Los personajes no me pertenecen, los tomo prestados de la gran Rumiko

***A corazón abierto***

Capítulo 1


Los colores rosados y verdosos inundaban la ciudad de Tokio, los árboles de Sakura estaban rebosantes de belleza debido a la llegada de la primavera. Akane Tendo estaba disfrutando de un precioso atardecer desde la Torre Mori. Había pasado el día en el distrito de Roppongi, haciendo turismo y disfrutando de su gran centro comercial; hacía solo una semana que se había instalado en la ciudad. Ella era enfermera y trabajaba en la clínica del Doctor Ono Tofu, en Nerima, pero por circunstancias de índole personal, decidió mudarse a la capital y probar suerte en uno de sus tantos hospitales. Necesitaba probarse a sí misma, y sobretodo, alejarse de él, del que ahora era su cuñado…

Akane se alegraba de la felicidad de su hermana Kasumi, siempre supo que el Doctor Tofu estaba enamorado de ella, había que ser tonto para no verlo; cuando él la miraba parecía que veía el mismísimo paraíso. Ella quería eso también, alguien que la mirara como si no existiera nadie más en el mundo. Lo intentó, no cesó en su empeño de creer en el amor, pero después de varios candidatos, los cuales sólo la querían para pasar el rato, dejó de creer. No le faltaban hombres que la admiraran, pero sólo se quedaban en lo superficial, ninguno quería realmente conocer a la verdadera Akane. La gota que colmó el vaso fue cuando se descubrió en la bañera teniendo una fantasía erótica con el marido de su hermana; imaginó que él entraba al baño, iba con el torso descubierto y una toalla que cubría lo justo para tapar su virilidad, se metía en la bañera con ella y comenzaba a tocarla. Akane se sobresaltó de golpe, eso no podía continuar, así no podría continuar su vida, y más trabajando codo con codo todos los días en su clínica. Así que un día se cansó de esperar a que su vida cambiara y decidió dar un giro total, echando una solicitud para trabajar como enfermera en el hospital universitario Tokio Jikei. Con sus buenas calificaciones y su curriculum, no tardó en recibir una cita para una entrevista. Y allí estaba, esperando a su amiga Sayuri para celebrar que mañana comenzaba a trabajar. Habían quedado en un bar para tomar unos cócteles.

Akane llegó puntual; ya llevaba un buen rato esperando sentada en una mesa a que Sayuri se dignara a aparecer, le mandaba mensajes y no le llegaban, ¿le habría pasado algo? Escuchó la puerta abrirse y miró para ver si era su amiga la que acababa de entrar, pero sólo eran tres chicos con macutos deportivos. Entraron de manera escandalosa, riéndose sin respetar a la clientela del local y sentándose en la barra del bar. Parecía que eran clientes habituales por cómo los saludó el camarero. Se fijó un poco más en ellos, los tres eran chicos bastante guapos, le llamó la atención uno de ellos en concreto, era alto, de tez morena, su cabello negro azabache era largo y lo llevaba recogido en una trenza, se adivinaba un cuerpo de infarto debajo de esa camisa estilo chino que llevaba y que se le ceñía perfectamente, marcando sutilmente sus músculos, y sus ojos… no pudo verlos bien debido a la distancia, pero juraría que eran de un azul marino profundo, no muy típico en un japonés. Mientras lo observaba distraída, él miró en su dirección. Akane se ruborizó al verse "pillada" mientras lo analizaba, le pareció vislumbrar una tenue sonrisa en el chico. Salvada por un mensaje en su teléfono; era de su amiga, se había encontrado con su ex y la había invitado a "cenar" en su apartamento… así que le pidió disculpas extremas pero no iba a acudir a su cita con ella. Es que esa chica no iba a escarmentar nunca… Daisuke sólo la llamaba cuando tenía un calentón y no había otra a mano, y ella corría cada vez que él le escribía. En fin… ya que estaba allí se tomaría algo y se iría a casa temprano para descansar. Mañana le esperaba un gran y emocionante día.

Ranma salía de entrenar de un dojo que había cerca de Roppongi, era extraño porque ese lugar era más característico por su animada vida nocturna que por otra cosa. Entrenaba con los mismos compañeros con los que retomó las artes marciales después de que su padre diera por finalizada su enseñanza, ya no tenía más técnicas que legar al heredero del estilo libre de su escuela. Además de que gracias a ello, le habían otorgado una beca deportiva en la universidad, adoraba su trabajo pero nunca dejaría las artes marciales. Era su modo de relajarse, su profesión podía ser muy estresante, y si de camino les seguía demostrando a Taro y a Ryu que él era el más fuerte, mejor todavía. Entraron en el mismo bar donde solían ir a refrescarse después del entrenamiento. A los tres les encantaba ir allí y habían hecho buenas migas con los dueños y los camareros. Normalmente no eran tan escandalosos, pero justo Ryu acababa de contarles una anécdota que le pasó con la última chica con la que estuvo, una tal Kodachi… la loca le había echado somníferos en la cena para poder retenerlo allí por la noche, amaneció atado a la cama y en bóxer. Ranma y Taro no podían dejar de reír ante la imagen que se les formó en la cabeza. Y así entraron al bar.

―¡Dejad de reíros! ―les pidió Ryu hablando entre risas― En serio que sentí miedo, más que si me metieran en una jaula rodeado por tigres hambrientos.

―Sólo a ti te pasan esas cosas ―Taro se limpiaba una lágrima de la risa que le había dado, normalmente era un tipo bastante serio, pero cuando salía de ejercitarse se encontraba radiante de felicidad.

―¿Te recuerdo un nombre, Taro? ―intervino Ranma en ese momento― Rouge… ―Y comenzó a reír de nuevo. el semblante de Taro cambió a uno muy serio.

―Ni me la recuerdes… esa chica sí que estaba loca, parecía que tenía doble personalidad. O era muy dulce o parecía poseída por el mismísimo demonio.

De repente Ranma miró al fondo y la visión que tuvo le dejó helado, una linda chica de pelo corto, con el cabello tan negro que a la luz del bar se apreciaban reflejos azules, lo miraba curiosa con unos preciosos y enormes ojos de color avellana. Cuando ella se dio cuenta de que la miraba, le notó desde la distancia que se le habían subido los colores a las mejillas, se veía tan adorable… Ranma sonrió mientras sus amigos seguían sacando punta a la anécdota de Ryu.

―Chicos… si me disculpáis voy a acercarme a saludar… ―y cogiendo su bebida se dirigió decidido hacia Akane, que seguía con la cabeza metida en el teléfono móvil.

Taro y Ryu se volvieron y enseguida localizaron a quién iba a "saludar" su amigo Ranma.

―Joder, no es justo ―se quejó Taro― Saotome siempre escoge a las mejores.

―Eso nos pasa por no estar pendientes ―respondió Ryu―. Te apuesto 5000 yenes a que lo manda a paseo en menos de tres minutos.

Taro sonrió de medio lado, era obvio que Ryu no conocía tanto como él a Ranma. Aparte de las artes marciales, tenía un don con las mujeres. Todas las que lo conocía caían rendidas a sus pies ―Tus 5000 yenes ya son míos ―estiró el brazo para estrechar la mano a su compañero, ese gesto hacía de su apuesta algo oficial. Ambos se giraron del todo para ver el espectáculo.

Akane pidió un cosmopolitan al camarero, tenía muchas ganas de probar esa bebida y allí lo tenían en la carta, así que la chica no perdió oportunidad. Sacó su teléfono móvil para jugar al candy crush mientras esperaba a que se la sirvieran.

―Es un idiota… ― una voz grave y tremendamente masculina habló justo al lado de Akane, ésta se estremeció de arriba a abajo. Miró a su izquierda y allí estaba él… el chico de la trenza mirándola con sus impresionantes ojos color del mar, acompañados de una sonrisa terriblemente seductora.

―¿Perdona? ―Akane no entendía lo que quería decir con eso.

―Que hay que ser un idiota para dar plantón a una chica como tú, si fueras mi novia no te dejaría sola nunca.

Akane lo miró estupefacta ―¿En serio esa frase te funciona para ligar? ―¿en qué época se había anclado este chico?

Ranma sonrió aún más ―Pues más de las que te crees, pero está claro que tú no eres como las demás, enseguida me has desenmascarado.

Bien… otra típica frase de ligoteo; en otra ocasión habría despachado a aquel chico rápidamente, pero se sentía con ganas de jugar, y para qué negarlo… era todo un bombón.

―¿Y en qué te basas para pensar que me han dejado plantada, y además que haya sido un chico? ―Akane juntó sus manos en un puño y apoyó su mentón en ellas.

―Bueno… no había muchas más probabilidades… ¿he acertado? ¿qué he ganado? ―apoyó una de sus manos en la mesa y se inclinó un poco buscando la mirada de Akane, tragó en seco cuando vio más de cerca esos ojos avellana.

Akane soltó una risita, le resultaba divertido ver como ese chico, en apariencia seguro de sí mismo, parecía temblar ante ella. El cóctel llegó justo en ese momento.

―Aquí tiene señorita, su bebida ―el camarero miró al azabache divertido―¿Te sirvo otra cerveza aquí, Ranma? ¿o la llevo donde los chicos?

―Pues todo depende de la señorita…

―Tendo, Akane Tendo ―apuntó ella― Claro, llevo todo el día sin hablar con alguien, no me vendrá mal un poco de compañía ―señaló el asiento contrario para que Ranma se sentara.

―Enseguida te la traigo ―el camarero, que parecía más una chica que un chico, hizo una reverencia y se alejó.

Ambos se quedaron unos instantes sin decir nada hasta que Akane rompió el silencio ―Así que te llamas Ranma y te dedicas a ligar con mujeres a las que sus supuestos novios han dejado plantadas en un bar ―Akane dio un trago a su bebida mientras lo miraba divertida, le gustó mucho el cosmopolitan, estaba bastante dulce.

―Ranma Saotome para ser más exactos y sí… después de entrenar me entra una sed terrible... así que vengo a este bar a ver a qué clienta me puedo beber. Pero creo que hoy no voy a tener suerte, porque la chica a la que quiero invitar a unos tragos es demasiado lista.

Los dos estallaron a carcajadas, a Ranma le sirvieron su cerveza en una jarra helada y dio un buen trago sin apartar la mirada de la chica. Al fondo, un derrotado Ryu le daba a Taro los 5000 yenes de su apuesta.

Cuando ambos se calmaron Akane volvió a preguntar ―¿Y qué practicas? Si se puede saber…

―Artes marciales, estás hablando con el campeón nacional por cuatro años consecutivos ―se irguió orgulloso en su asiento.

―Vaya… ¿y en qué modalidad? ―a Akane le llamó mucho la atención aquello, las artes marciales habían formado parte de su vida desde que era pequeña, ya que su padre poseía un dojo y daba clases. Ella dejó de practicarlas cuando comenzó las prácticas de enfermería, no quería lesionarse y que su nota se viera perjudicada por ello. Y así pasó el tiempo sin volver a retomarlas.

―Estilo libre, practico principalmente el kenpo pero lo acompaño de jiu-jitsu y kick boxing. ¿los conoces? ―que Akane le preguntara la modalidad era señal de que entendía algo del tema, cosa que asombró a Ranma.

―Las artes marciales siempre han estado en mi vida, mi padre da clases en nuestro dojo, aunque yo estoy bastante oxidada… hace mucho que no las practico.

A Ranma le sorprendió gratamente que ella se interesara en las artes marciales y que hasta las hubiera practicado.

―Cuando quieras te pasas por el dojo y así me ves luchar… también puedo darte algunas clases para que recuerdes…

Akane sonrió y bajó la mirada, Ranma se quedó de piedra, tenía la sonrisa más bonita que jamás hubiera visto.

―Quizá algún día me acerque por allí…

La velada pasó rápida, después de tomar la primera bebida, jugaron a ver quién tenía más puntería haciendo rebotar una moneda y lograr que cayera dentro de un vaso de chupito, el perdedor debía tomarse ese mismo chupito de sake. Akane no lo hacía mal del todo pero Ranma no fallaba ninguna, así que le tocaba beber siempre a ella. Al tercer chupito de sake, Akane decidió interrumpir el juego, estaba bastante mareada y recordó que al día siguiente era su primer día en su nuevo trabajo.

―Tú ganas… me rindo… o mañana no estaré en condiciones de trabajar… ―se tapó los ojos con las manos.

Ranma la miró divertido, le habían salido unas chapetitas coloradas en las mejillas y en la punta de la nariz que la hacían aún más adorable, si eso podía ser posible.

―Esta bien, ya te daré la revancha otro día… ―Ranma le quitó las manos de la cara y la miró muy fijamente, la chica sonrió traviesa.

―Trato hecho, señor campeón nacional por cuatro años consecutivos.

―Venga, pago y te acerco a casa.

―No te molestes, en serio. Ya pido un taxi… ―al ponerse de pie de golpe, la chica perdió el equilibrio debido al mareo que tenía por culpa del sake, Ranma fue rápido y la sostuvo antes de que pudiera hacerse daño. Akane se abrazó a él y levantó la mirada, encontrando unos ojos que la miraban con una mezcla de preocupación y deseo contenido. Tragó en seco.

―Ni loco te dejo ir en este estado, te acompaño y no hay más que hablar.

―Eres un poco mandón… ¿en la cama eres igual? ―Akane se tapó la boca enseguida, la bebida estaba soltándole la lengua más de lo debido.

Ranma solo sonrió mientras no dejaba de sujetarla por la cintura ―Apúntalo en mi cuenta, Tsubasa ―le dijo al camarero, que hizo un gesto levantando el pulgar hacia arriba.

Salieron del local y Ranma la llevó hasta su moto, sacó un casco que llevaba en una de las maletas y se lo colocó a Akane. Ella no dejaba de mirarlo en ningún momento.

―Me voy a caer de la moto ―dijo la chica haciendo pucheros.

A Ranma le pareció terriblemente tierno y sexy, sonrió de medio lado y se colocó su casco ―No dejaría que te cayeras, sujétate fuerte a mí, ¿de acuerdo? y si te asustas, me das un golpecito en la cintura y yo aminoraré la velocidad.

Akane asintió, él se subió a la moto y le ofreció la mano para ayudarla a subir. En cuanto se vio arriba, se sujetó con fuerza a la cintura de Ranma, éste carraspeó y arrancó. ―Dígame su dirección, señorita ―Ranma cambió su tono de voz, poniéndose señorial, a Akane eso le hizo gracia, le indicó dónde vivía y el azabache puso camino a la casa de la chica, no estaba lejos de donde él vivía, menuda casualidad.

Llegaron a la puerta del edificio, Akane se bajó de la moto y le entregó el casco ―Muchas gracias por traerme… bueno… mejor subo ya…

Ranma apagó el motor de la moto y guardó los cascos ―Te llevo hasta tu puerta, no me quedo tranquilo, ¿y si hubiera alguien en el portal?

Akane se puso muy nerviosa, ¿quería acompañarla a su misma puerta? ¿acaso él esperaba algo de parte de ella? ―¿Quién va a haber a estas horas?... no-no es necesario, en serio…

―No voy a hacer nada que tú no quieras, te lo prometo. Sólo te dejaré en la puerta de tu apartamento y me iré por donde he venido.

Parecía que no había lugar a réplica, sí que era mandón ese chico. Pero por algún motivo eso excitaba a Akane muchísimo.

―Es-está bien… ―la chica abrió el portal y entró seguida de Ranma. Subieron en el ascensor en silencio, parece que todas las risas y coqueteos quedaron en el bar, ambos estaban bastantes serios.

Akane vivía en el cuarto piso, salieron del ascensor y lo llevó hasta la puerta de su residencia, sacó la llave temblorosa y la abrió. Se giró para despedirse de él.

―Gracias por acompañarme… ―las mejillas de la chica seguían aún sonrosadas, mezcla de la bebida y la situación que estaba viviendo.

―Buenas noches, Akane… ―Ranma se inclinó y le dio un ligero beso en los labios. No le dio tiempo a la chica a reaccionar cuando ya estaba camino del ascensor.

No supo por qué lo hizo, pero el verlo alejarse la puso nerviosa, nunca había invitado a un chico a su apartamento el primer día de conocerlo, pero la atracción que sentía hacia él no era normal, ni se parecía de lejos a la que sentía hacia su cuñado.

―¡Espera! ―gritó la chica, a lo que Ranma se giró de medio lado para verla― ¿Qui-quieres tomar la última…?

El chico avanzó con paso decidido hacia ella, en cuanto estuvo a su altura, la tomó de la nuca y la besó con pasión, ella no tardó en responder. Unieron sus lenguas con frenesí mientras caminaban hacia el interior del apartamento. Ranma cerró la puerta echando la pierna hacia atrás. Agarró con fuerza el trasero de Akane y la subió para que la chica enredara sus piernas en su cintura.

―¿Dónde? ―preguntó el azabache sin poder dejar de besarla.

―La segunda puerta de la derecha ―indicó Akane la dirección hacia el dormitorio, entre jadeos y suspiros.

Ranma avanzó con la chica en brazos, abrió la puerta y la tumbó en la cama. Inmediatamente se puso encima de ella, la tomó de las muñecas y le subió los brazos por encima de la cabeza. Akane estaba muy excitada y él parecía que no se quedaba atrás, ya que al subirse encima de ella, notó perfectamente la increíble erección del chico… solo de imaginarla la temperatura de la peliazul subió de manera considerable.

―También eres mandón en la cama… ―dijo la chica entre jadeos mientras Ranma le deleitaba besando su níveo y estilizado cuello.

―Ni te lo imaginas… ―fue la respuesta de él en un susurro cerca del oído de Akane. La chica enseguida sintió una contracción en su intimidad. La forma tan seductora en la que hablaba Ranma la estaba volviendo loca.

Akane sentía la respiración agitada de Ranma mientras descendía de su cuello a sus senos, le abrió la blusa de un tirón y le agarró el pecho de forma desesperada, de nuevo tomó los labios de Akane con furia. Se separó de ella lo justo para quitarse la camiseta y dejar al descubierto su perfecto y trabajado torso, la chica se mordió el labio, había estado con chicos que tenían muy buen cuerpo, pero Ranma debía ser hijo de algún dios griego, porque esa perfección no era normal. Estaba ansiosa por tenerlo dentro de ella, nunca había sentido tal necesidad, le quitó el cinturón que sujetaba sus jeans y lo tiró al otro extremo de la habitación. El azabache sonrió y la ayudó a liberarlo de su ropa, y, terminando de desnudarla a ella de paso. Ranma se quedó sin aliento cuando la vio completamente desnuda, con su respiración entrecortada y mirándolo con deseo… sólo a él… se relamió y buscó de nuevo sus labios con bravura. Ella enredó sus piernas en la cintura de él, sus intimidades se rozaron y ambos gimieron de placer, Ranma rodó haciendo que Akane se quedara encima de él, para así poder admirar mejor el cuerpo de la chica, quería verla en todo su esplendor, gimiendo de placer por él. Ella le acarició sus duros abdominales y subió lentamente hasta su pecho.

―Eres tan sexy… ―dijo él con voz ronca de deseo. Ella se levantó un poco, tomó la virilidad de Ranma entre sus manos y la llevó hasta su intimidad, el azabache suspiró cuando sintió el calor y la humedad de ella, se introdujo lentamente. Ella gimió al verse totalmente invadida por él y comenzó a moverse de manera muy sensual. Ranma la sujetó con fuerza de las caderas haciendo que se moviera al ritmo que él marcaba.

―Sigues mandando… incluso estando… yo encima de ti… ―le dijo Akane entre jadeos.

―¿No te gusta…? ―la movió hacia delante y hacia atrás con más dureza, penetrándola más profundamente y haciendo que los pechos de Akane rebotaran traviesos para deleite de Ranma.

―Me gusta… demasiado… ―la chica apenas podía articular palabra.

En un abrir y cerrar de ojos sin saber cómo, Akane se encontró arrodillada en la cama con el torso de Ranma pegada a su espalda, él había salido de ella momentáneamente, para explorar de otra forma la intimidad de la chica, metió dos dedos en ella y comenzó a moverlos de forma magistral. Akane pensó que debía ser pianista porque sabía cómo tocar y dónde para hacerla estallar de placer, era delicado pero con manos rudas debido al entrenamiento. Ella empezó a jadear cada vez más fuerte.

―Akane para… no puedo oírte gemir… me vuelves loco… ―pero ella estaba en otro mundo, nunca antes había experimentado lo que Ranma le estaba ofreciendo ―Dios… no puedo más… ―y se volvió a introducir en ella de forma tosca y ruda, Akane volvió a lanzar un gemido aún más fuerte.

Ranma la embestía con su torso pegado a la espalda de ella, mientras le masajeaba los pechos. Siguió gimiendo desesperada, tanto que pensó que despertaría a todo el mundo del edificio. Le pidió que por favor no parara y que acelerara el ritmo y él, obediente, accedió a sus deseos. Ranma la pegó aún más a su cuerpo mientras gemía con los labios pegados al lóbulo de la oreja de la chica. Ella sintió que no aguantaba más, iba a explotar y se rindió a él, Ranma la sujetó con sus fuertes brazos y lanzó un quejido de alivio justo después de que Akane se calmara. Salió de ella y se tumbó bocarriba en la cama, atrayéndola hacia él y abrazándola mientras ambos intentaban calmar sus agitadas respiraciones.

―Ha sido fantástico… ―susurró él.

Ella no contestó, de repente se dio cuenta de que estaba desnuda en su cama con un hombre que apenas conocía, y se había entregado a él como si no hubiera un mañana. Lo abrazó escondiendo su cabeza en su pecho, Ranma creyó adivinar lo que le estaba pasando por la mente.

―No te avergüences, yo no voy a pensar nada malo de ti… no podría…

La chica siguió sin contestar.

―¿Quieres que me vaya? ―preguntó el azabache algo desilusionado― Akane negó con la cabeza ―Pues entonces vamos a dormir que ya mismo amanece, buenas noches Akane ―le dio un beso en la coronilla y los cubrió a ambos con la sábana.

―Buenas noches Ranma…

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El despertador de Akane sonó más fuerte que de costumbre, o al menos eso apreció la exhausta joven. Alargó el brazo y lo apagó, con el brazo libre palpó el lado de la cama donde debía estar Ranma, pero lo encontró frío y vacío. Se incorporó, quizá estaba en el baño.

―¿Ranma? ―se levantó envolviendo su desnudez con la sábana y lo buscó por el apartamento, se había marchado. Era de esperar, ya estaba acostumbrada a que cuando los chicos obtenían de ella lo que querían, huyeran. Se fue hasta el baño y se duchó con agua templada; no debió quedarse tan tarde… ella era muy responsable. Iba a empezar en el nuevo hospital y tendría que haberse marchado a casa en cuanto recibió el mensaje de Sayuri. Pero apareció él y todos sus planes se vinieron abajo, recordó la noche que había tenido, y al volver a revivirla, un calor sofocante invadió su cuerpo de arriba a abajo. Le dio a la llave del agua para que saliera totalmente fría, así dejaría de pensar en lo que no debía. Salió de la ducha envuelta en una pequeña toalla, con el pelo aún húmedo y caminó descalza hasta la cocina, cuando iba a abrir el frigorífico vio un papel que no estaba ahí el día anterior. Lo cogió y sonrió, debía de ser de Ranma, pero… ¿qué demonios ponía? Más bien era un jeroglífico en vez de una nota, si no supiera que era imposible, juraría que Ranma era médico, porque escribía como ellos. Menos mal que ella estaba acostumbrada a lidiar con los informes y las recetas de ellos y se había hecho experta en descifrarlos.

"Buenos días, preciosa. Tenía que irme a trabajar y no quería despertarte. Quiero volver a verte, si te apetece puedo hacerte de guía el viernes y te enseño un lugar donde se come el mejor ramen de la ciudad. Te dejo mi número personal. Qué tengas suerte en tu primer día de trabajo. Ranma Saotome"

Akane se mordió el labio al terminar de leer la nota, quizá no era tan mal chico como pensó… algo más alegre, se hizo un café muy cargado y se arregló para comenzar el día con energía.

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Akane llegó media hora antes a su nuevo hospital, aquello era un caos, gente corriendo como loca a un lado y a otro. Tenía que encontrar a su supervisor para que le dijera en qué servicio iba a estar. Miró los papeles buscando la oficina cuando alguien chocó con ella y se le cayeron todos al suelo. Se agachó para recogerlos junto con la persona que había tropezado con ella.

―Disculpe, llego tarde y no miraba por donde iba… ¿Akane?

Esa voz recién descubierta que la volvió loca la noche anterior, resonó cercana a ella. Miró de frente y ahí estaba él, mirándola con los ojos brillantes y esa sonrisa tan seductora que poseía el muy canalla. Ambos se levantaron con los papeles en la mano.

―¿Qué haces aquí? ¿Has venido a ver a algún familiar? ―preguntó Ranma a una anonadada chica.

―No, hoy empiezo a trabajar aquí, soy enfermera ―le sonrió tímidamente.

―¡No me digas! Ni te pregunté a qué te dedicabas… qué mal por mi parte.

―¿Y tú qué haces aquí? ¿Me estás siguiendo? ―Akane enarcó una ceja pero sonrió. Es más, no podía dejar de sonreír desde que se topó con él.

Él se tocó la barbilla con el pulgar ―No me des ideas… No, en realidad yo….

―Buenos días, Doctor Saotome ―dijo una chica mirándolo descaradamente al pasar por su lado.

―Buenos días, Azusa ―respondió él, bajito.

¿Doctor Saotome? pensó Akane, ahora entendió la nota de su frigorífico, miró a Ranma y parecía que se había puesto nervioso, quizá él y esa chica…

―No te pega nada ser médico, aunque por la nota de esta mañana tendría que haberlo supuesto ―sin poder remediarlo, Akane le contestó más fríamente.

―¿Y por qué no me va a pegar? Soy uno de los mejores cirujanos de este hospital, y si me lo permites, seguro que de Tokio.

Su conversación fue interrumpida por una linda joven de cabello largo, castaño, y de ojos azules, que miró a Akane como si de su peor enemiga se tratase.

―Ranma… te esperan para entrar a quirófano, llegas tarde ―¿le llamaba por su nombre? ¿por qué tanta confianza? Igual era su novia… la verdad es que no sabían nada el uno del otro… el azabache comenzó a sudar frío.

―En-enseguida voy Ukyo, tardo cinco minutos ―la chica se alejó sin dejar de mirar a Akane y acariciando lentamente el brazo de Ranma, asegurándose de que ella lo viera.

Akane sintió como si le estuvieran pellizcando muy fuerte en el estómago, no se iba a dejar engañar por nadie nunca más. Se irguió orgullosa antes de dirigirse a Ranma, pero él habló antes.

―No es mi novia, puedo adivinar lo que estás pensando.

―Oh, yo no pienso nada, y no tienes que darme explicaciones. Tú y yo solo hemos pasado una noche juntos, estuvo genial y ya está.

―¿Y ya está? ¿Eso es lo que quieres? ―preguntó dolido el joven Doctor.

―Tengo que irme… no quiero llegar tarde mi primer día. Ya nos veremos por aquí, adiós Doctor Saotome… ―se alejó antes de que él pudiera notar que realmente le había afectado.

El azabache se quedó observando mientras ella se perdía entre la gente, eso no iba a quedar así… nunca había tenido esas sensaciones cuando intimaba con alguien y no entendía el motivo, pero no iba a permitir que nadie más disfrutara de ellas… sólo él… y con este pensamiento se dirigió a prepararse para su primera cirugía día, debía estar concentrado. Ya encontraría la manera de aclarar las cosas con Akane más tarde.

Continuará...


Hola de nuevo a todos! Me habéis echado de menos? Yo un montón! Ya tenía ganas de estrenar nuevo fic; sabéis de mi afición al dibujo, pero meterme en otro mundo al escribir es fascinante.

Vamos a ver… tengo un Ranma bombero, un Ranma policía… qué esperabais que tocara!? Pues un Ranma médico cirujano todo sexy.. uff un segundo que voy a limpiarme la babilla que se me ha escapado :P

He de reconocer que empecé a meditar la idea por una petición de una de mis locas, Geraldine, que me dijo… ¿por qué no haces el siguiente a Ranma médico? Nunca lo descarté porque como algunos sabréis, yo trabajo en un hospital y además mi b-reader es cirujana… desde luego documentada iba a estar jejeje eso sí, vuelvo a reiterar… el proceder igual no es el que se hace en un hospital japonés, sorry… escribo para divertirme y si tengo que pasar más rato investigando que escribiendo, seguro que acabaría dejándolo. Así que mi imaginación y los conocimientos hospitalarios de mi beta y míos será lo que haya.

Para los que no lo sepan, hemos creado en Facebook una página de Las locas por el Dios Griego, donde subimos cosillas de Ranma, memes, ilustraciones nuestras, recomendaciones de fics… por si os apetece seguir nuestras locuras.

Agradecimientos especiales, como siempre a mi b-reader, Sailordancer7, adoro nuestras mesas redondas y lo sabes bien, baby. A mis Locas por el Dios griego que las quiero con locura y me animan a continuar escribiendo. Sois increíbles chicas!

No dejéis de leer el nuevo fic de SusyChantilly, PRIDE, una adaptación de la famosa novela de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio. Animad a HanaNote para que publique rápido el nuevo capítulo de PODEROSA, y mi querida JuanyRdz ha participado hace poco en un reto de fic Matsura creado por la página de Facebook Fanfics y Fanarts de Ranma latino. Es un one-shot llamado VALENTIA SAMURAI.

Otra cosa y ya termino, que me enrollo como una persiana, los que me conocéis sabéis que subo un capítulo por semana y soy cumplidora, pero… advierto… que me está costando ponerme a escribir así que quizá en algunas ocasiones tarde un poco más, LO DIGO SOBRE TODO POR TI, MILA! jajajajajajaja

Bueno, pues os dejo hasta el próximo capítulo, solo esperar que os guste mi nueva historia. Nos leemos!

Sakura Saotome :)