I

"Café" era la palabra que se alzaba por sobre la cortina, el viento era escaso y las campanas del nuevo local sonaban a deshoras, itinerantes para cualquiera y a veces desapercibidas. Sin embargo, para aquellos intrusos el olor a novedad era la excusa perfecta para inspeccionar. En Konoha se inauguraba recientemente una nueva y occidental tradición, algo extranjera también; el tomar café. No convénganos en que fue un éxito rotundo, pero si entre los comunes clientes se encontraban los once de Konoha, cierto renombre causó el nuevo local.

La avenida estaba tomando nuevos aires, cada tienda tenía poco a poco un cuidado estético mejor, las fachadas recibían mantenimiento constantemente y todo parecía, en cierta forma, armonioso, como si todos esos tiempos bruscos se hubiesen esfumado con el polvo de las paredes. Como si todo hubiese quedado en un frasco de recuerdos, o en un libro de reporte. Que fugaces pueden llegar a ser recuerdos, o eso pensaba Tenten, quien despertaba con el sol que iluminaba su ventana. El ruido de la aldea parecería más frecuente, la gente desde su balcón parecía feliz. Ya todo estaba en calma, y siempre era mejor así.

El desayuno era rápido para ella, desde que había priorizado su tienda por sobre sus entrenamientos, su ritmo cotidiano había dejado de ser un alboroto de ansiedad por ser cada vez más fuerte, a; esta semana leeré un manga nuevo mientas me ocupo de la tienda. Su amigo Lee era un excelente proveedor, idiota, pero buen proveedor. En tiempos de paz, los buenos amigos se aprovechan el doble. Así que ahí caminaba Tenten, sonriente, radiante, a medio sol, con una bolsa de deliciosos víveres junto a una novela gráfica bien ilustrada para pasar, por un día más, atendiendo a los pocos clientes que aparecían. Desde su vitrina podía observarse claramente el nuevo lugar, el nuevo llamado café, por el cual notó entrar varias veces a grandes autoridades, Kages y a los niños salir con lo que ahora le llamaba muffins. Realmenteese café era una tienda preciosa y colorida.

Naruto-kun dijo entre sorbos de refresco mientras lo veía pasear por el frente de la tienda de café, vestía su uniforme de Hokage, junto a él caminaban personas que, por más que Naruto se sintiera algo cansado, siempre tenía para todos una buena sonrisa que entregar. Al parecer la vida de adultos se les acomodaba bastante, después de todo, vivir el sueño debe ser agotador. A su frente venía de llegada Temari, Shikamaru y para su sorpresa, el Kazekage de la arena, Gaara. En seguida se preguntó a sí misma si hoy era una fecha que había olvidado, o si se conmemoraba algo importante, pero no, era un día ordinario.

Las visitas del Kazekage nunca pasaban desapercibidas, menos para ella y Lee, los renombrados ninjas que acompañan su recorrido cada vez que él llegaba. Desde la boda de Naruto, fue una especie de tradición para Gaara, venir con mayor frecuencia, a sus estándares mayor frecuencia significaba, dos o tres veces al año. Para Temari era una gran novedad y un gusto sentirse visitada. Pero esta vez no, no parecía una visita amistosa, más bien tenía pinta de una reunión importante.

Suna no Gaara siempre ha consultado todas sus decisiones. Hablar con Naruto era también una buena jugada, se despidió de Temari y Shikamaru a la entrada del café y entró a éste junto a Naruto. Tenten perdió toda vista de ellos al mismo tiempo que un gran estruendo sonó por la puerta de su local. Lee nunca había sido muy discreto de todos modos, y su emoción por saber que el kazekage se encontraba en la aldea era exorbitante.

Anda Lee no te metas en sus asuntos, esta vez no recurrieron a nosotros para acompañarlo – le recordó Tenten mientras cerraba su libro. Hizo una pausa un poco descolócala, armando algún acertijo en su cabeza - quizás ocurrió algo importante – volvió a pausar – quizás deberíamos preocuparnos. Lee la miró extrañado - ¿quieres ir a espiar? – le respondió levantando sus pobladas cejas –¿te pasas de imbécil de vez en cuando, no es así? – ella parecía ya no tomar atención a la conversación, se quitó parte del kimono que llevaba encima y lo colgó tras la silla. Le sugirió a Lee que le ayude a cambiar el armamento de peso que estaba en frente de la vitrina los cuales procedería a guardar sobre el estante que tenía a un lado, subió la escalera de metal que la ayudaba a llegar hasta el tope, mientras Lee le entregaba poco a pocos las pesadas armas.

He Lee – lo miró desde arriba de las escaleras – crees que mi tienda está algo – miro a su alrededor buscando excusa para preguntar lo que no quería preguntar - ¿aburrida? En seguida recibió respuesta junto a una pesada shuriken para acomodar en el estante. ¿Por qué lo dices? Sus brazos descansaron de la pesada tarea – el café de ahí se ve tan luminoso y entretenido, la gente qué pasa por ahí siempre está ocupada en cosas importantes – comenzó a sacar un poco de polvo que tenían las otras armas en el estante de más arriba, Lee la detuvo en su respuesta – Creo que estás hablando dos idiomas diferentes ¡aquí está la historia de guerreros y la pasión de la guerra, el dolor de las pérdidas, la flor de nuestras juventud! Mezclada con un tinte de historia por su puesto – sus ojos comenzaron a flamear con mucha emoción – cada fibra de este lugar se ilumina bajo nuestro…– el emotivo discurso de Lee se vio interrumpido por la campanilla de la puerta, que junto a su sonido entregaban la presencia de dos altos mandos de la actualidad, Gaara y Naruto. Automáticamente Tenten cayó desde cinco escalones sobre todo el armamento, Lee gritó eufórico y Naruto se precipitó a darle ayuda a Tenten. Gaara es inmutable ante cualquier acontecimiento de la gente de la hoja, observó.

¡Naruto! ¿¡Qué haces aquí con el kazekage!? – y si, por más años Naruto en el puesto, Tenten lo seguía viendo con ojos de hermana mayor, como todas sus amigas de a aldea – ¡donde están tus sesos! – gritaba mientras se levantaba del suelo, todo le parecía incómodo, inapropiado, desequilibrado. Tener a dos personas vestidas de Kage en su tienda no podría haber sido peor. Si no fuera por Lee apaciguando las cosas todo hubiese sido digno de clausura. Se acomodó tras su butaca para atender, como corresponde, a las autoridades.

Lord, es una pena recibirlos de este modo, estaba por cerrar – se excusó haciendo reverencia, aprovechó de saludar a Gaara y lee a su lado imitaba cada uno de sus movimientos. – ya veo, es hora de almuerzo – dijo naruto revisando su estómago, a lo que inmediatamente recordó que venía donde Tenten por temas importantes.

Tenten, puedes ir hoy a la torre cuando cierres tu tienda, necesitamos hablar contigo – el ambiente se calmó por unos instantes - La verdad es que necesito de tu ayuda - Recalcó el actual Kazekage de la aldea de la hoja. Tenten solo asintió sin cuestionar nada, todo ya era baste incómodo, no quería arruinarlo más. Siempre todo era muy incómodo cuando estaba Lee, naruto y Gaara en el mismo lugar, aunque sobre sus espaldas pesarán sin escrúpulos los treinta años. Ambas autoridades agradecieron y sin más, se despidieron formalmente. Tenten pensó en lo correcto, era algo importante al parecer.

Paso el día, Lee se marchó ofendido puesto que no fue citado a hablar con el Hokage. Temari paso por la tienda para ver si su abanico aún estaba en perfectas condiciones y el mantenimiento de éste siempre lo realizaba Tenten. Le preguntó si seguía con sus entrenamientos, y ella negó. También si seguía con las invitaciones a la academia, esta vez dijo que sí. Tenten de vez en cuando visitaba ese lugar para explicar un poco sobre la historia y funcionamiento de algunas armas base, porque claro, no había nada que ella dentro de su expediente, no supiese. La última pregunta le incomodó, no de mala manera, sino que, aquel ruido que acompaña la pregunta ¿y ya sales con alguien? Es bastante molesto. ¿Acaso era tema? ¿Acaso las demás se preguntaban eso también de ella? ¿Realmente era necesario estar con alguien si ya era por si sola una gran kunoichi? Todo eso la dejó pensando hasta que Temari se marchó. Suspiró.

Al parecer sigo siendo aburrida-

Dieron las seis, cerró su libro y también su local. Tomó los pasos necesarios para llegar hasta la torre hokage, subió las escaleras y golpeó la puerta. Su sombra ya alcanzaba las paredes, y el color naranjo inundaba el lugar, el atardecer los acompañaba. No podía pensar en nada, su mente divagaba, como siempre desde algún tiempo. Saludó a Naruto, a Shikamaru y a quien se encontraba a su lado, Gaara, con una pequeña y formal reverencia.

Claramente Tenten esto es una misión – Dijo naruto juntando sus manos, intentaba mantener un ambiente relajado, sin embargo, su voz nerviosa revelaba su preocupación. – hace dos días, durante la madrugada atacaron la oficina del kazekage, de manera muy evasiva, lazaron desde una distancia inimaginable esto – extendió su mano con un trozo de algún metal extraño que lucía como una pieza rota de una Kunai – no había rastro ni de huellas, ni evidencia, solo esto, de que o quienes intentaron este ataque, pero como verás, atacar a la primera autoridad es alarmante. Tenten escuchaba con determinación cada parte y sus ojos continuaban posados sobre la evidencia, hasta que Gaara, refiriéndose a ella, la distrajo de sus pensamientos.

Se que eres especialista en armas, dime que necesitas para saber qué, y cómo está compuesto esto, y qué o quienes fueron las que la lanzaron, y cómo encontrarlos. – Shikamaru y Naruto se miraron nervioso, Gaara estaba pidiendo demasiado. Confiaban en su compañera, pero no lo suficiente. Hubo una pausa mientras revoloteaba los ojos pensando como si nada, analizándolo todo – mmh; tengo muy poca base alcalina, y Bromuro de potasio, necesito bastante, los tengo, pero tendría que reponerme lo ocupado Lord – señalo tomando la pieza sobre el escritorio de Naruto – y esto queda para mí. Revelar ciertos atributos me toma el día completo – siguió inspeccionado el arma por todos lados y notó que tenía incrustación con forma de kanjis – alguien en mi reemplazo para la tienda de armas, por supuesto – miro a naruto directamente y bastante seria. A él no le quedaba más que acceder, no podía negarse a una petición de Gaara. Jamás.

Cuanto – señaló Gaara mirándola a los ojos – tres días, si el revelado no me falla y si me facilitan el libro de ahí - respondió Tenten, señalando un estante con libros viejos, de los pocos que quedaban en la oficina. Ella demostró ser bastante astuta en los diez minutos de reunión que acontecieron. A Gaara no le quedó ninguna duda de que consultar en la aldea de la hoja fue la mejor opción.

Ok – señaló el tipo de la arena, y Shikamaru y Naruto suspiraron de aliviados. – tres días estaré aquí - todos volvieron a abrir los ojos – ¿Estás seguro? - Comentó naruto, ya estaba abrumado y tenía bastante hambre como para seguir ahí - no es que no quiera tenerte aquí, pero podemos enviar a alguien con toda la información. Gaara lo miró – precisamente es eso lo que quiero evitar, gente de mi mayor confianza reemplaza mi puesto, y he tomado este viaje con todos los resguardos necesarios. También Shinki aprovechará el tiempo aquí - Tenten sonrió, de alguna forma que consideren su trabajo la hacía sentir como si tuviera sus dulces veinte otra vez. Rejuvenecida y ferviente, tal bella flor digna del equipo guy. Sacó de inmediato ese inútil pensamiento y recibió el libro que le entregaba Shikamaru.

Naruto archivó lo que sería una nueva misión para Tenten, cansado se dispuso a salir junto con sus amigos, no podía dejar de hacer comentarios sobre lo preocupado que estaba por Gaara. Sinceramente Tenten era hábil, pero su apuesta de tres días era arriesgada, había estudiado de armas cuando comenzó su camino al puesto de Hokage, y para concluir todo lo solicitado serían, por lo bajo, una semana, pensaba él. No podía decepcionar a nadie, solo tenía que confiar en Tenten.

¿Puedes calmarte? - le gruñó ella haciéndole una mueca mientras caminaba a su lado, tras él caminaba Gaara y Shikamaru, y se incorporaba Temari que cargaba unas bolsas con vegetales. El atardecer aún los acompañaba. - Recuerda que mi taller es infalible – escuchó Naruto y se iluminó, mientras Tenten deletreaba cada sílaba de infalible. Recordó ese examen sobre equipaje y pergaminos, aquel que estudió por completo en el increíble taller de Tenten, ella, después de la guerra, equipó una habitación del piso que compró cómo taller, era una reliquia ese lugar. Digno de museo, de colección. Se sintió un poco más aliviado, mientras que a Gaara, la idea de conocer un taller de confección de armas y pergaminos, le parecía ser un panorama bastante entretenido, dentro de la "misión".

¿Puedo conocerlo? – Pregunto Gaara dejando a todos en silencio, otra vez. Temari comenzaba a despedirse haciéndole señas con las manos a Tenten, las que significaban: ni se te ocurra decir que si, no tienes idea de cómo lidiar con él, y olvida todo lo que crees de Gaara y di que no, di que no. Pero se equivocaba, ella si sabía cómo lidiar con él, en términos diplomáticos por su puesto, más aún cuando Lee aparecía para calmar las aguas. Naruto igual se despidió, ahora nuevamente eran Lee y Tenten custodiando el cotidiano del Kazekage.

Quizás, ya se podría decir que Gaara era amigo del Team guy.

Continúa

Hola a todos. Escribo este fic con mucha nostalgia, amor y un poco de tristeza. La verdad es Naruto es una herida abierta aun ahah. He tenido 5 años largos desde que me mudé de cuidad y perdí mi anterior cuenta que esta dentro de mis historias destacadas de fanfictionpuntonet.

E vuelto a escribir sobre tenten, porque curiosamente, conozco también el dolor de la perdida. Y, aunque asumiendo que el personaje es más creación del fandom, que de kishimoto, es realmente rescatable. Una de mis favoritas. Me gusta el tema del crackpairing porque da muchas opciones de narración y es mucho más abierto, espero les guste, tenia varias partes sueltas escritas hace años y por fin me doy el tiempo de publicar otra vez. Un abrazo a todos los lectores. No se vayan que tiene varias partes heheh