariposas necesitan dolor al salir de su capullo para que la presión haga fluir su sangre y poder volar, Aoi necesitaba ser un poco más independiente.

Aún no lo comprenden del todo, pero lo entienden hasta cierto punto.

Yako estaba algo, solo un poco, orgullosa de ellos.

En su infancia no habría podido pensar en eso, solo de adolescente pudo superar a Misaki, gran parte del motivo por el cual es ahora enfermera.

Así que, Yako quiere creer que todos podrán salir de ahí.

Yashiro podrá entender que Mitsuba no es un fantasma.

Que todos esos colores, que esas voces, solo ella las puede ver.

Yako no se atrevería a afirmar que no son reales.

Que todos esos príncipes que afirma la vienen a visitar en las noches, es mejor que se queden en sus sueños.

Kou podrá avanzar en su proceso de duelo, es un chico fuerte pero profundamente lastimado.

Y la valentía no es un arma definitiva.

Amane podrá superar su pasado, podrá entender que él también tiene derecho a vivir.

Que es digno de ser humano.

De ser amado.

Yako confía en ello.

No importa cuanto tiempo pase.

Pero Tsuchigomori no está seguro sobre algunos otros pacientes.

Piensa que Tsukasa saldra de alli sin duda, cuando supere la edad para ese psiquiátrico y lo envíen a otro más especializado.

O cuando se escape, quien sabe.

Espera conseguir que deje sus tendencias violentas antes de que eso suceda.

Mientras tanto solo le queda alejarlo de sus posibles víctimas.

Especialmente Amane.

Aoi, que quería recuperar su independencia, se siente extraña sin Akane a su lado, descubrió que estaba tan acostumbrada a la atención, que en ese lugar, donde todos parecían vivir en su propio mundo, ella desencajaba.

En teoría era su mundo ideal, pero a la vez, aun no estaba acostumbrada a el, puede que sea por ello que aun no le daban el alta.

Y se sentía desesperada por compañía, protección.

Penso que seria reemplazar un clavo con otro clavo, pero Yoko le contestó que todos querían amigos, lo importante era mantener la singularidad.

Pero ella no sabía cómo conseguir un amigo, Akane siempre estuvo con ella, no necesito nada más.

Por eso se sintió aliviada cuando Yashiro se acercó a ella halagandola por su belleza.

¿Tiene permitido usar eso para socializar no?

Tsuchigomori le dijo que fuera ella nada más. Su apariencia es parte de ella.

Yashiro era una niña algo extraña, pero Aoi estaba bien con ello.

Pronto descubrió que a la chica le encantaban las historias de amor.

Y también las cosas paranormales.

Asi que Aoi se dedicó a investigar todo lo que pudo al respecto, tener cosas en comun deberia poder ayudarla a ser su amiga.

Tampoco era tonta, y sabia que si Yashiro estaba allí, era por algo, no tardó en notar que algo estaba mal ahi.

Y se aprovechó de ese hecho.

Su amiga divagaba mucho siempre sobre colores, voces y personas que no estaban allí.

Aoi siempre la escucho con atención.

Pronto pudo armarse en su cabeza una idea del mundo de Nene.

Era hermoso.

Ella sabe, lo sabe porque le gusta leer y no hay mucho más que se pueda hacer ahí dentro.

Nene era esquizofrénica, y una con suerte.

Hay veces en que las personas se dañan a si mismas producto de lo que ven.

Pero hay otras que ven cosas hermosas, mariposas, bondad y belleza que nadie jamas seria capaz de comprender.

Aoi no es psicóloga, no sabe de qué tipo es Yashiro, no sabe tampoco si es que tiene razón.

Pero al menos Nene no parece tener miedo de lo que ve, solo se ve asombrada, y feliz.

Aoi espera que sean sueños hermosos.

Así, es como, sus conversaciones usualmente empiezan de una manera bastante simple.

"Oye, ¿Escuchaste?"

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Holi, no me maten por iniciar otra historia xdcfghj también lo publico en AO3, es la unica cosa que he publicado allí, y fue pa que no me mataran zxdcfvgh pero ya que actualice una de las historias activas, espero que no me maten~ asi que es un bueno momento pa publicar esto (?