Capítulo 24

(Mousse)

—Maestro, ¿me salió bien?

—Te salió perfecto Kenta.

—¿En verdad? —me preguntó con una mirada de entusiasmo.

—En verdad, no podría estar más orgulloso de ti, pues en poco tiempo aprendiste a dominar la técnica de combate aéreo, que como bien sabes, es la especialidad de la escuela Saotome estilo libre.

—Gracias a usted maestro —me dijo haciéndome una reverencia.

No me podía sentir más orgulloso de lo que ya estaba, me agradaba mucho sentir esa sensación de dicha cuando alguno de mis alumnos alagaba mis clases.

—Bien, es todo por hoy, pueden irse, nos vemos el lunes.

—Sí, gracias maestro —dijeron al unísono los 15 chicos que estaban tomando la clase esa tarde.

Uno a uno empezó a salir mientras comentaban las nuevas técnicas aprendidas.

—¿Maestro?

—Dime Kenta —le dije girándome para verlo, ya que estaba guardando el material. Kenta tenía 14 años, era uno de mis alumnos preferidos, incluso de Ranma y Akane, aunque Kenta una vez me había dicho que yo era su maestro preferido, razón por la cual, él y yo éramos buenos amigos.

—Quisiera preguntarle algo.

—Claro, ¿algo sobre la clase?

—No, es... Es otra cosa —dijo sonrojándose.

—Sabes que puedes preguntarme lo que sea Kenta, recuerda que somos amigos.

—Sí —dijo con voz firme alzando su mirada hacia mí—. Quería pedirle un consejo sobre... Sobre cómo conquistar a una chica.

—Pues, la verdad no sé mucho sobre ese tema pero...

—Pero si usted tiene a la señorita Kiara.

—Kiara no es mi novia.

—Porque usted es muy lento —me dijo pero después se tapó la boca rápidamente—. Perdóneme maestro.

—Tranquilo, tienes razón, he sido un poco lento en ese aspecto. ¿Qué me recomiendas hacer?

—¿Por qué no la invita a cenar o algo así? ¿Qué tal un helado en el parque? O tal vez... ¿Escribirle una carta?

—Son excelentes ideas, ¿por qué no las usas tú?

—¿Yo?

—Claro, ese helado en el parque le encantará.

—¿Y si no acepta?

—¿Por qué no lo haría? Eres casi tan apuesto como yo —le dije sonriendo y él también sonrió—. Debes recordar que es muy importante el cómo se lo pidas, sé amable y cordial.

—Tiene razón, gracias maestro. Espero y usted pronto pueda invitar a la señorita Kiara un helado.

—Te prometo que lo haré en cuando tú lo hayas hecho.

—¿En verdad? Entonces lo haré mañana, nos vemos.

Se fue corriendo mientras sonreía, ese niño tenía total razón, ya me había tardado cuatro años en cumplir esa promesa que le hice de derrotarla, pero el tiempo se me había pasado tan rápido que no me había dado un espacio para mi vida personal. Las clases en el dojo abarcaban todo mi tiempo, me dedicaba en cuerpo y alma en mis alumnos, quería hacer de ellos, los mejores artistas marciales de Japón

—Mousse, ¿ya terminaste?

—Sí, Kasumi.

—Mi padre quiere hablar contigo.

—En seguida voy, gracias Kasumi —le dije con una reverencia, ella me sonrió y salió del dojo. La verdad se veía muy bien, el embarazo le estaba cayendo de maravilla.

Salí del dojo y me dirigí al pequeño salón que el señor Tendo utilizaba de oficina, cuando entré, ahí estaba el señor Saotome y el maestro Happosai.

—¿Quería hablar conmigo señor Tendo?

—Sí, pasa muchacho —me dijo sonriendo—. ¿Qué tal las clases?

—Muy bien, los chicos son excelentes alumnos, aprenden muy rápido.

—Qué alegría —exclamó el maestro Happosai.

—Mousse, recibimos una carta —me dijo con expresión seria el señor Tendo.

—¿Una carta?

—Sí, lamento informarte que, el maestro que te entrenó, falleció.

—¡Qué! ¿El maestro Naraku?

—Lamentamos ésta situación, pero antes de morir, tu maestro nos mandó un documento, en el cuál, estipula que te nombró como heredero único.

—¿Qué? —respondí totalmente asombrado.

—Te heredó un dojo —dijo el maestro.

—¿Un dojo?

—Ten, lee está carta —me dijo el señor Tendo tendiéndome un sobre blanco. Lo tomé con mis manos un poco temblorosas—. Te daremos un momento a solas.

Cuando todos salieron, apreté la carta en mi mano mientras una lágrima solitaria rodaba sobre uno de mis ojos. Mi maestro había fallecido, esa persona a la cuál le debía bastante, gracias a él no me había hundido en la depresión en la cual me encontraba cuando lo encontré. Me limpié con el dorso de mi mano y empecé a leer la carta.

"Querido Mousse:

Si estás leyendo esto, es porque he dejado éste mundo para ir a otro. No quiero que la noticia de mi muerte te deprima, sabes que no temía morir, es algo tan natural en nosotros, que simplemente la recibí como una vieja amiga.

Jamás te comenté que tenía un dojo, y creo que fue un poco egoísta de mi parte el no haberlo hecho, ya que tú me comentaste tu sueño de tener uno, pero quería que primero abrieras tu propio camino, que tú mismo lucharas por tus sueños y metas. Y ve que bien te fue, siendo uno de los mejores maestros en la enseñanza del estilo libre.

Estoy bastante orgulloso de ti, te admiro como persona, pues pudiste superar una de las pruebas más difíciles de la vida, un corazón herido por el desamor.

Estás en todo tu derecho de negarte a quedarte con mi dojo, sin embargo, espero con todo el corazón que lo aceptes, nada me haría más feliz que tú te quedaras a cargo de él, tienes un gran espíritu de guerrero y un corazón muy noble.

En caso de que aceptes, puedes ya tomar posesión de él, pero también puedes esperar el tiempo que quieras para aceptarlo.

Te cuidaré desde el cielo.

Tu maestro que te estima: Naraku".

Derramé unas cuantas lágrimas y apreté la carta contra mi pecho, había sido tan cruel al no a ver ido ni una vez a verlo, tan solo le escribía cartas cada cierto tiempo, ¿por qué no me dijo que estaba enfermo? Si me lo hubiera dicho lo hubiera ido a ver sin dudarlo.

¿Qué haría ahora? ¿En dónde estaba su dojo? No lo mencionó en su carta.

—¿Mousse? —me llamó el señor Tendo—. ¿Ya leíste la carta?

—Sí —dije limpiando mi rostro antes de girarme hacia él.

—¿Qué piensas hacer? Sé que es demasiado pronto para que me respondas pero, ¿piensas aceptar el dojo?

—Como usted dice, es muy pronto para que le dé una respuesta, sin embargo, no dude en que me haré cargo del dojo que, mi maestro, amablemente me dejó. Pero tampoco pienso irme y dejarle tirado el trabajo, estoy comprometido con mis alumnos y jamás los dejaré.

—Eso me tranquiliza —me dijo sonriendo.

—¿Usted sabe dónde está el dojo?

—Claro, está en Tokio.

—¿Tokio?

—Sí, el maestro Happosai dice que fue muy buen amigo de tu maestro, sin embargo nunca supo que fuiste su alumno, hasta que se volvieron a encontrar, pues el maestro reconoció algunas de sus técnicas cuando luchaste con él.

—Claro.

—Bien, era todo, puedes irte.

—Gracias —le dije con una leve inclinación.

Me salí para dirigirme al pequeño apartamento que estaba rentando, ya que se me había hecho muy grosero el seguir quedándome con el doctor ahora que era un hombre casado, además Ryoga vivía la mayor parte conmigo, aunque ahora se encontraba con Akari.

—¿Mousse?

—Ukyo, ¿qué tal?

—Qué alegría volver a verte.

—Igualmente, ¿qué haces aquí? Tenía entendido que estabas con tu padre.

—Sí, solo vine por lo del local que estuve ocupando, al fin lo he vendido.

—¿Entonces solo estás de paso?

—Sí, ¿Ranma está aquí?

—No, me parece que llegarán hoy.

—Me hubiera gustado mucho verlo, pero me tengo que ir ya.

—¡Mousse!

Ambos nos giramos para ver a la persona que gritaba mi nombre.

—¿Shampoo? —inquirí sorprendido.

—¡Qué alegría! —me dijo lanzándose a mis brazos.

—¿Qué haces aquí?

—Hola Ukyo.

—¿Shampoo?

—Sí, soy yo.

—Te ves diferente.

—¿Diferente?

—Ahora soy una de las mejores maestras de mi tribu.

—Me alegro por ti —le dijo Ukyo.

—Gracias —le dijo con una pequeña reverencia. Ukyo y yo nos volteamos a ver sorprendidos—. Mousse, vengo a proponerte un negocio.

—¿Negocio?

—Sí, quiero hacer un torneo para probar a mis alumnos, y quiero saber si el dojo Tendo Saotome está dispuesto a participar.

—¿En verdad?

—Sí, es algo que he estado planeando desde hace seis meses, y sí tú aceptas obtendré el permiso del consejo, ya que no creo que a mí me lo vayan a dar.

—Por mí encantado, pero eso tendrías que preguntárselo a Akane y a Ranma.

—Ellos no van a aceptar —dijo con voz triste—. Pero tú como su maestro puedes decidir.

—Pero el dojo no es mío.

—Qué lástima, entonces vine hasta acá en vano.

—Tal vez si acepten, ellos llegan hoy, así es que espéralos.

—De acuerdo.

—¿Por qué no los esperas también tú Ukyo?

—No sé.

—Anda, vamos a mi departamento, ahí pueden estar mientras esperan. Tal vez también veas a Ryoga.

—Entonces vamos —dijo Ukyo sonriendo.

Nos dirigimos a mi apartamento y ahí pasamos toda la tarde, platicamos de varias cosas, la verdad la actitud de Shampoo me sorprendió bastante, pero se veía mucho más centrada, madura, su mirada era de alguien decidida y feliz, amaba a sus alumnos, tanto que hasta estaba pensando en hacerles un torneo a ellos, lo cuál jamás había pasado en nuestra tribu. Ukyo estaba estudiando cocina en Osaka, era una de las mejores alumnas y estaba muy feliz viviendo con su padre. Platicamos de varias cosas, les conté sobre mis alumnos y mis clases, les conté que Kasumi se había casado con el doctor Tofú hace tres años y que ahora estaba felizmente embarazada, les dije que Nabiki seguía estudiando economía pero que éste año terminaba su carrera. También me preguntaron por Ryoga, por lo cual les dije que desde que volví él se había quedado a vivir conmigo, pero que casi siempre se iba a entrenar a las montañas. Por supuesto también les platiqué de Akane y Ranma, a Akane le faltaba un año por terminar su carrera y Ranma terminaba éste año, por lo que pronto se incorporaría por completo al dojo.

—¿Entonces qué harás cuando Ranma vuelva? ¿Seguirás dando clases en el dojo? —me preguntó Shampoo mientras le daba un sorbo a su té.

—No, tenía pensado abrir mi propio dojo, pero mi maestro Naraku, me heredó uno.

—¿En serio? Qué bien.

—Pues sí, supongo que sí —dije encogiéndome de hombros—. Aunque hubiera preferido mil veces que mi maestro siguiera en éste mundo a tener un dojo.

—Mousse, todo es parte de la vida, nada es eterno y estoy segura que tú maestro, donde quiera que esté, estará muy orgulloso de ti —me dijo Shampoo tomando mi mano.

—Haz cambiado bastante Shampoo, me alegro por ti —le dije apretando su mano y ella me respondió con una sonrisa.

La tarde se nos pasó demasiado rápido, estuvimos hablando de tantas cosas que cuando nos dimos cuenta ya estaba oscureciendo. Abrieron la puerta y por ella apareció Ryoga con una gran mochila.

—Tardé media hora en encontrar el camino, vengo muerto, Akari no me dejaba venir pero...

Dejó de hablar en cuanto se percató de las chicas.

—¡Ryoga! —le dijo Ukyo lanzándose a sus brazos—. Te extrañé tanto.

—Que alegría verte Ukyo —le dijo respondiendo a su abrazo.

—Hola Ryoga.

—¿Shampoo?

—Yo también me alegro de verte.

Tocaron la puerta y fui a abrir, cuando abrí el rostro sonriente de Akane apareció tras la puerta, su cabello lo tenía igual de corto que siempre, su cuerpo esbelto dejaba ver el duro entrenamiento que hacía. Me sonrió con una sonrisa cálida, se lanzó a mis brazos y yo hundi mi rostro en su cuello para aspirar su agradable aroma, no había día que no la extrañara, era mi mejor amiga.

—Qué alegría tenerte de vuelta Akane.

—Te extrañé.

Le sonreí y la solté para ver a Ranma, el cuál estaba tras ella y me sonreía, con el tiempo habíamos aprendido a ser buenos amigos.

—¿Qué tal Saotome?

—¿Qué tal maestro Mousse? —me dijo sonriendo mientras estrechaba mi mano.

—Tenemos visita —dije apartándome de la puerta para que Shampoo, Ukyo y Ryoga los pudieran ver. Shampoo se adelantó antes que todos y les hizo una reverencia.

—Les pido por favor que me perdonen, estoy muy arrepentida por todo lo que pasó, si pudiera regresar el tiempo atrás, créanme que cambiaría varias cosas, así es que por favor, acepten mis disculpas.

—Shampoo, si tus disculpas son sinceras, las acepto —dijo Akane y Ranma se giró a verme.

—¿En verdad cambió?

—Estoy tan sorprendido como tú, sin embargo yo creo en sus palabras, Kiara me había dicho que cambió bastante, no la había visto hasta hoy, pero yo le creo —le dije volteando a verla, por lo que ella me sonrió.

—El consejo me puso un castigo el cual lo considero más como una recompensa que no merezco, y es por eso que ahora me encuentro aquí, vengo a proponerles una oferta.

—¿Qué tipo de oferta? —preguntó Ranma.

—Dejemos eso para después —dijo Ukyo parándose frente a Ranma—. Qué bueno verte —dijo abrazándolo.

—Ucchan, qué gusto verte.

—Prometiste ir a verme y no lo cumpliste, pero te perdono si prometes invitarme un helado... Como tu amiga claro —le dijo girándose hacia a Akane—. Hola Akane, me da gusto verte.

—Igualmente Ukyo.

—Hola —dijo Ryoga tras de Shampoo saludando con su mano.

—Ryoga —le dijo Ranma avanzando hacia él para palmearle la espalda—. Sí que te ves más fuerte.

—Claro, el entrenamiento está dando sus frutos —le dijo mostrándole sus bíceps.

—Ryoga, me da gusto verte —le dijo Akane con una tierna sonrisa.

—Akane, te ves muy linda. Qué alegría verte.

—Gracias Ryoga —respondió sonrojándose y Ranma hizo una discreta mueca.

—¿Qué les parece si cenamos algo? —dije.

—Sí, ¿qué tal si vamos al Neko Hanten? —dijo Ryoga pero se tapó la boca volteando a ver a Shampoo.

—¿Neko Hanten? ¿No le cambiaste el nombre? —me preguntó Shampoo.

—Pues no —dije encojiéndome de hombros—. Me agradó el nombre siempre.

—Gracias Mousse, pero, ¿sí podemos ir? Anda, quiero verlo —me dijo con una sonrisa.

—De acuerdo.

Todos nos fuimos rumbo al Neko Hanten, ese restaurante el cual mi madre me había dado para administrar, ya que el dinero que salía de ahí, mi madre lo utilizaba para la tribu de mi comunidad, ayudando a los más pobres. Casi no solía ir, solo cuando a Ryoga se le antojaban panes al vapor o una sopa de fideos, también iba cuando tenía que supervisar algo. Kiara me ayudaba en algunas ocasiones, incluso había metido recetas de ella.

Cuando llegamos, Mei y Wen, que eran las encargadas del restaurante, estaban terminando de limpiar para empezar a abrir.

—Señor Mousse —me dijo Mei haciéndome una reverencia en cuanto me vio—. ¿Qué lo trae por aquí?

—He traído a unos amigos a cenar.

—Claro, será un placer atenderlos.

Nos adentramos al restaurante, Shampoo analizó todo el lugar con la mirada, suspiró y se giró hacia mí sonriendo.

—Todo está igual que siempre.

—Me gusta así.

Ella asintió y nos sentamos en una larga mesa, pedí diferentes tipos de platos y empezamos a comer todos juntos mientras platicábamos animadamente. Fue un rato muy agradable, me la pasé genial en la compañía de todos, pues todo fue risas al recordar nuestras aventuras pasadas, definitivamente estaba siendo una velada muy agradable.

—¿Un torneo entre tus alumnos y los del dojo? —preguntó Ranma cuando habíamos terminado de cenar.

—Sí, es algo que beneficiaría a mis alumnos, además podríamos hacer a tu dojo mucho más reconocido.

—Pues me parece una idea genial —dijo Akane mientras recargaba su cabeza en el hombro de Ranma. Se me hizo un poco extraño ver eso, a los demás supongo que también, pues ellos eran de los que se la pasaban peleando todo el tiempo, pero lo que se me hizo más raro fue que Shampoo y Ukyo no dijeran nada.

—Sí ustedes aceptan, estoy seguro que el consejo aceptará, ya que contaría con el apoyo de Mousse —dijo Shampoo.

—Pues aceptamos —dijo Ranma sonriendo—. Será increíble participar en un torneo.

—Entonces tengo mucho trabajo por hacer, tengo que organizar todo, incluso podría pedirle ayuda a Kuno —dijo pensativamente Shampoo.

—¿A Kuno? —preguntó Akane.

—Sí, tengo entendido que él tiene un gran dojo, tal vez podría asociarme con él.

—Entonces es un trato —dijo Ranma parándose.

—Claro, estaré en continuo contacto con ustedes, por cualquier cosa me comunico con Mousse.

Todos nos paramos, pues Akane y Ranma se tenían que ir.

—Nos vemos entonces —dijo Akane estrechando la mano de Shampoo—. Adiós Ukyo.

—Te prometo que trataré de ir a visitarte —le dijo Ranma a Ukyo.

—Nos veremos otro día, tal vez algún día de éstos vaya al dojo —le dijo Ryoga a Akane. Ella sonrió y asintió.

Cuando se fueron, nosotros nos dirigimos al apartamento y cuando llegamos, mandamos a Ukyo y a Shampoo a dormir a mi cuarto, el cuál tenía una amplia cama, por lo que Ryoga y yo dormimos en el cuarto que él ocupaba, tan solo tenía una cama individual, así es que elegí dormir en el futón, ya que Ryoga venía de entrenar. Después de discutir con Ryoga sobre el futón, al fin me encontraba acostado.

Habían pasado muchas cosas en todo éste tiempo, ahora solo me restaba esperar nuevamente al destino, no sé qué es lo que podría pasar, pero fuera lo que fuera yo lo recibiría con una gran sonrisa.

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Habían pasado tres años desde aquella velada tan extraña cuando nos reunimos todos. Tres años nos tardamos en organizar todo para el torneo, no me imaginé que tardaríamos tanto en hacerlo, pero fueron muchos papeleos y vueltas que pensé que jamás lo lograríamos. Nabiki y Kuno fueron de mucha ayuda, creo que la mayor parte del trabajo lo habían hecho ellos dos.

Pero lo que importaba, es que ahora nos encontrábamos en un enorme dojo, el cuál, perteneció a mi gran maestro. Había sido idea de Kiara que lo utilizáramos, y a mí me pareció una estupenda idea.

—¿Listo? —me preguntó Akane.

—Listo para aplastar a mi tribu amazona —le dije y ella sonrió. Se acercó a mí y me tomó la mano para darme un suave apretón.

—¿Y usted está lista señora Saotome? —le pregunté acariciando su anillo. Así es, mi amiga se casó dos años atrás.

—Más que lista, espero que Kiara pueda llegar a tiempo.

—Llegará, tiene que estar aquí como representante del consejo.

—¿Solo por eso? —me preguntó alzando una ceja.

—Eso y porque tiene que venir a apoyar a su novio.

—Qué raro será estar en su situación, ¿te imaginas? Su primer torneo en contra de su propia pareja —me dijo escandalizada y yo lancé una carcajada.

—No lo ve exactamente así, y yo tampoco, deja de escuchar a Ranma.

—Ya lo sé —me dijo sacándome la lengua.

—Sabes Akane.

—¿Qué?

—Creo que hoy será un gran día.

—¿Por qué lo dices?

—Ya lo verás —le dije con un guiño.

—¡Maestro!

—¿Qué pasa Kenta?

—La señorita Kiara ya llegó. Maestra Akane —le dijo haciéndole una reverencia.

—Kenta, ¿estás listo? —le preguntó Akane.

—Nací listo —respondió haciendo una pose de victoria.

—A veces me recuerdas a Ranma —dijo Akane sonriendo.

—Yo pienso lo mismo, solo que Kenta es más inteligente. Gracias a ese consejo del helado, Kiara es mi novia.

—¿Así que fue gracias a ti Kenta?

—Bueno, yo solo le di algunos consejos de amor, ya sabe —dijo sonriendo mientras se encogía de hombros.

—Mejor ve a prepararte.

—Sí maestro —me dijo con una reverencia y se fue sonriendo.

—Kenta es mi más grande orgullo —dije sonriendo.

—Es muy bueno, aprende todo con mucha facilidad, pero también es gracias al maestro que le tocó.

—Por supuesto se refieren a mí, ¿verdad? —dijo Ranma apareciendo.

—Ya quisieras Saotome.

—La tribu amazona ha llegado, supongo que tenemos que recibirlas.

—Supones bien genio —le dije con burla mientras me encaminaba hacia donde estaban nuestros invitados.

—¡Mousse! ¡Hijo!

—¡Madre! —le dije recibiendo su abrazo.

—Fue un viaje largo, estoy agotada.

—Pasen, falta una hora para que inicie el torneo. Pueden descansar un rato, todo está listo.

—Está bien.

—Hola —dijo Akane apareciendo junto con Ranma—. Es un placer conocerla al fin.

—Tú eres Akane, ¿cierto?

—Akane Tendo, mucho gusto.

—Ranma Saotome —dijo Ranma presentándose haciendo una reverencia.

—Es un placer conocerlos al fin, mi hijo y Kiara me han hablado mucho de ustedes.

—Espero que cosas buenas —dijo Akane.

—De ti siempre, pero no puedo decir lo mismo del joven Saotome —dijo girándose hacia él, que al ver su mirada de desconcierto se echó a reír fuertemente—. Es mentira muchacho, me ha hablado muy bien de los dos. Pero ahora sí me permiten, iré un momento a descansar.

—Claro, la acompañamos —dijo Akane tomando de la mano a Ranma.

—Bienvenida también a ti Kiara —dijo Akane, y Kiara asintió.

Se fueron y me giré para ver a Kiara, que me estaba sonriendo con una dulce mirada.

—Te extrañé tanto —le dije tomando su mano para darle un suave beso, después la agarré de su cintura y la besé apasionadamente.

—¿Está todo listo? —me preguntó acariciando mi mejilla.

—Sí, las personas llegarán pronto. ¿Y Shampoo?

—Se fue directamente con los chicos a los vestidores.

—Perfecto, ven —le dije agarrándola de su mano para dirigirnos dentro de nuestro vestidor. Todos mis alumnos estaban platicando, pero cuando escucharon que se abrió la puerta guardaron silencio y se levantaron haciendo una reverencia.

—Hola chicos —dijo Kiara sonriendo.

—Hola señorita Kiara —respondieron al unísono.

—¿Están listos para el torneo?

—Súper listos, les patearemos el trasero a esos chinos.

—¡Kenta!

—Perdón maestro Mousse, discúlpeme señorita Kiara.

—No te preocupes, pero no se lo tomen tan personal, recuerden que es, para que tanto su escuela, como la mía, fortalezcan lazos de amistad. Y también para que ustedes puedan probar todo lo que han avanzado en éste tiempo.

—Sí señorita —exclamaron todos.

—Sabía que tú les dirías las palabras adecuadas para hacerles bajar un poco su energía —le dije tomando su mano.

—Pero tú también podrías hacerlo.

—Nada como una hermosa mujer para que se los diga —le dije sonriendo—. Kenta, quedas a cargo, en un rato regreso.

—Sí maestro.

—Nos vemos en los combate chicos, y recuerden, las artes marciales es una disciplina que se debe tomar en serio.

—Sí señorita.

Salimos del vestidor y fuimos a dar una vuelta por los alrededores mientras esperábamos la hora para dar inicio al torneo.

Caminamos bajo las flores de cerezo, me sentía tan feliz y tan completo en compañía de Kiara, sin duda ella era la mujer con la que quería pasar toda mi vida.

—¿En qué piensas? —le pregunté al notar que observaba el cielo.

—Recordaba el día en que me pediste ser tu novia —respondió con una sonrisa.

—¿Esperabas que lo hiciera?

—La verdad no, aunque sabía que teníamos una conexión especial.

—Lo del helado fue idea de Kenta.

—Sí, lo sé.

—¿Lo sabías?

—Sí, Kenta me dijo que si algún día me invitabas un helado, es porque me preguntarías algo especial, que el helado le había funcionado con su novia.

—Kenta —dije lanzando un suspiro.

Estuvimos un rato abrazados, nos besábamos de vez en vez, pero sabíamos que ese no era el lugar adecuado para dejarnos llevar por la pasión que sentíamos.

Después de un rato nos metimos, pues teníamos que preparar a nuestros alumnos, los cuáles estaban impacientes y nerviosos, ya que era su primer torneo.

Asistieron muchas personas, el dojo casi se llenó en su totalidad, todo salió de maravilla, cada alumno de las dos escuelas demostraron sus distintas habilidades, Shampoo era una muy buena maestra, ya que sus alumnos tenían total control de las técnicas, sin embargo, Kenta hizo lucir a la escuela de combate libre, ya que hizo varias técnicas, incluso mostró algunas de mis técnicas especiales. Se podría decir que ambas escuelas quedaron empate, aunque en el combate final, Kenta pudo derribar a su oponente utilizando el truco de las castañas calientes.

Como combate final, Ranma y yo hicimos una pequeña demostración con un duelo amistoso, el cuál quedó empatado. Después Kiara y Shampoo hicieron su demostración, quedando también empatado, ya que las dos eran demasiado buenas.

Finalmente, Akane nos deleitó con una demostración de sus técnicas especiales, la cuál era tan extraordinaria que todo el mundo empezó a aplaudir, todo había sido un éxito. Antes de que Akane o Ranma se levantaran para dar las gracias, corrí al centro del duelo y me paré en medio, alcé mi mano pidiendo silencio y cuando todos lo hicieron, me giré hacia donde estaba Kiara, me erguí cual alto era, clavé mi mirada en ella y en voz alta y clara le dije.

—Kiara, te reto.

Todo el mundo se quedó perplejo, Kiara sonrió y asintió, se levantó y de un salto se posicionó frente a mí.

—Te tardaste mucho para hacerlo.

Sonreí y bajé una rodilla al suelo, todo el mundo quedó en silencio, algunos gritaron emocionados, mis alumnos, Ranma y Akane se quedaron con la boca abierta.

—Kiara, sería el hombre más afortunado del mundo si aceptaras ser mi compañera, ser mi amiga y mi apoyo en la vida, sería para mí un honor que aceptaras ser mi esposa.

—Sería demasiado tonta si no aceptara, claro que sí, ¡sí acepto! —dijo lanzándose a mis brazos mientras escuchábamos los aplausos de toda la gente que estaba ahí reunida.

Todos se acercaron a nosotros para felicitarnos, mi madre tenía los ojos empañados y me sonrió con ternura y felicidad, ahora todo sería perfecto, estaría con la mujer que amo, junto a unos grandiosos amigos. Supongo que no será necesario decirles lo que el futuro me deparará, así es que sin más, les agradezco el a ver leído mi historia, una historia que comenzó con sed de venganza, pero la cual terminó con el triunfo y la victoria de la amistad y del amor. Les prometo que seré inmensamente feliz en compañía de Kiara, dirigiendo mi propio dojo, ese dojo que cuidaré con total entrega y lealtad, ya que de no a ver sido por mi gran maestro, me hubiera hundido en la desesperación y la tristeza y también, porque gracias a él, pude ayudar a varias personas en el recorrido de mi camino, pues el doctor Tofú y Kasumi estaban felizmente casados, Ryoga pronto le propondría matrimonio a Akari y principalmente, Akane, que estaba recibiendo la vida que merecía, un destino que estuvo mucho tiempo estancado debido al orgullo y a la inseguridad, pero ahora nacería un pequeño, el cual querría con todo mi corazón... Prepárate Akane Tendo, porque lo que tú más vas a querer, es lo que yo más voy a cuidar.

FIN.


NOTAS DE LA AUTORA:

Me paro frente a ustedes y les hago una reverencia en señal de agradecimiento por a ver leído mi historia.

Miles y millones de gracias, en verdad estoy muy feliz por terminar ésta historia, espero y les haya gustado, en verdad que traté de hacerlo lo mejor que pude.

Agradecimiento y saludo especial para:

–paulayjoaqui.

–LilyTendo89.

–Andy-Saotome-Tendo.

–Benani0125.

–Ranma84.

–A.R Tendo.

–AbiTaisho.

–Afrika.

–Bonchi.

–livamesauribe.

–Btaisho.

–Iliana fajardo.

–Rutys.

–Caro Larrosah.

–azzulaprincess.

–Jose.

–Grace.

–Lu.

–Kaysachan.

–amira-azul.

–vanesa112.

–Hikari.

–James Birdsong.

–Sol.

–Iselaglezcam.

–E.A Saint Mary.

–akane forever.

–Kijba.

–DULCECITO311.

A todos ustedes, mil gracias por sus comentarios, mil gracias por su tiempo dedicado en leer mi historia, discúlpenme por no responder como se debe, pero me he prometido firmemente que en mi próxima historia, responderé todos y cada uno de sus comentarios, pues ustedes son lo más importante para mí.

Gracias a ti que leíste mi historia en silencio.

Y sí, Mousse al final se refería al pequeño hijo que Akane espera, el cual querrá y cuidará con todo su ser, ya que él ve a Akane como a una hermana muy querida.

Por ahora no sé cuando volveré a subir una nueva historia, tengo algunas cosas pendientes por ahí, pero espero leerlos muy pronto.

Por lo pronto les recomiendo leer mis otras historias que son:

–¿Ángel?

–El templo sagrado.

–Filtro de amor.

Por si todavía no las han leído, todas están completas así es que no sufrirán por actualizaciones.

Para los que quieran, me pueden seguir en Instagram como: lzgar22.

Ahí me pueden escribir preguntándome lo que quieran, me será más fácil responderles.

Y nuevamente muchas gracias... Nos leemos pronto.

Sin nada más que agregar me despido.

Desde muy muy lejano, LUZ.