Disclaimer: Los personajes del anime de Naruto no son de mi propiedad sino de su respectivo creador, el mangaka Masashi Kishimoto, ya que de ser mío hubiera tenido un final muy diferente. Solo los utilizo para adaptarlos a la historia de Faith Carroll, Cinco minutos. La pareja principal es Sasuhina, sus personalidades pueden estar alteradas ya que se trata de una adaptación de la obra de otro escritor, sino te gusta no lo leas, todo lo hago sin fines de lucro y por amor al Sasuhina así que si no te gusta esta pareja ¿Qué haces aquí? Solo quiero mostrar los libros que me gustaron a través de esta gran pareja que se robó mi corazón desde que la vi.

Advertencia: La personalidad es más RTN de Hinata, quien avisa no es traidor. Disfruten de la lectura.


CAPÍTULO 5

No había cambiado nada por lo que Sasuke no tuvo problemas en reconocer a Toneri. El chico miraba a Hinata con una mezcla de perplejidad y enfado. Sasuke se contagió de lo último, puso un brazo en hombro de la chica y se adelantó, llamando la atención del joven.

—¿Sasuke Uchiha? —Tardó pero Toneri también reconoció al joven que le miraba amenazante.

—Hola, Toneri —saludó Sasuke, su tono estaba a punto de despertar una tempestad—. Te veo igual que siempre.

—Ya, no como tú. —Toneri pasó de él y volvió de nuevo la vista a la chica—. ¿Qué haces con éste?

—Éste tiene nombre, te escucha y va a romperte todos los dientes.

—Tranquilo, Sasuke. —Hinata puso una mano en el pecho del joven, intentando relajarle. No se esperaba el encuentro, este tipo de música o de lugar no eran del gusto de Toneri—. Ya te lo he dicho, lo que yo haga no te incumbe. ¿Estamos?

—Hina, me sigues importando, lo bastante como para decirte que esto es mala idea. Tú mejor que nadie sabes cómo es él.

—Creía saber como eras tú. Me equivoqué una vez, por lo que pude hacerlo otra. —Sasuke sintió como una de las manos de Hinata se entrelazaba con la suya—. Ya no es el que era, Toneri, al igual que yo y tú hemos cambiado él también lo ha hecho.

—¿De verdad, Hina? —Toneri dejó escapar una risa de desprecio—. Parece que todos nos equivocamos, hasta yo contigo. Siempre tuve la sospecha de que, a pesar de todo, te gustaba este cretino; por eso te dolían sus insultos y tan poco valía mi consuelo. Pero me olvidé, pensé que eran paranoias mías. No podías ser de esas tontas que les va que les den caña.

Fue muy rápido, Toneri no tuvo tiempo de reaccionar antes de verse alzado del suelo, cogido por las solapas de su camisa por Sasuke. Sus ojos negros destilaban toda la rabia que se estaba acumulando en la bilis del joven, casi se le podía ver una beta rojiza.

—Sigue y dame una razón para reventarte la cabeza, hijo de puta. Porque lo estoy deseando.

—No quieres competencia para hacerle daño, ¿no es así, Uchiha?

—Sí, la jodí a base de bien en el instituto, no voy a negar lo que los tres sabemos. La hice sufrir cuando lo que deseaba era amarla y no pienso dejar que nadie lo repita. Menos cuando lo que se esconde tras esos insultos no es amor, sino egoísmo. Elegiste a otra, asume tus decisiones.

Varias personas los estaban mirando, no quería crear un espectáculo añadido al concierto. Sasuke soltó a Toneri con un fuerte empujón hacia atrás.

Ambos chicos se miraron, con fuego en sus miradas. Hinata quería apartarlos mas no sabía cómo. Una joven de pelo rubio apareció en escena, no parecía enterada de la última actuación ocurrida entre los dos chicos. Se colgó del cuello de Toneri y le robó un travieso beso, sonriente y ajena al resto.

—Ya he vuelto, ¿me echabas de menos, guapo?

Sasuke miró a la nueva chica, vestida con un corsé negro y rojo y unos leggins que terminaban con unos tacones de infarto. Algo le era conocido, su memoria le jugaba una mala pasada. ¿Quién era? La joven empezó a intuir que algo pasaba, se giró hasta encontrarse con Sasuke. Ella tenía el mismo problema que él con sus recuerdos por el gesto de su cara. Poco duró al ver Hinata. Su rostro se desencajó, Sasuke miró a su chica, con facciones parecidas. Ella si la había reconocido tras la capa de maquillaje.

No era otra que Sakura.

—Hinata, yo...

Eso ya era demasiado, Hinata salió corriendo del recinto. Lo de Toneri le dolía pero lo de su mejor amiga era humillante. Atravesó la discoteca sin prestar atención a las miradas, necesitaba aire. Fuera la esperaba una calle poco transitada. Hinata dejó atrás a las últimas personas que querían entrar en el lugar y siguió caminando hasta una zona más tranquila, dónde había un pequeño parque infantil vacio.

No podía hacerlo. Todo se estaba derrumbado bajo sus pies a una velocidad de vértigo. Su novio la engañaba, su mejor amiga le mentía... aquello en lo que creía se quitaba la máscara para mostrar su horrible cara. La puerta se abrió una vez más, unos pasos siguieron el mismo camino que ella.

—Hinata...

—¿Cómo puedo hacerlo? ¿Cómo sé que puedo confiar en ti cuando me he equivocado en todo? Lo nuestro no puede funcionar, Sasuke.

No obtuvo respuesta. Hinata temió que él se marchara, esta vez para siempre. Pero el temor a que la persona que estaba conquistando su corazón también fuera un muñeco de arena la paralizaba. Las lágrimas se agolparon en sus pestañas, tuvo que parpadear varias veces para controlarlas. De pronto, cuando ya se creía sola, una mano la obligó a girar, luego cogió su barbilla y le hizo mirar esos ojos del color del océano que encendían su cuerpo.

—Si me alejaras de ti por mis pecados, aceptaría mi castigo. Pero no voy a perderte por los errores de otros.

Sasuke estaba tan convencido y ella quería creerlo, de veras. Pero ahora...no podía creer en nada. Ni en ella misma. Sakura salió de la discoteca y los buscó con la mirada. Sus tacones ya no sonaban tan seguros de camino a la pareja.

—Lo siento —dijo con voz apagada, frente a Hinata. Sasuke intentó ponerse en medio. Hinata le detuvo. Esto era cosa de las dos.

—¿Dices que lo sientes? No solo te lías con Toneri sino que te acuestas con él cuando sabías que estábamos juntos. Y ahora me pides perdón... eres increíble, Sakura.

—No pudimos controlarlo, pasó de repente. No quería, Hinata, de veras.

—Pero lo hiciste. No me vengas con excusas, me traicionaste y punto. Éramos amigas, creí que lo éramos.

—Yo no llamaría amigo a alguien que hace eso —intervino Sasuke.

—Si no hubiera pasado esto, ¿me lo hubieras dicho? —preguntó Hinata—. ¿Tengo tu respeto como para qué me lo hubieras confesado?

Sakura no dijo nada, mordiéndose el labio y evitando su mirada. Ya tenía suficiente, no quería saber nada de esos dos. Tras una última mirada rabiosa, se dispuso a irse pero Sasuke le pidió tiempo.

—Un segundo, koneko-chan. Quiero decirle algo a ella. —Hinata asintió y esperó a Sasuke que se acercó unos pasos a ella.

—Si vas a decirme que no me acerque a Hinata, no lo necesito. —Sakura se le adelantó a cualquier frase—. Ya he captado su mensaje.

—No, claro que no. Solo quería desearte buena suerte, porque la vas a necesitar. Toneri eligió entre ambas y saliste ganadora, bien por ti. Pero un hombre que deja así a su novia, aquella por la que hizo de todo por ser feliz, lo repetirá. No te odio, Sakura, no te conozco. Lo que siento por ti es lástima. Espero que te vaya bien. De verdad.

Una vez dicho todo, Sasuke volvió en dirección a Hinata. Cogió su mano entre las suyas y la acercó a sus labios.

—Te acompañó a casa, koneko-chan.

Hinata asintió, muda ante el beso devoto en su mano. Ambos dejaron el lugar, sin prestar más atención a la joven pelirosa que meditaba las palabras del chico. Hinata había encontrado a todo un príncipe, les deseaba todo lo mejor. Ella tenía que luchar por lo que le quedaba. Con un largo suspiro, Sakura volvió dentro en busca de Toneri. Debía luchar por ellos, porque la profecía de Sasuke no se cumpliera.

Pero cuando vio esa mirada que tanto conocía en él mientras hablaba con la joven que reconoció como su compañera de clase, solo pudo romper a llorar.

. . . . . .

No tardaron en llegar a la puerta de la residencia. Habían estado en silencio desde la discoteca, sumidos en sus propios pensamientos, sobre todo Hinata. No sabía que iba a hacer ahora, toda la vida que había creado en esa ciudad se extinguía. Su novio, su amiga, lo único que le seguía quedando era su carrera. Siempre podía volver a empezar pero sería duro volver al inicio de todo.

Su pie perdió el equilibrio por culpa de una piedra. Trastabilló pero

Sasuke la sostuvo para no hacer demasiado el ridículo. Entonces, volvió de nuevo a su cúmulo de pensamientos. No comenzaría de cero, tenía a Sasuke.

O eso creía, podía ser una columna que también se derrumbara.

—Necesito hablar contigo —dijo al fin Hinata. Él la miró, esperando que siguiera—. Por lo que dije antes. Sigo sin estar segura de que lo que quieres que ocurra llegue a suceder. No quiero hacerte daño dándote falsas esperanzas.

—No me las das, Hinata. —Sasuke se detuvo, poniéndose frente a ella.

Hinata se quedó quieta, esperando a que continuara—. Cuando te vi en la fiesta y Suigetsu nos hizo esa encerrona, no tenía ninguna esperanza. Solo esperaba aquel bofetón y unos cuántos insultos. Eso lo cumpliste con creces, koneko-chan —dijo, sacándole una pequeña sonrisa a la chica—. Todo lo que ha pasado hoy, como encontrarnos, la tarde que hemos pasado, no sé si es casualidad o el destino pero no pienso dejar perder esta oportunidad.

—Hablas de hoy como algo bueno. Para mí no lo ha sido tanto, aunque también lo he pasado genial contigo, no te equivoques. No sé lo que siento, ni si todavía te quiero.

—Sigues sin entenderme, koneko-chan. —Sasuke pasó su mano por la mejilla, era tan dulce que jamás se cansaba de ella—. Que me quieras no es indispensable.

—No lo entiendo. Pensaba que tú y yo..., seriamos una pareja. ¿No es lo qué quieres?

—Es lo que más deseo, Hinata. Sin embargo, cuando te vi me bastaba con tu perdón. Que conocieras al Sasuke Uchiha que soy ahora. ¿Qué importa que no estés enamorada de mí? Haré que lo hagas, será mi meta en esta vida. Solo necesito que me des cinco minutos más en el armario contigo y luego otros cinco y otros cinco más...y que todos esos minutos jamás terminen. Déjame tu tiempo, Hinata. Haré que merezca la pena.

—Eso es muy bonito, Sasuke —dijo ella, turbada y con el corazón a mil.

—Lo saqué de una serie, no te emociones —dijo él, ambos se echaron a reír—. Pero refleja a la perfección lo que quiero de ti. De mí. Un nosotros.

Sasuke se quedó en silencio, esperando a la reacción de Hinata. Comprendía su situación, todo estaba pasando tan deprisa, los buenos y los malos momentos. Durante ese instante que el mutismo se imponía como respuesta, contuvo la respiración. Tantos años esperando por ese momento y no estaba preparado para ello.

—Dame tiempo para decirte un te quiero. Es lo único que te pido.

—El que necesites —dijo él. Respiro más tranquilo. Ella no quería perderlo, se había dado cuenta de que merecía la pena—. Entonces ¿puedo besarte, ahora?

—¿Ahora mismo? No.

—¿No? —dijo él. Deseaba hacerlo, lo necesitaba.

—Claro que no. Nos vigilan.

Hinata disimuló al señalar una verja a su lado. Desde ella un gato callejero los miraba, curioso a esa extraña pareja. Sasuke se echó a reír mientras cogía a la chica para abrazarla.

—Estás como una cabra.

—Soy una fanática de los gatos, la koneko-chan ¿recuerdas?

—No, Hinata —dijo con ternura—. Eres mi fanática de los gatos, mi koneko-chan. Y, ¿sabes una cosa?

—¿Qué?

—Yo sí puedo decirlo. Te quiero.

Bien, esta historia fue cortita pero muy bonita, la verdad es que al principio no sabía a quien poner como la "amiga" de Hinata, pero no se si lo saben, no soporto demasiado a Sakura, así que verla siendo la mala siempre me gusta XD.