The Loud house belongs to Viacom and Nickelodeon and Chris Savino. I make no monetary gain with this piece of fiction.
The Loud House le pertenece a Viacom, Nickelodeon y Chris Savino, no hago ganancia monetaria alguna por medio de esta ficción.
Hoy no podría ser un mejor día, pensó el albino a medida de que corría rumbo a su casa, sus manos sosteniendo con afán y ahínco contra su pecho lo que quizás sería su más grande logro en su corta vida.
Tanto esfuerzo, tanta tentación y momentos de duda a los que a duras penas pudo contenerse finalmente habían dado fruto, la enorme sonrisa perennemente plasmada en su rostro siendo prueba inevitable de que nada podría salir mal una vez vislumbró la calle que lo llevaría a su casa, rápidamente reconociendo los alrededores con la facilidad que sólo la familiaridad otorgaba, sus pasos certeros y precisos, evitando restos de suciedad, agujeros y ramas caídas con una destreza que Lynn, su hermana más energética elogiaría con marcada emoción.
El chico no sólo era grácil, sino veloz y preciso. Lo opuesto a lo que se acostumbraba al verlo ejercitarse.
—Ya falta poco.
No podría ser un mejor día, pero quizás, el chico jamás debió tentar la suerte de esa forma, ya que desgraciadamente para Lincoln Loud, su día de merecido asueto terminaría de forma horrible gracias a un pequeño, pero importante detalle que el albino había olvidado por completo en su empeño por regresar a casa.
Hoy era un día que las chicas habían planeado por semanas, la filmación de lo que ellas consideraban la forma directa de conseguir todo lo que quisieran en una simple toma de vídeo, una firme demostración de cada una de sus capacidades que definitivamente no sólo expondría cada talento individual de forma concisa, sino que en conjunto crearía una sensación de internet que les catapultaría a la fama, fortuna y la inmortalidad en la red mundial de información.
Las chicas habían considerado muchas opciones, pero todas ellas terminaron de forma infructuosa al terminar compitiendo las unas con las otras, a menudo incluso llegando a interferir con lo que consideraban la competencia, por lo que al final, no sólo terminaban con un vídeo que sólo merecía estar en los vídeos más ridículos del mundo, sino de paso incluso procurarles un tipo de fama que ninguna de ellas consideraba lucrativa, o legal cuando las cosas llegaron a los puños y ropas y partes íntimas terminaban siendo desplegadas de forma impune ante la siempre atenta lente.
No fue sino mera suerte que ninguna de las transmisiones había sido en vivo, lo que había salvado a las chicas de sufrir un destino e infamia que quizás ninguna de ellas estaba del todo preparada para lidiar.
Más, no fue de nuevo sino que un hastiado comentario de Lincoln se encargó de solventar el problema de raíz, al proponer para sorpresa de todas, una idea que no sólo aprovechaba las capacidades técnicas de cada una de las chicas, sino incluso amenazaba con ser increíblemente viral en naturaleza si todo funcionase como fue planeado.
Un vídeo sobre una máquina de reacción en cadena. No sólo procuraría que cada chica empleara sus mejores dotes en el área, sino que realmente sería una forma fácil de conseguir la atención de muchos videntes.
Por lo que un evento que empleara destreza matemática y científica, agilidad física, oscurantismo, ropas elegantes, chicas lindas presentes, música de fondo y un evento gracioso que terminase en una explosión de diversas sustancias que muchos considerarían asquerosas en naturaleza, seguramente garantizaría no sólo la atención de muchos sectores de internet, sino de la comunidad misma de lograr realizar tal singularidad de forma exitosa.
Días de constante prueba y error, de frustración y peleas y disparates habían fraguado una máquina que demostraría las proezas físicas de Lynn al arrojar un balón tras cierta distancia y con precisión quirúrgica en una diana tenuemente posicionada en la mitad de la ventana superior del almacén en la azotea, que al estar firmemente sujeto con un delicado hilo, rompería la tensión que sostenía una bola de billar que rápidamente cayó hasta un balde de agua, rompiendo la tensión de la superficie y creando ondas que movilizaban un pequeño bote de juguete que finalmente, tras más de noventa y cuatro intentos, FINALMENTE decidió movilizarse en la posición correcta, empujando un pequeño cuadro de plomo que terminó cayendo sobre un patín, que por el impacto soltó sus agarres, deslizándose cómodo en dirección de un fósforo que con facilidad se encendió al entrar en contacto con un papel lija firmemente alojado con grapas a la pared, el fuego definitivamente encendiendo la mecha de lana ligeramente empapada con combustible, cuya llama terminó liberando otro artilugio que poco a poco desencadenaba otro objeto de mayor envergadura de forma continua, la cámara en las manos de Luan siguiendo firmemente el proceder de forma mecánica, sus manos firmes y carentes de temblor alguno, tensión palpable en todo su cuerpo a medida que avanzaba por la habitación, grabando la proeza de ingeniería y empeño que por tanto tiempo habían estado fraguando.
Poco a poco la chica persiguió el centro del movimiento, desde la habitación del almacén hasta la sala, luego a la habitación de Lincoln, donde Lola estaba posada cómodamente en traje de baño sobre la cama de su hermano, en sus manos yacía un enorme trozo de pastel que ella delicadamente consumía mientras el mundo se caía a pedazos alrededor de ella, una oleada de caos de la cual ella aparentemente no parecía ser parte, hasta que, en el momento preciso, justo cuando una campana cayó sobre una vela cercana, Lola arrojó lo que restaba de su pastel a la basura, que fantásticamente disparó la segunda parte de todo el evento, un giño y un beso coqueto a la cámara rápidamente siendo reemplazado de nuevo por una secuencia de eventos que rápidamente las llevó a la habitación de Luna, y posteriormente a la de Lynn, quien había corrido cuidadosamente toda la distancia, evitando una serie de objetos en el camino mientras se cambiaba de ropa, ahora luciendo como un caballero de vídeo juego en medio de lo que parecía ser un calabozo de demonios, la castaña bailando de un lugar a otro, moviendo lo que parecía ser una espada de plástico que con precisión cortaba los delicados hilos en el momento preciso para continuar el proceso de movimiento, vampiros, fantasmas y arañas de plástico colgando ahora del techo con cada movimiento de su espada hasta que, en un último intento de acabar con los monstruos, la chica lanzó un alarido antes de cortar el último hilo, sólo para disparar el motor neumático que abriría la puerta de un sarcófago que yacía en una de las camas, Lucy emergiendo del mismo y sujetándola del cuello, hincado sus dientes en lo que parecía ser el último momento de vida de la descuidada heroína, que al soltar su espada, liberó otro patín que rápidamente desencadenó una serie de eventos que llevarían lejos de la habitación lúgubre hasta el baño, donde Lana estaba por completo cubierta de lodo, el caos rápidamente rodeándola mientras Leni cumplía la labor de una hermana decepcionada que le entregaba un sermón sobre aseo y cuidado personal a la menor, quien debatía sobre los beneficios del barro sobre el cutis, y cuan sedosa y tersa su piel terminaba siendo con cada sumergida, el caos concluyendo justo en el acto en que la pequeña terminaba. Unos tensos segundos manteniéndose mientras Leni permanecía allí, impávida e inmóvil ante lo escuchado, como si el mundo se hubiese congelado al esperar una respuesta.
—No lo entiendo, es lodo, ¿Cómo puede ayudarte? Es sucio…
Culminó, antes de inclinar su cabeza hacia un lado, su cabello derribando un juego de domino estratégicamente ubicado para formar la imagen de alguien formando un facepalm ante la ignorancia de la belleza, otorgando un ligero toque humorístico a todo el evento que rápidamente les llevaba lejos del baño y en dirección a la escalera, donde una nueva serie de eventos y sucesos los llevarían a la sala de estar, donde Lori pretendía que surfeaba los canales, completamente aburrida. El ritmo y los canales estratégicamente seleccionados y programados por Lisa para entregar un collage de música y líricas que narraban y daban acompañamiento al caos que de nuevo, la bella jovencita ignoraba se desataba a su alrededor, el tono de la música aumentando en potencia, indicando que finalmente el gran final se estaba acercando, un pequeño carro de juguete surcando por la canaleta de plástico moviéndose a su último destino, que dispararía el último grupo de eventualidades que culminaría en una gran broma sonora que liberaría dos litros de soda de naranja, un pie de limón y tres kilos de lodo fresco sobre la entrada.
Dónde Lincoln se suponía entraría de súbito, shorts de playa y lentes de sol en su rostro. Una sonrisa enorme y una línea graciosa: A eso llamo servicio rápido…
— ¡OH DIOS, NOS OLVIDAMOS DE LINCOLN!
Esgrimió Luan de golpe, rápidamente recordando a quien en específico no había visto en toda la mañana, las chicas gruñendo por quincuagésima vez ese día ante otra toma arruinada, en esta ocasión tan cerca de haber concluido, sólo para que para la sorpresa de todas, Lincoln abriese la puerta de golpe, una enorme sonrisa en su rostro, ojos brillantes e incauto de lo que estaba por ocurrir.
— ¡Chicas, no adivinarán lo que…!
— Lincoln, ¡Cuidado!
Pero la advertencia llegó demasiado tarde, y antes de que cualquiera pudiese reaccionar, en especial Luan, el auto de juguete llegó a su destino, empujando un último objeto que rápidamente empujó una vela que en cuestión de tres segundos había quemado la línea de lana empapada con combustible que Lisa meticulosamente había preparado, liberando así el contenido sobre un extrañado y ahora aterrado Lincoln, que miró a Luan por unos segundos, un ligero atisbo de plegaria en sus ojos que rápidamente mutó en traición y culminó en tragedia en el momento en que el chico fue bañado de pies a cabeza en la mezcla de viscosidades.
El silencio en la casa fue poderoso, inmovible e improbable, el corazón de todas las chicas uniéndose por algunos segundos en una clara demostración de unidad y horror.
Lincoln por su parte, permaneció allí, completamente erguido y empapado por varias substancias que parecían aferrarse a su cuerpo sin su consentimiento, sus manos temblorosas sosteniendo un paquete que ahora parecía ser el centro de la concentración líquida.
Su rostro descendió a medida de que alejó el paquete de su pecho, ojos vidriosos por el lodo de pronto humedeciéndose aún más al ver que la bolsa de papel no había sido protección suficiente para salvaguardar su recién adquirido tesoro.
El cómic, por el cual había ahorrado y trabajado por tanto tiempo estaba completamente cubierto de lodo, pie de limón y soda de naranja rápidamente estaba doblegándose ante sus ojos, la antes endeble historieta velozmente perdiendo su forma al estar humedecida, su lomo rompiéndose con extrema facilidad, el contenido dañado más allá de reparación alguna posible.
Sus manos se abrieron de forma automática por la estupefacción, un reflejo inconsciente al sentir cómo el papel había tomado una consistencia desagradable, incluso gomosa entre sus dedos, el cómic y la destruida bolsa cayendo en el suelo con un brusco y húmedo 'plop', provocando un respingo en las ahora reunidas y horrorizadas hermanas Loud.
— Lincy… ¿Estás-?
Un rostro alzado, una mirada rota, carente de emoción alguna, en especial ira. Las chicas estaban acostumbradas a muchas reacciones por parte de su hermano, a menudo empatía y comprensión siendo la emoción más común en él, ira ocasionalmente surgiendo en el peor de los momentos cuando ya no podía resistir más cierto trato, algo típico en un hogar repleto de jóvenes de distintas edades y gustos.
Pero no podían vislumbrar ninguna de esas emociones en él, sólo un vacío acompañado de lagrimales llorosos y mirada perdida siendo lo único de lo que pudieron percatarse.
— I-Iré a mi habitación… tengo que limpiarme.
Tal como con Moisés y el mar muerto, las chicas se dividieron en dos grupos, dándole paso al empapado chico con tal de que transitara por el medio, algunas intentando comentar algo, otras alzando la mano, tratando de tocarlo, detenerlo, pero ninguna atreviéndose a dar ese paso y romper el silencio que consumía la casa.
Pero al final, nadie pudo detener a Lincoln de intentar buscar refugio en una habitación que lamentablemente, no se encontraba en las condiciones apropiadas para otorgar el amparo que desesperadamente necesitaba. Por lo que todas respingaron al verlo subir las escaleras, los pasos de su caminar delatando su trayecto hasta donde ellas sabían era el inicio de su pieza.
— O-oh…
De nuevo, un respingo colectivo surcó por todas las chicas, el sonido de la voz del jovencito resonando en toda la casa, provocando una oleada de vergüenza, simpatía e impotencia dentro de ellas, paralizándolas en el acto.
— S-Supongo d-debo bañarme primero.
Leni, quien cubría su boca con sus manos, aspiró aire con abrupta urgencia, sus ojos humedeciéndose hasta derramar pesadas lágrimas al comprender que dos veces seguidas, Lincoln buscó refugio en el hogar Loud, y dos veces le sería negado.
— O-oh, no…—, Lana comentó con impotencia, sus labios claramente mordidos en un intento por contener su reacción reflexiva de culpar a Lola, quien ya de por si estaba observando el destruido paquete en la entrada, manos temblorosas e incapaz de hacer mucho, sus ojos sólo desviándose ocasionalmente en dirección de su hermano, como si ella comprendiera la gravedad de lo acontecido más allá que cualquier otra joven Loud.
Al final, el silencio predominó por mucho tiempo, y la falta de acción de las chicas claramente sólo incrementaba el desagradable silencio que carcomía a todos, haciéndole incapaces de reaccionar, temerosas de desencadenar y recibir una reacción que ninguna tenía el coraje de sufrir.
Ninguna salvo Lori, quien a pesar de que no paraba de temblar por una serie de emociones profundamente reprimidas dentro de ella: ira, frustración y preocupación completamente avasallando sus defensas hasta que, abruptamente comentó:
— Lincoln, yo…
El chico sujetó la perilla del baño, ponderando por un par de segundos el desastre que adentro yacía, la bañera completamente repleta de lodo, claramente impidiendo que pudiese realizar saneamiento alguno, un sollozo emergiendo de sus labios, su temple casi rompiéndose en el acto debido a la frustración y el recuerdo visual de lo que había ocurrido, el sonido de varios pasos a su espalda indicando que el momento había sido contemplado por su hermana mayor, quien sólo se detuvo al ver que su rostro había regresado de nuevo a ser impávido, controlado y frío.
Algo que incluso el albino estaba al tanto era por completo anti-natural en él.
—Lincoln… Lincy, el baño de mamá y papá… tú puedes…
La voz de Leni carecía de ese tono dulzón y melifluo que usualmente poseía, inusualmente seria y apagada, su largo cabello rubio casi cubriendo su rostro en gran parte, incapaz de mirar en dirección del desastre que había ayudado a propiciar.
—Gracias… supongo.
Lori respingó al igual que las demás al escucharlo, Lincoln jamás era tan frío o desconsiderado con una preocupada Leni, no una que abierta y físicamente demostraba su nivel de culpabilidad en tal forma, procurando un breve y desubicado sentimiento de ira dentro de ella, su necesidad de proteger a su hermanita menor opacando su sentido común momentáneamente:
—Lincoln, no le hables con ese tono a Leni…— Abriendo los ojos de par en par, la chica puso de inmediato sus manos sobre su boca, intentando en vano callarse, de retraer lo que había dicho y el tono que empleó, siseos y varias miradas incrédulas acudiendo en su dirección ante su accionar, ya a este punto completamente instintivo y carente de pensamiento racional alguno.
El albino por su parte se detuvo en el medio de la puerta de sus padres, hombros rígidos y temblorosos enfatizando una lucha por contener varias emociones, ira finalmente ganando para la sorpresa y horror de las presentes.
— ¡¿QUÉ NO LE HABLE ASÍ?!— Estalló el chico, volteándose en dirección de Lori, quien retrocedió un par de pasos, asustada ante la intensidad en los ojos del chico—: ¿Eso es ORO viniendo de ti después de lo que pasó, cierto?
— N-no fue nuestra…
— Nunca lo es, ¿no es así? Hacen algo, y jamás piensan en las consecuencias, o cómo me afecta… todo es, yo, yo, yo con ustedes, ¿no es así? —, una carcajada emergió de sus labios, escueta, desternillada y carente de gozo alguno, provocando que Lana y Lola de inmediato buscasen refugio detrás de Lynn, quien no paraba de ver a Lincoln, incrédula de lo que había ocurrido y todo lo que se había desencadenado.
Puños apretados y ojos entrecerrados en ira, era obvio que tampoco aceptaba el accionar de Lincoln, en especial contra Leni, pero… un hermano enojado en la casa Loud era a menudo, un evento extraño, incluso inusitado. Rara vez el único varón de la familia tendía a dejar que la ira lo consumiera, rara vez algo que ellas causaran movía al chico más allá del joven racional y dispuesto a sacrificarlo todo por su familia, alguien incluso dispuesto a sacrificar su orgullo con tal de que sus hermanas pudieran obtener lo que quisieran.
Pero había algo que la estaba conteniendo, o mejor dicho, alguien. Lana para ser exactos, Lynn compartía mucho en común con su hermana menor, el hacer ejercicio constante significaba estar siempre sucia y rodeada de olores poco agradables, por lo que si era sincera consigo misma, a pesar de que a veces no lo demostraba como debería, había cierta empatía y comprensión para con la gemela más desastrosa.
Fue por eso que al ver su lenguaje, retraído, tembloroso y en especial, culpable. Congeló cualquier indignación que pudiese sentir por lo que salía de la boca de Lincoln. Lynn conocía a sus hermanas, pero Lana, oh, con Lana había aprendido a leer su lenguaje corporal a tal punto que podía separarla de Lola cuando se lo disponía realmente.
Y en este caso, podía distinguir fácilmente un gran sentimiento de shock y culpa destilar del cuerpo de Lana, la chica era difícilmente de bajar la cabeza con facilidad o sumisión alguna. Solía decir lo que pensaba casi tan veloz como cualquier otra chica Loud, pero era claro que la pequeña contaba con información extra que el resto de las chicas parecía desconocer, por lo que no era de extrañarse que comprendiera que quizás lo acontecido, accidente o no, había sido más grave de lo que pudieron haber imaginado.
Pero tras regresar su mirada en dirección de un iracundo chico, y una temblorosa y remilgosa Lori, no podía evitar tener el presentimiento de que algo grave estaba por ocurrir.
— ¡L-Lincoln! E-escucha…
— ¡A VECES ME HACEN DESEAR NO HABER NACIDO!
Y, tan pronto surgieron esas palabras, el silencio, antes opresivo… de forma imposible parecía volverse incluso más. El estómago de Lynn al igual que las demás hermanas de pronto sintiéndose pesado, como si un agujero amenazara con devorarse sus adentros pero fuese demasiado débil para lograrlo, sólo causando una desagradable sensación de abultamiento y extrañamente, vacío.
Leni se tambaleó dos veces antes de desmayarse, sólo la rápida acción de Luna evitó que impactara de lleno contra el suelo, el estruendo de la cámara de Luan ocupando el lugar del impacto, al mismo tiempo que los sollozos de Lola y las arcadas de Lucy ante un llanto que no parecía ser capaz de provocar sonido alguno.
El albino bajó la cabeza, retrocediendo un par de pasos antes de salir corriendo en dirección de la privacidad que sólo la habitación de sus padres podría otorgarle en este momento. Su silencio marcando sus pasos, ocultando los llantos y quejidos de sus hermanas, los ojos de Lori observando su espalda desaparecer en la distancia y posteriormente, una puerta.
Lori simplemente observó incrédula, sus pies retrocediendo lo suficiente hasta llevarla a apoyar su espalda contra la pared, lentamente descendiendo hasta el piso, su trasero tocando con ligera agresividad el mismo, esperaba muchas cosas de este día, pero nunca esperó que el desastre que probablemente estaba predestinado a ocurrir cuando todas las hermanas decidieron unirse a tuviese semejante envergadura y gravedad, fuese de tal envergadura.
Podía escuchar su corazón en sus oídos, el pum, pum, pum de su palpitar, que amenazaba con destrozar su caja torácica, o al menos, eso pensó hasta que finalmente pudo observar desde su periferia que en realidad eran los pasos desaforados de sus hermanas subiendo las escaleras, Luna siendo sorprendentemente la líder del grupo, sus pasos siendo medidos y meticulosos.
—Lynn, Lana, rápido, limpien la habitación de Lincoln… arrojen todo por la ventana si tienen que hacerlo, pero tienen que hacerlo Better, Faster, Harder, Stronger! Antes de que Lincy salga del baño, Lisa, utiliza el sistema de cámaras para supervisar a Lincoln, no, ni una palabra, sé que mamá te prohibió usar las cámaras en la privacidad del baño, pero esta situación lo amerita, Lucy, acompáñala, y por favor, llévate a Lily contigo—, agregó la castaña antes de sentarse al lado de la aún congelada e incrédula Lori, que le miraba fijamente, su boca abriéndose y cerrándose en un vano intento de comentar algo sin lograrlo con éxito alguno—, shh, shh, entiendo cómo te sientes Lori, pero por ahora no es momento de desmoronarse…
Mirando a su alrededor, era claro que la castaña intentaba darle a entender que había mucho por limpiar, y el tiempo apremiaba—: Vamos Lori, te necesitamos…
La rubia suspiró, cerrando los ojos con tal de enfocarse y recomponerse lo más rápido que pudiese, reprimiendo sus emociones cómo sólo alguien con la práctica constante podría lograrlo, logrando sonreír en dirección de su hermana menor, una acción a medias y claramente falsa, pero una sonrisa al fin y al cabo.
—Gracias Luna…
—No me agradezcas todavía Lori… hay mucho que hacer, y poco tiempo para lograrlo.
Asintiendo, y omitiendo el tono y la carencia de referencias musicales, Lori simplemente decidió levantarse en conjunto con su hermana, cada una dedicándose a cumplir una labor que apresurase el saneamiento de la habitación de Lincoln, al igual que una supervisión a la condición de las chicas tras el evento en cuestión, la rubia rápidamente notando y detallando el nivel de daño y bajas en la casa Loud.
Por más de cinco minutos, no hubo palabras entre las hermanas, todas ellas trabajando con la urgencia que sólo alguien desesperado por lograr una reparación en una relación dañada podría lograrlo. Sin embargo, eso no fue lo único que ocurrió entre ellas, Lori podría ser muchas cosas en la familia, pero estúpida no era una de ellas, tampoco ciega e ingenua, por lo que percibir rápidamente quien había sido más afectada por lo ocurrido se había vuelto fácilmente perceptible con el transcurso del tiempo y la ausencia de Lincoln.
Lana, quien había dejado de limpiar la habitación con tal de estar al lado de Lola, estaban silentes al lado de una callada y cabizbaja Leni, el trío yacía en el sillón de la familia en la sala, siendo supervisadas por Luan en caso de que algo volviese a ocurrir, quien a duras penas podía contenerse, sus manos constantemente apretándose la una a la otra en un tic nervioso que de haber sido apropiado, Lori habría bromeado al aparentar la acción típica de Montgomery Burns antes de clamar su frase típica, en cualquier otro momento y circunstancia, habría sido algo fácil con tal de lograr una sonrisa y una mala broma por parte de la castaña, ¿pero en este momento? Era obvio que Luan estaba ansiosa, y apenas controlando el temblor en sus manos al frotarlas así la una con la otra, la rubia rápidamente frunciendo el ceño al notar que quizás lo estaba haciendo con demasiada fuerza, y que de seguir así, era más que obvio que terminaría quemándose la piel por medio de la fricción.
Mirando en dirección de Luna, Lori pudo rápidamente notar mientras la chica recogía los trastes en el pasillo de las habitaciones, que sus pasos estaban inquietos, y que la compositora no dejaba de mirar de vez en cuando en dirección de la puerta de sus padres, una acción que Lori debía admitir, incluso ella estaba realizando a menudo.
Lynn por otro lado, no dejaba de murmurar y de limpiar de mala gana el baño al lado de Luna, su mal humor claramente perceptible en sus movimientos, crudos, carentes de gracia o destreza alguna, era obvio que estaba tensa y a punto de estallar, su poca paciencia siendo puesta a prueba, quizás deseando explotar y solucionar todo de una vez, forzar un enfrentamiento que solventase todo como usualmente tendía a ocurrir, por lo que Lori sabía que si tenía que estar al tanto de que alguien no hiciera algo que no debía, era de Lynn.
Más sin embargo, muy en el fondo ella también estaba al tanto de que ella era una segunda opción muy posible a un enfrentamiento de ese tipo, sus instintos gritándole a todo pulmón que irrumpiese en la habitación y se asegurase de que todo estuviese bien.
Pero carecía de información, y actuar precipitadamente bajo las condiciones que se habían presentado no sólo sería irresponsable, sino que empeoraría un problema que ya de por sí parecía haber ido más allá de la cuota común de enfrentamientos familiares entre los hermanos Loud. Mirando en dirección de la entrada, y recordando lo que había ocurrido, sabía que tenía que averiguar qué es lo que habían destruido, y las circunstancias que envolvían dicho objeto para obtener un cuadro claro de la situación.
—Luna, ¿Crees que-?
El sonido de la puerta abriéndose detrás de ella detuvo su habla en el acto, las palabras congelándose en su garganta, al mismo tiempo que su espalda de pronto sentía un escalofrío recorrer por completo su cuerpo de cabeza a pies. Lori no necesitó voltear para saber que Lincoln finalmente había salido de la habitación, y la situación no había mejorado con el tiempo que transcurrió, si la expresión fija tanto de Luna como de Lynn expresaban algo.
No obstante, Lori no hizo nada, simplemente se quedó allí, paralizada. Incapaz de hacer ALGO al respecto, no poseía la experiencia adecuada para lidiar con lo ocurrido, no después de lo que se dijo.
La cruda verdad es que ni ella o ninguna de sus hermanas debería estar lidiando con esto, necesitaban de alguien con mucha más experiencia, necesitaban a sus padres, pero como se había vuelto tristemente común en el hogar Loud, ambos brillaban por su ausencia, dejando como usualmente solía ser a Lori a cargo para suplir una posición que en primer lugar no debería tener para empezar.
Tragando saliva, la rubia volteó en dirección de Lincoln, necesitaban hablar, era vital que conversaran lo que había ocurrido, lo que se había dicho no podía permanecer así nada más, había graves consecuencias si ignorasen lo que ocurrió.
Pero de nuevo, en el momento en que sus ojos se posaron sobre su hermano, todo el valor que había logrado acumular se esfumó como agua en un colador. Lori había visto muchas cosas en su vida en cuanto a los humores de Lincoln trataba, podría decirse que como una hermana responsable, podía identificar las emociones de sus hermanos a la perfección. Pero lo que podía ver en Lincoln iba más allá de lo que jamás haya experimentado anteriormente.
Lincoln lucía horrible, desganado y peor que todo lo anteriormente mencionado, era obvio que había un sentimiento de derrota agónica en él que no podías ignorar por más que lo intentases. Verlo era recordar esa vez en que vislumbró a un grupo de pordioseros en el mercado, cada uno de ellos dejando en claro un sentimiento de derrota y miseria en su andar, provocando que la gente los ignorase por completo, ella incluida, todos incapaces de lidiar con la cruda realidad de alguien que claramente se había rendido en la vida, que no tenía más opciones y que francamente, ya no tenía mucho más por qué vivir.
Sólo el sonido de su puerta cerrándose la sacó de su ensimismamiento, despertándola del momento de incredulidad que le había paralizado, el agujero y peso en su estómago ahora más presente que nunca, una mirada en dirección de sus hermanas sirviendo para aclararle que no había sido la única que observó algo grave en la postura de Lincoln.
—A-A la sala… Lisa, Lucy… Vengan a la sala ahora mismo. Hay una reunión urgente…—, agregó la rubia, mirando en dirección de donde sabía una cámara estaba posicionada, su mirada rápidamente dejando a entender que no había lugar para discusiones, tenían que dialogar con respecto a lo ocurrido, y ya no podían seguir negando la gravedad del asunto, ya no más.
La congregación de las féminas Loud no tardó mucho en reunirse, tensión en alto y cuerpos a punto de estallar con diferentes tipos de emoción. Lori podía percibir claramente que las cosas estaban quizás al borde de explotar de forma espectacular o ridícula, quizás una mezcla de ambas, por lo que rápidamente puso manos a la obra:
— De acuerdo, no voy a darle vueltas al asunto, algo sucedió. Algo grave—, una mirada en dirección de Lynn bastó para callarla, conocía a su hermana menor, sabía que lo que estaba por salir de su boca no era más que un arrebato de imprudencia, algo diseñado para arrojar toda la culpa sobre Lincoln de una forma u otra, culparlo de todo lo ocurrido y eximirse tanto a sí misma como a las demás del problema.
La típica reacción de un familiar que no estaba dispuesto a admitir sus propios errores, aterrada de las posibles consecuencias. Pero ahora no era momentos para lidiar con las inseguridades emocionales de Lynn, esto no era algo que podía resolverse con puñetazos, peleas estúpidas o discusiones sosas.
— Cómo estaba diciendo, algo sucedió—: apuntando en dirección de los restos que ahora posaban en una bolsa plástica que yacía inerte en las manos de Lola, la mayor de las Loud intentó dejar en claro que lo que sea que haya sido esa cosa, había sido lo suficientemente importante como para que su destrucción causara semejante reacción por parte de Lincoln—. Así que, tenemos que descubrir qué-
—Yo sé que era…
Lori se detuvo de golpe, sorprendida ante la interrupción de Lana, quien no dejaba de mirar en dirección de la bolsa que sostenía, sus ojos vidriosos y rojizos amenazando con derramar nuevas lágrimas a medida que transcurrían los segundos, mucosidad de hecho derramándose sin cuidado alguno hacia sus labios, lo que provocó un suspiro por parte de su gemela, que de inmediato procedió a limpiarla con un pañuelo desechable, la escena de Lola soportando que Lana limpiase su nariz en un pañuelo que ella misma sostenía hubiese sido en cualquier otra oportunidad, hilarante, incluso digno de ser conservada en vídeo.
Pero la ausencia de los gritos de asco, del clásico conflicto entre ellas antes de entrar a los golpes indicaba que ciertamente que las cosas no iban del todo bien.
—Lana…
—Era un cómic…
—De todas las…
— ¡Lynn!
— ¡No, Lori, ya basta! — Espetó la joven deportista, paciencia completamente agotada, ira claramente marcada en su rostro ahora enrojecido—: ¿Todo esto, los gritos, el asustar a las chicas por un estúpido cómic? Todo este tiempo creí que-
—Lynn, si das un paso hacia las escaleras, te juro que vamos a descubrir si todavía puedo hacerte pedazos cuando nos vamos a los puños, ¿De acuerdo? —, Lori difícilmente solía caerse a golpes con sus hermanas, al menos ya no tanto hoy en día como solía suceder cuando era más joven, Lynn particularmente había sido una niña difícil que puso a prueba la paciencia de una en aquel entonces hormonal adolescente, por lo que en más de una ocasión había perdido el control suficiente como para caer a su nivel y golpearse mutuamente.
Algo que si bien todavía seguía ocurriendo de vez en cuando, Leni siendo la hermana que más le obliga a llegar a tales extremos, no era una ocurrencia común, o al menos eso deseaba creer.
Cierto, sus victorias siempre estuvieron manchadas con el castigo posterior por golpear a su hermana menor, más sin embargo era más que claro que Lynn sabía que Lori para bien o mal, sabía ejercer la fuerza bruta cuando era necesario.
—Si todavía no se ha metido en tu cabezota que no toleraré que ataques a Lincoln luego de lo que pasó, pues te lo digo ahora, Lynn Loud Jr., así que sienta tu trasero en la silla, y no te atrevas a moverte, ¿He sido clara?
—No era cualquier cómic…—Interrumpió Lana, claramente al tanto de que la única respuesta de Lynn ante semejante posición era el retar a Lori, lo que terminaría con ambas chicas estropeando con su riña lo que debería ser una reunión enfocada en su hermano y lo que habían hecho sin desearlo, por lo que rápidamente continuó con tal de encaminar todo a donde debía—. Era una edición especial, por la que estuvo trabajando por meses, creo incluso mucho más…
Lori observó a Lana, sorprendida, antes de mirar de perfil a Lynn viendo que la chica no se había movido de su posición, altanera como siempre, e incapaz de retroceder sin una pelea.
— ¿Cómo lo sabes…?
— ¿Recuerdan cuando regresaba a la casa con bolsas de césped recién cortado para mi charco de lodo? —, viendo las afirmaciones inmediatas, la pequeña gemela continuó—: Lincoln solía regalármelas luego de cada vez que cortó el césped de los vecinos, también solía trabajar con él, ayudarlo cuando tenía que limpiar lugares sucios y mohosos, solía pagarme un dólar la hora, también limpiaba las canaletas, pero por placer…
El snap, snap, de los dedos de Lola ante su rostro interrumpió de golpe a Lana, quien rápidamente notó que estaba perdiendo a sus hermanas ante su emoción por sus recuerdos.
—Pues, Lincoln trabajó muy duro para comprarlo.
Dicho esto, la pequeña guardó silencio, de nuevo sus ojos cayendo en dirección de la bolsa que sostenía, varios suspiros emergiendo de las hermanas Loud, claramente la chica no había logrado aclarar por completo lo sucedido, pero era un paso en la dirección correcta.
Lisa, quien había sacado una laptop rápidamente se acercó a su hermana mayor, procurando información sobre el cómic en cuestión, lo cual podría aclarar la situación de forma más concisa, ambas chicas dialogando frente a la pantalla, buscando el objeto en cuestión mientras Lori examinaba la reacción de sus hermanas a lo descubierto.
Era obvio que la más enojada e inconforme de todas ellas era Lynn, y en cualquier otro momento, Lori habría estado igual de indignada ante la respuesta desproporcionada que el accidente había procurado, quizás sería la más enojada de todas las chicas Loud, sin embargo, el recuerdo de Lincoln, desolado y derrotado a tal punto no hacía más que hacer que su estómago se retorciera incómodamente en conjunción a las palabras que ahora resonaban incómodamente en sus oídos.
—Ese… ese es.
—Oh… cielos.
La respuesta de Lisa, la siempre colecta jovencita sin embargo, no hizo más que las hermanas Loud se mirasen la una a la otra, era obvio que Lola había posiblemente carecido la importancia del objeto en cuestión si la respuesta y la expresión agónica en Lisa eran de juzgarse.
— ¿Y bien, cuánto cuesta esa estúpida cosa? —, comentó Lynn, incómoda, claramente dividida entre tanta sorpresa, su tono impertinente pasando por alto ante todas las demás, igual de ansiosas por descubrir la verdad.
Lisa por otro lado, miró a cada una de las hermanas hasta terminar viendo fijamente a Lynn, claramente juzgando a su hermana mayor por un par de segundos antes de aclarar:
— El cómic en cuestión es una edición especial, sólo existen quince en el país, treinta y seis en el mundo—, las aspiraciones de sorpresa de las chicas no eran de esperarse, quizás ninguna de ella comprendía el amor de Lincoln hacia los cómics, pero sí eran lo suficientemente sabias para saber que la escasez del producto aumentaba exponencialmente el precio del mismo, Lisa por otro lado, no había concluido, y una vez las chicas lograron recomponerse de la sorpresa, liberó el resto—: Pero el cómic que Lincoln logró comprar poseía un defecto particular que disminuía considerablemente su valor, había daño de agua en dos primeras páginas y la última página posee sólo la mitad de la impresión final, al haberse doblado la página en el proceso de imprenta… eso bajó el precio de forma significativa como para que Lincoln pudiese adquirirlo por la módica suma de mil seiscientos dólares.
Y tan rápido como la indignación de Lynn había emergido, así se desplomó. O al menos, eso es lo que Lori imaginaba había ocurrido, no estaba del todo segura, sólo lo presumía, porque sinceramente eso fue lo que sintió en el momento en que escuchó la cifra.
— ¿M-mil seiscientos…?
— ¿Cómo diablos logras conseguir tanto dinero cortando césped? —, comentó Luna, incrédula, mirando en dirección de Lisa con un cierto eje de desesperación en su rostro—: ¿Estás bromeando, no es así, Lisa…? Tienes que estarlo.
Un bufido y un ceño fruncido por parte de la pequeña bastó para acallar a la castaña, era obvio que había ofendido a la pequeña, más sin embargo, la joven científica prosiguió.
—No encuentro hilarante el desdeñar los gustos y pasiones de mi hermano mayor—, agregó seca, sus ojos mirando en dirección de Lynn, procurando un respingo y un rostro bajo en vergüenza—: O disminuir el hecho de que laboró lo suficiente como para adquirir semejante cantidad de dinero—, una mano se alzó desde detrás de la laptop, empujando sus lentes hacia su rostro, antes de suspirar, sus hombros cayéndose en derrota al proseguir—: Pero, si el problema fuese monetario, estoy segura de que podríamos solucionarlo con trabajo duro. Pero nuestras contrariedades no terminan allí.
Ignorando el respingo de las chicas, Lisa miró en dirección de su pantalla, sus dedos rápidamente buscando el sitio de venta y el historial del lugar, procurando información extra que un par de bloggers locales habían publicado al respecto.
—Lincoln no sólo compró una edición sumamente escasa de un cómic raro, logró que Bill Buck firmara la portada—, de nuevo, la exclamación de sorpresa de las hermanas no se hizo esperar, pero Lisa no comentó más, ya no había que aclarar más sobre el asunto, comprendían la gravedad de lo ocurrido.
Lori de nuevo sintió que necesitaba sentarse, de hecho, su mundo parecía estrujarse, al punto en que sus oídos parecían ser incapaces de escuchar salvo un agudo silbido y el ritmo de su aterrado corazón. Cerró los ojos por un par de segundos, necesitaba reposar, pero tan pronto los abrió, se encontró con Leni y Luna en frente de ella, no, si la sensación de su espalda tocando el incómodo sillón de la familia era de juzgarse, estaba reposando en él, ¿Qué había pasado?
—Shh, shh, despacio Lori, te desmayaste…
La rubia frunció el ceño, ella no se desmayaba, eso era algo más típico de Leni, no tenía tiempo para estarse desmayando.
—Ayúdame a levantarme…
—Lori…
—Luna, ayúdame a levantarme, o juro por Dios que te arrojaré al otro lado de la habitación…
Un ceño fruncido fue lo que recibió a cambio, pero de mala gana o no, la castaña le ayudó, quizás después enmienden las cosas, realmente no merecía el maltrato, pero Lori no podía seguir perdiendo el tiempo, necesitaba una solución lo más rápido posible.
—De acuerdo—, comentó la rubia, ignorando el ligero tambaleo en sus piernas ante el súbito alzar, miró a su alrededor y podía ver que sus hermanas no se habían movido de allí, más nerviosas que nunca al haberla visto colapsar de esa forma, Lynn por suerte, ahora permanecía sentada al lado de Luan, quien seguía frotando sus manos luego de lo que se había revelado.
—Para empezar, hemos dañado un cómic estúpidamente valioso, ¿e irremplazable? —,. Mirando en dirección de Lisa, la pequeña asintió, no había necesidad de preguntar por el precio de un posible reemplazo, incluso si vendieran sus posesiones y acumularan sus ahorros, Lori estaba segura de que la segunda opción sería significativamente más costosa de lo que Lincoln pudo lograr—: Perfecto, por lo que comprar uno es improbable, quizás imposible, mucho menos podremos conseguir que el autor lo firme en cuestión de horas…
El resoplido que emergió de Lynn detuvo a Lori en el acto, la chica había estado encrespando sus nervios y midiendo su paciencia desde que el evento ocurrió, pero Lori sabía que no podía perder la cabeza, se suponía que era quien estaba encargada de la seguridad de sus hermanos, se suponía que ella fuese la responsable en el hogar cuando sus papás estuviesen trabajando.
—Tampoco serviría de mucho, ¿no es así?
—Lynn… juro por Dios que-
— ¿Y qué si tuviésemos que vendernos a nosotras por comprar un estúpido reemplazo? —, espetó la castaña, procurando siseos y aspiraciones ante lo que dijo, la paciencia de Lori rápidamente esfumándose, su cordura rompiéndose en el acto, ira rápidamente ascendiendo a niveles jamás experimentados, la mayor de las Loud volteó en dirección de la chica, dispuesta a arrojarse encima de la misma, al diablo con las consecuencias, sólo para detenerse en seco al ver a Lynn temblar profusamente en brazos de una igual de destrozada Luan que apenas podía contener su llanto en un valiente, pero inútil intento de consolar a su hermana—: Nada va a reemplazar el hecho de que destruimos algo por lo que trabajó por tanto tiempo, ¿Dinero? ¿La calidad del cómic? Nada de eso se equipara al hecho de que en cuestión de minutos destruimos todo lo que por meses…
El 'crac', que Lori escuchó quizás fue imaginario, pero no podía evitar haberlo escuchado, el sonido de las defensas en la joven deportista desmoronándose, dejando salir todo aquello que había estado tratando de contener hasta ahora, rápidamente provocando una reacción en cadena que la mayor de la Loud no pudo detener, ¿Cómo y cuando sus piernas de nuevo fallaron y sus emociones parecían emerger de ella como ratas de un barco que se hunde?
Las palabras de Lynn golpearon duro y certero, esfumando la ira y el enojo que parecían a punto de consumirla hacía unos segundos atrás.
Lori sintió una fuerte presión en su cabeza, su corazón latía fuertemente y sus manos sudaban, realmente estaba al punto de un colapso nervioso, tantas cosas habían ocurrido en cuestión de unas mugrosas horas, conglomerando el agotamiento tanto físico como emocional que había estado experimentando todo el día hasta formar un tumulto en ella que amenazaba con sofocarla lentamente.
Podía verlo tan claro como el cristal, la puerta de la casa abrirse y la expresión de sus padres ante todo lo ocurrido: la decepción, el horror, el disgusto. Pero más que nada, el daño que quizás había procurado en su hermano menor por mera fama efímera en la red. Su corazón casi se fractura de forma instantánea al vislumbrar un futuro donde Lincoln no estuviese con ellas, su mundo y su familia al borde del colapso…
—Quizás tenga una solución a nuestros problemas…