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Yo había puesto

encima de mi pecho,

un pequeño letrero que decía:

"Cerrado por demolición".

Y aquí me tiene usted pintando las paredes,

abriendo las ventanas,

adornando la mesa con la flor amarilla

con que paga el otoño sus encantos.

Nadie te dijo, amor, que yo existía.

El amor es silvestre,

uno lo encuentra en todas partes;

en los días sin cielo,

en las tierras sin flores,

lo mismo en la mañana que en la tarde."

—Carlos Pellicer.

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— ¿Salvamos el parque?

—Por ahora, creo que tendremos algunos años de paz antes de que la codicia ponga en riesgo este lugar otra vez.

—Bueno, siempre podemos pedir ayuda, ¿dejarás que Levi se vaya?

—Armin, sabes que yo no…mi vida está en la selva y…

Hacían dos semanas desde el arresto de Mobutu y el ingreso de Levi al hospital. Estaba desintoxicándose y recuperándose de una cirugía de emergencia que pretendía salvar su extremidad inferior.

Había querido visitarlo, pero los temores latentes exacerbados conforme los días pasaban la detuvieron. Mucho había pensando sobre los cambios presurosos de su relación, cuestionándose si no era un caso del "puente del amor".

— ¡No seas cobarde! Deja de temer al amor, el capitán es muy bueno y te ama profundamente.

— ¿En qué te basas para decir eso? ¿Salvó mi vida? Le pagaron para que hiciera eso.

—Entonces ¿crees que todo lo que hice fue por dinero?

El cuerpo entero se le erizó, no quería girarse, no quería tener que confrontar sus ojos azules.

Leyendo la atmósfera, el biólogo salió presto de la oficina. Nadie quería quedar en medio de esos Titanes luchando entre sí.

—Los dejo solos, tengo que recibir a los nuevos visitantes.

Una vez que Armin cruzó la puerta, Levi dio los pasos necesarios para llegar hasta ella. De la herida quedaba una ligera, casi imperceptible cojera.

—La directora también debería darle la bienvenida a los visitantes.

— ¿Cuándo te iras?

—Pronto, si es lo que deseas. Mi trabajo aquí ha terminado, la amenaza fue eliminada y estás a salvo.

—Pero siempre pueden surgir problemas, ¿por qué...por qué no te quedas?

— ¿Por qué no te vas?

―Aquí está mi hogar, casi todo por lo que entregaría mi vida está aquí.

― ¿Casi?

―Podría decir todo si te quedaras.

Levi salió de la oficina de Mikasa sosteniéndola de la cintura con su brazo derecho.

Los que pasaban por ahí interrumpieron sus labores para admirarlos y aplaudirles. Solo Kitwana se atrevió a interrumpir el momento.

―Capitán, ¿todavía quiere que le llevemos al aeropuerto?

Todos rieron, incluso él.

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—¡Gasira!

Corrió ignorando a todos, su atención la tenía aquella preciosa mariposa que revoloteaba a baja altura, hasta que una pequeña roca en el camino le hizo tropezar.

—¡Oh no! ¡No! ¿Gasira, estás bien?

Sentada sobre la tierra húmeda dirigió su mirada cianea a los hombres que se supone debían cuidarla y temblaron a la par que los labios de la pequeña cuando comenzó a llorar.

—Estamos muertos si se ente… ¡…!

Las aves volaron despavoridas desde los árboles que bordean el camino principal, acompañados de ruido suave de un motor. Apenas se detiene el vehículo fija su atención en la mata de cabello negro que sobresale en el suelo. Salta del auto y corre hacia los brazos que se extienden en su dirección.

—¡Papi! —Exclama la primera vez con alegría y después su voz tiembla cuando se hace consciente del bulto creciendo en su frente.

—Cielo santo, Armin, te dije que la cuidaras. —ella desciende con menos premura, sabe que no es la primera vez que pasa. Pero quizá sí la mas evidente.

—Yo…. nosotros…

—¡Es demasiado intrépida! —interrumpió con voz grave un fornido joven de piel oscura. —Aunque con esos padres no me sorprendería que escalara montañas dentro de poco.

—Kitwana, creí que serías más responsable. Bueno, yo comprendo pero las cuentas arreglenlas con su padre.

Los hombres tragaron saliva con dificultad cuando la furibunda mirada de su capitán se posó sobre sus cabezas.

—Largo.

—¡Sí, señor!

No había mucho que pensar.

Jean dejó el parque tres años después de que las cosas en Virunga fuesen notablemente mejor. Había encontrado el amor, cuando fungía como guía para un grupo de turistas, en un fotógrafo británico con descendencia Belga. Aunque el joven amaba la naturaleza no era un lugar para ellos y optó por marcharse. El guía decidió que era hora de cambiar de aires. Por aquel entonces Mikasa ya estaba embarazada y ahora la pequeña Gasira cumpliría 2 años.

Armin permaneció incondicional, más ocupado que nunca vigilando la integración paulatina de los gorilas huérfanos a su hábitat natural. El primero fue Akin quien ahora como macho dominante cuidaba a las crías de su grupo. Kitwana pidió a Levi que lo aceptase como su aprendiz con el compromiso de sucederlo en el futuro una vez que dejase de ser el líder Ranger,cargo que los lugareños designaron al buen hombre blanco. Quería enmendar el deshonor que su padre había causado en su familia. Había crecido mucho desde entonces pero seguía guardando respeto por su maestro aún si ahora podía apoyar su codo sobre su cabeza.

Mikasa no dejó la dirección del parque ni siquiera cuando tuvo que dar a luz, al ser una mujer fuerte y saludable no requirió cuidados mayores, casi al instante volvió a Kibumba a encargarse del papeleo. Ocasionalmente, como hoy, asistía a las reuniones de los puesto de la ONU en la región para defender el derecho de la gente y el parque que tanto amaba. Siempre acompañada de su valeroso esposo.

Las visitas fueron más frecuentes, los turistas ya no se sentían amenazados. La vida y la esperanza prosperaron en Virunga.

Al entrar a la oficina, Mikasa le sonrió al cuadro de Sasha y la saludó como casi siempre hacía:

—Me hubiese gustado que vivieras esto. Si la consciencia persiste más allá de la muerte espero que estés mirando.

Desvió la mirada al cuadro aledaño. Olga posaba con los rangers, la foto fue tomado el año pasado cuando Eren e Historia viajaron a visitarlos. Todo el parque conoció el pollo a la naranja.

Ahora todo era diferente, Mikasa y su vida eran diferentes. Obra de la intromisión inesperada y peligrosa de un hombre. El mismo hombre que sonreía con ternura a su hija, mientas la ayudaba a alcanzar una mariposa.

—Sí definitivamente es mi hija. Nuestra hija.

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¿Y bien? ¿Les gustó?

Estoy contenta porque es el primero de muchos proyectos que inicié ¡Pero que sí terminé! Ja ja ja ja, creí que sería algo corto y pues sí lo es, pero cada capítulo demoró mucho en salir además de que no contemplaba que fuesen tantos.

Tomé cosas de la vida real y las llevé a esta historia de ficción para que además de pasar un buen y entretenido rato quienes se encuentren con este relato sientan la curiosidad de investigar un poco más sobre lo que menciono.

Ninguna documentación rápida en internet será tan cercana a lo que viven los involucrados allá en ese paraíso amenazado que continúa en la lucha y que desafortunadamente no ve un final feliz como el de nuestros protagonistas. Pero con que dos o diez personas sepan de esto siento que contribuí dentro de mis posibilidades a la visibilización de los problemas y también a la exaltación de la belleza que este mundo nos ofrece y tiene que ser protegida.

En todos lados hay problemas, lo sé. Pero vale la pena recordar de vez en cuando lo maravilloso y enorme que es el mundo.

Cianea es otra forma de llamar al lapislázuli, creo que es un color cercano a los ojos de Levi y Gasira es un nombre africano que según Google significa "Una que es valiente".

Infinitas gracias por su comentarios, me ayudaron mucho, me motivaron a palearle a mi inspiración para llevar a termino nuestra historia. Perdón si no contesté personalmente a cada una, no estoy del todo acostumbrada ¡Todo esto es nuevo para mi ja ja ja!

Un abrazo fuerte a la Hermandad Rivamika, se que todas o la mayoría están ahí (ya lo sé pecadoras, soy una de ustedes) y si no están ahí…¡Qué esperan! Si aman está OTP corran, es su hogar.