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Vela blanca
Kiku Honda POV
En la corona de adviento aparecen cuatro velas, de las cuáles se destaca la vela rosada que se enciende en el tercer domingo. Quizás los has visto en algún lugar, pero entre la noche del 24 y las primeras horas del 25 de diciembre se enciende una quinta vela: El Salvador ha nacido y está entre nosotros.
Esa explicación me lo dijo mi amada Lucía cuando estaba entre nosotros. Por esas fechas nos habíamos comprometido y, cuando la visitaba llegaban la mayor parte de sus familiares a excepción de Juanita.
Nunca la conocí en persona, solo por fotografía.
Cuando le pregunté a Lucía el motivo del porqué de su ausencia, mencionaba que siempre estaba ocupada aunque la realidad del asunto (y aunque mi novia intentara ocultármelo), terminé descubriendo lo que pasaba realmente: Se convertía en el blanco de los comentarios por su peso, de andar "en liana", de ser conflictiva, de no estar a la vanguardia.
Simón les regañaba duramente aunque, cuando han ocurrido desastres en la casa principal, todos se reúnen y ayudan (para después terminar discutiendo si las quesadillas llevan queso), unidos son fuertes, aunque en ocasiones lo olvidan.
Amor de primas
-Cuando los abuelos remodelaron la casa – Expresó Lucía mientras Bumblebee continuaba recorriendo los caminos. – Simón, y algunos de los hermanos estaban impacientes por ignaurarla, desde ese entonces, algunos de ellos estaban por nacer o e incluso, tomarían una decisión determinante.
-¿Te refieres a la llegada de Chiapas? – Preguntó Feliciano con curiosidad mientras ella asentía con la cabeza.
-Cuando Chiapas llegó, había crecido con la tía Alicia Betancourt (Guatemala) y adoptó sus propias costumbres, aunque el abuelo Imperio Maya fue quien determinó parte de su identidad. Recuerdo claramente cuando dijo: "Seré su hermano por decisión, podrán contar conmigo, estoy acostumbrado al trabajo del campo, juntos seremos fuertes". Me sentí muy feliz.
Escúchese a Bee sintonizar la radio y escuchar de fondo: Santa Claus llegó a la ciudad.
-Pero – Hizo una pausa la mexicana observando por los cristales algunos edificios como el Angel de La Independencia. – Cuando la familia crece, también nos damos cuenta del carácter que tenemos, pero en ese entonces, el mío no era el mejor.
La mexicana empezó a recordar parte de su niñez en donde sus primos y hermanos se peleaban por tener al ángel dorado en sus casas.
-¡Yo lo quiero porque me dicen la perla de occidente! – Expresó Guadalajara haciendo berrinche.
-¡No, es mía porque soy el ingeniero industrial y estudio los metales! – Respondió Monterrey.
Mientras que Lucía rompía en llanto por querer el angelito y discutía fuertemente con ellos.
Juanita observaba en un rincón como se agarraba literalmente del cabello con el resto.
-¡Dején de pelear, se lo dejaremos a Lucía! – Expresó su abuelo.
-En ese entonces, me sentía la consentida de la casa y empecé a construir muchas cosas como a su vez cada día la familia empezaba a hacerme conflictos, sin embargo, Juanita llegaba cuando me lastimaba y al mismo tiempo me hacía de comer. – Suspiró tristemente – Y cuando tenía vacaciones, la visitaba porque observaba que en su casa tenía una selva muy grande, agua en cantidad, muchos animales y conservaba varias casas en buen estado de su abuelo.
-¡Vee, me gustaría ir a comer en casa de Juanita! – Gritó Feliciano con felicidad.
Kiku observó que Lucía estaba triste.
-¿Qué ocurrió? – Preguntó el asiático de forma respetuosa.
Esbozó una leve sonrisa.
-La última vez que nos vimos – Mencionó la mexicana – Ella había regresado de un viaje, le comenté que te presentaría como mi novio, aunque sea por foto deseaba que te conociera pero…
Las lágrimas de la mexicana le impidieron continuar mientras que Bee cambiaba la canción por otra de José Luis Perales: Canción de Navidad.
La confesión de Juanita
-¿No crees que es el momento de estar con tu familia? – Preguntó Optimus en tono neutral.
Habían transcurrido un par de días sobre el incidente con Kiku y Megatron. Meditó sobre lo que debía responderle al autobot.
-Cuando mi casa se cae cuando tiembla, Simón y Lucía me ayudan y algunos se quedan viendo a lo lejos, pero si se cae la casa de Acapulco o de Cancún, todos ayudan. – Expresó con nostalgia. – Sus amigos visitan las casas del centro, del norte y se van a algunos a Cancún… y algunos otros llegan a visitarme aunque no destaco en ingeniería en sí.
-La familia no es perfecta.
La mexicana asintió.
-Sin embargo amigo – Mencionó con tristeza la mexicana. – Cuando Lucía me platicaba de su novio, ella era la mujer más feliz del mundo, todos le observábamos lo enamorada que estaba… Yo no quise conocerle por fotografía, porque no quería que se repitiera la escena del ángel.
-¿Podrías explicarte mejor?
-A mí me gusta las cosas que tienen Lucía y Simón pero piensan que por la poca estabilidad de mi casa no sea capaz de cuidarlas como ellos, Lucía ha tenido pretendientes y he visto como la familia se pelean por quedárselo o, peor aún, quitárselos de a huevo… No quería que pasara eso.
-Eso significa que ¿Conocías a Kiku con anterioridad?
-No exactamente carnal – Le dijo la mexicana.- Algunas personas que viven con Kiku me han visitado y son muy cortés, respetuosos, les interesa lo ancestral, disfrutan convivir con los de mi casa aunque no todos tengan un carácter tranquilo, y son ellos así porque Kiku les ha enseñado valores, y eso es algo que… a mí me gusta de alguien.
Juanita lloró.
-Lucía ha cerrado el ciclo y está consciente que todos deben continuar con su vida.
La mexicana se enjugó las lágrimas cuando su celular vibró recibiendo un mensaje de Simón:
"No olvides llegar a cenar, te esperamos".
-No me atrevería a ir, después de lo que pasó hoy….
-Solo no te precipites en tomar una decisión drástica, ¿quieres ir a casa?
-Gracias Optimus, por estar conmigo. – Le mencionó mientras aceleraban buscando la dirección de la casa de Juanita.
Habían llegado a una de las casas en donde ella acostumbraba a quedarse: era una construcción de dos pisos estilo cabaña, con espacio suficiente para albergar a un vehículo como Optimus. En el semblante de la mexicana se observaba que ella estaba agotada y cayó sobre la cama boca abajo mientras se sumergía en un sueño profundo.
-Nadie merece pasar en soledad la Navidad. – Mencionó Optimus mientras buscaba comunicarse con Bumblebee.
Juanita había dormido unas cuatro horas cuando un alboroto fuera de su casa la despertó.
-¡¿Quién andará fregando a éstas horas?! – Preguntó en voz alta mientras se despertaba cuando notó que una figura femenina se acercó a ella. -¡Lucía, no me asustes!
La susodicha empezó a reírse.
-Debes arreglarte, pronto llegará el Salvador, además, hoy debes lucir muy especial.
-¿Qué te traes? – Preguntó
-Solo quiero que, seas feliz y que siempre contarás conmigo.
-Creo que no debí dejar la botella de Tonayán en la mano. – Respondió tratando de evadir eso lo que logró que Lucía se riera.
Juanita observó que habían instalado con rapidez las carpas para protegerse del frío, la comida, algunas piñatas y principalmente, el Belén estaba adornado. Desde la ventana pudo divisar a Optimus y a Bee quienes ayudaban en colocar las luces.
-¡Fuiste tú, viejo amigo! – Esbozó una gran sonrisa.
Epílogo
-Y entonces el Tío Feliciano trajo pasta para la cena y a mí me tocó traer el pollo de KFC. – Se escuchó decir a Kiku quien platicaba con varios niños, de los cuáles una bebé se destacaba entre el público mientras chupaba su mano intensamente. – Así, de esa manera me gané el corazón de su tía.
-¡WOOOW! – gritaron a coro los pequeños.
-Y ahora, es tiempo de romper la piñata. – Expresó Kiku mientras los pequeños corrían entusiasmados hacia el patio.
El asiático de forma cuidadosa llevaba al pequeño hacia el exterior mientras él movía sus pies de forma entusiasmada.
-Ha pasado tres años pequeña Lucia – habló Honda formalmente – Tuve ayuda de Optimus, Bee , Simón y Feliciano como también de tu tía quien desde allá arriba nos ve junto con el Señor Roma. – Se escuchó una risa de la pequeña – Pronto vendrá mamá con Optimus, ellos fueron a llevar muchas sonrisas a quienes lo necesitan pero ¿sabes? - Expresó Kiku – Ellos no lo hacen solo en Navidad, procuran hacerlo siempre y en la medida de sus posibilidades, el ser generoso y tener un corazón noble es una de las virtudes más grandes que pueden tener.
Estaba por continuar el asiático cuando escuchó el sonido del motor de un tráiler acercarse como a su vez, un camaro les acompañaba.
-¡Ya llegaron! – Expresó tratando de escucharse animado.
La pequeña Lucía extendía sus manos, y observó que los dos vehículos se transformaban mientras de su interior aparecían Juanita, Simón y Feliciano. El asiático se acercó a saludarlos mientras que con un cálido beso en los labios le obsequiaba a su esposa.
Optimus por su parte contemplaba el firmamento junto con Bee mientras se escuchaba a alguien decir que pronto encenderían la vela blanca: Por fin ha nacido el Salvador.
En donde quiera que se encuentren, les deseo que en estas fiestas disfruten de la compañía de sus seres queridos como el agradecerles el tiempo que le dedicaron a la lectura, seguimiento y críticas al fic.
Felices fiestas.
Eagle.