Naruto No me pertenece

Prologo

Si tan solo pudiera haber elegido otro camino para ti, mi querida niña, quisiera ahorrarte todo este sufrimiento.

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Uzumaki Hana sin duda era una niña que odiaba perder, puede que su personalidad tranquila y amable la hicieran ver como la mujer ideal (para muchos hombres machistas y sin cerebro) pero en realidad era alguien muy competitiva. Puede que todo fuera porque su padre, Hiro Uzumaki era el rival de Ryoma Uzumaki, ambos como los mejores ninja de su generación que habían heredado su carácter a sus hijas. Kushina Uzumaki había sido su rival desde que nacieron, ya que sus padres si bien rivales, también eran mejores amigos.

Hana era amable con todo el mundo, pero su amabilidad se transformaba siempre que Kushina estaba en el medio de todo.

Si le preguntas a Hana, fue culpa de Kushina cuando a los dos años le lanzo una bola de barro. Todo el clan Uzumaki había visto en la ceremonia, como la adorable Hana de dos años, se transformaba en una bestia para ir tras la chica con ira asesina.

Mucho para la nieta de Ashina Uzumaki.

A pesar de ser una Uzumaki, Hana era única en su familia. Ella no había heredado el cabello rojizo de su clan, en su lugar, había heredado el cabello azulado de su madre que era una civil de la cual su padre se había enamorado. Para Hana la historia era muy romántica, su padre apareciendo en medio de la guerra en la aldea de su madre, salvándola de forma heroica, para desafiar a su padre el líder del clan, solo para casarse con su amor.

Romántico.

Su madre había sido mucho más joven que su padre, además que su cuerpo no tenía la fuerza de un Uzumaki, pero igualmente fue querida en el pueblo. Su amabilidad que paso a su persona, la sonrisa amable que siempre le había encantado.

La misma sonrisa amable en su rostro el día de la masacre de su clan, Hana de ocho años había quedado inmóvil cuando vio el rostro de su madre congelado en la muerte, antes que todo el clan estallara en rojo de sangre. Teñido por todos lados, con una luna que parecía tan roja como el mar en que se había envuelto. Antes de arrojarla en la oscuridad de ver morir a todos quienes amaba.

La próxima vez que estuvo consiente, fue cuando estuvo en el hospital de Konoha, escuchando de un ninja sobre lo sucedido con el clan Uzumaki. Como su padre, el actual líder de los Uzumaki, había muerto por defenderlos e intentado detener una inminente masacre. Toco levemente su rostro sintiendo aun el tacto de su madre abrazándola, antes de haber sido apuñalada cruelmente.

El Hokage había presentado sus respetos a ella, como algunos pobres que habían sobrevivido y decidido aceptar su propuesta de quedarse en la aldea, otros parecían recios a quedarse en una aldea ninja y se habían marchado. Ella había terminado inconsciente durante una semana.

—¿Tengo un lugar a donde ir?—había dicho con voz agria y sin deseo de nada más.

Veía la luna filtrarse en la habitación del hospital, con una luz blanca muy diferente a la roja que ella había visto aquella noche.

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Hana vuelve a ver a Kushina el día que entra a la academia ninja, ambas parecen sorprendidas de ver a la otra, pero toman una muda aceptación antes de que Hana deba ir a otra clase por ser un año mayor. Sus compañeros no parecen alegres de tener una extranjera en sus líneas, pero ella no puede evitar sentirse como que no pertenece a ningún lado. No dice nada en clases e ignora cuando la quieren presentar, ella solamente mira sus manos sintiendo la sangre en ellas, como el frio de regresar a un hogar donde nadie piensa recibirla.

El hokage le había brindado un departamento como un subsidio para vivir.

Pero no era suficiente.

No había miradas cariñosas que la recibieran.

No había abrazos de su madre.

Entrenamiento de sellado con su padre.

No las risas contagiosas de su hermano mayor cuando le palmeaba la cabeza.

Estaba sola.

Sola.

Sus ojos se volvieron oscuros, a pesar que originalmente su color era un morado algo claro, ahora parecían oscuros de la soledad en su interior.

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Hana mira incrédula en medio de la reunión, como Kushina Uzumaki fue seleccionada sobre ella para convertirse en el nuevo JInchuriki del Kyubi. Antes de la masacre de su clan, su hermano mayor había sido considerado para la laborar de ser el siguiente Jinchuriki de la bestia de las nueve colas, dado que una mujer no era una opción aceptable debido al problema del embarazo, así como que su hermano era el mejor ninja de la aldea con las reservas más grandes de chacra. Pero luego de la masacre donde ella había perdido a toda su familia, había esperado que al menos le dieran esa opción.

Ella estaba consiente que nadie quiere ser el contenedor de una bestia mitológica, pero era lo único que podría hacer en honor de su familia.

—Hokage-sama—intento llamar ella con incredulidad en su voz.

Era su deber.

No el de Kushina.

Ella debía ser la elegida.

Pero dado que la mayoría de los Uzumaki habían muerto o ido a otras aldeas, descubrió que efectivamente que los únicos dos niños disponibles para el trabajo eran Kushina y ella. Ellas habían sido traídas con ese propósito, pero lo peor, es que en cuestiones de chacra, efectivamente Kushina tenía más. Ella en cambio destacaba más por ser hábil en sellados como un prodigio, pero Kushina tendría resistencia.

De reojo noto el horror pintado en los ojos de la niña, que a diferencia de ella, su madre había sobrevivido y estaba viviendo con ella ahora. Su padre Ryoma había muerto al lado del suyo defendiendo la aldea.

Noto como la niña salió corriendo de la habitación con mirada de pánico.

—Yo podría ser un jinchuriki mejor que Kushina—hablo con algo de pánico al Hokage en busca de su cambio de palabra.

Los ojos convencidos del hombre, fueron la única respuesta.

Ella no fue la jinchuriki.

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Los niños no tenían un apodo para su persona como lo hacían con Kushina, los niños la trataban con algo de respeto cuando ella rápidamente demostró ser una de las mejores de su generación a diferencia de Kushina que dejaban de lado. Kushina era la jinchuriki odiada del kyubi, mientras ella era la niño genio que destacaba en su generación a pesar de ser una extranjera. Kushina no volvió hablarle, siempre distraída, entrenando por su lado e ignorando su existencia.

Ella en cambio termino en el equipo de Hiashi Hyuga y Shibi Aburame. Fue sorprendente ver como estaba en el mismo equipo que dos futuros jefes de clan, pero ambos parecían muy silenciosos, demasiado. No fue extraño cuando Sakumo un parlanchín como ningún otro, terminaba deprimido que su equipo fuera conformado por ninjas tan silenciosos.

Amablemente Hana era quien lo consolaba y era su sustento entre un equipo tan extraño.

No fue mucho tiempo después que gracias a sus habilidades el equipo comenzó a destacar, claramente no al nivel de Minato quien era una estrella en asenso bajo el mando de Jiraiya. Además los compañeros de Minato eran Fugaku y Hizachi.

Un buen grupo de ninjas.

En medio del campo de batalla, Hana no pudo evitar notar algo divertida que Hiashi tal vez solia verla más de la cuenta. No es que le importara, pero después de pasar tanto tiempo en la aldea sola, tener a Hiashi y Shibi como compañeros, era un paso más cerca para tener un amigo real con suerte.

—Tomar una fotografía te duraría más Hiashi-kun—dijo de forma amable y dulce mientras comían una tarde.

Sakumo se ahogó de la risa, Shibi sonrió levemente y Hiashi, el serio Hiashi, pareció mortificado por primera vez en la vida.

El equipo 8 se dio cuenta en ese momento, que la dulce Hana, también tenía un lado oscuro que no era bueno despertar. Más tarde en la misión cuando la vieron soltar cadenas de chacra y sellos que explotaron por todo el campo, notaron que podría compararse a un monstruo como Kushina.

Los Uzumaki dan miedo.

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La madre de Kushina había llorado cuando su hija desapareció, Hana había quedado inmóvil cuando vio a la madre de la chica caer llorando sobre perderlo todo de nuevo. También escucho que comentaba aterrada sobre el Kyubi, pero Hana no escucho nada cuando salió corriendo. A ella no podía importarle más la bestia de las nueve colas, ella estaba preocupada porque una chica que compartía la sangre con ella (lejana pero del mismo clan) hubiera desaparecido. No había llegado ni a la puerta de la aldea, cuando vio a Minato entrar seguido de algunos ninja, con la chica en sus brazos.

Deshidratada.

Cansada.

Probablemente traumada mentalmente.

Pero viva.

—¡KUSHINA!—grito corriendo donde ellos, dejando a la chica levemente sorprendida cuando Minato la estaba poniendo sobre sus pies ahora que llegaron a la aldea.

Kushina parpadeo cuando Hana prácticamente la arrastro a sus brazos con su rostro en su pecho, escuchando el suave latido de un corazón cansado. Lágrimas de felicidad salieron de sus ojos, si bien no eran rivales como lo fueron antes de los ocho años, tal vez no fueron los mejores amigos como sus padres, pero Kushina era Uzumaki.

Kushina era familia.

Kushina era…de lo poco que tenía de su familia.

—Ya ya Hana—dijo Kushina palmeando su cabeza como alguna vez Ryuji-niisan lo hizo con ambas.

El llanto salió de ella, como si hubiera sido la secuestrada. Kushina se quejó de que era una sentimental.

Pero no le alejo.

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Algo había cambiado después del secuestro de Kushina, para bien, por suerte. Que Kushina la ignorara fue olvidado, las cenas con la familia de la chica se volvieron frecuentes y risas de ellas en la aldea ahora era normal. Para muchos fue insólito ver a la flor Hana de Konoha, una ninja de alto nivel, ser la mejor amiga de Kushina la ninja más revoltosa, escandalosa y problemática de la aldea. Hana ignoro las miradas de desaprobación por ser amiga de Kushina, para ella Kushina era su amiga. Incluso Kushina le presento a Mikoto Uchiha una amiga que se volvió parte del ahora trio dorado.

No era raro verlas por la aldea después de alguna misión.

—Le gustas al cubo de hielo Hiashi, pobre mi Hana—hablo Kushina dramáticamente abrazando a su amiga.

Mikoto las miro con pena ajena.

Hana solo se dejó hacer.

El recuerdo de Hiashi declarándose en medio campo de batalla, como si fuera una reunión social, termino con ella rechazándolo hasta que pudiera hacer una declaración decente, prefiriendo morir solo a convertirse en un objeto de un líder de clan.

—Mikoto esta con Fugaku—

—Pero Fugaku-baka es Fugaku-baka, es divertido molestar—

—Tú tienes a Minato—

—Minato es solo mi amigo—

Mikoto y Hana la vieron con una ceja alzada cuando Kushina dijo lo último, levemente sonrojada y con una risa nerviosa. Sin duda el pequeño enamoramiento que la chica había desarrollado cuando fue rescatada, ahora había incrementado cuando Minato tomo más libertades de estar a su lado.

Era bueno.

Desde la academia el chico rubio siempre la había visto.

—Bueno deberías aceptarlo, a este ritmo me casare primero y tendré un niño antes que tu—hablo Hana de forma amablemente oscura.

Esa donde sonríe amablemente como el sol, pero que su aura oscura llena de competitividad no engañaría a cualquiera que la conociera.

Kushina giro a verle con una risa maliciosa.

—Ya veremos quien tiene primero una familia—indico esta con burla a pesar que ella no pensaba tener una familia.

Mikoto solo sonrió tensa al ver que había quedado de lado.

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Aunque no dentro de la apuesta, Mikoto fue quien primero se casó y tuvo un hijo, para desconcierto de Hana y Kushina. Cuando la visitaron en el hospital, esta había sonreído maliciosamente diciendo que había ganado, para el desconcierto de ambas. Peor aún fue cuando dos años después, era Hana quien estaba en el hospital con un pequeño bebe en sus manos y la mirada melancólica de Kushina al saber que ella no tenía permitido tener un hijo, muy a pesar que por fin se había puesto los pantalones para tener una relación con Minato.

No dijo lo siento.

Porque Kushina no quería eso.

En su lugar miro con ojos de completo amor a Hinata, la pequeña bebé que también había heredado el color azulado de cabellos y una mezcla de ojos entre el clan Hyuga junto los morados de ella. Tenía pupilar, pero eran tan claras que sería poco probable que tuviera el Byakugan.

Una pena.

Hubiera querido que heredara ese poder.

—Es hermosa dattebane—hablo Kushina alzando a su ahijada con una mirada de cariño y anhelo.

Suspiro antes de pensar en lo cansada que estaba de haber dado a luz a un bebé, pensando que si hubiera sido el jinchuriki como Kushina, esta no sería una cerebración. Para tener un bebé hubiera que tenido que pasar por muchos problemas.

El sello podría debilitarse.

—No parece que fuera hija del idiota de Hiashi—indico esta con una risa malvada.

Su esposo a su lado, se tensó antes de ver a la mujer con seriedad, mientras que Kushina compartía la misma apariencia. Como mejor amiga y esposo, ambos habían competido en más de una ocasión por su atención, haciéndola reír nerviosamente.

Cansada como estaba recupero a su bebé, solo para ver la cuarta paliza de la semana de Kushina para el líder del clan más respetado.

—Tu madrina y padre no se llevan bien—le dijo a la bebé.

Los grandes ojos de esta parecían brillar.

Puede que amara a su esposo.

Que amara a Kushina como una hermana.

Pero entre todos, el amor por su pequeña hija, parecía un océano que fluía. La abrazo con cariño, no podía amar más a nadie.

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—Estoy embarazada Hana—

La voz alegre de Kushina era nerviosa en un tinte que ella detecto de inmediato. Claro que ahora como esposa del Hokage Minato tenía libertad para hacer una familia, como un hombre súper fuerte para protegerle. El anterior consejo a pesar de poner sus peros en el embarazo, no pudieron hacer nada contra la resolución del hokage y su esposa.

Pero era peligroso.

Los ojos de Kushina mostraban inquietud.

Pero lo soportaba valiente como siempre.

—Me alegra mucho Kushina—hablo suavemente con Hinata de tres años en sus manos, quien reía emocionada a Kushina, una de sus personas favoritas en el mundo.

Kushina alzo a su ahijada que amaba con todo el corazón, antes de decirle que ella y su futuro bebé serian mejores amigos como ambas. También comento que podrían ser amigos del hijo que pronto tendría Mikoto, luego gruño sobre como su amiga tenía dos bebés.

Cuando era claro que Kushina probablemente solo tendría uno.

Si sobrevivía.

Ignoro el oscuro pensamiento, antes de sonreír a ambas y tomar té como planeaban.

Nada malo iba a pasar.

Todo iba a salir bien.

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Hana había dejado de ser un ninja activo al ser la esposa del jefe del clan Hyuga, muy a su pesar, pero había tomado incluso mucho más serio su practica con sellados. Por suerte Konoha había sido amiga del clan Uzumaki y guardaba una biblioteca de sellos, que aunque nadie parecía comprender (ignorando a Minato que era un genio nato) ella pudo hacerlo como el genio que era por sus padres. Enseñaba poco a poco a su hija, ignorando como el clan Hyuga esperaba que fuera más ruda.

Ella simplemente había demostrado que ella enseñaría a su hija con paciencia, explotar una pared y dejar en cama a tres consejeros le dio esa potestad.

Por eso no pensó que cuando ella fue llamada para ayudar con el sello de Kushina en el embarazo, como una de las pocas que sabía.

Fuera a pasar.

Eso.

Hana vio con incredulidad la bestia que alguna vez ella había esperado tener en su interior, el pánico creció cuando aun viendo que había sobrevivido casi de milagro, la bestia estaba atacando Konoha. Minato se había llevado a Naruto, mientras ella corrió a la aldea, Minato quería proteger a su esposa, ella quería proteger a su familia. Ignorando que no era un ninja en servicio, recordó como había sido una de las mejores de su generación y tenía grandes (no a nivel de Kushina) cantidades de chacra para ayudar en la masacre que se venía.

La batalla sin duda era más unilateral que otra cosa.

La bestia atacaba descontrolada, los ninjas con todas sus fuerzas no podían hacer nada.

Era un biju.

El más poderoso de todos.

Pero cuando uno de sus ataques cayó cerca del clan Hyuga, sus ojos vieron rojo antes de sacar grandes cantidades de cadenas de chacra que fue lo único que logro azotar al biju contra el suelo. Este giro a verle como una bestia enojada, al tiempo que ella también lo hizo como la madre que no dejaría que tocaran a su bebé.

—Uzumaki—gruño este con voz distorsionada como si saliera y entrara en razón.

Hablaba.

La bestia hablaba.

—Kyubi—ella también gruño sacando más cadenas de chacra para contenerlo.

Era estúpido, una simple cadena ya usaba más del chacra normal que un chunin podría tener. Las decenas de su cuerpo hubieran matado a un jounin y su cuerpo estaba comenzando a cansarse. Pero para sorpresa de todos los presentes, era lo único que había logrado frenar a la bestia sobre cualquier ataque.

Un Uzumaki.

Ella era un Uzumaki.

Uzumaki Hana.

Iba a contener a la bestia mientras alguien lograba sellarlo.

¿Pero quién?

Nadie aparte de Minato podría tener el nivel de sellado, habían muerto muchos ninja selladores en el embarazo de Kushina incluyendo a la esposa del tercer hokage.

El kyubi logro levantarse ante su duda y saltar lejos de la aldea, muy cerca del clan Hyuga arrastrándola con fuerza contra el suelo.

Una nueva explosión.

Gritos.

Muerte.

Sangre.

Muerte.

Dolor.

Muerte.

El rostro de su madre muerta a los ocho años, fue lo último que recordó antes de abrir los ojos y ver con horror que había terminado en medio del clan Hyuga herida. Su pierna había sido aplastada por un escombro, su costado brotaba sangre, su cabeza tenía un corte grave.

¿Estaba muriendo?

—¿Oka-san?—fue la voz suave que le hizo abrir los ojos con horror.

Ese 10 de octubre tuvo muchas ideas que no se cumplieron, pronto seria el cumpleaños de Hinata en diciembre, pero había planeado llevarla cerca del país del remolino para enseñarle sus raíces. Quería enseñarle a su hija sellos para que fuera también su herencia Uzumaki, enseñarle muchas cosas.

Pero su hija estaba frente a ella, acostada a su lado, tendida casi sin vida, con heridas en todo su cuerpo por la explosión, su brazo izquierdo roto y viga que pasaba su vientre.

Sus ojos se abrieron de horror.

—¿Hina…-chan?—musito viendo el rostro de dolor de su hija.

¿Cuánta gente estaba muriendo?

¿Cuánta gente había muerto?

¿Kushina?

¿El bebé?

No importaba, nadie importaba más que la bebé frente a ella. Tenía tres años, pero era su bebé. Quien sonreía de verla despertar probablemente ignorando el dolor insoportable de su cuerpo.

Hiashi había comentado complacido alguna vez, sobre las reservas grandes de chacra de Hinata, probablemente por su descendencia Uzumaki. Ella había estado feliz de eso, los Uzumaki también eran buenos con la salud y las heridas, si un ninja medico la viera, podría salvarle. Pero la vida desaparecía de los ojos de su hija, mucho más rápidos que en los de ella.

Ocupa chacra.

Si le doy mi chacra.

¿Ella tenía chacra?

Tenía bastante por supuesto, pero estaba tan herida que eso la mataría a ella, matarla a ella en medio de la bestia que aún estaba cerca. Era estúpido, era demasiado fuerte, con demasiado chacra, demasiado odio.

¿Chacra?

Se medió incorporo ignorando como prácticamente había terminado de cortar su pierna bajo la piedra, ignorando la salida de sangre cuando su mente comenzó a pensar oscuramente. Un fácil sello en su pierna corto cualquier sangrado, antes de ver con ojos codiciosos al kyubi cerca de ellos destruyendo parte de la aldea. Noto de reojo que Hinata estaba inconsciente, por lo que saco la viga y uso el mismo sellado para detener la sangre. Antes de comenzar a usar su propia sangre para hacer unos rápidos grabados en el suelo alrededor de su hija.

Luego sus ojos se dirigieron al kyubi.

Ella había querido esto hace años.

Pero ella nunca fue la destinada.

Pero si esa bestia salvaba a su hija.

Si le daba una oportunidad de vivir.

Escucho gritos lejanos.

Desesperación.

Olor a muerte.

Extendió su mano haciendo que la cadena se sujetara en una de las colas del kyubi, que giro a ver con ojos enojados, antes que otras tres lo volvieran a tumbar. Probablemente un ser humano normal no usaría tanto chacra después de estar tan débil, la sangre saliendo de su boca era respuesta suficiente. Mientras la bestia miraba con incredulidad el enorme grabado del suelo, comprendiendo que pasaba.

Dejo de atacar a la aldea corriendo en su dirección.

Pero ella solo sonrió, ignorando como aunque sus cadenas lo aprisionaban, la bestia había podido atravesarle inútilmente con una de sus garras, intentando frenar lo inevitable.

Un destello de luz fue lo último que Hana Uzumaki pudo observar antes de caer al suelo con una sonrisa sin vida como su madre, dando la vida por su hija como esta.

Gomene Hiashi.

Gomene Kushina.

Gomene Hinata.

—Si tan solo pudiera haber elegido otro camino para ti, mi querida niña, quisiera ahorrarte todo este sufrimiento—comenzó hablar arrastrándose con la poca fuerza que tenía.

Sin pierna.

Con un agujero en su vientre.

Sin chacra.

Muriendo poco a poco.

Miro de reojo en el vientre de la niña, el mejor trabajo de su vida en sellados, que había perfeccionado para cuando Kushina decidiera pasar el biju a otro heredero. Jamás imagino que sería su hija. Su niña quien estaba inconsciente, pero heridas parecían sanar rápidamente con el chacra del zorro en su sistema.

Viva.

Recordó vagamente la muerte de su madre, llorando porque era su turno de morir.

—Quería verte crecer, quería verte enamorarte, quería verte con una familia…quería verte ser la mujer que te convertirás—las lágrimas salían de sus ojos con dolor cuando apenas pudo arrastrarse a su lado para poner una mano en la mejilla de ella.

No volvería a escucharla reír con tranquilidad, no volvería a verla llorar cuando se asustaba o verla correr en su dirección con los brazos extendidos. El dolor físico fue suplantado por el completo terror de morir dejando a su bebé sola en la vida.

—Quería estar ahí para ti cuando hablaras de amor, quería estar ahí para ti cuando te frustras…quería ser la madre que no pude tener—admitió con más dolor sintiendo la oscuridad atraerla.

Iba a morir.

Pero no quería.

No quería irse.

Aferrada al pequeño hilo que la tenía en la tierra, con fuerza que venía de ningún lado pudo arrastrarse aún más, para poder abrazar a su hija por última vez, acunarla entre sus brazos antes de que todo acabara. La sangre, las cenizas, los gritos, no importaron cuando tuvo a su bebé entre sus brazos. Recordando cada momento desde que nació, cuando dio sus primeros pasos, cuando le dijo mamá por primera vez, cuando le dio una flor.

—Te amo tanto mi niña, vive con fuerza, haz tu familia, cumple tus sueños, oka-san tiene que irse por ahorita…pero te voy a estar esperando, no quiero que vengas conmigo pronto, solo te esperare hasta que el momento sea necesario—musito recordando el poder de su sello.

Sabía que moriría más rápido.

Pero si esto le daba una sola oportunidad.

Con las últimas fuerzas, influyo el poco chacra que tenía en el sello en una estúpida idea desesperada de poder verle de nuevo. El dolor era horrible, era darle lo último de su vida, pero no lo hizo notar.

Con sus pocas fuerzas tarareo la nana que siempre le cantaba en las noches.

Horrible.

Sin ritmo.

Sin voz.

Con sangre saliendo de su boca.

—Te amo—fue lo último que dijo antes de quedar muerta con la niña en sus manos.

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Hiruzen Sarutobi fue el primero en llegar al lugar con otros ninjas de alto nivel, había visto a Hana Uzumaki haber luchado con la bestia y conteniéndola para recibir varios ataques, pero se había desaparecido cuando el Kyubi había logrado enviarla volando. Poco después la bestia había desaparecido nuevamente en cadenas para que su enorme silueta no volviera aparecer. Minato había llegado pronto avisando también sobre que Kushina y su hijo estaban bien, sobre un enmascarado, sobre suposiciones, pero había ido a buscar a la bestia.

Nada.

Por eso cuando Hiruzen encontró el cuerpo de Hana sin vida, no pudo más que lamentar la muerte de otro gran ninja esa noche.

Pero nada fue peor cuando al llegar vio como Hinata Hyuga, la pequeña niña movía desesperada el hombro de su madre.

—¿Oka-san?—repetía cada vez más desesperada moviéndola para que despertara.

Las lágrimas de la niña, dejaban claro que estaba entendiendo que paso, el deplorable estado de Hana, sin pierna, sangre saliendo de todos lados y la mirada perdida, sería algo en el recuerdo de la niña por años.

Algo capto su campo de visión, como si hubiera sido atravesada por algo, parte de la ropa de la niña estaba rasgada, pero curiosamente no tenía ni un rasguño en la piel. Solo se observaba un extraño tatuaje negro en su vientre que le hizo ponerse pálido.

Se acercó a la niña rápidamente, notando como esta lo miraba buscando ayuda, mostrando cada vez más el tatuaje que él nunca había visto.

Pero que en esa noche.

En ese momento.

En esa batalla tenía sentido.

Hinata Hyuga se había convertido en el siguiente contenedor del Kyubi.

¿Continuara?

Espero les gustara.

Hace varios años había hecho otro fic donde Hinata también era la contenedora del Kyubi, con una escritura mucho más básica (horrible mijos, una principiante igual que ahora) y una trama que no terminaba de convencerme. Entre ideas locas en estas tardes, pensé en hacer una historia algo diferente. Como pueden ver todo gira en torno que Hana fuera originalmente una Uzumaki, lo cual le da un cambio radical en la historia como que Hinata va ser mayor que Naruto por casi 4 años y que la historia va ser una locura.

Los padres de Naruto están vivos, lo cual también cambia muchos giros en la historia. Pero es solo una idea piloto. Hace mucho no escribo un Naruhina y esta historia va estar más centrada en aventuras por la edad de los personajes. No va abordar los arcos de la serie ya que eso le pasan a Naruto y su equipo, esta historia va estar más centrada en Hinata, pero si va pasar por tres etapas.

Como Hinata se convierte en Gennin.

Cuando llegue la etapa que los otros sean Gennin.

Cuando sea la historia Shippuden.

La historia va ser mucho más mía antes que los otros chicos tengan 12 años, luego va ser un revoltijo ya que no va seguir las mismas líneas por todo lo que va pasar antes con Hinata, pero todo va terminar siempre en el valle del fin, pero con otros personajes.

También les tengo una noticia por si te interesa la historia. La generación de Hinata si bien no va ser del todo ficticia, si la voy a dejar abierta a ustedes como público. Voy a elegir 6 oc si ustedes me los envían. SI no quieren tranquilamente puedo crearlos yo, pero si quieren que su personaje aparezca como parte de mi historia, les pido que dejen en los comentarios o mensajes privados el nombre de tu personaje (la edad no es necesaria ya que eso será a conveniencia con Hinata) fecha de nacimiento, apariencia física, clan (sean libres de elegir su clan, aunque si se repiten tendré que elegirles otro) si no quieren ser parte de un clan serán hijos de civiles. Habilidades ninja como personalidad. Las historias se las otorgare si no quieren crear alguna, pero si quieren darle alguna historia sean libres de enviarme sus ideas. También sobre los sueños que tengan sus personajes.

Estaré esperando hasta el 30 de noviembre para sus personajes, si pasan esa fecha y aún quedan espacios, los pondré en otras aldeas. Eso porque habrán algunos capítulos antes que Hinata entre a la academia donde sus personajes debutaran.

Ahora espero les guste esta idea piloto, depende de su aceptación, espero venir pronto con más ideas.

Nota:

Por si no lo saben en mi perfil tengo un link de mi página en Facebook donde publico mis actualizaciones y donde chateo con los chicos sobre temas de anime, manga, juegos, libros, series…etc por si alguno quiere comunicarse conmigo o visitar un rato para conocerme mejor.

Sayonara sexys lectores.