MI PERSONA IMPORTANTE

-Versión de Kurumi-

-Todos tienen a alguien importante para ellos. - Explicó la mamodo que estaba al frente de la clase. - Para muchos, esa persona es alguien de su familia, pero para otros, una persona ajena puede convertirse en alguien muy especial. - Continuó anotando algo en el pizarrón. - Así que, aprovechando que se acerca la Semana Dorada, deberán escribir un ensayo hablando de una persona que consideren importante para ustedes. -

-¡No es justo, maestra Mika! - Exclamó Patie desde su lugar.

-¡No puede encargar tarea en la Semana Dorada! - Apoyó Kanchome. - ¡Se supone que la ley dice que en esa semana no hay trabajo ni escuela! -

-Así es, pero no prohíbe la tarea. - Respondió la maestra Mika con una sonrisa victoriosa. - Así que todos deberán traer ese ensayo regresando a clases. -

-¡Pero esta vez que Zeon y Gash también lo hagan! - Replicó Kurumi apuntando a los gemelos sentados a su lado.

-¡¿Qué?! - Exclamó Zeon levantándose para verla con ojos sedientos de sangre. - ¡No nos metas a Gash y a mí en sus desgracias! -

-La señorita Allen tiene razón, príncipe Zeon. - Interrumpió Mika mirándolo. - Pero por esta ocasión, ustedes dos también deberán realizar la tarea. -

-¿Qué acaba de decir? - Preguntó Zeon con voz calmada pero llena de una sensación tétrica que hizo que la piel de todos se erizara. - ¿No sabe acaso con quién está hablando? -

-Sí, tengo muy en claro su rango, así como el del Rey Gash. - Respondió Mika acomodándose los lentes en sus ojos. - Pero mientras ambos estén en esta escuela deberán acatar órdenes. -

-Mire… - Murmuró Zeon a punto de asesinarla, pero fue frenado por Gash. - ¿Qué? -

-Unu, Mika-sensei tiene razón Zeon. - Dijo Gash mirando a su hermano. - Mientras estemos en la escuela, debemos hacer lo que nos dicen. -

-¿Acaso no entiendes tu posición y la de ella? - Preguntó Zeon incrédulo, ¿cómo era posible que su hermano, EL REY, se dejara manipular por una simple maestra mamodo?

-No voy a volverme un rey corrupto. - Interrumpió Gash con voz seria, esa que pocas veces solía usar. - Y tú tampoco lo serás, es una orden como rey. -

-Si no tuvieras esa varita en tu bolsa y no fueras mi hermano ya te habría quemado con un Zakeruga. - Murmuró Zeon en el oído de Gash, haciendo que este diera un saltito aterrado mientras tragaba saliva.

-Tranquilos ya. - Dijo Kurumi mirando a ambos hermanos, pero su expresión cambió a una aterrada cuando notó cómo Zeon se giraba a verla con una mirada que la hacía ver con claridad que el príncipe la estaba matando de la peor forma posible en su mente. - ¿Q-Qué…? -

-Tú. - Dijo Zeon acercándose a ella. - No será hoy y tal vez mañana tampoco, pero ten por seguro que en cuánto menos te lo esperes me la voy a cobrar por meterme en esto. -

-Oye, si yo tendré tarea en la Semana Dorada ustedes también la tendrán. - Replicó Kurumi cruzando los brazos. - Si yo caigo, ustedes caen conmigo. -

-Sucia plebeya. - Dijo Zeon regresando a su asiento.

-Egoísta. - Respondió Kurumi regresando a su asiento también. -

Antes de que la profesora Mika pudiera decir algo más, la campana de la Torre de la escuela sonó indicando la hora de salida. Como era acostumbrado, Zeon regresó al castillo con Gash gracias a su teletransportación, pero en castigo dejó a Kurumi botada en el patio, por lo que la pelinegra tuvo que regresar volando la distancia que separaba ambos lugares gracias a sus alas.

El día prosiguió con normalidad, y Zeon deseaba con toda el alma que Kurumi jamás hubiera dicho aquello, pues sus planes se habían arruinado.

La Semana Dorada era una época en el mes de julio que por una ley antigua establecida por el Ministerio Mamodo (mucho antes de que existiera la monarquía) eran fechas libres de trabajo o escuela, y para Zeon, esa semana era la única época del año en la que se le permitía olvidarse totalmente de sus estudios y sus entrenamientos. Le había costado hacer que su padre aceptara darle ese descanso, pero finalmente accedió después de que Gash se convirtió en rey. Antes de la batalla mamodo, y luego de que Kurumi fuese echada del castillo por el anterior Rey, durante la Semana Dorada se le permitía a la pelinegra quedarse en el castillo con Zeon, ahora era diferente pues Gash había dejado que la chica volviera a vivir con ellos, pero el príncipe deseaba con toda el alma que esa semana llegara para poder explorar más allá de su reino, pues en la batalla de los 100 mamodo había descubierto que, aunque sabía muchas cosas, su conocimiento era limitado.

La semana transcurrió y el príncipe dejó a un lado su trabajo escolar para irse al Reino Fuuga del Viento, pues con este solo faltaba por conocer el Reino de Suiko del Agua y volver a ir al Reino de Saika del Fuego para terminar de recorrer todos los reinos. El príncipe regresó al castillo poco antes de las 8pm del último día de la Semana Dorada, y fue recibido con un banquete exquisito preparado por Kurumi, quien cumplía con su labor de ser la mucama personal de Zeon.

La comida era exquisita, pues ella conocía bien los gustos del príncipe después de cocinar para él por varios años. Gash había participado esta vez en la elaboración del postre, que aunque no tenía buen aspecto debido a la torpeza del rey, su sabor le daba una calidez al corazón de Zeon por el simple hecho de que las manos llenas de ampollas y quemaduras de su gemelo menor habían termino así por preparar algo exclusivamente para él. Ellos dos eran probablemente las únicas dos personas en todo el Makai quienes habían escuchado la palabra "gracias" provenir de los labios del príncipe.

-¿Terminaste el ensayo? - Preguntó Kurumi mirando a Zeon, quien estaba revisando todos los apuntes, notas y libros que había traído consigo de su viaje mientras que ella hacía la cama del príncipe.

-Por supuesto que no, no haré esa tontería. - Respondió Zeon sin preocuparse en verla. - No soy tan sentimental como para indagar en quién es importante para mí y explicarlo en una hoja de papel para leerlo frente a todos. -

-Bien, creo que cambiaré la persona de mi ensayo. - Murmuró molesta mirándolo de reojo.

-Dime que no es ni nombre. - Dijo Zeon girándose a verla, Kurumi asintió y el príncipe bufó por lo bajo. - ¿Por qué yo? -

-Lo sabrás mañana. - Dijo Kurumi caminando hacia él. - La cama está lista, ¿puedo ayudarte en algo más? -

-No, puedes irte. - Respondió mientras seguía revisando sus cosas.

-Vale, entonces me retiro a dormir. - Dijo Kurumi caminando hacia la salida. - Buenas noches, nos vemos mañana temprano para irnos juntos. -

-Kurumi. - La llamó atrayendo su mirada confundida. - Gracias. - Dijo con sinceridad mirándola de reojo.

-¡Sí! - Asintió Kurumi alegre mientras salía de la habitación del príncipe para dirigirse a la suya. Sí, no era común escucharlo decir esa palabra, por lo que se sentía especial cada vez que él la pronunciaba para ella.

Una vez que Kurumi abandonó la habitación el príncipe sonrió sutilmente, una sonrisa que casi nadie había visto jamás, salvo dos personas: Gash y Kurumi. Era una sonrisa de orgullo y a la vez de agradecimiento: se sentía orgullo de ver el fruto de su arduo trabajo cuidando a Kurumi, pues desde que la había salvado de morir aquella vez cuando sólo tenían 2 años y que ella intentó suicidarse en su jardín se había propuesto volver fuerte a esa chica a su vez de que se hacía cargo de ella. Zeon lo admitía, había sido duro, la pelinegra era una niña con demasiados traumas y poca fuerza, pero él había hecho todo a su alcance para volverla lo que era ahora, y se sentía orgulloso de eso. Y agradecimiento…porque Kurumi había sido la única persona (anterior a Gash) que jamás le temió y tampoco se rindió. Se había mostrado frío con ella muchas veces y en algunas incluso llegó a insultarla y agredirla, pero ella jamás cesó en llegar al fondo de su corazón, siempre estuvo a su lado cuando nadie más lo hizo y se preocupó por él cuando ni siquiera a sus padres les importó cuánto daño recibiera en sus entrenamientos. Ella siempre fue la única, y aun cuando conocía los sentimientos de Kurumi por su hermano más allá de una amistad, siempre era lindo para él pensar en que quizá Allen tenía sentimientos similares por él. Aunque Kurumi había expresado abiertamente su amor por Gash, el albino la conocía perfectamente, y sin importar el trato que le diera a Gash (por más especial que fuera) el que tenía hacía él era distinto, más cercano, más íntimo, más personal. Kurumi lo conocía casi tan bien como él la conocía a ella, la pelinegra siempre estaba ahí para él sin importar la situación, y la sonrisa que ella le brindaba cada día era más brillante que cualquiera que la chica de ojos dorados pudiese dedicarle a su hermano. El trato de ellos era único y especial, y a él le gustaba atesorar ese pensamiento de que en el fondo, el amor que ella sentía por él era mayor al que pudiese sentir por su gemelo menor.

La noche transcurrió y el día llegó. Kurumi, como era costumbre, fue a despertar a Gash y después de dirigió a la sala de entrenamientos, donde Zeon se encontraba realizando sus prácticas matutinas antes de ir a la escuela. Los tres fueron al comedor a desayunar algo rápido y después el príncipe los teletransportó al instituto escolar.

-Tio, lee tu ensayo por favor. - Dijo Mika mirando a la pelirroja que se había puesto de pie en su lugar.

-"Mi persona importante es mi compañera Ooumi Megumi, ella fue quien me ayudó cuando llegué al mundo humano después de haber vagando por días sola, aunque yo me comportara de manera Agresiva con ella, siempre se mantuvo a mi lado. Es una idol excepcional que tiene un gran corazón y espero que cumpla sus sueños siempre, porque ella me ayudó en una batalla que no le correspondía aunque arriesgara su vida por mí." - Y diciendo esto Tio miró a su maestra mientras tomaba asiento.

-Muy bien, Tio. - Respondió Mika dirigiendo su vista a otro mamodo. - Rey Gash, ¿puede leer el suyo por favor? -

-¡Unu! - Asintió Gash poniéndose de pie. -" La persona más importante para mí es mi amigo Takamine Kiyomaro, al comienzo era alguien son amigos que jamás se defendía, pero después de que lo ayudé a hacer amigos con el plan de 'Los Aliados de la Justicia' cambió mucho." - Comenzó a leer Gash recordando a su compañero. - "Pasamos muchas cosas juntos que no puedo escribirlas todas, pero es una persona increíble. Su corazón protector lo hace ser alguien que siempre peleará por sus sueños, así como me ayudó a convertirme en rey del mundo mamodo, jamás retrocedió en nuestras batallas y siempre me apoyó en mi sueño. Probablemente ahora esté casado con Martel-chan y tengan muchos hijos, tal vez ya haya terminado la universidad, y sé que aunque a veces sea torpe será un gran adulto." - Finalizó el rubio regresando a su asiento.

-Excelente, su Majestad. - Respondió Mika dirigiendo su mirada al siguiente mamodo. - Príncipe Zeon, su turno. -

-No lo hice. - Respondió con simpleza Zeon.

-¿Por qué? - Preguntó Mika cruzando los brazos.

-Tuve cosas más importantes que hacer que una simple tarea. - Respondió el príncipe cruzando los brazos también. - No sólo tengo que cumplir mi papel como príncipe, sino que también tengo tareas que realizar para tomar la prueba para ser el próximo General del reino, ¿sabe? -

-Entiendo, espero que usted también entienda por qué su calificación bajará. - Dijo Mika mirándolo.

-Sí, como diga. - Respondió Zeon con simpleza.

La maestra soltó un suspiro resignada y dirigió mejor su mirada a otra mamodo. - Kurumi, lee tu tarea por favor. -

-Sí. - Asintió Kurumi poniéndose de pie. - "Mi persona importante es Zeon Bell, el orgulloso príncipe del Makai, tampoco conocido como el Emperador del Rayo y un integrante de la Élite." - Comenzó a leer ganándose la mira sorprendida de Zeon, quien imaginaba que ella habría escrito de Gash o de su compañera humana. - "Puede ser que todo el mundo le tema, y no es de sorprenderme, ya que todos son conscientes de su increíble poder. Muchas veces he escuchado la pregunta ¿Cómo es posible que seas amiga del príncipe Zeon?, la respuesta es simple, porque le debo mi vida a él…cuando era muy pequeña estuve a punto de morir, pero fue gracias a que él me salvó que el día de hoy me encuentro aquí. Siempre le agradeceré por ello, y por todo el tiempo que cuidó de mí después de eso, sé que he sido torpe, ingenua y un problema para Zeon muchas veces, pero estoy agradecida de que me tuviera paciencia y me permitiera estar a su lado todo este tiempo, por eso…por eso yo siempre estaré a su lado, porque es la persona más importante para mí, y nadie podrá ocupar su lugar jamás." - Y diciendo esto regresó a su lugar.

Los ojos dorados de Kurumi se encontraron con los ojos violetas de Zeon, quien seguía viéndola incrédulo de lo que acababa de escuchar, la pelinegra le dedicó una sonrisa dulce que hizo que algo se removiera en el corazón y el estómago del mamodo, lo que lo obligó a romper el contacto visual. Kurumi soltó una risita y regresó su vista al frente mientras escuchaba a Kanchome leer su ensayo. Todavía había algunas miradas sobre ella y el príncipe, pero poco les importó a ambos. Gash también miraba fijamente a Kurumi y a su hermano gemelo con una sonrisa de satisfacción, se sentía feliz de saber que había una persona que quisiera de esa manera a su hermano, y era una persona increíble que sí bien tenía sentimientos amorosos por el rey, jamás haría de lado al príncipe pasara lo que pasara.

El día concluyó y todos volvieron a sus casas. Gash y Zeon se habían ido sin Kurumi ya que la joven tenía que hacer labor comunitaria ese día en la escuela, por lo que se iría más tarde. La pelinegra se encontraba aseando el aula de su grupo cuando le sorprendió ver un cuaderno blanco en uno de los escritorios.

-Zeon olvidó su cuaderno. - Dijo tomando el cuaderno, viendo la perfecta caligrafía de Zeon y sin ningún error ortográfico, era tan perfecta que casi parecía haber sido hecha por una computadora. - Se lo llevaré cuando regrese. - Dijo en voz alta tomando su mochila para guardarlo, pero accidentalmente se le cayó de la mano y una hoja algo arrugada salió de entre las hojas, Kurumi la tomó en su mano para guardarla nuevamente, pero le sorprendió ver el título en esa hoja.

Después de leer aquello, Kurumi quedó tan sorprendida que las lágrimas cayeron por sus ojos, tardó un poco en recuperarse, así que guardó todo y se dispuso a terminar su labor para regresar al castillo. Una vez que llegó a casa, se dirigió directamente a la habitación de Zeon, encontrando al príncipe dormido profundamente, la chica esbozó una sonrisa dulce y dejó el cuaderno en la mesa de la habitación, después se dirigió hacia la cama del chico de cabello plateado y lo miró dormir plácidamente, era una imagen que jamás olvidaría.

Kurumi se agachó y susurró algo en el oído de Zeon, después le dio un beso en la mejilla y se retiró en silencio del lugar. Sin duda jamás habría alguien que ocupara el lugar de Zeon, y lo que había leído ese día la hizo querer permanecer a su lado aún más. No olvidaría esas palabras jamás.

MI PERSONA IMPORTANTE:

Es una persona demasiado torpe, carece de destreza pero abunda en ella sin duda la bondad. Su corazón es tan puro que es capaz de perdonar a cualquier persona que la lastime una y otra vez. Jamás sería capaz de herir intencionalmente a alguien, no es su naturaleza.

Ha estado a mi lado por largos años, siempre la he estado observando, aunque muy probablemente ella ni siquiera lo haya notado, pues es muy despistada. Sé por qué jamás reclamó su lugar como General de Saika, y aunque podría ayudarla a tomarlo, prefiero mí el deseo egoísta de mantenerla conmigo. No quiero dejarla ir jamás, estoy obsesionado con ella, y no podría seguir sin tenerla a mi lado aunque sea solamente para verla a la distancia.

Sé que su corazón le pertenece a mi hermano, pero mi insignificante fantasía de ser yo a quien ella ame me es suficiente. No sé lo diría a ella jamás, no quiero que se quede a mi lado por lástima. Le prometí que la convertiría en mi princesa, pero supongo que ella merece más el lugar de una reina, y yo no soy un rey. Puedo aceptarlo, aunque es algo doloroso, pero no me importa, mientras pueda seguir viendo esa sonrisa desinteresada me basta.

A estas alturas, decir su nombre ya está de más. Y aunque esto no llegará jamás a ella, quiero que lo vea por si misma algún día. Así que, a mi lejana Kurumi Allen, yo siempre te he amado. Si algún día puedes ser mía, estaré feliz, por ahora mientras lo seas en mis sueños me es suficiente.

Sé feliz siempre, mi querida amiga.

Zeon miraba fijamente a la Luna llena de esa noche desde su habitación, se encontraba sentado en una silla junto al ventanal, en su mano estaba aquella hoja arrugada, por su mente pasó un momento que aunque había sido relativamente corto y aunque lo que había escuchado era solamente 1 palabra, le había hecho sumamente feliz.

-Gracias. - Susurró Kurumi al oído de Zeon antes de darle un beso en la mejilla.

-Tonta. - Murmuró Zeon con una sonrisa en su rostro. Miró nuevamente la hoja en su mano, y leyó la nota que estaba escrita con una caligrafía elegante que reconocía a la perfección en la esquina inferior.

También te amo, Zeon.

Por siempre a tu lado: Tu Kurumi.

Zeon sonrió y volvió a su cama a seguir descansando, no sin antes guardar aquella hoja en un cajón de su cómoda. Era un tesoro que jamás dejaría que alguien viera.

Después de todo…él también tenía una persona importante irreemplazable para él. Y eso era algo que nadie le quitaría jamás.


¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~

Hace años que no subía un one-shot aquí XD y bueno esto es algo que se me ocurrió repentinamente, y pues decidí escrbirlo x3 sencillo pero con el mensaje correcto, espero que les gustara :3

¡NOS LEEMOS!