Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.
At the prince's command
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Capítulo 6
Ginny caminó ansiosa por el camino de rosas que llevaba al pequeño zócalo del jardín real, el zócalo más escondido del lugar. Antes de que toda la guerra comenzara, antes de la mayoría de edad de Harry, ella y él solían reunirse para platicar, para que sus padres no intervinieran en ese delicado y hermoso amor que florecía entre ellos. Su vestido estaba ensuciándose levemente, pero a ella no le importó y siguió caminando a través de los verdes arbustos y sobre el camino de piedras que conocía por un largo tiempo. Sabía que no era lo correcto. Ginny no solo ya había sido advertida de lo que pasaría si se le encontraba reuniéndose con Harry, sino que también sabía lo muy descalificada que era para ser su pareja. Era menor que él (quien ya estaba en edad matrimonial), y también pertenecía a la nobleza más baja, la de los Barones. Una hija o hijo de un duque sería más propio para casar a Harry. Una princesa, o príncipe que no fueran herederos de la corona.
Pero no ella. No él.
Él heredaría su propio reino, no renunciaría a él por Harry. Y Harry no podía renunciar al suyo siendo el único descendiente.
Aún así continuó, porque ella había soñado tanto con Harry, que ahora que lo tenía se negaba a soltarlo. Había admirado tanto tiempo de lejos al príncipe heredero, que trataba a todos por igual y sonreía tan fácilmente... ¿Por qué? ¿Por qué no podía tenerlo? A diferencia de su hermano Ron, quien había elegido enamorarse de una plebeya normal, a ella no le estaría permitido codiciar a alguien con un estatus más alto que un conde o un vizconde. Y tras la escena en la fiesta de mayoría de edad, ni siquiera era considerada una buena candidata para ellos. La llamaban codiciosa y vulgar. Alguien que no conocía su lugar. Incluso el hijo del Conde Thomas, Dean, quien siempre había demostrado su interés en Ginny, rápidamente había dejado de demostrar sus favores hacia ella de inmediato.
Sus hermanos habían dicho que, desde el principio, él ya había arriesgado mucho al demostrar su interés en Ginny, cuando sus padres aspiraban a escalar en la sociedad. Herida, ella exclamó que no importaba, porque tenía a Harry; pero apenas lo oyeron, su padre le había ordenado alejarse del Príncipe, sin importar lo muy amigo que fuera de Ron, recordándole que, desde el principio, le había advertido que mantuviera su distancia.
Porque, Ginny, cariño, él jamás se casará contigo.
Las palabras de su madre habían dolido, pero se negó a creer en ella. Ella y Harry se querían. Él había declarado que le encantaría desposarla a ella que antes de a un extraño...
Había sido difícil, sí, pero con todo el caos de la guerra, por fin le había entregado una nota a Harry pidiendo un momento para hablar a solas. Para despedirse, había escrito; pero probablemente ambos sabían que una vez que se vieran, Harry recordaría lo mucho que la amaba y ambos volverían a enamorarse y esta vez, quizá, podrían tener un final feliz. El rey había perdido a su luna, por lo que probablemente comprendería lo doloroso que era no tenerla; por lo cual probablemente permitiría su matrimonio.
Cuando vio un cabello negro a lo lejos, respiró aliviada al saber que había asistido; y con eso, ella estuvo segura, muy segura, que ese beso que le había entregado al otro príncipe era una farsa para sustentar la fuerza del pueblo. No había manera que Harry, quien lo había defendido ante su padre dejara de amarla tan rápido. Ella estaba segura... Apresuró el paso y sonrió, antes de llamarlo.
Su corazón se congeló cuando al acercarse, ya sin la obstrucción de las plantas a su vista, notó que, en lugar de Harry, el cabello negro pertenecía a la mujer de rizos negros que había venido en medio de la batalla y había vencido a varios hombres de Riddle. Intentó retroceder, pero el ruido atrajo la atención del príncipe de Slytherin, que se encontraba también en el lugar. Tenía una ropa elegante y clara, que contrastaba con las vestimentas de la mujer caballero, y tenía sobre él una ligera corona, propia de un segundo gobernante.
-No...-suspiró ella al ver la corona. Harry no había asistido, había mandado a su futuro esposo... Él estaba rompiendo toda esperanza con ella. Sin fuerzas en las piernas se dejó caer.
-¿Y ella quien es?-preguntó altivamente la mujer que acompañaba al príncipe- no parece una sirvienta, ni una noble como las otras, incluso tiene el descaro de llamar a tu futuro esposo por su nombre, ¿cómo puede estar aquí?
-Ella es la hija del Barón, Weasley-respondió fríamente el rubio-por quien fui humillado.
-Oh, ¿lo es?-sonrió cruelmente la mujer y Ginny sintió el temor recorrerla.- ¿Por qué estás aquí, temblorosa comadreja? -susurró.
-Está aquí, supongo para ver a Harry.
-¿Permitirás que él hable con esta... mujer?-expresó Bellatrix con desagrado.-Espera, ¿iban a reunirse a tus espaldas y por eso estamos aquí, atraparlos in fraganti? Porque si eso es, solo me tomará un momento disciplinar a ese príncipe.
Draco rió.
-No. No estamos aquí por eso. Harry me dio la nota, apenas llegó.
-¿Qué?-susurró Ginny.- Él...
-Él me dio la nota, Ginevra ¿sabes por qué? Porque me dijo que probablemente pensarías que podrían vivir felices para siempre, y tu cumplirías tu sueño de ser la mujer que casi era plebeya a la reina-se burló.- Dijo estuvo pensando mucho si venir o no, que podría dársela a su padre, pero él querría ejecutarte de inmediato. Y entiendo porqué, yo lo haría. Gracias a ti, él perdió a su luna.
Ella lo miró en shock.
-No, no es cierto.
-Oh, pero lo es. Si tú no te hubieras entrometido, yo hubiera estado aquí. Y ella hubiera estado viva. ¿Oh, creíste que él pensaría que como perdió a su Luna, le dejaría tener la Luna que quisiera a Harry, y esa Luna serías tú?-rió y cuando vio su expresión, su rostro se volvió más cruel y complacido. -Lo hizo, y él me escogió.
-No, no es verdad. Harry me ama.
-No, me ama a mí.-Respondió acercándose a ella y agachándose a su altura-¿Sabes qué le pedí cuando dijo que haría lo que fuera para reparar su ofensa? Le dije que te ejecutara-susurró en su oído y ella dejó de respirar. -Él se negó aquella vez, pero hoy, hoy cuando me preguntó que necesitaba para confiar en él por completo, cuando miré la nota pensando en que podría perderlo, él exclamó: Si tu lo deseas, puedes hacer con ella lo que quieras, mientras te quedes a mi lado. Él me dio la corona del futuro consorte, incluso. Solo alguien tonto no notaría lo que significa. Sé que voy a hacer contigo. No puedo tenerte cerca, así como tú piensas que él puede amarte, yo también lo hago. No sé si él lo hace o solo tiene un corazón lleno de compasión por ti y los momentos que pasaron juntos. Podría traer al rey y acabar con todo. Podría ejecutarte yo mismo. Pero eso no me complace. Ginevra Weasley, te destierro de tu posición social y del reino de Gryffindor, so pena de ser ejecutada. Tienes una hora para partir del reino, y entonces emitiré una orden real en tu contra. Quisiste quitarme mi prometido, mi posición y el amor del reino. Fuiste muy ambiciosa, tanto que me encantaría aniquilarte aquí mismo, pero Harry lo sentiría y el pueblo no me vería igual. Así que mostraré un poco de compasión hacia a ti. Y él me amará más. Todos ellos me amarán más.
-¿Por qué...?-susurró ella- ¿Por qué terminó así?
Él empezó a alejarse de ella y luego volteó para responder.
-Porque no conociste tu lugar ni contra quien peleabas. Yo soy Draco Malfoy, príncipe heredero de Slytherin, príncipe consorte de Gryffindor. Amado por el pueblo de Slytherin. Relacionado a Ravenclaw y Hufflepuff. Amado por el futuro rey de Gryffindor. Príncipe, Caballero y Nobleza. Desde el principio fui demasiado para ti.
Y se alejó dejándola sola, en medio de las rosas que creyó, algún día le pertenecerían.
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Cuando oscureció, Draco veía la luna desde su ventana preguntándose porque se sentía tan mal consigo mismo por echar de esa forma a Ginevra. Recordaba sus palabras preguntándose porque todo terminó así, con lágrimas brotando de sus ojos sin parar a medida que Draco hablaba... Y sus propias palabras diciendo que ella nunca tuvo la suficiente nobleza para ganarle al ser él un Príncipe. Si hubieran estado en los zapatos ajenos, si Riddle no hubiera estado, ¿hubiera terminado igual o Draco sería quien estaría llorando? En eso estaba cuando tocaron a su puerta abierta, y pudo ver a Harry sonriendo hacia él, desde ella.
-Hola-saludó suavemente.
-Hola...
-¿Puedo...?
-Adelante-respondió y luego, cuando el otro caminó hacia él tomó su mano, no pudo evitar pensar en sus palabras. porque en el fondo de verdad temía que él quisiera, si veía de cerca a Weasley, dejarlo atrás. Ya lo había hecho una vez, después de todo.-¿Crees que ella ya esté lejos? No pudo evitar preguntar.
Harry lo miró por segundos.
-Supongo, me siento triste de pensar en Molly.
Molly, la madre de Ginevra.
-¿Ellos no te odiarán?-preguntó sabiendo que eran como una segunda familia para Harry.
-Bueno, no creo que nada sea igual, pero papá dice que desde el principio nunca se supone que fuera así.
-Mmm...
-Te quitaste la corona apenas volviste y te encerraste en tu habitación, me preguntaba si estabas bien.
-No necesito la corona para dormir. Y aún no tengo porque usarla, no soy el Consorte.
-Aún.
-Aún.
-Pronto-insistió Harry y Draco sonrió.
-Pronto, mañana, para ser exactos.
-Si. Ella escogió una fecha muy...
-¿Exacta para que te diera tiempo de dejarme plantado en el altar o me avergonzaras nuevamente?
Harry suspiró.
-No lo haría-respondió besando su frente.-Fue un poco egoísta de mi parte dejar que hicieras el trabajo sucio.
-Me hubiera sentido peor si ibas solo, sin avisarme.
-¿Por qué no quisiste que te acompañara?-preguntó indeciso, Harry.-¿Por qué incluso ibas a ir solo?
-¿Te daba miedo que la matara?
-Me daba miedo de que no volvieras a verme igual.
-¿Por qué?-preguntó él.
-Bueno, estaba seguro que ella traería mis palabras de cómo quería casarme con ella por amor y no con un extraño, y tu recordaras lo mal de ese día y te alejaras. Luego pensé que, si, la ejecutarías en un momento enojado y luego te dieras cuenta de lo que habías hecho y pensaras que, inconscientemente, te llevé a matar. Puede que antes me parecieras capaz de ello en cualquier momento, pero ahora te conozco. Tu aprecias la vida y la de cada persona-exclamó acariciando suavemente un mechón de su cabello.
-Aún así no sería tu decisión, sería mía. Y tú serías quien se alejaría.
-Hablaba en serio cuando dije que podías hacer con ella lo que quieras mientras te quedaras.
Draco se sonrojó.
-Harry...
-¿Mmm?-canturreó el príncipe.-
-¿Tú aún la amas?
El gryffindor se lo pensó un momento.
-No. No lo creo. Es más, estuve hablando mucho con Remus y él dijo que quizá, como había pasado mucho tiempo con los Weasley, viendo como eran tratados por algunos nobles y conviviendo con ellos, quise asegurarme de su bienestar,y de mantener un lugar para siempre en esa familia, donde podía ser más libre que en la mía. También dijo que años de oír la historia de amor de mis padres, probablemente me llevó a querer tener una similar, con alguien...-se sonrojó-de apariencia similar a mi madre, ya que yo soy muy parecido a mi padre.
Draco hizo una mueca.
Él se tapó la cara.
-Ya sé. Cuando lo piensas así no es bonito. Pero creo que nuestra historia de amor si es linda.
-¿Lo es? Hay mucha sangre y amenazas en ella.
Harry rió.
-También. La hace super extra emocionante, y algún día se la contaremos a nuestros hijos, mientras te robo besos, y ellos pelean en quien de los dos está entrenando mejor a sus soldados y quien ganaría si se declararan la guerra. Y entonces yo los regañaría exclamando que somos familia y la familia no ataca los reinos de otros, y tú los mandarías a hacer papeleo y nos quedaríamos a solas para besarnos más.
Draco rió y tomó su mano, besándola.
-¿Lo haremos?
-Si-respondió Harry, con un suave beso. -Y todo empezará mañana.
-Mañana,-repitió Draco.- Estoy muy nervioso, no puedo dormir. Y mis padres llegarán desde muy temprano.
-Te amo, Draco-exclamó el moreno tomando su rostro con ambas manos, como lo haría el día de su boda, con todo el traje de Príncipe de Gryffindor rojo y dorado, mientras Draco lucía el suyo verde.-No tienes porqué estar nervioso. ¿Puedo...?
-Puedes...- respondió en un susurro, antes de ser besado.- Yo también te amo.
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Epílogo
Draco se veía impactante.
Exquisito.
Y Harry solo quería besarlo, una y otra vez... y tal vez, tener otro hijo.
-Una vez más-lloriqueó y Draco se sonrojó antes de tomar su mano y besarlo en medio del pueblo que, acostumbrado a esas muestras de cariño, solo sonreía tranquilamente.-Una...
-No, ya no-rió Draco-no puedo estar besándote cada rato, o tu besándome cuando estamos en camino a una reunión diplomática y llegaremos tarde. Ya es suficiente con que los niños hicieran una pataleta para ver el pueblo.
-Es Luna, la Reina de Slytherin. Tu hermana. Te perdonará.
Draco rió.
-Y mis padres. Y los nobles, y amigos a los que no he visto por años... ¡Albus, Scorpius, dejen de correr!-gritó intranquilo hacia su par de gemelos de cinco años.
-No se preocupe, su alteza- murmuró un caballero, -cuidaremos a los príncipes.
-Gracias-respondió Harry-¿ves? Los cuidarán. Es que luces tan genial con el traje del rey Consorte de Gryffindor. Aún no puedo creer que decidieras dejarle tu lugar a Luna.
-A mi padre, querrás decir. Luna es solo fachada y todos lo saben. Ella ni siquiera pasa el tiempo suficiente en el Reino. Mi padre sigue siendo la cabeza del Reino y quien toma las decisiones.
-Y lo ama.
-Sí, lo ama.
-Gracias a Merlín, tuvieron a Orión-añadió Harry, así pueden entrenarlo a él como Príncipe Heredero de Slytherin y mis hijos se quedarán conmigo y su padre.
-¿Dónde está ese futuro donde decías que nuestros hijos heredarían ambos reinos?
Harry rió.
-Ya no existe, ahora se pelearan por el nuestro, mientras tú y yo venimos aquí de vacaciones.
Draco rodó los ojos, pero saludó a los niños que los rodeaban curiosos.
-Su alteza, Draco-murmuró una voz y Draco se detuvo a saludar al dueño de la voz. Era Pansy, estaba junto a un hombre moreno de ojos azules dentro de un carruaje que se había detenido abruptamente.
-Duque Zabini, Duquesa Zabini.
-¡Pansy!-se alegró Harry y se acercó a saludarla.
-Rey Potter. Rey Malfoy.
Draco le sonrió.
-¿Ustedes también se dirigen a la reunión?
-Así es. Los vimos y decidimos bajar a ver que sucedía. ¿Tienen problemas con su carruaje? ¿Podríamos ayudarles en algo?
-Oh, no. Los niños estaban inquietos. Decidimos que estaría bien que descansaran del carruaje un poco.
Pansy sonrió.
-Ya veo. Supongo los veremos ahí.
-Si.
-Fue bueno verlo, su alteza Draco-exclamó ella suavemente y se alejó. Draco la miró irse.
-Se ve diferente.
-Me alegra que esté bien-exclamó recordando lo deprimida que ella resultó cuando ambos se casaron.
-Si. Bien. Es hora de volver al carruaje. Vamos.
Apenas llegaron, estiró la mano para que Draco se apoyara.
-Ya no eres mi caballero-rió Draco- no sé porque sigues portándote como uno a veces. Ni siquiera sé como mejoras día con día.
Harry sonrió, alzándose de hombros.
-Me he estado entrenando, mi primera maestra, Pansy, estaría orgullosa ¿Recuerdas la noche antes de la boda?
Draco se sonrojó, la recordaba. Ellos habían estado besándose apasionadamente antes de que la tía Bella los encontrara, porque dejaron la puerta abierta, y empezara a jalarle a ambos las orejas antes de arrastrar a Harry por el pasillo.
-Si. ¿Qué pasa con ello?
-¿Crees que Bellatrix lo haga?
-Claro que sí, lo va a mencionar al menos diez veces a la hora de la comida.
Harry rió.
-Harry.
-¿Mmm?
-Luego de la cena, mientras los niños duermen, demos un paseo por los jardines. Tengo noticias que compartirte.
Ojos verdes brillaron juguetones.
-Como ordene, mi Príncipe-exclamó besando su mano y repitiendo una frase que uso una y otra vez durante su tiempo de caballero personal del rubio.-Siempre estoy a sus órdenes, su alteza.