Bueno, es momento de cumplir con los acordado tanto tiempo atrás, me sentí inspirada hoy, veamos si todo quedo bien.
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La misión fue como siempre, un poco de destrucción aquí y allá pero nada fuera de lo normal, lo que no era normal era la tensión que había en el ambiente entre ella y él. Los habían molestado en el gremio antes de salir, diciendo que ya deberían de aceptar que algo más pasaba entre ella y Natsu, nada fuera de lo habitual realmente desde los últimos años, no señores, el problema vino cuando Happy, gato endemoniado, fue a decir a los cuatro vientos que Natsu tenía la costumbre de meterse en su cama por las noches.
Después de los gritos de gloria por parte delos hombres hacia el peli rosado, los chillidos de emoción por las mujeres, todos en el gremio presentes en ese momento, asumieron que algo más pasaba durante esas noches a solas…
Las burlas aumentaron en exceso en solo cuestión de segundos, dejando la protección para menores de edad, en el baño trasero del baño; nada ayudó el hecho que ellos estuvieran por ir a una misión juntos ese mismo día, tampoco ayudó demasiado cuando enojada había mandado a Happy a que se escondiera bajo una piedra o algo porqué estaba tan enojada con él que no habría forma de que escapara vivo.
Los comentarios de como ellos "querían" pasar tiempo a solas llovieron y ella se sintió más y más claustrofóbica. Natsu notando la molestia de ella había optado por tomarla de la mano y salir corriendo del gremio gritando un "¡Adiós!" arrastrándola como tantos años lo viene haciendo. Se había enojado con él porque ahora daría más de que hablar, lo había ignorado todo el recorrido a la estación de trenes pero se le pasó la molestia al verlo caer mareado al subir al tren.
Suspiró cansada.
Estaba en la ducha del hotel donde se habían quedado, una tormenta los había dejado varados en un pueblo en medio de su retorno a Fiore. Habían corrido bajo la lluvia hasta el hotel más cercano para darse con que sólo quedaba una habitación. ¿Cómo iba a evitar que siguieran molestándola con él si siempre había situaciones como esta?
A Natsu no parecía molestarle realmente, para él era algo normal que ellos siempre fueran así de cercanos, lo que demostraba que de hecho, nada ocurría entre ellos. Él nunca ha sido del tipo de persona que esté interesado en el ámbito romántico o en cualquier aspecto de las mujeres que no fuera pelear con Erza en competencia de fuerza y molestar a ella solo porque… ahora que lo pensaba eso nunca había tenido sentido.
Se quedó observando las ondas del agua que eran generadas por su respiración por unos segundos, era cierto que ella había llegado a sentir algo durante el comienzo de su amistad pero al entender que Natsu es Natsu, que él nunca tenía en mente lo que hacía o sucedía a su alrededor, todo quedó en el pasado.
Él era inocente en ese sentido, no parecía estar preocupado en el futuro, esos temas no lo perturbaban y mucho menos lo motivaban a nada, ese aspecto de él siempre le había parecido tierno, al mismo tiempo lo envidiaba porque contrario a él, ella estaba constantemente intentando buscar eso, amor.
"¿Te vas a demorar demasiado?" oyó su voz amortiguada por la puerta.
"¡Enseguida salgo!" gritó en respuesta, 'Hablando del rey de roma'
Se enderezó a todo lo que su altura le permitía y salió de la bañera, observó por todo el baño y luego se dio una palmada en la frente, había dejado la maleta con su ropa en la habitación. Suspiró nuevamente ¿por qué siempre sucedía lo mismo?
Salió en toalla a la habitación, Natsu no tomo mucha molestia al verla salir así, sólo dio un paso al costado y luego se metió al baño cerrando la puerta no sin antes revolverle el cabello de forma juguetona, ella intento palmearle la mano pero ya estaba detrás de la puerta. Giró la cabeza de nuevo hacia aquella cama que la había puesto de mal humor antes de bañarse, allí observó la bufanda blanca que Igneel le había dado doblada pulcramente. Era su más preciosa posesión y la cuidaba como oro. Sonriendo con dulzura lo llevo a la mesa más cercana y con cuidado lo dejo allí pasando su mano, recordó con ternura las miles de aventuras que había tenido.
Se rio por lo bajo recordando también las veces que el Dragon Slayer le había prestado dicha prenda. Siempre se asombraba de la suavidad que tenía y el calor que emanaba.
"¿Qué se supone me pondré ahora?" preguntó para sí al volver a su predicamento de antes de salir de la bañera.
Realmente no tenía opciones, todo se había mojado en su carrera al buscar estadía, hace mucho que había perdido la confianza en que el traga fuegos la ayude en esos temas por las miles de veces que le había quemado la ropa, definitivamente no planeaba ir desnuda en la misma habitación y la misma cama que el Dragon Slayer, se llevó una mano a la barbilla, podía invocar a uno de sus espíritus para que la ayude…
"¿Algún problema?" dijo Natsu saliendo del baño, ella volteó para responder pero se quedó callada ante la imagen, estaba descalzo solo con una toalla envuelta en su cintura.
Me sonroje al verlo, algunas gotas caían de su cabello que lo tenía caído, a su torso desnudo y el resto de su cuerpo igual de mojado, con la luz de la habitación resaltaban su figura. Natsu no tenía una musculatura exagerada como Gajeel, mucho menos como Elfman pero emitían tal poder que te confirmaba que podría quebrarte si así lo deseaba. Ellos habían entrenado juntos en muchísimas ocasiones y había sido testigo de primera mano de cómo se esforzaba para mantenerse así a pesar de su voraz apetito.
No es que Natsu no fuera atractivo por qué diablos sí que lo era, ambos estaban sólo en toalla y ambos estaban mojados, aquello sumado a los comentarios no apto para niños que les había dicho los del gremio lograron que su mente divagara en escenarios que nunca había tenido con su compañero antes y que ahora su cuerpo parecía tentado en volverlos realidad. Trago saliva con nerviosismo para salir de su propia imaginación pecadora.
"No encuentro ropa que ponerme" susurré subiendo la mirada de aquel nudo en su cintura, por aquella barra de chocolate en su abdomen, ese par de piedras que eran sus pectorales para terminar en sus ojos jades favoritos.
Por un momento los ojos de él se opacaron dando la impresión que en vez de ser su verde natural, fueran negros, en un pestañeo, volvió a tener ese brillo de siempre; subió una mano a su nuca para sacudir su cabello logrando que algunas gotas llegaran hasta ella. Comenzó a avanzar hacia mí con una sonrisa de lado, sin soltarme la mirada, hipnotizada no me moví un ápice.
"¿Qué estabas mirando... Luce?" dijo suavemente erizándome la piel.
Empecé a sentir calor, verdadero calor, una especie de sed hizo que abriera mi boca en busca de consuelo, me sentía sofocada pero no era molestia lo que me daba, para nada. Este Natsu no lo conocía, no lo había visto nunca... parecía confiado sí, pero otro tipo de confiado, un sentimiento de que ella era una presa y él un depredador la asaltó y su corazón comenzó a golpearle el pecho. Sus manos se elevaron como para tocarla, ella pasó su lengua por sus labios intentando hidratarlos ante tanta sed, unos segundos después, el mago empezó a reírse a carcajadas, su mano fue a parar en su abdomen y se encorvó levemente hacia el frente, ella se quedó petrificada en su sitio intentando procesar lo sucedido, sus ojos parecían querer salir de sus cuencas oculares.
"Debiste haber visto tu cara Lucy, era todo un poema" su voz un poco más chillona por la risa que aún lo atacaba.
Pasó de largo por su costado, oyó la cama sacudirse por su peso y supo que mojado como estaba, se había tirado allí. Ella seguía dándole la espalda, sus manos en puños, espero a que su corazón se normalizara antes de voltear a verlo y encararlo, él estaba de brazos cruzados detrás de su nuca, un pie sobre el otro totalmente estirado en la cama con una sonrisa triunfante en el rostro, se sintió irritada, aquella típica vena que tenía en la cien comenzó a palpitarle ante su furia. Dio un pisotón al suelo.
Cuando abrió la boca para decirle algo las luces se fueron, un trueno retumbó a lo lejos y ella soltó un chillido cual puerco acorralado ante lo sorpresivo del evento. Al instante Natsu se puso de pie y encendió una mano para alumbrar la habitación dando unos pasos hasta colocarse al pie de la cama. Un rayo cruzó el cielo por la ventana iluminando un poco el lugar de manera silenciosa. Ella se acercó a él de manera instintiva quedando solo a un par de pasos, él era la fuente de calor y luz en estos momentos, necesitaba la seguridad que siempre le había hecho sentir su compañero.
Otro trueno se escuchó a lo lejos y ella saltó para chocarse con Natsu, de la sorpresa este apago el fuego y la sujeto de los hombros, ella apoyo su mano derecha en su pecho para evitar un golpe. Se sentía estúpida por tenerle miedo a los truenos pero ya luego le daría importancia a ello, ahora sólo necesitaba que su corazón se calmara, sus ojos estaban fijos en la ventana donde la lluvia golpeaba ferozmente y parecía no tener piedad alguna.
Para su sorpresa, el corazón de Natsu latía rápido bajo su mano, frunciendo el ceño alzó la vista para observarlo mejor, si no conociera tan bien a su mejor amigo diría que también le daba miedo los truenos sin embargo con la leve luz que había en la habitación era difícil descifrar su semblante, sus ojos aún no estaban acostumbrados a la penumbra del lugar.
La mano de Natsu fue a parar en su espalda, un escalofrío la recorrió el cuerpo al darse cuenta que la mano de Natsu estaba en su espalda… nuevamente su piel se erizó con aquella revelación, corazón martillando su pecho. Cerró los ojos nerviosa, palpó con su mano libre su muslo para confirmar que efectivamente su toalla se había caído en el estúpido momento en que había saltado hacia lo que parecía su opción más segura. Volvió a pasar saliva sintiendo aquella sed de antes.
La mano de él era cálida contra su piel, y aunque estaba totalmente nerviosa, súper insegura y algo tímida, también empezó a sentir muchas otras cosas. Otras cosas más placenteras que solo había sentido cuando escribía cosas que hasta el momento solo Levy y Gray sabían, razón por la que no le gustaba que nadie leyera sus obras. Otra mano se unió en su espalda llenando su cuerpo de más calor, éstas empezaron a recorrer lentamente todo lo que tenía ahora expuesto, sin poder evitarlo soltó un suspiro de placer ante tales caricias. El corazón de Natsu empezó a latir con mayor fuerza.
Volvió a alzar la mirada y la sostuvo unos momentos al hombre frente a ella, él también parecía estar ansioso o al menos, eso quería creer, por el bien de su salud mental, tenía que ser así. Cuando su mano derecha fue a parar en su trasero dándole un apretón, dio un respingón pegando sus senos al pecho de este, sus pezones erizados y sensibles sintiendo el calor de su cuerpo.
Escucho un gruñido suave provenir de él y diablos, que ella también quería gruñir por la sensación. Con un poco más de valentía ella posó ambas manos en las caderas de él, su vista clavada en los ojos de él, en una especie de desafío silencioso, se deshizo de la toalla con el mover rápido de sus muñecas. Se escuchó el caer de la prenda al suelo, la tensión entre ellos palpable, ambos estaban desnudos frente a frente, el marcador igualado con aquel movimiento de ella, su corazón iba a mil por hora, en medio de la oscuridad, todo lo que antes había dado por sentado se tambaleo.
Otro rayo iluminó la habitación de manera silenciosa, su concentración puesta solo en el mago, pudo captar con mayor detalle el cuerpo de su mejor amigo y allí fue que le cayó el raciocinio como un balde de agua fría.
"Yo..." empezó ella intentando hallar palabras para poder retroceder ahora que aún se podía.
"Shh" la calló, subió una mano hasta su nunca, acercándola a su rostro, se inclinó un poco y la besó con fuerza, casi como un choque de mandíbulas.
No pudo evitar gemir contra su boca tanto de la sorpresa como del gusto, todo lo malo siempre sabe mejor, besar a su mejor amigo estaba mal pero cómo la estaba volviendo loca. Llevo sus manos al rostro de él y profundizó el beso con un ansia que no sabía que tenía, sentía que había demasiado espacio entre ellos, quería que sus rostros se fundieran.
Él, atraído por los sonidos que ella producía, pegó su cadera al cuerpo al de la usuaria de magia estelar para gruñir de placer al sentir una corriente de electricidad recorrer su cuerpo, su miembro siendo rozado por la suavidad de la piel de esta.
Siempre había sabido que Lucy era alguien especial, alguien diferente al resto, había sido así desde el comienzo y no planeaba que aquello cambiará en algún momento pero vaya, nunca se había puesto a pensar demasiado en el hecho de que ella era extremadamente buena. Tenía una piel suave, más suave que su bufanda, eso siempre lo ha sabido pero ahora, después de todo nunca perdía la oportunidad de tener un roce o agarre de más, es Lucy después de todo. Pero en esta situación, se sentía más atraído a tocarla, a sentirla, saber cómo era su piel en aquellos lugares que no había tocado hasta ahora.
Había captado la mirada que la rubia le había dado a su cuerpo en cuanto salió del baño, y fue allí cuando su mente empezó a correr a mil por hora, su lado hormonal ganando la partida. Su cuerpo había reaccionado ante aquella mirada de una forma que nunca antes había hecho por ella. Claro que era hombre y sabía de sobra que las mujeres son sensuales pero siempre había encontrado su alivio al encargarse de esos asuntos sólo. Para eso estaban las revistas y para eso tenía una casa propia.
Era consciente de que Lucy era hermosa pero no le daba más vuelta al asunto, ella siempre estaba con él incluso cuando ella solía salir a citas, citas que siempre fallaban haciendo que sea normal realmente, ella no perdía su tiempo demasiado en ello y eso lo tranquilizaba. Pero ahora, sólo tenía ganas de hacer todo aquello que su imaginación le pidiese, todo para lo que su cuerpo se encontraba más que preparado. Y el hecho que ella respondiera tan bien a sus caricias y a la situación misma, sólo lo hacían desear más.
"Natsu…" gimió ella al liberar su boca, sus ojos brillaban, sus labios rojos, sus mejillas calientes bajo su mano.
La jaló de la cintura y retrocedió un paso hasta caer en la cama, luego le ayudó para que se sentará encima de él sobre la cama, el roce de ambos en aquel lugar que más necesitaban los hizo gemir de placer anticipado. Ella, totalmente fuera de sí, de un solo movimiento se sentó sobre su miembro, sintiendo como expandía su ser al penetrarla en un movimiento lento de sus caderas, tuvo que tirar la cabeza para atrás ante el atrevimiento de ella, 'Tan delicioso' pensó mientras envolvía su cuerpo con los brazos, necesitaba sentirla completamente pegada a él, todo, necesitaba todo.
Gruñó salvaje ante la gloriosa sensación del interior de Lucy, su calor que lo envolvía allí donde más deseaba, diablos que se sentía sensacional, se sentía drogado por aquello, necesitaba más, más fricción, bajo la vista a ella relamiéndose. Igual no pasó desapercibido para él como ella dio un leve respingón, aun que había sido exquisito aquel leve subir de sus caderas, aquello le hizo recordar que esta era sin duda alguna la primera vez de la mujer, quiso golpearse la cabeza al caer en cuenta de lo que estaba pasando.
Se separó de ella sujetándole de los brazos, tomando una distancia de lo que sus brazos median, la observó fijamente hasta cerciorarse que la nube de lujuria salía de sus bellos ojos cafés que ahora tomaron un matiz como de obsidiana. La rubia saliendo de su estupor, comenzó a recuperar su respiración normal, se mordió el labio inferior y quiso volver a besarla pero se detuvo, se observaron unos momentos en completo silencio, él todavía dentro de ella, su calor aun testeando su cordura.
"No creo que se-" quiso aclarar él pero Lucy lo interrumpió.
"¿Qué es lo que sientes?" preguntó su voz cargada de esa curiosidad que muchas veces lo exasperaba, su cabeza la había ladeado levemente, ¿Se daría cuenta que hacia ello cada vez que preguntaba algo en lo que estaba interesada?
"No lo sé" respondió sincero pasando saliva, esta situación escapaba a cualquier conocimiento que pudiera tener "Pero sé que quiero continuar" sospechaba que lo mejor era ir directo al grano con ella.
"¿Y si fuera otra persona?" Estaba vez, su voz había sido tan bajo que casi pensó que no había dicho nada.
Sabía que esa pregunta venía con truco, su respuesta era importante para ella, lo sabía por qué podía escuchar su corazón bajar el ritmo. Estaba anticipando algo, no sabía el qué pero sus siguientes palabras podrían arreglarlo todo o arruinarlo para siempre. Con una mano siguió recorriendo la piel expuesta de la maga, necesitaba calmarla, necesitaba poder quitar aquel peso de su mejor amiga. Movió las caderas un poco, realmente solo buscaba acomodarse mejor pero la escuchó gemir y sus hormonas nuevamente hicieron acto de presencia.
"No creo que esto pudiera haber pasado con alguien más" respondió sin mirarla, metido en sus propias cavilaciones, siguió moviendo las caderas lentamente, ella siguió gimiendo dulcemente para él. "No es como que no haya sabido siempre que eres alguien importante para mí ¿Sabes?" decía aumentando la velocidad, se sentía perder en su mar de lujuria pero tenía que aguantarse un poco más, llevo una mano al seno derecho de la chica y con su lengua cruzó el pezón izquierdo. Ella soltó un suspiró tal que supo que había hecho algo bien, ahora enterrando sus dedos en su cabello lo pegó más su cuerpo, era excitante como ella se dejaba llevar por las sensaciones. "Simplemente nunca le di vueltas al asunto" se separó de ella solo lo suficiente para poder mirar su rostro.
"Tú nunca has mostrado… interés... por nadie" dijo a entre cortado, el mar de emociones que su cuerpo estaba sintiendo a causa del vaivén de caderas de él, la estaba volviendo loca. Sentía que toda su piel quemaba, allí donde él pasaba su mano su piel grababa casi a fuego la sensación de su tacto y aquello la estaba haciendo olvidar el por qué si quiera había comenzado a hablar en primer momento.
Estaba embriagada por todo lo que estaban haciendo, aún estaba esa parte de su mente que le repetía que nada de esto se suponía que debía suceder. Esa parte de ella seguía esperando que Natsu dijera las palabras correctas para no sentirse miserable luego de acabar esa sesión de lujuria, su corazón de comprimía con culpa y un dolor que no sabía etiquetar.
"Te tenía a ti" respondió tranquilo, pasando su lengua ahora a su otro pezón, estiró con los dientes aquel montículo antes de continuar "y tenía a mi mano para cualquier otro asunto más fisiológico"
No pude evitar reírme de la simpleza de su respuesta, de lo básico que podía ser su forma de ver las cosas. Aunque me había encantado, había más cosas que seguían rondándome por la cabeza, quería apagar esa parte de su mente que ahora mismo no le agradaba para nada pero sabía que eso no pasaría.
"Me has visto salir con otros" dijo ahora siendo recostada en el colchón por su fuertes brazos, ella se dejó hacer en parte porque estaba algo ocupada discutiendo consigo misma, sin embargo él en ningún momento salió de su interior, envolvió sus piernas en su cadera y sintió como ahora la penetración era más profunda, otra parte de su mente elogio su destreza para hacer todo ello en solo un movimiento. Él se agarró a su cadera y continuó sus embestidas con un ritmo casi melodioso, una mano subió a su rostro y le despejó la vista de su cabello mojado que se había pegado a su rostro.
"Sabía que tarde o temprano ibas a rechazarlos" dijo frunciendo el ceño y dándole su clásica mirada de 'Luce eres rara' "¿Enserio quieres conversar de esto ahora?" se detuvo un momento, esperando una respuesta que él pueda categorizar como 'racional'. Un trueno volvió a llenar la silencio habitación y está vez ella no se asustó, se sentía demasiado segura bajo el cuerpo del mago.
'No, la verdad que no' pensó para sí, con un encoger de sus hombros y apagando sus pensamientos estiró el cuello hasta llegar al rostro a sus labios y lo besó con ganas renovadas. Natsu volvió a gruñir de gusto y sus embestidas se volvieron más rápidas. Clavó sus uñas sin el menor cuidado pidiendo mentalmente por más.
Sin pensarlo demasiado lo hizo girar en un momento para sentarse sobre él, sacando fuerzas tal vez de la adrenalina del momento. La miró atónito antes de que ella empezará a mover sus caderas todo lo que su cuerpo le pedía, algo estaba acumulándose en su interior y para su gusto, él se estaba demorando demasiado.
Ambos gemían complacidos, sus dedos se clavaron en sus caderas y ella colocó sus manos en sus propios pechos apretándolos, sentía que iba a estallar y aceleró el movimiento, necesitaba liberarse. Natsu con toda la excitación que le recorría el cuerpo intentaba aguantar lo más posible.
De haber sabido que iba a estar en esta situación con ella, se hubiera jalado el pene antes para poder durar más, quería muchísimo más. Sabía que ella estaba por llegar a su límite porque lo estaba apretando más y más… definitivamente iba a acabar antes de lo que le hubiera gustado.
La vista de ella gimiendo sonrojada mientras se acaricia los pechos era por demás excitante e insinuante. Jamás olvidaría aquella escena, es más, la usaría cada vez que tenga que liberar tensión en solitario aunque sinceramente esperaba nunca tener que volver a hacerlo solo.
Arqueando su espalda Lucy soltó un alarido de gozo puro que hizo eco en la habitación. Él, sin poder evitarlo se sentó en la cama y mordió el hombro de la chica antes de dejar salir toda la presión de su miembro dentro de ella, quisiera haber tenido cuidado pero un poco de sabor metálico se coló en su boca, ya luego se disculparía por ello.
Respiraron agitados por varios largos minutos, volviendo de dónde sea que habían volado al comienzo de esa sesión pasión. Apoyó su frente en el pecho de ella y espero paciente a que las últimas oleadas de placer se esfumaran de sus cuerpos, los latidos de ella golpeando su frente.
Todo había sido demasiado rápido, sin mucha verdadera intención o consideración, prácticamente como liberando estrés acumulado de manera mutua. Ahora ambos en completo silencio analizaban la situación cayendo en que tal vez, debieron haber parado antes y hablarlo.
Lucy seguía siendo Lucy, y él seguía siendo él pero aún se sentía algo diferente, sentía que algo había cambiado, le asustaba porque se sentía cómodo con las cosas tal y como estaban. Ella lentamente se levantó de su regazo, dejándolo sorprendentemente frío, dando un bajo "Disculpa" se retiró al baño.
No era idiota, sabía que había sido la primera vez de ella, sabía que ninguno de los dos había pensado en el otro de esta forma antes y sabía que ahora su amistad corría riesgo. No es como que para él no fuera la primera vez también, la primera vez con alguien al final y al cabo. Aún sentía el calor de la piel de ella en sus manos y los líquidos de ambos aún estaban en su miembro, parte de estos habían caído a la sábana al momento de ella huir. Por qué eso había hecho, huido, de aquello que había sido el punto de quiebre en su tan preciada amistad.
Suspiró un poco cansado, sabía que le debía explicaciones a la rubia pero al mismo tiempo estaba molesto, ella también había actuado, ella había hecho tanto como él así que ella también le debía una explicación a él. Se recostó en la cama cruzando los brazos detrás de su cabeza, la escuchó moverse en el baño, sabía que se estaba aseando, sabía que se estaba aseando ahí donde ahora no dejaba de pensar y desear volver a probar, ella ahora olía a él y eso le daba una sensación de orgullo que no quería dar voz.
Su cuerpo ya se sentía listo para volver a hacerlo y está vez como se debía pero se contuvo, necesitaba aclarar sus ideas antes de hacer o decir algo a Lucy. Se merecía ello luego de tantos años de amistad y compañerismo, habían pasado juntos diferentes situaciones, no siempre todas eran de alegría pero con todos los negativos, su lazo era más fuerte, no dudaba de ella para nada. La puerta se abrió lentamente, ella tenía la mirada agacha, su cabello tapando su rostro, fue corriendo a su lado de la cama, sintió su peso al sentarse. Sin mirarlo se echó bajo las sábanas y se tapó por completo dándole la espalda, entrecerró los ojos sintiéndose irritado con la rubia, se estaba ocultando de él.
Sin poder evitarlo, ganando sus instintos, se metió junto a ella bajo las sábanas, la jaló de la cintura y la pegó a su cuerpo, dejo salir el aire que no sabía que tenía contenido. No podía quitarse la necesidad de querer estar en constante contacto con ella, no sé sentía satisfecho sin que sus manos sientan la suavidad de su piel… algo le decía que nunca más podría sentirse satisfecho sin tocarla.
Aquella revelación le hizo girar a la chica para que lo mirase bien, algo siempre había sido cierto, él sólo se sentía cómodo con ella. La molestaba constantemente porque le complacía las miles de reacciones que ella tenía. Para yendo a su casa porque allí era donde mejor se sentía, su casa se sentía vacía luego de conocer lo acogedora era la de ella, por sobre todo, no podía evitar siempre estar pegado a ella, durante las noches no podía sentirse tranquilo y, de alguna u otra forma, terminaba yendo a su cama, para dormir con ella para poder sentirse envuelto en todo lo que su persona representaba en su vida.
Pero ahora todo se sentía tan diferente. La miró a los ojos de forma intensa, era bruto con las palabras y esperaba que de manera silenciosa ella pudiera entender todo lo que él sentía, toda la revolución que se estaba llevando a cabo dentro suyo, deseaba tanto poder tener alguna especie de lazo mental con la rubia…
Sabía que Natsu estaba intentando decirle algo, sentía un calorcito en el pecho al verlo de esa forma. Sus ojos brillaban tiernamente, y se movían nerviosos intentando buscar el más mínimo cambio en su rostro y aunque todo eso la hacía sentirse algo mejor luego de lo que sucedió, no podía seguir sintiendo un sablr amargo en la boca.
No es como que él se haya aprovechado de ella o viceversa. Es más el hecho de que todo había sido tan… poco romántico. Siempre había pensado que su primera vez sería con alguien quien ella amara, alguien con quien compartiría un momento íntimo super dulce y duradero, un momento que marcaría el inicio a una bella vida juntos…pero no, había pasado en un abrir y cerrar de ojos con su mejor amigo. Eso se sentía tan mal, tan incorrecto… ella se había guardado para alguien y ahora sentía que lo único que había logrado era perder a la persona más cerca en su vida. Aquella única persona a quien le podía confiar hasta su alma.
Le quería sí, sin duda que le quería, eso estaba fuera de duda, pasaban situaciones que en una amistad normal nunca pasarían y tenían un lazo que con ningún otro miembro del gremio podría tener pero ¿Le quería de esa forma? No estaba segura. Se mordió el labio intentando calmar un poco sus emociones y su torrente de pensamientos que lo único que lograban era hacerla sentirse peor… Muy a parte de ella quererlo o no… ¿él la quería?
Sabía de sobra que la respuesta sería que sí pero no sabía si es que Natsu sería capaz de diferenciar la forma que ella necesitaba. Ella sí creía en el amor verdadero, creía en el matrimonio y en la familia, creía en el y vivieron felices para siempre y justamente por ello había siempre esperado por el Hombre Perfecto.
Si nada de esto duraba como debía durar ella sufriría demasiado. Sería demasiado fácil empezar a amarlo, tener que dejar de amarlo sería lo más horrible y difícil que ella podría hacer… si es que lograba hacerlo. Por eso no sabía que decir o responder. Un parte de ella quería quererlo de esa forma y la otra no, la otra quería cerrar lo ojos esperando que todo esto fuera sólo un sueño.
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Y bueno, por el momento es lo que he podido editar, espero que les haya gustado. Saludos.