Los personajes de esta historia no me pertenecen son propiedad de la gran Rumiko Takahashi.

El cielo estaba nublado, el ambiente frío y lúgubre, la ausencia de gente en las calles, los relámpagos que alumbraba de vez en cuando y el viento sacudiendo su corta melena, complementaba la personalidad de la chica.

Eran altas horas de la noche, los ciudadanos se encontraban ya en sus hogares ,descansando de la rutina a excepción de algunos vagos que paseaban por las calles buscando un lugar donde refugiarse de la posible lluvia que amenazaba en caer.

Algunos negocios estaban abiertos, solo restaurantes o tiendas nocturnas, más estaban casi vacíos pues nadie saldría a menos que sea realmente necesario.

Ella caminaba sin ninguna preocupación, ni siquiera portaba en sus manos un paraguas, sabía que si en caso debía ocuparlo, no sería problema conseguir uno, su capacidad de manipular y persuadir se lo otorgaría.

Nerima no era una ciudad peligrosa, así que podía pasear con tranquilidad no es como que eso importara, aún si se tratara de la peor ciudad ella no temia, a nada, ni a nadie.

No era peleadora, ni mucho menos se la pasaba dando patadas y golpes como su hermana, pero tenía algo, algo que pocas personas tienen y que de ser necesario la sacaría de cualquier situación.

Una brisa de viento la hizo estremecerse, no le causó molestia, por el contrarío, el frío era algo que le agradaba, como si fuera parte de ella.

Llego a su destino, se paro frente a la gran reja de la escuela furinkan, se quedó unos segundos pensando, que estaba haciendo ahí y entonces el recuerdo de lo sucedido esta mañana llegó a ella.


esta mañana en la oficina del director...

"la pareja de enamorados", como eran llamados en la escuela, esperaban impacientes que el hombre de playera floreada y una Palma en su cabeza, dijera el motivo por el que fueron llamados.

Tenian unos veinte minutos parados frente a el, quien desde que entraron no dejó de tocar su uculele como si se encontrara solo.

- ya diga algo viejo loco.

El joven de trenza larga golpeó el escritorio provocando que los objetos en este saltarán, el hombre dejor su instrumento a un lado con toda delicadeza, se sento recto en su silla.

- si, que se te ofrece Ranma - hablo como si nada.

- no sé aga el malentendido usted nos mando a llamar.

- mmm , déjame ver - empezó a buscar en su escritorio- reglas del estudiante- empezó a leer- ningun estudiante tiene derecho de faltarle el respeto a su superior , si es el caso es castigo...

No lo dejo terminar, le arrebató la hoja de papel y la arrugo con su mano.

- Ya déjese de boberías.- gritó.

- señor, porfavor, podría decirnos el motivo por el que nos mando a llamar. - Interrumpió su prometida.

- lo vez Ranma deberías aprender un poco de tu prometida- el chico bufo y se cruzo de brazos- los mande a llamar - dijo al fin- porque tengo una muy importante tarea para ustedes.

-¿Tarea?... ¿y quién es usted para darnos una tarea?- dice de forma altanera el muchacho.

- Soy tu director niño insolente.- se levanta para hacerle frente.

- eso no me importa- Lo reta ,cruzándose de brazos.

- ¿no te importa que te expulse de la escuela?.

- soy un peleador, la escuela no me sirve de nada.

- tienes razón Ranma, tal vez un regalo ayude en tu decisión- le entrega una piña y el muchacho la toma en sus manos.

- Ranma no...

Su prometida intentó advertirle pero ya era tarde la piña explotó en sus manos dejándolo envuelto en cenizas y el cabello alborotado, al igual que su ropa rasgada.

- ahora si ya verá.

Se lanzó por encima del escritorio y comenzó a atacarlo, el hombre saco de quien sabe donde una máquina para cortar el cabello y unas tijeras.

- te voy a cortar el cabello de una vez por todas.

- solo si me atrapa.

El muchacho esquivaba los ataques del hombre que era rápido más no más rápido que el, las cuchillas filosas de la máquina pasaban frente a el en lo que parecía cámara lenta.

Ranma cayó en una de las trampas del director, quedando colgado del techo con sus brazos y piernas atadas con una soga.

comenzó a tambalearse de un lado a otro para evitar que su trenza fuera arrancada por las cuchillas, cada que el director fallaba el muchacho se burlaba sacándole la lengua.

- lo haremos.

La repentina interrupción de Akane los obligó a voltear a verla.

- ¿qué?, estás loca.

- bien dicho Akanita, tu si eres una persona razonable- mientras hablaba con ella seguía intentando cortar el cabello del muchacho.

- a cambio... - el director deja de hacer lo que hace y voltea a verla - a cambio dejara de perseguir a Ranma para que se corte el cabello.

- pero Akanita - rodea el escritorio y para frente a ella - eso es una regla de la escuela.

- acepta o no .

- dejame ver - pone su mano en la barbilla.

- a la una... a las dos...

- esta bien esta bien- regresa a su escritorio, rompe la cuerda de la que colgaba Ranma provocando que este cayera de cabeza en el suelo y saca unas unos documentos.

- ¿qué es eso? - pregunta Ranma sobandose la cabeza por el golpe.

- hace una semana la aparición de un misterioso personaje me esta causando problemas.

- ¿personaje?.

- dicen que es un fantasma las únicas en presenciarlo fueron atacadas, dicen haber visto una especie de sombra negra y nada más.

- ¿ entonces usted quiere que acabemos con lo que sea eso?.

- ustedes dos son los más fuertes de la escuela.

- es un trato.

en ese momento la puerta es derrumbada por un joven que portaba una espada tradicional del kendo.

- yo soy en rayo azul de la escuela furinkan y es mi deber defender a los más débiles... ya no temas mi querida Akane- la toma de ambas manos- yo te protegere de ese fantasma.

este es el pretexto perfecto para pasar tiempo extra con mi amada

- ni lo pienses- Ranma lo golpeó dejándolo inconsciente.

Esta vez la ventana fue derrumbada, una chica de cabello largo castaño con uniforme de chico y una enorme espátula en su espalda, la atraviesa.

- Ranchan cuenta conmigo para ayudar.

no permitiré que estés a solas con mi Ranchan.

- Ukyo.

- yo también iré.

todos voltearon a donde provenía aquella voz femenina.

- tuuuu. - dijeron al unísono.


Sonrió al recordar aquel momento, sabía que si en realidad había un fantasma es la escuela, grabarlo le dejaría muy buenas ganancias y en caso de no serlo también ganaría, siempre que este grupito de locos se reúnen en una misión ocurren muchas cosas.

Continuo su camino y se adentró en la ahora vacía escuela.

- ya era hora dijimos a las 8 en punto - Akane, Ukyo, Kuno y Ranma esperaban impacientes.

- solo son unos minutos- se encoje de hombros.

- 145 minutos para ser más exactos.

- ya no exageres hermana- comienza a sacar unas cosas de su bolso.

- ¿que son estas cosas Nabiki ? - pregunta el joven de trenza.

- solo son unos artefactos que compre especialmente para esta ocasión.

Del bolso saco unas cámaras infrarrojas adaptadas para colocarlas en la frente sin problema de que se cayera o se moviera y tres mini radios de largo alcance para comunicarse.

- pero Nabiki esto debió costarte mucho- dijo Akane sorprendida.

- hay no es nada, lo compre con esta tarjeta.

Saca una tarjeta color gris y la muestra en forma descarada, en un segundo Kuno se plantó a lado suyo y se la arrebató de las manos.

- pero si esto es mío Nabiki.

- nunca dije que fuera mía- se encoge de hombros restandole importancia.

- ya, ya hay que darnos prisa, hace frío y quiero regresar a casa pronto.

- cierto Ranma tiene razón... nos vamos a dividir para cubrir más espacio.

- siii yo voy con mi Ranchan - la joven cocinera que se había mantenido en silencio hasta el momento se colgó al brazo del muchacho.

- este... Ukyo... bueno...

Ranma sintió un escalofrío recorrer su espalda, era esa clase de escalofríos que sentía cada que un mal se acercaba.

Detrás de él su prometida se le formaba una vena es la frente y su aura de batalla aumentaba a pasos agigantados, ambas manos colgaban a sus costados formando dos puños mortales.

- Ukyo tu vendras conmigo.

La intromisión de Nabiki logro que la chica perdiera concentración de cualquiera que fueran sus pensamientos.

- y a ti quien te nombro líder ... yo iré con mi Ranchan quieras o no.

Nabiki se acercó a ella tranquila y le dio uno de los radios.

- las cosas se hacen como yo diga y si no te gusta, te puedes ir.

- quien te crees que...

No la dejo terminar cuando le dio la espalda y camino hacia Akane, le entrego otro de los radios.

- tu iras con Kuno hermana.

- pero...

Igual que con Ukyo no la dejo terminar cuando le dio la espalda esta vez para dirigirse a Ranma.

- y tu cuñado no creo que te moleste ir solo, después de todo eres el más fuerte - le entrega el último de los radios.

- claro que no me molesta.

- bien, Ranma tu iras al piso de abajo, Akane y Kuno Irán al segundo y nosotras iremos al último piso, cualquier cosa estaremos en contacto... alguna duda - Akane abrió la boca para protestar pero no le dio oportunidad. - entonces andando, mientras más rápido empezamos más rápido estaremos en casa.

Camino hacia el edificio sin importarle nada más, segura de si misma, sabía que tenía al control y no dejaría que las cosas se le salieran de las manos.

Los chicos se vieron entre sí con cara de duda, más no dijeron nada y se decidieron a seguir órdenes.

Así era Nabiki tenía ese don que hacía que todos la siguieran aún sabiendo que esto podría llevarlos a una trampa.

No importaba la situación, siempre lograba lo que se proponía... siempre... siempre.. siempre...


"Ranma... Ranma... te necesito... porfavor... sálvame..."

Había pasado una hora desde que entraron a la escuela en busca de un supuesto fantasma que atacaba a las estudiantes.

Ranma boztesaba, la paciencia no era uno de sus fuertes y estar ahí solo, le hacían pensar que tal vez no encontrarían nada, pensaba en los demás, ¿qué tal que eran atacados?, en el segundo piso tal vez, Kuno sería derrotado fácilmente, era débil, lo tenía comprobado, incluso Akane era más fuerte que el, aunque ella tampoco era tan fuerte, siempre terminaba metida en problemas, indefensa, en espera de el para salvarla y siempre de alguna forma u otra el llegaba a tiempo y la rescataba.

Hacia dos años que llegó a Nerima su relación con ella había mejorado, bastante ya casi no peleaban... casi... pero aún así seguían apareciendo los problemas, sus enemigos, sus prometidas y siempre era ella la que salía dañada.

Y si estaba en problemas, que tal que esa cosa los atacó y Kuno no la pudo proteger, no, era seguro Kuno no podía protegerla, el y solo el era el indicado para esa tan pesada tarea.

Llego a su mente las imágenes de lo que seguro estaba pasando, Kuno tirado en el suelo inconsciente, Akane de testaruda negándose a pedir ayuda, esa sombra o lo que sea se lanza sobre ella y ...

- Akaneeee- su propio grito lo sacó de sus pensamientos.

Un presentimiento recorrio su espina dorsal, sabía que cuando eso pasaba era que algo no andaba bien, siempre confiaba en sus instintos y nunca había fallado.

De repente un enorme trueno resonó en todo el edificio y segundos después las luces se apagaron por completo dejando el lugar en la total penumbra.

- lo que faltaba.

Busco entre sus cosas una lámpara o algo que le permitiera un poco de luz pero no encontró nada, ser precavido tampoco era uno de sus fuertes.

Termino dándose por vencido y buscar a los demás, tal ves ellos tengan algo que le sirva, busco entre sus ropas el radio comunicador pero no lo encontró, no supo como o en que momento lo perdió.

Miro a su alrededor o almenos lo intento, la oscuridad era más que inmensa y debido al mal clima de afuera la luna estaba cubierta por completo, lo único que le alumbraba era los relámpagos.

Sintió que las cosas no se podían poner peor y entonces fue cuando pasó... un grito desgarro su alma, un grito cargado de terror, su cuerpo se llenó de esa ya conocida adrenalina.

- Akane

Se le formó un hueco en el pecho al pensar que la visión que tuvo hace unos instantes se pudo hacer realidad.

Corrió lo más rápido que sus piernas y la falta de visión se lo permitian.

voy por ti ... siempre lo haré.


"promete que siempre seremos amigos""por siempre""no quiero volver a verte... tu y yo no somos amigos"- creo que no encontramos nada.

- porque dices eso mi bella amada, no hay peor lucha que la que no se hace, y la esperanza es lo último que muere.

El joven tomó a la chica de las manos mientras se acercaba con los ojos cerrados, a su rostro.

Akane leyó de inmediato las intenciones del muchacho y lo estampó contra el suelo hundiendo su rostro en este.

Pasaron unos pocos minutos más, ambos jóvenes comenzaban a darse por vencidos, el silencio en los comunicadores era casi sepulcral desde ya media hora.

- ¿Nabiki?... ¿Ukyo?...¿Ranma?... contesten...alguien...

Akane insistía por el comunicador pero el silencio detrás de este comenzaban a desesperarla, algo estaba pasando, no estaba segura de que pero sabia que era malo.

- Akane ahí .

Era una de las pocas veces que el joven le hablaba por su nombre,así nada más sin ningún otro adjetivo o alguna de sus fraces cursis, empalagosas y fastidiantes frases.

Sintió un escalofrío recorrer su espalda, quien sabe que cosa era esa pero tenía un aura tenebrosa, le ponía los pelos de punta con su simple presencia.

La sombre giro a la derecha y se metió a uno de los salones.

- Chicos, está aquí... me escuchan... en el segundo piso... rayos- tiro el radio y respiro profundo- tendremos que ir nosotros dos.

- no creo que sea buena idea deberíamos...

no lo dejo terminar cuando comenzó a caminar en la misma dirección que aquella sombra.

- tenian que ser hermanas .

Solo eso dijo y corrió a colocarse frente a ella, sacó su espada y se posó en forma de combate.

- o mi bella u frágil dama no temas más aquí estoy para protegerte así mi alma deba ser partida en dos jamás dejaré que te lastimes, porque...

No pudo terminar de hablar pues su rostro terminó hundido en el piso por segunda vez.

Ambos chicos entraban a aquel salón, lentamente, con cuidado de no hacer ruido, aunque en realidad el ruido no era un problema, cualquiera que fuera esa cosa sabia que estaba ahí y no solo eso si no que estaban siendo dirigidos justo a donde quería.

No encontraron nada, aquello que aya entrado ahí ya no estaba, se esfumó.

- Deberíamos ir a buscar a los demás.

- tienes razón.

- Kuno si no vas a ... espera, ¿qué dijiste?

Akane quedó totalmente sorprendida, Kuno jamás había tenido una actitud tan seria, ni siquiera en aquellas aventuras que habían tenido en el pasado, en las cuales habían estado en peligro.

No podía negar que hace un año que miraba al joven diferente, su actitud había cambiado mucho, nunca se tomó el tiempo para preguntar el motivo o tal ves en realidad no le importaba mucho.

Sonaba un poco cruel pero que Kuno dejara de perseguirla era una de las cosas que más la tranquilizaban.

Aún después se todo eso, su respuesta le dejó mal sabor de boca, no porque quisiera que la acosara sino más bien porque sentía,muy en el fondo que algo muy oscuro le pasaba.

no digas tonterías Akane.

sacudió su cabeza tratando de sacar esos locos pensamientos, cuando levantó la vista el muchacho se le perdió de vista por un segundo debido a que salió del salón y giró a la derecha.

Salio corriendo tras de él fue justo en el momento en que salió cuando un trueno provocó que diera un gran brinco, debido al silencio y el vacío del lugar resonó a tal grado de causarle escalofríos.

Segundos después la oscuridad los cegó casi por completo, las luces se habían apagado y lo único que les brindaba un poco de luz eran los continuos relámpagos.

Ambos se miraron, parecían intentar leerse uno al otro y al parecer lo hicieron pues ambos tenian ese mismo presentimiento de que algo malo, muy malo estaba por suceder.

Segundos después un grito cargado de miedo y angustia los lleno de ese mismo sentimiento.

Voltearon a donde provenía el grito y luego se volvieron a ver.

- Nabiki.

Dijeron al mismo tiempo y salieron como alma que lleva el diablo para averiguar que era aquello tan escalofriante.