Algo está mal con Petunia
En el hospital ubicado en alguna parte del centro de Londres, un nacimiento como otros tantos se estaba efectuando… no era nada fuera de lo común en el área maternal, sin embargo había sus excepciones en una de las habitaciones donde una madre quería gritar y tirar todo lo que tenga a la mano a unos asustados doctores.
Porque Dalia Evans era fuego envuelto en mujer, porque ella busca acusador entre las enfermeras nerviosas y el medico sin voz un culpable o al menos una razón creíble que le explique sobre su recién nacida... puede estar cansada y adolorida, pero su instinto materno exige recriminación al ver la cara de su hermosa bebé manchada con una fea marca en su lado derecho.
Su marido, un hombre tranquilo y rubio le regresa un gesto de disculpas al entorno para caer donde su esposa casi hace combustión interna de la ira acumulada -Es una marca de nacimiento- dice en un tono sin excusas escuchando con paciencia la sarta de maldiciones impropias para un británico salir de su cansada mujer.
Pero ella nació en Irlanda, tenía excusa.
Dejándose caer en las almohadas cómodas, Dalia siente su pecho apretado y unas increíbles ganas de llorar apretando el bulto en búsqueda de consolación... fulmina a su esposo que despide al resto del personal médico que encantados abandonan la zona de guerra... están solos en esa habitación de hospital, rodeado de flores que le han mandado algunos conocidos y presentando un hermoso día en sus cielos.
Revisa con paciencia, un suspiro doloroso al acariciar el rostro arrugado de su bebé... es hermosa, su cabello rojo y unos ojos que prometen ser verdes como los de su abuela, oscuros y fuertes casi negros en ciertos ángulos... pero se le encoge el corazón al dedicar más tiempo al ojo derecho donde hay una rasgadura poco natural que mancha su mejilla regordeta, atraviesa el parpado para finalizar en la frente en una estrella casi perfecta.
Parece dibujada, casi aterradora pero Dalia confía en las palabras de su marido... es una marca de nacimiento de color rojo sangre que espera disminuya con el crecimiento de su primogénita... Dalia solo espera que los otros niños la reciban y no la intimiden por esta irregularidad.
Teme por su hija en el futuro.
-No afecta su visión, me han asegurado eso- su marido dice a su lado, sentándose en la cama del hospital para tener una mejor visión de su hija... sus manos callosas caen en la mejilla regordeta y Dalia puede saber a ciencia cierta que ya es un protector.
Que eligió al hombre correcto para casarse.
Un balbuceo inocente llama su atención, ahí retorciéndose estaba su bello bebé chillando quedamente llenándoles el corazón a estos padres primerizos de amor puro sin adulterar... el llanto viene natural para alguien fuerte como Dalia.
Porque su primogénita, Petunia Evans no tenía nada de malo.
XXXXX
No es como se lo advirtieron.
Alan Evans admitía que se aburrió esperando jornadas de sueño interrumpidas, horrores con bebés enojados... vómitos y otras desgracias pero simplemente no sucedió.
Su hija, su adorable Petunia era distinta cuando la comparas con otros pocos niños que ha podido deslumbrar... es tan tranquila, muy capaz de sentarse a los escasos meses y balbuceando en alto tono... claro que llora, cuando lo hace es aterrador y vengativa aunque solo sea por anunciar necesidades o llamar la atención que resuena en toda la casa.
Sus padres dicen que es rara... su suegra cada vez que la ve parece que va a explotar... sus amigos arquean la ceja... con el tiempo han aprendido a mantenerse callados de cualquier irregularidad que vean, porque Dalia ha dejado en claro con sangre y gritos que su hija es adorable.
Llega a casa con una sonrisa a pesar del cansancio.
Lo primero que revisa es el cuarto de niños, un lugar acogedor y pequeño donde su princesa está en medio de la habitación con un puchero en su dirección.
Cuando la carga, la niña es liviana y con una sonrisa burlona supliendo el puchero... sus asombrosos ojos verdes lo miran, la cicatriz sigue fea pero ya fue superada la primera impresión... aún recuerda con una mueca cuando su hija miro por primera vez su reflejo.
Petunia odia los espejos, tuvieron que desalojarlos de inmediato después de una semana tan caótica.
Alan trabaja largas jornadas, pero aun es capaz de percatarse de la peculiaridad... de pasar tiempo con un infante que parece mirarlo como si fuera algo nuevo... pero pasa de esas miradas, la llama con amor y solo la agita altamente entre risillas de mal humor.
Su niña tiene el temperamento de su madre, eso es otra cosa confirmada que no puede alegar en voz alta sin terminar durmiendo en el sofá.
Cuando aprendió a hablar... fue con mucho algo sorprendente y mortificante de escucharla en su tono de bebé decir algunas maldiciones que hizo que Dalia lo desterrara al sofá una semana en una falsa acusación de haberle enseñado (algo injusto, siendo su mujer la maldiciente del hogar).
Pero no había nada de malo en Petunia, era un adorable bebé muy inteligente.
Dalia está embarazada otra vez, era encantadora la mirada de Petunia en dirección a su madre... como si fuera a explotarle en la cara, Alan gratamente le explica que será una hermana mayor... que será el ejemplo para la nueva venida... y nunca en su vida había visto una niña de dos años haciendo una mueca de desprecio ante el nuevo oficio que conlleva la hermandad.
A su hija no le gusta la idea y es vocal en el asunto.
Pero esta preocupación se lava cuando llegaron del hospital, Petunia salto del sillón donde su suegra la tenía sentada elegantemente... con pasos seguros en esos pantalones diminutos que ama usar (odia los vestidos)... se para enfrente de su padre y le exige que le enseñe a su hermana en un tono inquisitivo.
Obedece con diversión al agacharse con el bulto entre sus manos, su esposa va a sentarse al sofá cercano atenta a la imagen.
Alan ve justo el momento en que su hija cae en el de la nueva adición a la familia, es conflictivo y largo el silencio entre la diminuta familia... casi desconcertante... pero un resoplido, Petunia acorta la distancia para agitar la maraña de cabello rojo de la que han nombrado como Lily.
-Bienvenida- dice tan seriamente, tan madura que Alan parpadea duramente al igual que su suegra por la calidez envuelta en acidez.
El tiempo da las respuestas, es el sabio consejo de su suegra.
Cuando fue su primer día escolar la rabieta de Petunia fue digna del fin del mundo... su hija fue salvaje, Dalia con un esfuerzo logro domesticarla y lanzarla al colegio pataleando.
Lo indigno sucedió a través de las semanas, cuando los recados fueron entregados de la mano de Petunia con un gesto soberbio... cuando en las rutinas se tenían que agregar viajes al colegio al ser su hija perpetuadora de algún acto de violencia impropia de una niña británica (de nuevo no sabían dónde consiguió una boca sucia y una agilidad de golpear a niños más grandes).
Su esposa se cansó de pelear, así que como padre tuvo que pedir ciertos permisos para estar en las llamadas de atención por ser el sensato de la pareja.
Alan se sentó figurativamente en cada reclamo, en cada llamada de atención y solo sonrió cansado porque si esto es en la educación básica, solo le queda prepararse para cuando llegue a más edad... mira a su hija sentada a su lado en todos estos procesos y es descarada, sonriente e impertinente... defendiéndose con naturalidad y al final, la culpa recaía en sus víctimas.
Nadie le ganaba a Petunia Evans.
Y con el paso de los años, se hizo claro la diferencia de personalidad entre sus dos hijas... mientras Petunia era ingobernable, insolente y meramente salvaje con una fachada tan fuerte como una roca... Lily era todo lo contrario, gentil, bulliciosa y obediente.
Aun con el tiempo que pasan juntas, aun con la clara adoración que Lily tiene por Petunia... no hay influencia perdurable, algo que Dalia acepta es un alivio porque tener dos niñas como su mayor era simplemente aterrador.
Cuando Lily ingreso a la educación básica, dejaron de recibir llamados de los profesores... como padre pensó lo mejor de su hija mayor, que tal vez había sido una etapa (muy larga) de acostumbrarse y que probablemente florecería socialmente como lo es intelectualmente para acentuarse como una futura dama de la sociedad.
Pero se sintió defraudado cuando al final del año escolar, fue abordado por un padre de familia indignado de que su hija al parecer ha estado extorsionando a su hijo y que no era el único.
En algun momento perdió la habilidad de sorprenderse, Alan aun cuando juraba pensaba lo mejor de su hija mayor... esperaba el zapato figurativo para caer en su cara... y ahí estaba, una lista larga de ingresos que su Petunia tenia, Lily por supuesto era la beneficiada en todos los aspectos y su amada Dalia gano un poco más de canas además de enemigos.
Porque toda extorción era un niño que intento intimidarla por el lado de su rostro cubierto, su pelirroja hizo arrodillar a todos y no contenta con esto... pidió dinero a cambio... por supuesto que un padre sano no aceptaría que su engendro era un villano cruel, no todo se arregla cuando Alan no ofrece disculpas ni obliga a su hija a hacerlo.
Pero lo superaron, son Evans.
Agraciadamente fue solo una fase, una muy difícil... sin embargo de la extorción brinco a las apuestas.
Controlar ese tipo de comportamientos trajo la vejez temprana de ambos Evans, que resignados solo tratan de sobrellevar los daños... porque su hija es lo suficientemente inteligente para no ser atrapada y con un sentido de justicia torcido, estaban contentos con solo saber que hay algo de bondad bien cubierta en su primogénita.
Alan sigue culpando la herencia materna en este ámbito pero Dalia parece sorda en aceptarlo.
Petunia ha cultivado un largo cabello rojo indomable, picos resaltan en todo su largo y hábilmente ocultan su lado derecho del mundo... ver con un solo ojo debería ser imposible, pero su primogénita es audaz e implacable con solo el izquierdo.
Sigue odiando las faldas que solo usa en el colegio... no la verán con un vestido... ni jugueteando a la hora del té... ni fingiendo ser reina con Lily por más que la ame... ella siempre tendrá un libro debajo del brazo, un comentario agudo en su lengua y la audacia de enfrentar a su madre en ingenio.
Alan y Lily sabiamente se apartan del camino cuando esas dos fieras deciden enfrentarse.
Alan sin embargo perdona cada insulto, cada desaire que en ocasiones provoca su primogénita porque sabe que no lo hace con alevosía... esas gotas de arrogancia de rebeldía son aceptados por ambos, aunque Dalia lo niegue... aman a su hija, no hay nada de malo en ella porque saben que los ama con profundidad como si temiera perderlos o ser una ilusión.
Como testigo de ese nefasto crecimiento, de ver a su hermosa flor fortalecerse con los años y pasar de sus adorables etapas a unos límites mayores... hay algo constante que simplemente no tiene el valor de enfrentar como un padre.
Era ese manto que burbujeaba repentinamente en Petunia, un silencio cansado al mirar por la ventana el amplio jardín, perdiéndose en pensamientos que persisten y la torturan... en sus noches en vela despertando y vagando a través de la casa como un fantasma... en marchitarse como un veterano de guerra.
Su insolente hija en ocasiones era una sombra.
Una sombra que persiste en pasar una mano a través de su marca de nacimiento y rehuir en cada reflejo que muestre su rostro.
Ambos padres deslumbraban este hecho, fingir era lo peor que podían hacer pero aun así... lo hacen... lo permitieron solo porque su hija era fuerte, firme en ocultarlo... porque no importa que tan problemático sea... NO había nada malo en Petunia.
XXXXX
Lily era la menor de la familia Evans con su personalidad suave, gentil y comprensiva… la que hacia tareas y obedecía profesores… ayudaba a los niños del vecindario y el escudo de otros tantos cuando tentaban el temperamento de su hermana mayor.
Petunia no era mala pero era mejor no provocarla.
Amaba su familia.
En algún punto de su infancia quería ser igual que su hermana, sin embargo no fue alentada a seguir esa personalidad que traía problemas a sus padres... Petunia evito con fervor que siguiera su camino, que fuera su propia persona y no causara más problemas en casa de los que ya hacía.
Petunia no quería que siguiera su ejemplo.
Era doloroso cuando la sentaba delante, le daba una mirada en su único ojo visible y la corregía con fervor de no copiarla cuando sus padres no miraban… como si pensara menos de sí misma... como si fuera un error que alguien pensara bien de ella como Lily lo hace.
No entendía, pero como la menor y en su momento de infancia deslumbrante obedeció.
Se convirtió en su propia persona, en todo lo que Petunia no es.
Entonces conoció a Severus quien le conto de un fantástico mundo, pero Lily no solo frunció el ceño ante la acusación cuando llego a una conclusión descabellada... ella no era mágica, era más lógico que Petunia lo fuera... ella es la que tenía más derecho de pertenecer a un mundo fantástico.
Porque Petunia era fantástica y temible.
Su hermana era capaz de convertirse en princesa y dragón al mismo tiempo.
Pero su nuevo amigo no estaba de acuerdo, olfateando en enemistad por la primera impresión que Petunia causo en su reunión.
Severus por supuesto que después de este descubrimiento, intento y fallo en cortar lazos entre las hermanas... Lily podía intuirlo, pero lo permitió porque en esta vecindad no existía nada de lo que Petunia no estuviera enterada.
El control que ejercía no era nada raro para la pelirroja gentil.
Así que en las reuniones, su nuevo amigo tuvo que superar la certera presencia de Petunia.
Se convirtió en la mediadora en estas reuniones, no era optimista de pensar que ambas partes se llevarían bien cuando se odian con la simple mirada (de Severus... Petunia nunca tendría ese tipo de emociones sin importancia).
Esto solo empeoro cuando los infames títulos, logros de su hermana llegaron a los oídos de su escandalizado nuevo amigo casi esperando ocultarla para que no fuera influenciada por su torcida personalidad.
Pero nunca sería como Petunia, eso no entendía su nuevo amigo.
Petunia a estas alturas era considerada rebelde, grosera, salvaje, imperiosa, avara, vengativa, discriminadora de gente fea, con una personalidad dominante y muy hábil en "cobrar" a los niños tontos que intentaron intimidarla... todo adulto educado la veía mal, casi hablaban pestes de sus padres pero poco le importaba a Lily porque poco la conocían.
Porque detrás de su infame fama, hay una niña inteligente, madura... Petunia aspira a ser un médico o algo por el estilo... era bonita en una categoría diferente... educada cuando lo deseaba... firme en sus deseos futuros... protectora... un buen juez de carácter y sobretodo divertido con un humor tan negro como la noche.
Si, quizás todas estas cualidades no eran fáciles de ver con su personalidad áspera… también nadie puede siquiera diferenciar tal gentileza en un alma tan negra como lo era Petunia… Lily tenía que admitir que quizás, en todos estos años solo por ser su familia les había dejado el honor de conocer su lado considerado.
Entiende porque Severus no ve nada de esto.
Comprende como su nuevo amigo hace un gesto de asco de solo pensar en la opción que su hermana mayor fuera la mejor capacitada para el mundo que le ha descrito.
Petunia merecía estar en el mundo mágico porque era un orden de prioridades desarrolladas por una hermana pequeña con complejo de adoración que tenía Lily.
Porque la personalidad de Petunia era perfecta para encajar en algo como la magia.
Pero Severus fue contundente en confirmarle que para Petunia la fecha de admisión ya había pasado, que su hermosa hermana mayor era un muggle y que el mundo de la magia no le pertenece... fue dicho tan alegre y despreciado en la boca del niño que Lily se sintió insultada en nombre de Petunia.
Porque Muggle no encaja con Petunia.
Pero Petunia como la hermana comprensiva que es, le advirtió que no dejara buenas amistades por como la traten... que ella es más que capaz de dar la cara por las dos... y que no hay un niño amargado que pudiera hacerla sentir menos... con renuencia, Lily volvió a hablarle a Severus después de un mes con sus debidas advertencias.
Entonces a Lily le llego su carta una mañana normal.
Un pergamino para ser exacto.
Sintió su mundo en conflicto, alegre pero ligeramente traidora... porque aun pensaba que Petunia debería ir con ella, pero su hermana le sonrió serena y después de mandar un gesto filoso en dirección a Severus para espantarlo... le dijo que buscara su lugar en el mundo como ella lo estará haciendo en su ausencia.
Extrañaría su casa... extrañaría a su hermana.
No había nada de malo con Petunia.
XXXXXX
Severus odia con todo el corazón a Petunia Evans.
No solo es una muggle, sino que es insoportable e ingobernable.
El color de cabello es lo único que compartían, porque el niño ha comparado color de ojos y son tan distintos... ninguno se comparaba con el otro... la mayor era más segura, más imponente y salvaje mientras Lily era toda la delicadeza... no entendía como podían ser hermanas.
Se ha mordido la lengua incontables veces para ahorrarse los insultos y no molestar a Lily con su constante rivalidad.
Cuando entraron en Hogwarts esperaba que el distanciamiento rompiera la relación entre hermanas, después de todo es lo que se destina cuando eres mágico... además siempre ha pensado que tal vez haya algún tipo de envidia, pero fue todo lo contrario.
Petunia aun tan lejos era una molestia constante.
Aun cuando fueron electos en casas tan distintas, Lily aun le contaba las cartas que recibía de su familia... como Petunia comenzaba a hacer su camino en sus estudios aspirando a ser algo muggle muy aburrido... no soportaba estas discusiones, pero se forzaba en sonreír y afirmar en los lugares indicados para despistar a su locutor.
Entonces llegaba el verano, su madre lo esperaba taciturna al lado de los Evans... su némesis tan firme como un árbol sonriendo de medio lado con ese cabello indomable que le cubría medio rostro y esa vestimenta no adecuada para su género.
Sobresale como un maldito hipogrifo desbocado.
Siente vergüenza por cada mirada que le lanzan a la adolescente regia con pantalones ajustados y camisas blancas de manga larga... con la cortina pesada de cabello rojo y un ojo verde profundo visible entre su rostro.
Empeora con cada verano.
Petunia florece como una belleza y su personalidad empeora de igual manera, Severus casi respira de alivio cuando en su tercer año... la hermana por cuestiones de estudios, deja de asistir al andén.
Por supuesto su corta felicidad se vio truncada por un error años después.
Lily ya no le habla.
Severus aún le ruega.
Pero lo único que no se pierde es a su hermana.
Porque está seguro, algo está mal con Petunia.
XXXXX
Cuando James Potter conoció a la familia de su novia fue muy diferente de cómo lo había planeado con Sirius.
Empezó muy bien la velada de lo más normal (aunque extraño la pequeña casa sin una pizca de magia a como estaba acostumbrado), saludando a los suegros cuyos genes crearon a una mujer maravillosa… usando magia atrajo obsequios como la costumbre sangre pura le exige… y conforme la cena avanzaba no dejo de impresionar a sus adorables suegros.
Su madre estaría orgullosa de su comportamiento.
Sirius solo lo amonestaría por no realizar alguna travesura en un barrio muggle.
Y actuarían como si no hubiera una creciente tensión en el mundo mágico por Voldemort.
Admitía que había tantas rarezas en el hogar, como esa caja con imágenes (televisión) o ese auto que en ocasiones pasa rápidamente (eso le encanto) entre muchas cosas… no era como estudios muggles le enseño… pero no señalo por respeto y ligero temor a su novia.
La infame Petunia que tanto ha escuchado en Hogwarts ya sea de ese tonto de Snape o su hermosa novia no había llegado del aeropuerto (sea lo que sea) y desde ese punto sus suegros solo conversaron con orgullo los logros de la mayor en frases complicadas.
Fingió poner atención y entender… por la mirada de Lily, ella era la única que lo noto.
Aunque en su mundo de ignorancia de muchos términos utilizados, James atrapo la nota importante de todo el asunto… Petunia Evans seguiría estudiando, trabajando o cualquier asunto importante en la carrera que había elegido.
No entendía como alguien quería seguir estudiando.
Solo esperaba graduarse de Hogwarts y no saber más de la escuela aunque la amara tanto.
Miro a su novia con mortificación ¿ella quería seguir estudiando? ¿Trabajaría en vez de criar a sus hijos? había un sinfín de costumbres sangre pura que como futura señora Potter debía tratar y estaba más que decidido a pedir su mano en matrimonio al terminar el año escolar.
Respiro y sonrió con encanto cuando su novia lo empezó a mirar sospechosamente.
Era un sangre pura liberal, podía llegar a un acuerdo con Lily y serian felices el resto de sus vidas.
Hasta ese momento fue el ideal, fue cuando la puerta de entrada de esa pequeña residencia de escucho abierta y la emoción se encendió entre la familia que lo puso algo envidioso (nadie era tan expresivo en el mundo magico)... Lily fue la primera en ponerse de pie corriendo hasta desaparecer... James parpadeo por su rápida reacción, pero fue empujado por su suegro para pasar a la sala.
La primera impresión es importante, puede hacerte la vida difícil (como su relación con Lily) o puede darte pase libre como un buen amigo (Sirius).
Con al menos dos maletas en el suelo, una figura se alzaba en medio de la sala como una estatua desconcertante... había estándares femeninos establecidos en el mundo mágico... pero la recién llegada rompía con cada uno de estos patrones de manera nefasta.
Era alta, esbelta y de porte derecho atrapando a Lily en un abrazo muy regio y una melena de cabello tan rojo en salvajes picos que cubrían unos diminutos hombros... firmemente vestida con una camisa blanca abotonada de manga larga, unos pantalones negros y unas botas de combate que solo ha visto en catálogos muggles durante su clase.
Entonces volteo a mirarlo, su único ojo visible era un profundo verde tan distinto a su Lily y su rostro constituido por facciones finas estaba cubierto del lado derecho... James trato de sonreír pero en ese momento se sentía vigilado, analizado y al parecer desaprobado por esa ligera contracción de disgusto en sus labios que acaba de formarse.
Era hermosa de una forma tan distinta a su novia.
Si la hubiera conocido antes, tal vez fuera su tipo... pero a estas alturas, Lily es la razón de su ser... tal vez deba presentárselo a los merodeadores, quizás Sirius quiera escupir en la tradición Black de esta manera tan escandalosa.
Claro que Lily no le perdonaría que usaran a su hermana para tales guerras de sangre.
Petunia pasa su mano por su larga melena con descuido, empujando su abrigo en el sillón con abandono -Es este tu novio- su voz era grave, serena pero cargada con dominio al mirar directamente a Lily.
James tuvo la indiscreción de enderezarse ante el mero tono, olvidándose de sus planes de conspiración estaba nuevamente en vigilia y recordándose que esa de ahí... era un inofensivo muggle.
Pero su novia solo sonrió jovial a la recién llegada, tomándola del brazo con cariño desbordante -Ese es, James Potter- se aparta para mostrarlo y extender la mano que torpemente fue tomada.
Petunia arqueo la ceja volviendo a mirarlo de arriba abajo con más descaro -pensé que tenías estándares-
-Tuney- grita escandalizada Lily y su suegra, su suegro solo rio palmeando torpemente la espalda del boquiabierto mago por el desaire.
Un voltear de ojo -solo lo señale- se encoge de hombros aburrida.
-Nunca cambias ¿verdad?- dice Lily divertida, James quería protestar por la poca defensa de su parte pero se silenció... su instinto le indicaba que cuidara sus pasos.
-Supongo que sigues enojada con Severus- dice repentinamente mirando directamente los ojos de su hermana, Potter se exalto con el mero nombre de su rival pero un solo vistazo de Petunia le dijo que no se metiera en el asunto de una forma silenciosa y efectiva.
Lily se removió incomoda -Si- dice débilmente.
Petunia bufa sin proseguir con el intercambio, pasando a saludar a toda la familia con comentarios despectivos y humor negro que fueron recibidos como si fuera natural dichas bromas que avergonzarían a Sirius, harían llorar a Peter y palidecer a Remus.
James fue desplazado de las conversaciones, su magia olvidada y pasada por alto desde esta parte de la reunión... aun la recién llegada no parecía impresionada, hasta arqueo la ceja al ver el costoso regalo que le trajo como ofrenda.
-No me gustan las joyas, pero me servirán para pagar algunas apuestas- Petunia le sonríe mordaz.
-TUNEY- volvió a protestar Lily.
Para James, no había calidez en ese ojo verde de eso estaba seguro y las conversaciones giraron en torno a los estudios o viajes planeados que se han hecho... han entrado a términos revueltos e internamente impresionado por las diferencias culturales entre lo magico y muggle.
Se engañó pensando que estaba bien con ser ignorado, que tal vez la hermana muggle de Lily no quería centrarse en el hecho definitivo que su hermanita le está ganando en el área amorosa y en definitiva por la magia.
Así que solo debía sobrevivir a través de la noche con una sonrisa pegada en su rostro.
Esto fue hasta que tuvo que ir al baño, cuando salió toparse con la hermana de su novia en el corredor oscuro casualmente recargada en la ventana que daba directamente del cuarto con su indomable cabello dándole sombras a una sonrisa salvaje lo paralizo.
El silencio se hizo espeso.
James tuvo que recordarse que era un muggle, que tenía su varita al alcance de ser necesario.
-Hazle daño y te mato, perdedor- Petunia le dijo repentinamente con un tono autoritario y ese ojo escondido debajo del cabello parece brillar fieramente combinando con el otro visible.
Se congelo otra vez ahora acobardado cuando ella se marchó sigilosamente.
James patéticamente se quedó ahí incontables minutos hasta que Lily vino a recogerlo... se forzó a sonreír, a fingir que no fue amenazado con solo pocas palabras...a pensar que Voldemort era menos aterrador... a tratar de lavar ese sentimiento de inminente hecho de que en verdad seria asesinado en el momento en que rompiera el corazón de su novia.
Desde ahí, prefirió no ver directamente a Petunia.
Y desde ese momento... supo de todo corazón... aun cuando Sirius le dijo que estaba exagerando... que algo definitivamente estaba mal con Petunia.
XXXXX
Alice era amiga de Lily desde primer año.
Conocía cada una de sus aventuras a través de Hogwarts.
Pero sobretodo, sabia sobre su hermana muggle a la que presume cada vez que puede.
Era una lástima que a pesar de que pudo deslumbrarla de lejos en el andén, cuando tuvo la oportunidad de conocer a los Evans... la mayor había dejado de asistir porque al parecer había ido a estudiar a otro lado.
Ella está feliz que su amiga ame a su hermana y aunque no entiende mucho de los términos que le menciona... está contenta de solo escucharla balbucear sobre la última carta que ha recibido no solo de sus padres, sino de su infame pariente.
Se divirtió cuando James tuvo su primera impresión, dijo algo sobre aterradores muggles y como aun cuando fueron palabras... estaba seguro le cumpliría una muerte dolorosa si le fallaba a Lily... por supuesto el resto de los merodeadores lo tomaron como un objetivo de broma, porque que mago sano tiene miedo de un muggle.
Entonces vino la propuesta de matrimonio al graduarse.
Esperaba una primera impresión de la infame Petunia, está segura que el resto de los merodeadores al igual que Frank se mostraban emocionados por el primer contacto... pero desgraciadamente, en el hogar Evans a través de una cena modesta... no logro venir.
-Ella simplemente es ocupada- Lily les explico en privado con una sonrisa triste.
Alice no comprendía que podía ser más importante que asistir a esa reunión, pero se guardó sus molestias para sí misma... tolero las miradas tristes de su amiga... entraron a planear una ceremonia con vehemencia.
-Ella dice que soy muy joven, que debo vivir... explorar el mundo- Lily le cuenta un día en su habitación entre moños y muestras de telas, agitando las varitas para hacer combinaciones brillantes.
Petunia no aprueba el matrimonio.
-No les has contado de la guerra ¿verdad?- Alice se vuelve a guardar su irritación por la hermana despectiva, esa que no se ha presentado en todas las invitaciones para administrar la boda... se centra en dar un punto importante a estas alturas.
Pueden fingir que la boda es importante, cuando la guerra está por estallar como una mala poción en el mundo mágico.
-No, simplemente no puedo- acepta Lily después de un silencio, no se vuelven a acercar a discutir sobre el tema.
La despedida de solteros es una costumbre muggle que adoptaron para esta situación, Alice junto con Andromeda orquestaron el evento respaldándose de los conocimientos de algunos libros para apuntar una fecha y enviar invitaciones.
Lily no tiene muchas amigas, se da cuenta.
La orden del fénix apenas son conocidos por un mismo objetivo.
Se llega a la conclusión de ser una reunión pequeña una semana antes de la boda.
Fue exactamente el momento en que conoció a la ya tan odiada Petunia Evans.
El hogar Evans fue el punto de reunión, adornado bellamente con un itinerario preparado para la ocasión y los refrigerios eran exquisitos dignos de la celebración.
Ese día Lily se veía hermosa, con una sonrisa radiante de alegría que Alice se aseguraría de mantener el mayor tiempo posible... aunque no sabía si la hermana fuera a venir considerando que no hubo respuesta a su búho.
La sala era justo el tamaño necesario cuando empezaron a llegar los parientes.
Tías felicitando a Lily.
La profesora Minerva y Sprout le dieron un justo abrazo.
Andromeda arrastro un hermoso regalo en una caja enorme.
Alice se mantuvo vigilante, Lily podía fingir pero a sus ojos estaba insegura... apagada... insultó a la hermana mentalmente y se aseguraría de enviar una nefasta maldición si no se presentaba en cualquier hora de la tarde.
Solo quedaba la madre, Andromeda y ella... cuando Lily fue a abrir la puerta.
Todos miraron justo en el momento en que la novia trajo consigo al recién llegado.
Andromeda parpadeo con interés, la señora Evans se puso de pie de un salto con un chillido de alegría mientras Alice con su mala cara se forzó a ser educada al dar la bienvenida a Petunia Evans.
En pantalones ajustados negros, botas añadiendo más altura a la figura estilizada, con una pesada capa de viaje... el cabello rojo ingobernable tan revuelto dejando solo una parte del rostro fino visible... se miraba cansada, frustrada y muy enojada.
-Pensé que te retractarías- fue el comentario más agudo que escucho viniendo de la mujer más salvaje que ha visto en su vida para las brujas presentes.
Alice junto con Andromeda se pusieron de pie pero ese ojo verde les paralizo en sus intenciones de dar su opinión por la grosería, ahora ven que tanto aterro a James Potter.
Lily baja la cabeza, Dalia aprieta los labios dándole el gesto de recriminación a su hija mayor.
Un suspiro -No me queda más que felicitarte- dice Petunia como si doliera, mirando a su hermanita con exasperación al empujar un regalo mal envuelto en sus brazos haciéndola iluminarse con alivio -si ese bastardo te hace algo... es hombre muerto ¿lo sabes?-
Alice vigilo a Petunia el resto de la celebración, Andromeda de igual manera se mantuvo curiosa y vigilante... se bebió alcohol... de alguna manera terminaron arrastradas al centro muggle, un bar... la fiesta se hizo salvaje desde ese punto.
No saben si la cultura muggle es siempre de esa manera, ambas brujas aprendieron que estudios muggles en Hogwarts les mentía en muchas maneras.
Se divirtieron de una forma tan distinta al mundo mágico.
Al siguiente día, despertando con una resaca... Alice baja al desayuno encontrándose a Petunia tan fresca como si no existiera el dolor de cabeza, la luz demasiado brillante y las ganas de voltear tu estomago en el baño... esta por cuestionarla cuando ese ojo verde la mira deteniéndola en el acto.
Hay una sensación de arrastre por su espalda.
Las ganas de sacar su varita a la defensiva.
Se abstiene, porque esa de ahí es un simple muggle.
Petunia gruñe -Hay una guerra ¿no es así?- cuestiona con un tono regio, nada burlón y levantándose de la silla como un animal acechando.
Nuevamente Alice reflexiona que James no mentía sobre la hermana muggle de Lily.
Esta segura Lily no ha mencionado la guerra.
Esta por desmentir, cubrir el hecho que el mundo mágico se cae en pedazos... pero ese gesto agrio le dice que cualquier mentira empeorara su posición ante los ojos de Petunia.
-Si- dice en un silbido.
-Y aun así, fingen que no hay nada malo con el mundo ¿no?- espeta como si supiera que está pasando el mundo mágico, Petunia se cruza de brazos tan burlona como condescendiente.
-Es su vida- Alice rompe con una mirada furiosa a la injustamente más alta mujer -no tienes derecho a decir nada ¡no es nada para ustedes los muggles!- gruñe con el puño apretado, raramente volando su paciencia.
Petunia se mira las uñas interesada, desairando a la gryffindor irritada y con resaca plantada delante como una bomba amenazante -Mi hermana merece algo mejor que encerrarse en un mundo pequeño tan joven-
-Ella ama a James- puntualiza Alice.
-Y yo amo mi mascara, pero no estamos aquí alagando objetos- espeta Petunia rezagando al novio como si fuera una mascota molesta -Dejare que esto continúe...- dice como si tuviera el poder de evitar la boda -pero en el momento en que ese mundo intente tragarse a mi hermana, su pequeño secreto no será suficiente para detenerme ¿está claro?-
-Como si pudieras hacer algo- espeta furiosa la bruja.
-Oh, claro que puedo hacerlo- ella está delante a su rostro, sus narices casi se tocan y el manto furioso tan visible a los sentidos de Alice le quita el aliento -tu guerra no me interesa... tu mundo puede irse a la mierda por lo que a mí respecta... ese imbécil de un novio puede morirse... pero en el momento en que Lily sea lastimada, arrasare con todos ustedes por incompetentes- amenaza.
Quiere contrarrestar esta ofensa, pero Alice solo se queda ahí plantada sin fuerzas.
Nuevamente piensa que James no exageraba, que en verdad hay algo mal con Petunia Evans.
XXXXX
Las bodas son un momento aburrido según la experiencia de Sirius.
En los círculos sociales de sangre pura, es algo solemne, mágico pero endemoniadamente aburrido... Arthur le comento que no fue su caso.
Cuando se ajusta la corbata de ese traje sastre muggle, piensa en que James vale la pena de su maldito calvario... espera que las bodas muggles fueran otra cosa que aquella boda Black que recuerda vívidamente como el punto injusto de comparación.
Pero también tiene una emoción burbujeante para por fin encontrarse con Petunia Evans.
No la recuerda de los pocos años que asistió en el andén, pero James quedo impactado al igual que Alice y Andromeda que para su gusto tal vez sean exageraciones.
Porque los muggles no pueden ser aterradores.
Cuando se mira al reflejo nuevamente, agitando su cabello y su varita para perfumarse con algo masculino de dignidad... tiene altas expectativas, se guiña el ojo porque se está preparando para tal vez inducir una noche salvaje con la hermana de la novia.
Puede que Lily lo maldiga, porque Sirius no es serio en ningún compromiso.
Se mira de nuevo satisfecho, la única buena herencia de los Black es su apariencia y magia.
Acepta su aspecto, se instala en un manto casual y burbujeante para está asombrosa fiesta de su amigo... Espera una noche salvaje... Y sabe que no escuchará las advertencias de que tenga cuidado, que algo mal está con Petunia Evans.
XXXXX
Fin del capitulo
Bueno esto será una mini serie, todo del punto de vista del mundo mágico... La percepción de una mujer que no encaja con los estandares.
Cross es indomable y aprecia la oportunidad de tener padres que intentaron sobrellevarlo... No aprecia que Lily le esconda la situación y Alice nunca le comento a Lily lo que discutió con su hermana.
Sirius se topará con pared.
Neah20 fuera.
