Harry Potter es de JKRowling


Siete citas en el pasado

UNO

Harry Potter logró zafarse del inesperado agarre que lo arrastró hasta la Cámara Secreta. Sintió terror al pensar que Tom Riddle había regresado de alguna forma, para cobrar venganza por su diario recién destruido.

Pero resultó que se trataba de una mujer. Una bruja, sin duda, a pesar de su vestimenta: una curiosa mezcla de milicia muggle y ciertos detalles mágicos. Ella lo dejó en medio de la Cámara, demostrando la fuerza de aquellos brazos femeninos y duros por una obvia exigencia física constante. En ese movimiento, Harry alcanzó a ver un tatuaje en forma de rosa, pequeño y descolorido, como si no se hubiera realizado de manera correcta, en la parte interior de la muñeca derecha de la bruja.

―¿Quién eres?

Ella le sonrió, iluminando su rostro bronceado y hermoso. Sus dientes eran rectos, muy blancos.

―Es bueno verte con vida, Harry.

Como siempre, el mundo mágico le demostraba que su rareza era infinita. ¿Con vida? ¿Cuándo murió? Definitivo no ese año escolar, aunque estuvo cerca. Miró incómodo el espacio donde Ginny Weasley casi murió también. Contuvo un escalofrío y regresó su atención a la bruja desconocida.

Notó que su ropa tenía manchas de sangre, nuevas y viejas. Un pañuelo dorado, muy desgastado y viejo, estaba amarrado en su antebrazo izquierdo. Pero Harry no pudo dejar de apreciar el top negro que cubría su pecho, bien apretado, ni el abdomen lustroso, centro de una cintura angosta.

Por primera vez, Harry sintió verdadera atracción física por una chica… una mujer. Ella debía tener veinte años, por lo menos. Agradeció que su túnica de Hogwarts escondiera la evidencia de dicha atracción.

No es fácil tener casi trece años de edad.

Además del pequeño top negro (Harry se obligó a despegar los ojos de ahí), la bruja traía puesto un pantalón militar y botas a juego. En la cadera, amarrada, había una camisa demasiado grande para ella, de lana barata. También había un cinturón con un cuchillo y un pequeño bolso, más apropiado para ir a un baile que a una guerra, muy bonito. A excepción del pañuelo dorado, sus brazos y hombros estaban desnudos. No usaba maquillaje o algún tipo de joyería.

Su labio inferior era ligeramente más grueso que el superior. Y sus ojos… tan extrañamente conocidos y, a la vez, únicos.

―¿Te conozco?

―¿No me reconoces? ―parecía divertida, luego preocupada― ¿Eso será bueno o malo? ―agregó, en voz baja, pensativa. Soltó un gran suspiro y se sentó ahí mismo, en el suelo.

―¿Debería reconocerte?

―Honestamente, Harry, será mejor que comiences a desarrollar una mejor atención a tu alrededor. Necesito que seas brillante, ¿de acuerdo?

El tono mandón y esa expresión fueron demasiado para él.

¿Hermione?

Buscó el desastroso cabello de su mejor amiga en esa desconocida, pero sólo había un montón de trenzas, pegadas al cráneo, que la hacían ver más peligrosa y bonita. Miró de nuevo los ojos de la bruja: un atardecer en otoño.

Hermione.

―¿Cómo puede ser? ¿Qué… qué te pasó?

Las manchas de sangre cobraron otro sentido para Harry. Su mejor amiga estaba lastimada. Una mancha en especial parecía alarmante: en su muslo derecho.

Ella pareció notarlo ―Tranquilo. Apliqué varios hechizos de coagulación. Vengo del futuro, por supuesto. Usé un giratiempo, es decir, un artefacto mágico que te permite viajar al pasado… o al futuro. Pero no entremos en detalles. Tengo el tiempo contado. Vine a advertirte.

―¿De qué?

Harry no podía terminar de creer la historia de Hermione, o la versión adulta y demasiado sensual de su mejor amiga de trece años. ¿En serio eran la misma? Imposible.

Hermione le hizo un gesto para que se sentara también. Harry obedeció, un poco intimidado y a la vez fascinado por ella.

―De mucho, me temo. Pensé en viajar al pasado, una sola ocasión, para darte toda la información necesaria. Pero luego razoné que era demasiado para ti, que algunos detalles podrías olvidarlos, o que el futuro cambiaría tanto que la información original ya no te serviría. Entonces hice un plan: venir a verte una vez al año, siete veces. Así te explicaré lo suficiente para ir arreglando el futuro, y al mismo tiempo controlaré la situación hasta que sepa que ganamos.

Harry ya no tuvo dudas de que Hermione era Hermione. Sólo ella podía razonar, deducir y planear tantas cosas que, para él, sonaban complejas, extraordinarias y preocupantes.

―¿Arreglar el futuro? ¿Qué pasó?

Hermione (no podía dejar de pensar su nombre con otra entonación, una mucho más sugerente y dura) desvió la mirada, perdiendo la sonrisa. Su mano izquierda acarició el tatuaje en forma de rosa de su muñeca derecha, en un gesto que pareció inconsciente.

―Fue buena idea hacerlo así ―dijo después de varios minutos en silencio―. Eres muy pequeño para escuchar la historia completa. Cada año te revelaré un poco sobre lo que ocurrió… lo que tú evitarás que ocurra.

Se sintió un poco ofendido. Trece años lo volvían, por fin, un adolescente. ¡Ya no era un niño! Aunque eso, en realidad, nunca le había importado antes.

―Si soy tan pequeño, ¿por qué elegiste este momento para venir?

―Porque recién derrotaste a una versión de Tom Riddle, y de paso destruiste un Horcrux. Eso me ahorra un poco de explicaciones. Además, supuse que tras dos años en Hogwarts, sería más fácil para ti aceptar los viajes en el tiempo; en caso de que no me creyeras o desconfiaras de mí.

Harry se sorprendió por eso último ―Eres Hermione, ¿cómo podría desconfiar de ti?

Y lo dijo pensando en su Hermione, no en Hermione inalcanzable de abdomen perfecto.

Su comentario le valió una nueva sonrisa de ella.

―Bien, eso ahorrará aún más tiempo. Eso es lo más importante.

―¿Qué sucedió?

―Primero debes jurarme que no hablarás de esto con nadie, Harry. Ni siquiera Dumbledore. En especial, Dumbledore. Y yo. Quiero decir, mi yo de tu presente. Estoy segura que intentará saber todo lo posible, ¡soy insufriblemente curiosa! Y eso causará muchos problemas. Debemos alterar el futuro, pero a cuentagotas. Aún así, el efecto de cada cambio será imposible de medir.

―Suena complicado…

―Podrás con esto. Lo sé. Te he visto hacer las cosas más extraordinarias, Harry. Eres un gran mago.

Cuando Hermione le decía eso, Harry sentía una extraña vergüenza y ganas de de bajar la cabeza. No estaba acostumbrado a los halagos. Pero en la voz de Hermione le pareció un reto, una misión que cumplir…

―Haré mi mayor esfuerzo.

El rostro de Hermione se endureció ―Eso espero. Debes comprender algo: esto no lo hago por mí. Es imposible cambiar mi presente. Pero no quiero que tu futuro, el de Ron o el de Hermione de esta época sea igual. Los tres merecen algo mejor.

Harry se alegró de saber que Ron también seguía con ellos. Amigos hasta el final.

―¿Cómo está Ron?

Hermione apretó los puños ―No hagas preguntas del futuro. Esa es la regla. Yo te daré la información que crea conveniente; si tienes dudas específicas de eso, podrás hablar. De lo contrario… Silencio.

Eso no le dio mucha tranquilidad, pero al ver el atuendo de Hermione, comprendió que quizá era lo mejor.

Por ahora.

―Bien. Dame la información.

―¿Prometes no contarle esto a nadie?

―Lo prometo.

―Haremos un juramento inquebrantable. Así tu magia te obligará a mantener tu palabra. No es que no confíe en ti. Debo asegurarme de que nada, ni siquiera veritaserum o Legeremancia, pondrán en peligro nuestro secreto.

―¿Qué es Legeremancia?

―Te lo explicaré después.

Harry se contuvo de girar los ojos. Esto iba a ser desesperante. ¡Él también es un mago curioso!

Sacaron las varitas para jurar.

―Esa no es tu varita, ¿qué le pasó a la tuya? ―preguntó Harry. Hermione le echó una mirada molesta― Cierto. No preguntas sobre el futuro.

Procedieron a hacer el juramento. Harry sintió su magia sellando cada palabra que dijeron. El poder de Hermione, en contacto con el suyo, lo sorprendió y cautivó.

Era hermosa.

―¿Listo para saber todo sobre tu tercer año en Hogwarts?

Harry asintió, seguro. No iba a defraudar a Hermione.

Ella se acomodó mejor en el piso, recargando sus codos en sus rodillas. Tomó aire antes de empezar a hablar, mientras su mirada se perdía en algún punto de la Cámara.

―Sirius Black es el principal cambio que deberás generar…