¿Qué pasará cuando los héroes crezcan y ya no sean tan adultos? ¿Qué harán cuando sepan que aun se quieren?

Adrien y Marinette pasaran por muchos problemas antes de la felicidad de ambos, ¿podrán soportarlo aun siendo adultos?

Actualizo los miércoles y sábados.

Capítulo 3

—Bueno chicos, espero que tengáis todo preparado.— siguió hablando la rubia con su coleta alta y lisa.

Chloe se iría junto Alya y Nino, por otra parte estarían Luka, Adrien y Marinette.

—¿Kagami no viene al final?— preguntó Alya, mientras abrazaba a su novio.

Adrien la miro serio, y simplemente negó. Había pasado una semana. Una maldita semana alejado de Marinette.

Kagami se iba a Japón y su padre le obligaba a irse con ella. Llevaba una semana de mierda y no tenia con quien hablar.

Marinette lo miró.

Sabia que algo iba mal, pero no tenía ganas de hablar con él después de lo que había pasado hace una semana.

—Bueno, lo pasaremos bien igual.— siguió hablando Chloe con una gran sonrisa y entro al coche de Nino.

Alya y Nino entraron después de la rubia, esperando a que los demás entraran en sus coches.

Adrien se sentó en el asiento trasero, Luka de piloto y Marinette de copiloto. Se notaba la tensión entre la pelinegra y el rubio a kilómetros, incluso Luka sabía que algo pasaba entre ellos, pero no quería meterse. No quería arriesgarse a meter la pata y acabar en una pelea con Marinette.

—Bueno, Adrien, ¿por qué Kagami no pudo venir?— preguntó Luka, mirando de reojo rápidamente a Adrien por el retrovisor.

Adrien se tensó y tragó saliva rápidamente.

No era el momento perfecto para decir que se iría, y menos cuando estaba peleado con Marinette.

—Se quedo haciendo las maletas.— contestó el rubio, tan tenso y pensativo que Marinette pudo notarlo.

Ella se giró y lo miro, en cambio el solo miraba el paisaje por su ventanilla.

—¿Y eso? ¿Os vais de viaje?— volvió a preguntar Luka, con cierta confusión, y esta vez miraba a su novia de reojo. Necesitaba ver la expresión de ella, no quería estropear la buena relación que mantenían ahora.

Adrien pensó. Sabía que lo mejor era no decirle nada, y pensarían que volvería, cosa que el no tenia pensado hacer.

Miro a Marinette, quien miraba por la ventanilla concentrada, pareciendo que no escuchaba nada a su alrededor.

—Mhm, si. Quiere ver a su familia y que me conozcan.— respondió y tragó saliva. No le gustaba mentir, pero era necesario hacerlo en ese momento.

Luka asintió relajado.

Marinette había escuchado toda la conversación y sabía que Adrien mentía, pero decidió encargarse de ello cuando parasen en un par de horas.

Se había distanciado de él, pero eso no significaba que no lo conociera.

Hora de desayunar. Habían salido bastante temprano, y no habían desayunado nada, así que hicieron una parada en uno de los pequeños servicios en medio de la nada.

Todos bajaron de sus respectivos coches, Luka se acerco a Marinette para abrazarla, pero ella se acercó a su oído y susurró algo.

Adrien los miraba, sabiendo la suerte que tenía Luka de tenerla, y Marinette de tenerlo a él.

Luka asintió ante el susurro de Marinette.

Cuando ella se separó, el rubio apartó la mirada, disimulando.

Ella simplemente se acercó y alzó la cabeza para mirarlo.

—Tenemos que hablar.— dijo la peliazul y acto seguido camino hacia un lugar más alejado, tras la estación de servicio.

Adrien la siguió, tenía miedo de lo que deberían hablar según ella, pero quería estar con Marinette, necesitaba estar con ella.

Al llegar donde ella quería, se apoyo en la pared, dejando al rubio frente a ella.

—No vas de viaje a Japón.— hablo ella, seria y dispuesta . Dispuesta a sacarle la verdad a su amigo.

Adrien frunció el ceño, aparte de modelo podía ser actor, y actuaba de maravilla.

—¿De qué estás hablando? Claro que me voy a Japón de vacaciones.— respondió, ladeando sus labios en una media sonrisa.

Marinette se derritió antes ese acto, pero decidió mantenerse como estaba. Iba a pasar una semana de vacaciones con Luka.

Y Adrien.

Los ojos de Adrien brillaban.

Nada mas de pensar que se iría a vivir a otro país, incluso a otro continente sin Marinette, sin la chica que había estado a su lado durante años.

¿Y qué si aparecía otro akuma y ella necesitaba su ayuda?

O tal vez él necesitaba la ayuda de ella.

Marinette lo miro ladeando su cabeza, sabiendo que seguía mintiendo.

Adrien sonrió con ternura, recordando como lo hacia siempre cuando intentaba convencerle de algo.

—¿Por qué no me dices la verdad?— susurró Marinette con la voz temblorosa. Tenía miedo de que le dijera otra cosa que ella no quería escuchar.

El rubio suspiró rendido y bajó la cabeza, mirando sus pies pensativo.

—Kagami y yo nos vamos a vivir a Japón.

La voz le temblaba y estaba seguro de que se rompería y la abrazaría en cualquier momento.

Ya eran unos adultos, maduros y que sabían que hacer en todo momento.

O al menos eso pensaban.

Marinette sin embargo no tuvo tiempo para esconder su corazón roto.

Las lágrimas salieron rápidamente de sus ojos, ella no quería sentirse vulnerable ante él, pero era prácticamente imposible.

Ella se sentía vacía a pesar de tener a Luka a su lado, un chico genial que intentaba hacerla feliz antes que a él mismo.

Pero Adrien, él era el chico del que había estado enamorada durante años, sabiendo que aún sentía algo por él.

El rubio miraba su amiga con una mueca entristecida y sus ojos cristalizados. No pudo aguantarlo y la abrazó.

Gracias a la gran diferencia de altura, Marinette posó su cabeza en el hueco entre su cuello y el hombro y lo abrazó lo más fuerte que podía.

Adrien simplemente la abrazó intentando tranquilizarla, sabiendo que él también la echaría de menos, tanto como ella a él.

Ambos recordarían perfectamente ese momento.

FLASHBACK

Cinco años antes.

—¡CUIDADO, LADYBUG!— gritó Chat al ver que el akuma iba a golpear a su lady.

El akuma golpeó el cuerpo de la heroína haciéndola chocar contra la pared de un edificio.

Chatnoir se acercó rápidamente a ella, cogiéndola entre sus brazos. Sus ojos azules estaban cerrados, pero aún respiraba.

—Estoy bien, vamos.— añadió Ladybug intentando levantarse, pero soltó un gruñido. A pesar de su traje mágico, sus costillas estaban dañadas y le costaba respirar.

El gato negó.

—Podrías hacerte mas daño. Es mejor que me lo dejes a mi.

Ella negó decidida y el gruño, sabiendo lo terca que podía llegar a ser su lady.

—My lady, por favor.— susurró.

Ella lo miró. Sabiendo que no se rendiría y que seguiría insistiendo hasta que ella aceptara.

—No podrás hacerlo sin el Lucky Charm.— murmuró con dolor y tragó saliva levantándose con cuidado y apoyándose en el edificio.

—¡LUCKY CHarm...!—gritó, pero la voz le quebró por el dolor.

Chat estaba preocupado por ella, rara vez acababan heridos, pero cuando lo hacían se preocupaban bastante.

El lucky charm cayó en las manos de Chat.

¿Un paraguas?

—¿Que se supone que debo hacer con esto, my lady?— preguntó agobiado, ese era el trabajo de la chica con el traje de lunares.

Era demasiado difícil para él.

—Chat, puedes hacerlo. Y lo sabes.— susurró ella poniendo una mano en su hombro.

El no contestó, simplemente asintió con algo de miedo y la miró.

—Quédate aquí, bichito. Voy a salvarte a ti y a Paris.

El gato negro extendió su bastón y salto por los edificios para ir tras el akuma.

Ladybug sonrió mirándolo tiernamente. Tres años a su lado, y aún no le decía lo confusa que estaba por sus sentimientos hacia él y hacia el modelo, Adrien Agreste.

...

Tras purificar el akuma, Ladybug se mejoró del todo y le dio las gracias a su compañero de batalla.

Aun le quedaban unos minutos y decidieron ir a la Torre Eiffel. Era de madrugada y, a pesar del clima frío, la vista era increíble.

Chat se sentó en la baranda apoyando un brazo en su rodilla, tal y como siempre hacía. A su lado, Ladybug miraba la ciudad con sus brazos cruzados sobre la fría baranda de metal.

Ella tragó saliva, pensando antes de hablar.

—Gracias por todo, Chat.— susurró, mirando fijamente las luces de la ciudad del amor.

Chat la miró, confuso por lo que acababa de decir. Pero no quería pregunta el porque, solo quería estar con ella.

—Yo...— siguió hablando y soltó suspiro.— Deseo quererte como tu me quieres a mi, pero...

Chat hizo que se callara, que no siguiera hablando. La abrazó y acarició su cabello suelto y lacio.

Ella le siguió el abrazo y soltó un sollozo.

—No te obligues a amarme, Ladybug.— susurró en su oido y la piel de la heroína se erizo.

Ambos se quedaron minutos en ese abrazo, como si nada más le importaba. Un abrazo que los dos necesitaban.

Demostrando su amor día tras día.

FIN DE FLASHBACK

Horas más tarde llegaron a la gran cabaña de los padres de Chloe, a las afueras de París. Había habitaciones de sobra y decidieron dormir separados chicos y chicas.

—¡Todos a cambiarse, nos vamos al lago!—gritó Chloe emocionada mientras subía con rapidez las escaleras.

Los chicos hicieron lo mismo, sin embargo, Marinette y Alya se quedaron mirando expectantes toda la casa. Según Chloe era una pequeña casita, pero eso de pequeña no tenía nada.

Ambas se sonrieron y subieron detrás de Chloe.

Se lo pasarían increíble, y todos necesitaban un descanso.

Hola! Hoy actualicé antes ya que el sábado no podré hacerlo...

Igual, habrá muchos flashbacks que son importantes, así que muy atentos.

¡Disfruten su día!