Primera historia, espero que sean amables conmigo.

Pero siéntanse libres de comentar libremente.

PROLOGO

Todo el mundo necesita unas vacaciones. Desde tiempos antiguos los humanos han necesitados un periodo de liberación de sus actividades rutinarias, ya sea para relajación, esparcimiento, o mero placer, la verdad es que desde jóvenes tomamos vacaciones.

Y es eso lo que nos lleva aquí y ahora; después de todo, unas vacaciones ya venían merecidas para este sujeto.

Al menos para el público en particular, sería extraño pensar en que este tipo de verdad las necesitara. Si la vida escolar de un universitario fuera todo lo que le preocupaba, es normal pensarlo; incluso con sus prácticas en la banda de un amigo podría verse como normal, incluyendo las ocasionales reuniones con amigos en aquella extraña tienda dulces; si, incluso con eso su vida podría ser descrita como normal y desprovista de emociones fuertes que lo hagan una persona urgida por unas vacaciones; si, si eso fuera todo.

Pero no lo era.

Después de todo, al terminar la guerra de invierno, con la parida de los capitanes y tenientes, además, con el descenso de su amigo de las filas, toda la responsabilidad de cuidar la ciudad había recaído sobre sus hombros y los de los otros dos.

Pero después de lo recientemente ocurrido con el agente perdido. Al regresar su amigo para tomar el mando de la protección de la ciudad, realmente se sentía como que no era necesario por ahora. Por lo que al terminar el periodo escolar decidió tomarse unas vacaciones, y por consejo de su bien dotada, pero despistada amiga, había decido viajar por el país; no sin antes consultárselo al más sensato del grupo y después de que este le expusiera todos los puntos buenos de hacer el viaje, opto por embarcarse en esta aventura.

Así que el día del inicio de su travesía había decidido viajar en autobús para ahorrar y poder ir calmadamente, ya que la calma y la quietud lo caracterizaban.

Entonces tomo sus maletas y subió el primer escalón del autobús cuando escucho la despedida de sus amigos por décima u onceava vez, no estaba seguro, pero lo hizo sentirse feliz que a pesar de que les dijo que no era necesario venir a despedirlo, estos se tomaron la molestia de hacerlo de todas formas. Tal vez por eso debería corresponderles.

Y así, girando un poco su cuerpo vio la alegre y juguetona Orihime agitando la mano vigorosamente; al otro lado Uryuu se limitó a acomodarse las gafas antes de hacer un gesto leve con la mano y darle una sonrisa reservada pero amigable, por último, pero no menos importante, Ichigo solo puso sus brazos detrás de su cabeza y le dio una enorme sonrisa dentuda antes de despedirse nuevo.

"Nos vemos, Chad"

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