TOC

Los personajes de Ranma ½ son propiedad de Rumiko. Yo solo los tomo prestado para realizar esta historia. También tomare prestados personajes de otros animes a futuro.


CAPITULO UNO: Rutina

El sonido del claxon de los automóviles hizo eco a su alrededor, odiaba la hora pico del tránsito; era una completa locura. Aunque podría salir con tiempo y evitar fácilmente la situación, siempre terminaba igual.

Una melodía inundo el interior del vehículo, haciendo que su ceño se frunciera sin siquiera dignarse a mirar la pantalla, una sola persona podría llamarlo a esas horas, maldiciendo ante su descuido por olvidar activar el modo silencio del dispositivo. Apretó con ambas manos el volante, su día había empezado mal.

Después de estacionar en el subsuelo del edificio, comprobó que el hombre de mantenimiento ya estaba allí; el cual se realiza haciendo limpieza al ascensor.

— ¡Buenos días, licenciado Saotome! — saludó el hombre, que una simple vista demostraba que los años ya habían hecho su cometido, reflejándose a simple vista gracias al blanco de su cabello.

El joven solo asintió con la cabeza, ese hombre mayor era uno de los pocos empleados con los cuales podría decir algún tipo de trato. Al ingresar al cubículo un aroma sl que estaba acostumbrado lo recibido tranquilizándolo de inmediato. Mioga sabía muy bien cumplir con su tarea.

Sin darle un tiempo a nada con sus dedos arrugados, apretó el botón del piso correspondiente, agradeció el gesto con una sonrisa. Al cerrarse las compuertas cerró los ojos, mentalizándose en como encararía la jornada. Sin preocuparse de que alguien subiera y lo viera en esas condiciones, ya que él era la tecnología que utilizaba ese medio.

Con un suspiró, inhaló con fuerza al llegar al final del trayecto, camino un corto trayecto deteniendo el golpe al llegar al final del pasillo del primer piso. Desde allí podríamos observar el escritorio de la encargada del sector. Su ceño se arrugó al ver como estaba decorado, demasiado colorido y exótico para su gusto.

La figura femenina, tarareaba una melodía. Normalmente era algo que no le importaía, una mueca de asco curvo en sus labios varoniles al ver como mascaba un chicle con la boca abierta, a la vez que se limaba las uñas ¡era multifacética!

Observó su reloj, sino se apuraba terminaría llegando tarde ¿Dónde se encuentraba su distracción? Un estruendo seguido de un grito agudo, fue la señal que necesitó. Sin dudarlo acelero el paso sin prestarle mucha atención a lo que sucedió, no había necesidad. Escuchar los quejidos masculinos, era algo a lo que estaba acostumbrado.

Ya en la seguridad de su despacho, exhalo con fuerza, dentro de esas cuatro paredes por fin podría respirar un poco de paz. Dejo que el perfume lo envolviera, contento contempló el interior que todo estaba en completo orden, no por nada se encargaba diariamente de hacerlo el mismo.

A comenzar el día— pensó con pesadez al acomodarse en su escritorio.

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Las pulsaciones en su cabeza aumentan a cada segundo que transcurría, tentado de estrellarse contra el escritorio o en su defecto sufrír de una sordera repentina. Sus dedos se deslizan con fuerza sobre las teclas del computador, tratando vanamente,de cubrir el molesto sonido que resonaba desde hace media hora atrás; además ayudaba a repeler los impulsos que tenía de apretar con fuerza el cuello de la persona que tenía enfrente. Un sollozo hizo que su cuerpo se estremeciera de molestia.

—Me dejo por una mujer más joven. — aseguró con un tono que denotaba amargura.— ¡Nosotros estamos destinados! —Gritó con lágrimas.

El solo rodo sus iris azules fastidiado, podría echarla de su oficina en un santiamén, por ingresar sin siquiera llamar. Su rostro bañado de lágrimas, la angustia que se reflejaba en sus ojos y sus facciones suplicando ayuda, fue lo único que lo detuvo.

Odiaba ser débil ante estas situaciones, creyendo que solicitaría sus servicios no le cuestiono absolutamente nada. Toda compresión se fue al diablo cuando comenzó a hablar sobre su ex pareja, la cual la había dejado cambiándola por otra.

— Estoy seguro que cuando está con ella, se acuerda a mí— aseguró con firmeza, su mirada estaba perdida en la imagen de un paisaje retractado en un cuadro ubicado en sus espaldas. — Todos dicen, que es una copia barata de mi persona.—empezó a reír como desquisiada.

Su dedo índice derecho se deslizó con cuidado hasta un botón, que estaba ubicado debajo del escritorio. Rogando que su destinatario estuviera atento y viniera rápidamente. No estaba dispuesto a perder ningún minuto más; su tiempo era valioso.

—¿Cree que si la mato, la vaya a extrañar?— una sonrisa enigmatica resplandecía en sus delicados labios.

Que me lleve el diablo .. . —Pensó desesperado presionando nuevamente el botón.

—Lo mejor sería cortarle los frenos del automóvil, así no sabrían que fui la culpable. — meditó pensativamente. — ¿Qué le parece?

Maldiciendo internamente, cerró sus parpados tratando de elegir las palabras correctas. Así le brindaría algunos minutos más de plazo en lo que laayuda se dignara a hacer acto de presencia.

—Señorita Tama, eso no es una buena idea. —comenzó a hablar manteniendo un gesto serio, ocultando los nervios que le provocaban ver el rostro femenino; temiendo que esa mujer llevara algún arma obtendrá. — Debe superarlo ... lo más aconsejable seria unas buenas vacaciones en Brasil.

—¿Brasil?

— Asi podría broncearse, ¿está muy pálida? ¿Está segura que tiene pulso?— cuestionó lo último. Maldijó a su bocota ante lo último ¡eso no tenía que decirlo!

La mujer comenzó a revisar dentro de su bolso, sin quitarle la mirada. Los nervios empezaban a salir a flote.

— ¿E-Es un ... cadáver andante? — tartamudeo al ser consiente que cada vez que abría la boca solo la embarraba más.

—¿Qué clase de psicólogo es usted? — gruñó molesta ante las ofensas recibidas.

Descolocado por su reclamo, solo suspiró antes de señalar una placa que había en el escritorio.

—Ranma Saotome ... Abogado.— Leyó en voz alta.—Yo ... no sabía ... creí que ...— las mejillas empezaron a colorearse por la vergüenza, en su desesperación no se percató de que estaba una vista simple.

— No se preocupe — la interrupió sin delicadezas, poniéndose de pie.— Adelante— solicitó cuando llamaron a la puerta.

Haciendo acto de presencia tres figuras masculinas, dos de ellos vestían de seguridad.

—Él es el Doctor Hibiki— Comunicó señalado a una al único que vestía una bata blanca.— Es el jefe de loa Psicólogos de aquí.

La mujer al girarse y observar a los hombres que lo acompañaban, temió lo peor.

—Entiendo ... Yo regresare mañana y pediré un turno con el— murmuró tratando de salir.

— Señorita Tama. - la llamo, deteniendo justo en la puerta.— Lo de las vacaciones es la mejor opción.

Kikyo solo asintió antes de apurar el paso.

Ryoga Hibiki se giró, observándolo con una ceja levantada.

—¿Qué fue todo eso? —cuestionó señalando hacia la puerta. — Traje a seguridad para nada.

Ranma solo sonreía con ironía, la desfachatez del hombre era grande. Sin ganas de seguir con la discusión, solo procedió a sentarse nuevamente.

El castaño murmuro una maldición antes de girarse, para marcharse.

—Pídele disculpas a Ukyo, de mi parte.

— ¿Cómo sabes que ...?

Ranma sin mirarlo, señalo el cuello de su propia camisa. Las mejillas de Ryoga se colorearon, avergonzado, procedieron a cubrir la zona con su mano, preguntándose internamente cuantas personas lo habrían visto.

—Entre tú y Kuno me volverán loco.— Vociferó antes de cerrar la puerta con fuerza.

El pelinegro solo frunció el ceño ante la comparación, definitivamente no tenian nada en común con ese sujeto. Con rapidez abrió el último cajón, sus ojos se iluminaron al ver su contenido, debia empezar con rápidez antes de que alguien lo molestara nuevamente.

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Escondido detrás de una planta artificial, esperaba el momento indicado. Observó el reloj y el pasaban diez minutos del horario del almuerzo y toda la zona de recepción estaba casi vacía ¿qué esa mujer no tenía hambre? Su estómago rugió, su humor empeoraba a cada segundo.

Por fin—con alivio al ver que la mujer sacaba su billetera, para salir seguramente con destino a la cafetería.

Apresuró sus pasos, hasta la pequeña puerta que estaba en el sentido contrario. Presionó el botón e ingresó; ya en el estacionamiento ubicado en el subsuelo, satisfecho de que esas horas se hayan vacío, solo quería llegar a su automóvil.

En la tranquilidad de su departamento, se deshizo de todo pasando directamente a la ducha. Complacido con su cometido ingresó a la cocina, preparar algo para comer siempre le tomaba tiempo.

Él solo trabajar media jornada, era uno de los beneficios que aprovechaba al ser el hijo de la dueña de la clínica. Sin contar que eran raras las veces que solicitaban su presencia, siendo obligado a concurrir a regañadientes contra su voluntad. En si su vida era muy tranquila y demasiada monótona. No podía quejarse, gracias a eso tenía el tiempo suficiente para hacer lo que le gustaba y que requería horas enteras.

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Una melodía conocida comenzó un sonar, con un suspiro Ranma agarró el celular. Era un mensaje de texto de Hibiki.

* Mañana, tienes que seleccionar una secretaria, no puedes esquivarlo nuevamente.

Ranma rodo los ojos ante la noticia, hace varios meses la idea de la secretaria le había sido planteada; con varias estrategias, hasta el momento lo había evadido.

Empezó a pensar cual utilizaría esta vez, cuando otro mensaje llego.

* Ni te gastes en pensar escusas, sino vienes yo la elegiré por ti. Y espero que mientras lees esto no me estás imitando.

—Ni ti gistis en pinsir ...— arremedaba el pelinegro, quien se detuvo a leer lo último . ¿Cómo sabia?— pensó sorprendido .

* te apuesto que acerté y que de frustración, sacaste tu pañuelo de flores rojas de la cabeza.

—Cerdo desgraciado— gruñó molesto observando su mano izquierda hecha un puño, del cual sobresalía un trozo de tela.

Maldiciendo arrojo el aparato en el sofá, necesitó una ducha urgente, sino se equivocaba faltaba una hora para que llegara el momento que más esperaba del día.

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Sus ojos buscaban con insistencia en la parada de autobús que se encuentraubicada en la vereda del frente del edificio donde vivía hacia cuatro años, en los primeros días lo que hacía porque sabía de la existencia de una universidad algunas cuadras más abajo y cada vez que pasaba los jóvenes de su edad con risas y charlas entre ellos no pudo evitar sentie envidia al no haber logrado disfrutar de esa experiencia.

Desde chico, su madre se rehusó a dejarlo concurrir a establecimientos públicos, por la condición que padecían. Sin dejarlo elegir fue obligado a tomar clases particulares, años más tarde se recibió con el título en abogacía, con un promedio excelente y honorífico a una edad temprana.

Normalmente ignoraría todo el bullicio que hacían, pero un año atrás todo cambio por "ella". Poseedora de una figura gratuita y curvilínea, con una cabellera azul abundante; lo hipnotizo por la belleza que tenía.

Un par de semanas atrás, después de limpiar y dándose cuenta que se había dejado sin reservas, se vio impulsado a salir para comprar al supermercado cercano, siempre trataba de demorar lo justo y necesario, pero ese día todo estaba en su contra al ver que la fila para pagar era extensa.

Apresurado en regresar y estar así a un tiempo para no perder la oportunidad de verla, aceleró el paso sin mirar nada, hasta que se impactó con alguien.

—Discúlpame, no te vi.— musitó avergonzada una voz femenina.

Ranma solo se sorprendió al ver a la mujer que no era más que "ella" , y si antes la consideraba bella, ahora que tenía la oportunidad de verla en persona, aceptaba esa palabra era minúscula para abarcar la realidad. Su respiración se agitó al ver sus ojos eran como dos lagunas cafés.

— Ese es mi transporte. — anuncío señalando el autobús que estaba cerca. Estaba incomoda por el mutismo del muchacho.

Con movimientos automáticos llego a su departamento, observó el polo que vestia. El tener TOC y ser fóbico a los gérmenes, bastaría para sacárselo y lavarlo. Pero ese fue el primer contacto real que tenía en años, así que hizo lo más extraño e incoherente que en sus cinco sentidos podria hacer. En unos de sus cajones estaba permanecía guardado, de vez en cuando lo extraía para inhalar el tenue aroma que se mantenía en la prenda después de tanto tiempo.

— Hoy no vino— murmuró al comprobar que no había concurrido a clases.

Decepcionado, se marchó a su habitación, aprovecharía para leer un poco antes de dormir. Se requiere mentalizar y preparar todo para el día siguiente. Rogando internamente mantener la compostura necesaria. Era incomodo sentirse así por alguien que ni su nombre conocía.

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En uno de las habitaciones destinadas a personas económicamente bien acomodadas una pareja compartía el momento como habituaban a hacerlo.

— Estoy satisfecha. —Murmuró limpiando con delicadeza sus labios— ¿Por qué demorabas? ¡Moría de hambre, la comida de este lugar es horrible!

— La culpa es de Saotome— gruñó después de darle un sorbo a su copa de vino. — Gracias a él, recursos humanos, trabajo horas extras.

Los iris pardos de la mujer se iluminan a la mención del pelinegro.

— ¿Cuál es el acontecimiento?— indagó inquisitiva, disimulando la sonrisa que curva sus labios contra el cristal de la copa de agua.

— Entrevistas para seleccionar secretaria. — musitó como si nada. —Bueno. Es hora de tu medicación.— Corroboró al ver la hora en su reloj.

La fémina solo asintió recibiendo el comprimido, para acompañarlo con agua. El hombre levanto todo lo utilizado; le dio un beso en el frente antes de salir y echar llave.

Una vez sola escupió la cápsula; determinada, se encamino hasta su cama, levantando el colchón, sacando su mayor tesoro. El objeto dorado brillaba gracias a la luz de la habitación, imaginando emocionado el rostro de su amado cuando vea la mañana siguiente.


Continuara ...

Aclaraciones:

En esta historia, me basare mucho en el Humor, si les llega a gustar actualizare una vez por semana. Estoy trabajando en varios proyectos al mismo tiempo y no es mi intención dejar historias en que seran actualizaciones lentas pero seguras.

Sobre la trama y personalidad de Ranma, me basare en la personalidad del Dr House y Keppeki Danshi Aoyama-kun.

T.O.C: es una condicion normal, solo que algunas personas aveces los llevan a niveles exagerados.

Esta no es mi primera historia, solo que me ausente por casi un año y con otra cuenta ya que la anterior me fue Hackeada, sin más esperó disfruten del capítulo y cualquier duda o sugerencia serán bienvenidas.

Leidy Kou ex Maylen Kou Taisho